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Grabado del Empecinado (a) |
El fenómeno de la guerrilla o de la resistencia armada frente a un invasor de pequeños grupos armados irregulares, no fue un fenómeno exclusivo de España, sinó que se dieron otros movimientos similares en varias otras regiones de Europa: en la zona de Calabria en Italia, en el Tirol en Suiza, en la región de la Vendée en Francia, etc.
Tal como señala Andrés Cassinello, \»... lo que hizo famoso al movimiento guerrillero español y dio nombre universal a su forma de combatir fue su extensión en el tiempo y el espacio, manteniendo toda la su ferocidad durante los seis años de guerra en todo el territorio ocupado por los franceses. Esa actividad rompió para los enemigos la distinción entre zona de combate y retaguardia, poseyendo tan sólo el trozo de tierra que pisaban; les obligó a no saber qué hacer, si dispersarse para lograr el control de su retaguardia o concentrarse para acabar de una vez con el Ejército regular español, siempre derrotado pero nunca vencido; le dificultó la obtención de recursos, el movimiento de sus correos y convoyes y hizo imposible el funcionamiento de la administración josefina fuera de las grandes ciudades ocupadas. Añadamos que este movimiento le causó innumerables bajas de imposible cuantificación.\» [8]
Cuando evocamos a la figura del guerrillero español, lejos del aire romántico de muchos de los escritores del XIX, nos encontramos una mezcla muy heterogénea de bandidaje, lucha patriótica, soldados regulares que preferían la lucha y ambiente de la guerrilla, sencillas gentes del campo, desertores de los ejércitos, eclesiásticos, estudiantes y licenciados, y un largo etcétera. Uno de los nombres de guerrillero famoso que nos viene rápidamente a la cabeza es el de Juan Martín Díez, que pronto sería conocido como \»El Empecinado\», y su sobrenombre nos ha llegado hasta hoy como sinónimo de obstinado, terco y pertinaz. Obstinado en su lucha contra el invasor francés y con un profundo sentido del honor que, a la postre, sería una de las causas de su final, en la España de Fernando VII, donde la adulación, la traición y el doble lenguaje, eran las garantías para progresar en los ambientes de poder de la Corte. A través de una de las mejores biografías que se han escrito del Empecinado, obra de Florentino Hernández Girbal, repasamos las hazañas y la vida del famoso guerrillero y militar.
CRONOLOGÍA
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Casa natal de Juan Martín, en Castrillo. (b) |
1775 – Juan Martín nace el 2 de septiembre en el seno de una familia de labradores en Castrillo de Duero (Valladolid).
1791 – Cumplidos los 16 años se fuga para alistarse en el ejército, pero al ser menor de edad su padre consigue que vuelva a casa.
1792/93 – A primeros de marzo se dirige a una caja de reclutamiento en Valladolid para alistarse en el ejército. Una vez alistado, con unos cientos de reclutas marcha hacia Cataluña. Allí se ve encuadrado en el 7º de Lanceros de caballería. A mediados de abril, el regimiento aún sigue en Barcelona, pero recibe órdenes de unirse al ejército del general Ricardos en el Rosellón. Toma parte en la batalla de Mas-Deu, pero al poco tiempo se producen las derrotas frente a las tropas de la Convención.
1795 – Desilusionado, Juan Martín pide la baja, que se le concede al ser voluntario. Decide formar el mes de mayo una partida guerrillera y comienza a merodear por tierras de San Juan de las Abadesas y Castellfullit de la Roca, con escasos resultados. El 22 de julio se firma la paz de Basilea poniendo fin al conflicto. Unidos a una columna de soldados regresan a Barcelona, y pronto unos cuantos entre los que se cuenta Juan se dirigen a Castilla. Tras un lento viaje de regreso llega a Aranda de Duero, y de allí alcanza su pueblo de Castrillo.
1796 – El 1 de marzo se casa con Catalina de la Fuente Francisca y viven en Fuentecén. Comienzan a conocerlo como el Empecinado(I). Se dedica a trabajar el campo y a cavar viñas en las localidades de Nava de Roa y Fuentecén.
1801 – Es encarcelado en Fuentecén con su hermano Manuel, ya que se le sorprende el 3 de octubre con una carga de uvas cuando todavía no había dado comienzo la vendimia. Son liberados a los 90 días y condenados a pagar daños y costas.
1807 – Al comienzo del año es nombrado recaudador de las primicias de la Iglesia en las localidades de Olmedo, Alcazarén, Iscar y otros pueblos cercanos.
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Cartel de homenaje Círculo Cultural J. Martín |
1808 – En enero se encuentra en Valladolid, para comprar aperos para la labranza, y contempla el desfile de las tropas francesas del general Dupont. El infante Fernando sale hacia Bayona y recala en Aranda de Duero con su comitiva, donde es observado por Juan Martín. Los acontecimientos hacen que crezca la indignación popular. En los últimos días del mes de abril el Empecinado decide crear una partida formada por cuatro integrantes, él mismo, su hermano, Blas Peroles, vecino de Castrillo y Juan García, natural de Cuevas, para, en principio, dedicarse a detener y a hostigar a los correos franceses. Salen de Fuentecén, llegan a Aranda y van paralelos por el Camino Real de Madrid a Burgos. Entre mayo y junio, las partidas del Empecinado causan a los franceses mas de ochocientas bajas, entre muertos y heridos. A principios de junio se encuentra en Valladolid, donde llegan las noticias de la ocupación de Palencia por los franceses; se presenta ante Cuesta y le brinda su ayuda, a pesar de que desconfía de su capacidad para el mando. El 12 de junio en Cabezón, las tropas españolas de Cuesta son derrotadas claramente, y el Empecinado se bate con coraje para proteger la retirada de los supervivientes. Tras el descalabro, Cuesta se retira a Benavente y el Empecinado acude con su partida. Se reúnen y chocan sus fuertes temperamentos, pero Cuesta sorpresivamente le ofrece el mando de de un escuadrón donde su partida quedaría integrada. Accede y en pocos días intenta entrenar a su tropa, mientras tanto también llega Blake como jefe del ejército de Galicia a la localidad.
El 14 de julio, en Medina de Rioseco se concreta el segundo descalabro seguido de Cuesta, que plantea erróneamente la batalla al separar en exceso su contingente del de Blake, y a pesar del valiente comportamiento de buena parte de sus tropas para enmendar el error, la poderosa caballería francesa acaba de decantar la balanza. Los restos de los ejércitos de Castilla y Galicia se retiran hacia Benavente, y el escuadrón del Empecinado, reducido a ocho hombres, con ellos. El día 16 se separa de los dos ejércitos, ya que no quiere seguir con ninguno de ellos y se dirige a Castrillo para intentar aumentar su partida. A finales de julio se encuentra con Jerónimo Merino, que acude a él en busca de ayuda para montar su propia partida. En la carretera de Burgos ataca un convoy protegido por coraceros franceses y consigue una buena cantidad de dinero. Se detiene a descansar, pero dos escuadrones de húsares sorprenden a la partida, vuelven a capturar el botín y le persiguen enconadamente por el monte, pero logra escapar. Pero en el Burgo de Osma es hecho encarcelar por Cuesta por denuncias contra él. Los partidarios del Empecinado ruegan por su libertad, pero el Alcalde se niega persistentemente. Mientras tanto, Napoleón entra en España y sus partidarios insisten en que, al menos, lo trasladen a otra prisión, porque todos saben la suerte que correría de ser atrapado por ellos, para los cuales, El Empecinado no es más que un brigand. Pero el 13 de noviembre logra escapar audazmente de la prisión. Deambula hasta llegar a Fuentelcésped, donde roba un caballo a unos dragones franceses que se encontraban en una posada. Se vuelve a juntar con su partida y vigilan los caminos, especialmente de Burgos a Aranda. Pero sorprenden a un correo con pliegos dirigidos al Emperador. El Empecinado quiere llevarlos a Madrid, pero se entera de la capitulación de la capital. Entonces vuelve su mirada al oeste, y decide ir a entregarlos a los ingleses y consigue entrevistarse con su jefe, Sir John Moore, en Salamanca, que le recompensa económicamente.
Pronto aparecen otras partidas, como las de Espoz y Mina en Navarra, las de Julián Sánchez “El Charro” en tierras de Salamanca o las de Francisquete en la Mancha. Su partida es ahora de veinte hombres, bien armados y montados, gracias al dinero que le había dado Moore. Sorprende un convoy de dos carros con la paga de tres regimientos de dragones. Lo captura y divide su grupo en dos, unos para llevar a los prisioneros y otro para conducir los carros fuera del alcance de los franceses. Pero los franceses emprenden su persecución y logran cercar a su grupo en Ciruelos de Cervera. Juan Martín escapa tras una dura lucha, pero herido de un sablazo en el antebrazo izquierdo.
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Guerrillero del Empecinado, por White (1860) (c) |
1809 – El mes de enero conoce el Reglamento publicado por la Junta Central el 28 de diciembre pasado para servir de norma a las cuadrillas y partidas como una especie de milicia. Pronto los franceses deciden dar captura a el Empecinado y envían varios destacamentos de caballería para conseguirlo. Los elude, pero dándose cuenta del enorme riesgo de retira hacia las sierras de Burgos. Los franceses le siguen con un regimiento de dragones, pero no logran dar con él, a pesar de rodear la sierra. De nuevo se dirige hacia tierras de Segovia para eludir la persecución. Pero el gobernador francés de Aranda de Duero hace apresar a su madre y la interna en el presidio. Desconociéndolo, el Empecinado sigue su lucha, logrando apresar cerca de Santa María de Nieva unos 100 caballos y unos 200 soldados y oficiales franceses, incluido un edecán del propio rey José I(II), con los cuales se encamina por las sierras de la provincia de Ávila, siempre perseguido por los franceses. Logra llegar a Ciudad Rodrigo con los prisioneros(III), que en esos momentos es el cuartel general del Duque del Infantado.
Pronto se ofrece recompensa por su captura, y se amenaza a los justicias de los pueblos castellanos que osen ayudarle. El 27 de marzo se le otorga por parte de la Junta Central el sueldo de teniente de caballería, como “comandante de la Partida de Descubridores de Castilla La Vieja”. En abril socorre exitosamente a la guarnición española de la villa de Béjar y es ascendido a capitán. El 17 de abril se publican las “Instrucciones para el Corso Terrestre contra los Exércitos franceses”, que legaliza a los francotiradores, permite fusilar a los derrotistas o los que cometan crueldades y se da licencia para atacar al enemigo con cualquier arma, pero dichas medidas también provocarán igualmente un recrudecimiento de la lucha. Durante la primavera no ceja en su lucha contra los franceses por la zona entre Salamanca y Ciudad Rodrigo.
En el verano, las comunicaciones francesas de Madrid con Francia, Navarra, La Mancha y las provincias del Sur son muy precarias, gracias a la acción de las partidas. Durante las jornadas de la batalla de Talavera, ya con unos 100 jinetes, se le encomienda atacar Plasencia y cortar las comunicaciones con Extremadura y Portugal. Tras la batalla, se dirige hacia Salamanca, que por contar con una débil guarnición francesa, logra atacar con éxito y capturarla. Pero destacamentos de caballería son enviados para capturarle y con ello la ciudad. En Pedrosa del Rey se enfrenta a un destacamento y es herido de sable de consideración. Tras una corta convalecencia, decide regresar a su casa de Castrillo para seguir su cura. Tan pronto como se restablece vuelve a actuar contra los franceses en la zona de Aranda. Con la ayuda de la partida del Cura Merino, logra capturar Roa (Burgos). La Junta de Guadalajara le pide auxilio y el 11 de septiembre se internan en su provincia. Con su habitual celeridad, realiza varios ataques y en Casar de Talamanca derrota a una unidad de doscientos granaderos y veinte jinetes con un cañón que se dirigían hacia Madrid. El 12 de noviembre, la guarnición francesa de Guadalajara abandona la ciudad. Una vez en ella, el Empecinado se entera que ha sido cercado, ya que ha sido una estratagema de los franceses para unirse a las fuerzas que habían en Alcalá, con lo que sumaron ochocientos infantes y doscientos jinetes para reconquistar la ciudad. Pero Juan Martín divide a sus fuerzas y realiza una salida desesperada y logra eludir el cerco, perdiendo sólo 13 hombres. Después de la infausta derrota de las armas españolas en Ocaña, varias columnas francesas forrajean en la Alcarria, circunstancia que aprovecha el Empecinado para atacarlas.
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El Empecinado, en un grabado (d) |
1810 – En febrero, los franceses cambian de estrategia y por medio del Intendente de Guadalajara, Ramón Salas, y con promesas de perdón del general Belliard, gobernador de Madrid, le conminan a que abandone la lucha con la promesa de ser respetado, pero el Empecinado, contestando por escrito a Salas, les hace desistir de sus intentos de atraerlo a su bando.
La situación en el país se va transformando poco a poco, y crece el número de partidas y cuadrillas en casi toda la geografía, y se calculan en cerca de unos 50.000 efectivos en total. Pero crece también la crudeza de la represión y Augereau dicta un bando por el que considera insurgentes a todos los españoles que porten armas. El mes de abril, acude en ayuda del mariscal de campo Bassecourt en Cuenca, para ahuyentar a dos destacamentos de franceses. La fama del Empecinado se extiende por las dos Castillas, lo que ayuda a aumentar el número de sus hombres y logra formas tres escuadrones con un total de 250 jinetes. A partir de mayo, sus correrías llegan hasta las inmediaciones de Madrid. Pero Belliard está determinado a acabar con el Empecinado, y nombra al general Hugo, padre del futuro escritor Víctor Hugo, como gobernador de Guadalajara, y José I le asigna hasta 3.000 jinetes, 12 piezas de artillería y algunas de las contraguerrillas formadas por españoles afrancesados. En lo que resta de año, toda la actividad se centrará en el duelo entre los dos hombres. A mediados de septiembre, convencido que atacando con pocas columnas no logrará nada, el general Hugo decide llevar un cuantioso contingente desde Brihuega a Cifuentes, donde espera encontrar a Juan Martín. La lucha es cruenta y los imperiales se retiran, y Juan Martín aprovecha para capturar Sigüenza el 29 de septiembre. Hugo ve que su empresa se complica con el tiempo y pide refuerzos a Belliard. Las tentativas de atrapar a Juan Martín se convierten en una cuestión de honor para los militares franceses. Incluso el prestigio de que goza llega a la propia Junta Central, donde se abren suscripciones para equipar a sus tropas(IV).
1811 – Por entonces, los imperiales ocupan casi toda España y buena parte de Portugal con seis cuerpos de ejército. Bassecourt, que se halla en Valencia, lo reclama para intentar defender Tarragona, que se halla amenazada por Suchet, pero la Junta de Guadalajara solo le permite acudir con 400 jinetes de su división. El 18 de enero entra en la capital del Turia, donde se le agasaja con celebraciones y festejos. Pero la hora de entrar en combate no llega y finalmente regresa a su destino de origen. Mientras las tropas francesas, exiguas de medios y sueldo, se entregan al pillaje, que pocas veces es reprimido y a veces hasta alentado(V) y se recrudece la represión para tratar de acabar con las partidas de guerrillas(VI).
El 20 de febrero el general D’Armagnac ataca a un grupo de sus tropas en Priego. Juan Martín acude con su caballería, los Voluntarios de Guadalajara y los Tiradores de Sigüenza. Tras una dura lucha los franceses ocupan Priego al anochecer pero el Empecinado logra retirarse con sus tropas sin ser molestado. El 23 de marzo atacan a golpe de bayoneta el puente de piedra entre Auñón y Sacedón, defendido por 600 hombres del Real Extranjero que lo han fortificado con una batería de cañones, todos al mando del coronel Luis Hugo, hermano del general. Tras una breve pero feroz lucha hacen prisioneros a los franceses, pero se ven obligados a retirarse por la presencia de refuerzos imperiales.
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Movimientos del Empecinado durante la 1ª quincena de mayo de 1811. |
El 11 de mayo recibe una orden de la Regencia donde se le autoriza a reunir un contingente de hasta 10.000 hombres en Castilla La Vieja y en la provincia de Madrid. Recibe un despacho en el que se le comunica que su unidad pasa a ser la 5ª división del 2º ejército al mando de Carlos O’Donnell. Tarragona cae finalmente en poder de Suchet y O’Donnell reclama sus tropas a la Junta para proteger Valencia. Se produce un conato de motín porque las tropas no quieren ir a Valencia. Por la torpeza de la Junta y del Marqués de Zayas, en menos de quince días su división queda reducida a la nada. El Empecinado se refugia en Cuenca. La Junta de Guadalajara es cesada y O’Donnell reclama al Marques de Zayas en Valencia. Juan Martín reconstruye su unidad y el 26 de septiembre se dirige a atacar Calatayud, con 5.000 infantes y 500 jinetes, que conquista el 4 de octubre. El 6 de octubre dos divisiones francesas procedentes de La Almunia y Navarra ocupan Calatayud, pero no encuentran a nadie. Dejan una pequeña guarnición y abandonan en veinticuatro horas la villa, que es vuelta a ocupar posteriormente por el Empecinado. El 26 de octubre derrota al general Mazzuchelli que desde Daroca se dirigía para atacarle con 3.500 infantes, 400 jinetes y 4 cañones, y luego se retira a Odón. En noviembre realiza varias acciones en los alrededores de La Almunia de Doña Godina. En Nochebuena libra combates en Ateca.
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El Empecinado, por S. Martínez (e) |
1812 – El 9 de enero los franceses conquistan Valencia. El 28 de enero desaloja a la guarnición francesa de Sigüenza. Pero cerca del Rebollar de Sigüenza es sorprendido por unos 500 coraceros que embisten a sus guerrilleros, y tras la desigual escaramuza, a Juan Martín no le queda otra que huir perseguido por un grupo de coraceros, y cuando sólo los separan un centenar de metros, frente a un barranco, aleja a su caballo y se precipita al fondo. Resulta muy malherido y los franceses le dan por muerto. Es recogido por un molinero que lo lleva a su casa sin saber quien es. No es hasta mediados de marzo que logra volver con sus tropas.
El 24 de marzo de 1812, ya totalmente restablecido, se pone en marcha nuevamente para acosar al enemigo en el corazón de la Alcarria: ejecuta acciones guerrilleras en Cogolludo y Budia. El mes de abril se dirige hacia Cuenca para liberarla, lo que consigue el 9 de mayo. En mayo de ese año, tiene una importante acción victoriosa en Las Inviernas, cerca del Camino Real de Aragón, y en junio se prodiga en actuaciones y correrías por la llanada del Henares entre Guadalajara y Alcalá. En La Cabrera ataca un destacamento que se dirigía a Madrid, pero es herido en el pecho por una bala y aunque la herida no revista peligro, le obliga a guardar reposo. Pero la victoria aliada en Los Arapiles precipita los acontecimientos, y José I abandona Madrid por segunda vez. El 12 de agosto, el Empecinado y otros jefes guerrilleros entran en Madrid, al tiempo que el ejército aliado al mando de Wellington. Sin perder apenas tiempo, Juan Martín pide permiso a Wellington para cercar Guadalajara, que logra rendir el 16 de agosto, haciendo prisionera a la guarnición de 750 hombres. Pero el 2 de noviembre, los franceses vuelven a entrar por tercera vez en Madrid. El resto del año no ve grandes acciones debido a la crudeza del invierno.
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Por su victoria ante los franceses en Retortillo el 29 de agosto de 1810 fue promovido a brigadier (f). |
1813 – El general Hugo reúne 10.000 hombres en Guadalajara y intenta capturar a Juan Martín que se halla entre Sigüenza y Jadraque, pero no puede lograrlo con una columna de 3.000 franceses, ya que el Empecinado elude el cerco, el día 24 de febrero. El 10 de abril consigue desalojar a la guarnición de Alcalá de Henares y se mantiene en sus posiciones hasta el 20 de abril. Recibe la noticia que el hermano de Soult (Pierre) se dirige contra él desde Madrid, con 4.000 infantes, 2.000 caballos y 4 piezas de artillería, por lo que tiene que retirarse a una legua de la población. El 22 de mayo libera definitivamente Alcalá de Henares. El 26 de mayo los franceses organizan la retirada de Madrid, y las tropas de el Empecinado se ubican en distintos puntos de la capital para asegurar el orden en colaboración con las autoridades civiles. El 25 de agosto Wellington le ordena que con su división se una al 2º ejército que opera en la zona de Tortosa y tan pronto como llega, pone cerco a la ciudad. Los acontecimientos se precipitan y Fernando VII entra en España y es esperado ansiosamente en Madrid.
El 9 de septiembre entra en Zaragoza.
1814 – En mayo se disuelve su división, y paralelamente comienzan las primeras persecuciones de liberales lo que constituye una purga en toda regla por parte de Fernando VII y sus partidarios, que acaban de un plumazo con la Regencia y las Cortes. Juan Martín vuelve con sus hermanos a su pueblo de Castrillo de Duero, para reemprender sus tareas agrícolas. Pide audiencia al Rey, pero pronto la atmósfera de la Corte se le revelará falsa y traicionera. Permanecerá alejado de la vida política.
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Acciones del Empecinado entre 1808 y 1813, donde se aprecian las áreas de actuación. |
1815 – En enero es nombrado mariscal de Campo. De marzo a junio de 1815, cuando Napoleón es derrotado definitivamente en Waterloo, se mantiene al mando de varios batallones ubicados en los Pirineos, como las compañías del Regimiento de Infantería de Burgos nº. 2 situadas en Valle de Broto -Huesca-, municipio donde se afincó en julio de 1815, disfrutando en su tiempo libre de la caza del oso, una de sus aficiones, cerca del valle de Bujaruelo, en la localidad de Torla.
1816 – Se le hace un homenaje y se le agasaja con festejos en Alcalá de Henares y se le concede la cruz de San Fernando por su liberación de la ciudad el 22 de mayo de 1813.
1820 – Tras unos años de represión por parte de Fernando VII, el Empecinado toma partido y reúne una unidad de 100 infantes y 50 jinetes y toma el camino de Madrid, para intentar que las autoridades tomen partido por los constitucionalistas. Pero en otras partes el sentimiento liberal crece y algunos militares se adhieren al movimiento. El 7 de marzo, Fernando decreta convocar Cortes y jurar la Constitución. El 9 de julio jura la Constitución, pero los absolutistas pronto conspiran para revertir la situación. El Empecinado, en Valladolid, resume la situación: “Va a costar más defender la Constitución que proclamarla”.
El Rey, por medio de un familiar lejano que trabaja en la Corte, le ofrece un millón de reales para armar y levantar un ejército para apoyarlo y le promete el titulo nobiliario de conde de Burgos. La contestación del Empecinado queda para la historia(VII), lo que le granjeará con su negativa el odio del monarca. Se traslada a la capital, asiste a algunas tertulias en los círculos de poder y se reúne con el entonces Ministro de la Guerra, el marqués de las Amarillas, con el que acuerda la necesidad de reprimir toda acción contra el nuevo Régimen, y este le nombra gobernador militar de Zamora.
1821 – Se producen alzamientos absolutistas en varios puntos de España. Juan Martín se traslada de Zamora a Lerma, y de allí a Covarrubias, tras los pasos de su antiguo camarada, el Cura Merino, que se ha unido a los realistas. Se darán una serie de escaramuzas entre los antiguos guerrilleros con desigual suerte, hasta que el Empecinado logra hacer huir a Merino de la zona. Pero durante este año y el siguiente, la situación no dejará de degradarse en varios puntos de España.
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Grabado de M. Brandi (g) |
1823 – Desde Madrid se preparan para la inminente invasión de las tropas francesas apoyadas por las partidas de realistas. Se forman cuatro ejércitos, en Navarra y Aragón, en Andalucía, Cataluña y Galicia. Juan Martín, ya plenamente integrado en la idea del liberalismo, actuó en el mes de enero en batallas desarrolladas entre Caspueñas y Brihuega, y el 26 de enero tomó Guadalajara. [6]
Al Empecinado, el Gobierno le encarga la comandancia de la guerrilla en las dos Castillas. Está a punto de ser capturado por el Cura Merino que le tiende una emboscada. Regresa a Aranda de Duero donde tiene su cuartel, pero se da cuenta que el pueblo llano se contenta con ser un mero espectador, ya que no consigue reclutar a partidarios y no encuentra el entusiasmo de la gente como en épocas pasadas. El 7 de abril los franceses pasan el río Bidasoa y comienza la invasión de los Cien Mil hijos de San Luis, que ocupan con relativa rapidez el norte del país. Las Cortes se trasladan a Sevilla con Fernando VII. Sólo el brigadier Julián Sánchez, el famoso “El Charro” les intenta acometer con exiguos efectivos en Logroño, pero es derrotado y capturado. Por su parte, el Empecinado captura Coria el 1 de junio. Pronto solo tres generales se mantendrán fieles al Gobierno: Mina en Cataluña, Riego en Andalucía y el Empecinado en Extremadura. El 1 de octubre en el Puerto de Santa María el Duque de Angulema con su ejército recibe a Fernando VII, con lo que seguirán diez años de represión en su aciago reinado. Juan Martín sigue en Ciudad Rodrigo y se entera de la caída de Cádiz. Le llegan noticias de la persecución de constitucionalistas y teme por su vida, por lo que se dirige hacia la frontera de Portugal. Finalmente recibe de un comisionado del Rey garantías que no será represaliado y las licencias para él y sus hombres. Pero emprendiendo el regreso a su pueblo, en el pueblo de Olmos de Peñafiel se le embosca y se le apresa por efectivos del Batallón de Voluntarios Realistas de Roa, siendo conducido a Roa del Duero, donde es encerrado.
1824 – El Empecinado lleva once meses en prisión. Leopoldo O\’Donnell, militar liberal, se enteró de la situación de Díez e intentó que el caso de Díez se escuchara en la Corte.
1825 – Sin embargo, el Rey ya había ordenado la ejecución, y el Corregidor de la plaza, Vicente García Álvarez, se apresuró a llevarla a cabo. Una calurosa tarde del 19 agosto, Juan Martín era llevado a la horca a lomos de un burro desorejado en señal de deshonra, mientras una plebe embrutecida seguía su recorrido lanzándole improperios y objetos. Al acercarse al cadalso, en un titánico esfuerzo, el Empecinado rompió las cadenas que le sujetaban y trató de refugiarse en el suelo sagrado de alguna iglesia, pero los soldados se lo impidieron tras un forcejeo en el que sufrió algún bayonetazo. Ante su desesperada resistencia, fue arrastrado con una soga hasta el suplicio y colgado sin más ceremonia. [7]
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Monumento al Empecinado en Burgos (h). |
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(I) – La pecina es un lodo negruzco formado en los charcos o en sitios donde hay materias orgánicas en descomposición, como en el arroyo Botijas que pasa por Castrillo.
(II) – El general Chic. [1]
(III) – Debido al buen trato recibido, el general Chic escribe al gobernador de Aranda de Duero para que libere a la madre del Empecinado. [1]
(IV) – El Duque del Infantado entre otros se preocupa de buscar las prendas, y el Banco Nacional recibe el dinero bajo el nombre de Don Patriótico. [1]
(V) – El general Laurent le escribe a Thibaudeu (político francés y autor de algunas memorias sobre Napoleón y el Consulado):
“Ahora tenemos frente a nosotros al país entero. Como desde hace mucho tiempo las tropas no cobran sus sueldos y la frase distribución de víveres ha desaparecido de nuestro diccionario, parece que vivimos entre vándalos. Nada se respeta: la guerra demasiado larga mata la moral” [1]
O como reza el célebre dicho:
“Tierra de España: tumba de soldados, ruina de oficiales y fortuna de generales”
(VI) – Belliard ordena a los alcaldes que entreguen una lista de los que se hallen fuera de sus villas: Todos los que se hallen fuera de sus lugares de residencia deben volver en el plazo de 1 mes, so pena de confiscación de sus bienes y ser considerados como rebeldes, y se ofrecen hasta 10.000 reales a quien entregue a un jefe guerrillero. [1]
(VII) – “Di al Rey que si no quería la Constitución, que no la hubiera jurado; que el Empecinado la juró y jamás cometerá la infamia de faltar a su juramento”. [1]
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Fuentes:
1) – “Juan Martín El Empecinado. Terror de los Franceses” – F. Hernández Girbal, Ed. Lira, Madrid, 1985
2) – “Juan Martín Díez “El Empecinado”. Los inicios” – Miguel Ángel García García, Cuadernos del Bicentenario, núm. 33, Agosto de 2018
3) – \»Apuntes de la vida y hechos militares del brigadier Don Juan Martín Díez, EL EMPECINADO\» – Por un admirador de ellos, Madrid, 1814
4) – https://en.wikipedia.org/wiki/Juan_Mart%C3%ADn_D%C3%ADez
5) – https://historiaragon.com/2017/09/09/el-empecinado/
6) – http://www.herreracasado.com/2003/01/09/la-ruta-de-el-empecinado-por-guadalajara/
7) – https://www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-reportajes/empecinado-guerrillero-martir-contra-invasion-napoleon_11247/5
8) – \»La Guerra de la Independencia. II – Los Guerrilleros\» – Andrés Cassinello Pérez, colección \»La Aventura de la Historia\», Arlanza Ediciones, SA, 2008
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