La Grande Armée en la ciudad de Brno (19/11/1805 al 12/01/1806)

Durante la campaña de Austerlitz, una de las más célebres de las Guerras Napoleónicas, la ciudad de Brno, en la actual República Checa, se convirtió en un punto estratégico de la Grande Armée. Muchas narrativas históricas se centran en los grandes campos de batalla de la época, pero la presencia de las tropas en las ciudades y pueblos revela aspectos interesantes de la vida y logística militares, las interacciones con la población local y la impronta marcada a través de los años. Tras haber visitado el campo de batalla hace ya unos años, y con la ayuda de algunas publicaciones en inglés editadas por la Agencia Regional de Desarrollo de Moravia del Sur y TIC Brno, veremos de una manera documentada cómo la ciudad vivió y conservó el paso de las tropas durante aquella decisiva campaña.

Au cours de la campagne d’Austerlitz, l’une des plus célèbres des guerres napoléoniennes, la ville de Brno, dans l’actuelle République tchèque, est devenue un point stratégique de la Grande Armée. De nombreux récits historiques se concentrent sur les grands champs de bataille de l’époque, mais la présence des troupes dans les villes et les villages révèle des aspects intéressants de la vie et de la logistique militaires, des interactions avec la population locale et l’empreinte laissée au fil des ans. Après avoir visité le champ de bataille il y a quelques années, et à l’aide de quelques publications en anglais éditées par l’Agence régionale de développement de Moravie du Sud et TIC Brno, nous verrons de manière documentée comment la ville a vécu et conservé le passage des troupes pendant cette campagne décisive.

El Emperador Napoleón en Brno / L’empereur Napoléon à Brno.
Moravia Napoleónica / La Moravie napoléonienne.

La relación histórica entre la ciudad de Brno (República Checa) y el emperador Napoleón Bonaparte es mucho más profunda de lo que podría suponerse a primera vista. En el año 1805, durante los preparativos de la campaña que culminaría en la batalla de Austerlitz, Napoleón pasó en Brno un tiempo significativamente mayor que en el propio campo de batalla. La ciudad desempeñó un importante papel logístico y estratégico, convirtiéndose en sede temporal tanto del emperador como de su Estado Mayor.

Durante aquellos días, Brno se vio obligada a hospedar a un gran contingente del ejército francés. Los oficiales y soldados fueron alojados en viviendas privadas y edificios religiosos, y los habitantes locales debieron asumir los gastos derivados de esta presencia militar. Asimismo, la ciudad tuvo que hacer frente a una grave emergencia humanitaria: el 2 de diciembre de 1805, durante y después del enfrentamiento bélico, miles de soldados heridos y enfermos fueron trasladados a monasterios, conventos y hospitales locales, espacios que también se utilizaron como centros de detención para prisioneros de guerra.

La ciudad conserva en la actualidad numerosos lugares vinculados a estos episodios, los cuales constituyen un valioso patrimonio histórico que permite reconstruir la compleja dinámica social y militar de aquel periodo.

La relation historique entre la ville de Brno (République tchèque) et l’empereur Napoléon Bonaparte est beaucoup plus profonde qu’il n’y paraît à première vue. En 1805, pendant les préparatifs de la campagne qui aboutira à la bataille d’Austerlitz, Napoléon passera beaucoup plus de temps à Brno que sur le champ de bataille lui-même. La ville a joué un rôle logistique et stratégique important, devenant le siège temporaire de l’Empereur et de son état-major.

À cette époque, Brno a été contrainte d’accueillir un important contingent de l’armée française. Les officiers et les soldats ont été logés dans des maisons privées et des bâtiments religieux, et les habitants ont dû assumer les frais liés à cette présence militaire. De plus, la ville a dû faire face à une grave crise humanitaire : le 2 décembre 1805, pendant et après les combats, des milliers de soldats blessés et malades ont été transférés dans des monastères, des couvents et des hôpitaux locaux, qui ont également servi de centres de détention pour les prisonniers de guerre.

La ville conserve aujourd’hui de nombreux lieux liés à ces événements, qui constituent un patrimoine historique précieux permettant de reconstituer la dynamique sociale et militaire complexe de cette période.

«Regimiento del ejército napoleónico matchando al son de la música» (c. 1900), Jacques Onfroy de Bréville (Job). / «Régiment de l’armée napoléonienne marchant au son de la musique» (v. 1900), Jacques Onfroy de Bréville (Job) (b)

El ejército francés avanzaba con notable rapidez por las carreteras de Europa hacia el este, logrando cubrir una distancia de unos mil kilómetros en tan solo ocho semanas. Las tropas francesas mantenían un ritmo diario de entre 25 y 30 kilómetros, un avance impresionante considerando que debieron enfrentarse contra fuerzas enemigas a lo largo de su recorrido. Ante el fulgurante avance enemigo, el emperador Francisco I de Austria se vio obligado a abandonar precipitadamente la capital austriaca dejando la ciudad a merced de las tropas francesas. Tras la ocupación de Viena, las fuerzas francesas continuaron su avance hacia Brno.

La ciudad carecía del tiempo y los recursos necesarios para organizar una defensa efectiva, situación que se agravó con la huida del emperador y de su corte, así como con la caída de Viena. En aquel período, la difusión de noticias era lenta y la información disponible a menudo se distorsionaba por los rumores y las especulaciones populares. Como consecuencia, algunos habitantes de Moravia aguardaban con expectativas positivas la llegada de las tropas francesas, creyendo que estas podrían ayudar a abolir ciertas penosas obligaciones campesinas. No obstante, a medida que el ejército francés avanzaba y la población observaba los saqueos y los enfrentamientos directos con los soldados, la percepción inicial se transformó en decepción. Desde los primeros momentos, la región se vio obligada a suministrar alimentos, forraje para los caballos y recursos monetarios a las fuerzas invasoras.

El 17 de noviembre se desató el pánico entre la población tras conocerse la noticia de la entrada de las tropas francesas en territorio moravo, cerca de Znojmo (Znaim). Los miembros de la nobleza local que tuvieron la posibilidad de huir lo hicieron de inmediato por lo que la carretera imperial que conectaba Brno con Olomouc (Olmütz) se vio rápidamente colapsada de centenares de refugiados. Según relata Jan Čupík, del pueblo de Olešnice, en su crónica local: «En aquellos días, toda la nobleza abandonaba Brno o sus propiedades. Las carreteras estaban atestadas y las oficinas paralizaron su actividad». El lunes 18 de noviembre, la guarnición del castillo de Špilberk se retiró, por lo que los ciudadanos de Brno quedaron sumidos en un estado de profunda indefensión y conmoción y confiandoles la defensa de las murallas de la ciudad1.

El martes 19 de noviembre, los primeros soldados franceses de caballería, al mando del mariscal Murat y seguidos por otras unidades, hicieron su entrada en Brno, irrumpiendo por la calle Brněnská. La Puerta de Brno (Brána), situada al final de la actual calle Pekařská, fue rápidamente ocupada, y en pocos minutos el centro urbano quedó bajo control de las tropas invasoras. La ciudad permaneció en silencio durante gran parte del día, interrumpido únicamente por el resonante galope de los caballos. La vida cotidiana se vio completamente alterada. Tal como recuerda el sacerdote Horký, del pueblo de Myslibořice: «Todos los cafés y tiendas estaban cerrados. La ciudad parecía una pesadilla. De vez en cuando, solo se veía a algún soldado francés».

Los franceses que ya ocupaban la ciudad anunciaron la llegada ceremonial de Napoleón a Brno para el día siguiente. El emperador de Francia, ataviado con un abrigo marrón y un sombrero bicornio que lo distinguía del resto de sus mariscales y generales, apareció a las cinco de la tarde. Según los demás relatos del sacerdote Horký, Napoleón iba acompañado de los «gobernantes del infierno»: «Estaba rodeado de mamelucos que parecían demonios. Tenían el cuello desnudo y la barba; sus cuerpos estaban bronceados y llevaban anchas fajas ceñidas a la cintura, repletas de dagas, además de sables cortos y curvos que colgaban de una cuerda».

Los soldados franceses comenzaron a construir murallas alrededor de la Puerta Judía (Židovskábrána), donde hoy se encuentra la estación central de trenes, por lo que los habitantes de Brno se vieron inundados de rumores sobre el inminente enfrentamiento militar que se iba a producir.

L’armée française avançait à une vitesse remarquable sur les routes d’Europe vers l’est, parcourant une distance d’environ mille kilomètres en seulement huit semaines. Les troupes françaises maintenaient une cadence quotidienne de 25 à 30 kilomètres, une avancée impressionnante si l’on considère qu’elles devaient affronter les forces ennemies tout au long de leur parcours. Face à l’avance fulgurante de l’ennemi, l’empereur François Ier d’Autriche fut contraint d’abandonner précipitamment la capitale autrichienne, laissant la ville à la merci des troupes françaises. Après l’occupation de Vienne, les forces françaises poursuivirent leur avancée vers Brno.

La ville n’avait ni le temps ni les ressources nécessaires pour organiser une défense efficace, une situation aggravée par la fuite de l’empereur et de sa cour, ainsi que par la chute de Vienne. À cette époque, la diffusion des informations était lente et celles qui étaient disponibles étaient souvent déformées par les rumeurs et les spéculations populaires. En conséquence, certains habitants de Moravie attendaient avec optimisme l’arrivée des troupes françaises, croyant qu’elles pourraient contribuer à abolir certaines obligations pénibles imposées aux paysans. Cependant, à mesure que l’armée française avançait et que la population observait les pillages et les affrontements directs avec les soldats, la perception initiale se transforma en déception. Dès les premiers instants, la région fut contrainte de fournir de la nourriture, du fourrage pour les chevaux et des ressources financières aux forces envahissantes.

Le 17 novembre, la panique s’empara de la population après l’annonce de l’entrée des troupes françaises en territoire morave, près de Znojmo (Znaim). Les membres de la noblesse locale qui avaient la possibilité de fuir le firent immédiatement, de sorte que la route impériale reliant Brno à Olomouc (Olmütz) fut rapidement encombrée par des centaines de réfugiés. Selon le récit de Jan Čupík, du village d’Olešnice, dans sa chronique locale : « À cette époque, toute la noblesse quittait Brno ou ses propriétés. Les routes étaient encombrées et les bureaux ont cessé toute activité ». Le lundi 18 novembre, la garnison du château de Špilberk s’est retirée, laissant les citoyens de Brno dans un état de profonde vulnérabilité et de choc, leur confiant la défense des remparts de la ville1.

Le mardi 19 novembre, les premiers soldats de cavalerie français, commandés par le maréchal Murat et suivis par d’autres unités, firent leur entrée à Brno, déboulant dans la rue Brněnská. La porte de Brno (Brána), située au bout de l’actuelle rue Pekařská, fut rapidement occupée, et en quelques minutes, le centre-ville fut sous le contrôle des troupes envahissantes. La ville resta silencieuse pendant une grande partie de la journée, interrompue seulement par le galop retentissant des chevaux. La vie quotidienne fut complètement bouleversée. Comme le rappelle le prêtre Horký, du village de Myslibořice : « Tous les cafés et les magasins étaient fermés. La ville ressemblait à un cauchemar. De temps en temps, on ne voyait qu’un soldat français ».

Les Français qui occupaient déjà la ville annoncèrent l’arrivée solennelle de Napoléon à Brno le lendemain. L’empereur de France, vêtu d’un manteau marron et d’un bicorne qui le distinguait du reste de ses maréchaux et généraux, fit son apparition à cinq heures de l’après-midi. Selon les autres récits du prêtre Horký, Napoléon était accompagné des « dirigeants de l’enfer » : « Il était entouré de mamelouks qui ressemblaient à des démons. Ils avaient le cou nu et la barbe ; leurs corps étaient bronzés et ils portaient de larges ceintures serrées à la taille, remplies de poignards, ainsi que des sabres courts et courbés qui pendaient à une corde ».

Les soldats français commencèrent à construire des remparts autour de la Porte Juive (Židovskábrána), où se trouve aujourd’hui la gare centrale, ce qui fit naître parmi les habitants de Brno de nombreuses rumeurs sur l’imminence d’un affrontement militaire.

Tras ocupar la ciudad, los mariscales y generales franceses quisieron disfrutar de su estancia y confiscaron los palacios más espléndidos de la aristocracia local. Los soldados se acuartelaron en sencillas casas burguesas y monasterios. No tenían muchas comodidades, ya que la norma era la de alojar entre 20 y 25 soldados por casa. Los propietarios originales eran despojados de todos sus derechos; a menudo tenían que dormir en simples bancos o incluso en el suelo, pues no había sitio para ellos y alimentar a su costa a sus «huéspedes no deseados». Las dependencias de la planta baja se convertían con frecuencia en establos. La ciudad misma se vio abrumada con los suministros que tenía que satisfacer: estaban obligados a proporcionar a los franceses 5.000 pares de botas, 26.000 libras (unas 11,8 toneladas) de carne, 20.000 panes y 14.000 raciones de avena y heno diariamente. Esta era una forma habitual de obtener alimentos en territorio extranjero. Los soldados solían exigir a los diputados municipales y de las aldeas que les entregaran una cantidad exacta de provisiones y los costos debían ser cubiertos por el país derrotado. Dado lo difícil de la situación, a los moravos no les resultaba fácil cumplir con las órdenes. Era evidente que los soldados requisaban todo lo que encontraban, a menudo con la ayuda de los lugareños, ya que algunos disfrutaban descubriendo reservas ocultas.

Après avoir occupé la ville, les maréchaux et généraux français voulurent profiter de leur séjour et confisquèrent les palais les plus somptueux de l’aristocratie locale. Les soldats furent cantonnés dans de simples maisons bourgeoises et des monastères. Ils n’avaient pas beaucoup de confort, car la norme était d’héberger entre 20 et 25 soldats par maison. Les propriétaires d’origine étaient dépouillés de tous leurs droits ; ils devaient souvent dormir sur de simples bancs ou même à même le sol, car il n’y avait pas de place pour eux et ils devaient nourrir à leurs frais leurs « hôtes indésirables ». Les pièces du rez-de-chaussée étaient souvent transformées en écuries. La ville elle-même était submergée par les approvisionnements qu’elle devait fournir : elle était obligée de fournir aux Français 5 000 paires de bottes, 26 000 livres (environ 11,8 tonnes) de viande, 20 000 pains et 14 000 rations d’avoine et de foin par jour. C’était une façon courante d’obtenir de la nourriture en territoire étranger. Les soldats exigeaient généralement des députés municipaux et des villages qu’ils leur fournissent une quantité précise de provisions, dont les coûts devaient être pris en charge par le pays vaincu. Compte tenu de la difficulté de la situation, il n’était pas facile pour les Moraves d’obéir aux ordres. Il était évident que les soldats réquisitionnaient tout ce qu’ils trouvaient, souvent avec l’aide des habitants, car certains prenaient plaisir à découvrir des réserves cachées.

El Palacio del Gobernador, originalmente parte de un monasterio agustino, constituye uno de los edificios históricos más relevantes de Brno2. En vísperas de la batalla de Austerlitz, el entonces gobernador, el conde Lažanský3, abandonó precipitadamente el edificio ante la inminente llegada de las tropas francesas.

Napoleón eligió este palacio como su residencia temporal y como sede de su Estado Mayor4. La estancia de Napoleón marcó notablemente la vida social de Brno: tras su primera noche en el edificio, el emperador organizó un imponente desfile militar en las inmediaciones de la actual plaza Moravské náměstí. Estos desfiles, concebidos para reforzar la moral de las tropas, se repitieron a diario hasta la salida definitiva del ejército hacia el campo de batalla de Austerlitz.

Los habitantes veían desfilar a los selectos soldados de la Guardia que además de vestir uniformes de mayor calidad, gozaban de ciertos privilegios frente al resto de soldados de las unidades de línea. Además de los exóticos mamelucos, el ejército francés también estaba compuesto por otros extranjeros, incluso por algunos jóvenes moravos. Cabe mencionar, por ejemplo, una historia de un pequeño pueblo llamado Doubravník. Durante la invasión francesa, la familia Slezák alojó a un oficial francés. Al marcharse, le dirigió estas palabras de despedida: «Taks pánembohem ¡ Strýčku !» («¡Hasta la vista. Que Dios le ayude, tío!»). El rostro del posadero, atónito, no pudo ocultar su sorpresa: no lograba comprender el buen dominio del checo del soldado. Además, el oficial había dejado una bolsa de monedas de oro bajo el edredón de su habitación. Los Slezák, temiendo ser acusados de robo, fueron a buscarlo. ¡Qué sorpresa se llevaron cuando el oficial confesó llamarse Filip Slezák y ser un pariente lejano que había sido reclutado en el ejército años atrás! Francamente, ni los jóvenes checos ni los moravos estaban dispuestos a luchar por el emperador de Austria5.

Napoleón regresaría al Palacio del Gobernador en 1809, durante la campaña de Znojmo (Znaim), y ambas visitas están hoy conmemoradas mediante una placa instalada en la fachada del edificio.

Le palais du gouverneur, qui faisait à l’origine partie d’un monastère augustin, est l’un des bâtiments historiques les plus importants de Brno2. À la veille de la bataille d’Austerlitz, le gouverneur de l’époque, le comte Lažanský3, quitta précipitamment le bâtiment devant l’arrivée imminente des troupes françaises.

Napoléon choisit ce palais comme résidence temporaire et siège de son état-major4. Le séjour de Napoléon marqua profondément la vie sociale de Brno : après sa première nuit dans le bâtiment, l’empereur organisa un imposant défilé militaire à proximité de l’actuelle place Moravské náměstí. Ces défilés, destinés à renforcer le moral des troupes, se répétèrent quotidiennement jusqu’au départ définitif de l’armée vers le champ de bataille d’Austerlitz.

Les habitants voyaient défiler les soldats d’élite de la Garde qui, en plus de porter des uniformes de meilleure qualité, jouissaient de certains privilèges par rapport aux autres soldats des unités de ligne. Outre les mamelouks exotiques, l’armée française comptait également d’autres étrangers, dont certains jeunes Moraves. Citons par exemple l’histoire d’un petit village appelé Doubravník. Pendant l’invasion française, la famille Slezák hébergea un officier français. Au moment de partir, celui-ci lui adressa ces mots d’adieu : « Taks pánembohem Strýčku ! » (« Au revoir. Que Dieu vous aide, mon oncle ! »). Le visage du propriétaire de l’auberge, stupéfait, ne put cacher sa surprise : il ne comprenait pas comment le soldat pouvait si bien parler le tchèque. De plus, l’officier avait laissé un sac de pièces d’or sous la couette de sa chambre. Les Slezák, craignant d’être accusés de vol, allèrent le chercher. Quelle ne fut pas leur surprise lorsque l’officier avoua s’appeler Filip Slezák et être un parent éloigné qui avait été enrôlé dans l’armée des années auparavant ! Franchement, ni les jeunes Tchèques ni les Moraves n’étaient disposés à se battre pour l’empereur d’Autriche5.

Napoléon revint au palais du gouverneur en 1809, pendant la campagne de Znojmo (Znaim), et ces deux visites sont aujourd’hui commémorées par une plaque apposée sur la façade du bâtiment.

Palacio del Gobernador, vista desde la Puerta Veselá, 1829. / Palais du gouverneur, vu depuis la Porte Veselá, 1829.

El actual mercado de verduras, conocido popularmente como Zelný trh o Zelňák, con una tradición mercantil de casi ocho siglos, constituye uno de los espacios más antiguos y emblemáticos de Brno. Durante la campaña de Austerlitz, este lugar adquirió un carácter distinto, convirtiéndose en un espacio estrechamente asociado a las operaciones militares y al aprovisionamiento del ejército napoleónico.

Las aristocráticas residencias que rodeaban el mercado verían un espectáculo muy lejos del habitual: el mercado de verduras se había transformado en un grandioso matadero al aire libre. Obligada a suministrar diariamente 26.000 libras de carne —equivalentes aproximadamente a veintitrés reses — la ciudad se convirtió en un centro de sacrificio continuo. Los campesinos de las aldeas cercanas conducían el ganado hasta la plaza, donde era sacrificado por soldados franceses sin ningún tipo de infraestructura sanitaria, generando un ambiente insalubre, marcado por el hedor y los residuos animales acumulados sobre los adoquines.

Otro edificio destacado, el Teatro Reduta, considerado el más antiguo de Europa Central, también se vio afectado por las exigencias de la guerra: tras la batalla, fue utilizado primero como centro de detención para prisioneros rusos y posteriormente como hospital militar para los soldados heridos6. El general Thiébault, gravemente herido, fue uno de los trasladados a Brno. Sus heridas eran muy graves; sufría lesiones en órganos internos y hasta siete fracturas. Sus posibilidades de sobrevivir eran prácticamente nulas. Anticipando su inminente muerte, Napoleón pronunció un discurso fúnebre en su nombre: «¡Qué magnífica manera de morir!». Sin embargo, gracias a los denodados cuidados médicos, el general sobrevivió. Kajetán Unterweeger , el encargado de la imprenta en la calle Orlí (calle del Águila), donde el general pasó su convalecencia, era probablemente el único que no estaba contento con la situación: «El general tiene su propio cirujano, mayordomo, cocinero, tres criados, catorce caballos y ocho hombres de séquito. Ocupa seis habitaciones, todas con calefacción. ¡Que Dios me ayude! No tengo ni idea de qué más tengo que arreglar y proporcionar», se lamentaba.

Le marché aux légumes actuel, populairement connu sous le nom de Zelný trh ou Zelňák, avec une tradition commerciale de près de huit siècles, est l’un des lieux les plus anciens et les plus emblématiques de Brno. Pendant la campagne d’Austerlitz, cet endroit a pris un caractère particulier, devenant un lieu étroitement lié aux opérations militaires et à l’approvisionnement de l’armée napoléonienne.

Les résidences aristocratiques qui entouraient le marché ont alors été le théâtre d’un spectacle très éloigné de l’ordinaire : le marché aux légumes s’était transformé en un immense abattoir à ciel ouvert. Contrainte de fournir quotidiennement 26 000 livres de viande, soit l’équivalent d’environ vingt-trois bovins, la ville est devenue un centre d’abattage permanent. Les paysans des villages voisins conduisaient le bétail jusqu’à la place, où il était abattu par des soldats français sans aucune infrastructure sanitaire, créant un environnement insalubre, marqué par la puanteur et les déchets animaux accumulés sur les pavés.

Un autre bâtiment remarquable, le théâtre Reduta, considéré comme le plus ancien d’Europe centrale, fut également touché par les exigences de la guerre : après la bataille, il fut d’abord utilisé comme centre de détention pour les prisonniers russes, puis comme hôpital militaire pour les soldats blessés6. Le général Thiébault, gravement blessé, fut l’un de ceux qui furent transférés à Brno. Ses blessures étaient très graves ; il souffrait de lésions aux organes internes et de sept fractures. Ses chances de survie étaient pratiquement nulles. Anticipant sa mort imminente, Napoléon prononça un discours funèbre en son nom : « Quelle magnifique façon de mourir ! ». Cependant, grâce à des soins médicaux acharnés, le général survécut. Kajetán Unterweeger , le responsable de l’imprimerie de la rue Orlí (rue de l’Aigle), où le général passa sa convalescence, était probablement le seul à ne pas être satisfait de la situation : « Le général a son propre chirurgien, majordome, cuisinier, trois serviteurs, quatorze chevaux et huit hommes de suite. Il occupe six chambres, toutes chauffées. Que Dieu me vienne en aide ! Je ne sais plus quoi réparer ni quoi fournir », se lamentait-il.

Vista del mercado de verduras de František Richter / Vue du marché aux légumes de František Richter. (d)
En la izquierda, el mercado de verduras, a la izquierda / À gauche, le marché aux légumes (Zelný trh o Zelňák).
Gran Plaza, Josef Maserle, (2ª mitad s. XVIII) / Grande Place, Josef Maserle, (2e moitié du XVIIIe siècle).

El castillo de Špilberk, conocido en los tiempos modernos como la “Prisión de las Naciones”, constituye una de las estructuras fortificadas más significativas7 de la monarquía de los Habsburgo. Cuando las tropas imperiales francesas ocuparon Brno en 1805, la guarnición austriaca de Špilberk había abandonado la fortaleza para retirarse hacia Olomouc, dejando tras de sí una considerable cantidad de material bélico: aproximadamente 3.000 quintales de pólvora, 60 cañones, 6.000 fusiles y un número significativo de uniformes y provisiones.

Entre los acontecimientos menores, pero reveladores de este periodo, destaca el presunto intento de asesinato contra Napoleón protagonizado por un joven aprendiz, Kristl de Bouzov (Busau), miembro del gremio de Mittermaier en Brno. En un comentario recogido por su maestro, el aprendiz habría expresado su intención de disparar contra el emperador cuando este transitara por la Puerta de Brno camino del castillo. No obstante, el plan nunca llegó a concretarse. Las razones son desconocidas: pudo haberse tratado de una declaración impulsiva, de un fallo del arma, o de la intervención persuasiva de su maestro. Lo cierto es que Napoleón no sufrió ningún daño y continuó su campaña sin incidentes.

Napoleón regresó a Brno en 1809, durante las operaciones militares asociadas a las derrotas austriacas en Wagram y Znaim. Durante el alto el fuego, las tropas francesas ocuparon nuevamente parte del territorio moravo, incluido el castillo de Špilberk. Tras inspeccionarlo detenidamente, Napoleón ordenó la demolición parcial de sus murallas y el relleno de su pozo, a fin de evitar que una fortificación tan robusta pudiera ser utilizada en su contra en un futuro conflicto8.

Le château de Špilberk, connu à l’époque moderne sous le nom de « Prison des Nations », est l’une des structures fortifiées les plus importantes7 de la monarchie des Habsbourg. Lorsque les troupes impériales françaises occupèrent Brno en 1805, la garnison autrichienne de Špilberk avait abandonné la forteresse pour se retirer vers Olomouc, laissant derrière elle une quantité considérable de matériel militaire : environ 3 000 quintaux de poudre à canon, 60 canons, 6 000 fusils et un nombre important d’uniformes et de provisions.

Parmi les événements mineurs, mais révélateurs de cette période, il convient de mentionner la tentative présumée d’assassinat de Napoléon par un jeune apprenti, Kristl de Bouzov (Busau), membre de la guilde de Mittermaier à Brno. Dans un commentaire rapporté par son maître, l’apprenti aurait exprimé son intention de tirer sur l’empereur lorsqu’il passerait par la porte de Brno pour se rendre au château. Cependant, le plan ne s’est jamais concrétisé. Les raisons en sont inconnues : il peut s’agir d’une déclaration impulsive, d’un dysfonctionnement de l’arme ou de l’intervention persuasive de son maître. Ce qui est certain, c’est que Napoléon n’a subi aucun dommage et a poursuivi sa campagne sans incident.

Napoléon revint à Brno en 1809, lors des opérations militaires liées aux défaites autrichiennes à Wagram et Znaim. Pendant le cessez-le-feu, les troupes françaises occupèrent à nouveau une partie du territoire morave, y compris le château de Špilberk. Après l’avoir inspecté minutieusement, Napoléon ordonna la démolition partielle de ses remparts et le comblement de son puits, afin d’éviter qu’une fortification aussi robuste ne puisse être utilisée contre lui dans un futur conflit8.

Castillo de Špilberk / Château de Špilberk (e)

Entre los numerosos lugares asociados a la batalla de Austerlitz, destaca el monumento dedicado al general francés Jean-Marie Mellon Roger Valhubert. Su lápida conmemorativa se encuentra en el Jardín de Tyrš, en las inmediaciones del centro de Brno.

El general Valhubert desempeñó un papel crucial en la defensa francesa de la colina de Santon, una posición estratégica que protegía el flanco izquierdo de las tropas napoleónicas frente al avance del cuerpo aliado comandado por el general Piotr Bagration. Durante el combate, el general sufrió heridas de extrema gravedad, probablemente causadas por metralla o por el impacto directo de una bala de cañón. Valhubert se negó inicialmente a ser retirado del frente y, según los testimonios contemporáneos, exhortó a sus hombres con las palabras: «Regresen a sus posiciones; moriré aquí. No es necesario sacrificar seis vidas más por mi causa».

No obstante, sus subordinados desobedecieron finalmente sus órdenes y lo trasladaron al hospital de campaña de Šlapanice, desde donde fue llevado posteriormente a Brno para recibir atención médica especializada. A pesar de los cuidados proporcionados, Valhubert falleció tres días después de la batalla, tras haber dictado su última voluntad. En ella solicitó que se informara al emperador Napoleón de su estado y expresó su preocupación por el futuro de su familia, señalando que confiaba en que el soberano velaría por ellos.

La iglesia de Santiago fue el lugar del funeral y la misa conmemorativa del general. El funeral contó con la presencia del propio Napoleón. Tras la misa, los soldados llevaron el féretro de Valhubert al antiguo cementerio municipal (hoy parque «Tyršův sad«) y dispararon tres salvas. Sus restos fueron trasladados posteriormente a Francia.

Parmi les nombreux lieux associés à la bataille d’Austerlitz, le monument dédié au général français Jean-Marie Mellon Roger Valhubert se distingue particulièrement. Sa pierre tombale commémorative se trouve dans le jardin Tyrš, à proximité du centre de Brno.

Le général Valhubert a joué un rôle crucial dans la défense française de la colline de Santon, une position stratégique qui protégeait le flanc gauche des troupes napoléoniennes contre l’avance du corps allié commandé par le général Piotr Bagration. Au cours des combats, le général a été grièvement blessé, probablement par des éclats d’obus ou par l’impact direct d’une balle de canon. Valhubert a d’abord refusé d’être évacué du front et, selon des témoignages contemporains, il a exhorté ses hommes en ces termes : « Retournez à vos positions, je mourrai ici. Il n’est pas nécessaire de sacrifier six autres vies pour moi. »

Cependant, ses subordonnés désobéirent finalement à ses ordres et le transportèrent à l’hôpital de campagne de Šlapanice, d’où il fut ensuite transféré à Brno pour recevoir des soins médicaux spécialisés. Malgré les soins prodigués, Valhubert mourut trois jours après la bataille, après avoir dicté ses dernières volontés. Il demanda que l’empereur Napoléon soit informé de son état et exprima son inquiétude pour l’avenir de sa famille, soulignant qu’il comptait sur le souverain pour veiller sur elle.

L’église Saint-Jacques fut le lieu des funérailles et de la messe commémorative du général. Napoléon lui-même assista aux funérailles. Après la messe, les soldats transportèrent le cercueil de Valhubert à l’ancien cimetière municipal (aujourd’hui le parc « Tyršův sad ») et tirèrent trois salves. Sa dépouille fut ensuite transférée en France.

La pequeña capilla dedicada a la Virgen María en la colina Santon en el flanco izquierdo de la línea francesa en la batalla de Austerlitz, con dos placas dedicada a la memoria de los generales Bagration, Claparède y Valhubert. La capilla sería reconstruida en 1832. / La petite chapelle dédiée à la Vierge Marie sur la colline de Santon, sur le flanc gauche de la ligne française lors de la bataille d’Austerlitz, avec deux plaques dédiées à la mémoire des généraux Bagration, Claparède et Valhubert. La chapelle sera reconstruite en 1832.

Durante la batalla los franceses comenzaron a trasladar a sus soldados heridos y prisioneros a Brno y lenta pero progresivamente, su número aumentó a varios miles; algunos sufrían heridas lacerantes, traumatismos craneales graves, otros habían perdido extremidades u ojos. Varios caballos sufrieron lesiones en las patas que les impedían moverse. «Estábamos totalmente conmocionados, llorábamos como niños», recuerda el sacerdote Horký. No solo los heridos azotaron la ciudad: una plaga de fiebre tifoidea se propagó con rapidez y causó la muerte de cientos de personas más. La plaga cesó con las primeras heladas cerca de Navidad.

Las reparaciones de guerra, que la derrotada Austria tuvo que compensar fueron una fuerte carga para las tierras de Moravia-Silesia y la ciudad de Brno también tuvo que compensar una parte significativa de ellas. La gente cayó en la desesperación: «Ninguna otra ciudad había sufrido tanto como Brno durante esta guerra». El mayor peso de la carga se eliminó el 12 de enero, día en que el último soldado francés abandonó la ciudad.

Pendant la bataille, les Français ont commencé à transférer leurs soldats blessés et leurs prisonniers à Brno et, lentement mais sûrement, leur nombre a augmenté pour atteindre plusieurs milliers ; certains souffraient de blessures lacérantes, de traumatismes crâniens graves, d’autres avaient perdu des membres ou des yeux. Plusieurs chevaux souffraient de blessures aux pattes qui les empêchaient de bouger. « Nous étions complètement sous le choc, nous pleurions comme des enfants », se souvient le prêtre Horký. Les blessés n’ont pas été les seuls à frapper la ville : une épidémie de typhoïde s’est rapidement propagée et a causé la mort de centaines d’autres personnes. L’épidémie a pris fin avec les premières gelées, vers Noël.

Les réparations de guerre, que l’Autriche vaincue devait indemniser, ont pesé lourdement sur les terres de Moravie-Silésie, et la ville de Brno a également dû en indemniser une partie importante. La population sombra dans le désespoir : « Aucune autre ville n’avait autant souffert que Brno pendant cette guerre ». Le poids de cette charge fut allégé le 12 janvier, jour où le dernier soldat français quitta la ville.


  1. También una parte del ejército ruso en retirada atravesó Brno en dirección a Vyškov. El comandante en jefe de las fuerzas aliadas, el general Mijaíl Kutúzov se hospedó con su Estado Mayor en el Palacio Dietrichstein (que también sería residencia del general Lannes). Una placa conmemorativa en la fachada del edificio recuerda hoy aquella breve pero significativa estancia. / Une partie de l’armée russe en retraite traversa également Brno en direction de Vyškov. Le commandant en chef des forces alliées, le général Mikhaïl Koutouzov, séjourna avec son état-major au palais Dietrichstein (qui serait également la résidence du général Lannes). Une plaque commémorative sur la façade du bâtiment rappelle aujourd’hui ce séjour bref mais significatif. ↩︎
  2. Durante el reinado del emperador José II, la comunidad agustina fue trasladada a la zona de Staré Brno y el antiguo complejo monástico fue transformado en sede administrativa del gobernador de Moravia. / Sous le règne de l’empereur Joseph II, la communauté augustinienne fut transférée dans le quartier de Staré Brno et l’ancien complexe monastique fut transformé en siège administratif du gouverneur de Moravie. ↩︎
  3. Prokop Lažanský de Buková (1771–1823) fue un noble austríaco que ocupó varios cargos clave en la administración de la monarquía de los Habsburgo, entre 1796 y 1817. / Prokop Lažanský de Buková (1771-1823) était un noble autrichien qui occupa plusieurs postes clés dans l’administration de la monarchie des Habsbourg entre 1796 et 1817. ↩︎
  4. Entre los altos mandos que se alojaron allí destacó el mariscal Édouard Mortier, cuya imponente estatura — cercana a los dos metros — le valió el apodo de Gran Mortier. / Parmi les hauts gradés qui y séjournèrent, on peut citer le maréchal Édouard Mortier, dont la stature imposante — près de deux mètres — lui valut le surnom de Grand Mortier. ↩︎
  5. El servicio militar era una pesadilla para los jóvenes, pues duraba muchísimo tiempo. Desde 1802, la situación había mejorado ligeramente. Los soldados eran reclutados «solo» por siete o catorce años. El mencionado Filip Slezák se unió posteriormente al ejército napoleónico; sin embargo, era peligroso para él revelar su identidad, ya que podrían haberlo acusado de desertar del ejército austríaco. / Le service militaire était un cauchemar pour eux, car il durait très longtemps. À partir de 1802, la situation s’améliora légèrement. Les soldats n’étaient recrutés « que » pour sept ou quatorze ans. Filip Slezák rejoignit par la suite l’armée napoléonienne, mais il était dangereux pour lui de révéler son identité, car il aurait pu être accusé d’avoir déserté l’armée autrichienne. ↩︎
  6. El prolongado uso militar del teatro ocasionó un deterioro tan severo que su arrendatario, el señor Mayer, se vio obligado a declarar la quiebra en 1807 y abandonar la ciudad. / L’utilisation prolongée du théâtre à des fins militaires a causé une détérioration si grave que son locataire, M. Mayer, a été contraint de déclarer faillite en 1807 et de quitter la ville. ↩︎
  7. Su origen se remonta a la segunda mitad del siglo XIII, cuando fue erigido como residencia real de los monarcas checos y sede de los margraves de Moravia. A partir del siglo XVII, debido a su estratégica ubicación en lo alto de la colina que domina Brno, el castillo fue transformado en una sólida fortaleza y en una prisión de alta seguridad para reclusos políticos y criminales considerados especialmente peligrosos. / Son origine remonte à la seconde moitié du XIIIe siècle, lorsqu’il fut érigé en résidence royale des monarques tchèques et siège des margraves de Moravie. À partir du XVIIe siècle, en raison de son emplacement stratégique au sommet de la colline qui domine Brno, le château fut transformé en une forteresse solide et en une prison de haute sécurité pour les prisonniers politiques et les criminels considérés comme particulièrement dangereux. ↩︎
  8. A lo largo del siglo XIX, la función del castillo evolucionó: se convirtió en cuartel militar durante más de cien años y, en dos momentos posteriores, volvió a desempeñar un papel represivo. Durante la Primera Guerra Mundial albergó prisioneros militares y, de manera aún más dramática, sirvió como centro de detención política durante el primer año de la ocupación alemana en Checoslovaquia en la Segunda Guerra Mundial. / Au cours du XIXe siècle, la fonction du château a évolué : il est devenu une caserne militaire pendant plus de cent ans, puis a repris un rôle répressif à deux reprises. Pendant la Première Guerre mondiale, il a abrité des prisonniers militaires et, de manière encore plus dramatique, il a servi de centre de détention politique pendant la première année de l’occupation allemande en Tchécoslovaquie pendant la Seconde Guerre mondiale. ↩︎

Fuentes:

1 – Emperor Napoleon in Brno – Regional Development Agency of South Moravia y TIC Brno, 2017

2 – Napoleonic Moravia. Travel Guide – Regional Development Agency of South Moravia

Imágenes:

a – Emperor Napoleon in Brno – Regional Development Agency of South Moravia y TIC Brno, 2017

b – http://www.meisterdrucke.fr/fine-art-prints/pseudonym-for-Onfray-de-Breville-Jacques-Job/1042149/R%C3%A9giment-de-l%27arm%C3%A9e-napol%C3%A9onienne-marchant-au-son-de-la-musique,-vers-1900-%28impression%29.html

c – By Franz Doležal – http://vilemwalter.cz/mapy/, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=98760762

d – Archiv města Brna (PDF) – http://www.archiv.brno.cz, 2019

e – By Kirk – File:Špilberk.jpg ([1]), CC BY 2.5, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=11987633

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