José María Leclercq, evocando el asedio de San Sebastián de 1813

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Hoy conversamos con Jose María Leclercq, historiador y arqueólogo donostiarra que ha tenido la deferencia de dedicarnos parte de su tiempo para tratar de algunas cuestiones referentes a la guerra de Independencia en esta parte del norte de España, y en especial de ese controvertido asedio de 1813 de San Sebastián, al cual ha dedicado una apreciable parte de su vida. Es asimismo administrador de la web http://www.sansebastian1813.es/, una fuente imprescindible para conocer el desarrollo de tan cruento y triste episodio de nuestra historia reciente. Tan solo nos queda dejaros con la entrevista, y sus palabras, que nos rememoran el asedio como un triste y amargo recuerdo en el tiempo:

Si usted nunca ha respirado la brisa del mar sobre la árida playa de San Sebastián, marche con precaución, por miedo a pisar con los pies las osamentas de sus hermanos… y rece una plegaria por el alma de sus compatriotas, si usted es francés, pues muchos franceses sucumbieron en esta jornada. Rece aún más, si usted es inglés o portugués, puesto que ingleses y portugueses cayeron por millares. Rece y llore si usted es español, puesto que ese día, la sangre española corrió por torrentes, y España perdió su libertad arrancando del exilio al rey Fernando VII.” [1]

ENTREVISTA

(El Rincón de Byron): Fuiste galardonado el pasado enero con la medalla al Mérito Ciudadano de la ciudad, por tu “trabajo por preservar la memoria de San Sebastián, en especial del incendio que asoló la ciudad en 1813”. Solo nos cabe felicitarte y preguntar: ¿Qué es lo que te mueva a investigar estos sucesos acaecidos hace 209 años? ¿Las instituciones y organismos públicos son receptivos a este tipo de estudios históricos o hay que darse de bruces en muchas puertas para encontrar apoyos oficiales?

(José María Leclercq): «Fue una gran sorpresa para mí. Algo totalmente inesperado. La vida del historiador es un poco solitaria. Me encontraba en mi mesa, iluminado con un flexo, delante del ordenador y totalmente inmerso en mis investigaciones, abstraído del mundo que me rodea, cuando sonó el teléfono y una voz me dijo que era el alcalde de mi ciudad. Me llamaba para comunicarme personalmente que se me había concedido la Medalla al Mérito ciudadano por mis investigaciones sobre los acontecimientos de 1813 en San Sebastián.

Es muy importante para un historiador saber que tu trabajo tiene detrás seguidores que lo aprecian y valoran. Mi afán es exclusivamente divulgador. Nunca he cobrado por mis investigaciones ni un solo euro, es más, me cuestan dinero. Pero como las he concebido como si de un hobby se tratase, nunca miras esa faceta. Solamente buscas divulgar la verdad de lo que realmente ocurrió en mi ciudad en 1813.

Y aquí enlazo con tu pregunta. Uno de los diversos motivos que me llevó a profundizar en este momento histórico tan importante de San Sebastián, fue la divulgación, en distintos medios, tanto de prensa, publicaciones y panfletos, de falsedades sobre lo ocurrido y sobre sus responsables. Un historiador tiene que tratar de desempeñar siempre un mero rol de investigador, dejar de lado sus filias y fobias y dedicarse a mostrar de manera totalmente imparcial los descubrimientos que su trabajo aporta. En el caso de San Sebastián, los intereses políticos de un sector están vertiendo continuamente sobre la verdad una serie de mentiras que la distorsionan y tergiversan. Cuando una mentira se repite continuamente, al final se convierte en verdad, y máxime en el mundo que nos ha tocado vivir en el que, carente de cualquier tipo de investigación previa, el “corta pega” se ha hecho vírico «ad nauseam».

Heredé de mi padre la afición de investigar la historia. Este hecho me llevó a licenciarme en Arqueología e Historia por la Universidad de Valladolid. Tras ejercer un tiempo profesionalmente, actualmente, como ya he dicho, lo hago de forma altruista, con la gran dificultad añadida de que hoy en día los tiempos para el mundo de la cultura son muy difíciles. Lamentablemente las Instituciones Públicas no son nada receptivas en invertir dinero en estos proyectos, aunque he de romper una lanza a favor de los políticos, ya que en mi caso me veo en la obligación de entonar un «mea culpa» por mi falta de comunicación con ellos. No soy buen vendedor de ilusiones, pero tras más de veinte años dedicado a este momento histórico, no me arrepiento de los esfuerzos realizados. Compensan con creces.»

(El Rincón de Byron): Vous avez été récompensé en janvier dernier par la Médaille du Mérite Citoyen de la ville, pour votre « travail de préservation de la mémoire de Saint-Sébastien, en particulier l’incendie qui a dévasté la ville en 1813 ». Nous ne pouvons que vous féliciter et vous demander : Qu’est-ce qui vous pousse à enquêter sur ces événements qui se sont produits il y a 209 ans? Les institutions et organisations publiques sont-elles réceptives à ce type d’étude historique ou faut-il foncer tête baissée dans de nombreuses portes pour trouver des appuis officiels?

(José María Leclercq): «Ce fut une grande surprise pour moi. Quelque chose de totalement inattendu. La vie de l’historien est un peu solitaire. J’étais à mon bureau, éclairé par une liseuse, devant l’ordinateur et totalement plongé dans mes recherches, abstrait du monde qui m’entoure, quand le téléphone a sonné et une voix m’a dit que c’était le maire de ma ville. Il m’appelait pour m’informer personnellement que j’avais reçu la Médaille du Mérite Citoyen pour mes investigations sur les événements de 1813 à Saint-Sébastien.

Il est très important pour un historien de savoir que votre travail a derrière lui des adeptes qui l’apprécient et l’apprécient. Mon désir est exclusivement informatif. Je n’ai jamais facturé un seul euro pour mes recherches, en plus elles me coûtent de l’argent. Mais depuis que je les ai conçus comme s’il s’agissait d’un passe-temps, vous ne regardez jamais cet aspect. Vous ne cherchez qu’à répandre la vérité sur ce qui s’est réellement passé dans ma ville en 1813.

Et voici le lien vers votre question. L’une des diverses raisons qui m’ont amené à plonger dans ce moment historique important à Saint-Sébastien a été la divulgation, dans différents médias, y compris la presse, les publications et les brochures, de mensonges sur ce qui s’est passé et sur les responsables. Un historien doit toujours essayer de jouer un simple rôle de chercheur, mettre de côté ses goûts et ses dégoûts et se consacrer à montrer les découvertes auxquelles son travail apporte de manière totalement impartiale. Dans le cas de Saint-Sébastien, les intérêts politiques d’un secteur déversent continuellement une série de mensonges qui déforment et déforment la vérité. Lorsqu’un mensonge se répète continuellement, il finit par devenir la vérité, et surtout dans le monde dans lequel nous avons dû vivre où, faute de tout type d’enquête préalable, les «coupures et chutes» sont devenues virales «ad nauseam» .

J’ai hérité de mon père le passe-temps de la recherche en histoire. Ce fait m’a amené à obtenir un diplôme en archéologie et histoire de l’Université de Valladolid. Après avoir exercé professionnellement pendant un certain temps, actuellement, comme je l’ai déjà dit, je le fais par altruisme, avec la grande difficulté supplémentaire que les temps du monde de la culture sont actuellement très difficiles. Malheureusement, les institutions publiques ne sont pas du tout réceptives à investir de l’argent dans ces projets, même si je dois briser une lance en faveur des politiciens, car dans mon cas, je suis obligé de chanter un «mea culpa» pour mon manque de communication avec eux. Je ne suis pas un bon vendeur d’illusions, mais après plus de vingt ans consacrés à ce moment historique, je ne regrette pas les efforts consentis. Ils compensent largement.

La ciudad de San Sebastián desde el cercano monte Igueldo.
La ville de Saint-Sébastien depuis le mont Igueldo voisin.

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(El Rincón de Byron): ¿En qué facetas crees que te ha ayudado el tener conocimientos en arqueología para tu estudio del período históricos que nos ocupa? La arqueología, ¿nos puede explicar con más exactitud cómo fueron los acontecimientos pasados, incluso mejor que las crónicas oficiales o las memorias de los participantes, o solo es un necesario complemento a estas?

(José María Leclercq): «La especial sensibilidad de un arqueólogo, sin menospreciar a nadie al no tener por qué ser exclusiva, es muy importante. Muchas veces menciono la tan usada frase «las piedras hablan a quienes sabemos escucharlas», y esa «comunicación» realmente ayuda muchas veces a interpretar momentos puntuales de la historia.

Cuando paseo por los lugares donde se desarrollaron los trágicos hechos de 1813 en San Sebastián, el poder de abstracción, reforzado por lo que un arqueólogo ve con más facilidad que otros, es importantísimo para poder conseguir, como mínimo, una somera idea de lo que sucedió hace ya 209 años.

Pero la arqueología en este caso es un elemento complementario. El estudio de la historia es algo multidisciplinar. En mi caso, para el momento histórico que investigo, tengo que acudir obligatoriamente a especialistas en historia política contemporánea, a estudiosos de historia y tácticas militares, a estudios sociales de la época, y así un largo etcétera. La correcta unión de todos estos campos logra la pócima correcta que ilumina la verdad de lo acontecido.

En mi caso todo nace de la necesidad de «ver» lo que realmente ocurrió. Quería que me lo contaran de primera mano los protagonistas. No me fiaba completamente de anteriores estudios por la sospecha de que la imagen que nos aportasen estuviese distorsionada por el autor. He actuado como una especie de Santo Tomás. No me lo creo sin haberlo visto con mis propios ojos. ¿Pero cómo conseguirlo?

Sencillo. Acudí a todos los documentos oficiales, despachos y partes de guerra existentes, gracias a los cuales pude dar a la investigación un tronco sobre el cual pueden brotar nuevas ramas. La más importante de estas últimas, y creo que novedosa, es la de tratar de «humanizar» a los protagonistas, hasta ahora meros nombres en un relato. Para lograrlo nuevamente acudí a las fuentes escritas. Los diarios, muy profusos en ese periodo histórico, nos muestran una realidad muy diferente a la fría interpretación derivada de los despachos. Encuentras historias olvidadas, anécdotas, algunas hasta graciosas en un entorno tan terrible, y sobre todo sentimientos, importantísimos para poder transmitir la realidad, y esta es, sencillamente, que los protagonistas eran personas normales, como nosotros. Tenían sus amores y odios, eran valientes, hasta temerarios, pero también los había menos arrojados. Experimentaron sentimientos contradictorios sobre el deber cumplido y el sufrimiento que causaban al enemigo y a los inocentes civiles. Lo mismo que nos ocurriría a nosotros.»

(El Rincón de Byron): Dans quelles facettes pensez-vous que le fait d’avoir des connaissances en archéologie vous a aidé pour votre étude de la période historique qui nous concerne? L’archéologie peut-elle nous expliquer plus exactement ce qu’étaient les événements passés, mieux encore que les chroniques officielles ou les mémoires des participants, ou n’en est-elle qu’un complément nécessaire?

(José María Leclercq): «La sensibilité particulière d’un archéologue, sans rabaisser personne en n’ayant pas à être exclusif, est très importante. Je mentionne souvent la phrase très utilisée «les pierres parlent à ceux qui savent les écouter», et que la «communication» aide vraiment à interpréter des moments spécifiques de l’histoire.

Lorsque je me promène dans les lieux où se sont déroulés les événements tragiques de 1813 à Saint-Sébastien, le pouvoir de l’abstraction, renforcé par ce qu’un archéologue voit plus facilement que d’autres, est extrêmement important pour pouvoir se faire, au moins, une brève idée de ce qui s’est passé il y a 209 ans.

Mais l’archéologie dans ce cas est un élément complémentaire. L’étude de l’histoire est quelque chose de multidisciplinaire. Dans mon cas, pour le moment historique que j’enquête, je dois m’adresser à des spécialistes de l’histoire politique contemporaine, à des spécialistes de l’histoire et de la tactique militaire, à des études sociales de l’époque, etc. L’union correcte de tous ces champs permet d’obtenir la bonne potion qui éclaire la vérité sur ce qui s’est passé.

Dans mon cas, tout découle du besoin de «voir» ce qui s’est réellement passé. Je voulais que les protagonistes me le disent de première main. Je ne faisais pas entièrement confiance aux études précédentes car je soupçonnais que l’image qu’elles nous donnaient était déformée par l’auteur. J’ai agi comme une sorte de saint Thomas. Je ne peux pas y croire sans le voir de mes propres yeux. Mais comment l’obtenir?

Facile. J’ai consulté tous les documents officiels, dépêches et rapports de guerre existants, grâce auxquels j’ai pu donner à l’enquête un tronc sur lequel de nouvelles branches peuvent germer. Le plus important de ces derniers, et je pense nouveau, est celui d’essayer «d’humaniser» les protagonistes, jusqu’à présent de simples noms dans une histoire. Pour y parvenir à nouveau, je me suis tourné vers des sources écrites. Les journaux, très abondants à cette époque historique, nous montrent une réalité bien différente de la froide interprétation tirée des dépêches. Vous trouvez des histoires oubliées, des anecdotes, certaines même drôles dans un environnement aussi terrible, et surtout des sentiments, très importants pour pouvoir transmettre la réalité, et c’est simplement que les protagonistes étaient des gens normaux, comme nous. Ils avaient leurs amours et leurs haines, ils étaient courageux, voire téméraires, mais il y en avait aussi des moins audacieux. Ils éprouvaient des sentiments contradictoires quant au devoir accompli et aux souffrances qu’ils causaient à l’ennemi et aux civils innocents. La même chose qui nous arriverait

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(El Rincón de Byron): Las nuevas generaciones de habitantes de San Sebastián o sus alrededores, en general los habitantes de la región,  ¿crees que son sabedores o les interesa todo lo que aconteció en la ciudad de San Sebastián hace doscientos años? ¿Las escuelas e institutos o la administración pública educativa en general, crees que se preocupan de explicar adecuadamente dichos sucesos?

(José María Leclercq): «El gran problema de nuestra sociedad es el inmenso desconocimiento que tiene de su historia. La ausencia de curiosidad por saber qué ocurrió, o la razón del por qué somos lo que somos actualmente, es muy preocupante.

Una de mis actividades favoritas consiste en realizar excursiones por los lugares más significativos de la historia de 1813, y he de decir que la aceptación que tiene entre los donostiarras es enorme. Muchos de los participantes, admitiendo su total ignorancia sobre la historia en general, abren sus ojos, y espero que su curiosidad también, confesando que han disfrutado enormemente de las mil historias que les he contado. Es mi manera más directa de divulgar la historia cara a cara con mis convecinos.

Por otra parte, la web www.sansebastian1813.es, mi arma comunicadora más importante, no deja de sorprenderme. ¡Tiene ya más de 325.000 visitas! Algo increíble para una web con unos objetivos tan puntuales. Es un signo inequívoco de que realmente existe un interés por nuestra historia.

Sobre la educación en general en escuelas, colegios e institutos, prefiero no extenderme mucho. Todos sabemos cómo se encuentra la docencia en nuestro país. La historia se ha convertido en una asignatura residual, muchas veces tergiversada y desgraciadamente algo vacía de contenido. Hablando con jóvenes, estos me confiesan habitualmente un casi total desconocimiento sobre la historia de España, una historia llena de continuos conflictos militares sufridos por nuestros antepasados a lo largo del siglo XIX, y que tanta importancia han tenido para el futuro de nuestro país. Es un gran error muy grave proceder de esta manera con las nuevas generaciones que tendrán que sucedernos…»

(El Rincón de Byron): Les nouvelles générations d’habitants de Saint-Sébastien ou de ses environs, en général les habitants de la région, pensez-vous qu’ils savent ou s’intéressent-ils à tout ce qui s’est passé dans la ville de Saint-Sébastien il y a deux cents ans? Pensez-vous que les écoles et les instituts ou l’administration publique éducative en général se préoccupent d’expliquer adéquatement les dits événements?

(José María Leclercq): «Le grand problème de notre société est l’immense méconnaissance qu’elle a de son histoire. L’absence de curiosité à propos de ce qui s’est passé, ou de la raison pour laquelle nous sommes ce que nous sommes aujourd’hui, est très inquiétante.

L’une de mes activités préférées est de faire des excursions dans les lieux les plus significatifs de l’histoire de 1813, et je dois dire que l’acceptation qu’elle a parmi les habitants de Saint-Sébastien est énorme. Beaucoup de participants, avouant leur totale ignorance de l’histoire en général, ouvrent les yeux, et j’espère aussi leur curiosité, avouant qu’ils ont beaucoup apprécié les mille histoires que je leur ai racontées. C’est ma façon la plus directe de diffuser l’histoire face à face avec mes voisins.

D’autre part, le site www.sansebastian1813.es, mon arme de communication la plus importante, ne cesse de m’étonner. Il compte déjà plus de 325 000 visites! Quelque chose d’incroyable pour un site web avec des objectifs aussi précis. C’est un signe sans équivoque qu’il y a vraiment un intérêt pour notre histoire.

Sur l’éducation en général dans les écoles, collèges et instituts, je préfère ne pas trop m’étendre. Nous savons tous ce qu’est l’enseignement dans notre pays. L’histoire est devenue un sujet résiduel, souvent déformé et malheureusement un peu vide de contenu. En parlant aux jeunes, ils m’avouent généralement une ignorance presque totale de l’histoire de l’Espagne, une histoire pleine de conflits militaires continus subis par nos ancêtres tout au long du XIXe siècle, et qui ont eu tant d’importance pour l’avenir de notre pays. C’est une très grave erreur de procéder ainsi avec les nouvelles générations qui devront nous succéder…

Recreación tridimensional de San Sebastián hacia 1800 por el arquitecto José Javier Pi Chevrot.
Reconstitution tridimensionnelle de San Sebastián vers 1800 par l’architecte José Javier Pi Chevrot.

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(El Rincón de Byron): De una manera general, ¿Cómo se desarrollaba la vida de los habitantes de San Sebastián durante la ocupación francesa? ¿Crees que la administración bajo tutela francesa fue beneficiosa para la ciudad?

(José María Leclercq): «San Sebastián siempre mantuvo unos lazos comerciales muy importantes con nuestros vecinos del otro lado de la frontera. La escasa distancia con Francia, apenas veinte kilómetros, hacen que estas relaciones proliferen. Lo mismo ocurrió con las ideas revolucionarias renovadoras que tanto asustaron a las monarquías europeas, y que se divulgaron entre las clases más acomodadas de la sociedad.

Tras ser ocupada la ciudad por las tropas imperiales francesas, la relación fue primeramente tensa. Tenemos relatos interesantísimos que nos muestran con que frialdad e indiferencia se recibió al rey José I, detalle que sorprendió muchísimo al hermano del Emperador, al ser la primera vez que los experimentaba en un reino que pensaba encontrar deseoso por aceptarlo en su trono. También tenemos historias de cómo se convocaban por la guarnición bailes entre la oficialidad francesa y las clases acomodadas donostiarras, para honrar a algunos generales. Estos podían aparentar una total armonía, pero el menor detalle hacía que la realidad aflorara. Esta ciudad sufría una ocupación militar en toda regla.

El hecho de ser una plaza militar tan fuerte la convirtió en un núcleo de acuartelamiento de tropas, entre las que destacaba la Gendarmerie Imperial, encargada de mantener limpios los caminos continuamente cortados por las partidas guerrilleras. Este detalle ocasionó que se convirtiera en una especie de cárcel, en la que eran internados muchos habitantes de las poblaciones colindantes represaliados por favorecer a esas tropas irregulares. Consecuencia de esto, fue que no fuese bien mirada por muchos vecinos… ¿Pero que podía hacer una población indefensa contra unas tropas de élite?

La ciudad permaneció cinco años bajo el poder francés, ahogada por impuestos exorbitados, obligada muchas veces a mantener a su costa a una guarnición enemiga y carente de una actividad comercial por los bloqueos continentales, con sus problemas de distribución de mercancías y la falta de materias primas para las industrias locales.

La ciudad de San Sebastián sufrió mucho durante la ocupación francesa, y jamás sospechó el final tan dramático e injusto que tendría a manos de unas tropas mal llamadas «aliadas».

(El Rincón de Byron): En général, comment était la vie des habitants de Saint-Sébastien pendant l’occupation française? Pensez-vous que l’administration sous tutelle française a été bénéfique pour la ville?

(José María Leclercq): «Saint-Sébastien a toujours entretenu des liens commerciaux très importants avec nos voisins de l’autre côté de la frontière. La courte distance avec la France, à peine une vingtaine de kilomètres, fait proliférer ces relations. La même chose s’est produite avec les idées révolutionnaires novatrices qui ont tant effrayé les monarchies européennes et qui se sont propagées parmi les classes les plus riches de la société.

Après l’occupation de la ville par les troupes impériales françaises, les relations ont d’abord été tendues. Nous avons des histoires très intéressantes qui nous montrent la froideur et l’indifférence avec lesquelles le roi Joseph Ier a été reçu, un détail qui a beaucoup surpris le frère de l’empereur, car c’était la première fois qu’il les expérimentait dans un royaume qu’il pensait trouver disposé à accepter lui sur son trône. Nous avons également des histoires sur la façon dont les danses étaient appelées par la garnison entre les officiers français et les classes aisées de Saint-Sébastien, pour honorer certains généraux. Celles-ci pouvaient sembler en totale harmonie, mais le moindre détail faisait émerger la réalité. Cette ville souffrait d’une occupation militaire à part entière.

Le fait d’être une base militaire aussi forte en fait un noyau de cantonnement pour les troupes, parmi lesquelles se distingue la Gendarmerie Impériale, chargée de maintenir propres les routes continuellement coupées par les bandes de guérilla. Ce détail en fit une sorte de prison, dans laquelle de nombreux habitants des villes voisines furent internés en représailles d’avoir favorisé ces troupes irrégulières. La conséquence en était qu’elle n’était pas bien considérée par beaucoup de voisins… Mais que pouvait faire une population sans défense contre des troupes d’élite?

La ville est restée sous pouvoir français pendant cinq ans, étouffée par des impôts exorbitants, forcée de nombreuses fois à maintenir une garnison ennemie à ses frais et privée d’activité commerciale en raison des blocus continentaux, avec ses problèmes de répartition des marchandises et de manque de matières premières. primes pour les industries locales.

La ville de Saint-Sébastien a beaucoup souffert pendant l’occupation française, et ne s’est jamais douté de la fin dramatique et injuste qu’elle aurait aux mains de troupes mal nommées «alliées».

El monte Urgull a la izquierda y la isla de Santa Clara a la derecha. Se distingue en la cúspide del monte la estatua del Sagrado Corazón de Jesús, situada en el castillo de la Mota, que contaba para la defensa en 1813 con tres baterías de cañones. / Le mont Urgull à gauche et l’île de Santa Clara à droite. Au sommet de la montagne se trouve la statue du Sacré-Cœur de Jésus, située dans le château de La Mota, qui avait trois batteries de canons pour la défense en 1813.

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(El Rincón de Byron): El fenómeno de los afrancesados o partidarios del gobierno de José I, ¿crees que tuvo mayor importancia en las tierras vascas en general y en San Sebastián en particular por estar más próximos geográficamente con las ideas de la Revolución que en otras partes de España o no difirió en mayor medida?

(José María Leclercq): «La posición geográfica de la ciudad favorece su comunicación con Francia, pero ya transcurrida más de una década desde el nacimiento de la Revolución francesa, sería incorrecto pensar que la divulgación de esas ideas no se encontrase distribuida de manera uniforme por toda nuestra geografía.

Esta pregunta tiene mucha importancia para explicar los acontecimientos que se sucedieron tras el saqueo y la quema de la ciudad. Uno de los argumentos de los «aliados» para justificar su inexplicable actuación fue la de acusar a los donostiarras de colaboradores y afrancesados. Esta afirmación, que sorprendentemente aún es argumentada en algunos trabajos, hirió profundamente, como es lógico, a los supervivientes de esa catástrofe. Pero más sangrante fue que encontrara eco entre nuestros mismísimos compatriotas, que seguramente por los intereses políticos y militares imperantes en ese momento, no dudaban en anteponer estas falacias a la verdad de lo acontecido.

¿Pero hubo realmente una colaboración con la defensa francesa por parte de civiles donostiarras?

Es la pregunta del millón.

Tras mis últimas investigaciones he de decir que sospecho cada vez con más firmeza que algo sí sucedió. Pero igualmente afirmo con total rotundidad que sería injusto acusar a una población entera de colaboracionismo con el enemigo por la actuación de un sector de la misma. En la actualidad no todos somos de derechas o de izquierdas, ni del Real Madrid o del Barcelona. Igualmente, en 1813 no todos los donostiarras eran afrancesados. Ni siquiera todos los enemigos de los franceses pensaba de igual manera. Había partidarios del rey Carlos IV, o de su hijo Fernando VII, y entre ellos muchos también eran claramente partidarios de la Constitución de Cádiz. No se puede generalizar nunca. Ese es el mayor error en el que caen muchos estudiosos de la historia.

Pero he de decir, que ciertamente en mi trabajo me he encontrado documentos que insinúan, sino una colaboración clara, sí que se podía haber hecho algo más en contra de los ocupantes franceses. Cartas francesas afirmando que los habitantes se comportaron ejemplarmente, o que sería difícil encontrar en Francia una población tan entregada, nos muestran una versión radicalmente diferente a la que sostuvo el Ayuntamiento donostiarra tras la catástrofe de 1813. De todas maneras, a pesar de tratarse de fuentes poco conocidas, no podemos olvidar que son relatos totalmente interesados a favor de uno de los bandos contendientes, y como tal hay que tomarlos para analizar posteriormente todo el conjunto de datos, que unos y otros aportan.

No creo que se pueda acusar a San Sebastián y sus habitantes de colaboracionismo tal y como se hizo en su momento. Seguramente la actitud de la gran mayoría de sus ciudadanos no difirió con la mostrada por los habitantes de otras ciudades españolas asediadas y lamentablemente también saqueadas por nuestros «aliados».

Lo que ocurrió realmente en San Sebastián es que a estos se les fue la mano.»

(El Rincón de Byron): Pensez-vous que le phénomène des «afrancesados» ou partisans du gouvernement de José I avait une plus grande importance dans les terres basques en général et à Saint-Sébastien en particulier parce qu’ils étaient géographiquement plus proches des idées de la Révolution que dans d’autres parties de l’Espagne ou ne différait-elle pas davantage?

(José María Leclercq): La position géographique de la ville favorise sa communication avec la France, mais maintenant que plus d’une décennie s’est écoulée depuis la naissance de la Révolution française, il serait faux de penser que la diffusion de ces idées n’a pas été uniformément répartie dans notre géographie.

Cette question est très importante pour expliquer les événements qui ont suivi le pillage et l’incendie de la ville. L’un des arguments des «alliés» pour justifier leur action inexplicable était d’accuser les habitants de Saint-Sébastien d’être des collaborateurs et des francisés. Cette affirmation, qui étonnamment est encore argumentée dans certains ouvrages, a profondément blessé, comme il est logique, les survivants de cette catastrophe. Mais le plus sanglant a été qu’il a trouvé un écho chez nos propres compatriotes, qui sûrement en raison des intérêts politiques et militaires qui prévalaient à l’époque, n’ont pas hésité à faire passer ces sophismes avant la vérité de ce qui s’est passé.

Mais y avait-il vraiment une collaboration avec la défense française par des civils de Saint-Sébastien?

C’est la question à un million de dollars.

Après mes dernières investigations, je dois dire que je soupçonne de plus en plus fermement qu’il s’est passé quelque chose. Mais j’affirme aussi fermement qu’il serait injuste d’accuser toute une population de collaborer avec l’ennemi du fait des agissements d’un secteur de celle-ci. À l’heure actuelle, nous ne sommes pas tous de droite ou de gauche, ni du Real Madrid ou de Barcelone. De même, en 1813, tous les habitants de Saint-Sébastien n’étaient pas francisés. Même tous les ennemis des Français ne pensaient pas de la même manière. Il y avait des partisans du roi Charles IV, ou de son fils Ferdinand VII, et parmi eux, beaucoup étaient aussi clairement des partisans de la Constitution de Cadix. Vous ne pouvez jamais généraliser. C’est la plus grande erreur dans laquelle tombent de nombreux spécialistes de l’histoire.

Mais je dois dire que j’ai certainement trouvé dans mon travail des documents qui insinuent, sinon une collaboration claire, que quelque chose de plus aurait pu être fait contre les occupants français. Les lettres françaises affirmant que les habitants se sont comportés de manière exemplaire, ou qu’il serait difficile de trouver une population aussi dévouée en France, nous montrent une version radicalement différente de celle tenue par la Mairie de Saint-Sébastien après la catastrophe de 1813. En tout, dans ce cas, bien qu’il s’agisse de sources peu connues, nous ne pouvons pas oublier qu’il s’agit d’ histoires totalement intéressées en faveur de l’une des parties en présence, et en tant que telles, elles doivent être prises pour analyser ensuite l’ensemble des données, auxquelles l’une et l’autre contribuent.

Je ne pense pas que Saint-Sébastien et ses habitants puissent être accusés de collaboration comme on le faisait à l’époque. Certes, l’attitude de la grande majorité de ses citoyens ne différait pas de celle des habitants d’autres villes espagnoles assiégées et malheureusement également pillées par nos «alliés».

Ce qui s’est réellement passé à Saint-Sébastien, c’est qu’ils sont devenus incontrôlables.

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Maniquí con uniforme de Gendarme. Musée de l’Emperi. / Mannequin en uniforme de Gendarme. Musée de l’Emperi.

(El Rincón de Byron): Napoleón decretó a finales de 1809 la creación de 20 escuadrones de gendarmes a caballo,  como una especie de fuerza militar y policiaca destinada preferentemente a labores de contra-guerrilla, protegiendo rutas y enclaves ocupados básicamente en las provincias del norte de España. En tu opinión, ¿el envío de estas unidades de policía explica elocuentemente la importancia del norte de España para Napoleón y lo enconado de las acciones por parte de la acción guerrillera? El papel de la guerrilla que se dio en tierras vascas, ¿crees que tenía las mismas características o difería de las que se dieron en el resto de España?

(José María Leclercq): «La acción guerrillera en el entorno de San Sebastián es intensísima. No podemos olvidar la importancia geográfica del lugar, paso obligado de todas las columnas francesas que procedentes de Bayona se internan en nuestro país. Los ataques contra la mala, es decir, los correos, e incluso contra convoyes fuertemente armados se sucederán continuamente. La importancia de la ruta y la naturaleza del territorio, lleno de montañas, valles y bosques, favorecerá en gran medida la proliferación de estos grupos guerrilleros. Guipúzcoa se puede enorgullecer de ser una de las primeras provincias en tener en sus caminos partidas guerrilleras, de mayor o menor entidad, molestando la circulación de las tropas enemigas. Estas adquirirán, como ocurre en otros lugares de España, cada vez mayor importancia por el número de integrantes así como por el aumento de sus medios. Destacan en nuestras tierras las acciones del navarro Mina y del guipuzcoano Jáuregui, «El Pastor» entre muchos otros.

La Gendarmerie Imperial, se situó en San Sebastián como plaza principal desde el la que operar para atajar este problema. Como ya he señalado anteriormente, este detalle no granjeó grandes simpatías hacia nuestra ciudad en el resto de poblaciones, a pesar de que sus habitantes nada podían hacer al respecto. La importancia de mantener las líneas de comunicación abiertas con Francia, obligará a este cuerpo de élite a actuar sin miramientos en nuestras tierras. Sus métodos muchas veces nos recordarán a los utilizados por las unidades alemanas a lo largo de la Segunda Guerra Mundial. Toma de rehenes, castigos ejemplares, quema de caseríos, deportaciones… Una atmosfera terrible para los habitantes de este país, que muchas veces, sin querer formar parte de esta guerra y limitarse a sobrevivir en sus aisladas poblaciones, se ven involuntariamente inmersos en la vorágine destructiva de la guerra.»

(El Rincón de Byron): Napoléon décrète à la fin de 1809 la création de 20 escadrons de gendarmes à cheval, comme une sorte de force militaire et policière destinée de préférence au travail de contre-guérilla, protégeant les routes et les enclaves occupées essentiellement dans les provinces du nord de l’Espagne. Selon vous, l’envoi de ces unités de police explique-t-il avec éloquence l’importance du nord de l’Espagne pour Napoléon et l’amertume des actions de la guérilla ? Pensez-vous que le rôle de la guérilla dans les terres basques avait les mêmes caractéristiques ou était-il différent de celui du reste de l’Espagne ?

(José María Leclercq): «L’action de guérilla autour de Saint-Sébastien est extrêmement intense. On ne peut oublier l’importance géographique du lieu, étape obligée pour toutes les colonnes françaises venues de Bayonne dans notre pays. Les attaques contre les mala, c’est-à-dire les courriers, et même contre les convois lourdement armés continueront à se succéder. L’importance du tracé et la nature du territoire, plein de montagnes, de vallées et de forêts, favoriseront grandement la prolifération de ces guérillas. Guipúzcoa peut s’enorgueillir d’être l’une des premières provinces à avoir sur ses routes des groupes de guérilla, plus ou moins importants, perturbant le mouvement des troupes ennemies. Celles-ci acquerront, comme cela se produit dans d’autres endroits en Espagne, une importance croissante en raison du nombre de membres ainsi que de l’augmentation de leurs moyens. Les actions de Mina de Navarre et de Jáuregui de Gipuzkoa, «El Pastor» parmi tant d’autres, se distinguent sur nos terres.

La Gendarmerie impériale était située à Saint-Sébastien comme la place principale à partir de laquelle opérer pour résoudre ce problème. Comme je l’ai déjà souligné, ce détail n’a pas gagné une grande sympathie envers notre ville dans le reste des villes, malgré le fait que ses habitants ne pouvaient rien y faire. L’importance de garder les lignes de communication ouvertes avec la France obligera ce corps d’élite à agir sans pitié sur nos terres. Ses méthodes nous rappelleront souvent celles utilisées par les unités allemandes tout au long de la Seconde Guerre mondiale. Prises d’otages, châtiments exemplaires, incendies de villages, déportations… Une ambiance terrible pour les habitants de ce pays, qui bien des fois, sans vouloir faire partie de cette guerre et se limiter à survivre dans leurs populations isolées, sont involontairement immergés dans le maelström destructeur de la guerre

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Louis Emmanuel Rey, comandante de las fuerzas imperiales / Louis Emmanuel Rey, commandant des forces impériales. (b)

(El Rincón de Byron): El asedio de San Sebastián duró desde el 7 de julio al 8 de septiembre de 1813. En tu opinión, ¿Qué explica la enconada resistencia francesa cuando ya el signo de la guerra había cambiado ostensiblemente de bando? ¿Cuáles crees que fueron los principales problemas o los fallos de los sitiadores aliados para que el asedio se prolongase durante esos dos meses?

(José María Leclercq): «El asedio realmente duró desde el 28 de junio al 9 de septiembre, día en que la guarnición francesa, tras la capitulación del día anterior, abandona sus posiciones en formación, a tambor batiente y con honores militares. Las tropas del general Mendizábal, compuestas por antiguas unidades guerrilleras son las que comenzaron el asedio a la ciudad. Estaban compuestas por tres regimientos de voluntarios guipuzcoanos y otros tres vizcaínos. Su actividad no fue muy efectiva al carecer de la artillería necesaria, para afrontar una acción de esa envergadura y enfrentarse con una guarnición muy combativa y con una moral excelente.

La duración y el enconamiento de la defensa francesa puede deberse a varios factores. El principal de ellos fue la continua esperanza de la guarnición a que el asedio fuera levantado por una ofensiva general liderada por el mariscal Soult. Hasta pocos días antes de la capitulación, no se descartó esa posibilidad. El ejemplo lo encontramos en la última negociación con los aliados que se produjo cuando los defensores se encontraban encerrados en la fortaleza del monte Urgull, sin artillería y sometidos a un aplastante fuego de artillería. Su contestación al requerimiento de rendición fue la propuesta de suspensión del fuego durante dos semanas, y si en ese tiempo no era levantado el sitio por el mariscal Soult entregarían las armas. Lógicamente fue rechazada por Wellington.

La moral de la tropa francesa era altísima. Las unidades que defendían San Sebastián eran veteranas y estaban bregadas en combate, a excepción del destacamento del 119º de línea, el más bisoño de todos. Destacaba por su combatividad el 22º y 62º de línea, y los Cazadores de Montaña a las órdenes del comandante De Lupé. La victoria al rechazar el asalto del 25 de julio, un verdadero desastre y una carnicería para los aliados, junto a las sucesivas y exitosas salidas efectuadas por la guarnición, fortalecieron enormemente la moral de resistencia. Esta alta moral y combatividad, se vio robustecida aún más por una oficialidad de gran calidad, veterana, que supo estar a la cabeza de sus hombres en todo momento. Este es uno de los motivos por los que el número de bajas entre los mandos franceses fue tan elevado. Tampoco ayudó nada a los aliados las ininterrumpidas relaciones por mar que mantuvo la ciudad con Francia, a pesar del bloqueo naval de la Royal Navy. Gracias a la continua llegada de lanchas desde San Juan de Luz, la guarnición recibía refuerzos y noticias alentadoras de la situación militar de la frontera.

Es una posibilidad no descartable que la intención primigenia de los defensores fuera cubrir el expediente con una defensa correcta, limitándose a cumplir el edicto imperial que obligaba a los gobernadores de las plazas a defender las brechas de las murallas al menos en una ocasión. Realmente este detalle nunca lo sabremos a ciencia cierta, pero la realidad es que la duración de la defensa de una plaza como la de San Sebastián, a la que muchos ingenieros militares no concedían más allá de dos semanas de resistencia a causa del pésimo estado de defensa, se prolongó excesivamente en el tiempo.

Sobre la actuación de las tropas sitiadoras habría mucho que decir. Las críticas a sus tácticas dejando de lado las leyes de la poliorcética en favor de los asedios, calificados por muchos estudiosos como «de sangre», denotan una falta de empatía y de preocupación por las vidas de sus hombres.

En el asedio de San Sebastián se dio prioridad a las prisas antes que a la seguridad. Se antepuso la impaciencia a la lógica y las consecuencias fueron las que todos conocemos, una enorme mortandad en las filas luso-británicas que podría haberse evitado fácilmente. Incluso generales como Oswald tuvieron el valor de criticar abiertamente la táctica aprobada por sus superiores durante el asedio, exponiéndose a las críticas y a ser relevado. El Tte. Gen. Graham fue muy criticado e incluso acusado de carecer de una personalidad suficientemente fuerte por haber cedido ante las premuras impuestas por razones e intereses políticos, en menos cabo de las vidas de sus subalternos.

La actuación «aliada» puede ser calificada en muchas ocasiones como suicida. Tal vez menospreciasen el espíritu de defensa francés durante el primer asalto a las brechas del 25 de julio, con sus funestas consecuencias, pero esa excusa no puede aplicarse a posteriori en el segundo asalto, el del 31 de agosto, en el que se siguió exactamente la misma táctica que el anterior. Una táctica que dejaba expuestas al terrible y destructor fuego de la defensa a las columnas en su avance hacia las brechas durante nada menos que trescientos metros.

Las acusaciones de cobardía o de falta de combatividad que se vertieron contra la 5ª división fueron totalmente injustas. La enorme lista de muertos y heridos que sufrieron en el primer asalto fallido corroboran esta afirmación. No se les puede echar nada en cara. Fueron mandados en oleadas para tomar unas brechas a fuerza de sangre.»

El teniente general Graham / Lieutenant-général Graham. (c)

(El Rincón de Byron): Le siège de Saint-Sébastien dura du 7 juillet au 8 septembre 1813. Selon vous, qu’est-ce qui explique la farouche résistance française alors que le signe de la guerre avait ostensiblement changé de camp ? Selon vous, quels ont été les principaux problèmes ou échecs des assiégeants alliés pour que le siège dure pendant ces deux mois ?

(José María Leclercq): «Le siège dura réellement du 28 juin au 9 septembre, jour où la garnison française, après avoir capitulé la veille, abandonna ses positions en formation, tambour battant et avec les honneurs militaires. Les troupes du général Mendizábal, composées d’anciennes unités de guérilla, sont celles qui ont commencé le siège de la ville. Ils étaient composés de trois régiments de volontaires de Gipuzkoa et de trois autres de Biscaye. Leur activité n’est pas très efficace car il leur manque l’artillerie nécessaire pour faire face à une action de cette ampleur et affronter une garnison très combative au moral excellent.

La longueur et l’amertume de la défense française peuvent être dues à plusieurs facteurs. Le principal d’entre eux était l’espoir continu de la garnison que le siège serait levé par une offensive générale menée par le maréchal Soult. Jusqu’à quelques jours avant la capitulation, cette possibilité n’était pas exclue. On en trouve l’exemple dans la dernière négociation avec les alliés qui a eu lieu lorsque les défenseurs ont été enfermés dans la forteresse du mont Urgull, sans artillerie et soumis à des tirs d’artillerie écrasants. Sa réponse à la demande de reddition fut la proposition de suspendre le feu pendant deux semaines, et si le siège n’était pas levé par le maréchal Soult à ce moment-là, ils rendraient leurs armes. Logiquement, il a été rejeté par Wellington.

Le moral des troupes françaises était très élevé. Les unités qui ont défendu Saint-Sébastien étaient des vétérans et ont été battues au combat, à l’exception du détachement de la 119e ligne, le plus inexpérimenté de tous. Les 22e et 62e de ligne, et les Chasseurs de Montagne sous le commandement du Commandant De Lupé se sont distingués par leur combativité. La victoire en repoussant l’assaut du 25 juillet, véritable désastre et carnage pour les alliés, ainsi que les sorties successives et réussies de la garnison, renforcent considérablement le moral de la résistance. Ce moral et cette combativité élevés étaient encore renforcés par un officier vétéran de grande qualité, qui savait être à la tête de ses hommes à tout moment. C’est l’une des raisons pour lesquelles le nombre de victimes parmi les commandants français était si élevé. Les Alliés n’aidèrent pas non plus les relations maritimes ininterrompues que la ville entretenait avec la France, malgré le blocus naval de la Royal Navy. Grâce à l’arrivée continue de bateaux de Saint-Jean-de-Luz, la garnison a reçu des renforts et des nouvelles encourageantes de la situation militaire à la frontière.

Il est possible que l’intention initiale des défenseurs ait été de couvrir le dossier d’une défense correcte, en se limitant à se conformer à l’édit impérial qui obligeait les gouverneurs des places à défendre au moins une fois les brèches dans les murs. En fait, ce détail ne sera jamais connu avec certitude, mais la réalité est que la durée de la défense d’un lieu comme celui de Saint-Sébastien, auquel de nombreux ingénieurs militaires n’ont pas accordé plus de deux semaines de résistance en raison du terrible état de défense, a été excessivement prolongé dans le temps.

Il y aurait beaucoup à dire sur la performance des troupes assiégeantes. La critique de sa tactique, mettant de côté les lois de la poliomyélite au profit des sièges, qualifiés par de nombreux érudits de «sang», dénote un manque d’empathie et de préoccupation pour la vie de ses hommes.

Lors du siège de Saint-Sébastien, la priorité a été donnée à la hâte avant la sécurité. L’impatience l’a emporté sur la logique et les conséquences ont été ce que nous savons tous, une énorme mortalité dans les rangs portugais-britanniques qui aurait pu être facilement évitée. Même des généraux comme Oswald ont eu le courage de critiquer ouvertement les tactiques approuvées par leurs supérieurs pendant le siège, s’exposant à la critique et au soulagement. Le lieutenant-général Graham a été fortement critiqué et même accusé de manquer d’une personnalité suffisamment forte pour avoir cédé aux pressions imposées par des raisons et des intérêts politiques, au moindre de la vie de ses subordonnés.

L’action «alliée» peut souvent être qualifiée de suicidaire. Ils ont peut-être sous-estimé l’esprit de la défense française lors du premier assaut sur les brèches du 25 juillet, avec ses terribles conséquences, mais cette excuse ne peut être appliquée rétrospectivement au second assaut, le 31 août, qui a été suivi exactement de la même tactique que ci-dessus. Une tactique qui laissa les colonnes avancer vers les brèches exposées au feu terrible et destructeur de la défense sur pas moins de trois cents mètres.

Les accusations de lâcheté ou de manque de combativité portées contre la 5e division étaient totalement injustes. L’énorme liste de morts et de blessés qu’ils ont subis lors du premier assaut raté corrobore cette affirmation. Rien ne peut leur être reproché. Ils ont été envoyés par vagues pour prendre quelques brèches par la force du sang.«

«The Storming of San Sebastian» por Denis Dighton
«La prise de Saint-Sébastien» de Denis Dighton (d)

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(El Rincón de Byron): ¿No deja de ser llamativo que el asedio que sufrió San Sebastián en agosto de 1719 por las tropas del duque de Berwick se desarrollara según las reglas “civilizadas” de los asedios de la época (incluido el compromiso del duque proteger a la población), y por el contrario en 1813, casi 100 años después, con la Ilustración racionalista influenciando la cultura europea, otro duque, en este caso de Wellington, no impidiera (o pudo impedir) todos los desmanes que siguieron a aquel asedio? ¿No deja de ser aún más llamativo el desenlace, habida cuenta el importante apoyo de la Royal Navy, por lo tanto del gobierno británico, a las fuerzas españolas y guerrilleras de la región en su lucha contra los franceses a partir del año 1812?

(José María Leclercq): «El asedio de 1719 se realizó en un contexto geopolítico totalmente distinto. Las tropas francesas lideradas por Berwick no veían a los españoles realmente como enemigos. Fue una invasión impuesta a Francia por Inglaterra, consecuencia de unos tratados internacionales que esta se limitó a cumplir de la manera más «aséptica» posible. Las casas reales de Francia y España, con los lazos de sangre que las unían no se veían realmente como enemigas, pero las caprichosas relaciones internacionales y tratados de la época, junto a una poco acertada política exterior española, ocasionaron esa invasión del territorio español y consecuentemente, el asedio de San Sebastián.

La Guerra de Independencia española, Campaña Peninsular para los británicos o Guerra de España para los franceses se desarrolló de manera totalmente distinta. El espíritu caballeresco de «les guerres en dentelle» del siglo XVIII había desaparecido completamente, y los combates en territorio peninsular se caracterizaron por la falta de humanidad con el enemigo, ya sea entre combatientes en el campo de batalla, ya sea con el trato dado a los prisioneros.

La actitud de los ejércitos británicos para con la población y ciudades españolas durante su campaña peninsular daría para más de un volumen. Nadie puede entender desde la óptica actual, ni de la contemporánea a los hechos, el trato infringido a las poblaciones «liberadas» por parte de las tropas luso-británicas. Un «aliado» no actúa de esa manera.

La pregunta que igual deberíamos plantearnos los historiadores podría ser: ¿Realmente las tropas dirigidas por Lord Wellington eran tropas aliadas? Personalmente opino que fue una alianza de compromiso. Los británicos nunca estuvieron combatiendo en la península para ayudar a los españoles a liberar su territorio nacional. Su actuación atendía meramente a sus intereses geoestratégicos en su guerra contra Francia y, afortunadamente para ellos, los acontecimientos derivados del levantamiento en armas del pueblo español contra la ocupación les proporcionó un terreno adecuado para atacar a su archienemigo. Las relaciones hispano británicas nunca fueron amistosas antes de esa alianza, no podemos dejar de recordar que el estado entre nuestras naciones hasta ese momento se había caracterizado por continuas guerras y tensiones diplomáticas. La ayuda española a la secesión de las colonias norteamericanas, Trafalgar, los intentos de invasión y desestabilización de nuestros territorios de ultramar, y los ataques contra nuestras líneas marítimas comerciales, hace que esta nueva alianza tenga una incorrecta gestación.

De todo esto podemos atar cabos para entender que realmente el espíritu y las sensaciones del ejército luso-británico no eran las de encontrarse en territorio amigo. En muchas memorias redactadas por los oficiales británicos que participaron en esta campaña, se desprende ese tufillo, por calificarlo de manera elegante, de superioridad intelectual y racial hacia los españoles, acompañado siempre por comentarios despectivos hacia nuestras costumbres, instituciones y ejércitos. Como suele decirse en el sabio refranero español, «blanco y en botella».

Para finalizar esta respuesta, mencionaré un detalle importantísimo, a la vez que hiriente. Las órdenes dictadas por el Cuartel General de Lord Wellington a todas las unidades a su mando, mando que incluía a las españolas, sobre la actitud que debían observar en territorio francés una vez cruzada la frontera, supone un agravio comparativo y sangrante con la actitud demostrada por sus tropas en suelo español. Prohibió taxativamente cualquier saqueo contra la población francesa, amenazando con fortísimos castigos a cualquier regimiento que no actuase diligentemente con lo dictado. Esa preocupación nunca la mostró durante su periplo peninsular. Las ciudades de Badajoz, Ciudad Rodrigo y San Sebastián, por mencionar las más conocidas, son claros baldones que manchan los honores ganados por los ejércitos luso-británicos en su lucha contra el francés.»

(El Rincón de Byron): Est-il encore frappant que le siège subi par Saint-Sébastien en août 1719 par les troupes du Duc de Berwick ait été mené selon les règles «civilisées» des sièges de l’époque (dont l’engagement du Duc à protéger la population), et au contraire en 1813, près de 100 ans plus tard, alors que les Lumières rationalistes influençaient la culture européenne, un autre duc, en l’occurrence Wellington, n’empêcha pas (ou pouvait-il empêcher) tous les excès qui suivirent ce siège? Le dénouement ne cesse-t-il pas d’être encore plus frappant, étant donné le soutien important de la Royal Navy, et donc du gouvernement britannique, aux forces espagnoles et de guérilla de la région dans leur lutte contre les Français à partir de l’année 1812?

(José María Leclercq): «Le siège de 1719 se déroule dans un tout autre contexte géopolitique. Les troupes françaises dirigées par Berwick ne voyaient pas vraiment les Espagnols comme des ennemis. Il s’agit d’une invasion imposée à la France par l’Angleterre, à la suite de traités internationaux que l’Angleterre se borne à respecter de la manière la plus « aseptique » possible. Les maisons royales de France et d’Espagne, avec les liens du sang qui les unissaient, ne se considéraient pas vraiment comme des ennemis, mais les relations internationales capricieuses et les traités de l’époque, ainsi qu’une politique étrangère espagnole imprudente, ont provoqué cette invasion du territoire espagnol. et par conséquent, le siège de Saint-Sébastien.

La guerre d’indépendance espagnole, la campagne péninsulaire pour les Britanniques ou la guerre d’Espagne pour les Français, se sont développées d’une manière totalement différente. L’esprit chevaleresque des «guerres en dentelle» du XVIIIe siècle avait complètement disparu, et les combats en territoire péninsulaire se caractérisaient par le manque d’humanité avec l’ennemi, soit entre combattants sur le champ de bataille, soit avec le traitement réservé aux prisonniers.

L’attitude des armées britanniques envers la population et les villes espagnoles lors de leur campagne péninsulaire donnerait pour plus d’un volume. Personne ne peut comprendre du point de vue actuel, ni du point de vue contemporain aux faits, le traitement infligé aux populations « libérées » par les troupes luso-britanniques. Un «allié» n’agit pas ainsi.

La question que nous, historiens, devrions encore nous poser pourrait être: les troupes dirigées par Lord Wellington étaient-elles vraiment des troupes alliées? Je pense personnellement que c’était une alliance de compromis. Les Britanniques n’ont jamais combattu sur la péninsule pour aider les Espagnols à libérer leur territoire national. Leurs actions n’ont servi que leurs intérêts géostratégiques dans leur guerre contre la France et, heureusement pour eux, les événements résultant du soulèvement armé du peuple espagnol contre l’occupation leur ont fourni un terrain adéquat pour attaquer leur ennemi juré. Les relations anglo-espagnoles n’avaient jamais été amicales avant cette alliance, nous ne pouvons-nous empêcher de rappeler que l’état entre nos nations jusque-là avait été caractérisé par des guerres continues et des tensions diplomatiques. L’aide espagnole à la sécession des colonies nord-américaines, Trafalgar, les tentatives d’invasion et de déstabilisation de nos territoires d’outre-mer, et les attaques contre nos lignes maritimes commerciales, signifient que cette nouvelle alliance a une gestation incorrecte.

De tout cela on peut relier les points pour comprendre que l’esprit et les sensations de l’armée luso-britannique n’étaient pas vraiment ceux d’être en territoire ami. Dans de nombreux mémoires écrits par les officiers britanniques qui ont participé à cette campagne, ce parfum se dégage, pour le classer élégamment, de supériorité intellectuelle et raciale envers les Espagnols, toujours accompagné de commentaires désobligeants envers nos coutumes, institutions et armées. Comme le dit souvent le sage proverbe espagnol, « blanc et dans la bouteille ».

Pour terminer cette réponse, je mentionnerai un détail très important, ainsi que blessant. Les ordres donnés par le quartier général de Lord Wellington à toutes les unités sous son commandement, un commandement qui comprenait les Espagnols, concernant l’attitude qu’ils devraient observer sur le territoire français une fois la frontière franchie, représentent une offense comparative et sanglante avec l’attitude montrée par ses troupes sur le sol espagnol. Il interdit strictement tout pillage contre la population française, menaçant de très fortes peines tout régiment qui n’agirait pas avec diligence avec ce qui lui était dicté. Il n’a jamais montré cette inquiétude lors de sa tournée péninsulaire. Les villes de Badajoz, Ciudad Rodrigo et Saint-Sébastien, pour ne citer que les plus connues, sont des taches évidentes qui tachent les honneurs remportés par les armées luso-britanniques dans leur lutte contre les Français.»

Croquis del asedio de 1813, en la obra del general Lamiraux del año 1900.
Esquisse du siège de 1813, dans l’ouvrage du général Lamiraux de l’année 1900. [2]

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(El Rincón de Byron): En tu opinión, ¿Qué diferencia a los historiadores franceses e ingleses, si es el caso, de los españoles del siglo XIX que han tratado en el pasado y en el presente los aspectos del asedio de 1813 y si es extensible al tratamiento de la Guerra de Independencia que se desarrolló en las Vascongadas en general? 

(José María Leclercq): «Las diferencias son notables. Los analizaré diferenciados por nacionalidades.

Las que podríamos calificar como líneas editoriales, utilizando un término actual, son coincidentes entre los historiadores británicos y franceses del siglo XIX y comienzos del XX. Se limitan generalmente a describir las campañas y acciones bélicas de manera muy grandilocuente, hablándonos de regimientos, batallas, ejércitos, de sus generales y mariscales. Obvian completamente a los verdaderos protagonistas de los acontecimientos, a los soldados. Es una clara consecuencia de la mentalidad reinante en esos tiempos. Continuamente me ha llamado de manera muy poderosa la atención la enorme diferencia de trato que daban a las listas de bajas producidas en una batalla. Los oficiales siempre son nombrados, mientras que los muertos y heridos de la tropa se reducen a simples y fríos números y estadísticas. El elitismo y el clasismo eran preponderantes en esos años.

La gran diferencia entre los historiadores franceses y británicos a la hora de tratar San Sebastián, la encontramos en el tratamiento que dan a los hechos sucedidos a posteriori de la caída de la plaza. Cada uno mira para su casa. En las fuentes anglosajonas encontramos dos corrientes bien diferenciadas. Unos omiten los saqueos e incendio de la ciudad, con una clara intención de silenciarlos ante la opinión pública. Otros, los más numerosos, son los que admitiendo lo ocurrido intentan limpiar el borrón de la historia de sus ejércitos, justificando la actitud de sus compatriotas en San Sebastián. Es tratar de justificar algo realmente injustificable. Los argumentos son los de siempre, que si los donostiarras eran partidarios de los franceses y les ayudaron con las armas en la mano, que el incendio lo provocaron los defensores…, o utilizando la siempre recurrente excusa de que «son hechos inevitables en la toma de una ciudad». Personalmente nada de esto me sirve y sólo puedo buscar una excusa calificando sus trabajos como frutos de una época y unas mentalidades afortunadamente ya superadas. De estos estudios hay que aprovechar los datos correctos, y combatir con la fuerza de la pluma el resto.

La otra parte, la compuesta por historiadores franceses, adolece igualmente de un espíritu nacionalista importante. Pero no tiene nada que ocultar en la defensa de San Sebastián, todo lo contrario. Por esta razón sus trabajos muestran un orgullo nacional hacia los defensores, y a diferencia de los autores británicos, en algunos estudios incluso una cierta empatía para con los habitantes de la ciudad. Acusan directamente, sin cortapisas, a las tropas del Tte. Gen. Graham de ser las causantes de todos los desmanes que ocurrieron en las calles y casas, lo mismo que de ser los autores del incendio intencionado de la ciudad. Los califican de terribles y faltos de humanidad, sin escatimar calificativos.

El enfoque dado por los historiadores españoles del XIX es muy similar al de sus colegas franceses y británicos en cuanto a la forma de abordar y describir las acciones y batallas. Pero con el paso del tiempo, van a desarrollar afortunadamente un constante aumento del belicismo contra el «aliado» y su falta de humanidad en territorio nacional. Desgraciadamente no hay unos estudios profundos y pormenorizados sobre la defensa y/o asedio de San Sebastián por parte de historiadores españoles hasta comienzos del siglo XX, con la conmemoración del primer Centenario en 1913, que se ven completados por algunas publicaciones ya más exhaustivas y metódicas en los actos de 1963.»

Monumento erigido en San Sebastián e inaugurado por el rey Alfonso XIII el año 1913, en conmemoración del centenario del incendio y reconstrucción de la ciudad. / Monument érigé à San Sebastián et inauguré par le roi Alphonse XIII en 1913, en commémoration du centenaire de l’incendie et de la reconstruction de la ville. (e)

(El Rincón de Byron): Selon vous, qu’est-ce qui différencie les historiens français et anglais, si tel est le cas, des espagnols du XIXe siècle qui ont traité des aspects du siège de 1813 dans le passé et le présent, et peut-on l’étendre au traitement de la guerre d’Espagne qui a eu lieu dans les Vascongadas en général?

(José María Leclercq): Les différences sont remarquables. Je les analyserai en les différenciant par nationalités.

Ce que l’on pourrait qualifier de lignes éditoriales, en utilisant un terme courant, coïncident entre les historiens britanniques et français du XIXe siècle et du début du XXe. Ils se limitent généralement à décrire des campagnes et des actions de guerre de manière très grandiloquente, nous racontant des régiments, des batailles, des armées, leurs généraux et maréchaux. Ils ignorent complètement les véritables protagonistes des événements, les militaires. C’est une conséquence évidente de la mentalité qui prévaut à cette époque. L’énorme différence de traitement accordée aux listes de victimes produites dans une bataille n’a cessé d’appeler mon attention d’une manière très puissante. Les officiers sont toujours nommés, tandis que les morts et les blessés des troupes sont réduits à de simples et froids chiffres et statistiques. L’élitisme et le classisme étaient prédominants dans ces années.

La grande différence entre les historiens français et britanniques lorsqu’il s’agit de traiter de Saint-Sébastien, on la retrouve dans le traitement qu’ils accordent aux événements survenus après la chute de la place. Chacun cherche sa maison. Dans les sources anglo-saxonnes on trouve deux courants bien différenciés. Certains omettent le pillage et l’incendie de la ville, avec la claire intention de les faire taire devant l’opinion publique. D’autres, les plus nombreux, sont ceux qui, admettant ce qui s’est passé, tentent de nettoyer la tache de l’histoire de leurs armées, justifiant l’attitude de leurs compatriotes à Saint-Sébastien. Il essaie de justifier quelque chose de vraiment injustifiable. Les arguments sont les mêmes que toujours, que si les habitants de Saint-Sébastien étaient des partisans des Français et les ont aidés les armes à la main, que l’incendie a été causé par les défenseurs…, ou en utilisant l’excuse toujours récurrente que «ces sont des faits incontournables dans la prise d’une ville». Personnellement, rien de tout cela ne me convient et je ne peux trouver d’excuse qu’en qualifiant son travail de fruit d’une époque et de mentalités heureusement déjà dépassées. A partir de ces études, il est nécessaire de tirer parti des données correctes et de combattre le reste avec la force de la plume.

L’autre partie, celle composée d’historiens français, souffre également d’un esprit nationaliste important. Mais il n’a rien à cacher dans la défense de Saint-Sébastien, bien au contraire. Pour cette raison, ses œuvres montrent une fierté nationale envers les défenseurs, et contrairement aux auteurs britanniques, dans certaines études même une certaine empathie envers les habitants de la ville. Ils accusent directement, sans hésitation, les troupes du Lieutenant-général Graham d’être la cause de tous les excès qui se sont produits dans les rues et les maisons, ainsi que d’être les auteurs de l’incendie criminel de la ville. Ils les décrivent comme terribles et manquant d’humanité, n’épargnant aucune qualification.

L’approche donnée par les historiens espagnols du XIXe siècle est très proche de celle de leurs collègues français et britanniques quant à la manière d’aborder et de décrire les actions et les batailles. Mais au fil du temps, ils vont heureusement développer une montée constante du bellicisme contre «l’allié» et leur manque d’humanité sur le territoire national. Malheureusement, il n’y a pas d’études approfondies et détaillées sur la défense et/ou le siège de Saint-Sébastien par les historiens espagnols jusqu’au début du XXe siècle, avec la commémoration du premier centenaire en 1913, qui sont complétées par des études plus exhaustives et publications méthodiques dans les actes de 1963.

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(El Rincón de Byron): Nuestra siguiente pregunta es recurrente en “El Rincón de Byron”, pero nos parece ilustrativa para entender parte de la historia militar de nuestra Guerra de Independencia. El papel de los generales españoles de los ejércitos de la época salvo honrosas excepciones, no dejó de ser bastante discreto, cuando no claramente deficiente. Crees que la historia ha sido justa con ellos? ¿Podrían haber hecho más de lo que hicieron con el material humano y bélico de que disponían? ¿El papel de las Juntas en general, podríamos considerarlo un elemento más negativo que positivo en el comportamiento militar de los generales españoles? 

(José María Leclercq): «Es una pregunta muy complicada cuya respuesta necesitaría mucho tiempo y desarrollo.

A grandes rasgos, yo diría que la historia ha sido algo injusta con los ejércitos españoles. Continuamente hurgamos en la llaga y nos regodeamos criticando y buscando chivos expiatorios en las derrotas sufridas. Es triste afirmar esto, pero somos una nación con un espíritu autodestructivo muy preocupante, y una lacerante falta de potencial para ver y valorar las grandes hazañas que han realizado nuestros antepasados. Tendríamos que aprender mucho de la cultura anglosajona y «saber venderlas» a nuestras futuras generaciones y al mundo en general, máxime en estos tiempos en que nuestra historia es criticada de manera injusta en muchas partes del globo.

Nuestro país se enfrentó con el mejor ejército del mundo en ese momento. Un ejército inmenso y poderoso que se encontraba dentro de nuestro territorio y controlaba las posiciones estratégicas más importantes. Levantarse en armas contra ese «Goliat», con la carestía de medios y de organización, fue algo digno de halago por lo que deberíamos sentirnos orgullosísimos.

Aprovecho esta pregunta para abordar un tema que no me gustaría dejar en el tintero. Desgraciadamente, en estos tiempos, estamos sufriendo los ataques de una serie de pseudo historiadores, que, alentados por fines e intenciones políticas, tratan de tergiversar partes de nuestra historia. El caso de San Sebastián no se salva de este problema. Estos últimos años, estamos asistiendo a las continuas difamaciones contra el ejército español y su actitud frente a San Sebastián, muchos personalizados en el general Castaños. Es labor de los historiadores tratar que estos ataques contra la verdad no prosperen, y una de mis motivaciones es precisamente el salvaguardar la historia de mi ciudad. La verdadera historia de lo que realmente ocurrió. Los ejércitos españoles nada tuvieron que ver en la destrucción de San Sebastián, y el general Castaños es completamente inocente de las acusaciones vertidas sobre él por este sector, que se limita a dar pábulo interesado a las acusaciones vertidas contra él por parte de los verdaderos autores de esas atrocidades.»

(El Rincón de Byron): Notre question suivante est récurrente dans «El Rincón de Byron», mais elle semble illustrative pour comprendre une partie de l’histoire militaire de notre Guerre d’Indépendance. Le rôle des généraux espagnols des armées de l’époque, à quelques exceptions honorables près, était encore assez discret, quand il n’était pas clairement déficient. Pensez-vous que l’histoire a été juste envers eux ? Auraient-ils pu faire plus qu’ils n’ont fait avec le matériel humain et de guerre dont ils disposaient ? Pouvait-on considérer le rôle des juntes en général comme un élément plus négatif que positif dans le comportement militaire des généraux espagnols?

(José María Leclercq): «C’est une question très compliquée dont la réponse nécessiterait beaucoup de temps et de développement.

D’une manière générale, je dirais que l’histoire a été quelque peu injuste envers les armées espagnoles. Nous fouillons continuellement la plaie et nous nous délectons de critiquer et de chercher des boucs émissaires dans les défaites subies. C’est triste à dire, mais nous sommes une nation avec un esprit autodestructeur très inquiétant et un manque criant de potentiel pour voir et valoriser les grandes actions que nos ancêtres ont accomplies. Il faudrait apprendre beaucoup de la culture anglo-saxonne et «savoir la vendre» à nos générations futures et au monde en général, surtout en ces temps où notre histoire est injustement critiquée dans de nombreuses parties du globe.

Notre pays faisait face à la meilleure armée du monde à cette époque. Une armée immense et puissante qui se trouvait sur notre territoire et contrôlait les positions stratégiques les plus importantes. Se dresser en armes contre ce «Goliath», en manque de moyens et d’organisation, était une chose louable dont nous devrions être extrêmement fiers.

Je profite de cette question pour aborder un sujet que je ne voudrais pas laisser de côté. Malheureusement, en ces temps, nous subissons les attaques d’une série de pseudo-historiens qui, encouragés par des objectifs et des intentions politiques, tentent de déformer des pans de notre histoire. Le cas de Saint-Sébastien n’est pas exempt de ce problème. Ces dernières années, nous assistons à la diffamation continue contre l’armée espagnole et son attitude envers Saint-Sébastien, souvent personnalisée dans le général Castaños. C’est la tâche des historiens d’essayer de faire en sorte que ces attaques contre la vérité ne prospèrent pas, et l’une de mes motivations est justement de sauvegarder l’histoire de ma ville. L’histoire vraie de ce qui s’est réellement passé. Les armées espagnoles n’ont rien à voir avec la destruction de Saint-Sébastien, et le général Castaños est totalement innocent des accusations portées contre lui par ce secteur, qui se borne à alimenter de manière intéressée les accusations portées contre lui par les véritables auteurs de ces atrocités.«

– – – o – – –

(El Rincón de Byron): Para finalizar nuestra entrevista, quisiéramos saber si puedes compartir con nosotros tus proyectos presentes o futuros relacionados con el estudio de esta época tan significativa en la historia de la ciudad de San Sebastián.

(José María Leclercq): «Mi proyecto es poder plasmar estos veinte años de investigaciones en un libro, una publicación que espero sea un referente para las futuras investigaciones que se realicen sobre San Sebastián y lo que sucedió en esta ciudad en 1813.  Aportará infinidad de nuevos datos, y sobre todo una novedosa visión de los hechos que, ordenada de manera cronológica, día a día, desenterrará ante los lectores la memoria y los recuerdos de los verdaderos protagonistas de «Aquel verano de 1813», los militares y los civiles donostiarras, a la postre, simples personas.»

(El Rincón de Byron): Pour terminer notre entretien, nous aimerions savoir si vous pouvez nous faire part de vos projets actuels ou futurs liés à l’étude de cette période significative de l’histoire de la ville de San Sebastián.

(José María Leclercq): «Mon projet est de pouvoir capturer ces vingt années de recherche dans un livre, une publication qui, je l’espère, sera une référence pour les futures recherches menées sur Saint-Sébastien et ce qui s’est passé dans cette ville en 1813. Elle apportera une infinité de nouvelles données, et surtout une vision innovante des événements qui, classés chronologiquement, jour par jour, feront découvrir aux lecteurs la mémoire et les souvenirs des véritables protagonistes de «Cet été 1813», les soldats et les civils de Donostia, dans le fin, les gens simples.«

* Agradecer muy especialmente a José María Leclercq que nos haya atendido para la elaboración de esta entrada para «El Rincón de Byron». / Remerciements particuliers à José María Leclercq pour son aide dans la préparation de cette entrée pour «El Rincón de Byron».


José María Leclercq, que se define como “un donostiarra de nacimiento y corazón”, estudió Historia General en la Universidad de Deusto y se licenció en la especialidad de Arqueología por la Universidad de Valladolid, habiendo participado en multitud de excavaciones, primero como estudiante en prácticas, y luego, como colaborador y/o director de las mismas. En su web Historia Militar de San Sebastián. Vida y Asedios de una pequeña gran ciudad, nos retrata la San Sebastián de aquellos años, con sus edificios, sus habitantes, las sucesivas etapas del asedio, las unidades militares que tomaron parte, narrándonos con todo detalle uno de los últimos episodios significativos de la guerra en territorio español.

En enero de este mismo año fue galardonado con la Medalla al Mérito Ciudadano de la ciudad de San Sebastián «por su trabajo por preservar la memoria de San Sebastián, en especial del incendio de 1813».


Fuentes:

1 – http://www.sansebastian1813.es/428776314

2 – «Le Siège de Saint-Sébastien en 1813» – Général Lamiraux, Henri Charles-Lavauzelle Ed., Paris, 1900

Imágenes:

a – https://www.loc.gov/resource/g6564s.hl000018/?st=image&r=0.107,-0.015,0.687,0.397,0

b – By Dictionary of the Napoleonic Wars, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=81315306

c – https://wikioo.org/es/paintings.php?refarticle=AQS4V9&titlepainting=Lieutenant%20General%20(later%20General)%20Thomas%20Graham%20(1748%E2%80%931843),%20Baron%20Lynedoch,%20Wearing%20a%20Fur%20lined%20Coat%20over%20General%20Officer%E2%80%99s%20Uniform&artistname=Thomas%20Lawrence

d – De Denis Dighton – https://artuk.org/discover/artworks/the-storming-of-san-sebastian-197101, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=24853084

e – https://www.todocoleccion.net/coleccionismo-revistas-periodicos/1913-hoja-revista-san-sebastian-monumento-centenario-asedio-incendio-rey-alfonso-xiii-estatua-reina~x139747350#sobre_el_lote

f – https://www.diariovasco.com/san-sebastian/donostia-medallas-merito-ciudadano-20211220175212-nt.html

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