LA INTENDENCIA
La Intendencia era un servicio administrativo, de carácter civil, aunque sus miembros llevaran uniformes. Se encargaban de todas las provisiones, excepto armas y munición, los tratamientos médicos y evacuaciones, el registros financiero y la distribución. La constituyen comisarios e inspectores de diversa índole, con diferentes cometidos, como los Inspecteurs aux Revues que desde 1804 se dedican a inspeccionar la organización de los regimientos, tareas de administración, encargado de los pagos, etc. Su cabeza visible era el Intendente General, Pierre Daru.
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Pierre Daru |
Pierre Antoine Noël Bruno, conde Daru (1767-1829), soldado, Secretario de Estado, Conde del Imperio, historiador y poeta.
Nacido en Montpellier, fue educado en la escuela militar de Tournon, y entró en el arma de artillería a temprana edad. Tuvo inquietudes en la literatura y publicó algunas piezas menores, hasta que el estallido de la Revolución Francesa le llevó a concentrarse en sus carrera militar. Continúa, bajo la Revolución, en el Ministerio de Guerra, para el que realiza misiones importantes en los ejércitos de Mainz, de Suiza o del Danubio. Arrestado durante el período del Terror, es liberado después del 9 de Termidor, y reincorporado en 1795. Llega a Jefe de División en 1796 y en el Ministerio conoce a Napoleón Bonaparte que había ido a trabajar allí.
Cuando se convirtió en Primer Cónsul, Napoleón le nombra subinspector del ejército de los Alpes; es enviado para participar en las negociaciones de paz después de la batalla de Marengo e inmediatamente después es situado como secretario general del Ministerio de Guerra, donde ayuda de gran manera a Berthier, que se basa enteramente en su trabajo. Con Napoleón la lista de funciones de Pierre Daru va aumentando. En 1803 organiza el campo de Boulogne. Poco después de la proclamación del Imperio, en 1805 es nombrado consejero de Estado e Intendente General de la lista civil. El Instituto lo acoge 1806 y en octubre de ese mismo año, es nombrado Intendente general del Gran Ejército. Entretanto se le responsabiliza de la ejecución del Tratado de Presburgo con la vencida Austria, una tarea que realiza con moderación encomiable.
En 1809 es nombrado Conde del Imperio, encargado de la administración general de la Casa del emperador y vencida una vez más Austria, la administración provisional de dicha monarquía. En 1811 se convierte Secretario de Estado y se le da la custodia del tesoro particular del Emperador, una clara señal de la confianza total que Napoleón le otorga. Daru despliega una maravillosa actividad y habilidad en la organización práctica de la campaña de Rusia, que, sin embargo, desaprueba.
Acompaña a Napoleón en la campaña hasta que el Emperador deja a sus tropas. El 20 de enero de 1813 se le ordena regresar a Francia y recibe la misión de proveer el equipamiento de un nuevo ejército de doscientos mil hombres y construir en Alemania depósitos de abastecimiento. En tres años, un tercer ejército debe ponerse en pie de guerra y Daru se emplea a fondo. Durante la Restauración es nombrado Intendente general del ejército de Luis XVIII, aunque con Napoleón es nombrado Ministro de Estado durante los Cien Días. Muere en Paris en 1829.
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Esquema del organigrama general de la Intendencia |
OTROS SERVICIOS / CUARTELES
El Grand Quartier-General Imperial estaba acompañado de toda una serie de organizaciones \»satélites\», como el Cuartel de Artillería, el Cuartel de Ingenieros, el Service Militaire de la Poste (Servicio Postal Militar), el Pagador General del Servicio de Tesorería y los Auditores del Consejo de Estado. El primero también se encargaba de los trenes de pontones para puentes y el aprovisionamiento de munición, mientras que el segundo se encargaba del aprovisionamiento de herramientas.
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Esquema de organizaciones anexas al GQG Imperial |
Los cuarteles a nivel de Ejército, Cuerpo y División tenían un Maestre de vagones (\»wagon master\») que cuidaba del estado de todos los vehículos, que estuvieran correctamente señalizados, con su número de unidad o propietario, cuidaba de la planificación y control de las marchas de los vagones y mantenía a los vehículos no autorizados fuera de las columnas.
Napoleón no contemplaba la figura del capellán como parte de la organización, ya que muchos de ellos eran simpatizantes realistas, aunque sus tropas polacas, suizas (un católico y un protestante) y españolas llevaban uno. Cuando se requerían servicios religiosos, se contactaba con el clérigo local.
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Fuentes:
1- \»Swords around a throne\»- John R. Elting, Da Capo Press, U.S.A., 1997
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