El asedio de Roses de 1808. Tres ejércitos y una fortaleza (y V)

A lo largo de cinco semanas hemos ido relatando -compendiando- diferentes narraciones de la historia del asedio francés de 1808 en la localidad gerundense de Roses, vistos y vividos por sus protagonistas. Hoy os dejamos con lo que sería el epílogo final del asedio, sus últimos 4 días donde a la exhausta guarnición de la Ciudadela al mando de Pedro O\’Daly no le quedó otra salida que capitular honrosamente ante un ejercito mejor adiestrado, equipado y sobretodo, más numeroso, y que debido a su intenso fuego artillero había hecho muchos estragos en una fortaleza que ya de entrada no ofrecía la robustez y resistencia requeridos para resistir un asedio de estas características. 
Álvarez de Castro fue muy criticado por los ingleses por no haber acudido en auxilio de la plaza con su contingente, pero es probable que tampoco estuviera en condiciones reales de hacerlo con éxito por el escaso número y constitución de su contingente y su ataque en la línea del río Fluviá, no pasara de ser una mera intentona* sin ninguna consecuencia efectiva ni logro para el desenlace del asedio.
Plano del asedio de 1808 – Ministerio de Defensa de España (a)
Por la parte francesa, los sitiadores no dejaban tampoco de tener sus propias preocupaciones por sus vías de comunicación y el probable auxilio de un ejército español desde Gerona; las tropas franco-italianas de Souham y sobretodo Reille y Pino, de seguro no esperaban en principio una defensa tan decidida, pero con profesionalidad y perseverancia -y cañones- fueron minando semana a semana la resistencia de la plaza y a pesar de las prisas del Emperador por su conquista, lograron su objetivo final de conquistar un buen puerto para su aprovisionamiento, controlar un punto fundamental de acceso a la frontera y seguir a continuación su periplo de auxilio a la guarnición de Duhesme en la Barcelona bloqueada por los patriotas.

Firma del Teniente Coronel Pedro O\’Daly.

 

Mención aparte merece -lo hemos repetido más de una vez- la ayuda inestimable y decidida de los mandos y tripulaciones de los barcos británicos. Su apoyo artillero y sus labores de enlace con el exterior y aprovisionamiento material de los defensores fue clave y fundamental para que este mes de defensa de la plaza y castillo agotaran cada uno de sus días sin poder ser conquistados. 
https://1drv.ms/w/s!ApHZx2ah7M2Mg0tw0noZEYtXr8H9

DIARIO DEL ASEDIO DE ROSAS nº 5

https://1drv.ms/w/s!ApHZx2ah7M2Mg0qDSatjHtn8Ar0P

ROSES SIEGE\’S JOURNAL nº 5

Por último agradecer muy profundamente a Adrián Teruel Serrano su ayuda desinteresada para poder realizar la traducción al inglés de nuestro Diario del Asedio del Rosas con las lógicas y variadas dificultades del lenguaje de la época del diario de José Benito, sobretodo, y las fuentes francesas, durante todas estas semanas.

RENDICIÓN DE LA CIUDADELA DE ROSES

El día 4 de diciembre continuó el bombardeo, que ya no se pudo contrarrestar, y el castillo de la Trinidad fue atacado de nuevo. La situación llegó al límite, porque ni tan solo era posible la comunicación con los barcos de la escuadra inglesa, a causa del mal tiempo. Un consejo de guerra que se reunió aquella noche decidió que era pertinente proponer la capitulación. Los franceses pusieron como condición que también se entregara el castillo; una vez aceptada esta condición, se determinó la rendición de la guarnición** como prisionera de guerra. El día 6 salieron de la plaza los defensores rumbo a Francia y al cautiverio: 2.366 prisioneros de la ciudadela. Los españoles habían sufrido unas 700 bajas durante el asedio, mientras que los franceses habían perdido alrededor de 1.000 hombres y un precioso mes. La situación del aprovisionamiento de la guarnición francesa en Barcelona se estaba volviendo desesperada.
La guarnición de Roses sale de la plaza hacia Francia. La estampa reproduce un momento en que teóricamente los buques ingleses abrieron fuego contra la costa en el momento en que los sitiados desfilaban en columna. Ni el diario de José Benito ni la correspondencia ni registros de los mandos británicos ni las crónicas de los diarios de la época detallan dicho momento por lo que se puede concluir que fue propagado por los franceses para hacer pasar a los británicos por inhumanos haciendo fuego contra los franceses y además contra sus prisioneros. A la hora que empezaron a salir los prisioneros, de 8:00 h. a 8:30 h. de la mañana, todos los barcos ingleses salían de la bahía y el Imperieuse lo hizo el último, a las 9:30 h. en punto. No tuvieron tiempo para empezar una acción de cañoneo contra la costa, harto redundante e innecesaria en esos momentos, y debían conocer sin duda que la larga columna saliente de la ciudadela estaba en cualquier caso, formada por sus aliados y amigos. (b)

DESTRUCCIÓN DEL CASTILLO DE LA TRINIDAD. EPILOGO

Grabado reproduciendo a Lord Cochrane
recuperando  la bandera española en el
asedio  de Roses. (c)

En la mañana del 5 de diciembre, Cochrane vió por su telescopio que la brecha de la ciudadela estaba abierta y que O\’Daly estaba a punto de rendirse. Calculó que, en menos de una hora, todas las tropas francesas estarían concentradas para atacar el Castillo de la Trinidad. Entonces ordenó la retirada. Todos los soldados, españoles, irlandeses y británicos, abandonaron sus puestos de defensa. Los últimos en dejar el castillo fueron Cochrane y el maestro artillero Burney, que se quedaron para preparar las cargas de pólvora necesarias para volarlo por dos puntos distintos. Encendieron las mechas y huyeron – Cochrane el último- porque tenían a los franceses ya detrás. Una de las cargas explotó (en las zonas rehabilitadas del actual castillo) y la segunda carga incomprensiblemente no lo hizo.

Los aliados embarcaron en tres naves británicas. Cochrane*** desembarcó a los españoles e irlandeses en La Escala y entonces pasó revista a su tripulación. De los 300 hombres con que llegó, después de dos semanas de dura batalla, solo había perdido tres: dos que murieron por fuego del enemigo y uno como consecuencia de un accidente en el castillo. El Imperieuese no abandonó estas aguas y el 30 de diciembre atacó a los franceses en Cadaqués, donde capturó tres navíos de guerra y siete barcos con provisiones. 
 
Posteriormente el mismo Cochrane dejaría unas palabras sobre el comportamiento de los catalanes en sus interesantes Memorias:

Los catalanes fueron excelentes guerrilleros, poseyendo considerable habilidad en el uso de sus armas, a pesar de que no habían sido entrenados previamente. A menudo se les ha atribuido un carácter turbulento; pero en un país quejoso bajo el clero y el mal gobierno, el espíritu firme de independencia, que les indujo a sentar el ejemplo de heroica defensa de su país, puede ser interpretado, bien por error o a propósito, como descontento o sedición [….]. Poseen una cualidad por encima de todas, paciencia y resistencia en la privación. Esto, añadido a su constitución robusta y disposición aventurera, contribuía a formar un enemigo nada despreciable, especialmente teniendo en cuenta que estaban dispuestos a devolver las barbaridades de los franceses con intereses.(3)
Años después los participantes en la defensa fueron acreedores a la imposición de la Cruz de Distinción de Rosas por su entrega y celo demostrados en el cumplimiento de su deber:

Cruz de la distinción
de Rosas. (d)
La R.O. de 2 de mayo de 1821 señala que se concede para premiar el celo y la constancia de la guarnición de la plaza al mando de Don Pedro O\’Daly y el castillo de la Santísima Trinidad; en su gloriosa defensa de los días 7, 12 y 23 de noviembre de 1808 durante el asedio impuesto por el General Saint-Cyr. 
Está formada por una cruz de aspas ensanchadas, ligeramente curvilíneas y con globillos de oro en cada punta, esmaltadas en color rosa, que nacen de un centro circular en campo blanco sobre el que figura la muralla rota, sobre la que ondea la bandera nacional, con la leyenda alrededor: CON BRECHA ME DEFENDÍ, figurando sobre el reverso tres rosas rojas en campo azul celeste con la inscripción: A LOS DEFENSORES DE ROSAS POR FERNANDO VII.
La cinta es azul (verde) con dos listas rosas, sirviéndose de una corona de laurel para unirse a la cruz.(4)
– – – – – – o – – – – – –

(*) – Álvarez de Castro se justificó diciendo que su ataque había sido para foguear a algunas de las tropas bisoñas que tenía y para intentar que el asedio se prolongara por más tiempo para los sitiadores, pero no parecen razones de peso para entablar un combate de antemano harto complicado en su resultado y que parece más justificarse para apaciguar a la opinión pública de la época, como tantos otros combates que libraron las armas españolas en desventaja numérica, cualitativa o por la torpeza o pusilanimidad de sus mandos.  

(**) – La capitulación de la plaza tardó más en saberse en el resto de Cataluña y España y de ella se hizo cargo, el mismo Diario de Gerona del día 10, en los siguientes párrafos:

Como estaba interceptada la comunicación con la Plaza de Rosas, según anunciamos en el número 137, y por consiguiente no se había recibido desde entonces oficio alguno, no podíamos dar noticias positivas de su estado, aunque no dudábamos qual podía ser su suerte desde la evacuación del Castillo. Ahora sabemos ya positivamente que el Lord Cockrane, que ha venido á esta Ciudad, y por un fusilero prisionero que ha podido escapar desde Figueras, que en el mismo día cinco se rindió la Plaza de Rosas, quedando su guarnición prisionera de guerra con todos los honores Militares y su equipaje. A pesar de este funesto acaecimiento, será una verdad notoria que la defensa de esta Plaza y Castillo ocupará un lugar muy distinguido entre las glorias de nuestras armas, hará inmortal al Coronel D. Pedro O-Daly, Teniente Coronel del Regimiento de infantería de Ultonia, y Gobernador interino de aquella Plaza, y á la Guarnición de ambas fortalezas.

\»Un sitio el más empeñado por espacio de un mes, en que los enemigos incesantemente han estado arrojando bombas, granadas, y balas, tomada ya y quemada en los últimos días la Población, en la que pusieron una batería á medio tiro de fusil de la Plaza; caído el lienzo que mira á la Villa por las extraordinarias lluvias, que sobrevinieron en los primeros días del sitio, abierto en él un portillo por el que podía entrar 25 hombres á la par, y cerrado solamente con madera y tierra con un infatigable trabajo y faena de la guarnición, á que contribuyeron con la mayor actividad y zelo los Ingleses; y por otra parte la Plaza no había tenido composición alguna desde que la dejaron los franceses por la Paz de 1795, pareciendo más bien un corral que una Fortaleza, sin más cubierto que un pequeño almacén, y una casi arruinada Iglesia, sin haber trozo alguno á prueba de bomba. Todas estas circunstancias hacían que la Plaza no pudiese defenderse por mucho tiempo; sin embargo se ha sostenido con valor hasta que la lluvia de bombas y granadas que caía sobre ella voló los repuestos de la pólvora, y arruinó la Iglesia, envolviendo en sus escombros á muchos infelices refugiados en aquel débil asilo. Entonces aquel imperturbable y valiente Gobernador, que en su desesperada situación, y abandonado á si mismo, empleó los últimos recursos del arte para entretener la actividad de enemigo, y clamar por el socorro justamente debido á sus esfuerzos y los de su guarnición, viéndose ya imposibilitado apeló á su prudencia, y procuró en su rendición sacar de sus enemigos todo el partido posible.

\»Componían la guarnición un grueso destacamento del Regimiento de Ultonia infantería de línea, el Regimiento de Borbon ídem, 100 suizos de Wimfen, el segundo de Voluntarios de Barcelona, infantería ligera, los Tercios de Migueletes primero de Lérida, segundo de Figueras, y el de Igualada, y los Artilleros correspondientes para el servicio de las piezas, á los que se habían agregado algunos de la marina inglesa. Estos cuerpos que tenían muchas baxas antes del sitio, quedaron muy incompletos quando se rindieron por las muchas pérdidas que habían sufrido durante el mismo. Algunos genios ligeros, que solo aprecian las empresas militares por el éxito que han tenido, desestimarán acaso el mérito de nuestros valerosos hermanos; pero la perspicacia y prudencia de los Patricios sensatos sabrán discernir y penetrar hasta donde lleguen sus obligaciones\».(6)

(***) El embajador español en Londres José Miguel de Carvajal, duque de San Carlos, le había ofrecido en ese año de 1817 a Cochrane -en nombre de Fernando VII- el título de almirante de España(7) con el objeto de comandar una fuerza naval capaz de hacerle frente a las patriotas en América pero Cochrane se rehúso al ofrecimiento español por no estar acorde a sus ideales. Los españoles no dejaron de tener por ello noticias de la carrera de Cochrane, aunque por otros derroteros bien diferentes. Pasados pocos años, y debido a la falta de interés del Almirantazgo británico en su persona, Cochrane no dudó en armar su propia expedición y unirse al esfuerzo de los chilenos por alcanzar su independencia de los españoles. En noviembre de 1822 dejó la marina chilena para embarcarse en otra aventura con la marina brasileña, la cual dejó también en 1825 para unirse a los independentistas griegos. Genio y figura, al abandonar la marina chilena dejó estas palabras para la posteridad: \»The war in the Pacific having been happily terminated by the total destruction of the Spanish naval force, I am […] free for the crusade of liberty in any other quarter of the globe\».(5) 
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Fuentes:

(1) – “El setge de Rosas de 1808. Tres visions de la Guerra del Francès” – Carlos Díaz Capmany, Robin Pedler y Justin Reay, Fundació Rosas y Ajuntament de Rosas, 2008
(2) – “La Ciutadella de Rosas” – C. Díaz, H. Palou i A.M. Puig, Cuaderns de la Revista de Girona núm. 77, Fundació Rosas y Ajuntament de Rosas, 2004
(3) – \»Memorias de guerra y crónicas de viajeros, dos visiones de la Guerra de Independencia y de Andalucía\» – Marion Reder Gadow y Pedro Luis Pérez Frías, Universidad de Málaga, © Baetica. Estudios de Arte, Geografía e Historia, 32, 2010, 419-448. ISSN: 0212-5099 Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Málaga. Campus de Teatinos, E-29071 Málaga (España)
(4) – http://gie1808a1814.tripod.com/condecs/rosas.htm%5B08/11/2016 16:48:11]
(5) – \»El desafío insurgente. Análisis del corso hispanoamericano desde una perspectiva peninsular: 1812-1828 – Feliciano Gámez Duarte, Tesis Doctoral/Universidad de Cádiz, Universidad de la Rioja, 2006
(6) – http://www.pedresdegirona.com/guerra_frances/diari_girona_rosas_a.
(7) – http://www.historyofwar.org/articles/siege_rosas_1808.html
(8) – https://es.wikipedia.org/wiki/Thomas_Cochrane

Imágenes:

(a) – http://bvpb.mcu.es/cartografia/es/consulta/resultados_busqueda.cmd (planos antiguo) –
Ministerio de Defensa de España.
(b) – By Desconegut – Roses, port estratègic de la Mediterrània: la Ciutadella i el castell de la Trinitat http://www.rosesfhn.org/_docs/news/pdf/nw_51.pdf, Domini públic, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=3918118
(c) – http://www.alamy.com/stock-photo-lord-cochrane-earl-dundonald-recovering-the-spanish-flag-at-the-siege-21868907.html
(d) – http://gie1808a1814.tripod.com/condecs/rosas.htm%5B08/11/2016 16:48:11]

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