Reencuentros. Hôtel des Invalides, Paris. (III)

Hijo del primer matrimonio de la emperatriz, Eugenio de Beauharnais participa en las campañas de   Italia y Egipto como edecán de Bonaparte, que lo adopta oficialmente en 1806. Coronel-general de los cazadores a caballo de la Guardia, virrey de Italia, se cubre de gloria en la campaña de Rusia. Durante la retirada, después de la partida de Napoleón hacia Paris y la huida de Murat a su reino, se ocupa de la difícil tarea de salvar los restos del diezmado ejército.
El Príncipe Eugenio de Beauharnais (1781-1824) Anónimo,
tomado de Joseph-Karl Stieler (1781-1858), 2ª mitad del
siglo XIX. Óleo sobre lienzo.
Dolman y sombrero \»bonnet de police\»
Coraza con cierres y casco de \»cuirassier\».
Espada de caballería pesada.

El Cuerpo Imperial de Ingenieros

El primer cónsul Napoleon Bonaparte perfeccionó el Cuerpo de Ingenieros creado bajo la Monarquía y organizado por la Revolución.
Durante el Imperio, fue comandada por un “Primer Inspector” – Marescot y después Dejean – y tenía un estado mayor independiente.
El cuerpo estaba compuesto por oficiales con habilidades técnicas muy altas, entrenados en la Escuela Especial de Ingenieros – ubicada en Mézières y luego en Metz en 1807. Tenían mando sobre los zapadores, que habían sido suprimidos de la artillería en 1795.
En 1809 para poder incrementar la movilidad del cuerpo, Napoleón organizó batallones autónomos de un especial Servicio de Cuerpo de Ejército a cargo del transporte de la impedimenta.
Desde el siglo XVII, los Ingenieros estaban a cargo de construir, mantener, defender y atacar fortificaciones. Gradualmente, también tuvieron a su cargo las carreteras de comunicación, cruce de ríos – aunque los pontoneros estaban bajo el mando de la artillería- así como la organización del campo de batalla, especialmente la construcción de reductos. En 1811, se añadieron a sus tareas la construcción y el mantenimiento de barracones. El cuerpo adquirió fama en el sitio de Danzig donde 600 soldados construyeron trincheras y llevaron a cabo trabajos de zapa alrededor de la ciudad. El 24 de mayo de 1807, después de dos meses, la ciudad fortificada capituló.
 
Casco y coraza de zapador
El general Jean-Baptiste Eblé (1758-1812). Jean Baptiste
Paulin-Guérin (1783-1855), 1838. Óleo sobre lienzo.

Artillero desde 1773, general de división después de Wattignies (1793), es nombrado ministro de la Guerra del reino de Westphalia. En 1812, salva los restos de la Grande Armée construyendo dos puentes sobre el Berezina, pero muere poco después en Königsberg, por las penurias sufridas en la campaña.

 

  

Láminas de uniformes de infantería dibujadas por Lucien Rousselot.

Jean Lannes (1769-1809), mariscal del Imperio.
Julie Volpelière (1790-1842), tomado de Paulin-Guérin
(1783-1855) y François Gérard (1770-1837),
1834. Óleo sobre lienzo.
General de división en 1799, se bate en Italia y Egipto y manda la Guardia de los Cónsules. Se distingue en Arcole, Acre, Montebello, Austerlitz, Jena, Friedland y Zaragoza. Herido por una bala de cañón en Essling, muere poco después a consecuencia de sus heridas.
El General Bernard-Georges-François Frère  (1764-1828).
Nicolas Gosse (1787-1878). Óleo sobre lienzo.

La artillería imperial 1804-1814

Las guerras del Imperio estuvieron marcadas por un uso intensivo de la artillería, sin aportar ninguna novedad significante a su organización o equipamiento. Los cañones eran aquellos desarrollados por el General Gribeauval en 1764; la única adaptación significativa que tocó al servicio de campaña donde las bolas del calibre de 6 libras fueron reemplazadas por las del calibre de 4 y 8 libras.
La artillería ganó en importancia en el campo de batalla. En 1805 el ratio era de aproximadamente 2 cañones por cada 1.000 hombres mientra que en 1812 excedía las 3 piezas por cada 1.000 hombres.
Napoleón utilizó principalmente la artillería para conseguir una sistemática concentración de fuego. El caso de la Batalla de Wagram, el 6 de julio de 1809, fue típico. La famosa “batería de 100 cañones” se estableció durante la batalla como una impenetrable línea de fuego de unos 4 km, entre Breitenlee y Wagram. Su cometido fue contener al enemigo en su sitio mientras el Emperador maniobraba, preparando a la infantería y caballería para destrozar las líneas enemigas. Esta gran batería consistía en:

– 12 cañones del calibre 12 libras, modelo 1764, servidas por dos compañías de a pié de la Guardia Imperial;
– 44 cañones del calibre 6 libras, modelo del año XI, más 18 cañones bávaros del calibre 6 libras;
– 20 obuses del calibre 24 libras, modelo del año XI, más 7 obuses bávaros del calibre 7 libras.

 Una subdivisión independiente del ejército desde 1790, la artillería incrementó su número excediendo de 100.000 hombres al final del Imperio, y no más de 1.400 piezas


Dolman de artillero de la artillería a caballo.
Hacia  1804-1815. Shako de artillero  del 3er
Regimiento de artillería ligera. Hacia 1804-1815

“Agnès”, pequeño modelo de pieza de cañón de campaña de
12 libras.  Estrasburgo, 1789. Escala 1:6


Napoleón en campaña.

La Casa del Emperador funciona en campaña como en las Tullerías, empleando centenares de personas, carros y caballos. Este verdadero “palacio rodante” se organiza en cada parada para reproducir la etiqueta imperial y los hábitos de Napoleón.
Si los viajes son organizados por el caballerizo mayor, Caulaincourt, es Napoleón quien decide la hora de partida. A menudo toma su sitio en una berlina especialmente preparada para dormir, leer o trabajar pero siempre está preparado un caballo listo para ser montado. La escolta está a cargo de los cazadores a caballo de la Guardia.
El cortejo que cuenta con docenas de coches es precedido por el personal principal del gran mariscal de palacio, Duroc, y después Bertrand (1813), que asegura el buen funcionamiento de la Casa imperial a través de las etapas.
Cuando Napoleón no ocupa un palacio o una casa, descansa en una gran tienda de varias piezas que albergan todas las comodidades necesarias para el trabajo y la vida del comandante en jefe como jefe de estado. Las labores de policía y vigilancia de las residencias imperiales corresponden al gran mariscal a pesar que la seguridad personal del Emperador corresponde al caballerizo mayor.

Abrigo perteneciente a Napoleón I y sombrero llevado en la
Batalla de Eylau el 8 de febrero de 1807.

Alfombra de la tienda de Napoleón, mesa y sillas plegables,
 carteras de viaje y cartera perteneciente al barón Fain
(1778-1837).

Cama plegable de campaña de Napoleón I.

 

Granadero de la Guardia Imperial
Diversos estuches de aseo y cubertería
Jean-Baptiste Jourdan (1762-1833), mariscal del
Imperio. Charles-François Phelippes (muerto en 1867),
 tomado de Joseph-Marie Vien, El jóven (1762-1848),
1834. Óleo sobre lienzo.


Jefe del ejército del Norte en 1792, manda el ejército del Sambre y Meuse en Fleurus (1794). Poco favorable al Imperio a pesar de los honores que recibe, se une a Luis XVIII en 1814 y preside el proceso del mariscal Ney. Es gobernador de los Inválidos de 1830 a 1833.
\»Un oficial de fusileros de infantería de línea ayudando a un teniente del 13º regimiento de dragones ligeros británico herido en combate durante la campaña de España en 1809\».
Henri-Félix-Emmanuel Philippoteuax (1815-1884), 2ª mitad del siglo XIX. Óleo sobre lienzo.

 

SEGUIRÁ EN LA 4ª PARTE

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