La Guerra Peninsular: La guerra marítima de Napoleón, por Kenneth G. Johnson

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A menudo cuando se estudia la Guerra de la Independencia de España el elemento naval se trata en un plano secundario o menor dando más énfasis a las operaciones militares terrestres y a las batallas campales. Este enfoque es a todas luces incompleto, por cuanto la península con sus miles de kilómetros de costa era un elemento fundamental en el aprovisionamiento de materiales, suministros armas y transporte de tropas, en el hostigamiento a los enclaves ocupados por el enemigo y en la estrategia naval en el Mediterráneo y Atlántico en el conflicto entre las grandes potencias de la época.

Kenneth G. Johnson en este artículo (que amablemente nos ha permitido traducir) nos lo recuerda, como arranque del mismo y punto fundamental de su narrativa, el tener en cuenta que la guerra de Independencia tuvo su génesis en la ocupación encubierta de España por las tropas imperiales francesas uno de cuyos objetivos principales era ocupar los principales puertos españoles e intentar liberar a lo que quedaba de la escuadra francesa que se hallaba refugiada en Cádiz, tras la derrota de Trafalgar.

LA GUERRA MARÍTIMA DE NAPOLEÓN EN LA PENÍNSULA

El renovado interés en la brutal guerra de guerrillas durante la Guerra de Independencia española, gracias en parte a las guerras en Irak y Afganistán, ha llevado a un resurgimiento en los estudios académicos, que han examinado temas que van desde los orígenes sociales de la guerrilleros españoles a la eficacia de las tácticas francesas de contrainsurgencia.1 Mientras tanto, el duque de Wellington atrae continuamente la fascinación de los historiadores anglófilos.2 Sin embargo, el enfoque en la campaña de Wellington y la guerrilla española ha creado un retrato incompleto de la guerra. Con ganas de representar la expedición británica a la Península Ibérica o el ascenso de la insurgencia española, los historiadores con demasiada frecuencia pasan por alto los orígenes de la guerra, por lo que pasan por alto su influencia en la fase inicial de la guerra. Se debe recordar que Napoleón invadió la Península Ibérica principalmente como parte de su guerra marítima contra Gran Bretaña y que muchos de los iniciales movimientos de tropas franceses tenían como objetivo asegurar Portugal
y los activos navales de España. Además, incluso después del fracaso inicial de Napoleón, la Guerra Peninsular siguió siendo en parte una guerra marítima, ya que las armadas jugaron un papel papel importante en el suministro de los ejércitos británicos y franceses.

Le regain d’intérêt pour la guérilla brutale pendant la guerre d’Espagne, en partie grâce aux guerres en Irak et en Afghanistan, a conduit à une résurgence des études universitaires, qui ont examiné des sujets allant des origines sociales des guérilleros à l’efficacité des tactiques françaises de contre-insurrection.1 Pendant ce temps, le duc de Wellington attire continuellement la fascination des historiens anglophiles.2 Cependant, l’accent mis sur la campagne de Wellington et la guérilla espagnole a créé un portrait incomplet de la guerre. Désireux de décrire l’expédition britannique dans la péninsule ibérique ou la montée de l’insurrection espagnole, les historiens négligent trop souvent les origines de la guerre, négligeant ainsi son influence sur la première phase de la guerre. Il faut se rappeler que Napoléon a envahi la péninsule ibérique principalement dans le cadre de sa guerre maritime contre la Grande-Bretagne et que bon nombre des premiers mouvements de troupes françaises visaient à sécuriser le Portugal et les actifs navals de l’Espagne. De plus, même après l’échec initial de Napoléon, la guerre de la Péninsule est restée en partie une guerre maritime, car les marines ont joué un rôle important dans le ravitaillement des armées britanniques et françaises.

La pérfida «Albion» había dominado durante mucho tiempo los planes estratégicos de Napoleón. Con la firma del Tratados de Tilsit en julio de 1807 y el final de la Cuarta Coalición, Napoleón fue capaz de volver su atención del Continente y volver a su enfoque de su incesante enemigo al otro lado del Canal. En efecto, Incluso antes de la batalla de Friedland, Napoleón había informado a su Ministro de Marina, Denis Decrès, que: «Todo me lleva a creer que la guerra en el continente se acabó. Ahora se debe hacer todo lo posible para la Armada«.3 Si bien la campaña naval de 1805 culminó en el desastre frente al Cabo Trafalgar, Napoleón no había perdido la esperanza de renovar la campaña naval contra Gran Bretaña. De hecho, muchos de los diseños estratégicos de Napoleón de 1807 a 1808 fueron dirigido específicamente a aumentar las fuerzas navales a su disposición. En una carta a su hermano Luis en abril 1808, Napoleón presentó un análisis preciso de la guerra naval llevada hasta entonces. Mientras que las potencias continentales de Europa «también tenían colonias y un comercio marítimo estaban desunidas; Inglaterra había luchado con sus Armadas por separado; ha triunfado en todos los mares; todas las armadas han sido destruidas. Rusia, Suecia, Francia, España, que poseen tantos medios para tener barcos y marineros, no se atreven a aventurar una escuadra fuera de sus puertos.» Incluso si una «coalición de potencias marítimas» pudiera formarse, Napoleón pensó que era «imposible» mantenerse debido a «distancias y diferencias en intereses nacionales«.4 Por lo tanto, las maniobras de Napoleón para expandir el Imperio francés y su control sobre los aliados pueden verse en gran parte como su plan para unir a los armadas de la Europa continental bajo su mando directo, además de ampliar el alcance del sistema de embargos de Napoleón conocido como el Sistema Continental. Con su hermano Louis gobernando
Holanda y una alianza establecida con Rusia, Napoleón centró su atención en Dinamarca, los estados italianos, Portugal y finalmente España.

La perfide « Albion » a longtemps dominé les plans stratégiques de Napoléon. Avec la signature des traités de Tilsit en juillet 1807 et la fin de la Quatrième coalition, Napoléon a pu détourner son attention du continent et se concentrer sur son ennemi implacable d’outre-Manche. En effet, avant même la bataille de Friedland, Napoléon avait fait savoir à son ministre de la Marine, Denis Decrès, que: «Tout porte à croire que la guerre du Continent est finie. Tout doit maintenant être fait pour la Marine».3 Bien que la campagne navale de 1805 se soldant par un désastre au large du cap Trafalgar, Napoléon n’avait pas abandonné l’espoir de renouveler la campagne navale contre la Grande-Bretagne. En fait, de nombreuses conceptions stratégiques de Napoléon de 1807 à 1808 visaient spécifiquement à augmenter les forces navales à sa disposition. Dans une lettre à son frère Louis en avril 1808, Napoléon présente une analyse précise de la guerre navale menée jusqu’alors. Alors que les puissances continentales de l’Europe «avaient aussi des colonies et un commerce maritime étaient désunies; l’Angleterre avait combattu avec ses marines séparées ; elle a triomphé sur toutes les mers ; toutes les marines ont été détruites. La Russie, la Suède, la France, l’Espagne, qu’elles ont tant beaucoup de moyens d’avoir des navires et des marins, ils n’osent pas risquer une flotte hors de leurs ports.» Même si une «coalition des puissances maritimes» pouvait être formée, Napoléon pensait qu’il était «impossible» de tenir en raison des «distances et des différences d’intérêts nationaux«.4 Ainsi, les manœuvres de Napoléon pour étendre l’Empire français et son contrôle sur les Alliés peuvent être considéré en grande partie comme son plan d’unir les marines de l’Europe continentale sous son commandement direct, ainsi que d’étendre la portée du système d’embargos de Napoléon connu sous le nom de système continental. Avec son frère Louis au pouvoir en Hollande et une alliance établie avec la Russie, Napoléon tourna son attention vers le Danemark, les États italiens, le Portugal et enfin l’Espagne.

La derrota en la batalla de Trafalgar (21/10/1805) selló el destino de la flota franco-española y de los intentos de Napoleón de disputarle a corto plazo el dominio de las costas europeas a la Royal Navy. (c)
La défaite à la bataille de Trafalgar (21/10/1805) scelle le sort de la flotte franco-espagnole et les tentatives de Napoléon de défier la Royal Navy pour le contrôle des côtes européennes à court terme. (b)

Con su sustancial armada, Dinamarca se vio envuelta rápidamente en esta renovada guerra naval. Atrapada entre las crecientes demandas tanto de Gran Bretaña como de Francia, Dinamarca intentó permanecer neutral; un arreglo, sin embargo, que no complació a ninguno de los beligerantes. Ya asustado por la perspectiva de que la flota danesa cayera en manos de Napoleón, el gabinete británico convenció al rey Jorge III a mediados de julio de 1807 para que autorizara una expedición para vigilar Copenhague y posiblemente tomar la ciudad si fuera necesario. El 26 de julio, el almirante James Gambier partió hacia Copenhague con 17 barcos más numerosos barcos más pequeños que transportaban alrededor de 18.000 soldados.5 Mientras tanto, el 31 de julio, Napoleón ordenó a su ministro de Relaciones Exteriores, Charles de Talleyrand, que presionara a Dinamarca «tienen que elegir entre hacer la guerra contra Inglaterra o contra mí«.6 Mientras que los daneses rechazaron las demandas británicas y francesas, los británicos tomaron la iniciativa lanzando un ataque preventivo el 16 de agosto sin una declaración formal de guerra.7 Cuando los informes del ataque llegaron a Napoleón, ofreció asistencia militar a Dinamarca, pero no se preocupó de inmediato ya que «una ciudad tan grande y fortificada [como Copenhague] no será tomada en dos meses, y el hielo proporcionará los medios para asegurarla«.8 Sin embargo, después de resistir solo varios días de bombardeo, los daneses se rindieron. Como parte de los términos, los daneses entregaron su flota a los británicos. Si bien los británicos consideraron que solo 4 de los 15 barcos de línea daneses merecían ser reparados, esto fue de poco consuelo para Napoleón. Incluso si la mayoría de los barcos necesitaran reparaciones importantes, Napoleón podría haber usado su propia existencia para atar un número igual de barcos británicos al Báltico. Un golpe importante adicional fue la pérdida de más de 20.000 toneladas de pertrechos navales muy necesarios, incluidos troncos y mástiles que a menudo escaseaban en Francia.9 Según Joseph Fouche, Ministro de Policía de Napoleón, la noticia de este evento llevó a Napoleón a una «rabia violenta» que no se había visto desde el asesinato del zar Pablo I que había echado a perder las esperanzas de Napoleón de un acercamiento a Rusia.10

Avec sa marine substantielle, le Danemark a été rapidement entraîné dans cette nouvelle guerre navale. Pris entre les demandes croissantes de la Grande-Bretagne et de la France, le Danemark a essayé de rester neutre; un arrangement, cependant, qui ne plaisait à aucun des belligérants. Déjà effrayé par la perspective que la flotte danoise tombe aux mains de Napoléon, le cabinet britannique convainc le roi George III à la mi-juillet 1807 d’autoriser une expédition pour jalonner Copenhague et éventuellement prendre la ville si nécessaire. Le 26 juillet, l’amiral James Gambier partit pour Copenhague avec 17 navires et de nombreux navires plus petits transportant environ 18.000 soldats.5 Entre-temps, le 31 juillet, Napoléon ordonna à son ministre des affaires étrangères, Charles de Talleyrand, de faire pression sur le Danemark «ils doivent choisir entre faire la guerre contre l’Angleterre ou contre moi.»6 Tandis que les Danois rejetaient les demandes britanniques et françaises, les Britanniques prirent l’initiative en lançant une frappe préventive le 16 août sans déclaration formelle de guerre.7 Lorsque les rapports de l’attaque parvinrent à Napoléon, il offrit une assistance militaire au Danemark, mais ne fut pas immédiatement inquiété car «une ville aussi grande et fortifiée [comme Copenhague] ne sera pas prise avant deux mois, et la glace fournira les moyens de la sécuriser«.8 Cependant, après avoir résisté seulement plusieurs jours de bombardement, les Danois se sont rendus. Dans le cadre des conditions, les Danois ont remis leur flotte aux Britanniques. Alors que seuls 4 des 15 navires de ligne danois ont été jugés par les Britanniques comme méritant d’être réparés, cela n’a guère réconforté Napoléon. Même si la plupart des navires avaient besoin de réparations majeures, Napoléon aurait pu utiliser son existence même pour attacher un nombre égal de navires britanniques à la Baltique. Un coup dur supplémentaire a été la perte de plus de 20.000 tonnes de stocks navals indispensables, y compris des troncs et des mâts qui étaient souvent rares en France.9 Selon Joseph Fouché, ministre de la Police de Napoléon, la nouvelle de cet événement a conduit Napoléon à une «rage violente» inédite depuis l’assassinat du tsar Paul Ier qui avait anéanti les espoirs de Napoléon d’un rapprochement avec la Russie.10

«La noche más terrible». Vista de Kongens Nytorv en Copenhague durante el bombardeo inglés de Copenhague por la noche entre el 4 y el 5 de septiembre de 1807. (c)
«La nuit la plus terrible». Vue de Kongens Nytorv à Copenhague pendant le bombardement anglais de Copenhague la nuit du 4 au 5 septembre 1807. (c)

La estrategia marítima de Napoleón también tenía como objetivo expandir la presencia naval francesa en el Mediterráneo, particularmente a lo largo de la península italiana. A principios de julio de 1807, Napoleón informó a su hijastro y virrey del Reino de Italia, Eugene Beauharnais, que «la guerra continental probablemente terminará pronto«, recomendando que se impulsara la construcción naval para tener fuerzas suficientes «para controlar el Adriático«.11 Sin embargo, Napoleón tenía la mirada puesta más allá, ya que planeó anexionar toda la costa del Adriático de los Estados Pontificios para el Reino de Italia, extendiendo así su costa hasta llegar al Reino de Nápoles.12 En particular, Napoleón estaba interesado en el puerto de Ancona mientras buscaba determinar cuántos barcos cabían en el puerto.13 Las tropas francesas e italianas rápidamente se apoderaron de la costa del Adriático de los Estados Pontificios en noviembre de 1807, como precursor de la anexión formal al Reino de Italia en abril de 1808.14

La stratégie maritime de Napoléon visait également à étendre la présence navale française en Méditerranée, notamment le long de la péninsule italienne. Début juillet 1807, Napoléon informe son beau-fils et vice-roi du royaume d’Italie, Eugène Beauharnais, que «la guerre continentale sera probablement bientôt terminée», recommandant de faire avancer la construction navale afin de disposer de forces suffisantes «pour tenir l’Adriatique».11 Cependant, Napoléon avait d’autres vues, car il envisageait d’annexer toute la côte adriatique des États pontificaux au royaume d’Italie, étendant ainsi son littoral jusqu’au royaume de Naples.12 En particulier, Napoléon était intéressé dans le port d’Ancône alors qu’il cherchait à déterminer combien de navires le port pouvait contenir.13 Les troupes françaises et italiennes s’emparèrent rapidement de la côte adriatique des États pontificaux en novembre 1807, précurseur de l’annexion formelle au Royaume d’Italie en avril 1808.14

Federico VI de Dinamarca (1d)
Jean A. Junot (2d)
Eugène de Beauharnais (3d)

En la costa occidental de Italia, Napoleón estaba igualmente ocupado. En mayo de 1808, Napoleón ordenó la anexión del Reino de Etruria, un estado cliente de Francia que había sido creado en la Toscana en 1801. Napoleón sintió que incorporar este territorio era necesario para «aumentar nuestra costa y, por lo tanto, el número de nuestros marineros«. Además, esto también pondría una zona de seguridad alrededor del puerto de La Spezia, que Napoleón ordenó transformar en un puerto militar igual a Tolón.15 Para facilitar el establecimiento de este nuevo puerto, todas las instalaciones navales de Génova serían transferidas a La Spezia. La ubicación central de este puerto facilitó la importación de madera de las montañas de los Apeninos y otros recursos de Livorno. Napoleón quería que este puerto fuera capaz de construir 3 barcos y 2 fragatas a la vez.16 De hecho, Napoleón imaginó que La Spezia eventualmente reemplazaría a Tolón como principal puerto militar de Francia en el Mediterráneo.17 Así, Napoleón extendió su control a casi toda la costa italiana a lo largo de los mares Mediterráneo y Adriático. Cuando se ve en este contexto más amplio, es difícil descartar los intereses navales de Napoleón como un factor principal para atraer a Francia a la Guerra Peninsular. Si bien la extensión del Sistema Continental sirvió como justificación para el ataque a Portugal, Napoleón también estaba interesado en obtener el control de los recursos marítimos de Portugal, en particular de su flota.18 Los historiadores han desestimado la importancia de la armada portuguesa, afirmando que «la mayoría de sus barcos de línea eran meros «4ª clase».19 De hecho, la armada portuguesa en Lisboa constaba de siete barcos armados con 74 cañones o más y cuatro barcos con 64 cañones o menos.20 Si bien no era tan sustancial como la flota danesa que se rindió recientemente, incluso los expertos navales británicos contemporáneos elogiaron a la marina portuguesa, cuya construcción era «igual, si no superior a la británica«.21 La plétora de órdenes de Napoleón al general Jean-Andoche Junot, comandante de la invasión de Portugal, le reclamaban continuamente el asegurar la flota portuguesa en Lisboa.22 Según Napoleón, «Tu misión será perfectamente hermosa si puedes capturar la flota«.23 Con este fin, Napoleón envió un contingente de varios cientos de oficiales navales franceses y artilleros para tripular rápidamente los barcos portugueses capturados.24 Escapando por poco del avance de los ejércitos francés y español, la familia real portuguesa huyó hacia la seguridad de Brasil el 29 de noviembre de 1807 a bordo de 8 barcos de línea, 4 fragatas y muchos barcos más pequeños.25 Al entrar en Lisboa al día siguiente, Junot descubrió que los portugueses habían dejado atrás solo 4 barcos y 5 fragatas.26 Con varios de ellos en estado ruinoso y sin posibilidad de reparación, los franceses finalmente salvaron solo dos barcos de 74 cañones y 3 fragatas.27 Una vez más, los esfuerzos de Napoleón para expandir rápidamente su armada mediante la captura de una armada extranjera habían sido frustrados una vez más.

Sur la côte ouest de l’Italie, Napoléon était également occupé. En mai 1808, Napoléon ordonna l’annexion du royaume d’Étrurie, un État client français qui avait été créé en Toscane en 1801. Napoléon estimait que l’incorporation de ce territoire était nécessaire pour «augmenter notre côte, et donc le nombre de nos marins«. De plus, cela mettrait également une zone de sécurité autour du port de La Spezia, dont Napoléon ordonna la transformation en un port militaire égal à Toulon.15 Pour faciliter l’implantation de ce nouveau port, toutes les installations navales de Gênes seraient transférées à La Spezia. L’emplacement central de ce port facilitait l’importation de bois des montagnes des Apennins et d’autres ressources de Livourne. Napoléon voulait que ce port soit capable de construire 3 navires et 2 frégates à la fois.16 En fait, Napoléon prévoyait que La Spezia finirait par remplacer Toulon en tant que principal port militaire français en Méditerranée.17 Ainsi, Napoléon étendit son contrôle à presque la toute la côte italienne le long des mers Méditerranée et Adriatique. Vu dans ce contexte plus large, il est difficile de rejeter les intérêts navals de Napoléon comme un facteur primordial pour attirer la France dans la guerre péninsulaire. Alors que l’étendue du système continental a servi de justification à l’attaque contre le Portugal, Napoléon était également intéressé à prendre le contrôle des ressources maritimes du Portugal, en particulier sa flotte.18 Les historiens ont rejeté l’importance de la marine portugaise, déclarant que «la plupart de leurs les navires de ligne n’étaient que de la «4e classe»».19 En fait, la marine portugaise à Lisbonne se composait de sept navires armés de 74 canons ou plus et de quatre navires de 64 canons ou moins.20 Bien qu’elle ne soit pas aussi importante que la flotte danoise récemment rendue, même les experts navals britanniques contemporains ont fait l’éloge de la marine portugaise, dont la construction était «égale, sinon supérieure, à celle des Britanniques«.21 La pléthore d’ordres de Napoléon au général Jean-Andoche Junot, commandant de l’invasion du Portugal, l’appelait continuellement pour sécuriser la flotte portugaise à Lisbonne.22 Selon Napoléon, «Votre mission sera parfaitement belle si vous pouvez capturer la flotte«.23 À cette fin, Napoléon envoya un contingent de plusieurs centaines d’officiers de marine et d’artilleurs français pour équiper rapidement les navires portugais capturés.24 Échappant de peu à l’avancée des armées françaises et espagnoles, la famille royale portugaise s’enfuit vers la sécurité du Brésil le 29 novembre 1807 à bord de 8 navires de ligne, 4 frégates et de nombreux navires plus petits.25 Entrant à Lisbonne le lendemain, Junot découvre que les Portugais n’ont laissé derrière eux que 4 navires et 5 frégates.26 Avec plusieurs d’entre eux dans un état de délabrement irréparable, les Français n’ont finalement sauvé que deux navires de 74 canons et 3 frégates.27 Encore une fois, les efforts de Napoléon pour étendre rapidement sa marine en capturant une marine étrangère avaient été ratés une fois de plus.

«Vista del puerto de Lisboa. Tomada desde el centro del puerto, entre el monte Santa Catalina y el pueblo de Almada, a bordo del buque de guerra San Sebastián.” (1788), por Alexandre Jean Noël. (e)
Vue du Port de Lisbonne Selon le titre, elle a été prise «du centre du port, entre le mont Sainte-Catherine et le village d’Almada, à bord du navire de guerre Saint-Sébastien.» (1788), par Alexandre Jean Noël(e)

Ya descontento con las maquinaciones de Godoy, Carlos IV y el príncipe Fernando, la decisión de Napoleón de derrocar a la monarquía borbónica española se basó también en su deseo de controlar los activos navales de España. Teniendo en cuenta el descontento verbal de Napoleón con los retrasos menores en su programa de construcción naval en los puertos franceses, italianos y holandeses, la absoluta escasez de cualquier actividad vigorosa en los puertos españoles debe haber sido exasperante. Al justificar la guerra, Napoleón vio a España como:

«mal gobernada, sirviendo mal o nada a la causa de Francia contra Inglaterra. Su armada está descuidada; apenas se pueden contar varios barcos en sus puertos y están en las peores condiciones. Los almacenes carecen de provisiones; los trabajadores y marineros no están pagados. En los puertos no se realizan reparaciones, construcciones ni armamentos. El desorden más horrible reina en todas las ramas de la administración».

Acusando a España de «abandonar su armada«, Napoleón se enojó porque «la situación en España comprometía la seguridad de Francia y el destino de la guerra contra Inglaterra. El país europeo que ofrece los mayores medios marítimos es el que menos tiene«.28 Napoleón creía que una vez bajo su control, España podría concentrar todos sus medios para restablecer su otrora orgullosa armada.29 Una vez que la invasión encubierta francesa de España estuvo en marcha, Napoleón bombardeó repetidamente a su comandante, el mariscal Joachim Murat, con solicitudes de detalles sobre el estado de la marina española y órdenes de movilizar las flotas españolas lo antes posible. La impaciencia de Napoleón era clara: «Debo tener barcos porque quiero dar un gran golpe hacia el final de la temporada«.30

A principios de 1808, los planes de Napoleón para atacar a Gran Bretaña contaban con su control sobre las armadas de Portugal y España. En marzo, Napoleón esperaba amenazar a Inglaterra con expediciones desde Cádiz, Lisboa, Boulogne, Brest y Texel.31 En abril, Napoleón creía con optimismo que tendría 111 barcos de línea a su disposición para noviembre, incluidos 25 barcos españoles, 3 barcos ex-españoles entregados a los franceses y 4 barcos equipados desde Lisboa.32 A mediados de mayo, el optimismo de Napoleón parecía haber disminuido un poco, ya que solo contaba con los españoles para aumentar su flota de Tolón con varios barcos.33 No mucho después, Napoleón cambió su enfoque de operaciones futuras a septiembre de 1809, donde calculó que tendría «119 barcos bajo [su] dirección inmediata«, incluidos 10 barcos holandeses, 1 barco danés, 3 barcos ex-portugueses y 20 barcos españoles.34 El estallido de la insurrección española finalmente disuadió a Napoleón de cualquier noción de contar sobre flotas de la Península Ibérica para su guerra naval contra Gran Bretaña.

Déjà mécontent des machinations de Godoy, Carlos IV et du prince Ferdinand, la décision de Napoléon de renverser la monarchie espagnole des Bourbons était également fondée sur son désir de contrôler les actifs navals de l’Espagne. Compte tenu du mécontentement verbal de Napoléon face aux retards mineurs de son programme de construction navale dans les ports français, italiens et néerlandais, la rareté totale de toute activité vigoureuse dans les ports espagnols a dû être exaspérante. En justifiant la guerre, Napoléon considérait l’Espagne comme :

«mal gouvernée, servant mal ou pas du tout la cause de la France contre l’Angleterre. Sa marine est négligée ; plusieurs navires se comptent à peine dans ses ports, et ils sont dans le plus mauvais état. Les magasins manquent de vivres; les ouvriers et les marins ne sont pas payés. Aucune réparation, construction ou armement n’est effectué dans les ports. Le désordre le plus horrible règne dans toutes les branches de l’administration

Accusant l’Espagne «d’abandonner sa marine«, Napoléon s’indigne que «la situation en Espagne mette en péril la sécurité de la France et le sort de la guerre contre l’Angleterre. Le pays européen qui offre le plus de moyens maritimes est celui qui en a le moins«.28 Napoléon croyait qu’une fois sous son contrôle, l’Espagne pourrait concentrer tous ses moyens pour rétablir sa marine autrefois fière.29 Une fois l’invasion française secrète de l’Espagne en cours, Napoléon a bombardé à plusieurs reprises son commandant, le maréchal Joachim Murat, avec des demandes de détails sur l’état de la marine espagnole et des ordres pour mobiliser les flottes espagnoles dans les plus brefs délais. L’impatience de Napoléon était claire: «Il me faut des navires parce que je veux faire un grand coup vers la fin de la saison.»30

Au début de 1808, les plans de Napoléon pour attaquer la Grande-Bretagne comptaient sur son contrôle sur les marines du Portugal et de l’Espagne. En mars, Napoléon s’attendait à menacer l’Angleterre avec des expéditions en provenance de Cadix, Lisbonne, Boulogne, Brest et Texel.31 En avril, Napoléon était optimiste sur le fait qu’il aurait 111 navires de ligne à sa disposition d’ici novembre, dont 25 navires espagnols, 3 d’anciens navires que les Espagnols ont remis aux Français et 4 navires équipés de Lisbonne.32 À la mi-mai, l’optimisme de Napoléon semble avoir quelque peu diminué, car il ne compte que sur les Espagnols pour augmenter sa flotte toulonnaise de plusieurs navires.33 Peu de temps après, Napoléon reporta ses opérations futures sur septembre 1809, où il estima qu’il aurait «119 navires sous [sa] direction immédiate», dont 10 navires hollandais, 1 navire danois, 3 navires ex-portugais et 20 navires espagnols.34 Le déclenchement de l’insurrection espagnole a finalement dissuadé Napoléon de toute idée de compter sur des flottes de la péninsule ibérique pour sa guerre navale contre la Grande-Bretagne.

James Gambier (1f)
Denis Decrès (2f)
Honoré J.A. de Ganteume (3f)

Para derrotar a los británicos, Napoleón adoptó una estrategia de tres frentes. Primero, lanzó una serie de embargos contra el comercio británico, conocidos colectivamente como el Sistema Continental. Aunque comenzó en noviembre de 1806, el embargo económico de Napoleón sobre Gran Bretaña no fue una amenaza sustancial hasta que fue reforzado por alianzas con Rusia y Dinamarca, la extensión del control francés de la costa italiana y el cumplimiento forzoso de Portugal y España. Si bien el elemento más referenciado de la estrategia de Napoleón, de ninguna manera fue el único componente. Ya que no buscaba invadir Inglaterra directamente, Napoleón preparó sus fuerzas navales para amenazar con ataques contra las posesiones coloniales británicas o sus aliados.35 Con las flotas repartidas por todo el continente europeo, Napoleón sintió que la situación podría «dar lugar a grandes oportunidades contra Inglaterra«.36 En particular, Napoleón veía a Irlanda, las colonias en América, Surinam, Brasil, Argel, Túnez, Egipto y Sicilia como «puntos vulnerables».37 Si bien un plan para invadir Sicilia en febrero de 1808 solo resultó en el reabastecimiento de la guarnición en Corfú, la flota de Tolón pudo regresar a puerto sin ser molestada.38 Aunque decepcionado con el ataque abortado en Sicilia, Napoleón creyó erróneamente que el regreso seguro de la flota «prueba que en el mar, en la posición en la que estamos, podemos hacer lo que queramos«.39 En mayo, Napoleón consideró despachar sus flotas de Brest y Lorient para amenazar las colonias de Inglaterra en el Océano Índico y la flota de Tolón para invadir Argel, Sicilia o Egipto, mientras que las flotas del Canal amenazaban con lanzar un ataque contra Irlanda.40 Sin embargo, a principios de julio, con «los asuntos en España habiendo empeorado seriamente«, Napoleón estaba menos inclinado a «arriesgar una cantidad tan grande de fuerzas en el mar, así como en tierra».41 Esperaba que una vez que su hermano José asumió el trono que las cosas mejorarían, sin embargo, esta oportunidad nunca se materializó.

El tercer elemento de la estrategia de Napoleón incorporó un concepto conocido como «flota en existencia». La idea era que la existencia misma de barcos franceses obligaría a los británicos a gastar más recursos en su armada para contrarrestar esta amenaza. Napoleón empujó a Decrès para armar continuamente más barcos en toda Europa, ya que obligaría a «los ingleses a gastar mucho y diseminar sus fuerzas, porque están obligados a tener barcos en los mares alrededor de España, Portugal, América, Báltico, etc.«.42 Su objetivo era «hostigar [a los ingleses] con gastos y fatiga«. Al obligar a Inglaterra a enviar expediciones a Sicilia y Suecia, mientras mantenía flotas en el Báltico y el Mediterráneo, Napoleón buscó obligar a Gran Bretaña a pedir prestado más dinero, mientras que el Sistema Continental dañaría la economía británica, disminuyendo así los ingresos fiscales del gobierno británico. Napoleón «deseaba poner todas [sus] fuerzas en juego en [sus] puertos, además de zarpar«. Como entendió Napoleón, el concepto de flota en existencia solo funcionaba de manera efectiva si las flotas amenazaban activamente al enemigo. El Emperador ordenó que un pequeño escuadrón de Brest y varias fragatas de Nantes salieran a menudo y «pasaran el verano jugando al pilla-pilla«.43 Más allá del costo de mantener las estaciones en el extranjero, tener que permanecer constantemente en el mar, particularmente durante el invierno, afectó a la armada británica. Entre 1808 y 1810, la armada británica perdió dos navíos de línea, 14 fragatas y 45 barcos más pequeños en el mar.44 Por lo tanto, la estrategia de Napoleón contra Gran Bretaña abarcó ataques directos a sus posesiones coloniales, al mismo tiempo que debilitaba su economía mediante el embargo de su comercio y obligando a Gran Bretaña a gastar más en su Armada para defender sus intereses generales.

Pour vaincre les Britanniques, Napoléon a adopté une stratégie à trois fronts. Tout d’abord, il a lancé une série d’embargos contre le commerce britannique, connus collectivement sous le nom de Système Continental. Bien qu’il ait commencé en novembre 1806, l’embargo économique de Napoléon sur la Grande-Bretagne n’était pas une menace substantielle jusqu’à ce qu’il soit renforcé par des alliances avec la Russie et le Danemark, l’extension du contrôle français de la côte italienne et la conformité imposée par le Portugal et l’Espagne. Bien que l’élément le plus référencé de la stratégie de Napoléon, ce n’était en aucun cas le seul composant. Ne cherchant pas à envahir directement l’Angleterre, Napoléon a préparé ses forces navales pour menacer d’attaquer les possessions coloniales britanniques ou leurs alliés.35 Avec les flottes réparties sur le continent européen, Napoléon a estimé que la situation pourrait «donner lieu à de grandes opportunités contre l’Angleterre».36 En particulier, Napoléon considérait l’Irlande, les colonies des Amériques, le Suriname, le Brésil, Alger, la Tunisie, l’Égypte et la Sicile comme des «points vulnérables»37. Alors qu’un projet d’invasion de la Sicile en février 1808 n’aboutit qu’au ravitaillement de la garnison de Corfou, la flotte de Toulon put regagner le port sans encombre.38 Bien que déçu de l’attaque avortée de la Sicile, Napoléon crut à tort que le retour sain et sauf de la flotte «prouvait qu’en mer, en position à nous pouvons faire ce que nous voulons«.39 En Mai, Napoléon envisagea d’envoyer ses flottes de Brest et Lorient pour menacer les colonies anglaises dans l’océan Indien et la flotte de Toulon pour envahir Alger, la Sicile ou l’Égypte, tandis que les flottes de la Manche menaçaient de lancer une attaque contre l’Irlande.40 Cependant, début juillet, «les affaires d’Espagne s’étant sérieusement aggravées», Napoléon était moins enclin à «risquer une si grande nombre de forces en mer ainsi que sur terre.»41 Il espérait qu’une fois son frère Joseph monté sur le trône, les choses s’amélioreraient, cependant, cette opportunité ne s’est jamais matérialisée.

Le troisième élément de la stratégie de Napoléon incorporait un concept connu sous le nom de «flotte en stock». L’idée était que l’existence même des navires français obligerait les Britanniques à consacrer plus de ressources à leur marine pour contrer cette menace. Napoléon a poussé Decrès à armer continuellement plus de navires dans toute l’Europe, car cela obligerait «les Anglais à dépenser beaucoup et à étaler leurs forces, car ils sont obligés d’avoir des navires dans les mers autour de l’Espagne, du Portugal, de l’Amérique, de la Baltique, etc.«42 Son but était de «harceler [les Anglais] de dépenses et de fatigue». En forçant l’Angleterre à envoyer des expéditions en Sicile et en Suède, tout en maintenant des flottes dans la Baltique et la Méditerranée, Napoléon a cherché à forcer la Grande-Bretagne à emprunter plus d’argent, tandis que le système continental nuirait à l’économie britannique, diminuant ainsi les recettes fiscales du gouvernement britannique. Napoléon «a voulu mettre toutes [ses] forces en jeu dans [ses] ports, ainsi que mettre les voiles«. Comme Napoléon l’avait compris, le concept de flotte existant ne fonctionnait efficacement que si les flottes menaçaient activement l’ennemi. L’Empereur ordonna à une petite escadre brestoise et à plusieurs frégates nantaises de sortir souvent et de «passer l’été à jouer au chat».43 Au-delà du coût d’entretien des stations outre-mer, le fait de devoir rester constamment en mer, en particulier pendant l’hiver, a pesé sur la marine britannique. Entre 1808 et 1810, la marine britannique a perdu deux navires de ligne, 14 frégates et 45 navires plus petits en mer.44 Ainsi, la stratégie de Napoléon contre la Grande-Bretagne comprenait des attaques directes contre ses possessions coloniales, tout en affaiblissant simultanément son économie en interdisant son commerce. et forçant la Grande-Bretagne à dépenser plus pour sa marine pour défendre ses intérêts généraux.

Territorios reclamados u ocupados por los británicos antes de 1793 hasta 1814 (g).
Territoires revendiqués ou occupés par les Britanniques avant 1793 à 1814 (g).

El deseo de Napoleón de controlar los activos marítimos de Portugal y España no solo precipitó la Guerra de la Independencia, sino que también tuvo un papel clave en la conducción de la propia invasión. Antes del estallido de las hostilidades con España, Napoleón deslizó en secreto tropas francesas a través de la frontera para que estuvieran en el lugar para llevar a cabo su intento de golpe, utilizando como pretexto la preparación de una expedición naval desde Cádiz. Esta artimaña permitió a los franceses acumular fuerzas cerca de Madrid, que estaba ubicada a lo largo de la supuesta ruta a Cádiz.45 Una vez que las tropas francesas ocuparon Madrid, Napoleón ordenó a Murat que enviara fuerzas para asegurar los principales puertos españoles de Cádiz, Cartagena y Ferrol.46 Mientras tanto, Napoleón tuvo que manejar decenas de miles de tropas españolas y portuguesas cuyo apoyo a la toma de poder francesa era, en el mejor de los casos, sospechoso. Para disminuir cualquier posibilidad de problemas, Napoleón distribuyó estas tropas sospechosas a través de su Imperio. Después de invadir Portugal, Junot enviaría de cinco a seis mil soldados portugueses a Francia.47 Al tomar el control de España, Napoleón ordenó que 8.000 soldados españoles se dirigieran a Portugal para reforzar a Junot, mientras retiraba 6.000 soldados franceses de Portugal para ayudar a asegurar España.48 Era especialmente imperativo tomar rápidamente el control de Cádiz, ya que un escuadrón francés de cinco barcos había estado confinado aquí durante varios años, los restos de la enorme flota franco-española que se hizo añicos en Trafalgar en 1805. Mientras que Napoleón ordenó 10.000 tropas españolas, bajo el mando del general español Marqués de Socorro, para asegurar Cádiz y el área alrededor de Gibraltar, el Emperador no confiaba en dejar sin supervisión una fuerza española tan grande.49 Así, Napoleón envió al general Pierre Antoine Dupont con una pequeña fuerza de 9.000 soldados franceses y un contingente nominalmente suizo de 8.000 hombres a Cádiz para asegurarse de que los españoles se mantuvieran en línea.50 De manera similar, Napoleón envió al mariscal Bon-Adrien Jeannot de Moncey con una división para asegurar Valencia y eventualmente Cartagena, mientras que el general Guillaume Duhesme tomaría Barcelona.51 Repartidas por toda España, estas fuerzas estaban mal situadas para hacer frente al estallido de la insurrección española. Mientras Duhesme tomaba Barcelona por sorpresa el 29 de febrero de 1808, pronto se vio asediado por un ejército español más numeroso. Mientras que Moncey pudo extraer sus fuerzas después de varios intentos fallidos de asaltar Valencia, Dupont no fue tan afortunado. Una combinación de refuerzos insuficientes, números abrumadores de españoles y una serie de errores atroces por su parte, Dupont entregó todo su mando, en total más de 17.000 hombres, en Bailén a mediados de julio de 1808 sin llegar nunca a Cádiz. Mientras tanto, en Portugal, los británicos habían desembarcado un gran fuerza expedicionaria bajo el mando de Sir Arthur Wellesley. Después de sufrir varias derrotas, el Ejército de Portugal de Junot se vio atrapado en una situación precaria. Sin embargo, Wellesley fue reemplazado por nuevos líderes británicos, quienes optaron por otorgar términos sorprendentemente generosos a Junot en la Convención de Sintra. El ejército de Portugal no solo retuvo su equipo, sino que también se le otorgó un pasaje seguro y gratuito de regreso a Francia a bordo de barcos británicos. Fue solo este cambio fortuito en el liderazgo británico lo que salvó a Junot de sufrir un destino similar al de Dupont. Por lo tanto, fue el plan demasiado ambicioso de Napoleón para apoderarse rápidamente de las flotas y los puertos de Portugal y España lo que dejó al ejército francés extendido por la Península Ibérica. Con cuerpos a menudo fuera de su alcance para apoyarse entre ellos, estas unidades aisladas se enfrentaban a serios riesgos de ser aplastadas.

Le désir de Napoléon de contrôler les actifs maritimes du Portugal et de l’Espagne a non seulement précipité la guerre d’Espagne, mais a également joué un rôle clé dans la conduite de l’invasion elle-même. Avant le déclenchement des hostilités avec l’Espagne, Napoléon a secrètement glissé des troupes françaises à travers la frontière pour être en place pour mener à bien sa tentative de coup d’État, en utilisant la préparation d’une expédition navale de Cadix comme prétexte. Cette ruse a permis aux Français de rassembler des forces près de Madrid, qui était située le long de la route supposée de Cadix.45 Une fois que les troupes françaises ont occupé Madrid, Napoléon a ordonné à Murat d’envoyer des forces pour sécuriser les principaux ports espagnols de Cadix, Carthagène et Ferrol.46 Pendant ce temps, Napoléon a dû gérer des dizaines de milliers de soldats espagnols et portugais dont le soutien à la prise de contrôle française était au mieux suspect. Pour atténuer tout risque de trouble, Napoléon répartit ces troupes suspectes dans tout son empire. Après avoir envahi le Portugal, Junot enverra cinq à six mille soldats portugais en France.47 Après avoir pris le contrôle de l’Espagne, Napoléon ordonna l’envoi de 8.000 soldats espagnols au Portugal pour renforcer Junot, tandis qu’il retirait 6.000 soldats français du Portugal pour aider à sécuriser l’Espagne.48 Il était surtout impératif de prendre rapidement le contrôle de Cadix, car une escadre française de cinq navires y était confinée depuis plusieurs années, les restes de l’immense flotte franco-espagnole qui tomba en pièces à Trafalgar en 1805. Alors que Napoléon en commanda 10.000 troupes espagnoles, sous le commandement du général espagnol Marqués de Socorro, pour sécuriser Cadix et les environs de Gibraltar, l’empereur n’avait pas confiance en laissant une si grande force espagnole sans surveillance.49 Ainsi, Napoléon envoya le général Pierre Antoine Dupont avec une petite force de 9.000 soldats français et un contingent nominalement suisse de 8.000 hommes à Cadix pour s’assurer que les Espagnols ont gardé en ligne.50 De même, Napoléon envoie le maréchal Bon-Adrien Jeannot de Moncey avec une division pour sécuriser Valence et de temps en temps Carthagène, tandis que le général Guillaume Duhesme prendrait Barcelone.51 Réparties dans toute l’Espagne, ces forces étaient mal placées pour faire face au déclenchement de l’insurrection espagnole. Alors que Duhesme prend Barcelone par surprise le 29 février 1808, il se retrouve bientôt assiégé par une armée espagnole plus nombreuse. Alors que Moncey a pu rassembler ses forces après plusieurs tentatives infructueuses de prendre d’assaut Valence, Dupont n’a pas eu cette chance. Une combinaison de renforts insuffisants, d’un nombre écrasant d’Espagnols et d’une série d’erreurs flagrantes de sa part, Dupont rendit tout son commandement, en tout plus de 17.000 hommes, à Bailén à la mi-juillet 1808 sans jamais atteindre Cadix. Pendant ce temps, au Portugal, les Britanniques avaient débarqué un important corps expéditionnaire sous le commandement de Sir Arthur Wellesley. Après avoir essuyé plusieurs défaites, l’Armée du Portugal de Junot se retrouve prise dans une situation précaire. Cependant, Wellesley a été remplacé par de nouveaux dirigeants britanniques, qui ont choisi d’accorder à Junot des conditions étonnamment généreuses à la Convention de Sintra. L’armée française a non seulement conservé son équipement, mais a également obtenu un retour sûr et gratuit vers la France à bord de navires britanniques. Ce n’est que ce changement fortuit de leadership britannique qui a évité à Junot de subir le même sort que Dupont. Ainsi, c’est le plan trop ambitieux de Napoléon de s’emparer rapidement des flottes et des ports du Portugal et de l’Espagne qui a laissé l’armée française dispersée à travers la péninsule ibérique. Avec des corps souvent hors de portée pour se soutenir, ces unités isolées couraient de sérieux risques d’être écrasées.

Entrada de tropas imperiales en la Península hacia los puertos españoles y portugueses, entre octubre de 1807 y junio de 1808. (h)
Entrée des troupes impériales dans la Péninsule vers les ports espagnols et portugais, entre octobre 1807 et juin 1808. (h)

La geografía de la Península Ibérica también aseguraba que el poder marítimo jugaría un papel importante, particularmente en el ámbito del apoyo logístico. Esto fue más evidente para los británicos, cuya armada les permitió no solo desplegar un ejército en ultramar sino también financiar los ejércitos de sus aliados ibéricos.52 En comparación con los británicos, las operaciones navales francesas en apoyo de la campaña española han sido generalmente olvidados en las narrativas de la Guerra de la Independencia, a pesar de su importante impacto en el curso de la guerra. Aunque Francia compartía frontera con España, los Pirineos presentaban un importante obstáculo para trenes de suministro terrestres. Tan pronto como Barcelona cayó en manos francesas, Napoleón planeó utilizar este puerto para recibir los envíos de trigo y galletas de Marsella.53 Durante un tiempo, Napoleón incluso contemplaba enviar provisiones a Junot en Portugal utilizando barcos más pequeños, que podrían navegar en aguas costeras poco profundas y, por lo tanto, evadir a los cruceros británicos.54 En agosto, con Barcelona sitiada por tierra por un ejército español y bloqueada en el mar por una flota británica, Napoleón tuvo que desviar los envíos de provisiones a la cercana Port-Vendres. En el transcurso de octubre y noviembre, los trabajadores en Marsella cargaron 30 barcos mercantes con alrededor 500.000 raciones. Divididos en dos grupos, estos barcos con escolta ligera zarparon a finales de 1808.55 Mientras que la segunda división llegó a salvo a Port-Vendres, la mayor parte de la primera división fue capturada por el famoso capitán británico, Thomas Cochrane, en diciembre de 1808, quien había estado quemando estaciones de telégrafo francesas a lo largo de la costa mediterránea.56 Las pérdidas sufridas por este convoy pueden haber sido el catalizador para que Napoleón ordenara posteriormente pequeños escuadrones para escoltar futuros convoyes. A finales de marzo de 1809, Napoleón ordenó al almirante Honore Ganteaume, comandante de la flota de Tolón, que enviara una escuadra de 5 barcos y 2 fragatas para escoltar varios transportes a Barcelona.57 El 24 de abril, la escuadra del almirante Julien Cosmao partió con 17 transportes cargados con 100.000 kilos de pólvora, un millón de balas y 25.000 quintales de trigo y harina. Después de descargar estos suministros en loa bahía de Rosas, Cosmao navegó de regreso a Tolón el 30 de abril sin ser molestado, aunque por poco se encontró con una flota británica de 14 barcos.58 Dado el éxito de esta salida, otro envío de un millón de balas, cien mil kilos de pólvora, 32,000 quintales de trigo, harina, galletas se cargó a bordo de 17 transportes en septiembre. Inicialmente, Ganteaume contemplaba zarpar con los 15 barcos de la flota de Tolón, creyendo que superaba en número a la flota británica de 11 barcos bajo el mando del almirante Cuthbert Collingwood. Cuando Collingwood abandonó su estación frente a Tolón, Ganteaume sospechó que la flota británica había regresado a su puerto en Menorca. Ganteaume, aprovechando esta oportunidad, optó por enviar sólo una pequeña escuadra de 3 barcos, 2 fragatas y 2 embarcaciones menores, al mando del contralmirante François Baudin, para escoltar el convoy hasta Barcelona.59 Sin embargo, la partida de Baudin el 21 de octubre , no pasó desapercibido ya que Collingwood había dejado dos fragatas británicas para seguir a Toulon; corrieron a Menorca para informar de los movimientos franceses.60 Aunque la flota británica efectivamente había zarpado hacia Menorca, Collingwood no permaneció mucho tiempo en el puerto. Al escuchar los rumores de la partida inminente de la flota de Toulon, Collingwood ya había zarpado con 15 barcos y 2 fragatas el 13 de octubre. Deduciendo fácilmente que el convoy francés se dirigiría a Barcelona, Collingwood estableció un crucero para interceptar a Baudin y su convoy.61 Al divisar el convoy francés en la mañana del 23, Collingwood envió al contraalmirante Thomas Martin con los ocho de sus barcos más rápidos para perseguirlos. Mientras una de las fragatas francesas corría de regreso a la seguridad de Marsella, el resto del escuadrón de Baudin huyó hacia el norte, hacia la costa francesa. Aunque una fragata británica logró capturar cinco transportes, la mayoría del convoy francés eludió la captura y continuó su curso. Mientras tanto, al llegar al puerto de Cette, solo un navío de línea de Baudin y una fragata pudieron navegar con éxito en las aguas poco profundas; los otros dos barcos encallaron.62 Temiendo su captura, los franceses prendieron fuego a ambos barcos. En cuanto al convoy, los barcos restantes llegaron a la bahía de Rosas y comenzaron a descargar rápidamente su carga. Para cuando los británicos pudieron lanzar una expedición exitosa para aislar a los barcos franceses durante la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre, los barcos ya habían logrado descargar la mitad de su carga de manera segura en tierra.63 Por lo tanto, los esfuerzos de Frances para reabastecer su Las fuerzas en España por mar habían tenido un éxito mixto y pérdidas significativas. Mientras Napoleón pensaba en intentar otro envío a fines de 1810, advirtió a Decrès que «sobre todo, no quiero arriesgar ninguno de mis navíos de línea, quiero usar solo fragatas«. Incluso contempló si una cantidad suficiente. de los suministros pasarían, incluso si solo un tercio de los barcos llegara a su destino.64 Finalmente, Napoleón abandonó todos los planes para enviar suministros a España, prefiriendo intentar que la campaña se financiara sola a través de contribuciones forzadas del pueblo español.

La géographie de la péninsule ibérique garantissait également que la puissance maritime jouerait un rôle important, notamment dans le domaine du soutien logistique. C’était surtout évident pour les Britanniques, dont la marine leur permettait non seulement de déployer une armée outre-mer mais aussi de financer les armées de leurs alliés ibériques.52 Comparées aux Britanniques, les opérations navales françaises en soutien à la campagne d’Espagne ont été largement oubliées dans les récits de la Guerre d’Espagne, malgré son impact important sur le déroulement de la guerre. Bien que la France partageait une frontière avec l’Espagne, les Pyrénées présentaient un obstacle majeur aux trains de ravitaillement terrestres. Dès que Barcelone tombe aux mains des Français, Napoléon prévoit d’utiliser ce port pour recevoir des expéditions de blé et de galettes de Marseille.53 Pendant un certain temps, Napoléon envisage même d’envoyer des fournitures à Junot au Portugal en utilisant des navires plus petits, qui pourraient naviguer dans les eaux côtières. et ainsi échapper aux croiseurs britanniques.54 En août, alors que Barcelone était assiégée sur terre par une armée espagnole et bloquée en mer par une flotte britannique, Napoléon dut détourner les expéditions de ravitaillement vers le port voisin. Au cours des mois d’octobre et de novembre, les ouvriers marseillais ont chargé 30 navires marchands d’environ 500.000 rations. Divisés en deux groupes, ces navires légèrement escortés mirent les voiles à la fin de 1808.55 Alors que la 2e Division atteignit Port-Vendres sans encombre, la majeure partie de la 1re Division fut capturée par le célèbre capitaine britannique, Thomas Cochrane, en décembre 1808, qui avait brûlé des Français stations télégraphiques le long de la côte méditerranéenne.56 Les pertes subies par ce convoi peuvent avoir été le catalyseur de la commande ultérieure par Napoléon de petits escadrons pour escorter les futurs convois. Fin mars 1809, Napoléon ordonne à l’amiral Honoré Ganteaume, commandant la flotte de Toulon, d’envoyer une escadre de 5 navires et 2 frégates pour escorter divers transports vers Barcelone.57 Le 24 avril, l’escadre de l’amiral Julien Cosmao il part avec 17 transports chargés de 100.000 kilos de poudre à canon, un million de balles et 25.000 quintaux de blé et de farine. Après avoir déchargé ces approvisionnements dans la baie de Rosas, Cosmao retourna à Toulon le 30 avril sans encombre, bien qu’il se heurta de peu à une flotte britannique de 14 navires.58 Compte tenu du succès de cette sortie, une autre cargaison d’un million de balles, cent mille kilos de poudre à canon, 32.000 quintaux de blé, farine, biscuits ont été chargés à bord de 17 transports en septembre. Au départ, Ganteaume envisageait de mettre les voiles avec les 15 navires de la flotte de Toulon, estimant qu’il était plus nombreux que la flotte britannique de 11 navires sous l’amiral Cuthbert Collingwood. Alors que Collingwood quittait sa station au large de Toulon, Ganteaume soupçonnait que la flotte britannique était revenue à son port de Minorque. Ganteaume, profitant de cette opportunité, choisit de n’envoyer qu’un petit escadron de 3 navires, 2 frégates et 2 navires plus petits, sous le commandement du contre-amiral François Baudin, pour escorter le convoi vers Barcelone.59 Cependant, le départ de Baudin le 21 octobre , ne passa pas inaperçu puisque Collingwood avait laissé deux frégates britanniques suivre Toulon; ils se précipitent à Minorque pour signaler les mouvements français.60 Bien que la flotte britannique ait effectivement mis le cap sur Minorque, Collingwood ne reste pas longtemps au port. Aux rumeurs du départ imminent de la flotte de Toulon, Collingwood avait déjà appareillé avec 15 navires et 2 frégates le 13 octobre. Déduisant aisément que le convoi français se dirige vers Barcelone, Collingwood installe un croiseur pour intercepter Baudin et son convoi.61 Repérant le convoi français le matin du 23, Collingwood envoie le contre-amiral Thomas Martin avec les huit de ses navires les plus rapides pour les chasser. Alors que l’une des frégates françaises retournait à la sécurité de Marseille, le reste de l’escadre de Baudin s’enfuyait vers le nord en direction de la côte française. Bien qu’une frégate britannique ait réussi à capturer cinq transports, la majeure partie du convoi français a échappé à la capture et a poursuivi sa route. Pendant ce temps, arrivés au port de Cette, seuls le navire de ligne de Baudin et une frégate ont pu naviguer avec succès dans les bas-fonds; les deux autres navires s’échouèrent.62 Craignant d’être capturés, les Français mirent le feu aux deux navires. Quant au convoi, les navires restants atteignirent la baie de Rosas et commencèrent à décharger rapidement leur cargaison. Au moment où les Britanniques ont pu lancer une expédition réussie pour isoler les navires français dans la nuit du 31 octobre au 1er novembre, les navires avaient déjà réussi à décharger la moitié de leur cargaison en toute sécurité à terre.63 Ainsi, les efforts des Françaises pour réapprovisionner ses forces en Espagne par voie maritime avaient rencontré un succès mitigé et des pertes importantes. Alors que Napoléon envisageait de tenter une autre expédition à la fin de 1810, il prévint Decrès que «par dessus tout, je ne veux risquer aucun de mes navires de ligne, je ne veux utiliser que des frégates«. Il a même envisagé si un montant suffisant. des ravitaillements passeraient, même si seulement un tiers des navires arrivaient à destination.64 Finalement, Napoléon abandonna tout projet d’envoi de ravitaillement en Espagne, préférant plutôt essayer de faire financer la campagne par des contributions forcées du peuple espagnol.

Mapa donde se grafían de manera general los intentos de avituallamiento por mar de los franceses desde Marsella al ejército de ocupación en Cataluña. Por parte inglesa, la situación de Menorca y sus puertos, permitía que en un día, con vientos moderados, se pudiera llegar a las costas españolas, francesas o a las islas italianas. (i)
Carte où sont représentées les tentatives françaises d’approvisionnement par mer de Marseille à l’armée d’occupation en Catalogne. Côté anglais, la situation de Minorque et de ses ports fait qu’en une journée, avec des vents modérés, il est possible de rejoindre les côtes espagnoles et françaises ou les îles italiennes.(i)

En general, los esfuerzos de Napoleón por expandir rápidamente su armada para derrotar a Gran Bretaña en la guerra marítima terminaron con pésimos resultados. No solo no logró hacerse con el control de las flotas danesa, portuguesa y española, sino que su estrategia también le costó siete de sus preciosos barcos. Ya atrapado en el puerto de Cádiz por un vigilante bloqueo británico, el escuadrón de cinco barcos del almirante Francois Rosily pronto se vio amenazado por la misma ciudad que lo había cobijado durante los últimos dos años y medio. Los problemas estallaron durante la noche del 27 de mayo y finalmente culminaron unos días después cuando una turba mató a puñaladas al general español Marqués de Socorro. Rosily intentó sacar a su flota de esta situación cada vez más precaria declarando neutralidad, pero sus esfuerzos fueron rechazados tanto por británicos como por españoles. Al ver a los españoles instalar morteros y cañones para bombardear sus barcos, Rosily intentó navegar con su flota hacia el cercano arsenal de Carraca, donde esperaba que sus tripulaciones pudieran ocupar las fortificaciones y resistir hasta que la fuerza del general Dupont los relevara. Sin embargo, soplaron vientos contrarios durante varios días, frustrando la táctica desesperada de Rosily cuando los españoles finalmente dedujeron sus intenciones y cortaron esta vía de escape hundiendo varias carracas en el estrecho canal que conducía al arsenal. Después de rechazar varios llamados a la rendición y resistir un bombardeo masivo durante varios días, Rosily finalmente se rindió «para no derramar inútilmente sangre de las tripulaciones y evitar la destrucción total de los barcos«.65 Junto con los dos barcos hundidos de Baudin, la pérdida de estos cinco barcos fue un revés adicional para los planes marítimos de Napoleón. Mientras que sus armadas continuaron creciendo lentamente a través de un programa de construcción ampliado, nunca logró los más de 100 barcos de línea que había esperado.

En conclusión, es importante recordar que la Guerra Peninsular comenzó como una guerra naval. Napoleón no solo quería apoderarse de armadas extranjeras para sus propios proyectos, sino que también quería acceder a su suministro de marineros y almacenes navales. Estos intereses apremiantes, junto con el exceso de confianza, llevó a Napoleón a dispersar demasiado sus fuerzas en la Península Ibérica. Sin estar preparadas para la feroz resistencia española, las fuerzas francesas dispersas se vieron asaltadas por fuerzas españolas numéricamente superiores, particularmente Dupont, cuya rendición en Bailén fue un duro golpe para el prestigio marcial francés. Además, el poder marítimo desempeñó un papel fundamental en el abastecimiento de los ejércitos durante la Guerra de la Independencia. Incapaz de enviar provisiones sin peligro significativo, Napoleón tomó la fatídica decisión de colocar el peso de la logística en la población española. Por supuesto, el carácter de la guerra cambió drásticamente con el estallido de la insurrección española a mediados de 1808. Esta última fase de la guerra ha captado la atención de historiadores y teóricos militares. Sin embargo, es importante recordar cuáles eran los objetivos de guerra originales de Napoleón para comprender mejor por qué los franceses sufrieron un revés tan importante durante la fase inicial de la guerra en 1808.

En général, les efforts de Napoléon pour étendre rapidement sa marine afin de vaincre la Grande-Bretagne dans la guerre maritime se sont soldés par des résultats lamentables. Non seulement il n’a pas réussi à prendre le contrôle des flottes danoise, portugaise et espagnole, mais sa stratégie lui a également coûté sept de ses précieux navires. Déjà piégé dans le port de Cadix par un blocus britannique vigilant, l’escadron de cinq navires de l’amiral François Rosily se trouva bientôt menacé par la ville même qui les abritait depuis deux ans et demi. Les troubles ont éclaté dans la nuit du 27 mai et ont finalement culminé quelques jours plus tard lorsqu’une foule a poignardé à mort le général espagnol Marqués de Socorro. Rosily a tenté de sortir sa flotte de cette situation de plus en plus précaire en déclarant la neutralité, mais ses efforts ont été repoussés par les Britanniques et les Espagnols. Voyant les Espagnols installer des mortiers et des canons pour bombarder leurs navires, Rosily tenta de faire naviguer sa flotte vers l’arsenal voisin de Carraca, où il espérait que ses équipages pourraient occuper les fortifications et tenir jusqu’à ce que la force du général Dupont les relève. Cependant, des vents contraires ont soufflé pendant plusieurs jours, contrecarrant la tactique désespérée de Rosily lorsque les Espagnols ont finalement compris ses intentions et coupé cette voie de fuite en coulant plusieurs caraques dans l’étroit chenal qui menait à l’arsenal. Après avoir refusé plusieurs appels à la reddition et résisté à un bombardement massif pendant plusieurs jours, Rosily finit par se rendre «pour ne pas verser inutilement le sang des équipages et empêcher la destruction totale des navires».65 Avec les deux navires sabordés de Baudin, la perte de ces cinq navires était un nouveau revers pour les plans maritimes de Napoléon. Alors que ses marines continuaient de croître lentement grâce à un programme de construction élargi, il n’a jamais atteint les 100+ navires de ligne qu’il avait espérés.

En conclusion, il est important de rappeler que la guerre de la péninsule a commencé comme une guerre navale. Napoléon voulait non seulement s’emparer des marines étrangères pour ses propres projets, mais voulait également accéder à leur approvisionnement en marins et en magasins navals. Ces intérêts pressants, couplés à un excès de confiance, ont conduit Napoléon à trop disperser ses forces sur la péninsule ibérique. Non préparées à une résistance espagnole féroce, les forces françaises dispersées se sont retrouvées agressées par des forces espagnoles numériquement supérieures, en particulier Dupont, dont la reddition à Bailén a porté un coup sévère au prestige martial français. De plus, la puissance maritime a joué un rôle fondamental dans le ravitaillement des armées pendant la guerre d’Espagne. Incapable d’envoyer des ravitaillements sans danger significatif, Napoléon prit la décision fatidique de faire peser le fardeau de la logistique sur la population espagnole. Bien sûr, le caractère de la guerre a radicalement changé avec le déclenchement de l’insurrection espagnole au milieu de 1808. Cette dernière phase de la guerre a retenu l’attention des historiens et des théoriciens militaires. Cependant, il est important de se rappeler quels étaient les objectifs de guerre initiaux de Napoléon afin de mieux comprendre pourquoi les Français ont subi un revers aussi important lors de la phase initiale de la guerre en 1808.

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1Por ejemplo, Charles J. Esdaile, Fighting Napoleon: Guerrillas, Bandits and Adventures in Spain, 1808-1814 (New Haven CT, 2004), Ronald Fraser, Napoleon’s cursed war: Spanish popular resistance in the Peninsular War, 1808-1814 (New York, 2008), Mark A. Reeves, The Iberian Leech: Napoleon’s Counterinsurgency Operations In The Peninsula, 1807-1810 (MA Thesis, US Army Command and Staff
College, 2005).

2Recientes ejemplos incluyen Joshua Moon, Wellington’s Two-Front War: The Peninsular Campaigns at Home and Abroad, 1808-1814 (Norman OK, 2011) and Huw J. Davies, Wellington’s Wars: The Making of a Military Genius (New Haven CT, 2012)

3Napoleon Bonaparte a Denis Decrès, 4 June 1807, 12848, Correspondance de Napoleon Ier [CN], XV, 382.

4Napoleon Bonaparte a Louis Bonaparte, 3 April 1808, 13718, CN, XVI, 470-4

5Eventualmente, esta flota se reforzaría a 25 navíos de línea y 40 fragatas y embarcaciones más pequeñas a mediados de agosto.(Finalement, cette flotte serait renforcée à 25 navires de ligne et 40 frégates et navires plus petits d’ici la mi-août.) Rory Muir, Britain and the Defeat of Napoleon, 1807-1815 (New Haven, 1996), 23-4; William James, Naval History of Great Britain, IV, 284-5.

6Napoleon a Talleyrand, 31July 1807, #12962, CN, XV, 459-60.

7Muir, 24.

8Napoleon a Champagny, 29 August 1807, #13089, CN, XV, 559.

9William James, Naval History of Great Britain, IV, 295.

10Fouché, Memoires de Joseph Fouche (1824), I, 362-3.

11Napoleon Bonaparte a Eugene Beauharnais, 4 July 1807, 12850, CN, XV, 385.

12Napoleon Bonaparte a Eugene Beauharnais, 5 August 1807, #13000, CN, XV, 478.

13Napoleon Bonaparte a Denis Decrès, 23 Oct 1807, 13292, CN, XVI, 114.

14Napoleon Bonaparte a Eugene Beauharnais, 3 Oct 1807, 13210, CN, XVI, 64; Napoleon Bonaparte a Champagny, 2 April 1808, #13714, CN, XVI, 468; Napoleon Bonaparte a Eugene Beauharnais, 2 April 1808, #13716, CN, XVI, 469.

15Napoleon a Cambacérès, 11 May 1808, #13846, CN, XVII, 87-8; Napoleon al Prince Camille Borghese, 11 May 1808, #13855, CN, XVII, 94.

16Napoleon a Denis Decrès, 11 May 1808, #13848, CN, XVII, 88-9.

17Si bien La Spezia sería el principal puerto militar y la construcción se trasladaría a Port-de-Brouc, al oeste de Marsella, Tolón ya no construiría barcos, sino que simplemente los equiparía o repararía. (Alors que La Spezia serait le principal port militaire et que la construction serait déplacée à Port-de-Brouc, à l’ouest de Marseille, Toulon ne construirait plus de navires, mais se contenterait de les équiper ou de les réparer.) Notes to Minister of Interior and Navy, 7 October 1809, #15905, CN, I9, 551.

18Napoleón ordenó a Talleyrand que informara al ministro portugués que tenía hasta el 1 de septiembre para cerrar los puertos portugueses a Inglaterra. Al mismo tiempo, debía hacer planes con los españoles para enviar 20.000 soldados a Bayona el 1 de septiembre. (Napoléon ordonna à Talleyrand d’informer le ministre portugais qu’il avait jusqu’au 1er septembre pour fermer les ports portugais à l’Angleterre. En même temps, il devait faire des plans avec les Espagnols pour envoyer 20 000 hommes à Bayonne le 1er septembre.) Napoleon to Talleyrand, 19 July 1807, #12928, CN, XV, 433.

19Esdaile, Napoleon’s Wars (New York, 2011), 320.

20Los barcos de cuarta categoría seguían siendo útiles, ya que los británicos todavía usaban varios barcos de 64 cañones para tareas de escolta o se convertían en grandes transportes. (Les navires de quatrième rang étaient toujours utiles, car les Britanniques utilisaient encore un certain nombre de navires de 64 canons pour le service d’escorte ou convertis en grands transports.) List of the Portuguese Fleet that came out of the Tagus on the 29th of November 1807, Naval Chronicle, I8, 508; List of Portuguese ships that remained in Lisbon. Naval Chronicle, I8, 509.

21Naval Chronicle, I8, 330.

22Napoleón a Junot, 31 October 1807, #13314, CN, XVI, 128-30; Napoleón a Junot, 8 November 1807, #13340, CN, XVI, 147-8; Napoleón a Junot, 12 November 1807, #13351, CN, XVI, 156.

23Napoleón Bonaparte a General Junot, 8 Nov 1807 13340, CN, XVI, 147-8.

24 Napoleón a Decrès, 2 Nov 1807, #13320, CN, XVI, 134-5 ; Napoleon to Junot, 12 Nov 1807, #13351, CN, XVI, 156.

2584 cañones (1) – Principe Reale, 74 guns (4) – Rainha de Portugal, Conde Henrique, Meduza, Principe de Brazil ; 64 cañones (3) – “Alfonso d’Alburquerque, D. Joao de Castro, Martino de Freitas. Fragatas (4) – Menerva (44), Golfinho (36), Urania (32), y otro desconocido. Bergantines (3), Goletas (1) List of the Portuguese Fleet that came out of the Tagus on the 29th of November 1807, Naval Chronicle, I8, 508.

2674 cañones (2) – Maria Prima [inservible, para ser batería flotante, pero aún no instalada], Vasco de Gama [En reparación y casi listo]; 64 guns (2) – S. Sebastiano [inservible sin una reparación completa], Princesa de Beira [condenado, a ser una batería flotante]. Fragates (5) – Fenix (48) [necesita reparación a fondo], Amazona (44) [necesita reparación a fondo], Perola (44) [necesita reparación a fondo], Tritao (40) [reparación pasada], Veney (30) [reparación pasada]. List of Portuguese ships that remained in Lisbon. Naval Chronicle, I8, 509.

27Dispatch by Sir Sidney Smith, 1 December 1807, Naval Chronicle, I8, 508-9.

28Se considera que este informe refleja los puntos de vista de Napoleón, ya que editó en gran medida este informe. (Ce rapport est considéré comme reflétant les vues de Napoléon alors qu’il a fortement modifié ce rapport). Minister of Foreign Relations to Napoleon, 24 April 1808, #13776, CN, XVII, 33-36.

29Napoleón al Czar Alexander of Russia, 8 July 1808, 14170, CN, XVII, 359-60.

30Napoleón a Murat, 9 May 1808, #13835, CN, XVII, 80-1 ; Napoleón a Murat, 11 May 1808, #13858, CN, XVII, 96-7; Napoleón a Murat, 11 May 1808, #13859, CN, XVII, 97-8; Napoleón a Murat, 14 May 1808, #13885, CN, XVII, 121-4; Napoleón a Murat, 16 May 1808, #13906, CN, XVII, 142-3; Napoleón a Murat, 19 May 1808, #13939, CN, XVII, 162-3; Napoleón a Murat, 28 May 1808, #14013, CN, XVII, 224-6; Napoleón to Murat, 28 May 1808, #14014, CN, XVII, 226-7.

31Napoleón a Decrès, 29 March 1808, #13698, CN, XVI, 454-5.

32Napoleón a Decrès, 12 April 1808, #13738, CN, XVI, 493-4.

33Napoleón a Decrès, 13 May 1808, #13877, CN, XVII, 112-4.

34Con 42 barcos franceses y 35 más en construcción, Napoleón esperaba tener 77 barcos franceses, complementados con 42 barcos extranjeros. Curiosamente, 18 de los 35 barcos se estaban construyendo en puertos no franceses. (Avec 42 navires français et 35 autres en construction, Napoléon s’attendait à avoir 77 navires français, complétés par 42 navires étrangers. Fait intéressant, 18 des 35 navires étaient construits dans des ports non français.) Napoleon to Decrès, 28 May 1808, #14005, CN, XVII, 218-220.

35«Inglaterra, preocupada por Irlanda, amenazada en la India por un ejército francés y ruso, finalmente será llevada ante los principios de la razón.» («L’Angleterre, troublée par l’Irlande, menacée dans l’Inde par une armée française et russe, sera enfin amenée devant les principes de la raison.») Napoleón a Louis Bonaparte, 17 Feb 1808, #13573, CN, XVI, 337.

36Napoleón a Decrès, 29 March 1808, #13698, CN, XVI, 454-5.

37Napoleón a Decrès, 12 April 1808, #13738, CN, XVI, 493-4.

38Napoleón a Joseph, 15 February 1808, #13561, CN, XVI, 332; Napoleón a Decrès, 29 Mar 1808, #13698, CN, XVI, 454-5; Napoleón a Joseph Bonaparte, 29 March 1808, 13701, CN, XVI, 457; Napoleón a Joseph Bonaparte, 18 April 1808, #13763, CN, XVII, 23-25.

39Napoleon to Decres, 11 May 1808 #13850, CN, XVII, 89.

40Napoleon a Decrès, 12 April 1808, #13737, CN, XVI, 492-3; Napoleón a Decrès, 13 May 1808, #13877, CN, XVII, 113-4; Napoleón to Decrès, 17 May 1808, #13915, CN, XVII, 149; Napoleón a Decrès, 26 May 1808, #13997, CN, XVII, 207-12.

41 Napoleón a Decrès, 7 July 1808, #14161, CN, XVII, 353.

42 Napoleón a Decrès, 8 May 1808, #13829, CN, XVII, 75.

43Napoleón en realidad se refiere al juego de «barres», que es una versión medieval del pilla-pilla. (Napoléon fait en fait référence au jeu des «barres» qui est une version médiévale du chat). Napoleón a Decrès, 12 May 1808, #13873, CN, XVII, 107-9.

44See William James, Naval History, Vol. 4.

45Napoleón a Murat, 14 March 1808, #13652, CN, XVI, 417; Napoleón to Murat, 16 March 1808, #13656, CN, XVI, 420-1.

46Napoleón a Murat, 7 May 1808, #13823, XVII, 72-3; Napoleón a Murat, 8 May 1808, #13830, XVII, 75-77.

47Napoleón ordenó a Junot que concediera el derecho a retirarse a un soldado portugués, después de tomar su arma. (Napoléon ordonna à Junot d’accorder le droit de retraite à un soldat portugais, après avoir pris son fusil.) Napoleon to Junot, 12 November 1807, #13351, CN, XVI, 156-8; Napoleon to Junot, 20 December 1807, #13406, CN, XVI, 204-6

48Napoleón a Murat, 9 May 1808 #13835, CN, XVII, 80-1.

49Napoleón a Murat, 6 May 1808, #13818, CN, XVII, 69; Napoleón a Murat, 7 May 1808, #13823, CN, XVII, 72-3; Napoleón a Murat, 13 May 1808, #13879, CN, XVII, 115-8; Napoleón a Murat, 14 May 1808, #13885, CN, XVII, 121-4

50Napoleón a Murat, 10 May 1808 #13839, XVII, 82-3; Napoleón to Murat, 11 May 1808, #13856, CN, XVII, 94-6; Napoleón a Berthier, 18 May 1808, #13929, CN, XVII, 158-9; Napoleón to Murat, 18 May 1808, #13930, CN, XVII, 160; Napoleón a Murat, 19 May 1808, #13938, CN, XVII, 164-6; Napoleón a Murat, 22 May 1808, #13965, CN, XVII, 186-7.

51Napoleon al General Clarke, 28 January 1808, #13496, CN, XVI, 281-2; Napoleón a Murat, 30 May 1808, #14029, CN, XVII, 242-4;

52Ver Brian De Toy, «Wellington’s Lifeline» Naval Logistics in the Peninsula» Consortium on Revolutionary Europe: Selected Papers, 1995, 359-368 Paul C. Krajeski, «British Military and Naval Cooperation, 1808: The Precondition for Allied Victory in the Peninsular War,» Consortium on Revolutionary Europe: Selected Papers, 1998, 481-91; C.D. Hall, Wellington’s Navy: Sea Power and the Peninsular War, 1807-1814. (Chatham Publishing, 2004).

53Parece que este envío temprano nunca fue porque el grano llegó tarde y los barcos fueron retenidos por un agente de aduanas en Marsella. (Semble que cette expédition précoce ne soit jamais partie car les céréales sont arrivées en retard et les navires ont été retenus par un agent des douanes à Marseille.) Napoleón a Clarke, 10 March 1808, CN, 13635, XVI, 406 ; Napoleón a Cretet, Minister of Interior, 11 March 1808, #13638, XVI, 409; Vincent Brun, Guerres maritimes de la France: Port de Toulon, ses armements (H. Plon, Paris: 1861), vol. 2, 491.

54Napoleón a Junot, 30 May 1808, #14032, CN, XVII, 245-6; Napoleón a Champagny, Minister of Foreign Relations, 1 June 1808, #14037, CN, XVII, 253.

55Brun, Guerres maritimes de la France, vol. 2, 492.

56Cochrane a Collingwood, 28 September 1808, Naval Chronicle, vol. 21, 73-4; Cochrane a Collingwood, 2 January 1809, Naval Chronicle, vol. 21, 499.

57Napoleón a Ganteaume, 29 March 1809, #14970, CN, I8, 401-2.

58Brun, Guerres maritimes de la France, vol. 2, 504-5.

59Brun, Guerres maritimes de la France, vol. 2, 507-9

60Collingwood to Secretary of the Admiralty, 30 October 1809, Naval Chronicle, vol. 22, 500-1.

61Private letter from aboard HMS Sultan, 1 Nov 1809, Naval Chronicle, vol. 22, 457-60.

62 Estos dos barcos pudieron regresar sanos y salvos a Toulon el 19 de noviembre. (Ces deux navires ont pu rentrer sains et saufs à Toulon le 19 novembre).

63Collingwood al Secretary of the Admiralty, 30 October 1809, Naval Chronicle, vol. 22, 500-1; Martin a Collingwood, 27 October 1809, Naval Chronicle, vol. 22, 501-2; Collingwood al Secretary of the Admiralty, 1 November 1809, Naval Chronicle, vol. 22, 502-3; Hallowell a Collingwood, 1 Nov 1809, Naval Chronicle, vol. 22, 503-5

64Napoleon to Decrès, 20 Sept 1810, #16935, CN, vol. 21, 137-8; Napoleon to Decrès, 28 Sept 1810, #16955, CN, vol. 21, 147-8.

65Las fuerzas españolas tenían hasta 162 cañones, 33 morteros, 46 cañoneras y 14 bombarderos al final. (Les forces espagnoles avaient jusqu’à 162 canons, 33 mortiers, 46 canonnières et 14 bombardiers à la fin.) Account given to Emperor, 15 June 1808 , SHD – Marine, CC7 Alpha 2186; Tomás de Morla, Captain General, a Admiral Rosily, 9 June 1808, SHD – Marine, CC7 Alpha 2186; Admiral Rosily a Thomas Morla, Captain General, 10 June 1808 @ 3:45 PM , SHD – Marine, CC7 Alpha 2186; Rosily a Decrès, 3 September 1808, SHD – Marine, CC7 Alpha 2186.


El profesor Kenneth G. Johnson obtuvo su doctorado en historia diplomática y militar de la Universidad Estatal de Florida en 2006. Especializado en la historia de la Revolución Francesa y las Guerras Napoleónicas, su disertación doctoral fue una biografía del almirante Louis Thomas Villaret de Joyeuse, un destacado almirante francés durante la Revolución Francesa y las Guerras Napoleónicas. Además de enseñar en la Academia Militar de los Estados Unidos y en la Universidad Estatal de Florida, el profesor Johnson ha dado conferencias como invitado en el Naval War College.

Ha presentado aspectos de su investigación en la Conferencia de la Sociedad de Historia Militar y el Consorcio sobre la Era Revolucionaria, 1750-1850. También ha contribuido con artículos a la Encyclopedia of the French Revolutionary and Napoleonic Wars (ABC-CLIO, 2006) y a la base de datos en línea United States at War: Understanding Conflict and Society (ABC-CLIO, 2006).

le professeur Kenneth G. Johnson a obtenu son doctorat en histoire diplomatique et militaire de la Florida State University en 2006. Spécialisé dans l’histoire de la Révolution française et des guerres napoléoniennes, sa thèse de doctorat était une biographie de l’amiral Louis Thomas Villaret de Joyeuse, un éminent amiral français pendant la Révolution française et les guerres napoléoniennes. En plus d’enseigner à l’Académie militaire des États-Unis et à l’Université d’État de Floride, le professeur Johnson a précédemment donné des conférences au Naval War College.

Il a présenté des aspects de ses recherches à la Conférence de la Société d’histoire militaire et au Consortium sur l’ère révolutionnaire, 1750-1850. Il a également contribué des articles à l’Encyclopédie des guerres révolutionnaires et napoléoniennes françaises (ABC-CLIO, 2006) et à la base de données en ligne United States at War: Understanding Conflict and Society (ABC-CLIO, 2006)


Fuentes:

1 – «The Peninsular War: Napoleon’s Maritime War» – Kenneth G. Johnson, Air Command and Staff College, Napoleonic Scholarship – The Journal of the International Napoleonic Society Number 5, December 2013

2 – «The Peninsular War Atlas» – Colonel Nick Lipscombe, Osprey Publishing, 2010

Imágenes:

a – Imagenes superpuestas c- y h-

b – By Clarkson Frederick Stanfield – [1], Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1624092

c – By Christian August Lorentzen – 1. upload: http://collection.smk.dk/#/en/detail/KMS3468 2.upload: http://www.smk.dk, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=66376258

d – 1. By Friedrich Carl Gröger – http://www.rosenborgslot.dk, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=975175 ; 2. By Vincent-Nicolas Raverat – https://art.rmngp.fr/fr/library/artworks/vincent-nicolas-raverat_andoche-junot-1771-1813-general-de-division_huile-sur-toile, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=97576086; 3. By anònim – http://notesdemusees.blogspot.com/2021/04/06b-premier-empire-famille-imperiale.html, Domini públic, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=119347108

e – https://www.bl.uk/collection-items/vue-du-port-de-lisbonne

f – 1. By William Beechey – National Maritime Museum, Greenwich, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=7734633; 2. By René Théodore Berthon – http://reproductions.chapitre.com/repro/BERTHON-RENE-THEODORE/VICE-AMIRAL-DENIS-DUC-DECRES-MINISTRE-DE-LA-MARINE-EN-1801.html, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=3726111; 3. Par Jaugrand — Travail personnel, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=53985699

g- Mapa del autor a partir de «Illustration from page 521 of The outline of history; being a plain history of life and mankind, the definitive edition revised and rearranged by the author, by H.G. Wells, illustrated by J. F. Horrabin», «The British Empire in 1815 [Mercator’s Projection]» y https://www.bbc.co.uk/history/british/empire_seapower/britain_empire_01.shtml

h – Mapa del autor a partir del «Atlas to Alison’s History of Europe, 1850», by Alex. Keith Johnston, published by William Blackwood and Sons in 1850. Plate 48. «Map of Spain and Portugal to illustrate the campaigns of 1808 etc.» http://www.maproom.org/00/13/present.php?m=0048

i – Mapa del autor a partir de Google MyMaps.

Sable de Oficial de caballería ligera. Etapa consulado – Primer Imperio

Tiempo de lectura: 6 minutos

Soy bastante aficionado a la época napoleónica, pero nunca he pensado en dedicarme a la compra de objetos de dicho período, aunque hay muchas personas que decoran, algunas con mucho gusto, sus casas con objetos de la era napoleónica o de otras época. Pero, el año pasado, por esos pensamientos que nacen en uno y parecen grabarse a fuego decidí intentar adquirir un sable de caballería de la época napoleónica, no me importaba la nación en concreto. Tras algunas búsquedas dentro y fuera de España, decidí ir a lo seguro y contactar con la web de Bertrand Malvaux, una casa con sede en Francia especializada en la venta de objetos de militaria de diversa índole, así como los peritajes y las subastas, entre otros. Buscaba un arma que fuese si era posible de oficial, sencilla, y con la tradicional guardia de una sola rama o montante, como los sables ingleses del modelo 1796, y que también es típica de los algunos sables de la época del Consulado y la primera parte del Imperio Francés.

Lo que he pretendido con la entrada de esta semana es mensurar esta arma, con la ayuda de un pie de rey y un metro y acotar todas las partes del sable y la vaina, por si puede ser de información para los aficionados a este tipo de armas y también para lograr conocer yo mismo un poco más este tipo de sables, que teniendo un peso – este modelo – de 1,8 kg (3,1 kg enfundado en la vaina) y añadiendo la velocidad del caballo (unos 30-35 km/hora1) y la del brazo del jinete, podían provocar unas heridas de consideración en el enemigo por la acción del corte del filo del sable, o que estas le fueran directamente mortales.

Al empuñar el arma se aprecia la calidad del arma, lógicamente con el filo desgastado por el uso y el tiempo transcurridos, pero con la curiosidad que el mayor peso de la hoja se denota en el tercio final de la punta, para lograr que el impacto con el enemigo fuese más contundente. Existe un documental producido por el History Channel, presentado por el actor británico Sean Bean («Sean Bean On Waterloo»), que se puede ver a día de hoy en la web de YouTube y que analiza el impacto de este tipo de armas de caballería y las heridas que podían producir.

SABLE DE OFICIAL DE CABALLERÍA LIGERA

El certificado de la casa Bertrand Malvaux, nos define las principales características del arma:

«Sable con guarnición de latón. La guardia tiene un gavilán al estilo húngaro decorado con dos filetes. La virola en forma ovoide de crucero. Monterilla de cola larga. El puño de ébano finamente cuadriculado. La hoja curva con los lados huecos, de una longitud total de 84 cm, damasquinado grabado en su primer tercio con un verso del Corán. Resto de corbata (principio de la hoja) de piel de cordero. Vaina de latón, boquilla sobresaliente, brazaletes de fianza decorados con líneas, batiente de latón.
El sable está en buen estado, con fisura en un lado de la puño, un sable nunca limpiado desde la época.»
[1]

Hemos tratado de transcribir lo mejor posible las dos inscripciones que se hallan en el primer tercio de la hoja del sable, por ambos lados.

El relieve es apenas perceptible, así como los caracteres alineados. Según el dictamen de Malvaux se trata de un versículo del Corán [1].

Izquierda: Las diferentes partes que constituyen un sable y su vaina y sus equivalencias en francés:

Pomo: Olive plate de rivure

Monterilla: Calotte

Guarda/Guardamano: Garde

Puño: Poignée

Virola: Croisière

Gavilán: Quillon

Vaina: Fourreau

Boquilla: Cuvette

Anillas: Anneaux de bélières

Filo: Fil / Tranchant

Contrafilo: Contre-pointe

Batiente: Dard du fourreau

Punta: Pointe de la lame

Hoja: Lame

– – – – – – o – – – – – –

1https://www.youtube.com/watch?v=7vlgLkQ1pt4&ab_channel=DocumentaryDetectiveIII


Fuentes:

1 – Bertrand Malvaux. Certificat d’Authenticité. 14/10/2022

2 – http://holawkc.blogspot.com/2010/07/partes-del-sable.html

3 – https://www.sabresempire.com/

4 – https://www.zendalibros.com/los-sables-que-llevaban-los-hombres-que-lucharon/

5 – https://www.sabresempire.com/2012/03/terminologie-monture-des-epees.html

Imágenes:

a – Imágenes modificadas a través de las fotografías originales que acompañaban el certificado expedido por el vendedor.

b – Fotos del autor.

Una ruta por los Sitios. Zaragoza 1808-1809 (y II)

Tiempo de lectura: 20 minutos

Esta semana os traemos la segunda y última parte del recorrido que nuestro perruno e incansable corresponsal Byron realizó por la Muy Noble y Muy Heroica ciudad de Zaragoza, la Zaragoza de los Sitios de 1808 y 1809 en marzo del año pasado, aprovechando asimismo la visita que hicimos a sus jornadas de Recreación histórica en marzo del año pasado y aprovechando también que esta semana se cumplen 214 años de la rendición de la ciudad ante las tropas imperiales francesas y aliadas, tras un cruentísimo y prolongado asedio.

En 1874, Benito Pérez Galdós ya reflejaba con su oficio habitual en «Zaragoza», uno de sus primeros Episodios Nacionales, el estertor de la moribunda ciudad:

«Ya las campanas no tocaban a alarma, porque no había campaneros: ya no se oían pregones, porque no se publicaban proclamas; ya no se decía misa, porque faltaban sacerdotes; ya no se cantaba la jota, y las voces iban expirando en las gargantas a medida que iba muriendo gente. De hora en hora el fúnebre silencio iba conquistando la ciudad. Sólo hablaba el cañón, y las avanzadas de las dos naciones no se entretenían diciéndose insultos. Más que de rabia, las almas empezaban a llenarse de tristeza, y la ciudad moribunda se batía en silencio para que ni un átomo de fuerza se le perdiera en voces importunas.

La necesidad de la rendición era una idea general; pero nadie la manifestaba, guardándola en el fondo de su conciencia, como se guarda la idea de la culpa que se va a cometer. ¡Rendirse! Esto parecía una imposibilidad, una obra difícil, y perecer era más fácil.»

«Siege de Saragosse du 25 Janvier j’usqu’au 19 Février 1809», grabado, dibujo de Johann Moritz Rugendas y grabado de Kopfer. (b)

UN RECORRIDO POR LA ZARAGOZA DE LOS SITIOS – SEGUNDA PARTE

CASA NATAL DE PALAFOX
En el siglo XVII compraron la casa los marqueses de Lazán para utilizarla como casa familiar. Allí nació José de Palafox en 1775, Con el tiempo, el caserón fue Capitanía General de Aragón. En 1890 era propiedad de los condes de Bureta, que cedieron el edificio a las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul.

EL GENERAL PALAFOX
(Zaragoza, 1775-Madrid, 1847). El pueblo zaragozano puso a prueba a las entonces invencibles tropas napoleónicas durante la Guerra de Independencia en los asedios que sufrió la ciudad en 1808 y 1809. Los hombres y mujeres que la defendieron entraron en el relato histórico para siempre. Uno de ellos fue José de Palafox y Melci. Nacido en Zaragoza en 1775, fue educado en las Escuelas Pías por el padre Basilio Boggiero. Sus paisanos lo pusieron al frente de la sublevación y fue proclamado capitán general el 27 de mayo de 1808, tomando a su mando la defensa de Aragón y de la ciudad durante los dos asedios.

Panel informativo Los Sitios de Zaragoza 1808 1809
Retrato del Excmo. Sr. D. José Rebolledo de Palafox y Melci (1776-1847) . Marcelino de Unceta y López, 1874

Es ya célebre su frase “Guerra y cuchillo”, negativa con la que respondió a los emisarios franceses que le instaban a la rendición. Después de dos meses de resistencia y encarnizadas batallas, con una población diezmada por la epidemia de tifus, del que Palafox también enfermó, cederá sus poderes a una Junta que, tras analizar la situación, capituló ante el ejército francés el 20 de febrero de 1809.

Prisionero en Francia hasta 1814, cuando regresó a España, después de ser de nuevo nombrado capitán general del Aragón, declinó al poco tiempo el cargo en su hermano el marqués de Lazán, se fue a Madrid para no regresar a Zaragoza hasta muchos años después de su muerte, ocurrida en 1847. Sus restos descansan en la cripta de la Basílica del Pilar.


PLAZA DE LA MAGDALENA
El barrio de la Magdalena se extiende en el extremo oriental de la calle Mayor, siguiendo la traza del decumano romano. La iglesia parroquial es conocida desde 1126 aunque sea de estilo mudéjar, sufrió importantes reformas en época barroca. A partir del s. XIII se establecieron en este entorno instituciones docentes, que dieron lugar a la creación, por privilegio real, de la Universidad de Zaragoza en 1583. Se instalaron casas de estudiantes, colegios y el propio edificio de la Universidad levantado por el patrocinio de Pedro Cerbuna y con el apoyo del Arzobispado y el Concejo municipal. Destruido parcialmente durante los Sitios de 1808, fue reformado, hasta su definitiva remodelación en 1913.

Iglesia de la Magdalena, en la plaza del mismo nombre.
El Excmo. S.D. José Rebolledo de Palafox y Melci. (José Pasqual de Quinto y de los Ríos. Los Sitios de zaragoza. 1808-1809)


PLAZA DE SAN MIGUEL

En la lucha que Zaragoza sostuvo contra las tropas francesas durante la Guerra de Independencia, el barrio de San Miguel desempeñó un papel destacado.

La parroquia de San Miguel se situaba en la época de los Sitios inmediata a una de las puertas de la ciudad, la llamada puerta Quemada. Por ella entraron los franceses durante el primer asedio, librándose encarnizadas luchas casa por casa. El barrio quedó prácticamente deshabitado, incluso la imagen de su popular Cristo se trasladó a la cercana iglesia de la Magdalena para protegerlo. Durante el segundo asedio se colocaron dentro de la iglesia dos cañones con dirección al puente de San José sobre el rio Huerva para defender esta entrada de la ciudad.

En la plaza de San Miguel se situó también la puerta del Duque de la Victoria. Era en realidad un arco triunfal para conmemorar la visita del general Espartero a la ciudad. Fue demolida en el año 1919 y hoy queda un mural pintado en un edificio cercano como recuerdo.

Iglesia de San Miguel y Puerta del Duque. Fototipia Castañeira y Álvarez. Madrid. Archivo Municipal de Zaragoza.
Vista del convento de Carmelitas Descalzos de San José en el año 1806, tomada desde la ribera izquierda del río Huerva en las proximidades del ábside de la parroquia de San Miguel de los Navarros (Dibujada por Luis Lejeune y grabada por Perdoux para el Viaje por España)

LA CAMPANA DE LOS PERDIDOS

La espléndida torre mudéjar de la iglesia de San Miguel albergó una campana llamada de los Perdidos, que desde el siglo XVI tocaba treinta y tres toques al anochecer con el fin de guiar a los que se encontraban en los campos extramuros, pues era frecuente que la gente no encontrara el camino de vuelta a la ciudad por las nieblas y la falta de iluminación. A principios del siglo XVI, el clero de San Miguel decidió colocar una gran lámpara en lo alto del campanario para que, ayudada por espejos, hiciera como un faro cuya luz sirviera de punto de referencia en el campo. Pero durante una tormenta, el cierzo atacó el faro en 1556.

Iglesia de San Miguel de los Navarros, con su torre mudéjar. Desde el s. XVI albergaba una campana llamada de los Perdidos, que tocaba treinta y tres toques al anochecer, con el fin de guiar a los que se encontraban en los campos extramuros, pues era frecuente que la gente no encontrara el camino de vuelta a la ciudad por las nieblas y la falta de iluminación.

CALLE DEL HEROISMO
Contigua a la plaza de San Miguel se encuentra la calle del Heroísmo donde se produjeron luchas cuerpo a cuerpo entre sitiadores y sitiados. Antes de los Sitios se llamaba calle Quemada por ser el lugar de reunión del gremio de carboneros, que ennegrecían con sus braseros encendidos las paredes vecinas.

Al final de la calle se situaba una de las puertas de la ciudad, la puerta Quemada. Esta calle cambió de nombre tras los asedios por Heroísmo, recordando la resistencia de los defensores zaragozanos.

Calle del Doctor Alejandro Palomar, con el Coso al fondo de la foto.
Calle del Heroísmo.
Placa en la casa llamada de Los sitios en la calle del Doctor Alejandro Palomar, núm.16.

EL REDUCTO DEL PILAR
Una vez concluido el primer Sitio, el coronel de Ingenieros Antonio Sangenís y Torres diseñó las nuevas obras defensivas. Como obras exteriores fortificadas se utilizaron el castillo de La Alfajería y el convento de San José, y se construyó una cabeza de puente en el río Huerva, cerca de Santa Engracia, denominado Reducto del Pilar, y otro en las Tenerías.

Superior: El coronel de Ingenieros Antonio Sangenís y Torres. Derecha: Proclama de 27 de mayo de 1808, estableciendo el estado militar en la ciudad y organizando compañías.

EL PASEO DE LAS DAMAS
Los franceses ajardinaron esta zona y se le dio el nombre de paseo de las Damas por frecuentarla las mujeres de los oficiales franceses. Un nombre que no ha cambiado en la actualidad.

Cien años después de los Sitios, en enero de 1909, se inauguró en esta glorieta un obelisco conmemorativo, obra de Ricardo Magdalena, en homenaje a los defensores del reducto del Pilar. Posteriormente sería sustituido por el actual grupo escultórico del arquitecto, escultor y pintor español Federico Amutio.

El monumento a los defensores del reducto del Pilar, en la confluencia del Paseo de las Damas y el Paseo de Sagasta. La escultura de bronce del escultor Federico Amutio, titulada «Por la Patria, 1808.»

POR LA PATRIA
El invencible ejército napoleónico había sido incapaz de ocupar Zaragoza durante el primer Sitio. La experiencia del asedio reveló que la zona de Santa Engracia, y sus proximidades, era una de las más débiles, por lo que se fortaleció la defensa de cara a un previsible segundo ataque.
Palafox encomendó al coronel de Ingenieros Antonio Sangenís y Torres que perfeccionase las defensas de Zaragoza, una ciudad llana y carente de fortificaciones naturales, consiguiendo significativas obras de campaña.

El perímetro defensivo de loa ciudad se cerró con una nueva línea de murallas; el Arrabal se fortificó, se patrullaba el Ebro con cañoneras y dos fortificaciones exteriores protegían los puentes sobre el río Huerva, el convento de San José y el reducto del Pilar.


¡ZARAGOZA RESISTE!
El reducto del Pilar era un fuerte construido en la actual Glorieta de Sasera, con la finalidad de cruzar fuego contra la infantería francesa, evitando que se aproximaran a la muralla de la ciudad por esta zona. Era una obra de campaña cerrada y protegida por un gran foso excavado , que terminaba por ambos lados en el río Huerva y estaba unido por trincheras con Santa Engracia.

Defendido por unos 400 hombres y 8 piezas de artillería, en su puerta rezaba un letrero: “Reducto de la Virgen del Pilar, inconquistable por tan sagrado nombre. ¡Zaragozanos, venced o morid por la Virgen del Pilar!”

Tras varias semanas de asedio, con la fortaleza totalmente destruida el coronel Domigo Larripa ordenó la retirada, dejando como obsequio una trampa explosiva y destruyendo la pasarela del Huerva.

La Basílica de Santa Engracia a la izquierda, entre los siglos XVI y XIX, con su portada renacentista. El monasterio fue volado por las tropas francesas la noche del 13 al 14 de agosto de 1808, durante la retirada del primer Sitio. La portada sufrió grandes daños y el resto del edificio fue reducido a ruinas.
En el centro de la plaza de Los Sitios se erige el monumento a los Sitios de Zaragoza realizado en 1908 por Agustín Querol.
Antigua escuela de Artes Aplicadas, en la Plaza de Los Sitios.
Plaza conmemorativa con los nombres de algunos de los defensores de la ciudad.


SEMINARIO DE SAN CARLOS
El conjunto del Real Seminario de San Carlos se empezó a levantar, por orden de la Compañía de Jesús, bajo el nombre de iglesia de la Inmaculada y el Padre Eterno, en el siglo XVI sobre los terrenos de la antigua sinagoga del barrio judío.

A mediados del siglo XVIII, tras la expulsión de los jesuitas, la iglesia adoptó su actual nombre en honor al rey Carlos III. Por aquí pasaron jesuitas tan ilustres como Baltasar Gracián, uno de los escritores más importantes del Barroco español, que dio clase en sus aulas y escribió aquí algunas de sus obras; o San José de Pignatelli, que fue uno de los principales artífices de la restauración de los jesuitas después de su desaparición.

Ruinas del seminario. «Vistas por la noche quando los patriotas que no podian asistir a la defensa de las puertas, a la luz de sus linternas y de los incendios, causados por las bombas, buscaban entre los escombros a los muertos para darles sepultura» (c)


A principios del siglo XVIII, se redecoró la iglesia con una estética barroca muy cercana al gusto del rococó. El 27 de junio de 1808, durante el primer asedio de los franceses a la ciudad de Zaragoza, se produjo una gran explosión en el polvorín general de la ciudad ubicado en este edificio, actual Seminario de San Carlos. Sorprendentemente, a pesar de la voladura del polvorín en junio de 1808, que se llevó por delante del edificio, la decoración se ha conservado íntegramente.


EL POLVORIN DE LA CIUDAD EN LOS SITIOS DE ZARAGOZA
Un carretero que abastecía de munición a sectores cercanos, dejó caer fortuitamente una chispa de su cigarro provocando la explosión.

La gran cantidad de pólvora que aquí se almacenaba tuvo consecuencias desastrosas materialmente, destruyendo el estallido parte del barrio de la Magdalena. El hundimiento del edificio y de las casas colindantes, el horror por el elevado número de víctimas y el asalto de los franceses aprovechando el caos producido, pusieron a la ciudad al borde del colapso.

Como consecuencia y medida protectora, en los preparativos para el segundo asedio de 1809, una de las primeras previsiones del mando fue la de diversificar la munición en pequeños almacenes repartidos en diferentes puntos de la ciudad.

“El día 27 de junio, a las tres de la tarde, temblaron todos los edificios y creyeron los habitantes que iban a ser sepultados en sus ruinas. Ni el trueno más estrepitoso, ni el ruido de cien cañones disparados a la par es comparable con el que se percibió. El estremecimiento fue universal, llenóse todo de un humo denso que oscureció la atmósfera; las gentes salieron de sus casas llenas de pavor y, sin poder romper el llanto, pálidos y confusos, no sabían a donde dirigirse” (Agustín Alcalde Ibieca, 1830).

Una de las fachadas de la iglesia de San Carlos, que muestra los
impactos de bala de la época de los Sitios.
Superior: Fachada posterior del Seminario de San Carlos. Derecha: «Defensa heroica de Zaragoza. Ilustración e Arturo Mélida, para la edición Episodio Nacional, Zaragoza, de Pérez Galdós, publicado en 1882.


LA PÓLVORA DE VILLAFELICHE
La localidad de Villafeliche, en la ribera baja del río Jiloca, a unos 90 kilómetros de Zaragoza, tuvo un importante papel en la defensa de la ciudad. La producción de pólvora de sus molinos permitió mantener el suministro a los defensores, incluso con la voladura del polvorín principal.

Molino de Villafeliche, donde se producía la pólvora.

Fuentes:

1 – «Le siège de Saragosse 1808 – 1809» – Colonel (h) Jean-Louis TRAVERS, 2017

2 – Paneles informativos Ruta los Sitios de Zaragoza 1808-1809

3 – https://www.youtube.com/watch?v=KZe5jm0RV1M&ab_channel=Mimuseoymibiblioteca-JUANCARLOSMENARAMIREZ

4 – https://es.wikipedia.org/wiki/Bas%C3%ADlica_de_Santa_Engracia_(Zaragoza)

5 – «Zaragoza» – Benito Pérez Galdós, Episodios Nacionales (Primera Serie), Marzo-Abril de 1874

Imágenes:

a – https://palauantiguitats.com/wp-content/uploads/2017/03/G00451.jpg / «Alarma en la Torre del Pino», Fernando Bambrila y Juan Gálvez, 1812

b – https://palauantiguitats.com/grabado/siege-de-saragosse-du-25-janvier-jusquau-19-fevrier-1809/

c – https://palauantiguitats.com/wp-content/uploads/2017/03/G00457.jpg

d – fotografías del autor.

e – Paneles informativos Ruta los Sitios de Zaragoza 1808-1809

Una ruta por los Sitios. Zaragoza 1808-1809 (I)

Tiempo de lectura: 20 minutos

Esta semana os damos cuenta del recorrido que nuestro perruno e incansable corresponsal Byron realizó por la Muy Noble y Muy Heroica ciudad de Zaragoza, la Zaragoza de los Sitios de 1808 y 1809 en marzo del año pasado, aprovechando asimismo la visita que hicimos a sus jornadas de Recreación histórica y aprovechando también que hoy mismo se cumplen 214 años de la rendición de la ciudad ante las tropas imperiales francesas y aliadas, tras un cruentísimo y prolongado asedio recogido por el Jefe de batallón de ingenieros francés, Jacques-Vital Belmas (1792-1864), en su magna obra «Journaux des Siéges faits ou soutenus par les français dans la péninsule, de 1807 a 1814«, publicada entre 1836 y 1837:

«Al día siguiente, 21 de febrero al mediodía, la guarnición salió por la puerta del Portillo. Por ella pasaron junto al mariscal Lannes y depusieron las armas al pie del castillo. Treinta y un mil hombres de que se componía al principio del sitio, no pasaba de ocho mil doscientos. Estos desafortunados eran dolorosos de ver. Todavía recogimos un número bastante grande de soldados, que se habían escondido en las casas; y, añadiéndolos a los que habían sido apresados ​​en el suburbio, el número de prisioneros ascendía a doce mil. El resto de la guarnición estaba en el hospitales o había perecido por el hierro y la enfermedad… Así cayó Zaragoza, tras el asedio de cincuenta y dos días de excavación de trincheras, de los cuales veintinueve se habían empleado en obtener el dominio del recinto, y veintitrés para andar de casa en casa.«

«Journaux des sièges faits et soutenus…» de J. Belmas, citado por el coronel (h) Jean-Louis Travers. [1]
«Les défenseurs de Saragosse» (1893), obra del pintor Maurice Henry Orange, causó una gran impresión en el Salón de Artistas de Paris de ese mismo año, presentando una imagen digna y orgullosa de los defensores de Zaragoza que desfilan ante sus vencedores formados presentando armas, una imagen innovadora por parte de un pintor francés lo que generó comentarios elogiosos y le valió a su autor una medalla de segunda clase en el prestigioso certamen.

UN RECORRIDO POR LA ZARAGOZA DE LOS SITIOS – PRIMERA PARTE

La Puerta del Carmen en una postal antigua datada en 1904 (a)

PUERTA DEL CARMEN
Es una de las históricas puertas de entrada de la ciudad de Zaragoza. Fue construida por el arquitecto Agustín Sanz en 1792. Su estructura, a modo de arco triunfal romano, sufrió una intensa actividad bélica durante los Sitios de Zaragoza, en la Guerra de la Independencia.

La batalla de las Eras, el 15 de junio de 1808, tuvo lugar en el explanada que ocupa la antigua estación de ferrocarril y anexos, desde el Portillo hasta el Paseo de Teruel. El resultado de la acción fue la pérdida por parte francesa de varios cientos de vidas. La Puerta del Carmen fue rebasada otras dos veces, obligándose a los defensores a recuperarla.

«La batalla de las Eras». Grabado de Fernando Brambila, a partir de un dibujo de Juan Gálvez (1812). «En la qual los Franceses intentando forzar el punto de Buena Vista y penetrar en Zaragoza, fueron rechazados gloriosamente por los Aragoneses y forzados á situarse fuera del tiro de cañón de la Ciudad_Este combate se dió en 15 de junio de 1808._» (b)
La Puerta del Carmen por su fachada principal por donde discurre la N-330.

EL SIMBOLO DE LOS SITIOS
Durante los preparativos del primer Sitio y ante la ausencia todavía de tropas en la ciudad se formaron compañías de voluntarios que, ante una simbólica bandera, juraron defender su patria ante la puerta del Carmen.

En el primer Sitio sufrirá varios ataques , pues en tres ocasiones el ejército francés intentó entrar en la ciudad por ese punto. El 15 de junio, en la llamada batalla de las Eras; el 2 de julio cuando los franceses penetraron por esta puerta hacia el Portillo; y el 4 de agosto, cuando los franceses eligieron de nuevo la puerta del Carmen para entrar en la ciudad, pero fueron detenidos, recuperando la puerta una vez más los defensores. En los muros de la puerta se pueden ver todavía los numerosos impactos de artillería que sufrió durante los enfrentamientos. Por un lado, algunos orificios de bala de fusil y numerosas señales de cañones franceses; por el otro, el que miraba al interior de la ciudad, solo señales de fusiles aragoneses.

La Puerta del Carmen por su fachada posterior, punto de partida (o final) de la Avenida de César Augusto.

MARÍA AGUSTÍN LINARES
(Zaragoza, 1786-1831). De la parroquia de San Pablo, hija de Antonio, natural de Bádenas, y de Catalina Linares, natural de Rueda de Jalón. Contrajo matrimonio con Pedro Roncal el 12 de mayo de 1805. Destacó en la defensa en los dos Sitios. Durante el primero, participó activamente abasteciendo de munición, comida y bebida a los defensores en los puestos de combate. Y será cumpliendo estas tareas cuando, al traspasar la puerta del Carmen hacia el actual paseo de María Agustín, que lleva su nombre como homenaje, recibió una herida en el cuello, que la dejó inútil del brazo izquierdo de por vida. Se le concedió una pensión vitalicia y un escudo de defensor de la patria. Murió el 22 de noviembre de 1831, completamente olvidada.

María Agustín Linares, grabado de época. (c)
Plaza de Miguel Salamero, en obras en el momento de la visita. Recibe su nombre de Miguel Salamero, defensor de la huerta y el Convento de Santa Fe en los Sitios de Zaragoza y vecino del barrio de San Pablo.
El Palacio de los Condes de Morata o de los Luna, Sede del Tribunal Superior de Justicia de Aragón, de estilo renacentista (s. XVI). En su fachada, una placa en recuerdo a Pedro Mª Ric y Montserrat, Regente de la Real Audiencia de Aragón y Presidente de la Junta Suprema en febrero de 1809.

SAN JUAN DE LOS PANETES
La inclinada torre de la iglesia de San Juan de los Panetes, del siglo XVI, sirvió durante el primer asedio, según los relatos de mosén Ramón Cadena, de atalaya espía para un vigía francés, que dirigía desde lo alto las baterías francesas de la zona hasta que fue descubierto.

San Juan de los Panetes tiene una torre octogonal hecha con ladrillo, con una ligera inclinación hacia la Plaza del Pilar. La torre fue edificada en el siglo XVI, siendo uno de los primeros elementos en construirse. Su influencia es principalmente mudéjar aragonés con un toque renacentista.

San Juan de los Panetes, con su torre octogonal confeccionada en ladrillo, con una ligera inclinación hacia la Plaza del Pilar. La torre fue edificada en el siglo XVI, siendo uno de los primeros elementos en construirse.

PINTURA DE LA HISTORIA
Entre las obras artísticas que ilustran los episodios de los asedios de Zaragoza por los franceses destaca ésta, de Federico Jiménez Nicanor, que narra el episodio en que los defensores, situados entre la iglesia de San Juan de los Panetes y el Pilar, ondean la bandera negra con el lema “El Pilar no se rinde” ante las invitaciones de los franceses para que abandonaran la lucha. El cuadro se guarda en El Prado y fue adquirido en 1887, En la Exposición Aragonesa de 1886 obtuvo medalla de segunda clase. Como ilustrador colaboró en varias publicaciones madrileñas, especialmente en el periódico Globo.

«Episodio de la defensa de Zaragoza frente a los franceses (El Pilar no se rinde)» (1885), óleo sobre tela, 243 x 320 cm (d)

DEPÓSITO DE PÓLVORA EN LOS SITIOS DE ZARAGOZA
En su sótano se albergó uno de los pequeños polvorines entre los que se diversificó la reserva de maestranza, para evitar otro desastre como el ocurrido el 27 de junio de 1808, al estallar el gran depósito almacenado en el Seminario de San Carlos debido a una chispa de cigarro, volando por los aires el edificio y sus alrededores, lo que supuso una verdadera tragedia para la ciudad.
El origen de esta iglesia se remonta a los siglos XI y XII, una iglesia medieval que se derribó para construir una nueva en 1725. Su nombre proviene que aquí se repartían panecillos para los pobres.

«Ruinas del Seminario, causadas por la explosión del 27 de junio de 1808» – Grabado de Fernando Brambila, a partir de un dibujo de Juan Gálvez. Perteneciente a la serie denominada Ruinas de Zaragoza, que consta de 36 estampas, divididas en tres series de doce estampas. La primera muestra los retratos de los más distinguidos defensores de la ciudad durante la Guerra de la Independencia; la segunda, vistas generales de las ruinas; y la última, acontecimientos bélicos. Fue editada en Cádiz el 1812. (e)

PUENTE DE PIEDRA
El puente de piedra de Zaragoza se construyó en el siglo XV, en el mismo lugar que ocupara el antiguo puente romano. El puente actual es de estilo gótico, y es el más antiguo que se conserva sobre el rio Ebro.

El puente más emblemático de la ciudad ha experimentado numerosos avatares a lo largo de su historia. Durante los asedios que sufrió Zaragoza por los ejércitos napoleónicos durante la Guerra de Independencia fue también escenario de múltiples combates y feroces sucesos.

El Puente de Piedra de Zaragoza, bañado por las aguas del Ebro, configurado con 7 pilares de sillería, y tiene aproximadamente unos 225 metros de longitud.

EL PUENTE EN LOS SITIOS
Durante el primer asedio de 1808, el teniente Luciano de Tornos logró frenar en el puente la estampida popular que huía hacia el Arrabal de la ciudad producida tras una dura ofensiva francesa el 4 de agosto. Tornos, amenazándolos con un cañón desde el convento de San Lázaro, logró que volvieran a la ciudad a combatir.
El puente era la única conexión entre la ciudad y el Rabal. Si este caía, el puente sería ocupado por el enemigo quedando la ciudad desprotegida. Y así sucedió durante el segundo Sitio, cuando el 18 de febrero de 1809 las baterías francesas arrasaban el convento de San Lázaro y batían el puente para impedir cualquier ayuda de la ciudad. Zaragoza capitularía tres días más tarde.
Muy cerca del puente de Piedra se encuentra la arboleda de Macanaz, un lugar de paseo y recreo para los zaragozanos desde hace siglos y donde, en 1809, tras los asedios, fueron enterrados en una fosa común los restos de miles de defensores.

CRUZ CONMEMORATIVA
Una estela coronada con una cruz de piedra colocada en la arcada del puente de Piedra, indica el lugar donde los sacerdotes y consejeros de Palafox, Basilio Boggiero y Santiago Sas, fueron asesinados y arrojados al Ebro por los franceses cuando la ciudad ya había capitulado, incumpliendo los acuerdos de dicha capitulación.
El monumento también recuerda al barón de Warsage, encargado de la defensa del Arrabal durante el segundo Sitio y herido de muerte por una bala de cañón francesa el 18 de febrero de 1809, cuando intentaba llegar al Arrabal para tomar el mando de su defensa

EL RIO EBRO EN LOS SITIOS
EL rio Ebro jugó también un papel destacado en la defensa de la ciudad. Además de destacar como vía de comunicación en el avance francés hacia la capital tuvo también una gran importancia estratégica. En el segundo Sitio, tropas procedentes de Murcia y Cartagena acudieron en ayuda de la defensa zaragozana que con sus cañoneras patrullaban el rio asegurando la defensa del Ebro y controlaban los movimientos enemigos.

Una panorámica del rio Ebro, con el Puente de Piedra a la izquierda y la Basílica de Nuestra
Señora del Pilar en el centro, desde el puente de Santiago.

CASA NATAL DE PALAFOX
La casa natal de Palafox cuando comenzaron los asedios fue convertida en sede de su Estado Mayor hasta ser trasladado a primera línea, al palacio episcopal. Junto a la gran puerta principal, la placa conmemorativa, colocada por la Junta del I Centenario, dice: A PALAFOX/Al gran Caudillo defensor de Zaragoza/en los Sitios de 1808 y 1809/LA PATRIA Y LA CIUDAD/por él/ gloriosamente defendidas/1er . Centenario de los Sitios.

La Basílica de Nuestra Señora del Pilar (concluida en 1754), una de los dos catedrales de Zaragoza junto con la Seo, por su fachada del Paseo de Echegaray, cercana al rio Ebro, en la que aún se pueden apreciar los impactos de los proyectiles franceses en sus muros.

LA SEO
Palafox, parroquiano de la Seo por nacimiento, fue bautizado en esta cercana Catedral de San Salvador. En su archivo parroquial se encuentra, cuidadosamente guardada, su partida de bautismo.

La Plaza de La Seo, en el centro la Catedral del Salvador con su torre y a la derecha el moderno Museo del Foro de Caesaraugusta. En la parte superior izquierda, un placa conmemorativa a Palafox, en el I Centenario de los Sitios, ubicada en la calle Palafox, que discurre perpendicular a la parte posterior de la catedral.

PALACIO EPISCOPAL
Durante los Sitios, el actual Palacio Episcopal fue el cuartel general de Palafox. Desde la parte alta del Edificio podía seguir con detalle la suerte de su destacamento dispuesto en el Arrabal, al otro lado del río. Sus archivos aún conservan documentos de la época destrozados por la metralla de los cañones y perforaciones de balas.

Nuestro recorrido con el Timeline de Google Maps, a la izquierda con un mapa de la Zaragoza actual y a la derecha superpuesto a un mapa de los sitios, unos 14 kilómetros en total, aunque tan solo una parte del recorrido total oficial. La primera parte de este recorrido comprende hasta la Catedral de la Seo. El cruce por dos veces del rio Ebro se debió a nuestra visita a los campamentos de los participantes en la excelente Recreación de Los Sitios de Zaragoza – 2022.


Fuentes:

1 – «Le siège de Saragosse 1808 – 1809» – Colonel (h) Jean-Louis TRAVERS, 2017

2 – Paneles informativos Ruta los Sitios de Zaragoza 1808-1809

3 – https://www.youtube.com/watch?v=KZe5jm0RV1M&ab_channel=Mimuseoymibiblioteca-JUANCARLOSMENARAMIREZ

4 – https://www.zaragoza.es/cont/paginas/noticias/planos_qr_01-1.pdf

Imágenes:

Portada – http://www.flg.es/agenda-de-actividades/exposiciones-temporales/exposicion-ruinas-zaragoza-dibujos-estampas-coleccion-lazaro#.Y_Ss0nbMKUk – Exposición Ruinas de Zaragoza. Dibujos y estampas de la Colección Lázaro

a – Paneles informativos Ruta de los Sitios 1808-1809

b – https://palauantiguitats.com/wp-content/uploads/2017/03/G00453.jpg

c – https://www.alcalasubastas.es/es/lote/92-1452-1452/852-126-fernando-brambilla-1763-1834-y-juan-galvez-1774-1847r

d – De Trabajo propio, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2436794

e – https://palauantiguitats.com/grabado/ruinas-del-seminario/

Las acciones corsarias en las costas españolas durante la Guerra de Independencia.

Tiempo de lectura: 35 minutos

Hoy dedicamos nuestra entrada semanal a la Guerra del corso en España entre 1808-1814, un episodio que no es muy tratado en la historiografía del conflicto que centra sus textos en los grandes enfrentamientos navales como Trafalgar o el Cabo San Vicente, y que sin embargo es una manera de hacer la guerra que discurre de manera complementaria a los mismos, buscando principalmente dispersar las fuerzas enemigas, no dispersar en exceso las propias y dañar el comercio del enemigo hasta obligarle a pedir la paz.

Paralelamente a la guerra terrestre, las costas españolas vieron un continuado devenir de acciones navales a pequeña escala entre los buques corsarios franceses y aliados, que se disputaban las capturas o luchaban por la protección de los buques de transporte con materias primas y armamento, vitales para el esfuerzo de guerra en ambos bandos.

La estrategia empleada por los corsarios por a capturar un barco era el abordaje, a fin de causar el menor daño posible a la embarcación y la su carga, ya que era el potencial botín, y, por tanto, eran bastante remisos a utilizar la artillería contra el buque. En las imágenes que se han conservado de corsarios franceses de la época, los representan persiguiendo a su víctima para abordarla por el lado de popa (trasero) y el bauprés (el mástil saliente de la proa decantado de un costado para utilizarlo de improvisada pasarela de abordaje. [1]

Nous consacrons aujourd’hui notre entrée hebdomadaire à la Guerre corsaire en Espagne 1808-1814, un épisode peu traité par l’historiographie du conflit qui concentre leurs textes sur les grands affrontements navals comme Trafalgar ou le cap San Vicente, et qui pourtant c’est une manière de faire la guerre qui leur est complémentaire, cherchant principalement à disperser les forces ennemies, non à disperser excessivement les leurs et à nuire au commerce de l’ennemi au point de l’obliger à réclamer la paix.

Parallèlement à la guerre terrestre, les côtes espagnoles ont vu un flux continu d’actions navales à petite échelle entre navires corsaires français et alliés, qui se disputaient les captures ou luttaient pour la protection des navires de transport de matières premières et d’armement, vitaux pour l’effort de guerre sur des deux côtés.

La stratégie utilisée par les corsaires pour capturer un navire était l’abordage, afin de causer le moins de dégâts possible au navire et à sa cargaison, puisqu’il s’agissait du butin potentiel, et, par conséquent, ils étaient assez réticents à utiliser l’artillerie contre le navire. Dans les images qui ont été conservées des corsaires français de l’époque, ils les représentent pourchassant leur victime pour l’approcher par la poupe (arrière) et le beaupré (le mât saillant de la proue incliné d’un côté pour l’utiliser comme une passerelle d’embarquement improvisée. [1]

«Entre las guerras que en el mundo han sido, una de las más interesantes es la guerra de España dentro del marco de la estrategia general, que abraza la acción de los ejércitos y de las flotas. Predominan en ella mutuas relaciones y se desarrollan en gran parte, por operaciones combinadas de gran envergadura y alcance»

Almirante Raoul V. P. Castex [12]

«Parmi les guerres qui se sont déroulées dans le monde, l’une des plus intéressantes est la guerre d’Espagne dans le cadre de la stratégie générale, qui embrasse l’action des armées et des flottes. Les relations mutuelles y prédominent et s’y développent en grande partie , par des opérations combinées de grande ampleur et portée»

Amiral Raoul V. P. Castex [12]
El barco East Indiaman Kent (izquierda) luchando contra el Confiance, un barco privado comandado por el corsario francés Robert Surcouf en octubre de 1800. Pintura de Ambroise Louis Garneray. (b)
L’East Indiaman Kent (à gauche) combattant la Confiance, un navire privé commandé par le corsaire français Robert Surcouf en octobre 1800. Peinture d’Ambroise Louis Garneray. (b)

EL CORSO ESPAÑOL AL FINAL DEL ANTIGUO RÉGIMEN

La guerra contra la Convención (1793-1795) no significó un aumento de la flota corsaria española, ya que, pese a los estragos de la Revolución en los mandos de la marina francesa, el arma corsaria francesa era superior en número y el comercio francés marítimo no era todo lo numeroso en aquel momento para justificar una inversión en ese sentido. Entre 1797 y 1801 hay cerca de unas 80 embarcaciones dedicadas al corso, pero también para defender los buques mercantes (el llamado “corso y mercancía”) hacia Hispanoamérica, preparados para actuar desde los puertos gallegos y desde San Sebastián.

LE COURSE ESPAGNOL A LA FIN DE L’ANCIEN REGIME

La guerre contre la Convention (1793-1795) ne signifiait pas une augmentation de la flotte corsaire espagnole, puisque, malgré les ravages de la Révolution dans les commandements de la marine française, l’arme corsaire française était supérieure en nombre et le commerce maritime français était pas tous nombreux à l’époque pour justifier un investissement dans ce sens. Entre 1797 et 1801, il y a environ 80 navires dédiés à la course, mais aussi à la défense des navires marchands (ce que l’on appelle «la course et la marchandise») vers l’Amérique latine, prêts à agir depuis les ports galiciens et depuis Saint-Sébastien.

EL CORSO EN EL CANTÁBRICO

Solo en el año 1799, tras la Paz de Basilea (1795) y la apertura de hostilidades contra Gran Bretaña, los buques del Cantábrico Occidental con base en puertos gallegos con patente de corso lograron apresar 21 mercantes ingleses y ciudades como Vigo vivieron una etapa de prosperidad. Hasta 1808 se armaron en Galicia 20 barcos corsarios y 6 mercantes pidieron patente de corso y mercancía para sus viajes a Ultramar, y desde San Sebastián también se armaron siete lanchas que actuaban desde Galicia.

La experiencia y el adiestramiento en el combate naval llevarían a que, el 9 de junio de 1808, los vigueses capturaran al buque de guerra francés Atlas, de 74 cañones, que llevaba en la bahía de Vigo desde el 28 de julio de 1805 (Villeneuve no contó con él y no estuvo presente en Trafalgar), y que estuvo sirviendo como buque-hospital hasta 1806. La águila que estaba a bordo es la que se exhibe en el Museo Naval de Madrid. [4]

Por su parte en el Cantábrico oriental debido a la ausencia de buques de la armada española que pudieran defender las aguas con garantías, se intentó promover el armamento de diferentes embarcaciones en corso, quedando en manos de los vascos la defensa de sus costas. Pero los los corsarios guipuzcoanos, que habían gozado de la hegemonía en el cantábrico, habían desaparecido rápidamente alcanzando niveles de actos anecdóticos, debido al desarrollo del libre comercio con América durante el s. XVIII, actividad mucho más rentable y menos arriesgada que la del corso. En total el número de patentes de corso que se otorgaron en el Señorío de Vizcaya y la provincia de Guipúzcoa entre los tres períodos de guerra durante el reinado de Carlos IV, fueron alrededor de las 50 embarcaciones. En general, del puerto de Bilbao fue de donde más corsarios salieron, seguido del de San Sebastián y en menor porcentaje Bermeo, Lekeitio y Pasaia. En el conflicto con Francia fueron cuantas más fianzas se constataron, aunque la diferencia de cifras con el período bélico con Inglaterra no está tan alejada. [17]

LE COURSE EN LA MER CANTABRIQUE

Ce n’est qu’en 1799, après la Paix de Bâle (1795) et l’ouverture des hostilités contre la Grande-Bretagne, que des navires basés dans les ports galiciens avec des lettres de marque réussirent à s’emparer de 21 marchands anglais et que des villes comme Vigo connurent une période de prospérité. Jusqu’en 1808, 20 navires corsaires et 6 navires marchands étaient assemblés en Galice, demandant des lettres de marque et des marchandises pour leurs voyages outre-mer, et sept vedettes opérant depuis la Galice étaient également assemblées depuis Saint-Sébastien.

L’expérience et l’entraînement au combat naval conduiront à la capture du navire de guerre français Atlas, avec 74 canons, le 9 juin 1808, qui était dans la baie de Vigo depuis le 28 juillet 1805 (Villeneuve il ne comptait pas sur lui et il n’était pas présent à Trafalgar), et qui servit de navire-hôpital jusqu’en 1806. L’aigle qui était à bord est celui exposé au Musée Naval de Madrid. [4]

De son côté, dans la partie orientale de la mer Cantabrique, en raison de l’absence de navires de la marine espagnole capables de défendre les eaux avec des garanties, une tentative a été faite pour promouvoir l’armement de différents navires corsaires, laissant la défense de leurs côtes entre les mains des Basques. Mais les corsaires du Gipuzkoa, qui avaient joui de l’hégémonie dans la mer Cantabrique, avaient rapidement disparu, atteignant des niveaux d’actes anecdotiques, en raison du développement du libre-échange avec l’Amérique au cours du s. XVIII, activité beaucoup plus rentable et moins risquée que la course. Au total, le nombre de lettres de marque qui ont été accordées dans le Señorío de Vizcaya et la province de Guipúzcoa entre les trois périodes de guerre sous le règne de Charles IV, était d’environ 50 navires. En général, le port de Bilbao était celui où partaient le plus de corsaires, suivi de Saint-Sébastien et, dans une moindre mesure, de Bermeo, Lekeitio et Pasaia. Dans le conflit avec la France, plus de garanties ont été trouvées, bien que la différence de chiffres avec la période de guerre avec l’Angleterre ne soit pas si éloignée. [17]

Una imagen de un combate al abordaje entre un navío inglés el Windsor Castle, de 150 toneladas, y el francés Jeune Richard, de 250 toneladas. (c)
Image d’un abordage entre un navire anglais, Le Château de Windsor, de 150 tonneaux, et le français Jeune Richard, de 250 tonneaux. (c)

EL CORSO FRANCÉS Y ESPAÑOL EN ANDALUCÍA

En Andalucía los puertos de Málaga (ya 1796 en pleno periodo revolucionario) y Almería fueron los únicos en practicar el corso por parte francesa en aquella parte del litoral español y el propio Soult, verdadero virrey de la región, en carta a Berthier (5 de octubre de 1810) no dejaba de incentivar la ilegal práctica solicitando 400 marinos más para reforzarla en los dos puertos, a pesar de todo el impacto negativo que tenía para la economía de la zona. Sobre unos 19 barcos corsarios (faluchos y jabeques entre otros) fueron armados en Málaga, entre marzo y noviembre de 1810, que era considerado como una verdadera base de entrenamiento, un “semillero” de corsarios.

Almería, más distante y aislada, servía como descarga para la actividad de Málaga, bloqueada en varias ocasiones por la Royal Navy, y que el 29 de abril de 1812 realizó un ataque nocturno demoledor al puerto, que se saldó con varias decenas de muertos y heridos, las baterías costeras de defensa destruidas y dos embarcaciones capturadas.

En los puertos ocupados por los franceses debía haber una flotilla más o menos amplia que se dedicaba al corso, pero también a otras actividadesI. Los capitanes debían ser franceses, o de una zona agregada al Imperio, aunque varios españoles ostentaron el empleo (cerca de un 20%), a pesar de algunas deserciones que llevaron a Soult a prohibir el reclutamiento de marinos españoles. Los hubieron detestados, algunos hasta denunciados por los jefes josefinos españoles y otros condecorados con la Legión de Honor. Para los corsarios, como en el caso de uno de los más famosos corsarios de la zona Serafín Seriolo, la actividad era harto lucrativa, llegando a constituir una flotilla de corsarios a su mando. Soult y anteriormente el general Sébastiani incentivaron como hemos comentado la actividad, y el primero exigía una parte de las capturas para el ejército (1/3 o 4/5 partes) y extendiendo la comisión hasta las capturas hechas en puertos tan distantes como Génova o Porto-Ferraio.

La actividad corsaria francesa disminuiría a partir de la toma de Badajoz por los británicos en 1812 y el aislamiento de las fuerzas francesas de tierra en Andalucía, aumentada por el efecto del bloqueo naval británico y el apoyo de los Regentes berberiscos, que próximos a Inglaterra comenzaron a capturar a su vez barcos franceses. [2]

Por parte española, hasta mayo de 1808, España y Francia, unidas contra Inglaterra, permiten una gran actividad corsaria en la zona contra barcos neutrales o ingleses, aunque éstos iban siempre armados hasta los dientes. A partir de ahí, cambian los bandos, España se alía con Inglaterra, y las acciones de corso conjuntas descienden radicalmente.

LE COURSE FRANÇAIS ET ESPAGNOL EN ANDALOUSIE

En Andalousie, les ports de Málaga (déjà en 1796 en pleine période révolutionnaire) et d’Almeria étaient les seuls à pratiquer la course du côté français dans cette partie de la côte espagnole et Soult lui-même, véritable vice-roi de la région, en une lettre à Berthier (5 octobre 1810) ne cesse d’encourager la pratique illégale en demandant 400 marins supplémentaires pour la renforcer dans les deux ports, malgré tout l’impact négatif qu’elle a sur l’économie de la région. Environ 19 navires corsaires (felouques et chébecs entre autres) furent armés à Malaga, entre mars et novembre 1810, qui était considérée comme une véritable base d’entraînement, une «source» pour les corsaires.

Almería, plus éloignée et isolée, servit de relais à l’activité de Malaga, bloquée à plusieurs reprises par la Royal Navy, et qui le 29 avril 1812 mena une attaque nocturne dévastatrice sur le port, qui fit plusieurs dizaines de morts et blessés, les batteries de défense côtière détruites et deux navires capturés.

Dans les ports occupés par les Français, il devait y avoir une flottille plus ou moins nombreuse vouée à la course, mais aussi à d’autres activitésI. Les capitaines devaient être français, ou originaires d’une région rattachée à l’Empire, même si plusieurs Espagnols occupaient le poste (près de 20 %), malgré quelques désertions qui conduisirent Soult à interdire le recrutement de marins espagnols. Ils avaient été détestés, certains même dénoncés par les chefs josefinos espagnols et d’autres décorés de la Légion d’Honneur. Pour les corsaires, comme dans le cas de l’un des corsaires les plus célèbres de la région, Serafín Seriolo, l’activité était très lucrative, constituant une flottille de corsaires sous son commandement. Soult et précédemment le général Sébastiani encourageaient l’activité, comme nous l’avons dit, et le premier exigeait une partie des captures pour l’armée (1/3 ou 4/5 parts) et étendait la commission aux captures faites dans des ports aussi éloignés que Gênes ou Porto Ferraio.

L’activité corsaire française va décroître après la prise de Badajoz par les Britanniques en 1812 et l’isolement des forces terrestres françaises en Andalousie, accentué par l’effet du blocus naval britannique et le soutien des régents barbaresques qui, proches de l’Angleterre, commencent capturer à leur tour des navires français. [2]

Du côté espagnol, jusqu’en mai 1808, l’Espagne et la France, unies contre l’Angleterre, autorisent une grande activité corsaire dans la région contre des navires neutres ou anglais, bien qu’ils soient toujours armés jusqu’aux dents. Dès lors, les camps changent, l’Espagne s’allie à l’Angleterre, et les actions corsaires conjointes chutent radicalement.

Balandra española (1807) del porte de 19 cañones ciñendo el viento por estribor (d)
Sloop espagnol (1807) de la taille de 19 canons au près à tribord. (d)

LOS CORSARIOS FRANCESES Y ESPAÑOLES EN CATALUÑA Y LEVANTE

En la zona noreste de las costas de Cataluña, existían Juntas locales de corsarios en Sant Feliú de Guíxols i Palamós (las más numerosas) y en otras localidades como Rosas, Bagur o Cadaqués. Iniciada la guerra, el principal objetivo de las juntas locales, coordinadas en ocasiones con las autoridades militares españolas, era dificultar les comunicaciones e intentar que el subministro de provisiones que llegaba por mar a las tropas imperiales de Barcelona se viera interrumpido. También los corsarios franceses desde Portvendres actuaban en las costas catalanas por lo que también eran un objetivo de los corsarios locales, así como los buques mercantes al servicio de FranciaII.

La actividad para las Juntas de corsarios, sobre todo entre 1808-1809, resultó ser un negocio muy lucrativo, interceptando numerosos laudes cargados de cuarteras (unos 70 Kg.) de trigo y de arroz que se dirigían a Barcelona para sostener a la guarnición de la ciudad, embarcaciones con soldados y correspondencia para el general Duhesme, y dirigiendo las capturas hacia los puertos de Palamós y Sant Felíu de Guixols. Lógicamente dichos puertos se consideraron objetivos de las tropas imperiales francesas, siendo conquistados los diferentes pueblos costeros y ya en septiembre de 1809, la actividad corsaria catalana había disminuido, que no cesado, en la zona. Con el tiempo a partir de 1811 el puerto de Palamós se convirtió en un centro administrativo para los franceses al mando de un Intendente de Marina.

La ocupación francesa de los puertos de Cadaqués, Roses y Palamós favoreció la llegada de barcos corsarios franceses desde Marsella que tenían la doble misión de entorpecer las comunicaciones entre las embarcaciones catalanas y los ingleses y evitar el comercio con otros puertos libres del Principado (a la vez que ofrecían mayor protección a las naves francesas que hacían la ruta por la costa). Algunos de estos corsarios franceses no sólo fondearon a menudo en el puerto de Palamós, sino que también se acercaban parar vender sus capturas o en otros puertos dominados por los franceses, como en el caso de los barcos “Vengeance” del capitán F. Blanc el  “Filibustier”, capitaneado por Cipriano Caraccioli (de Córcega) y armado en Barcelona por un comerciante marsellés. [1].

En la zona sureste de Cataluña, tras el cese de hostilidades entre los gobiernos de España e Inglaterra, que también practicó el corso en aguas catalanas, conduciendo sus capturas al puerto de VilanovaIII y entregándolas a la autoridad naval. Al mismo tiempo armadores de corso privados, españoles y británicos, hacían su guerra personal, afanando todo lo que encontraban por delanteIV.

Como un ejemplo concreto en el puerto de Tarragona, el Juzgado Militar de Marina emitía un veredicto sobre la legalidad de la captura y se vendía en subasta pública. Lo curioso de estas subastas es que si se celebraba en un puerto dominado por los franceses, podían acudir personas que residían en zonas “no dominadas” por los franceses y comprar embarcaciones para la causa española.

En tierras del reino de Valencia el fenómeno sería parecido. La conquista de los territorios por las tropas del por entonces general Suchet y sobre todo la rendición de la capital Valencia en enero de 1812, conllevó que se pudiera aprovechar su puerto como base logística para los transportes y la actividad de los corsarios franceses. Prueba de ello fue el hallazgo en julio del 2017V de los restos del buque corsario francés Zéphir o Zefarin que fue hundido según las crónicas entre los días 13 y 14 de mayo de 1813, en el contexto de los episodios bélicos navales que se producían en la zona. Al parecer el Zéphir o Zefarin procedente de Valencia, que navegaba bordeando la costa fue detectado por una fragata inglesaVI que haría embarrancar al corsario en la costa frente a los Molinos de Polart en Denia (Valencia).

LES CORSAIRS FRANÇAIS ET ESPAGNOLS EN CATALOGNE ET AU LEVANT

Dans la partie nord-est de la côte catalane, il y avait des Juntas corsaires locaux à Sant Feliú de Guíxols et Palamós (le plus nombreux) et dans d’autres villes comme Rosas, Bagur ou Cadaqués. Une fois la guerre déclenchée, l’objectif principal des Juntas locaux, parfois coordonnées avec les autorités militaires espagnoles, était de rendre les communications difficiles et d’essayer d’empêcher que l’approvisionnement en ravitaillement qui arrivait par voie maritime aux troupes impériales à Barcelone ne soit interrompu. Les corsaires français de Portvendres opéraient également sur les côtes catalanes, c’est pourquoi ils étaient aussi la cible des corsaires locaux, ainsi que des navires marchands au service de la FranceII.

L’activité des Juntas de corsaires, surtout entre 1808-1809, s’est avérée être une activité très lucrative, interceptant de nombreuses laudes chargées de cuarteras (environ 70 kg.) de blé et de riz qui se dirigeaient vers Barcelone pour soutenir la garnison de la ville, bateaux avec soldats et correspondance pour le général Duhesme, et dirigeant les prises vers les ports de Palamós et Sant Feliu de Guixols. Logiquement, ces ports étaient considérés comme des objectifs des troupes impériales françaises, les différentes villes côtières étant conquises et déjà en septembre 1809, l’activité corsaire catalane avait diminué, voire cessé, dans la région. Au fil du temps, à partir de 1811, le port de Palamós est devenu un centre administratif pour les Français sous le commandement d’un intendant de la marine.

L’occupation française des ports de Cadaqués, Roses et Palamós a favorisé l’arrivée de navires corsaires français en provenance de Marseille, qui avaient la double mission d’entraver les communications entre navires catalans et anglais et d’empêcher le commerce avec les autres ports francs de la Principauté (à l’époque offrait une plus grande protection aux navires français qui faisaient la route le long de la côte). Certains de ces corsaires français mouillaient non seulement souvent dans le port de Palamós, mais venaient également vendre leurs prises ou dans d’autres ports dominés par les Français, comme dans le cas des navires «Vengeance» du capitaine F. Blanc le «Filibustier», commandé par Cipriano Caraccioli (Corse) et assemblé à Barcelone par un négociant marseillais. [1].

Dans la zone sud-est de la Catalogne, après la cessation des hostilités entre les gouvernements espagnol et anglais, qui pratiquait également la course dans les eaux catalanes, emmenant ses prises au port de VilanovaIII et les remettant à l’autorité navale. Dans le même temps, les propriétaires corsaires, espagnols et britanniques, menaient leur guerre personnelle, pressant tout ce qu’ils trouvaient devantIV.

À titre d’exemple concret dans le port de Tarragone, le Tribunal Militaire de la Marine a rendu un verdict sur la légalité de la capture et il a été vendu aux enchères publiques. Ce qui est curieux dans ces ventes aux enchères, c’est que si elles se tenaient dans un port dominé par les Français, des personnes résidant dans des zones «non dominées» par les Français pourraient venir acheter des bateaux pour la cause espagnole.

Dans les terres du royaume de Valence, le phénomène serait similaire. La conquête des territoires par les troupes du général Suchet et surtout la capitulation de la capitale, Valence, en janvier 1812 signifiaient que son port pouvait servir de base logistique pour le transport et l’activité des corsaires françaises. Preuve en est la découverte en juillet 2017V des restes du navire corsaire Français «Zéphir» ou «Zefarin» qui aurait été coulé selon les chroniques entre le 13 et le 14 mai 1813, dans le cadre des épisodes de guerre navale survenus dans la région. Apparemment, le Zéphir ou Zefarin venant de Valence, qui longeait la côte, a été détecté par une frégate anglaiseVI qui s’échouerait sur le corsaire sur la côte devant les moulins de Polart à Denia (Valence).

El corsario Les Trois Monts Rouges del capitan François Rougemont atacado por dos bricbarcas de guerra aproximándose a la costa de Barcelona, el 17 de julio de 1810, cuya metralla resistió dos horas y entró en el puerto a las ocho de la mañana. Se puede distinguir al fondo la silueta de la montaña de Montjuich y en el centro la torre del fuerte de La Linterna (e)
Corsarie Les Trois Monts Rouge, capitaine François Rougemont, attaqué par deux Bricks de Guerre a l’Aterrage de Barcelone le 17 Juillet 1810 à la Mitraille desquels il a resisté deux heures et est entré dans le port à huit heures du matin. En arrière-plan, on distingue la silhouette de la montagne de Montjuich et au centre la tour du fort de La Linterna (e)

EL CORSO ESPAÑOL EN LAS ISLAS BALEARES

Por lo que respecta a las Islas Baleares, los corsarios de inicios del s. XIX trabajaban para el “Reial Consolat de Mar i Tierra”, organismo privado que controlaba el comercio, y que estuvo vigente durante 300 años antes del estallido de la Guerra de Independencia.

Los corsarios isleños en las baleares defendían los convoyes de barcos, algunos de hasta un centenar de embarcaciones, que viajaban desde Mallorca hacia Tarragona y Cádiz cargados de arroz, legumbres, cereales, cañones, plata, papel moneda o tropas con los que abastecer la Península. Con el final de la guerra y por Real Orden comenzó el declive del “Consolat”, y de los corsarios que a falta de oficio la mayoría tuvieron que desguazar sus barcos, siendo algunos muy nombrados como el ibicenco Antonio Riquer o Fabio Buccelli, este último «quien había estado al mando de la Armada nacional» y «no eran hombres de guerra, eran de escolta». [5]

LE COURSE ESPAGNOL AUX ÎLES BALÉARES

En ce qui concerne les îles Baléares, les corsaires au début du s. XIX ont travaillé pour le «Reial Consolat de Mar i Tierra», un organisme privé qui contrôlait le commerce et qui était en vigueur pendant 300 ans avant le déclenchement de la guerre d’Espagne.

Les corsaires insulaires des îles Baléares ont défendu les convois de navires, certains allant jusqu’à une centaine de navires, qui voyageaient de Majorque à Tarragone et Cadix chargés de riz, de légumineuses, de céréales, de canons, d’argent, de papier-monnaie ou de troupes pour approvisionner le Péninsule. Avec la fin de la guerre et par ordre royal, le déclin du «Consolat» a commencé, et des corsaires qui, faute de commerce, ont dû pour la plupart démolir leurs navires, certains d’entre eux étant bien connus, comme l’Ibizan Antonio Riquer ou Fabio Buccelli, ce dernier «qui avait commandé la Marine nationale» et «ce n’étaient pas des hommes de guerre, c’étaient des escortes». [5]

Relación orientativa de los días de ocupación por las tropas imperiales de las poblaciones y puertos costeros durante la guerra. En aquellas poblaciones con una ocupación más prolongada, se observa, lógicamente, una presencia más acusada de corsarios franceses y de buques de transportes para el aprovisionamiento de las tropas.
Relation indicative des jours d’occupation par les troupes impériales des villes et ports côtiers pendant la guerre. Dans les villes d’occupation plus longue, il y a, logiquement, une présence plus marquée de corsaires français et de navires de transport pour ravitailler les troupes

LA REGLAMENTACIÓN CORSARIA EN ESPAÑA

Durante los siglos anteriores surgieron diferentes reglamentaciones para regular la guerra de corso en España. Dentro del periodo que nos ocupa, a últimos del s. XVIII se promulgaría la Real Cédula de 1779, seguida de la Ordenanza del corso de 11 de Octubre de 1796, con la adición de 21 de mayo de 1799 y finalmente a principios del s. XIX, la Ordenanza de 20 de junio de 1801, que estará vigente durante la parte final del reinado de Carlos IV y durará hasta la Codificación (mediados s. XIX)

El buque corsario debía arbolar el pabellón del país beligerante y debía llevar la patente expedida por autoridad legítima. La actividad del buque estaba destinada a la visita (si era el caso) o captura de buques, incluso los neutrales que transportaran contrabando de guerra. Los efectos capturables no podían ser los personales de los tripulantes, al no tener la condición de comerciales. Por tanto, podemos hablar de 4 momentos en el encuentro de un buque corsario con su teórica presa: detención, visita del buque, pesquisas (averiguaciones) y ocupación de la mercancía o captura del buque, aunque esta última correspondiera a un buque de guerra en sentido estricto. Si había resistencia, se daba lugar a la lucha armada. [4]

LES REGLEMENTATIONS CORSAIRES EN ESPAGNE

Au cours des siècles précédents, différentes réglementations ont surgi pour réglementer la guerre corsaire en Espagne. Dans la période qui nous concerne, à la fin de l’art. XVIII l’arrêté royal de 1779 serait promulgué, suivi de l’ordonnance corsaire du 11 octobre 1796, avec l’ajout du 21 mai 1799 et enfin au début de l’art. XIX, l’ordonnance du 20 juin 1801, qui sera en vigueur pendant la dernière partie du règne de Charles IV et durera jusqu’à la codification (milieu du XIXe siècle)

Le navire corsaire devait battre pavillon du pays belligérant et porter le brevet délivré par l’autorité légitime. L’activité du navire visait à visiter (le cas échéant) ou à capturer des navires, y compris des navires neutres qui transportaient de la contrebande de guerre. Les effets qui pouvaient être captés ne pouvaient pas être les effets personnels des membres de l’équipage, puisqu’ils n’avaient pas le statut commercial. On peut donc parler de 4 moments dans la rencontre d’un navire corsaire avec sa proie théorique: détention, visite du navire, enquêtes (investigations) et occupation de la marchandise ou capture du navire, bien que cette dernière corresponde à un navire de guerre en sens strict. S’il y avait résistance, la lutte armée avait lieu. [4]

(1) Normalmente era gente del gremio de la mar, comerciantes o pescadores, que cuando estallaba una guerra decidían dedicarse al corso. Era una actividad completamente legal, que estaba incluso regulada por reales patentes concedidas por la Corona Española. Actuaban por un interés económico, pero también por motivaciones ideológicas, para defender al Rey de sus enemigos y de paso hacer caja. Todo el mundo salía ganando. [15]

(1) Normalement, il s’agissait de gens de la guilde de la mer, marchands ou pêcheurs, qui, lorsqu’une guerre éclatait, décidaient de faire la course. C’était une activité tout à fait légale, qui était même réglementée par des brevets royaux accordés par la Couronne espagnole. Ils agissaient par intérêt économique, mais aussi pour des motivations idéologiques, pour défendre le Roi de ses ennemis et, accessoirement, gagner de l’argent. Tout le monde gagnait. [15]

*Podían proveerse en los Arsenales y Almacenes Reales, siempre que no fueran de uso para la Armada y dando un plazo de 6 meses de pago si no podían pagara al contado.  

**Excepto personal de reserva en servicio del Rey o que estuviera actualmente en él.

***En el caso sobre todo de las embarcaciones neutrales, especialmente con las de las naciones cuyas banderas gozaran de inmunidades o privilegios fundados en los tratados o convenios hechos con ellas. Por RO 20.05.1806, se exceptuó también a los buques con pabellón norteamericano por regla general.

****También los corsarios podían acudir a los tribunales si no estaban de acuerdo con las sentencias.

*Ils pouvaient être fournis dans les Arsenaux et les Entrepôts Royaux, tant qu’ils n’étaient pas utilisés par la Marine et donnant un délai de paiement de 6 mois s’ils ne pouvaient pas payer comptant.

**Sauf les personnels de réserve au service du Roi ou qui y étaient actuellement.

*** Dans le cas surtout des navires neutres, en particulier ceux des nations dont les pavillons jouissent d’immunités ou de privilèges fondés sur des traités ou des accords conclus avec eux. Par RO 20.05.1806, les navires battant pavillon nord-américain étaient également exemptés en règle générale.

**** Les corsaires pouvaient également aller en justice s’ils n’étaient pas d’accord avec les peines.

PREMIOS POR LAS PRESAS Y PRISIONEROS QUE SE HICIEREN (art. 7º Ordenanza 20 junio 1801)
RÉCOMPENSES POUR LES BARRAGES ET LES PRISONNIERS QU’ILS FONT (art. 7 Ordonn. 20 juin 1801)
Rs. Vn*
Por cada cañón del calibre de á 12 ó mayor, tomado en bajel de guerra enemigo:
Pour chaque canon de calibre 12 ou plus, tiré d’un navire de guerre ennemi :
1.200
Por cada cañón de 4 á 12, ídem:
Pour chaque canon de 4 à 12, idem :
800
Por cada prisionero hecho en los buques de guerra:
Pour chaque prisonnier emmené sur des navires de guerre :
200
Si las embarcaciones fueren Corsarias, por cada cañón apresado de á 12, ó mayor calibre:
Si les navires étaient des corsaires, pour chaque canon capturé de calibre 12 ou supérieur :
900
En las mismas por cada uno de 4 á 12:
De même pour chacun de 4 à 12 :
600
Por cada prisionero:
Pour chaque prisonnier :
160
En los bajeles mercantes por cada cañón de á 12, ó mayor calibre:
Dans les navires marchands pour chaque canon de calibre 12 ou plus :
600
Por cada uno desde á 4 á 12:
Pour chaque canon de 4 à 12 :
400
Por cada prisionero:
Pour chaque prisonnier :
120
Rs. Vn* = 1 real de Vellón con un valor aproximado de 0,616 € (2014) / Rs. Vn* = 1 Real de Vellón d’une valeur approximative de 0,616 € (2014) [7]

LA REGLAMENTACIÓN CORSARIA EN FRANCIA

En el caso de Francia, que tenía una reglamentación de la guerra del corso similar a la española, la actividad estaba controlada por el “Conseil des Prises”, instituido por decreto del 6 de Germinal del Año VIII. Una vez comprobada la legalidad de la captura, antes de cualquier distribución, se deducía del 13 al 15% de la suma obtenida para diversos fines, incluido el 6% para Aduanas. El resto iba en una proporción de 2/3 a los armadores. Pero en principio sólo recibían su dinero en la liquidación general del crucero, mientras que la tripulación recibía 1/3 que les correspondía tras cada venta de captura, calificada como liquidación parcial. La escala era la siguiente: doce partes para el capitán, diez para el primer oficial, seis a ocho para los oficiales, dos a cuatro para el mayordomo, una y media para los marineros y media para los grumetes. [13]

RÉGLEMENTATION CORSAIRE EN FRANCE

Dans le cas de la France, qui disposait d’une réglementation de la guerre corsaire semblable à celle d’Espagne, l’activité était contrôlée par le «Conseil des Prises», institué par décret du 6 germinal de l’an VIII. Une fois la légalité des prises vérifiée, avant toute distribution, 13 à 15 % de la somme obtenue étaient prélevés à des fins diverses, dont 6 % pour la douane. Le reste est allé dans une proportion de 2/3 aux propriétaires. Mais en principe ils ne recevaient leur argent qu’à la liquidation générale de la croisière, alors que l’équipage recevait 1/3 qui lui correspondait après chaque vente de prise, qualifiée de liquidation partielle. Le barème était le suivant : douze parts pour le capitaine, dix pour le second, six à huit pour les officiers, deux à quatre pour le intendant, une et demie pour les matelots, et demie pour les mousses. [13]

– – – o – – –

“El corso era una inversión capitalista para los armadores y una forma de vivir con poco esfuerzo para los marineros”

Agustín Corrales Elizondo [4]

«La course était un investissement capitaliste pour les armateurs et un mode de vie sans effort pour les marins»

Agustín Corrales Elizondo [4]

¿Qué armamento llevaba un corsario? / Quelles armes portait un corsaire ?

Armamento que llevaba el jabeque corsario «Intrépido», según el inventario del 1 de agosto de 1813. AHT [1]

Artilleria, municiones, Armas Blancas y de Chispa

– 2 cañones de a 8 de hierro con 2 cureñas para ídem, 2 Banquetas, 2 Almohadas, 3 Astas con atacador y Lanada, 1 ídem con cuchara y sacatrapo.

– 41 Balas rasas de a 8, 4 Palanquines guarnecidos con vetas de cáñamo, 4 Planchadas de plomo, 2 Bragueros de gancho.

– 2 cañones de a 6 de hierro con 2 cureñas para ídem; 2 Banquetas; 2 Almohadas; 4 Palanquines guarnecidos con vetas de cáñamo; 2 Bragueros de gancho, 2 Astas con atacador y lanada, 1 Ídem con cuchara; 1 ídem con sacatrapo, 3 Espeques, 1 Pie de cabra.

– 49 Balas rasas de a 6, 29 Ídem de diferentes calibres, 18 saquillos de metralla del calibre de a 6, 1 Pasabalas de a 6, 1 Molde de madera para hacer cartuchos de a 6.

– 25 Cartuchos de a 6 llenos de pólvora, 200 Libras de pólvora en 2 barriles, 4 Guardacartuchos, 1 Cajón de embage, 5 ChiflesVII con agujas.

– 55 Libras de cuerda mecha, 150 libras de metralla suelta, 10 Paquetes de cartuchos de fusil con bala, 50 libras de balas de fusil; 2 Sacatrapos y rascador de fusil

– 1 Destornillador, 6 Botafuegos, 3 Cananas, 1 Mechera de hoja de lata, 8 trabucos, 28 fusiles, 16 Pistolas, 24 Sables, 27 Bayonetas, 1 Caja grande con cerradura y llave para poner las armas

– 200 Libras de jarcia trozada para tacos

Armement porté par le corsaire chébec «Intrépide», selon l’inventaire du 1er août 1813. AHT [1]

Artillerie, munitions, armes blanches et à étincelles

– 2 canons en fer 8 livres avec 2 affûts à canon pour le même, 2 tabourets, 2 oreillers, 3 hampes avec écouvillon et laine, 1 même avec cuillère et tire-bourre.

– 41 Balles rases de 8 livres, 4 Palanquins garnis de veines de chanvre, 4 Plaques de Plomb, 2 Fermes à Crochet.

– 2 canons en fer 6 livres avec 2 affûts pour le même; 2 bancs ; 2 oreillers ; 4 palanquins garnis de veines de chanvre ; 2 fermes à crochets, 2 hampes avec écouvillon et laine, 1 idem avec cuillère ; 1 idem avec tire-bourre, 3 Espeques, 1 Pied de chèvre.

– 49 balles rases de 6 livres, 29 Idem de différents calibres, 18 pochettes de metraille calibre 6 livres, 1 pasabalas calibre 6 livres, 1 Moule en bois pour fabriquer des cartouches 6 livres.

– 25 Cartouches de 6 livres pleines de poudre à canon, 200 Livres de poudre à canon dans 2 fûts, 4 Protège-cartouches, 1 Tiroir d’emballage, 5 SiffletsVII avec aiguilles.

– 55 livres de corde d’allumette, 150 livres de metraille lâche, 10 paquets de cartouches de fusil avec balle, 50 livres de balles de fusil ; 2 tire-bourres et grattoir du fusil.

– 1 Tournevis, 6 Boutefeus, 3 Cartouchières, 1 Allumette en Tôle, 8 Tromblons, 28 Fusils, 16 Pistolets, 24 Sabres, 27 Baïonnettes, 1 Grande boite avec serrure et clé pour mettre les armes

– 200 livres de gréement haché pour les queues


UN POCO DE LÉXICO

Bergantín. – Es la embarcación de dos palos (mayor y trinquete), con su bauprés, velas cuadradas, estáis, foques, etc.

Corsario. – El corsario actúa con una autorización escrita de su soberano, atacando a barcos enemigos o a neutrales con contrabando de guerra y librando sus presas a los tribunales de su país.

Falucho. – Su aparejo principal consiste en un solo palo muy inclinado hacia proa, en el cual se larga una vela latina.

Filibustero. – Los filibusteros o bucaneros atacaban a los buques del país enemigo, sin ningún permiso oficial, pero estando protegidos por el gobierno del Soberano contrario.

Jabeque. – Embarcación del Mediterráneo , que navega á vela y remo, tiene tres palos arbolados; el trinquete en latino, el mayor casi en candela y el mesana en cangrejo.

Laúd. – Embarcación pequeña , también del Mediterráneo , larga y angosta, semejante á un falucho, sin foque, aletas ni mesana. Usase también en la pesca. Algunos llevan un pequeño palo de mesana y un botalón para un foque.

Pirata.– El pirata, se encuentra en disposición de atacar a todo barco que se encuentre en su camino y no ha de rendir cuentas a ningún tribunal.

Polacra o Polacra goleta. – Barco de vela de dos palos, de una o dos piezas, sin cruzamiento y sin cofas, con vergas, pareados como los de los bergantines.

UN PEU DE LEXIQUE…

Brick. – C’est le bateau à deux mâts (grand-voile et misaine), avec son beaupré, ses voiles carrées, ses étais, ses focs, etc.

Corsaire. – Le corsaire agit avec une autorisation écrite de son souverain, attaquant des navires ennemis ou neutres avec de la contrebande de guerre et remettant ses prises aux tribunaux de son pays.

Felouque. – Son gréement principal est constitué d’un seul mât très incliné vers la proue, dans lequel une voile latine est larguée.

Flibustiers. – Les flibustiers ou boucaniers ont attaqué les navires du pays ennemi, sans aucune autorisation officielle, mais étant protégés par le gouvernement du souverain adverse.

Chébec. – Navire de la Méditerranée, qui navigue à la voile et à la rame, a trois mâts en bois ; le cliquet en latin, le major presque en candela et l’artimon en crabe.

Barque. – Petite embarcation, également méditerranéenne, longue et étroite, semblable à une felouque, sans foc, ni nageoires ni artimon. Également utilisé dans la pêche. Certains portent un petit mât d’artimon et une bôme de foc.

Pirate. – Le pirate est en mesure d’attaquer n’importe quel navire qui se trouve sur son chemin et n’a pas à rendre compte à un tribunal.

Goélette Polacra ou Polacra. – Bateau à voile à deux mâts, une ou deux pièces, sans traverse et sans hune, à vergues, appariées comme celles des brigantins.

– – – – – – o – – – – – –

IEl apoyo táctico al ejército de tierra imperial, la defensa costera, vigilancia del contrabando, transporte de víveres o minerales estratégicos y la evacuación de heridos. [2]

II«Ynsiguiendo las órdenes del Sor Gobernador de la Plaza de Rosas, hemos salido esta manana de aquel puerto, con el objeto de hacer el crucero de estas costas, para interceptar alguno de los buques ricamente cargados que segun noticia positiva de dicho caballero Gobernador, se proponen salir cuanto antes de Barcelona con destino a Francia» (Relación de José Bajandas, corsario de Palamós que operaba en la bahía de Rosas) [1]

IIIVilanova era un población poco frecuentada por los franceses excepto cuando pasaban a cobrar los impuestos sobre el que gravaban a la población. En el caso de que, por azar del destino, una embarcación llegara con su captura a puerto en aquel momento, los soldados también se apresuraban a apoderarse del botín, y el patrón tenía que volver a “comprar” su propia embarcación. [1]

IV«El capitán Jolm (sic) del bergantín inglés «Mentor», armado para el corso, anclado en la rada de Vilanova, manifestó, el 5 de diciembre de 1811, por medio de su intérprete Pere Farlet, comerciante de la villa, que habían finalizado amistosamente los tratos que el propio capitán había mantenido tocando a la captura que hizo, el día 3 del mismo más, del laúd de transporte llamado «San Antonio», de un arqueo de 8 toneladas, que patroneaba Sebastián Bas de matrícula de Vinaroz. El barco fue intervenido, en las aguas de la bahía de Vilanova, a 8 millas de tierra (unos 13 kilómetros). Pactaron que, abonándole 400 duros de plata (entre 4.000-5000 €), al capitán John, el laúd volvería a manos de los antiguos propietarios. El escribano de marina legalizó la operación. Otra operación fue la del comodoro Edward Codrington, como comandante del barco insignia de la flota británica «Blake», el día 31 de diciembre de 1812, que entregó en el Juzgado Real Militar de Marina, un laúd de transporte de un arqueo de 10 toneladas, para que fuera vendido y el importe resultante entregado al barón de Eroles. Este barco había sido también capturado en el puerto de Tarragona la noche del 27 de septiembre de 1812.» [1]

VUn descubrimiento realizado el 29 de julio de 2007, por una familia francesa que veraneaba en Denia, y que se mantuvo en el más absoluto sigilo, principalmente para evitar daños al yacimiento. Se trataba de los restos de un barco corsario hundido frente a las costas de Denia con cerca de un centenar de tripulantes en el año 1813, en plena Guerra de la Independencia. El hallazgo fue posible gracias a la familia francesa de los Marrel, que en una inmersión localizó los restos a unos 350 metros frente a la costa de les Marines y a tres metros y medio de profundidad, semienterrados por la arena. El padre, Julianne Marrel, lo puso en conocimiento del área municipal de Arqueología. El hallazgo se bautizó como el yacimiento arqueológico subacuático INVJASUB 811. Derelicte Orianne. Corsario francés Zefarin. Lleva el nombre de Orianne, la hija de Julianne Marrel, que lo descubrió entre la arena. [3]

VI13 y 14 de mayo de 1813
«Dia 13 = Se mantuvo hasta medio dìa frente à Denia y à cosa de las 2 se fuè hacia el mar, porque divisó al Corsario Zefarin francés que venìa costeando desde Valencia, hechò 4 botes al agua y le embistieron, la fragata no podia cubrir porque no havia viento, las 4 lanchas le hicieron embarrancar al corsario frente los molinos de Polart, la fragata se hizo ir à bordo cerca de ella dos parejas de Gandia, y una de Denia que pasavan por su frente y dos lauds que pasaron cargados de sal para Valencia para valerse de todos ellos en caso necesario; acudió tropa de Ondara y Denia à defender al corsario, y la gente de este juntamente con la tropa hicieron mucho fuego y las 4 lanchas tiraron muchos cañonazos y fusileria, este durò desde las 2 hasta las 7 de la tarde, en que parò totalmente el fuego, se dijo aquella noche que el barco del corsario havia quedado destrozado, y se havìan ahogado todos ò muchos de los marineros ò los havìan muerto, eran unos 100 de tripulación, y que soldos havian quedado muchos muertos y los otros se retiraron à Ondara, mañana se dirà; en este dia à las 8 de la mañana se llevaron algunos cajones de moneda de la Admon acompañados de guardas, y tropa y por la tarde à las 7 los señores de la ciudad hicieron pregon para que todos los vecinos acudiesen à pagar dentro del tercero dia la reparticion de carne que se havia hecho para contratación de raciones de carne.
Dia 14 = Estuvo la fragata toda la mañana à vista del corsario que estava bajo el agua casi todo, y trabajavan los marineros para ver si sacarian alguna cosa y sacaron un cañon que lo pusieron con su carreta detras de uno de los molinos para de allo hacer fuego en caso que viniesen las lanchas de la fragata, y à las 5 de la tarde se arrimó la fragata muy à tierra y tirò mas de 30 cañonazos al corsario y gente que trabajavan para ver si la sorprendian y la sacarian, el cañon de detrás del Molino tirò algunos cañonazos à la fragata pero no le hizo nada, y la fragata despues de haver ajuntado à los marineros y ver destrozado del todo el barco corsario, ser fuè hacia fuera.»

VIIFrasco de cuerno, cerrado con una boquilla, en el cual solía guardarse la pólvora fina para cebar las piezas de artillería. (RAE)

IAppui tactique à l’armée de terre impériale, défense côtière, surveillance de la contrebande, transport de vivres ou de minerais stratégiques et évacuation des blessés. [2]

II«Suivant les ordres du gouverneur de la Plaza de Rosas, nous avons quitté ce port ce matin, dans le but de faire la croisière de ces côtes, pour intercepter certains des navires richement chargés qui, selon des nouvelles positives dudit monsieur gouverneur , ils proposent de quitter Barcelone au plus vite pour la France» (Relation de José Bajandas, corsaire de Palamós qui opérait dans la baie de Rosas) [1]

IIIVilanova était une ville rarement fréquentée par les Français sauf lorsqu’ils allaient percevoir les impôts sur lesquels ils taxaient la population. Au cas où, par hasard, un bateau arriverait au port avec sa capture à ce moment-là, les soldats se précipiteraient également pour saisir le butin, et le patron devait à nouveau «acheter» son propre bateau. [1]

IV«Le capitaine Jolm (sic) du brick anglais «Mentor», armé pour la course, ancré dans la rade de Vilanova, déclara, le 5 décembre 1811, par l’intermédiaire de son interprète Pere Farlet, un marchand de la ville, qu’ils avaient conclu à l’amiable les affaires que le capitaine lui-même avait soutenu concernant la capture qu’il a faite, le 3 du même jour, du luth de transport appelé «San Antonio», pesant 8 tonnes, commandé par Sebastián Bas, immatriculé Vinaroz. Le navire est intervenu dans les eaux de la baie de Vilanova, à 8 milles de la terre (environ 13 kilomètres). Ils ont convenu qu’en payant 400 duros d’argent (entre 4.000 et 5.000 €) au capitaine John, le luth reviendrait aux mains des anciens propriétaires. Le notaire a légalisé l’opération. Une autre opération fut celle du commodore Edward Codrington, en tant que commandant du vaisseau amiral de la flotte britannique «Blake», le 31 décembre 1812, qui livra un luth de transport de 10 tonnes à la Royal Military Court of the Navy, de sorte qu’il fut vendu et le montant résultant livré au baron d’Eroles. Ce navire avait également été capturé dans le port de Tarragone dans la nuit du 27 septembre 1812.» [1]

VUne découverte faite le 29 juillet 2007 par une famille française qui passait l’été à Denia, et qui a été gardée dans le secret absolu, principalement pour éviter d’endommager le site. Il s’agissait des restes d’un navire corsaire coulé au large de Denia avec près d’une centaine de membres d’équipage en 1813, pendant la guerre d’Espagne. La découverte a été possible grâce à la famille française des Marrel, qui lors d’une plongée a localisé les restes à environ 350 mètres au large des Marines et à une profondeur de trois mètres et demi, à moitié ensevelis sous le sable. Le père, Julianne Marrel, a informé le domaine municipal d’archéologie. La découverte a été nommée site archéologique sous-marin INVJASUB 811. Derelicte Orianne. Le corsaire français Zefarin. Il porte le nom d’Orianne, la fille de Julianne Marrel, qui l’a découvert dans le sable. [3]

VI13 et 14 mai 1813

«Jour 13 = Il est resté jusqu’à midi devant Denia et vers 2 heures il s’est dirigé vers la mer, car il a repéré le corsaire français Zefarin qui venait le long de la côte depuis Valence, il a mis 4 bateaux à l’eau et ils l’a percuté, la frégate n’a pas pu couvrir Parce qu’il n’y avait pas de vent, les 4 bateaux ont fait échouer le corsaire devant les moulins Polart, la frégate a fait embarquer près d’elle deux couples de Gandia, et un de Denia qui passaient par son front et deux luths qui passaient chargés d’aller à Valence pour les utiliser tous si nécessaire; des troupes d’Ondara et de Denia sont venues défendre le corsaire, et son peuple avec les troupes a fait beaucoup de feu et les 4 bateaux tiré de nombreux coups de canon et de mousqueterie, cela a duré de 2 heures jusqu’à 7 heures de l’après-midi, lorsque le feu s’est complètement arrêté, on a dit cette nuit-là que le navire du corsaire avait été détruit, et tous ou plusieurs des marins s’étaient noyés ou ils était mort, il y avait environ 100 membres d’équipage, et que les soldats havian q J’ai eu beaucoup de morts et les autres se sont retirés à Ondara, demain on le dira ; Ce jour-là à 8 heures du matin, ils ont pris des caisses de monnaie à l’administration accompagnées de gardes et de troupes et l’après-midi à 7 heures, les seigneurs de la ville ont fait une proclamation pour que tous les habitants viennent payer dans le troisième jour le distribution de viande qui avait été faite pour contracter des rations de viande.
Jour 14 = La frégate était là toute la matinée en vue du corsaire qui était presque complètement sous l’eau, et les marins travaillaient pour voir s’ils sortiraient quelque chose et ils sortirent un canon qu’ils placèrent avec leur charrette derrière l’un des moulins pour qui font feu au cas où les lancements de la frégate arriveraient, et à 5 heures de l’après-midi la frégate s’est approchée du sol et a tiré plus de 30 coups de canon sur le corsaire et les gens qui travaillaient pour voir s’ils la surprendraient et la sortiraient, le canon de Derrière le Moulin, il tira quelques coups de canon sur la frégate mais n’y fit rien, et la frégate, après avoir rassemblé les marins et vu le navire corsaire complètement détruit, sortit.»

VIIJarre en corne, fermée par un embout buccal, dans laquelle de la poudre fine servait à amorcer les pièces d’artillerie. (RAE)


Fuentes:

1 – «Aproximació a l’activitat corsària, a les costes de la província marítima de Tarragona, durant la guerra del Francès» – Josep Maria Sanet  i Jové, Revista TAG, Setembre 2002

2 – «Deux modèles économiques de la course française dans l’Espagne occupée : Almería et Málaga (1810-1812)» – Jean-Marc Lafon, Revue d’Histoire Maritime nº 17, PUPS, 2013

3 – https://lamarinaplaza.com/2017/09/01/hallan-en-denia-los-restos-de-un-barco-corsario-frances-hundido-en-la-guerra-de-la-independencia/

4 – «Regulación del corso y la piratería marítimas» – Agustín Corrales Elizondo, “Piratería y Corso en la Edad Moderna”. XXIX Jornadas de Historia Marítima. Ciclo de Conferencias – IHCN, Marzo 2004

5 – https://www.ultimahora.es/noticias/cultura/2013/01/22/90420/investigador-publica-datos-ineditos-sobre-corsarios-locales.html

6 – «Defensa de costas» – Francisco de Francisco y Díaz, Establecimiento tipográfico del Colegio de Santiago, Valladolid, s. f.

7 – https://laramblacofradiera.blogspot.com/2014/07/el-valor-del-dinero-en-el-siglo-xvii.html

8 – https://www.lavozdegalicia.es/noticia/vigo/vigo/2015/05/10/corsarios-mar-vigo/0003_201505V10C9991.htm

9 – «El cors a l’Empordà durant la Guerra del Francès» – Gabriel Martin Roig, Revista del Baix Empordà / pàgina 6, 2010

10 – «La piratería y el corso en Flandes y el Cantábrico» – Enrique Otero Lana, “Piratería y Corso en la Edad Moderna”. XXIX Jornadas de Historia Marítima. Ciclo de Conferencias – IHCN, Marzo 2004

11 – «La Marina en la Guerra de la Independencia I» – XXXV Jornadas de Historia Marítima. Ciclo de Conferencias, IHCN, Octubre 2007

12 – «La Marina en la Guerra de la Independencia», Carlos Martínez Valverde (Cp. Navío), Editora Nacional, Madrid, 1974

13 – «Alger et les corsaires françaises 1808-1814» – Pierre Boyer, Navigation et migrations en Méditerranée, 1990, pages 377 à 390

14 –  «Les Corsaires et la Guerre Maritime» – Henry Brongniart, Augustin Challamel, Ed., Paris, 1904

15 – https://www.lavozdigital.es/cadiz/20100204/sociedad/corsarios-espanoles-dieron-mucha-20100204.html

16 – https://www.consorciomilitarmenorca.com/es/un-corsario-menorquin-a-principios-del-siglo-xix/

17 – «El cantábrico oriental en tiempos de Carlos IV (1788-1808): El corso y la defensa de la frontera marítima» – Irune Zabala Espinosa – https://www.euskonews.eus/0677zbk/kosmo67701es.html

18 – https://www.oroitza-histoire-d-hendaye.fr/Hendaye_1813.eB.htm

19 – «Vous irez porter le fer et la flamme : les corsaires français de la Révolution française et du Premier Empire en Caraïbe, 1793-1810″ – Myriam Alamkan, Matoury: Ibis rouge, c2015.

Imágenes:

a – https://www.artcurial.com/sites/default/files/lots-images/2017-12-06-21/2017_10378957_0.jpg, por Antoine Roux père Marseille, 1765 – 1835

b – By Ambroise Louis Garneray – Photo: © Teddy SeguinSource: http://www.culture.gouv.fr/Wave/image/joconde/0577/m021400_009601_1.jpg (Joconde), Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=167194

c – https://collections.rmg.co.uk/media/328/635/pw4766.jpg
Capt. Rogers of the Windsor Castle Packet of 150 Tons & only 28 Men Capturing the Le Jeune Richard French Privateer of 250 Tons & 92 Men (National Maritime Museum, Greenwich, London)
William Henry Brooke, 1 Oct 1807

d – By Berlinguero, Agustin (artist); Gasco (engraver); Rodriguez (engraver) – http://collections.rmg.co.uk/collections/objects/111490.html, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=67399147 – Spanish Sloop of 18 cannon under full sail. One of a series of 10 plates, of the classes and rates of all the ships that make up the Royal Navy of Spain, year 1807. (1932)

e – https://www.artcurial.com/sites/default/files/lots-images/2017-12-06-21/2017_10378957_0.jpg, por Antoine Roux père Marseille, 1765 – 1835

Los Brusi: Resistencia e imprentas durante la Guerra de Independencia

Tiempo de lectura: 25 minutos

El nombre de Brusi, va íntimamente ligado a la longeva existencia del «Diario de Barcelona«, en su momento uno de los decanos de la prensa española y europea y que fue publicado, con algunas interrupciones, entre los años 1792 y 2009. Antonio Brusi y su esposa Eulalia Ferrer fueron un poderoso binomio para la impresión de publicaciones de apoyo a la causa patriota en Cataluña como portavoz oficioso de la Junta Superior de la región y al mismo tiempo de soporte en el esfuerzo de guerra para la administración y el ejército con toda documentación que necesitase de su difusión en papel, tanto en varias zonas de Cataluña como en la distante isla de Mallorca. El apoyo a la causa y a Fernando VII, la habilidad empresarial y olfato comercial de Antonio Brusi, el infatigable apoyo y actividad de su mujer y sus siempre buenas relaciones con las autoridades del momento, le llevarían a desbancar, entre recelos y polémicas, a sus rivales más directos y lograr que una vez acabada la guerra, ser el único diario que pudo seguir con su actividad, ya que por Real Decreto: «que en vista del mal uso que se hace de la imprenta haciéndola servir para desahogos y querellas personales, quedan suspendidos todos los periódicos de España excepto la Gaceta y Diario de Madrid y el de Barcelona» (RD 4/1815). [5]

El matrimonio tuvo varios hijos (siete, de los cuales sobrevivieron dos niñas y un niño) y su descendiente, Antonio Brusi y Ferrer, primer marqués de Casa-Brusi, como empresario y periodista llevaría al ya famoso «Diario de Barcelona«, de un tono marcadamente conservador, a unas cotas de popularidad y difusión que solo harían que crecer en el futuro.

Izquierda: Una portada de la «Gazeta Militar y Política del Principado de Cataluña» del 19 de febrero de 1809. Impresa por Brusi en la calle Bajada del Rosario, en la ciudad de Tarragona, daba cuenta de los partes de Guerra remitidos al Secretario de Estado y del Despacho de Guerra, Antonio Cornel, de los movimientos de las tropas del Duque del Infantado desde Sta. Cruz de Almudéla, la carga de los buques que entraban en el puerto, tenía una «Copia del Suplemento de la gazeta del Gobierno en que se dan las noticias militares de nuestros Exércitos» y textos patrióticos, como: «Los esfuerzos del Patriotismo Español en la actual guerra hace 8 meses que se ven patentes: el amor á la Patria, aquel dulce amor que elevó á los Griegos y Romanos, y á los descendientes del gran Pelayo, y de los Alfonsos y otros Reyes de Castilla, Aragón, Navarra y Portugal, á un grado superior de gloria, se ve revivir hoy aun en aquellos que viven lejos de su Patria;…»

EL MATRIMONIO BRUSI-FERRER…¿O FERRER-BRUSI?

Antonio Brusi y Mirabent, nació en Barcelona en 1775, mientras que su mujer Eulalia Ferrer y Montserrat, nacería cinco años más tarde, en 1780, en la misma ciudad Condal. Antonio, que provenía de una familia acomodada de comerciantes, aprendió el oficio de librero e impresor de la mano de otro famoso impresor barcelonés de la época, Juan Francisco Piferrer, que imprimió en su taller multitud de publicaciones para la oligarquía administrativa y la élite de los gremios de la ciudad. El novel librero ya en 1798 había instalado su primera librería1 en Barcelona, en la calle Bajada de la Cárcel, esquina con la calle de la Frenería. Por su parte, Eulalia pertenecía a una familia de impresores y libreros, ya documentada desde el siglo XVII, y como heredera de su difunto padre a los 12 años recibió en herencia uno de los negocios de librería más importantes de la Barcelona de la época, Casa Ferrer, ubicado en la calle Libretería, 2 (hoy núm. 22).

Como solía pasar entre las familias pudientes de la época – donde los intereses económicos y de patrimonio eran una parte fundamental de las uniones, además de la proximidad de sus respectivos negocios – con el tiempo se llegó a la celebración de los esponsales de los herederos de ambas familias, Brusi y Ferrer, en el año 1799 (otras fuentes citan el año 1800 [7]). Uno de los capítulos matrimoniales que se querían establecer por parte de la família de la novia es que que Brusi tomaría el apellido Ferrer (al igual que la abuela de la novia hizo en 1732, aportando la fortuna familiar en su matrimonio con otro librero). Esta fórmula no sería aceptada por Brusi cuando se lo propusieron [5] (otras fuentes lo ven directamente como un incumplimiento del contrato por su parte [3] y [8]). Fuera como fuese, un año después llegaría el primer cambio ya que «la librería de Antonio Brusi que la tenía en la esquina de la Frenería y la tienen ahora en la misma Libretería la que seguirá en adelante con el nombre de los consortes Antonio Brusi y Ferrer». [5], señal que el rentable negocio era compartido por los dos cónyuges. Desde la primera publicación, que vería la luz en 1801 hasta prácticamente el inicio de la Guerra de la Independencia, el pie de imprenta era compartido por ambos apellidos.

LOS BRUSI EN LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA – EL DIARIO DE BARCELONA

1er número del «Diario de Barcelona»

El «Diario de Barcelona«, que iría indisolublemente unido en el tiempo a la familia Brusi y sus herederos, hasta conocerse popularmente como «El Brusi«, en realidad fue fundado y editado en su primer número de 1 de octubre de 1792, por Pedro Pablo Hudson de Lapazaran, un oficial de la Corona de origen napolitano que se había instalado en la Corte de Madrid. El mismo Hudson había solicitado por escrito al Ayuntamiento de Barcelona poder incluir en la cabecera del «Diario…» el escudo de la ciudad, como reafirmación de su denominación. Su sede se encontraba en la calle Palma de San Justo.

Hudson es considerado por muchos como uno de los primeros representantes del moderno periodismo, publicando durante 18 años un diario que no podía publicar notícias de actualidad – reservadas a las gacetas oficiales – pero si que fue precursor de un periodismo cultural, científico2 y de servicios, en ocasiones también se dedicó a la crítica literaria y entre 1793 y 1797 incluyó algunas partes con poemas con versos en catalán. Pero con la ocupación de Barcelona en 1808, el «Diario de Barcelona» se pone voluntariamente al servicio del invasor, antes de ser incautado y administrado directamente por las autoridades francesas en marzo de 1810, como «Diari del Gobern de Cataluña y de Barcelona«, bilingüe catalán-francés hasta septiembre, y como «Diario del Gobierno de Cataluña y de Barcelona«, bilingüe castellano-francés, hasta marzo de 1814. El hecho de editar e imprimir esos diarios oficiales3, determinaron que su fundador fuera considerado un colaboracionista con el enemigo a los ojos de la resistencia patriota.

Por su parte, desde el inicio de la guerra, Antonio Brusi, hombre marcadamente politizado y partidario de la lucha contra el invasor, recibía la correspondencia de los conspiradores anti-napoleónicos para intentar liberar la Barcelona ocupada por las tropas del general Duhesme, formando por tanto parte de los implicados. La policia iba detrás de la pista de los conspiradores y sus colaboradores y en algún momento, Antonio y Eulalia tuvieron que abandonar precipitadamente Barcelona para no ser arrestados y encarcelados. Marcharon hacia Tarragona, ciudad que no había sido ocupada aún por los imperiales y donde Antonio Brusi estableció una imprenta traída desde Barcelona e instalada en la Bajada del Rosario (más tarde destruida por los franceses en 1811), ofrecería sus servicios a las autoridades políticas y militares y, lo más importante, solicitó el permiso Real de impresión del «Diario de Barcelona«, lo que representó una hábil maniobra empresarial de cara al futuro.

Publicación en Mallorca en 1811.

El privilegio le sería concedido el 28 de octubre de 1809: «R.O. de la J. Suprema del Reino en la que atendiendo á que es francés el Editor del Diario de Barcelona se concede, para cuando nuestras armas hayan recobrado dicha ciudad la impresión del DIARIO DE BARCELONA A ANTONIO BRUSI, pudiendo sin embargo empezar a publicarlo desde luego donde se halle«; de ahí que los diarios editados por Brusi hasta ese momento llevarían otro nombre: primero la «Gaceta Militar y Política del Principado de Cataluña» [5], que sería el periódico de la Junta Suprema de Cataluña4, que se publicó del 23 de agosto de 1808 hasta 1814, con una breve interrupción en marzo de 1810, y con una periodicidad semanal, una «Gazeta de Cataluña» de la Diputación General de Cataluña que la sucedió, que duró al menos hasta 1815. [10] Pero al mismo tiempo comenzarían los litigios con otros impresores y libreros (una constante en la vida de los Brusi durante y después de la guerra), como con su antiguo maestro Juan F. Piferrer que le reclamaba el privilegio de impresión de la «Gazeta de Cataluña» que le había retirado el monarca Carlos IV en 1806. [5]

Durante toda la Guerra de la Independencia, Brusi permaneció al lado de la Junta Superior de Cataluña, sus autoridades y su ejército, imprimiendo desde diferentes sitios las publicaciones oficiales y llegando a obtener un certificado de “Buen patriota” en 1810. Estableció una imprenta ambulante con la que seguía a la Junta Superior en sus forzados traslados de sede (hasta doce) por causa de la guerra, editando sucesivamente en Villafranca del Penedés, Martorell, Sant Feliu del Llobregat, de nuevo Tarragona, Villanueva y la Geltrú, Manresa y otra vez Tarragona.

Cuando después de un asedio de casi dos meses la ciudad de Tarragona cayó en manos de las tropas de Suchet el 29 de junio de 1811, se activó la organización para que los Brusi pudieran huir y, a pesar de haber perdido casi la totalidad de la imprenta y sus accesorios, embarcarían hacia Mallorca5 después de la pérdida de la ciudad. A la llegada a las Baleares, su actitud será aún mucho más activa contra los franceses como lo demuestran muchas de sus publicaciones, pero también le sirve el hecho a la familia Brusi-Ferrer como un periodo para estabilizarse económicamente. Antonio Brusi monta una imprenta en Palma de Mallorca donde publican el «Diario de Palma» y donde junto con su mujer realizan parte de su vida social, ya que la imprenta, al parecer, era una «especie de reunión y entrevista de los refugiados catalanes». [5]

Ejemplar del 6 de junio de 1814

Antonio volvería varias veces Cataluña (entre enero y abril de 1812 viajó por varias poblaciones) para continuar sirviendo al gobierno con sus imprentas móviles y seguir la evolución de sus negocios y delegaciones6. Su mujer, Eulalia, quedó al frente del «Diario de Mallorca» y gracias a un poder general otorgado por Antonio a su mujer en 1811, le permitió a su vez otorgar poderes especiales en Mallorca, salvando la incapacidad legal que sufrían las mujeres casadas para actuar con plena eficacia jurídica en el tráfico comercial y mercantil en aquella época. Con la constitución de la Diputación de Cataluña, siguiendo su con su olfato empresarial, solicitaría en febrero de 1813 el cargo de Impresor Real.

La esposa, hermanos e hijos de Antonio Brusi regresarían finalmente a la Península en octubre de 1813. La guerra llega a su fin y en 1814 el general Copons, respetando el privilegio Real otorgado en su momento, autorizó a Brusi a publicar el «Diario de Barcelona», hecho que se produjo el día 6 de junio de 1814. Antonio Brusi obtiene de esta manera un lugar de privilegio en la sociedad barcelonesa lo que le habilita a acceder a los principales centros de decisión y pronto abrirá nuevos negocios en el año 1819: la fabricación de tipos y sería el introductor comercial de la litografía en España en 1820, que por privilegio Real se le permitirá explotar en exclusiva durante cinco años.

EPÍLOGO

Desgraciadamente, Antonio Brusi no disfrutaría de la nueva posición tan costosamente alcanzada ya que murió en Barcelona el 27 de octubre de 1821, víctima de la fiebre amarilla, dejando como herederos a su mujer, a su hijo Antonio y a sus hijas. A los 41 años, la heredera Eulalia Ferrer, convertida ahora en viuda Brusi, se vio al frente de un montón de actividades productivas y mercantiles (imprenta, publicación de un diario, establecimiento de fundición de letras, litografía y venta de publicaciones), además de llevar un hogar con cinco hijos menores.

Entre los años 1820 y 1830, la imprenta de Eulalia Brusi, viuda e hijos era con diferencia la más importante de las 36 que había en la ciudad de Barcelona. Uno de sus ahijados, Pablo Soler, sustituyó al difunto Brusi en la dirección del Diario, hasta el regreso del hijo primogénito de la familia de una prolongada estancia viajando por Europa (entre 1834 y 1836 viajó por Francia, Inglaterra, Bélgica, Suiza, Alemania, Austria, Rusia, Suecia y Dinamarca) y al ser designado por la Junta de Comercio de Barcelona para viajar también a París y Londres, singladura que finalizó en 1838, tomando por entonces las riendas del negocio.

Con apenas 700 suscriptores ese año, el nuevo director se rodeará de los mejores profesionales en la ciudad y logrará una profunda transformación de los contenidos del periódico que le llevarán a tener en 1865 más de siete mil suscriptores. Además la Casa Brusi fue durante años la proveedora principal del Estado y del Ayuntamiento en librería, papelería e impresión, con la excepción relativa del Trienio Constitucional, durante el cual se llevaría bien con los sectores liberales moderados, a pesar de su singladura anterior.

– – – – – – o – – – – – –

1«Antoni Brusi, maestro librero, ha abierto su nueva tienda de librería, situada en la Bajada de la Cárcel, esquina a la calle de Frenería, compuesta de libros de la mejor literatura, así estrangeros como nacionales. Publica lista de las obras«. (Diario de Barcelona del 29 noviembre de 1798) [5]

2«Husón relató la estancia en Barcelona por motivos de salud del Sr. Blanchard (El 7 de enero de 1785, Jean-Pierre Blanchard y John Jeffries cruzaron por primera vez el Canal de la Mancha en dirección Inglaterra-Francia en un globo inflado con hidrógeno), «uno de los primeros Aeronautas del Orbe», recordando que 22 años antes había iniciado sus ascensiones en globos aerostáticos y ya había realizado 59″ (1807). [7]

3La administración francesa publicó hasta 7 periódicos en 3 poblaciones – Barcelona, Gerona y Figueras – frente a otros 30 periódicos publicados en otras 10 poblaciones – además de Gerona – por las autoridades catalanas y algunos editores privados.

4Fue impreso sucesivamente en Tarragona, Vilafranca del Penedès, Martorell, Sant Feliu de Llobregat, Alicante, Valencia, Vilanova, Manresa, Vic y Berga. [10]

5Como recogen las fuentes, el embarque de los ciudadanos y militares de la caída ciudad fue todo lo accidentado que pudo ser en semejantes circunstancias, cuando todo el mundo quiso ponerse a salvo de los vencedores imperiales. Los domésticos se esforzaban por llevar los baules y mercancías de sus amos: «Un dependiente del impresor Brusi, a quien había sido confiado un gran talego lleno de monedas de oro, cayó al mar por haber zozobrado el bote que le conducía al barco. Unos marineros se echaron al agua y después de largos momentos de angustia fue sacado a salvo, ya sin sentido, pero abrazado fuertemente al depósito encomendado a su fidelidad.» [15]

6«[Durante la guerra] Brusi también trabajaba para la artillería de campaña, para el hospital, hacía los certificados, los vales para el racionamiento, guías, libros abecedario, circulares y ordenes del Estado Mayor, tablas de control de los soldados, de sus vestuarios y armamento, de los transportes, hospitales y estado y control de los alimentos, pasaportes, padrón de extranjeros, y un largo etcétera. Además por si fuera poco, encuadernaba y vendía papel.» [5]


Fuentes:

1 – «Cataluña y los inicios de la prensa periódica en España» – Jaume Guillamet, UPF (Barcelona), 2021, pp. 51-66,

2 – «Impressores i llibreteres a la Barcelona dels segles XVIII i XIX – Àngels Solà, Recerques 56 (2008), pp 91-129

3 – «Semblanza de Eulàlia Ferrer Montserrat, Viuda de Antonio Brusi Mirabent (Barcelona, 1780-1841)» – Marta Ortega Balanza, 2021, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes – Portal Editores y Editoriales Iberoamericanos (siglos XIX-XXI) – EDI-RED, en http://www.cervantesvirtual.com/obra/eulalia-ferrer-montserrat-viudad-de-antoni-brusi-mirabent-editora-impresora-barcelona-1780-1841-semblanza-1051409/

4 – «Las élites económicas barcelonesas. 1714-1919» – José Miguel Sanjuan Marroquin, Programa de Doctorando en Historia Económica, Universitat de Barcelona, 2018

5 – «Antoni Brusi Mirabent (1775-1821). De artesano a industrial» – Montserrat Comas i Güell, Biblioteca – Museu Balaguer (Vilanova i la Geltrú), DOSSIER: Aproximaciones a la Guerra de la Independencia, Jerónimo Zurita, 83. 2008: 85-108

6 – «Monarquía, imperios y pueblos en la España Moderna» – Actas de la IV Reunión Científica de la Asociación Española de Historia Moderna, Alicante, 27-30 de mayo de 1996, CAM, UA, A.E.H.M., 1997

7 – «Pedro Pablo Husón de Lapazarán. Els inicis del periodisme cultural i científic» – Jaume Guillamet i Lloveras (https://raco.cat/index.php/TreballsComunicacio/article/view/185/325459)

8 – http://www.edicions.ub.edu/premsa/blog.aspx?ed=202111&idn=84

9 – https://www.lavanguardia.com/vida/20161110/411762521336/una-exposicion-recorre-la-historia-del-diario-de-barcelona-desde-1792-a-2009.html

10 – https://www.enciclopedia.cat/gran-enciclopedia-catalana/gaceta-militar-y-politica-del-principado-de-cataluna

11 – «Del privilegi reial a Internet: El cicle històric de Diario de Barcelona» – Jaume Guillamet, UPF, Ponencia del proyecto de investigación “Catàleg històric general de la premsa en català”.

12 – https://dbe.rah.es/biografias/9213/antonio-brusi-y-mirabent

13 – «Barcelonines. 1001 històries» – Nuria Miret, L’ARCA, 2017

14 – «Els pobles del Gran Penedés al Brusi» – Manuel Bofarull i Terrades, 2015 (193638-Text de l’article-412448-1-10-20150714)

15 – «Mallorca durant el setge de Tarragona de 1811» – Román Piña Homs, Universitat de les Illes Balears, MRAMEGH, 25 (2015), 209-222

Imágenes:

a – https://ahcbdigital.bcn.cat/hemeroteca/visualitzador/ahcb-d016468

b – https://arca.bnc.cat/arcabib_pro/ca/inicio/inicio.do

La batalla de Molins de Rey (21 de diciembre de 1808)

Tiempo de lectura: 35 minutos.

Ya a pocas jornadas de las fiestas navideñas, rememoramos la batalla de Molins de Rey (Molino del Rey en el mapa de la batalla), que se dirimió hace 214 años a unos 20 km. de Barcelona, cerca del rio Llobregat. La batalla tomó el nombre de la localidad de Molins de Rey, aunque el verdadero lugar de la batalla estuviera más próximo a la Sant Vicenç dels Horts (St. Visens en el mapa de la batalla) en el lado opuesto del rio. Los meses anteriores, dicha zona ya había sido escenario de varios enfrentamientos entre las tropas del conde de Caldagués que defendían la Línea del Llobregat y las tropas francesas que salían desde la Barcelona ocupada por el general Duhesme y que a la postre quedarían bloqueadas en la capital catalana por las tropas del general en jefe español, Vives, hasta la llegada del 7º cuerpo de ejército de Gouvion Saint-Cyr el día 17 de diciembre de 1808.

Las tropas españolas mandadas por Teodoro Reding [el comandante en jefe, Juan Miguel Vives, se hallaba en Villafranca (Vilafranca del Panadés) a unos 30 km del puesto de mando español], circunstancia significativa en el inicio de la batalla, no solo por los retrasos en el envío de órdenes, sino que el propio Vives se presentó en el campo de batalla a las 10 horas de la mañana, con la batalla prácticamente decidida. Los soldados no tenían capotes ni barracas y soplaba un fuerte viento desde las montañas, llegando a nevar la noche anterior. La posición española era «buena» defensivamente a priori, pero con algunos inconvenientes serios, entre ellos que las tropas estaban distribuidas (divididas) entre dos colinas cortadas por sendos torrentes que dificultaban la visión del enemigo y las transmisiones de órdenes. Asimismo, las tropas de élite (Guardias y granaderos) estaban formadas para proteger la retirada prevista en su momento, y no intervinieron prácticamente en la batalla.

Por su parte el futuro mariscal Saint-Cyr con sus tropas franco-italianas, hizo gala de su buen oficio que ya había mostrado en Cardedeu y también mostraría en Valls, dos meses después. Rápidas (y ordenadas) transiciones de las tropas, evoluciones hacia el enemigo a menudo en columna también con batallones adelantados y un adecuado apoyo de la caballería, y eso sin un apoyo significativo de la artillería propia. Una vez desbordado el enemigo y puesto en fuga, la persecución de los fugitivos llegaría a las puertas de Tarragona y sellaría el destino del comandante en jefe español.

Hemos traducido el relato de la batalla del propio Saint-Cyr, que es una buena fuente que hemos tratado de profundizar/aclarar con algunas notas puntuales al final del texto, también contrastado con la versión de la batalla de Francisco X. Cabanes, por entonces alférez de las Reales Guardias Valonas y oficial de Estado Mayor. Asimismo os incluimos algunas fotografías de algunos lugares significativos en la batalla y un pequeño video de las evoluciones aproximadas en la batalla.

Quelques jours avant les fêtes de Noël, nous rappelons la bataille de Molins de Rey (Molino del Rey sur la carte de la bataille), qui s’est installée il y a 214 ans à environ 20 km. de Barcelone, près de la rivière Llobregat. La bataille tire son nom de la ville de Molins de Rey, bien que le lieu réel de la bataille soit plus proche de Sant Vicenç dels Horts (St. Visens sur la carte de la bataille) de l’autre côté de la rivière. Au cours des mois précédents, cette zone avait déjà été le théâtre de plusieurs affrontements entre les troupes du comte de Caldagués qui défendaient la ligne Llobregat et les troupes françaises qui avaient quitté Barcelone occupée par le général Duhesme et qui seraient finalement bloquées dans la capitale catalane par les troupes du général en chef espagnol Vives jusqu’à l’arrivée du 7e corps d’armée de Gouvion Saint-Cyr le 17 décembre 1808.

Les troupes espagnoles commandées par Teodoro Reding [le commandant en chef, Juan Miguel Vives, se trouvait à Villafranca (Vilafranca del Panadés) à environ 30 km du poste de commandement espagnol], une circonstance significative au début de la bataille, non seulement parce que des retards dans l’envoi des ordres, mais Vives lui-même est apparu sur le champ de bataille à 10 heures du matin, la bataille étant pratiquement décidée. Les soldats n’avaient ni manteaux ni casernes et un vent fort soufflait des montagnes, et il avait neigé la nuit précédente. La position espagnole était «bonne» défensivement a priori, mais avec de sérieux inconvénients, notamment le fait que les troupes étaient réparties (divisées) entre deux collines coupées par deux torrents distincts qui rendaient difficile voir l’ennemi et de transmettre des ordres. De même, les troupes d’élite (gardes et grenadiers) ont été formées pour protéger le retrait prévu à l’époque, et elles n’interviennent pratiquement pas dans la bataille.

De son côté, le futur maréchal de Saint-Cyr avec ses troupes franco-italiennes affiche ses bons offices, qu’il a déjà manifestés à Cardedeu et qu’il manifestera également à Valls deux mois plus tard. Transitions rapides (et ordonnées) des troupes, évolutions vers l’ennemi souvent en colonne également avec des bataillons avancés et un soutien adéquat de la cavalerie, et ceci sans un soutien significatif de leur propre artillerie. Une fois l’ennemi débordé et mis en fuite, la poursuite des fugitifs atteindra les portes de Tarragone et scellera le sort du commandant en chef espagnol.

Nous avons traduit le propre récit de la bataille de Saint-Cyr, qui est une bonne source que nous avons essayé d’approfondir/clarifier avec quelques notes spécifiques à la fin du texte, également en contraste avec la version de la bataille de Francisco X. Cabanes, à cette époque enseigne des Gardes Royales Wallonnes et officier d’État-Major. Nous incluons également quelques photographies de certains endroits importants et une petite vidéo de l’évolution approximative de la bataille.

«A la guerre, on ne doit jamais baser ses calculs sur les fautes que l’ennemi fera ; mais, au contraire, les établir en lui supposant de la raison et du bon sens. Alors on ne peut plus se tromper qu’à son propre avantage : autrement, il est difficile d’éviter les désastres où sont tombés ceux qui ont compté, pour réussir, sur les fautes de leurs adversaires.»

Mariscal Gouvion Saint-Cyr («Journal des Opérations de l’Armée de Catalogne en 1808 et 1809»)
Litografía de M.C. Langlois sobre la batalla (1826-30) / Lithographie de M.C. Langlois sur la bataille (1826-30)

LOS ANTECEDENTES / ANTÉCÉDENTS

Los españoles habían aprovechado esto para reunir a sus fugitivos y concentrar su ejército: esto era lo que se deseaba para combatirlos de nuevo, sin buscarlos demasiado lejos. Les hubiera gustado que se les diera más tiempo para facilitar la ejecución de las órdenes dadas a Lazan y Milans1 de incorporarse al ejército en el Llobregat; pero una mayor demora hubiera sido contraria a los intereses del ejército francés, y se acercó enseguida a combatir al ejército español, antes de la llegada de estas divisiones.

El enemigo se mostró tranquilo y confiado en la excelente posición que ocupaba; nadie temía que pensara en abandonarla durante la noche; porque ¿Dónde podría encontrar uno mejor? La de Ordal, que también había atrincherado, era buena, varios generales españoles la preferían, se dice, pero el general francés la consideraba muy inferior a la de Llobregat; en vez de cubrir, como éste, los caminos de Tarragona y Zaragoza, sólo defiende el de Tarragona; es más apretado; los movimientos allí no son tan libres; no ves muy bien las disposiciones que puede hacer el enemigo para atacarlo, mientras que en el Llobregat sólo puede ocultarte las que no quieres ver. Finalmente, la de Ordal tiene los inmensos inconvenientes de ser menos apta para el desarrollo de todas las armas, de carecer de agua, y de poder ser fácilmente flanqueada por San Sadurní y Martorell.

No sabíamos que a la hora de nuestra llegada los generales españoles estaban reunidos en consejo de guerra2, y que discutían la cuestión de saber si debían dejar la posición ocupada y retirarse a la de Ordal.

Nos parece que la opinión que casi prevaleció en el consejo de guerra de los generales españoles, es la que prevalece en casi todos los que se reúnen en semejantes circunstancias; uno siempre encuentra defectos y serias desventajas en la posición actual, mientras que otra más lejana parece tener, hasta el momento en que uno llega allí, sólo ventajas que desaparecen a su vez, en favor de una tercera más lejana aún.

Hemos visto repetirse tantas veces lo que acabamos de decir, que no podemos evitar sentir lástima por el general que ha tenido la desgracia de recurrir a un consejo de guerra, asistencia que, en vez de serle útil, casi siempre no hace más que aumentar su turbación e indecisión. Además, era demasiado tarde después de nuestra llegada al Llobregat para llevar a cabo un movimiento de retirada sin peligro: el general español sólo tuvo el tiempo estrictamente necesario para preparar una lucha que podía tener lugar de inmediato, y que se pospuso hasta la mañana siguiente sólo porque el general francés necesitó todo el día para completar la operación que proponía.

Al reconocer las disposiciones del enemigo, nos dimos cuenta de que esperaba vernos llegar por el hermoso puente del Molino del Rey; maniobramos para dejarlo con esta opinión, e incluso para confirmarlo en ella. Independientemente de la barricada y el parapeto ejecutados en la cola del puente, de las dos torres de mampostería que las defendían, así como de los dos grandes reductos colocados detrás y provistos de considerable artillería que hacían imposible la salida desde este puente, todavía había juntado la mayor parte de su artillería de campaña allí.

Chabran se colocó en Molino del Rey, para seguir llamando la atención del enemigo sobre este punto; tuvo que ocultar a sus tropas, todo lo que pudo, para que estuvieran menos expuestas al fuego de la artillería española que, siendo de gran calibre, les hubiera causado grandes sufrimientos; recibió, para el día siguiente, la orden de realizar los movimientos oportunos para hacer creer al enemigo que querían avanzar por el puente, sin dejarse ver demasiado, y colocar un cañón de cuatro en la salida de la villa de Molino, para convencer mejor al enemigo de que era el comienzo de una batería que se quería establecer allí, para proteger la salida, y hacerle dirigir gran parte de sus bocas a este punto de fuego; se recomendó al general Chabran que luego retirara esta pieza detrás de las casas, cuando estuviera demasiado desgastada por el fuego de los reductos, o para animar al enemigo con la persuasión de haberla desmontado; para comenzar de nuevo a mostrarla cuando ya no dispararan, y repetir esta maniobra hasta el momento en que viera la derecha y el centro del ejército español flanqueados y acorralados cerca del puente: entonces se le ordenó que avanzara con el vigor más grande, para tener una gran participación en el éxito que se esperaba para el día siguiente.

Cayó mucha nieve durante la noche; nuestros jóvenes reclutas, y especialmente los italianos, que formaban la mayor parte del ejército, y la mayoría de los cuales no tenían capotes, encontraban el vivaque muy duro, la madera escasa y las noches, las más largas del año.

Les Espagnols en avaient profité pour réunir leurs fuyards et concentrer leur armée : c’est ce qu’on avait désiré pour les combattre de nouveau, sans les aller chercher trop loin. Ils auraient bien voulu qu’on leur laissât plus de temps pour faciliter l’exécution des ordres donnés à Lazan et à Milans1 de rejoindre l’armée sur le Llobregat ; mais un plus long délai eût été contraire aux intérêts de l’armée française, et elle s’approcha de suite pour combattre l’armée espagnole, avant l’arrivée de ces divisions.

L’ennemi paraissait rassuré et confiant dans la belle position qu’il occupait ; on ne craignit pas qu’il songeât à l’abandonner durant la nuit ; car où pouvait-il en trouver une meilleure? Celle d’Ordal qu’il avait aussi retranchée était bonne, plusieurs officiers-généraux espagnols la préféraient, dit-on, mais le général français la jugeait bien inférieure à celle du Llobregat ; au lieu de couvrir, comme cette dernière, les routes de Tarragone et de Saragosse, elle ne défend que celle de Tarragone ; elle est plus resserrée; les mouvements n’y sont pas aussi libres; on n’aperçoit pas aussi bien les dispositions que l’ennemi peut faire pour l’attaquer, tandis que sur le Llobregat il ne peut vous cacher que celles que vous ne voulez pas voir. Enfin celle d’Ordal a les inconvénients immenses d’être moins propre au développement de toutes les armes, de manquer d’eau, et de pouvoir être facilement tournée par San Sadurni et Martorell.

Nous ignorions qu’au moment de notre arrivée, les généraux espagnols fussent assemblés en conseil de guerre2, et qu’ils discutassent la question de savoir si l’on quitterait la position occupée pour se retirer sur celle d’Ordal.

Il nous semble que lavis qui faillit prévaloir dans le conseil de guerre des généraux espagnols est celui qui prévaut dans presque tous ceux qu’on assemble en pareille circonstance ; on y trouve toujours des défauts et des inconvénients graves à la position présente, tandis qu’une autre plus éloignée ne paraît avoir jusqu’au moment où on y arrive que des avantages qui disparaissent à leur tour, en faveur d’une troisième plus en arrière encore.

Nous avons tant vu se répéter ce que nous venons de dire, que nous ne pouvons-nous empêcher de plaindre le général assez malheureux pour recourir à un conseil de guerre, assistance qui, au lieu de lui être utile, ne fait presque toujours qu’augmenter ses embarras et son indécision. Au reste, il était trop tard après notre arrivée sur le Llobregat, pour exécuter sans danger un mouvement de retraite : le général espagnol n’avait plus que le temps strictement nécessaire afin de se préparer à un combat qui pouvait avoir lieu de suite, et qui ne fut remis au lendemain matin que parce que le général français avait besoin de la journée entière pour compléter l’opération qu’il se proposait.

En faisant la reconnaissance des dispositions de l’ennemi, on s’aperçut qu’il s’attendait à nous voir arriver par le beau pont de Molino del Rey ; on manœuvra pour le laisser dans cette opinion, et même pour l’y confirmer. Indépendamment de la coupure et de l’épaulement exécutés à la queue du pont, des deux tours, en maçonnerie qui les défendaient, ainsi que les deux grandes redoutes placées en arrière et garnies d’une artillerie considérable qui rendait le débouché de ce pont impossible, il y avait encore aggloméré la majeure partie de son artillerie de campagne.

Chabran fut placé à Molino del Rey, pour continuer d’attirer l’attention de l’ennemi sur ce point ; il devait masquer ses troupes, autant qu’il le pourrait, pour qu’elles fussent moins exposées au feu de l’artillerie espagnole qui, étant de gros calibre, les aurait fait beaucoup souffrir; il reçut, pour la journée du lendemain, l’ordre d’exécuter les mouvements propres à laisser croire à l’ennemi qu’on voulait déboucher par le pont, sans trop se découvrir, et de placer une pièce de quatre à la tête du village de Molino , de manière à mieux convaincre l’ennemi que c’était le commencement d’une batterie que l’on voulait y établir, pour protéger le débouché, et à lui faire diriger sur ce point une grande partie de ses bouches à feu; on recommandait au général Chabran de retirer ensuite cette pièce derrière les maisons, quand elle serait trop fatiguée par le feu des redoutes, ou pour encourager l’ennemi par la persuasion de l’avoir démontée ; de recommencer à la montrer quand il ne tirerait plus, et de répéter cette manœuvre jusqu’au moment où il verrait la droite et le centre de l’armée espagnole tournés et acculés près du pont: il lui était enjoint de déboucher alors avec la plus grande vigueur, afin d’avoir une grande part au succès que l’on espérait de la journée du lendemain.

Il tomba, dans la nuit, beaucoup de neige ; nos jeunes conscrits, et surtout les Italiens, qui formaient la majeure partie de l’armée, et dont la plupart n’avaient point de capotes, trouvèrent le bivouac fort dur, le bois étant rare et les nuits les plus longues de l’année.

[nº 1] Ayuntamiento de Sant Feliu de Llobregat. En esta población se ubicó el cuartel general de Saint-Cyr el día 20 de diciembre. / Mairie de Sant Feliu de Llobregat. Le quartier général de Saint-Cyr était installé dans cette commune le 20 décembre.
[nº 1] La Iglesia Catedral de San Lorenzo en la misma plaza del ayuntamiento. Datada en el s. XIX, fue destruida en 1936 y reconstruida en 1955. / L’église cathédrale de San Lorenzo sur la même place que la mairie. Daté dans le s. XIX, il fut détruit en 1936 et reconstruit en 1955.
[nº 2] El rio Llobregat, en un punto muy cercano al vado de paso de las tropas franco italianas. Es de suponer que el paisaje no habrá variado mucho a excepción de los viaductos superiores de las autovías. / La rivière Llobregat, en un point très proche du passage à gué des troupes franco-italiennes. Vraisemblablement, le paysage n’aura pas beaucoup changé à l’exception des viaducs supérieurs des autoroutes.
Vista al sudeste desde el camino a la Ermita de San Antonio / Vue vers le sud-est depuis la route de l’Ermitage de Saint Antoine.
[nº 3] Ermita de San Antonio (1664), reconstruida en 1958. (St. Antoine en el mapa de la batalla) / Ermitage de Saint Antoine (1664), reconstruit en 1958. (St. Antoine sur la carte de la bataille).
[nº 3] Vista hacia el noroeste, desde la Ermita de San Antonio. Las tropas españolas estaban ubicadas en las alturas cercanas a Sant Vicenç del Horts (S. Visens en el mapa) y frente al puente de Carlos III. / Vue vers le nord-ouest, depuis l’Ermitage de Saint Antoine. Les troupes espagnoles étaient situées sur les hauteurs près de Sant Vicenç del Horts (S. Visens sur la carte) et devant le pont du Charles III ou des Quinze arcades.

LOS COMANDANTES Y SUS TROPAS / LES COMMANDANTS ET LEURS TROUPES

Teodoro Reding (3.7.1755 Schwyz – 23.4.1809 Tarragona)

Teniente general del Ejército español y capitán general de Cataluña. / Lieutenant général de l’armée espagnole et capitaine général de Catalogne.

Durante su dilatado servicio participó en todos los conflictos bélicos que España vivió en su época como la Guerra contra la Convención y la Guerra de la Independencia. Alcanzó el empleo de capitán propietario de su compañía el 29 de octubre de 1772 (a los diecisiete años). Llegaría a teniente coronel, pero cuando murió el padre en 1794, se fue a Schwyz para hacerse cargo de la dirección de la familia. En 1798 acaudilló la sublevación de algunos cantones contra Napoleón. En 1801 fue nombrado primer Landamman (presidente de la Dieta) de Suiza. Vuelto a España, en 1808 con sus tropas que formaban parte del ejercito del general Castaños, venció al general francés Dupont en la batalla de Bailén. Se le concedió el ascenso a teniente general. Posteriormente se desplazó con su división para formar parte del ejército de la derecha o de Cataluña. Tras la renuncia del general Vives fue nombrado capitán general de Cataluña. Intentó reconstruir el ejército tras los reveses sufridos en Cardedeu y Molins de Rey, pero el 25 de febrero de 1809 fue vencido y herido en la batalla de Valls. Restablecido en marzo, cayó enfermo por una infección y murió el 23 de abril en Tarragona.

Au cours de son long service, il a participé à toutes les guerres que l’Espagne a connues à son époque, comme la guerre contre la Convention et la guerre d’Espagne. Il accède au poste de capitaine-propriétaire de sa compagnie le 29 octobre 1772 (à dix-sept ans). Il deviendra lieutenant-colonel, mais à la mort de son père en 1794, il se rend à Schwyz pour prendre la direction de la famille. En 1798, il dirigea le soulèvement de certains cantons contre Napoléon. En 1801, il est nommé premier Landamman (président de la Diète) de Suisse. De retour en Espagne, en 1808 avec ses troupes qui faisaient partie de l’armée du général Castaños, il vainquit le général français Dupont à la bataille de Bailén. Il est promu lieutenant-général. Plus tard, il s’est déplacé avec sa division pour faire partie de l’armée de droite ou de Catalogne. Après la démission du général Vives, il est nommé capitaine général de Catalogne. Il tente de reconstruire l’armée après les revers subis à Cardedeu et Molins de Rey, mais le 25 février 1809, il est vaincu et blessé à la bataille de Valls. Rétabli en mars, il tomba malade d’une infection et mourut le 23 avril à Tarragone.

Laurent de Gouvion Saint-Cyr (13.4.1764 Toul – 17.3.1830 Hyères)

General y posteriormente mariscal del Imperio, conde y marqués. / Général puis maréchal d’Empire, comte et marquis.

Su declarado enemigo, MacDonald, resumió su persona en respuesta a la pregunta de Luis XVIII acerca de si era un perezoso: ”No estoy al tanto de ello”, dijo el Duque de Tarento, y siguió: «Él es un hombre de gran capacidad militar, firme, honesto, pero celoso del mérito de otros. En el ejército se le considera como un ”mal compañero de viaje”. De la manera más fría posible permitió a sus compañeros ser golpeados, sin tratar de ayudarlos, y luego los criticó después. Pero esta opinión, no es poco común entre los soldados, es quizás exagerada, y es admitido que posee una gran calma y grandes capacidades».

Son ennemi déclaré, MacDonald, résumait sa personne en réponse à la question de Louis XVIII de savoir s’il était paresseux : « Je n’en ai pas conscience », dit le duc de Tarente, poursuivant : « C’est un homme d’une grande capacité militaire, ferme, honnête, mais jaloux du mérite des autres. Dans l’armée, il est considéré comme un «mauvais compagnon de route». De la manière la plus froide possible, il a laissé battre ses compagnons, sans chercher à les aider, puis les a critiqués plus tard. Mais cette opinion, assez courante chez les militaires, est peut-être exagérée, et l’on admet qu’il possède un grand calme et de grandes capacités.»

En su momento ya tratamos la biografía de Gouvion Saint-Cyr en / A l’époque on traitait déjà de la biographie de Gouvion Saint-Cyr dans:

– Laurent de Gouvion Saint-Cyr, mariscal del imperio, conde y marques (I)

EJÉRCITO ESPAÑOL DE CATALUÑA (14.000 aprox.) [1] (s/Sañudo)

  • División Reding [Regimiento 1º de Granada (2 b), Regimiento de Baza (2 b), Regimiento de Almería (2 b)]
  • División Conde de Caldagués [Regimiento de Soria, Regimiento 2º de Saboya, Voluntarios de Palma]
  • División Gregorio Laguna (ó Cuadrado) [Regimiento Provincial Granaderos de Castilla La Vieja y Regimiento Provincial Granaderos de Castilla La Nueva]
  • División Gómez de Laserna [Regimiento de Granada, Voluntarios de Tarragona]
  • Brigada Caballería (De Witte) [Húsares de Granada, Caballería de línea de Santiago]
  • Reserva* [Granaderos, Guardias Españolas y Valonas]
  • Artillería [25 cañones medios y ligeros en 4-5 baterías y 8 cañones pesados]

* Estaban destinados a cubrir la prevista retirada del ejército, formados en línea en el Camino Real. / Ils étaient destinés à couvrir le retrait prévu de l’armée, formées en ligne sur le Camino Real.

7º CUERPO DE EJÉRCITO IMPERIAL (21.500 aprox.) [1] (s/Oman)

  • División Souham [Regimientos Ligeros 1º y 2º, Regimientos de Línea 7º, 42º y 67º y Regimiento 24º de dragones]
  • División Pino [Regimientos Ligeros italianos 1º y 2º, Regimientos de Línea italianos 4º, 5º y 6º y 7º y Regimiento 7º de dragones italianos]
  • División Chabot [Regimiento de Línea 2º napolitano y Cazadores de los Pirineos Orientales y Regimiento de Reales Cazadores italianos]
  • Division Chabran [Regimiento 2º suizo y Regimientos de Línea 2º, 7º, 10º, 37º, 56º y 93º y Regimiento provisional 14º de coraceros ]
  • Artillería: [probablemente sobre 2 baterías que interviniesen, aparte el parque de artillería salido de Barcelona que no intervino, situado en la orilla derecha del Llobregat]

Nota: «Tomó en seguida el mando de la derecha el brigadier Gómez de Laserna, el mariscal de campo Cuadrado el de la izquierda, el coronel Silva y el teniente coronel José Bodet el de la columna que compuesta de 2.000 hombres todos granaderos, guardias españolas y valonas, se había mandado formar en masa en el camino real, al objeto de cubrir la retirada á todos los cuerpos de la derecha y de la izquierda, pasó á mandar la caballería el mariscal de campo de De Witte, la retaguardia el coronel Desvalls, y el conde de Caldagués permaneció con todo el Estado Mayor en uno de los reductos del camino al lado del general Reding.» [2]

Remarque: « Immédiatement le brigadier Gómez de Laserna prit le commandement de la droite, le mariscal de campo Cuadrado celui de gauche, le colonel Silva et le lieutenat-colonel José Bodet celui de la colonne qui, composée de 2.000 hommes, tous grenadiers, gardes espagnols et wallons, avait commandé de former en masse sur le Chemin Royale, afin de couvrir la retraite de tous les corps à droite et à gauche, le mariscal de campo De Witte vint commander la cavalerie, le colonel Desvalls l’arrière-garde, et le comte de Caldagués il resta avec tout l’Ètat-major dans un des redoutes sur la route à côté du général Reding. [2]

Mapa con las disposiciones iniciales de los dos ejércitos, basado en el original del Atlas de las Operaciones en Cataluña del mariscal Gouvion Saint-Cyr en 1808 y 1809. También señalamos la posición de las fotografías del reportaje que acompaña al artículo. / Carte avec les dispositions initiales des deux armées, d’après l’original de l’Atlas des opérations en Catalogne du maréchal Gouvion Saint-Cyr en 1808 et 1809. Nous indiquons également la position des photographies dans le rapport qui accompagne l’article.
[nº 4] Vista hacia el sur desde la Riera de Torrellas, en la montaña donde se ubicaba el extremo del ala española y objeto del ataque de las tropas de la brigada italiana del general Jacques Fontane (llamado Fontana). / Vue au sud depuis la Riera de Torrellas, sur la montagne où se trouvait l’extrémité de l’aile espagnole et l’objet d’attaque par les troupes de la brigade italienne du général Jacques Fontane (appelé Fontana).
[nº 5] Plaza de la Vila en Sant Vicenç dels Horts, frente al Ayuntamiento. / Carré de la Vila à Sant Vicenç dels Horts, devant la mairie.
[nº 6] Vista hacia el norte, a los pies del cerro Castellar donde se situaba la 1ª línea española y algunas piezas de artillería. / Vue vers le nord, au pied de la colline de Castellar où se trouvaient la 1ère ligne espagnole et quelques pièces d’artillerie.
[nº 6] Camino de la fuente de San José (hoy desaparecida), con las posiciones españolas (foto anterior) a la izquierda. / Chemin vers la fontaine du Saint Joseph (aujourd’hui disparue), avec les positions espagnoles (photo précédente) sur la gauche.
[nº 6] Torrentera que discurre al pie de la posición, en la derecha de la foto anterior. / Torrent qui coule au pied de la position, à droite de la photo précédente.

EL INICIO Y DESARROLLO DE LA BATALLA / LE DÉBUT ET LE DÉVELOPPEMENT DE LA BATAILLE

Al día siguiente, 21 de diciembre, de madrugada, es decir, a las siete de la mañana, la división de Pino cruzó el Llobregat por el vado, frente a San Feliu, y perpendicular a la derecha del enemigo, mientras el general Souham cruzaba este río por otro vado cerca de San Juan Despí. Tan pronto como el general español notó este movimiento, se dio cuenta del error que había cometido al reunir todos sus recursos frente al puente de Molino del Rey, mientras que había varios vados en el río más abajo, uno de los cuales estaba especialmente mal guardado. Tenía la mayor ansiedad por su derecha, que vio en el aire y a punto de ser flanqueada. Fontane, con la primera brigada de la división Pino, se instaló en las alturas de Llors3 y Santa Coloma, que el enemigo defendía débilmente; y se apresuró a ceder para rectificar su posición, y ponerla en relación con nuestro movimiento ofensivo, que no había previsto: nada hubiera gustado más a Fontane que aprovechar este momento para seguir el ataque por la derecha del ejército español; pero su brigada, al tener que cubrir y proteger el paso del resto de la tropa, se vio obligada a tomar posición en la meseta de Llors. La segunda brigada de Pino, comandada por Mazuchelli, siguió el movimiento de la primera, y se colocó al pie de los altos de Llors y Santa Coloma, enmascarada, en columna, y lista para avanzar.

El general Chabot, con sus tres batallones, cruzó entonces el mismo vado y se colocó a la izquierda del general Pino. Un batallón de vélites4 italianos, que habían sido traídos de Barcelona, para ser utilizados en caso de necesidad, permanecieron en la margen derecha, cerca del vado de San Feliu, para custodiar la artillería y la impedimenta: Souham, que había subido la margen derecha del Llobregat desde San-Juan Despí, vino a apoyar a su izquierda contra la división de Pino, formando la suya en dos columnas de ataque. Antes de su llegada, Chabot, teniendo más distancia por recorrer, ya había sido dirigido de tal manera que volviera a la derecha del enemigo en la nueva posición que acababa de tomar. El enemigo, viendo este movimiento, se creyó obligado a extender su línea de batalla, y al extenderla la debilitó y facilitó nuestro ataque.

La segunda brigada de Pino, Mazuchelli, siguió el movimiento de Chabot, presionando hacia la izquierda, y formó la segunda columna de ataque. La de Fontane estaba, como hemos dicho más arriba, destinada a permanecer en reserva. Las dos brigadas de Souham siguieron el movimiento de la de Mazuchelli y subieron juntas, en cuanto recibieron la orden, en la montaña sobre la que se encontraba la derecha del ejército español.

La gran seguridad que el enemigo había mostrado el día anterior, a nuestra llegada; la tranquilidad que aún conservaba al ver un movimiento tan decidido y ofensivo; la precisión y el orden con que acababa de rectificar su posición, todo hacía creer que estaba bien resuelto, y que estaba decidido a vengarse de la batalla de Cardedeu5.

A medida que se acercaban nuestras columnas, los españoles les disparaban por filas, pelotones y batallones, que anunciaban más instrucción de la que se les suponía, pero que eran del todo inútiles, porque todavía estábamos fuera de su alcance. Un poco más tarde ejecutaron, con pocas tropas y gran precisión, un finísimo cruce de línea, adelantado, pero igualmente inútil. Luego partieron para cargarnos con bayonetas; admirando su semblante, redoblamos el paso para acortar su camino; pero, en el momento de juntarnos con ellos, y cruzar la bayoneta, dieron media vuelta, huyeron y revivieron la derrota de Cardedeu, después de haber disparado unas andanadas de fusilería de sus reservas, aunque nosotros luchábamos sólo con la primera línea este fuego ejecutado tan a destiempo, hirió a mucha de su gente, y aumentó el desorden. La derecha del enemigo, vuelta por Chabot con sus napolitanos, fue, como habíamos propuesto, echada hacia atrás, por detrás de su centro, y ésta, atacada por la brigada de Mazuchelli y la división francesa de Souham, fue echada hacia atrás a su izquierda: de modo que todo juntos, atropelladamente y en la mayor confusión, fueron conducidos de vuelta al puente del Molino del Rey, quedando cortadas sus comunicaciones de retirada: la de Villafranca por Chabot, la de Martorell por Chabran, mediante un destacamento que había hecho pasar por un vado que estaba encima del puente.

Si Chabran hubiera avanzado en este momento, dos tercios del ejército enemigo habrían quedado en nuestras manos o habrían sido destruidos. Desde la parte del puente en su poder vio este desorden sin moverse, y no emergió hasta el momento de la llegada de las tropas de Souham al puente; demasiado tarde para que este éxito fuera completo, como lo habríamos obtenido si hubiera cedido antes a las solicitudes del general Rey.

Sólo las tropas españolas en el mundo son capaces de salir de allí. ¿Pero cómo lo han hecho? Arrojando vergonzosamente sus armas, y abandonando todo en su equipación que pudiera impedir su carrera o entorpecer su paso por bosques, rocas, etc., etc. Sin embargo, no habrían logrado desaparecer así en medio de las dificultades de su situación, si Chabran hubiera avanzado con tiempo suficiente en el puente del Molino del Rey.

Chabran persiguió entonces a los enemigos en dirección a Igualada, hasta Martorell, donde tomó posición; Chabot hasta San Sadurní, y el resto de la tropa, por la carretera general de Tarragona, hasta Villafranca, donde se estableció el cuartel al día siguiente; Souham estableció el suyo en el Vendrell, sus tropas en la margen izquierda del Gaya, después de haber perseguido a los fugitivos hasta las puertas de Tarragona: el día 22, Pino tomó posición en Villafranca, Villanova y Sitges.

Durante tal asunto y una persecución de quince horas, sólo se pudo lograr de mil a mil doscientos prisioneros, entre los que se encontraban el general Caldagués, al mando del ala derecha del ejército6, su jefe de Estado Mayor, los coroneles Silva, Desvalls y O’Donovan, seis tenientes coroneles y otros oficiales en proporción.

Le lendemain, 21 décembre, à la pointe du jour, c’est-à-dire, à sept heures du matin, la division Pino traversa le Llobregat au gué, en face de San Feliu, et perpendiculairement à la droite de l’ennemi, dans le temps que le général Souham traversait cette rivière à un autre gué près San Juan Despí. Aussitôt que le général espagnol aperçut ce mouvement, il sentit la faute qu’il avait faite d’agglomérer tous ses moyens devant le pont de Molino del Rey, tandis qu’il y avait sur la rivière plusieurs gués au-dessous, dont un surtout trop faiblement gardé. Il eut les plus grandes inquiétudes pour sa droite, qu’il voyait en l’air et près d’être tournée. Fontane, avec la première brigade de la division Pino, s’établit sur les hauteurs de Llors3 et de Santa Coloma, que l’ennemi défendit faiblement; et se hâta de céder pour rectifier sa position, et la mettre en rapport avec notre mouvement offensif, qu’il n’avait point prévu : Fontane n’eût pas demandé mieux que de profiter de ce moment pour suivre l’attaque de la droite de l’armée espagnole; mais sa brigade, devant couvrir et protéger le passage du reste des troupes, fut obligée de prendre position sur le plateau de Llors. La deuxième brigade de Pino, commandée par Mazuchelli, suivit le mouvement de la première, et vint se placer au pied des hauteurs de Llors et Santa Coloma, masquée, en colonne, et prête à déboucher.

Le général Chabot, avec ses trois bataillons, passa ensuite le même gué, et vint se placer à la gauche du général Pino. Un bataillon de vélites4 italiens, que l’on ‘avait fait venir de Barcelone, pour s’en servir si cela devenait nécessaire, resta sur la rive droite, près du gué de San-Feliu, pour garder l’artillerie et les équipages : Souham qui, de San Juan Despí avait remonté la rive droite du Llobregat, vint appuyer sa gauche à la division Pino, la sienne étant formée en deux colonnes d’attaque. Avant son arrivée, Chabot, ayant plus de chemin à faire, avait déjà été dirigé de manière à tourner la droite de l’ennemi dans la nouvelle position qu’elle venait de prendre. L’ennemi, voyant ce mouvement, se crut obligé d’étendre sa ligne de bataille, et en l’étendant, il l’affaiblit et facilita notre attaque.

La deuxième brigade de Pino, Mazuchelli, suivit, en appuyant à gauche, le mouvement de Chabot, et forma la seconde colonne d’attaque. Celle de Fontane était, comme on l’a dit plus haut, destinée à rester en réserve. Les deux brigades de Souham suivirent le mouvement de celle de Mazuchelli et elles gravirent ensemble, aussitôt qu’elles en reçurent l’ordre, la montagne sur laquelle était placée la droite de l’armée espagnole.

La grande sécurité que l’ennemi avait montrée la veille, à notre approche ; la tranquillité qu’il conservait encore en voyant un mouvement aussi décidé et aussi offensif ; la précision et l’ordre avec lesquels il venait de rectifier sa position, tout portait à croire qu’il était bien résolu, et qu’il voulait fermement prendre sa revanche de la bataille de Cardedeu5.

A l’approche de nos colonnes, les Espagnols firent sur elles divers feux de file, de peloton et de bataillon qui annonçaient plus d’instruction qu’on ne leur en supposait, mais qui étaient assez inutiles, car nous étions encore hors de la bonne portée de la mousqueterie. Un peu après ils exécutèrent, avec quelques troupes et beaucoup de précision, un très-beau passage de ligne, en avant, mais tout aussi inutile. Ensuite ils s’ébranlèrent pour nous charger à la baïonnette ; admirant leur contenance , nous doublâmes le pas pour leur abréger le chemin; mais, au moment de les joindre, et de croiser la baïonnette, ils se retournèrent, s’enfuirent , et recommencèrent la déroute de Cardedeu, après avoir fait quelques décharges de mousqueterie de leurs réserves, quoique nous fussions aux prises avec la première ligne seulement; ce feu exécuté si mal à, propos, blessa beaucoup des leurs, et augmenta le désordre. La droite de l’ennemi, tournée par Chabot avec ses Napolitains fut, comme on se l’était proposé, rejetée derrière son centre, et celui-ci attaqué par la brigade Mazuchelli et la division française de Souham, fut rejeté sur sa gauche : de sorte que tous ensemble, pèle mêle et dans la plus grande confusion, furent acculés au pont de Molino del Rey, les communications de retraite leur étant coupées : celle de Villafranca par Chabot, celle de Martorell par Chabran, au moyen d’un détachement qu’il avait fait passer à un gué qui se trouvait au-dessus du pont.

Si Chabran eût débouché dans ce moment, les deux tiers de l’armée ennemie seraient restés dans nos mains, ou détruits. De la partie du pont en son pouvoir il vit ce désordre sans s’ébranler, et ne déboucha qu’au moment de l’arrivée des troupes de Souham au pont ; trop tard pour rendre ce succès complet comme nous devions l’obtenir s’il eût cédé plus tôt aux sollicitations du général Rey.

Il n’y avait dans le monde que les troupes espagnoles capables de se tirer de là. Mais, comment le firent-elles? En jetant honteusement leurs armes, et abandonnant de leur équipement tout ce qui pouvait les empêcher de courir ou gêner leur passage à travers les bois, les rochers, etc., etc. Toutefois elles n’auraient pas réussi à disparaître ainsi au milieu des difficultés de leur situation, si Chabran avait débouché assez à temps du pont de Molino del Rey.

Chabran poursuivit ensuite les ennemis dans la direction d’Igualada, jusqu’à Martorell, où il prit position ; Chabot jusqu’à San Sadurni, et le reste des troupes, sur la grande route de Tarragone, jusqu’à Villa Franca, où s’établit, le lendemain, le quartier-général ; Souham établit le sien à Vendrell, ses troupes sur la rive gauche de la Gaya, après avoir chassé les fuyards devant lui jusqu’aux portes de Tarragone : le 22, Pino prit position à Villafranca, Villanova et Sitges.

Pendant une telle affaire et une poursuite de quinze heures, on ne put atteindre que mille à douze cents prisonniers, parmi lesquels se trouvaient le général Caldagués, commandant l‘aile droite de l’armée6, son chef d’état-major, les colonels Silva, Desvalls et O’ Donovan, six Lieutenants-colonels et d’autres officiers en proportion.

Secuenciación de la batalla a partir del mapa original del Atlas de las Operaciones en Cataluña del mariscal Gouvion Saint-Cyr en 1808 y 1809 / Séquencement de la bataille à partir de la carte originale de l’Atlas des opérations en Catalogne par le maréchal Gouvion Saint-Cyr en 1808 et 1809.
Cuadro sobre la batalla realizado en 1809 por el pintor francés Joseph-Bernard Flaugier, que fue un encargo de las autoridades militares francesas en Barcelona. / Peinture sur la bataille réalisée en 1809 par le peintre français Joseph-Bernard Flaugier, commandée par les autorités militaires françaises à Barcelone. (a)
[nº 7] El puente moderno actual sobre la Riera de Cervelló, camino por el que avanzó el 24º de dragones francés hacia la cabeza del puente de Molins. / Le pont moderne actuel sur la Riera de Cervelló, le chemin le long duquel les 24e dragons français ont avancé vers la tête du pont de Molins.
[nº 8] Superior: Posición aproximada a la derecha del puesto de mando español, la carretera hacia Tarragona quedaría a la izquierda, fuera de la imagen; Inferior: Una reproducción del antoguo puente de las Quince arcadas, mandado construir por Carlos III, se tardaron cuatro años en su construcción (1763-1767), empleando prisioneros argelinos. / En haut : Position approximative à droite du poste de commandement espagnol, la route de Tarragone serait à gauche, hors de l’image ; En bas : Une reproduction de l’ancien Pont des Quinze Arches, commandé par Charles III, dont la construction a duré quatre ans (1763-1767), en utilisant des prisonniers algériens.

EPÍLOGO / ÉPILOGUE

El brigadier Laserna y otros oficiales murieron a causa de sus heridas en Tarragona. Se recogió una gran cantidad de armas abandonadas por los prófugos; se tomaron todos sus cañones en número de cincuenta7, por lo menos la mitad de grueso calibre; una bandera y muchas municiones, que se necesitaban con suma urgencia, no teniendo ni siquiera Barcelona para soportar un asedio de quince días, ni para abastecer el consumo diario del ejército durante un mes. En Villafranca y sus alrededores se encontraron tres millones de cartuchos de fusil; sesenta mil polvo; una cantidad de hierro fundido y un excelente cargador de armas nuevas, de fabricación inglesa.

La derrota de los españoles fue completa; una parte se detuvo sólo en el Ebro; pero unos quince mil hombres8 de su ejército lograron volver a entrar aislados o en pequeñas tropas en la plaza de Tarragona, prefiriéndola a cualquier otra para estar más cerca de los ingleses que acudían siempre en su ayuda, y les proporcionaban todo de lo que tenían necesidad, especialmente equipo y armamento.

Los españoles, siguiendo su costumbre cuando eran derrotados, despidieron al general Vives, a quien habían preferido al marqués del Palacio9, lo metieron en la cárcel10 y dieron el mando al general Reding, de nación suiza, oficial valiente, lleno de vigor, por quien los españoles estaban entusiasmados, a quien habían colmado de honores tras el asunto de Bailén11, y que personalmente se ha destacado en los asuntos de Cataluña desde su llegada. Este nombramiento devolvió la esperanza al ejército enemigo y facilitó su reorganización; Reding se ocupó de ello con gran actividad y talento, y las plazas fuertes de la provincia le proporcionaron. [3]

Le brigadier Laserna et d’autres officiers moururent de leurs blessures à Tarragone. On ramassa une grande quantité de fusils abandonnés par les fuyards ; on prit tous leurs canons au nombre de cinquante7, la moitié au moins de gros calibre ; un drapeau et beaucoup de munitions dont on avait le plus urgent besoin, Barcelone même n’en ayant pas pour soutenir un siège de quinze jours, ou pour fournir à la consommation journalière de l’armée pendant un mois. On trouva à Villa-Franca et dans ses environs trois millions de cartouches à fusil ; soixante milliers de poudre ; quantité de fers coulés, et un beau magasin de fusils neufs, de fabrique anglaise.

La déroute des Espagnols fut complète ; une partie ne s’arrêta qu’à l’Èbre ; mais environ quinze mille hommes8 de leur armée parvinrent à rentrer isolément ou par petites troupes dans la-place de Tarragone, la préférant à toute autre pour être plus à portée des Anglais qui venaient toujours à leur secours, et leur fournissaient tout ce dont ils avaient besoin, plus particulièrement l’équipement et l’armement.

Les Espagnols, suivant leur usage quand ils étaient battus, destituèrent le général Vivès, qu’ils avaient préféré au marquis del Palacio9, le jetèrent en prison10, et donnèrent son commandement au général Reding, suisse de nation, brave officier, plein de vigueur, dont les Espagnols étaient enthousiasmés, qu’ils avaient comblé d’honneurs après l’affaire de Baylen11, et qui s’est personnellement distingué dans les affaires de Catalogne, depuis son arrivée. Cette nomination ramena l’espérance dans l’armée ennemie, et facilita sa réorganisation ; Reding s’en occupa avec beaucoup d’activité et de talent, et les places fortes de la province lui en fournirent les moyens. [3]

Copia de una parte de un plano de España editado en Londres en 1810. /
Copie d’une partie d’une carte d’Espagne publiée à Londres en 1810.

En total, Saint-Cyr va salió el 20 de diciembre de Sant Andreu de Palomar con unos 20.000 soldados de infanteria, unos 1.500 de caballería y 48 piezas de artilleria. Tras la batalla, Chabran persiguió al enemigo en dirección a Igualada, hasta Martorell, donde tomó posición; Chabot hasta San Sadurní, y el resto de la tropa, por la carretera general de Tarragona, hasta Villafranca, donde se estableció el cuartel al día siguiente; Souham estableció el suyo en el Vendrell, sus tropas en la margen izquierda del río Gaya, después de haber perseguido a los fugitivos hasta las puertas de Tarragona: el día 22, Pino tomó posición en Villafranca, Villanova y Sitges. Ordal era el punto de retirada previo a Tarragona que quedó desguarnecido y sin haber sido reforzado.

Au total, Saint-Cyr sort le 20 décembre de Sant Andreu de Palomar avec environ 20 000 fantassins, environ 1 500 cavaliers et 48 pièces d’artillerie. Après la bataille, Chabran poursuit l’ennemi dans la direction d’Igualada, jusqu’à Martorell, où il prend position ; Chabot à San Sadurní, et le reste des troupes, le long de la route principale de Tarragone, à Villafranca, où le quartier général a été établi le lendemain; Souham établit la sienne à El Vendrell, ses troupes sur la rive gauche du fleuve Gaya, après avoir poursuivi les fugitifs jusqu’aux portes de Tarragone : le 22, Pino prend position à Villafranca, Villanova et Sitges. Ordal était le point de retrait choisi par les Espagnols avant Tarragone, qui était laissé sans surveillance et sans avoir été renforcé.

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1Las divisiones del teniente general marqués de Lazan, Luis de Palafox y Melzi (que provenía del frente de Aragón), con algo menos de 4.000 hombres y la 4ª división del coronel Francisco Milans del Bosch, con unos efectivos similares.

2El mismo día que los franceses llegaron al rio (sobre las 14:00 h. del día 20) Reding convocó en consejo de guerra a todos los generales y jefes, para determinar si convenia mas esperar al enemigo, retirarse por Ordal o directamente hacia Tarragona. Unánime fue la opinión de dirigirse a Tarragona, aunque algunos quisiesen que no fuese sin conservar en lo posible el punto de Ordal. [2]

Reding le envió un despacho al general en jefe, Vives, relatando el consejo de guerra y pidiéndole órdenes. El correo enviado a Vives no había llegado a su cuartel en Villafranca hasta pasadas las nueve de la noche (eran unas 7 horas de camino). Vives respondió que, si era imposible mantener el puesto de Llobregat, había que retirarse a Ordal, donde estaría en persona antes de que llegara el ejército. Esta orden fue despachada de cerca de la medianoche. Reding lo recibió a las cuatro y media de la mañana (durante la jornada del 21), pero la respuesta no era determinante sobre aguantar la posición, y ya no quedaba tiempo para la retirada sin ser vistos por las tropas enemigas. [3]

3Un caserío o masía no identificado en la actualidad. Podría referirse a la masía de Can Munné o Can Mallol, cercanas a dicha zona. No hemos encontrado ninguna denominación parecida a «Llors» en planos posteriores de Santa Coloma de Cervelló.

4Por decreto del 20 de junio de 1805, Napoleón I creó el cuerpo de Vélites Reales, destinado en particular a convertirse en un caldo de cultivo para los futuros oficiales del ejército, reclutados entre las familias más ricas de Italia. [7]

5La batalla de Llinars o batalla de Cardedeu se produjo el 16 de diciembre de 1808 cerca de Cardedeu, en tierras del Vallés Oriental, entre las tropas españolas del general español Juan de Vives y las tropas del general francés Gouvion Saint-Cyr, con victoria de las armas imperiales.

6El brigadier Gómez de Laserna estaba al mando del ala derecha española. El conde de Caldagués permaneció en el puesto de mando de Reding, frente al puente de Molins de Rey. Cuando las tropas francesas flanquearon el ala derecha españolas y aparecieron en las alturas para cortar la retaguardia española, Caldagués fue enviado con parte de la columna central que estaba formada en la carretera de Tarragona. El conde de Caldagués fue uno de los muchos émigrés, que se vieron forzados a exiliarse de Francia con el triunfo de la Revolución, prestando sus servicios en el ejército español. Tras la batalla fue hecho prisionero al día siguiente en Vendrell.

7Segun Cabanes [3] cita que «toda nuestra artillería cayó en poder de los franceses» y según Sañudo, citado por Lipscombe, en total la artillería española desplegaba ese día unos 25 cañones medios y ligeros y 8 cañones pesados. [1]

8El número de tropas que atribuye Saint-Cyr a los españoles por sus comentarios debería suponer cerca de unos 20.000 hombres (recordemos que no estaban las tropas de Lazan y de Milans, con los que si que se podría haber llegado a esa cifra), y subjetivamente, se igualan en el relato los dos bandos de la batalla, cuando hemos visto que había clara superioridad por parte imperial en los efectivos. Como suele suceder en la mayoría de crónicas de la época, averiguar el número de muertos, heridos y prisioneros es una labor detectivesca y muy aproximativa, sin contar con fuentes primarias. Cabanes [3] cita «muchos muertos y 400 prisioneros», el propio Saint-Cyr cita que «sólo se pudo alcanzar de mil a mil doscientos prisioneros» sin citar el número de muertos. Albert Gil en su trabajo [10] enumera 1.200 prisioneros citando a Saint-Cyr y «1.000 soldados españoles murieron o fueron gravemente heridos durante la batalla» y 25 cañones capturados. Por parte francesa, el boletín 26 del ejército francés en España (Monitor de 17 de enero 1809) firmado por el jefe de Estado Mayor, el general Louis-Emmanuel Rey, habla de «unos cuantos hombres muertos y 60 heridos». Consultando la excelente web https://www.tablasmartinien.es/, nos da para los oficiales franceses e italianos, un número de 7 capitanes y 1 subteniente heridos.

9Domingo Mariano Traggia Uribarri, Marqués del Palacio, fue nombrado capitán general de Cataluña el 6 de julio de 1808 y tras una ardua labor en el ejército, haber podido ayudar a levantar el 2º asedio de Gerona y derrotar a los franceses en Sant Cugat el 12 de octubre de 1808, en septiembre de año fue reclamado por la Junta Central y el 30 de ese mes fue nombrado componente de la Junta Superior Militar en la Corte en Andalucía, tomando el general Juan Miguel Vives y Feliú – que había llegado de Mallorca – su relevo como capitán general el día 28 de septiembre.

10Su fracaso en el sitio de Barcelona (17 de diciembre de 1808) y las derrotas en las batallas de Cardedeu (16 de diciembre) y Molins del Rei (21 de diciembre) aunque no concurriera prácticamente en esta última, decidió la suerte de Vives. La muchedumbre en Tarragona le amenazaba de muerte e hizo trasladar la Junta Superior a Tortosa. Parte por conocer lo falso de su posición y por el interés mismo de la causa, parte por proponer su remoción el representante de la Suprema del Reino, Tomás Veri, dimitió Vives el mando que hubo de conferir interinamente la Junta de Cataluña a Teodoro Redding, «el cual, decía ésta en su manifiesto de enero próximo, por su fama y concepto público era el mas á propósito para reanimar la confianza del pueblo y del soldado.» No hemos encontrado referencias sobre su presunto encarcelamiento.

11Iniciada la Guerra de la Independencia (1808 – 1814), Theodor Reding von Biberegg encabezó la Junta de Málaga. Pronto fue nombrado General en Jefe de las tropas del reino de Granada y luego Comandante General de la 1ª División del Ejército de Andalucía, demostrando a sus hombres que era posible derribar la mítica invencibilidad napoleónica, convirtiéndose en verdadero artífice de la primera victoria en campo abierto sobre las tropas de Napoleón en España, el 19 de Julio de 1808 en la localidad jienense de Bailén. [12]

1Les divisions du lieutenant-général marquis de Lazan (venu du front d’Aragon) avec un peu moins de 4.000 hommes et la 4e division du colonel Francisco Milans del Bosch, avec des effectifs similaires.

2Le jour même où les Français arrivèrent au fleuve (vers 14 heures le 20), Reding convoqua un conseil de guerre à tous les généraux et chefs, pour déterminer s’il valait mieux attendre l’ennemi, se retirer par Ordal ou directement vers Tarragone. L’avis était unanime de se rendre à Tarragone, bien que certains aient voulu que ce ne soit pas sans préserver au maximum le point d’Ordal. [2]

Reding a envoyé une dépêche au général en chef, Vives, racontant le conseil de guerre et demandant ses ordres. Le courrier envoyé à Vives n’était arrivé à son quartier général de Villafranca qu’après neuf heures du soir (c’était environ 7 heures sur le chemin). Vives répondit que, s’il était impossible de tenir le poste à Llobregat, il fallait se retirer à Ordal, où il serait en personne avant l’arrivée de l’armée. Cette commande a été expédiée vers minuit. Reding le reçoit à quatre heures et demie du matin (dans la journée du 21), mais la réponse n’est pas décisive pour la tenue de la position, et il ne reste plus le temps de se retirer sans être vu des troupes ennemies. [3]

3Une ferme actuellement non identifiée. Cela pourrait faire référence à la ferme Can Munné ou Can Mallol, près de cette zone. Nous n’avons trouvé aucune dénomination similaire à «Llors» dans les cartes ultérieurs de Santa Coloma de Cervelló.

4Par décret du 20 juin 1805, Napoléon Ier créait le Corps des Vélites Royaux, destiné notamment à devenir un vivier de futurs cadres de l’armé, recrutés parmi les familles les plus aisées d’Italie. [7]

5La bataille de Llinars ou bataille de Cardedeu eut lieu le 16 décembre 1808 près de Cardedeu (Vallés Orientale), entre les tropes espagnoles du général Juan de Vives et les tropes impériales du général Gouvion Saint-Cyr, avec victoire des armes impériales.

6Le brigadier Gómez de Laserna commandait l’aile droite espagnole. Le comte de Caldagués reste au poste de commandement de Reding, face au pont de Molins de Rey. Lorsque les troupes françaises flanquent l’aile droite espagnole et apparaissent sur les hauteurs pour couper l’arrière espagnole, Caldagués est envoyé avec une partie de la colonne centrale qui s’est formée sur la route de Tarragone. Le comte de Caldagués était l’un des nombreux émigrés, contraints à l’exil de France avec le triomphe de la Révolution, servant dans l’armée espagnole. Après la bataille, il est fait prisonnier le lendemain à Vendrell.

7Selon Cabanes [3] il cite que « toute notre artillerie est tombée aux mains des Français » et selon Sañudo, cité par Lipscombe, au total l’artillerie espagnole a déployé ce jour-là quelque 25 canons moyens et légers et 8 canons lourds. [1]

8Le nombre de troupes que Saint-Cyr attribue aux Espagnols d’après ses propos devrait être d’environ 20.000 hommes (rappelons que les troupes de Lazan et de Milans n’étaient pas là, avec qui ce chiffre aurait pu être atteint), et subjectivement, les deux armées à la bataille sont égales dans le récit, alors qu’on a vu qu’il y avait une nette supériorité du côté impérial en termes de troupes. Comme cela arrive habituellement dans la plupart des chroniques de l’époque, connaître le nombre de morts, de blessés et de prisonniers est un travail de détective et très approximatif, sans avoir de sources primaires. Cabanes [3] cite « de nombreux morts et 400 prisonniers », Saint-Cyr lui-même cite que « on ne put atteindre que mille à douze cents prisonniers » sans citer le nombre de morts. Albert Gil dans son ouvrage [10] recense 1.200 prisonniers citant Saint-Cyr et « 1000 soldats espagnols morts ou gravement blessés au cours de la bataille » et 25 canons capturés. Du côté français, le bulletin 26 de l’armée française en Espagne (Moniteur du 17 janvier 1809) signé par le chef d’état-major, le général Louis-Emmanuel Rey, parle de «quelques hommes tués et 60 blessés». En consultant l’excellent site https://www.tablasmartinien.es/, il nous donne, seulement pour les officiers français et italiens, un nombre de 7 capitaines et 1 sous-lieutenant blessés.

9Domingo Mariano Traggia Uribarri, marquis del Palacio, a été nommé capitaine général de Catalogne le 6 juillet 1808 et après un travail acharné dans l’armée, il a pu aider à lever le 2e siège de Gérone et à vaincre les Français à Sant Cugat le 12 Octobre 1808, en septembre il fut réclamé par le Conseil central et le 30 de ce mois, il fut nommé membre du Conseil militaire supérieur de la Cour d’Andalousie, prenant le général Juan Miguel Vives y Feliú – arrivé de Majorque – sa relève en tant que capitaine général le 28 septembre.

10Son échec au siège de Barcelone (17 décembre 1808) et les défaites aux batailles de Cardedeu (16 décembre) et de Molins del Rei (21 décembre), bien qu’il n’ait pratiquement pas assisté à cette dernière, décidèrent du sort de Vives. La foule de Tarragone le menaça de mort et fit transférer la Junta Supérieur à Tortosa. En partie parce que connaissant la fausseté de sa position et pour l’intérêt même de la cause, en partie en proposant sa destitution le représentant de la Cour Suprême du Royaume, Tomás Veri, Vives a démissionné du commandement que la Junta de Catalunya devait conférer temporairement à Teodoro Redding, « qui, disait cette dernière dans son manifeste de janvier prochain, en raison de sa notoriété et de l’opinion publique, il était le plus apte à ranimer la confiance du peuple et du soldat ». Nous n’avons trouvé aucune référence à son emprisonnement présumé.

11Après le début de la guerre d’Espagne (1808-1814), Theodor Reding von Biberegg dirigea la Junta de Málaga. Il fut bientôt nommé général en chef des troupes du royaume de Grenade puis commandant général de la 1ère division de l’armée d’Andalousie, démontrant à ses hommes qu’il était possible de renverser la mythique invincibilité napoléonienne, devenant le véritable artisan de la première victoire en rase campagne sur les troupes de Napoléon dans l’Espagne l’Europe, le 19 juillet 1808 dans la ville de Baylén à Jaén. [12]


Fuentes:

1 – «The Peninsular War Atlas» – Col. Nick Lipscombe, Osprey Publishing, Great Britain, 2010

2 – “Historia de la Guerra de la Independencia en el antiguo Principado“. Tomo I – Adolfo Blanch, Imprenta y Librería Politécnica de Tomás Gorchs, Barcelona, 1861

3 – «Journal des Opérations de l’Armée de Catalogne en 1808 et 1809» – Maréchal Gouvion Saint Cyr, Chez Anselin et Pochard, Paris, 1821

4 – «Estados de la organización y fuerza, de los ejércitos españoles…» – Sección Historia Militar [Cabanes], Imprenta Viuda e hijos de Antonio Brusí, Barcelona, 1822

5 – «Batalla de Cardedeu 1808» – VV.AA., Museu Arxiu Tomàs Balvey / Ajuntament de Cardedeu, 2008

6 – «Inventari de masies i elements singulars del municipi de Santa Coloma de Cervelló» / Volum 2.2: Fitxes elements inventariats – Ajuntament de Santa Coloma, SPAL, desembre 2011

7 – https://www.napoleon.org/magazine/revues-de-presse/la-garde-royale-italienne-les-velites-1805-1814-1/

8 – https://tablasmartinien.es/

9 – «Mémoires sur les Campagnes de Catalogne de 1808 à 1814» – Gabriel Laffaille, Amazon Italia Logistica, S.r.l., Torrazza Piemonte, 2021

10 – «La Guerra del Francès al Baix Llobregat. La Batalla de Molins de Rei i la Línia del Llobregat» – Albert Gil, INS Gabriela Mistral, 2015-16

11 – https://dbe.rah.es/biografias/54061/juan-miguel-vives-y-feliu

12 – https://teodororeding.es/2009/12/29/biografia-de-teodoro-reding/

13 – «El pont de les Quinze arcades. Molins de Rei 1767-1971» – © Romà Català Sabaté, 2015 [PDF]

14 – «Historia de las operaciones del Exército de Cataluña en la guerra de la Usurpación. Campaña Primera» – Francisco X. Cabanes, Imprenta de Brusi, Tarragona, 1809 / Barcelona, 1815

15 – https://dbe.rah.es/biografias/46152/francisco-javier-cabanes-y-escofet

16 – https://dbe.rah.es/biografias/11036/theodor-reding-von-biberegg

Imágenes:

a – https://books.openedition.org/pupvd/docannexe/image/7833/img-5.jpg (Bataille de Molins del Rei, Barcelone, Musée militaire, 1809.)

b – Fotos del autor

El asedio de la ciudad de Peñíscola en 1812

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La ciudad de Peñíscola, a unos 150 km de Valencia, posee un interesante núcleo antiguo, coronado por la que fue morada del Papa Benedicto XIII, el Papa Luna, un castillo fortaleza del s. XIV, que ocupa un imponente peñón que se alza a unos 64 m sobre el nivel del mar. El peñón estaba unido a la península por una franja de arena de unos 60 m que desaparecía durante los temporales, transformando a Peñíscola en un verdadero islote fortificado. En 1811, con las tropas del Ejército de Aragón del mariscal Suchet situadas entre Cataluña y Valencia, la fortaleza jugó un activo papel de apoyo a las tropas y a la flota aliadas. A finales de ese año, el nuevo gobernador, el brigadier Pedro García Navarro, ante la más que previsible llegada de las tropas imperiales mejoró las defensas de la ciudad, inutilizando los dos puentes que salvaban el riachuelo que fluía paralelo a la costa, inundando la zona lacustre y posicionando baterías en el exterior. La obra más importante la ubicó delante de la rampa de entrada, donde erigió una media luna llamada “La Preciosa”, que cerraba el paso entre los dos baluartes principales [3]. Una vez conquistada Valencia el 9 de enero, Suchet volvió su mirada hacia Peñíscola, a la que había dejado bloqueada por unas pocas tropas y caballería y dio ordenes para preparar el asedio del enclave, al que sus tropas denominaban «Pequeño Gibraltar».

Fotografía de Peñíscola (2006) desde la ciudad antigua. El istmo totalmente urbanizado en la actualidad, en 1812 solo se verían los caminos que salían hacia Benicarló a la derecha, paralelo a la playa y hacia Torre Blanca, que discurría por las montañas. Un canal de agua salada discurría también paralelo a la costa y al camino hacia Benicarló.

MOVIMIENTOS Y ACCIONES PREVIOS

En el mes de septiembre de 1811, en su movimiento ofensivo sobre Sagunto y Valencia, el mariscal Suchet, para contener la guarnición de Peñíscola y proteger la marcha de los convoyes, había dejado en Benicarló un batallón del 114º y 25 dragones, y en Torre Blanca un puesto del 2º del Vístula. Había aplazado, hasta después de la toma de Valencia, el asedio de este pequeño lugar que, por la fuerza de su posición, había recibido de los soldados el nombre de Pequeño Gibraltar. Los españoles no siendo bloqueados solo desde lejos, realizaron varias incursiones.

Vista de Peñíscola según el Atlas de las memorias de las campañas en España del mariscal Suchet. (b)
  • El día 1 de octubre una columna de quinientos o seiscientos hombres salió de Peñíscola con una pieza de cañón, y se dispuso a atacar un puesto del 114º regimiento de línea que ocupaba una casa almenada, en el punto donde la carretera de Peñíscola se une a la gran ruta de Tortosa. El jefe de batallón Ronfort, comandante en Benicarló, inmediatamente salió al encuentro de los españoles, los atacó y capturó a un oficial y ocho soldados; pero no pudo impedir que volaran la casa almenada que habían tomado, ni que entraran de nuevo en Peñíscola con la pieza de cañón que traían.

  • En noviembre, la guarnición de Peñíscola intentó dos veces establecerse en una torre llamada Torre Nueva , situada en la costa a más de media legua de la plaza del lado de Valencia; fue expulsada con pérdidas por los comandantes de Benicarló y Torre Blanca, pero en diciembre logró alojarse allí y colocó allí a ochenta hombres, incluidos cuarenta zapadores al mando de un oficial ingeniero.

  • El mariscal Suchet, ordenó atacar a cañonazos dicha torre y arrasarla hasta los cimientos. Durante la noche del 6 al 7 de diciembre, el comandante del batallón Ronfort procedió allí, y colocó doscientos hombres de élite del 114º en el camino de Peñíscola, mientras que el Capitán Bonafous de la artillería estableció una batería de dos cañones de a 8 a ciento veinte yardas de la torre. De día comenzaron estas dos obras para disparar, pero tuvieron poco efecto, la puerta de la torre estaba cubierta por un parapeto de tierra. Ya varios artilleros franceses habían sido heridos, y seis lanchas desde Peñíscola avanzaban en ayuda de la torre, cuando para acabar con ella, el comandante del batallón Ronfort marchó con sus granaderos a veinte pasos de la torre y disparó la fusilería más enérgica. Al mismo tiempo, el capitán de E.M. Delaveine, el teniente Mabire y algunos soldados se precipitaron bajo una lluvia de balas y piedras hacia la puerta de la torre y colocaron allí dos barriles de pólvora. Al verlo, la guarnición aterrorizada levantó la bandera blanca y se rindió. Las lanchas españolas llegaron poco después, pero los cañones franceses pusieron en acción cerca del mar y las obligaron a salir a alta mar. La pólvora encontrada en la torre se usó para volarla. Los imperiales tuvieron dos hombres muertos y siete heridos.


LA FORTALEZA DE PEÑÍSCOLA EN 1812

Peñíscola está situada sobre una roca escarpada que estaba conectada con la costa únicamente por un istmo de arena de unos doscientos metros de largo y que a su vez se cubría de agua durante las mareas altas. Este pequeño lugar, distante unos 5 kilómetros del Camino Real que discurría de Tortosa a Valencia, no podía tener mayor influencia en esta ruta sino por las incursiones que pudiera efectuar su guarnición; pero, en el plano marítimo, su importancia era mucho mayor, encontrando los buques aliados un buen punto de apoyo en la costa y un lugar donde poder aprovisionarse de agua.

Por el lado de tierra, la ciudad estaba defendida por un frente abaluartado, asentado sobre la roca afilada excavada en un pico, y que dominaba el istmo de unos quince a veinte metros. Sobre el resto del recinto, la roca, bañada por un profundo mar, se elevaba verticalmente a más de treinta metros de altura. La cresta estaba coronada por un muro almenado, con baterías dirigidas a mar abierto. Un antiguo castillo templario, construido en el punto más alto de la roca, a cincuenta metros sobre el nivel del mar, servía de refugio al pueblo; había cuarteles cubiertos para unos ochocientos hombres y todos los enseres necesarios para la defensa, y una escalera excavada en la roca conducía a un embarcadero donde las chalupas españolas podían llegar con la mar tranquila.

Mapa de Peñíscola con sus fortificaciones principales (c)

El lugar tenía unos dos mil habitantes y una guarnición de unos mil hombres1 a las órdenes del brigadier García Navarro2, que había sido hecho prisionero por los franceses en Falset en 1810, aunque pudo escaparse. Tenía provisiones para seis meses, tres molinos de sangre (movidos por energía animal o humana), pasajes subterráneos a prueba de bombas, munición considerable y sesenta y seis cañones en sus baterías. Del mismo seno de la peña sobre la que se asienta la villa brotaban varios manantiales de agua dulce, que abastecían las necesidades de la guarnición y de los habitantes. La dificultad de los caminos en el frente de la península se veía aumentada por la existencia de un extenso pantano, ocupando todo el terreno bajo entre el mar y el pie de la sierra que había sido inundado por medio de una presa elevada sobre el canal que lo cruzaba. Cuatro cañoneras defendían los accesos a la playa y una escuadra inglesa navegaba a corta distancia del lugar. [1]

LEYENDA

A. Castillo; B. La Preciosa; C. Entrada de la plaza y cuerpo de guardia; D. Bastión del Calvario; E. Bastión de San Jaime; F. Bastión de San Fernando; H. Bastión del Olvido; K. Bocloglio; L. Escalera del Papa Luna; M. Bastión nuevo; N. Bastión del Príncipe; O. Bastión de la Reina; P. Bastión de Bufador; Q. Torre del Papa Luna. R. Bastión de Santa Ana; S. Bastión de Santa María; T. Almacenes de pólvora; a. Entrada al Castillo; b. Almacén de pólvora; c. Cisterna; d. Cocinas; e. Puerta de la escalera del Papa Luna; f. Puente levadizo; g. Iglesias; h, Cementerio; k. Letrinas; l. Entrada de las casamatas del bastión de San Fernando; m. Descenso abovedado para llegar al puerto; n. Puerta de entrada al bastión de San Jaime; o. Puerta de comunicación con el mar; p. Puerta del puerto; q. Fuente de agua dulce; r. Hornos; s. Cuerpo de guardia; t. Puerta de San Vicente (tapiada); u. Almacenes de la Artillería; v. Escalera para descender al subterráneo; x. Fuente de la villa; y. Fuente y abrevadero; z. Bufador.


EL ASEDIO DE PEÑÍSCOLA

La caída de Valencia, que tuvo lugar el 9 de enero, permitió al mariscal dirigir la división de Musnier a Peñíscola para sitiarla; pero los acontecimientos llamaron a esta división en Cataluña, el general Severoli vino a sustituirla el 20 de enero con dos batallones del 1er regimiento de línea italiano, dos batallones del 114º, un batallón del 1º del Vístula, dos compañías de artillería y dos compañías de zapadores. Estas tropas se colocaron en las alturas y en la playa cerca de la plaza, a saber: los italianos a la derecha; el Batallón del Vístula , la artillería, los zapadores y el parque de asedio en el centro; y un batallón del 114º a la izquierda, se hicieron algunos atrincheramientos entre la inundación y la orilla para contener las salidas de la guarnición.

Mapa de Peñíscola del Atlas de las memorias de las campañas en España del mariscal Suchet [2]. Hemos destacado los principales puntos: Vista panorámica de Peñíscola; La fortaleza unida por un istmo y la salida para las rutas hacia Benicarló al norte (con puestos de control franceses) y Torre Blanca al sur; Leyenda; Pantano impracticable; Línea de paralelas y trincheras de unos 418 metros; Artillería en cerros cercanos: II (3 obuses de 8 pulgadas y dos piezas de 24 pulgadas) y III (4 piezas de 24 pulgadas); Artillería en las paralelas: 6 (4 morteros de 12 pulgadas), IV (4 piezas de 24 pulgadas) y V (4 piezas de 24 pulgadas y un obús de 6 pulgadas); Cuatro chalupas cañoneras al norte y dos bergantines ingleses al sur ayudaban a la defensa de la plaza. (d)

El sitio de Peñíscola ofrecía grandes dificultades, el general Severoli quiso intentar hacerse dueño de él por la vía de las negociaciones; pero rechazadas las proposiciones que le hizo al gobernador, resolvió emprender las operaciones de sitio, comenzando por bombardear la ciudad. El general Valée, comandante de la artillería del ejército de Aragón, vino a fijar el emplazamiento de la batería número 1, de cuatro morteros de 12 pulgadas, que se construyó a casi mil doscientos metros del lugar, detrás de un altozano (cerro de poca altura en terreno llano), y un poco más arriba del camino de Benicarló que, por esta parte, corre a lo largo del pie de la montaña. Esta batería inició su fuego el 28 de enero y lo continuó dia y noche.

1ª , 2ª y 3ª noche del 31 de enero al 3 de febrero: En la noche del 31 de enero al 1 de febrero, el Mayor Plagniol, con mil trabajadores, abrió una parte de la paralela detrás de la inundación, mirando al sur hacia la playa. Este paralela se prolongó en las noches siguientes apretando cada vez más el istmo y el frente de ataque (hasta un total de 215 toesas, unos 418 m.). El coronel de artillería Raffron estableció inmediatamente en las alturas y en las paralelas cinco baterías para contrarrestar las del lugar, a saber:

Número 2, dos cañones de 24 libras y tres obuses de 6 pulgadas; Número 3, de cuatro piezas de 24; Número 4, de cuatro piezas de 24; No. 5, cuatro cañones de 24 libras y un obús de 6 pulgadas; Nº 6, cuatro morteros.

El intercambio artillero era intenso entre los sitiadores y la plaza: los morteros disparaban noche y día llegando a hundir una cañonera, mientras que la artillería de la fortaleza, que podía batir todo el frente a ambos lados del istmo y la playa disparaba balas y metralla cerca de las baterías destinadas a hacer brecha.

Según J. Belmas, apenas había comenzado el sitio, cuando un navío que se había armado por los franceses en el puerto de Denia tomó en el mar una barca que llevaba despachos del gobernador de Peñíscola al comandante general de Alicante. Por la presencia de ánimo de un voltigeur que estaba a bordo del barco, el despacho fue retirado del agua tal como acababa de ser arrojado a ella. Este despacho informó al mariscal Suchet del malestar que reinaba entre la guarnición y los ingleses. El general García-Navarro se expresaba con indignación con sus aliados, que le exigieron la entrega del lugar, y declaró que prefería someterse a los franceses, como había hecho Valencia y el resto de España. El conocimiento de estas disposiciones determinó al general en jefe a hacer que se ofreciera de nuevo la capitulación al gobernador. El 2 de febrero se envió al lugar el teniente de Estado Mayor Charles Prunel y se acordó con el General García Navarro en base a una convención de que la fortaleza sería entregada al ejército francés, con la condición de que la guarnición se retirara a donde quisiera [1]. Según J. Hernández, «Pese a que contaba con los hombres, armas y municiones necesarios para resistir el gobernador Navarro capituló a comienzos de febrero de 1812 tras dos semanas de bombardeo, una “traición” para los españoles. Sin embargo, las fuentes coetáneas (tanto españolas como inglesas) revelan que Navarro quiso evitar que la plaza se convirtiese en un “segundo Gibraltar” si cedía su control a Inglaterra [3].

FUERZAS IMPERIALES EN EL ASEDIO [10] (≈ 3.500 h.)

114º Regimiento de Línea (2 batallones)
1er Regimiento Italiano de Línea (2 batallones)
2º Regimiento de la Legión del Vístula (1 batallón)
8/1º Artillería a Pie (3 oficiales / 95 soldados/artill.)
l0/1º Artillería a Pie (3/88)
6/4º (bis) Tren Batallón (1/98)
1/4º Tren Batallón Italiano (2/80)
7/2º Batallón de Zapadores (Desconocido)
7ª Compañía Italiana de Zapadores (3/70)

FUERZAS ESPAÑOLAS EN LA DEFENSA (≈ 600 h.)

Regimiento de Infantería de Cazadores de Valencia (?)

3er batallón de cazadores de Orihuela

Real Cuerpo de Ingenieros

Artillería

Otros.

El castillo templario que domina el territorio se edificó entre 1294 a 1307, sobre los restos de la antigua alcazaba árabe.

Del despacho de 17 de enero3 del propio García Navarro al ministro de la Guerra (antes de la capitulación), se reiteraba en un primer despacho enviado con fecha 1 de diciembre, donde informaba del mal estado de las cureñas de las piezas de la Plaza, el estado inacabado de las defensas que había previsto él mismo, el mal estado de la tropa en cuanto a número, armamento, uniformidad y calzado así como, no podía ser de otra modo, la falta de dinero, que reclamaba urgentemente para poder aprovisionarse en los pueblos vecinos. Aparte también informaba de la falta de ayuda por parte de la marina británica4. Sin la posibilidad de ser socorrido por tierra e improbablemente por mar, era cuestión de tiempo que pudiera seguir la misma suerte que Valencia y que habían seguido otras fortalezas con más medios, y más con un jefe enemigo tan competente como Suchet. El acuerdo fue aceptado por los defensores y García Navarro5 firmó la capitulación. A pesar de abandonar la plaza, los españoles salvaban toda la guarnición de ser hecha prisionera (excepto su jefe y algunos oficiales6, que se incorporaron a las filas josefinas) y los imperiales se ahorraban un asedio que se antojaba muy complicado y que hubiera requerido tiempo y sacrificios. El 4 de febrero se tomó posesión de Peñíscola por parte de las tropas de Severoli, donde se encontraron 74 cañones y bastantes provisiones. El contingente del ejército de Aragón en el asedio solo sufrió unos sesenta hombres muertos o heridos [1].

Para los franceses el lugar sería muy útil para la defensa de la costa, por la protección que allí hallaban los corsarios y las demás naves perseguidas por los aliados. Las fortificaciones fueron puestas en orden; en el baluarte izquierdo del frente de tierra se hizo un atrincheramiento interior, forrado de artillería, y se prepararon obstáculos en las salidas de las calles y en las casas para poder, si fuera necesario, defender el terreno pie a pie como hasta el castillo.

Peñíscola permanecería en poder de los imperiales hasta 1814. Desde enero de aquel año el ejército español del general Elío la sometió a un duro asedio, que dejó en ruinas la fortaleza y el caserío adyacente y provocó muchas víctimas entre la guarnición francesa, la cual se rindió finalmente el 25 de mayo de 1814 [11]. El asedio por parte española esta vez fue mucho más difícil: el tiempo había sido durísimo y las paralelas a las primeras obras del fuerte se habían visto entorpecidas con frecuencia por las lluvias y por la escasa calidad del terreno arenoso, que se inundaba continuamente.

Ermita de la Virgen de la Ermitana (1708-14), construida anexada al castillo.
Una dependencia abovedada del castillo.

– – – – – o – – – – –

1El Estado Militar de 1808 cita para Peñíscola 1 compañía del Cuerpo de Inválidos Hábiles (desde 1729 por R.O. las Unidades de Inválidos eran consideradas como unidades militares y en servicio), al mando del teniente coronel D. Manuel Loriente. El estadillo militar de X. Cabanes para el 2º ejército en fecha 15 de agosto de 1811, lista en la guarnición de Peñíscola un solo batallón con un total de 44 oficiales y 1290 hombres [7].

2García Navarro, Pedro. Cartagena (1781 – 1864). Brigadier de los Reales Ejércitos y Oficial de la Armada destinado en la ciudad de Cartagena. En enero de 1807 es ascendido a teniente de fragata. Al comienzo de la Guerra de la Independencia se incorpora a los batallones de tropas de Marina que se suman a las fuerzas del ejército organizado en la región de Levante. Rápidamente ascendido participa en la mayor parte de los combates librados en Aragón y Valencia. En 1810, tras las derrotas de María y Belchite, manda una pequeña fuerza situada en la línea del río Algas, protegiendo la plaza de Tortosa. Tras la conquista de Tortosa y el avance de Suchet hacia Valencia, García Navarro es nombrado gobernador de la plaza de Peñíscola (en septiembre de 1811). La entrega del castillo fue considerada como una traición, circunstancia agravada por la adhesión de García Navarro a la causa del rey José I». En 1814 se exilió a Francia, aunque pudo volver amnistiado tras el Trienio Liberal.[4]

3Comunicación del Gobernador de Peñíscola al Ministro de la Guerra manifestando el tristisimo estado en que se halla la plaza y remitiendo copia de un mensaje de un Comandante de las fuerzas francesas en Benicarló intimando la rendición y la contestación por el Gobernador de Peñíscola. Tiene la fecha de 17 de enero.

«Exmo. Señor.

En mi oficio de primero de diciembre manifesté a V.E. el deplorable estado de esta Plaza y à pesar de mis continuas reclamaciones à todas las Autoridades, no he podido lograr se mejore. No es posible esplicar a V.E. mi situación deplorable: Los enemigos me intimaron ayer la rendicion: Me hallo falto de quasi todos los articulos necesarios para vivir. Las obras q. emprendi con toda la eficacia posible se hallan a poco mas de la mitad. La Guarnicion es la mitad que devía ser, se halla desnuda, descalza, y sin pagar y en peor estado del q. manifesté à V.E. en mi citado oficio; Pues en una promocion que se ha hecho han sido promovidos los sugetos mas malos y postergados los pocos venemeritos. No puedo comprender Señor Excemo. Que sin estudio se me haya abandonado hasta el punto de no embiarme ningun Socorro, de no concederme siquiera un Armero, quando manifestava, estan inutiles quasi todos los fuciles del Batton. de Oriha. El curenaje todo deteriorado, y no he podido conseguir Individuo alguno de Maestranza: Hasta las Proviciones enfin con q. el Gobierno Yngles auxiliaba esta Plaza, han sido embargadas en Denia; Y en fin Señor Excmo. Parece que todo estava dispuesto como si el intento fuera entregarnos: Yó no haré tan horrible imputacion à ninguno, pero pública es. Si, todas las reclamaciones q. he hecho sin comprender la estraña razón por quienes no han sido atendidas.

La Copia numº. Primº. Enterará a V.E. de la intimacion q. me ha hecho el Enemigo y la numº dos, de mi modo de pensar.

Espero que V.E. lo hará todo presente à S.A. asegurandole que si llegan prontos auxilios de armas, curenaje, y en especial dinero (pues con este sacaré medios de Subsistencia de los mismos Pueblos q. ocupa el Enemigo) se conservará este Punto à nuestro desgraciado Monarcha.»

Dios guie à V.E. muchs años. Peniscola, 17 de enero de 1812. Excmo. Señor Pedro García Navarro // Excemo. Sor Ministro de la Guerra

4El poco o nulo apoyo británico que esgrimía el gobernador no deja de ser un punto controvertido. Mientras que García Navarro se quejaba en su despacho que el flujo de suministros por parte de la flota inglesa se había interrumpido, Suchet en su escrito al mayor general Berthier, fechado en Valencia a 7 de marzo [13], informaba que «Cinc volies anglaises croisaient au large et communiquaient avec la place, qui recevait ainsi des secours continuels de dehors.«. Un subteniente de Ingenieros, Benito Bolarin, destacaba en su declaración tras el asedio que la plaza estaba bien surtida de munición entre la que se encontraba, “los que desembarcó un bergantín ingles el mismo día de la rendición”.

5La declaración de Juan de Bayona, teniente del Regimiento de Infantería de Cazadores de Valencia y ayudante del brigadier García Navarro, en el Cuartel General de Murcia, realizada posteriormente el 6 de marzo, nos permite conocer la composición de la Junta de Peñíscola que aprobó la rendición: comandante de Artillería Salvador de Olta (citado en otra declaración como José Acosta), teniente de rey de la plaza, Álvarez, capitán graduado de teniente coronel, Braulio Enrique, capitán del 3º de Orihuela, José Gómez de Bustamante, capitán del mismo, Francisco Cano, comandante del batallón de Orihuela, Isidro Monrabal, y el sargento mayor de la plaza, Francisco Peroldo. Al parecer, sólo Braulio Enrique mantuvo la decisión de resistir, ya que “todo el mundo estaba muy acollonado”, a pesar de que la plaza “estaba provista abundantemente de víveres y municiones”. [9]

6Gracias a la amable contribución de Antonio Grajal en FB, reproducimos la carta de uno de esos oficiales a los mandos franceses:

«En los documento del fondo Suchet se puede ver la mezquina deserción de Genaro Gilabert teniente agregado del 3er batallón de cazadores de Orihuela. CARTA DE GENARO GILABERT

Señor Baron de Harispe, Mi general

Don Genaro Gilabert, teniente agregado del 3er batallón de cazadores de Orihuela a V.S, respetuosamente expone que en el día 23 del corriente salió de la plaza de Peñíscola trayendo en su compañía 6 prisioneros franceses que había en aquella, cuya concreción le costó 80 duros por cuya razón a quedado sin dinero alguno para mantenerse y equiparse de lo muy necesario y siendo su idea de pasarse, el continuar el servicio a S.M.C. Nvo. Sob, Jose I para continuar su carrera y ser más atendido en el ejército Francés, que lo ha visto en España; y habiendo servido en caballería. A V.S. rendidamente le suplica que se digne destinarlo en la división de su mando y agregándole en el Estado Mayor, para que con más seguridad pueda estar al lado de V.S. y acreditar (…) en el servicio de seguridad a su persona; mandando se le socorra con algún dinero para su equipo.

Mientras tanto tiene el honor de quedar siempre esperando las órdenes de V.S. Con la mayor consideración.

Alcoy 30 de enero de 1812 // Genaro de Gilabert

RELACIÓN QUE PRESENTA (A LOS FRANCESES) EL TENIENTE DON GENARO DE GILABERT DEL ESTADO QUE TIENE LA PLAZA DE PEÑÍSCOLA

1. La plaza no tiene más fortificación que la fuerza de la muralla por la naturalidad de la península.

2. Tiene formada una batería fuera de la muralla en la subida al camino titulada «Batería Preciosa» defendida por 30 hombres y 4 piezas de a 4 y 2, una de doce de hierro, y puede ser asaltada por las troneras y ser sorprendida yendo por la orilla del (…) e levante.

3. Tiene la plaza como unas 18 a 24 piezas menores de calibre y las más de hierro.

4. Tiene la plaza de guarnición como unos 500 a 600 hombres poco instruidos y muy mal contentos por la desnudez y mal trato.

5. Tiene la plaza el puerto libre para embarcarse cuando quieran, pero no hay barcos para verificarlo.

6. Tiene la plaza víveres para 10 meses y (…) bacalao, sardina, atún. Harina no tiene para más de 5 ó 6 meses

7. Tiene municiones escasas para 7 (?) meses.»

Perspectiva desde el paseo situado sobre el istmo y el casco antiguo amurallado a la derecha.

Fuentes:

1 – «Journaux des sièges faits ou soutenus par les Français dans la péninsule de 1807 à 1814…» / Tomo 4º- J. Belmas, Firmin Didot Frères et Cie, PAris, 1837

2 – «Mémoires du Maréchal Suchet, Duc d’Albufera, sur ses campagnes en Espagne, depuis 1808 jusqu’en 1814» / ATLAS – Louis Suchet, Anselin, Successeur de Magimel, Paris, 1834

3 – «Perfeccionamiento y funciones de una fortaleza costera valenciana. La llave «inatacable de Peñíscola» (ss. XVI-XIX)» – Javier Hernández Ruano, 2021. Este trabajo se enmarca en el proyecto de investigación PGC2018-094150-B-C21, titulado Privilegio, trabajo y conflictividad. La sociedad moderna de los territorios hispánicos del Mediterráneo occidental entre el cambio y las resistencias.

4 – https://dbe.rah.es/biografias/77581/pedro-garcia-navarro

5 – «Guerra de la Independencia. Historia militar de España de 1808 a 1814». Tomo XIII – José Gómez de Arteche y Moro, Ediciones SIMTAC, Valencia, 2001

6 – https://www.todopeniscola.com/historia-peniscola

7 – «Esplicación del cuadro Histórico-cronológico de los movimientos y principales acciones…» – Sección de Historia Militar, Barcelona, 1822

8 – «Comunicación del Gobernador de Peñiscola al Ministro de la Guerra sobre el estado en que se hallaba la plaza.» – Archivo Histórico Nacional, DIVERSOS-COLECCIONES,127,N.85

9 – «La Guerra de la Independencia en la provincia de Castellón 1812» – Ricardo Pardo Camacho, Aula Militar «Bermúdez de Castro», Castellón, 2009

10 – «French Forces Siege of Peniscola January-February 1812» – Copyright GFN 1990

11 – https://www.guerra-historia-publica.es/recursos/2510

12 – https://www.acime.es/index.php/asociacion/historia/cuerpo-de-invalidos

13 – «Journal Administratif, Politique et Littéraire, du Departement du Doubs«, Nº X, Samedi, 7 mars 1812

Imágenes:

a – https://www.todocoleccion.net/postales-comunidad-valenciana/postal-antigua-peniscola-castellon-vista-general-oeste-sin-circular~x57013433

b, c, d – «Mémoires du Maréchal Suchet, Duc d’Albufera, sur ses campagnes en Espagne, depuis 1808 jusqu’en 1814» / ATLAS – Louis Suchet, Anselin, Successeur de Magimel, Paris, 1834

e – Fotos propias del autor.

El peor apuro para Wellington, por Carole Divall

Tiempo de lectura: 50 minutos

Carole Divall

El 21 de octubre de 1812, hace ya 210 años, el por entonces marques de Wellington, Arthur Wellesley, sufrió uno de sus escasos reveses en la península ibérica, viéndose obligado a levantar el asedio al que sometía a la guarnición francesa del castillo de Burgos desde hacía un mes y a adentrarse de nuevo hacia tierras portuguesas tras una penosa retirada que a muchos les recordó la sufrida por las tropas expedicionarias británicas de Sir John Moore en enero de 1809.

Carole Divall, especialista y autora de varios libros sobre las guerras napoleónicas, examina el fallido asedio de Burgos, descrito por Wellington como su «peor apuro», y las terribles condiciones sufridas por su desmoralizado ejército durante la posterior retirada a Portugal, en una conferencia impartida en el National Army Museum en el año 2013. También es autora de un libro sobre el asedio, «Wellington’s Worst Scrape: The Burgos Campaign 1812«, editado por Pen & Sword Military en el mismo año 2013.

LA CONFERENCIA

Buenas tardes damas y caballeros,

Hace ciento noventa y nueve años, si hubiera estado aquí el año pasado, habría sido hace 200 años, hasta el día de hoy, un ejército anglo-portugués y uno francés estaban en posiciones de batalla en un terreno por el que ya se habían peleado en julio, es decir, en Salamanca.

1812 había sido, creo que podríamos llamarlo, un año de gloria para Wellington, durante gran parte del año sin duda. Sólo para repasar muy rápido: Ciudad Rodrigo, tomada en enero; Badajoz, tomada en abril; y luego, como dijo un oficial francés, el 21 de julio en Salamanca había derrotado a 40.000 hombres en 40 minutos. Ahora, todos sabemos que eso no es del todo exacto, pero eso tiene algún efecto en la Batalla de Waterloo en el pensamiento francés. Después de la batalla de Salamanca, por supuesto, tenía que decidir su próximo movimiento. Podía perseguir al Ejército de Portugal, al mando del General Clausel tras la herida del Mariscal Marmont, al norte más allá del Ebro. Eso sería un logro bastante útil porque, por supuesto, separaría a las fuerzas del sur del mariscal Soult de las fuerzas del norte de Clausel y, de hecho, también de Caffarelli. Alternativamente, podría moverse hacia el sur y tratar con Soult en Andalucía. O, como decidió hacer, podría marchar sobre Madrid.

Solo por un momento para tener una visión más amplia, porque lo que hay que recordar es que a Wellington le interesaba mantener a los franceses separados, porque si les permitía juntarse, iba a ser superado seriamente en número.

Situación de los ejércitos franceses a mediados de 1812 (a)

Así que tenemos el Ejército del Sur, que es, por supuesto, el Mariscal Soult, de 63.000 efectivos. En el norte tenemos al General Clausel con el Ejército de Portugal, el Ejército de Portugal, 52.000 efectivos. Más al norte el General Caffarelli, el Ejército del Norte mantiene la zona fronteriza y también, por supuesto, Galicia. Luego, en la costa este, tenemos al Mariscal Suchet, de reciente creación, y finalmente al Rey José. con el Ejército del Centro. Suchet tenía 66.000, el suyo era en realidad el más grande de los ejércitos franceses. Joseph, con su comandante real, Jourdan, tenía 20.000. Estos son, en realidad, efectivos teóricos, por supuesto. Ningún ejército es capaz de poner a todos sus hombres en el campo. Pero los franceses en realidad tenían 190.000 hombres en España en armas, mientras que el ejército anglo-portugués era de 75.000. Entonces pueden ver por qué era tan importante para Wellington mantener separados a esos ejércitos.

Haber decidido ir Madrid era una declaración política y era una de las premisas de Napoleón. ¿No lo era cada vez que invadía un país el tomar su capital? Él envía un mensaje. Y, aunque Madrid no era la capital francesa, era donde los franceses, por supuesto, habían establecido su poder. Cuando Wellington entró en Madrid, o se acercó a Madrid, José huyó para unirse a Suchet en Valencia.

Ahora, curiosamente, y estoy seguro de que todos ustedes saben esto, los mariscales franceses no se llevaban particularmente bien. Todos protegían sus propios pedacitos de territorio y, de hecho, había bastante una feroz disputa entre Soult y José sobre lo que debía hacer José. Soult, muy, muy reacio a renunciar a su semi-reino de Andalucía, quería que José bajara y se reuniera con él allí. José, sin embargo, quería que Soult abandonara Andalucía y viniera a reforzar la posición francesa más al norte, y hubo un poco de estancamiento durante bastante tiempo. Soult prevaricó, jugó con el tiempo, y ciertamente no estaba en ninguna parte para evitar que Wellington disfrutase de lo que fue una entrada tumultuosa en Madrid.

General Foy (b)

Obviamente en el tiempo disponible no puedo describirlo, pero si leen alguno de los relatos de personas que estaban allí, entonces no se parecía a nada que hubieran experimentado antes. Alguien, uno de los oficiales, en realidad lo describió como un éxtasis del cerebro, que probablemente transmite algo al respecto. Por supuesto, una vez que Wellington había tomado Madrid, todavía quedaba el problema de qué hacer después, y en realidad la decisión tal vez se la quitó de las manos por las acciones del General Clausel. Clausel restauró este maltrecho Ejército de Portugal con notable rapidez. Uno de sus generales más emprendedores, el general Foy, fue enviado para relevar a varias guarniciones francesas en la región del Duero: Toro, Zamora – era demasiado tarde para Astorga. Y Wellington había tomado la precaución de dejar la 6ª división en esta zona de Arévalo. Lamentablemente, el general Clinton, que estaba al mando, se mostró muy pasivo y Wellington tuvo que aceptar que Clausel era ahora su mayor amenaza. Entonces cambió sus planes, o abandonó cualquier idea de tratar con Soult, y decidió tratar con Clausel.

El general Hill (c)
El general Ballesteros (d)
El general Castaños (e)

Su estrategia era bastante simple. Frente a la costa norte de España estaba el almirante Home Popham, un marino muy emprendedor, y él, con el apoyo de la guerrilla, iba a mantener ocupado a Caffarelli. La expedición de Sicilia en el este ocuparía a Suchet en Valencia. Así que el General Hill con la 2ª división debía mantener la línea del Tajo y evitar que Soult fuera capaz de avanzar hacia el norte. Y para ayudarlo estaba el general Ballesteros que era algo así como un tábano en lo que respecta a los franceses que estaban preocupados ya que era muy bueno en actividades de choque y fuga («Hit and run»).

Ahora, el mapa en realidad va un poco más allá de lo que hemos hecho hasta ahora y pueden ver que el movimiento de Soult hacia el norte, que eventualmente sucedió, tuvo que ceder a las demandas de José. Y también pueden ver a Hill moviéndose hacia el Tajo, para mantener la línea del Tajo. Wellington avanzando primero sobre Madrid, lo que envió a José a Valencia, y luego moviéndose hasta Burgos, pero, como veremos, finalmente teniendo que trasladarse al sur. Wellington decidió, sorprendentemente, dejar las divisiones 3ª, 4ª y Ligera en Madrid. Ahora, si eso significa, y este es un punto bastante polémico, que él en ese punto no estaba pensando en términos de tomar Burgos es bastante difícil de decir, pero ciertamente eran sus divisiones más experimentadas y ahí se quedaron. Llevó consigo las divisiones 1ª, 5ª y 7ª junto con la caballería de Anson, que luego se unió a la 6ª División en Arévalo, hablaremos más sobre eso en un minuto.

Movimientos de los ejércitos en la campaña. (f)

El general Maitland y el almirante Popham, por supuesto, iban a continuar sus actividades tan activamente como pudieron solo para mantener ocupada una gran parte de los franceses. Bueno, Wellington salió de Madrid el 1 de septiembre y avanzó muy lentamente. Clausel no tenía intención de pelear y tuvo tiempo para seguir retirándose, retomando otra posición fuerte, retirarse, etc. Y la razón por la que Wellington avanzó tan lentamente fue porque estaba esperando a este hombre, General Castaños, con el Ejército de Galicia. Ahora, Castaños, para darle crédito, fue el único general español que voluntariamente y felizmente trabajó con Wellington. Pero él no era un hombre que se apresurara a sí mismo, así que, en lugar de presionar a los franceses al norte del Ebro, el ejército, quejándose todo el camino tengo que decir, sobre todo la oficialidad, tuvo este lento avance hacia Burgos.

La noche antes de que Wellington llegara realmente a Burgos, que fue el 18 de septiembre, parecía que habría una batalla, pero Clausel se las arregló muy hábilmente para retirar sus fuerzas, él no quería pelear una batalla, su ejército aún no estaba listo para eso.

Mapa del asedio de Burgos. (g)

¿Por qué Burgos? Es una pregunta interesante. Recuerden que Wellington no tenía ningún tren de asedio con él, ya que estaba en parte en Ciudad Rodrigo y parte en Madrid. La primera mención que he logrado encontrar sobre una intención de tomar Burgos viene bastante tarde en este lento avance, en un despacho a Castaños. Pero, por supuesto, si iba a avanzar más y, por supuesto, parecía estar mostrando intención de retirarse cada vez más al norte, entonces no podía ir más allá de Burgos y dejar la fortaleza en su retaguardia. Y, además, si tomaba Burgos y la retenía, era un verdadero obstáculo para las conexiones entre los franceses en el sur y los suministros que bajaban por el Camino Real.

Parece, sin embargo, que casi ha sido un… bueno, Burgos está aquí, intentaré tomarlo. Burgos no era una fortaleza importante; no era un Badajoz. De hecho, Napoleón había dado órdenes cuando estaba en España para que se reforzaran las defensas, pero en realidad esto nunca había sucedido. Estaba fuera de la ciudad, lo que quizás lo convertía en un objetivo más fácil.

Mapa de las brechas practicadas. (h)

Sin embargo, el coronel Robe le escribió a Dickson que iba a ser un hueso duro de roer. Podía ver que habría problemas, probablemente estaba pensando, siendo un hombre de artillería, que no había las armas adecuadas para el asedio. Voy a repasar el asedio muy rápidamente porque, obviamente, con el tiempo limitado, trataré de concentrarme en lo que salió mal y por qué este fue en realidad el peor aprieto de Wellington. Decidió que las dos divisiones -o dos unidades, si se prefiere- que en realidad se encargarían al asedio fueran la 1ª División y la los portugueses de Pack. Ahora bien, los portugueses de Pack habían estado muy involucrados en la toma de Ciudad Rodrigo, así que al menos tenían algo de experiencia. La 6ª División y el Ejército de Galicia iban a tomar los arrabales y también se les utilizaría para los trabajos de como cavar trincheras, etc., etc. La 5ª y la 7ª División, los portugueses de Bradford y parte de los gallegos iban a crear una fuerza de cobertura para mantener a los franceses que se habían movido hacia el norte hasta Briviesca para mantenerlos bien lejos de Burgos.

Como puede ver, aquí arriba tenemos el hornabeque de San Miguel – un hornabeque incompleto, pero un objetivo razonablemente difícil. Entonces en realidad tenemos tres líneas defensivas dentro de la propia fortaleza, como pueden ver, están etiquetadas – y dos iglesias. Tenemos la iglesia de La Blanca y luego en el exterior la iglesia de San Román. Todo eso va a ser parte de la discusión del asedio.

Volviendo a los franceses por el momento, el comandante era un tal general Dubreton. Ahora bien, Dubreton era un tipo bastante emprendedor. De hecho, había logrado sacar la guarnición de Santander cuando fue atacada por Popham y guerrilleros españoles, la guarnición completa sin perder un solo hombre. Ahora se quedó en la fortaleza con una guarnición de 2.000 hombres, incluidos muchos tiradores, que iban a causar bastantes problemas a los Aliados. Tenía nueve cañones pesados, 11 piezas de campaña y seis morteros u obuses.

Oficial inglés. (i)

En comparación con eso, tomando primero la artillería, Wellington tenía tres cañones de 18 libras, cinco cañones de 24 libras, pero ese no era un tren de asedio. Aún más serio, tenía cinco ingenieros solo con diez voluntarios. Estos eran oficiales, por supuesto, que se ofrecieron como voluntarios para el deber, pero no fueron entrenados de ninguna manera específica. Y también, solo tenía ocho artificieros de base más 81 voluntarios, por lo que no tenía realmente los recursos, creo que hay que decirlo, para un asedio exitoso.

Y había otro tema, el clima. Estamos hablando de septiembre. Septiembre en España suele ser agradable, soleado y seco. La lluvia comenzó durante el avance hasta Burgos y prácticamente no cesó hasta el final de noviembre y el trabajo de asedio era odiado por las tropas de todas las maneras. El trabajo de asedio en este tipo de condiciones con todo el barro, por supuesto, que causa la lluvia era más allá de cualquier cosa horrible, creo que es justo decirlo, ciertamente en lo que respecta a los hombres.

Curiosamente, una cosa de la que dependía Wellington era que lloviera en el sur. De hecho, le dijo a Hill en varios despachos que el trabajo de Hill sería más fácil porque los ríos se llenarían y, por lo tanto, a Soult le resultaría mucho más difícil moverse hacia el norte desde Andalucía. Bueno, por supuesto, irónicamente, no llovió en el sur; solo llovió en el norte. Debido a que estoy recorriendo el asedio muy rápido, pensé que tal vez era una buena idea solo seleccionar los eventos principales que sucedieron.

El 18 de septiembre, el hornabeque fue atacado con escaleras. La escalada se había intentado antes – tuvo éxito en el castillo de Badajoz, fue un éxito en el baluarte de San Vicente en Badajoz-, por lo que debió parecer una buena idea. Desafortunadamente, este ataque principal falló; volveré a explicar por qué en un minuto.

El mayor Cox. (j)

Sin embargo, el Mayor Cox, uno de los oficiales más emprendedores de Wellington, tuvo éxito con lo que estaba destinado a ser un ataque secundario. Pero tan pronto como San Miguel fue tomado se quejaron, comenzaron las críticas y las mayores críticas fueron: en primer lugar, Wellington no había utilizado suficientes tropas; y en segundo lugar los había usado en destacamentos, lo que significaba, por supuesto, que tenías hombres en unidades mixtas sin sus oficiales habituales y eso realmente se pensó que era una mala práctica. Volveré a explicar por qué creo que Wellington hizo eso.

El 22 de septiembre, los cañones entraron en la batería número uno en el hornabeque y comenzaron los trabajos en la batería número dos y hubo otra escalada en la línea exterior, que fracasó. Nuevamente se utilizaron destacamentos, nuevamente hubo recriminaciones. No hay duda de que todo este acontecimiento de Burgos se llevó a cabo de mal humor.

Parte de la muralla del castillo de Burgos. (k)

Creo que esa es la única manera de decirlo. Creo que nadie se estaba divirtiendo y todo el mundo estaba dispuesto a criticar a los demás. La artillería, los ingenieros, Wellington, todos fueron criticados. Wellington entonces decidió que explotaría el muro exterior. No tenía mineros excepto aquellos que coincidentemente estaban en las filas y habían sido mineros. No tenía las herramientas adecuadas, pero posiblemente fue la decisión correcta. Supongo que ha sido una mejor decisión con los mineros y las herramientas.

Trabajando en la brecha (l)

El 29 de septiembre se disparó la primera mina, pero lamentablemente estalló en el lugar equivocado. Volveré a eso. Lo que los mineros habían pensado que eran los cimientos de la línea exterior resultaron ser los cimientos de una antigua muralla que hacía tiempo que había desaparecido. Sin embargo, al explotar la mina entraron los destacamentos y los únicos que lograron a través, porque era una brecha bastante pequeña y como digo no en el lugar correcto, iban un sargento y cuatro hombres. Curiosamente, cuando llegaron, los franceses huyeron. Es de suponer que pensaron que estos eran los precursores de una gran fuerza. Por supuesto, cuando se dieron cuenta de que solo había cinco hombres allí, regresaron, por lo que puedo deducir, les dieron una paliza a los cinco hombres y luego los expulsaron.

Para el 1 de octubre, la batería número tres estaba lista, pero nunca fue desenmascarada debido al pesado y certero fuego de artillería francesa. El 2 de octubre se destruyó la batería número cuatro, que estaba en proceso.

Y luego, el 4 de octubre, se disparó una segunda mina y esta vez se aseguró una zona. De hecho, el alférez Mills de los Coldstream, que fue testigo, dijo: “La explosión de la mina y el asalto fueron tan instantáneos que [los franceses] no tuvieron tiempo de hacer algo antes de que llegaran los hombres, y entonces ya era demasiado tarde”. Ahora, uno de los puntos que voy a señalar es que Dubreton fue un gobernador particularmente audaz. De modo que los aliados habían formado una avanzada en las primeras horas del día 4. En la noche del 4, Dubreton volvió a tomar esta brecha, destruyó los gaviones, robó las herramientas de las trincheras – que, por supuesto, siempre escaseaban en el ejército británico – y aunque esto fue retomado por el 2º Regimiento de la Reina, hubo más recriminaciones. ¿Por qué no se habían enviado más hombres para ocupar el puesto de avanzada? Correcto, entonces continuemos con el asedio.

Para el 7 de octubre, como pueden ver, la primera y la segunda batería finalmente causaron daños. El 8 de octubre hubo otro ataque francés a esa avanzada: 200 pérdidas aliadas, incluido el mayor Cox.

Como estoy seguro de que saben, Wellington solo se notaba que lloraba en muy pocas ocasiones. Una había sido cuando vio a los muertos en las brechas de Badajoz. Otro fue el funeral del Mayor Cox. De hecho, le escribió al padre del comandante Cox: «Considero su pérdida como una de las más importantes para este ejército y el servicio de Su Majestad.” Ciertamente, cuando uno mira todas las acciones del asedio, Cox probablemente mostró más iniciativa que nadie.

El 9 de octubre se intentó incendiar con munición incendiaria la iglesia de La Blanca. Lamentablemente el ataque falló y el villano de la obra esta vez fue el clima, porque en cuanto consiguieron encender los fuegos para calentar el tiro, la lluvia apagó los fuegos. Así que hubo un retraso constante que le dio tiempo a los franceses para apagar los incendios en la Iglesia y expulsarlos fuera de la iglesia, antes de que llegara la siguiente ronda de munición incendiaria. Así que ese fue otro intento de tomar el lugar que fracasó.

El 15 de octubre, los franceses superaron en armamento a la batería número dos y dañaron la batería número uno. Sin embargo, en ese momento había otra mina en el lugar. Esta vez bajo esta iglesia de aquí, la iglesia de San Román.

«Asedio de Burgos, 1812», óleo sobre lienzo, 180 cm x 260 cm. (m)

Y, además, antes de quedar completamente fuera de combate, los cañones habían abierto una brecha practicable. Así que el 18 de octubre la mina fue incendiada a las 4 de la tarde. Esto se sincronizó con el ataque a la tercera brecha. Los españoles y los portugueses tomaron con éxito la iglesia de San Román. Los Guardias y la KGL [Legión Alemana del Rey] fallaron en la brecha. Lucharon muy, muy duro, pero, como señaló Mills, “El fracaso fue causado por nuestra falta de hombres. Si hubiéramos tenido el doble del número, podríamos habernos mantenido, pero decayó tan rápido y, como nadie vino a ocupar sus lugares, fallamos por pura debilidad.

Realmente era como golpearse la cabeza contra una pared de ladrillos, creo. Esto, de hecho, fue el final del asedio. Muy poco éxito: tomar el hornabeque, pero supongo que no hay mucho más de lo que jactarse, en realidad. Y la razón por la que terminó el asedio fue que el ejército de Portugal, ahora bajo el mando del general Souham quien había reemplazado al General Clausel, había estado amenazando a la fuerza de cobertura durante algún tiempo. Y el 18, Souham atacó los puestos avanzados de esa fuerza de cobertura. Además, había sido reforzado con el Ejército del Norte de Caffarelli. Entonces, el Ejército de Portugal, con ese destacamento del Ejército del Norte, ahora tenía 50,000 efectivos. y eso son 50.000 hombres en armas. Wellington tenía 35.000. Así que era hora, por supuesto, creo, de empacar y mudarse.

Antes de que intentemos decidir por qué las cosas salieron tan terriblemente mal, vale la pena señalar lo que dijo el teniente coronel John Jones, un ingeniero, que en realidad resultó herido en Burgos:

«Un asedio es una de las empresas más arduas en las que se pueden emplear tropas, una empresa en el que el cansancio, la fatiga y el riesgo personal son los mayores, aquel en el que el premio puede solo se gana con la victoria completa y donde generalmente se acompaña el fracaso con una pérdida severa o un desastre terrible.» Eso probablemente resume Burgos con bastante eficacia.

Entonces, ¿Qué salió mal? Bueno, supongo que, para empezar, tenemos que admitir que Wellington tenía recursos inadecuados. Sin tren de asedio, sin suficientes ingenieros y al final del asedio solo tenía dos ingenieros aptos, por lo que no había suficientes ingenieros para dar la vuelta, por así decirlo, para guiar a los hombres cuando en realidad iban a entrar en acción. Wellington ya se había quejado de la falta de artificieros capacitados. Después de Burgos se quejó aún más fuerte y en la época de San Sebastián en 1813 en realidad, había conseguido un suministro razonable. Pero no hay artificieros de los que hablar, ni mineros, ni suficientes herramientas, ni la forma de abordar un asedio.

Y luego estaba la actitud de las tropas. Ahora, los oficiales ciertamente se quejaron, pero muchos de los oficiales de Wellington habitualmente refunfuñaban, así que tal vez uno no debería tomarlo demasiado en serio. Pero los hombres sin duda estaban desmoralizados. El clima, como dije, era atroz. No les habían pagado desde principios de año. Los suministros de alimentos eran bastante impredecibles: el Comisariado no estaba haciendo su trabajo particularmente bien, pero mantendré el fuego sobre eso hasta un poco más tarde. Estaban en uniformes cayendo a pedazos, infestados de piojos. Tenían que trabajar en el barro y nada iba bien. Así que tienes un ejército desmoralizado.

Wellington estaba bastante sorprendido por esto. Varios de sus despachos, que envía a Hill y a otras personas, señalan que no puede entender lo que le ha pasado a su ejército. Creo que cuando ha estado tomando lugares, está bien con grandes pérdidas, pero con éxito y cuando has tenido una gran victoria como la de Salamanca no se necesita mucho para cambiar el estado de ánimo, y las cosas ciertamente cambiaron. Luego estaba el uso de destacamentos. Esto fue criticado desde el principio y es interesante que no es hasta la mitad del asedio que Wellington lo abandona. Estaba usando números limitados para los asaltos y eso, combinado con la falta de compromiso, fue una combinación bastante desastrosa. Es interesante preguntarse por qué y, no sé, uno solo puede especular, pero creo si uno recuerda cómo reaccionó Wellington ante Badajoz entonces hay algo de entendimiento como por qué era cauteloso con sus hombres. No quería ver otra escena como las escenas que vio en Badajoz.

Sin embargo, no debemos olvidarnos de Dubreton. No hay duda de que Dubreton realizó una defensa magistral. La situación francesa era absolutamente grave. Al final del asedio tenían raciones de un cuarto. Muchos de los hombres estaban al aire libre y llovía sobre ellos al igual que llovía sobre el ejército aliado. Las pérdidas fueron bastante altas, pero también lo fue el compromiso y me parece que la carta de triunfo que Dubreton jugó para mantener ocupados a los hombres. No había tiempo para que se sentaran y se lamentaran por su condición, mientras que, por supuesto, los soldados aliados tuvieron bastante tiempo para hacer eso. Encontró cosas para que ellos hicieran y creo que es un elogio a Dubreton – realmente mostró lo que un general francés era capaz de hacer.

Bueno, Wellington no tenía elección ahora. Tenía que retirarse. Y si tenía que retirarse, no podía dejar a Hill varado en el Tajo. Y, de hecho, Hill se enfrentaba a una crisis en el sur. Soult y José habían unido sus fuerzas en Valencia -recordad que allí había huido José – y esto era una amenaza para la posición de Hill y, por supuesto, en última instancia, si se unían al Ejército de Portugal, una amenaza muy seria para todo el ejército aliado. Para colmo, el General Ballesteros, que tenía un buen historial contra Soult, estaba muy bueno golpeando: cada vez que Soult se movía al punto A, Ballesteros golpeaba en el punto B, que traería de vuelta a Soult, por supuesto, y luego Ballesteros simplemente se evaporaría en la niebla, listo para el próximo ataque. Ahora, en septiembre, Wellington había sido nombrado comandante en jefe del ejército español. Ballesteros – bueno, iba a decir que cogió un berrinche – realmente creía que se le debería haber dado ese puesto. Y es cierto que Wellington escribió una vez que pensaba que Ballesteros era el mejor de los generales españoles. Continuó y dijo que eso en realidad no es decir mucho: tenía una opinión muy baja de ellos1.

La deserción2 de Ballesteros en realidad trastornó los planes de Wellington porque el propósito de Ballesteros en el área granadina iba a frenar el avance de Soult. Creo que Wellington sabía que Soult tendría que irse y supongo que se podría decir que el destino también estaba en contra de Wellington. La fortaleza de Chinchilla en realidad bloquea el camino de Andalucía hasta el Tajo. Estaba en manos de un general español muy decidido. Está en una cumbre muy alta, es muy difícil ver cómo los franceses alguna vez ha sido capaz de tomarlo. Desafortunadamente, el 9 de octubre hubo la tormenta más violenta que realmente golpeó la fortaleza, incluido el gobernador y, de hecho, muchos de los defensores. De hecho, muchos de ellos fueron muertos. Se pensó que el gobernador resultó muerto, pero no fue así. Pero fue golpeado, su espada presumiblemente tomó la fuerza de la misma, y puedes imaginar que estaba dejado en bastante mal estado. Y, por supuesto, con Chinchilla fuera del camino, Soult podría marchar felizmente hasta el Tajo.

Entonces, Wellington instruyó a Hill para que mantuviera el Tajo el mayor tiempo posible, trayendo a las divisiones del Madrid, y luego, si no le quedaba otra, tendría que abandonar el Madrid y unirse a Wellington, y así obtenemos una doble retirada. Lo siento, debería haber mostrado eso antes.

Retirada de Wellington desde Burgos a Salamanca via Palencia (22 octubre a 9 de noviembre de 1812 (n)

Esa es la posición francesa dentro de Burgos. Esta es en realidad la línea de retirada de Wellington desde Burgos, como se puede ver de vuelta a Salamanca. No fue un retiro cómodo porque todavía estaba lloviendo, la comida todavía escaseaba.

Verán por las imágenes que voy a mostrar que los puentes eran muy importantes. Wellington realmente retiró sus fuerzas el 22 de octubre. Originalmente había esperado convertir el asedio en un bloqueo, pero, supongo, que la determinación de Souham lo convenció de que no era lo suficientemente fuerte para enfrentarse al ejército de Portugal en la batalla y era mejor retirarse. Se retiró durante la noche del 22 de Burgos, y en realidad ganó un día de marcha sobre el Ejército de Portugal. Sin embargo, al día siguiente hubo un combate de caballería desde Celada del Camino hasta Villodrigo: fue una pelea de caballería, hay que decirlo, donde los franceses sacaron lo mejor de ella. Pero finalmente los batallones ligeros de la Legión Alemana del Rey de la 7ª División formando en cuadro, retuvieron a la caballería francesa y los franceses finalmente se retiraron.

El 23 de octubre el ejército aliado en su mayor parte, todos excepto la 5ª División y los gallegos, estuvo en Torquemada. Torquemada se encuentra en una zona vinícola; probablemente ya te estés haciendo una idea. Las tinajas estaban llenas y durante la noche nuestros emprendedores británicos y, me imagino, portugueses los soldados irrumpieron en las tinajas de vino y el resultado fue la embriaguez masiva. Hay algunas escenas increíbles y suena como algo sacado de El Bosco, en realidad, algunas de las descripciones de las escenas de Torquemada. Alexander Dixon, de la artillería portuguesa, en realidad escribió, «tal escena de embriaguez habría deshonrado a una chusma de Billingsgate«. Bueno, no sé cómo es una chusma de Billingsgate3, pero suena bastante mal.

Entonces, el 24, esta tropa borracha tuvo que avanzar más: los franceses estaban bastante cerca. Debo decir, por cierto, que los aliados no se bebieron todo el vino y cuando los franceses se mudaron terminaron lo que los Aliados habían comenzado, lo que puede tener importancia.

El puente romano de Palencia (o)
Puente de Villamuriel (p)

El 25 de octubre el General Foy -como ya he dicho, uno de los tal vez más emprendedores de la generales franceses – tomó Palencia. Era este puente, el puente romano -si han estado en Palencia lo sabrán bien- se suponía que había sido volado y, desafortunadamente, la carga fracasó. Los franceses pudieron cruzar y los Royals en el otro lado no tuvieron más remedio que moverse rápido hacia donde estaba el resto de la 5ª División… Recuerde, estaban sobrios, no podemos culpar a los Royals por estar borrachos porque no habían estado de hecho en Torquemada, habían estado en otro lugar donde no había vino. Así que los Royals tuvieron que incorporarse a la 5ª División que estaba en Villamuriel. Y recuerden, estas son las únicas tropas sobrias. Tienes la 5ª División y los gallegos, y tienes a Foy y Maucune listos para atacar su posición. Esta vez, el puente fue volado con éxito y lo que siguió fue un tiroteo en el lado del río Carrión. Los franceses finalmente encontraron una forma de cruzar.

Napier tiene una hermosa historia, en realidad, que un oficial de caballería francés montó su caballo en el río y afirmó que quería desertar y no podía cruzar, el río era demasiado profundo, donde estaba el vado. Y los soldados amablemente se lo dijeron. Ahora, creo… que no hay otra evidencia para esto. Napier no estaba allí y todas las narraciones que existen no hacen ninguna referencia a eso. Creo que los franceses lograron averiguar dónde estaban los vados porque encontraron el punto donde los Aliados estaban más fuertemente apostados – Caçadores portugueses en una posición y el 9º en otra – y eventualmente cruzaron.

Inicialmente, los franceses tuvieron mucho éxito. De hecho, fueron capaces de empujar a la 5ª División – los gallegos estaban algo atrás – de vuelta hacia el canal. Si has estado alguna vez en Villamuriel, es un lugar interesante porque tienes el río Carrión y corriendo paralelo a él tienes el canal que afortunadamente estaba vacío en este punto y tienes el pueblo en el medio. La 5ª División luego tomó posiciones en el canal. Los españoles avanzaron y un esfuerzo muy fuerte hizo retroceder a Maucune al otro lado del río y la 5ª División pudo mantener la posición el tiempo suficiente para el resto del ejército, presumiblemente recuperándose ahora de su borrachera, para efectuar realmente su retiro.

He mencionado mucho sobre el general Foy. Debo decir que es mi general francés favorito: un muy buen escritor y muy entretenido y, como veremos, muy abierto de mente también. Foy dirigía la persecución de los aliados y llegó a Tordesillas, que conoceréis ver es otro puente. Este puente, nuevamente, había sido volado con éxito. Del lado aliado había un fuerte destacamento de Jaegers de Brunswick y no muy lejos estaba el conjunto de la 7ª División.

Puente de Tordesillas (q)
Puente largo (r)

¿Cómo cruzas un río cuando el puente ha sido volado? Bueno, escuchas a un oficial que dice: “Si todos nos desnudamos, podemos cruzar el río a nado. Todo lo que necesitaremos es una pequeña balsa para poner nuestros mosquetes, y cuando lleguemos al otro lado tomaremos los mosquetes y nos ocuparemos de los Brunswickers de uniforme negro que se supone que deben estar haciendo guardia.” Claramente no lo estaban. E imagino que la vista de hombres desnudos saliendo de un río podría haber sido suficiente para inquietar a cualquiera. De todos modos, el resultado fue que los Brunswickers huyeron, la 7ª División tuvo que emprender una retirada apresurada y Tordesillas estaba firmemente en manos francesas.

Sin embargo, curiosamente, eso es lo más lejos que llegó Souham. Estaba esperando a ver qué estaba haciendo Soult. El 7 de noviembre, Wellington estaba de regreso en Salamanca esperando a Hill. Y solo para repasar muy rápidamente las experiencias de Hill:

El 28 de octubre tuvo que abandonar esa línea en el Tajo. El día 30, otra de estas acciones de puente, este es Puente Largo (arriba), donde un destacamento muy pequeño, hombres que habían subido desde Cádiz, lograron retener a Soult, de nuevo el tiempo suficiente para que las fuerzas de Hill regresaran a salvo a Madrid. El 31 de octubre partieron de Madrid causando gran tristeza, marcharon por la sierra de Guadarrama con los franceses muy cerca detrás. No tenían nada de comida, su comisariado se había derrumbado por completo. Sin embargo, Soult no impulsó la persecución. Se mantuvo a distancia, pero en ningún momento amenazó con abrumar a las fuerzas de Hill y el 10 de noviembre, las fuerzas de Hill estaban en Alba de Tormes. No se van a sorprender, pero otro puente. Nuevamente, este puente estuvo en manos de una brigada de la 2ª División y los portugueses de Hamilton.

El puente de Alba de Tormes (s)

Se llevó a cabo durante dos días y Soult se dio cuenta de que en realidad no podía cruzar. Se dio por vencido, se fue a otro lado. Y eso me lleva, por supuesto, al 14 de noviembre: ambos ejércitos están en orden de batalla en Salamanca y no hay duda de que ambos bandos, en cuanto a los hombres y los oficiales estaban preocupados, querían una batalla. Pero Soult era extrañamente reacio a pelear. Nuevamente, si estamos buscando razones, recuerden que la experiencia más reciente de lucha de Soult con un ejército aliado había sido en la Albuera, la batalla más sangrienta de la Guerra de la Independencia. La batalla que Soult afirmó haber ganado, pero desafortunadamente sus oponentes no lo habían reconocido. Bien puede haber una buena razón por la que decidió que, si podía sacar al ejército aliado de España, que es lo que le había ordenado hacer Napoleón, entonces habría logrado lo que se había propuesto alcanzar. Aproximadamente a las 2 en punto del día 15, Wellington se dio cuenta de que Soult estaba maniobrando para cortar su retirada a Portugal, que es un medio tan bueno como cualquier otro para hacer retroceder a alguien, y así dio la orden de retirarse. Curiosamente, había sido un día muy gris y lluvioso. En el momento en que se dio la orden de retirarse, la llovizna se tornó torrencial lluvia y esa lluvia torrencial iba a durar los próximos tres días. Allí podemos ver la línea de retirada de regreso a Ciudad Rodrigo – ahí es donde apuntaba Wellington.

Mapa mostrando la dirección general de la retirada desde Salamanca a
Ciudad Rodrigo (15 a 18 de noviembre de 1812) (t)

Si leen los relatos de las personas que estuvieron en la retirada de La Coruña y la retirada de Burgos, curiosamente nadie dice que la de La Coruña fue peor, y varios dicen que Burgos fue peor. Es interesante considerar por qué. Bueno, no tenían nada de comida. El Intendente General, Sir James Willoughby Gordon, había enviado la comida por una ruta diferente – la que pensó que Wellington iba a tomar -, y no se había molestado en comprobarlo. Había sido bastante ineficiente de todos modos y esto fue, supongo, la gota que colmó el vaso. Los hombres comían bellotas. Uno de la caballería francesa, porque la caballería francesa fue enviada en su persecución, en realidad hizo el comentario de que, afortunadamente, las bellotas españolas sabían bastante mejor que las francesas, porque tampoco tenían comida. Los hombres robaron cerdos; algunos hombres fueron ahorcados por robar cerdos. Consiguieron coles, consiguieron patatas, pero había un problema: estaba tan mojado que no se podía encender el fuego. No había pan. Había unos cuantos bueyes medio muertos de hambre, pero ¿de qué sirve la carne si no puedes cocinarla? No es una buena idea comerla crudo. Barro hasta las rodillas. Hombres, mujeres y niños simplemente cayendo en el camino, caballos colapsando, y todo el tiempo una persecución muy decidida por parte de la caballería francesa.

San Muñoz (u)
Ciudad Rodrigo (v)

Este es el escenario de la última acción – no notarán ningún puente – Y este es San Muñoz (superior izquierda). Una vez más los franceses fueron retenidos, retenidos por la 7ª División, lo que permitió a todos los demás regresar sanos y salvos a Ciudad Rodrigo (superior derecha), un lugar que conocían bien, por supuesto.

El mariscal Soult (w)

Así que, muy rápidamente, conclusiones. Soult había hecho lo que le habían dicho que hiciera y había empujado a los aliados a Portugal. No los había arrojado al mar, pero eso era pedir mucho. Pero, por supuesto, no los había derrotado. Curiosamente dijo esto:

«Dondequiera que encuentres al ejército británico en retirada, déjalos en paz y se irán al diablo a su manera. Pero si te acercas a ellos, se colocarán en sus lugares y te darán tal paliza como nunca antes lo habías hecho.” Probablemente explica por qué decidió que la persecución era mejor que la batalla.

En cuanto a Wellington, bueno, no lo podemos negar, ¿verdad? Burgos fue un error. Él mismo lo admitió, su peor aprieto. Se felicitó a sí mismo por sacar a todos a salvo. Un alto costo en mano de obra, aunque no tanto: he pasado por todas las bajas que regresan, así que puedo decir esto con confianza, no tan grave como la gente como Napier pensaba que era. Muchos de los heridos, por supuesto, se recuperaron. Muchos de los desaparecidos regresaron. De hecho, encontré en las listas del 4th of Foot que incluso había llegado a Inglaterra. Presuntamente eran prisioneros que escaparon y llegaron a Inglaterra, luego regresaron a la Península para incorporarse al regimiento.

Moneda conmemorativa de Wellington (x)

En lo que Wellington no pudo hacer nada fue en el clima, la falta de comida, los viejos uniformes – piojos, por supuesto, que significan tifus, fiebre – y la enfermedad. Si nos fijamos en lo que dijo McGrigor, James McGrigor, por supuesto, su cirujano general… “él simplemente siente que estas eran cosas que no podrían haber sido contrarrestadas”. Quizá le dé la última palabra al general Foy:

La campaña ha terminado. Lord Wellington se retira invicto con la gloria de los laureles de los Arapiles [Salamanca, por supuesto] después de haber devuelto a los españoles el país al sur del Tajo después de haber tenido que destruir nuestros almacenes, nuestro material, nuestras fortificaciones, en una palabra, todo lo que fue producto de nuestra conquista y pudo asegurar su continuación.

Foy no tenía ninguna duda de que los perdedores en el peor aprieto de Wellington no eran Wellington y su Ejército anglo-portugués, sino el francés. Y por supuesto que tenía razón. Los franceses nunca recuperaron la iniciativa y 1813 fue una historia muy diferente.

Gracias.

– – – – – – o – – – – – –

1Wellington tuvo mala opinión de los españoles, de los portugueses y hasta de sus propias tropas que llegó a apodar con el ya clásico «son la escoria de la tierra». Pero el nombramiento, influencias políticas aparte (su hermano, Richard, era el embajador en España desde 1809), desde un punto de vista militar era lógico, sobre el terreno tenía el ejército más profesional y entrenado, había demostrado su capacidad tanto logística como militar, sus dotes de mando reafirmadas con victorias (o no derrotas, como se quiera) habiendo mejorado su contingente progresivamente desde su segundo desembarco en Portugal en 1809 hasta la entrada de las tropas aliadas luso-británicas y españolas en Francia 4 años después.

2En realidad el tema fue más directo. El 24 de octubre de 1812, en un documento dirigido al ministro de la Guerra, Ballesteros rechazó el nombramiento de Wellington como general en jefe de los Ejércitos Españoles, lo que le valió ser inmediatamente destituido y confinado en Ceuta; pero le valió también una gran discusión entre elementos intelectuales españoles, entre ellos la adhesión de Romero Alpuente, Muñoz Arroyo y otros, que veían en su conducta una defensa de la independencia nacional. [3]

3Billingsgate era una de las zonas de Londres que fue originalmente un mercado general de maíz, carbón, hierro, vino, sal, cerámica, pescado y productos diversos y no parece haberse asociado exclusivamente con el comercio de pescado hasta el siglo XVI, en el que se aprobó que fuera un mercado libre y abierto para todo tipo de pescado. Es de suponer que el lenguaje y maneras en dicho barrio no eran un buen ejemplo a seguir.


Fuentes:

1 – https://www.youtube.com/watch?v=lhX9sFgZTA8&ab_channel=NationalArmyMuseumUK

2 – https://www.cityoflondon.gov.uk/supporting-businesses/business-support-and-advice/wholesale-markets/billingsgate-market/history-of-billingsgate-market#:~:text=Billingsgate%20was%20originally%20a%20general,trade%20until%20the%20sixteenth%20century.

3 – https://dbe.rah.es/biografias/12270/francisco-lopez-ballesteros

4 – https://www.britishbattles.com/peninsular-war/attack-on-burgos/

Imágenes:

Portada: «The castle of Burgos under siege; in foreground, Anglo-Portuguese troops preparing for attack. Engraving» – © The Trustees of the British Museum – released under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 4.0 International (CC BY-NC-SA 4.0) license

a/f – https://www.youtube.com/watch?v=lhX9sFgZTA8&ab_channel=NationalArmyMuseumUK – ©Carole Divall

g – https://www.meisterdrucke.es/impresion-art%C3%ADstica/Alexander-Keith-Johnston/144719/Mapa-del-asedio-del-castillo-de-Burgos,-publicado-por-William-Blackwood-and-Sons,-Edimburgo-y-Londres,-1848-(grabado-a-mano).html

h/l – https://www.youtube.com/watch?v=lhX9sFgZTA8&ab_channel=NationalArmyMuseumUK – ©Carole Divall

m – By François Joseph Heim – Réunion des Musées Nationaux, N° d’inventaire: MV1764, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=8435751

n/x – https://www.youtube.com/watch?v=lhX9sFgZTA8&ab_channel=NationalArmyMuseumUK – ©Carole Divall

La Ciudadela de Barcelona y su protagonismo en el período 1808-1814

Tiempo de lectura: 20 minutos

El parque urbano de la Ciudadela de Barcelona ocupa la mayor parte de los terreno de la antigua fortaleza de la Ciudadela (1716-1868), un claro ejemplo de la arquitectura de los ingenieros militares del siglo XVIII. Durante el período de la Guerra de Independencia fue ocupada con alevosía por las tropas italo-francesas del general Duhesme y durante la posterior ocupación a su función estrictamente militar añadió también la función de presidio «oficial» de la ciudad (compartido en ocasiones con el castillo de Montjuich) que otorgaría a la fortaleza un papel siniestro durante todo el conflicto y las posteriores revoluciones liberales, lo que llevó a pedir su derribo al Consistorio a la Corona hasta en cuatro ocasiones tras la guerra, hasta que finalmente se autorizó su demolición en el año 1868, ganando para la Barcelona en expansión de la época un considerable y necesario espacio.

Panorámica de la Ciudadela en 1874 (b)

UN POCO DE HISTORIA

Barcelona, ya desde la primera mitad del siglo XVI comenzó a aplicar el trazado de murallas con baluartes a su perímetro defensivo. El proyecto de edificar una ciudadela se remonta a mediados del s. XVII, (marqués de los Balbases, 1640), con dos ubicaciones posibles: una en el baluarte de Levante y Mediodía por el norte (donde finalmente  se construyó) y otra en las Reales Atarazanas, en el extremo opuesto por el sur. Tras unos breves años de silencio, el proyecto se reemprendió en 1660 con las mismas ubicaciones planeadas.

El marqués de Verboom (c)

La difícil situación económica de la monarquía española por aquella época retrasó el proyecto y el inicio de las obras hasta comienzos del s. XVIII. Ya en julio de 1705 en el contexto de la guerra – pero antes del ataque de Felipe V a la ciudad – se retomó la idea de una ciudadela para la Ciudad condal. Después de la victoria Borbónica en el conflicto, Felipe V encargó al ingeniero general flamenco Jorge Próspero de Verboom1 (7 de marzo de 1715) que proyectara una ciudadela, si bien otro oficial borbónico, el conde de Lecheraine, presentó a su vez un proyecto alternativo. El principal reclamo de este último es que preveía aprovechar el ya existente baluarte de Levante de la muralla original.

Tras las oportunas deliberaciones, el proyecto de Verboom sería el elegido por varios motivos: había sido discípulo del gran Vauban, tenía solidos conocimientos matemáticos y ya había estado presente en la ciudad en calidad de prisionero de guerra (1710-1713) hasta su liberación en un intercambio de prisioneros. Parece que durante su presidio gozó de cierta libertad de movimientos que aprovechó para estudiar las fortificaciones de la ciudad y que, como era de esperar, se aprovechó para el posterior asedio a la misma. [1] 

Verboom proyectaría la Ciudadela en su ubicación definitiva, ya que le permitía por una parte  dominar el centro más poblado de la ciudad y por otra fortalecer una de las zonas más débiles del perímetro amurallado. La fortaleza tenia forma de pentágono con cinco baluartes (de la Reina, del Rey, del Príncipe, de Don Felipe y de Don Fernando) de unos 320 m de distancia entre ellos, con otros tantos revellines (lo que le otorgaba una planta de estrella de 10 puntas), con unas murallas de una altura promedio de 8 metros y se proyectó que fuera ocupada por unos 8.000 hombres con la finalidad de mantener un control militar permanente, ocupando en total una superficie de 1.111.389,5 m². [2]

La Ciudadela en el Plano Topográfico de Juan López, de 1807.

Se comenzó a construir en el año 1716, para lo cual hubo que derruir parte del existente barrio de La Ribera, varios conventos y unas 1.000 casas, desalojando a sus habitantes, lo que provocó una pronta problemática con las autoridades de la ciudad, ya que también se les cargó con el gasto de los derribos2. Los principales edificios del complejo se acabaron en el año 1721, pero no se terminó su construcción por entero hasta el año 1751. La Ciudadela conservó no obstante la torre medieval de San Juan (Sant Joan), que fue integrada en el conjunto y que fue durante varios años la cárcel de la ciudad. Aquel conjunto se rodeó con un foso con la vertiente externa formando una entrada encubierta y, más hacia fuera, por la explanada, un espacio sin obstáculos y en ligero desnivel que la aislaba tanto de la ciudad como del campo abierto. Otros elementos que se edificaron como complemento a dicha fortaleza, fueron el fuerte de don Carlos, por el lado de mar, construido en la época de Carlos III, y el fuerte Pío, por el lado norte, dando vista al fértil llano de Barcelona. [5]

Plano en relieve de la Ciudadela de Barcelona, con los edificios que aún
se conservan marcados en naranja.

A pesar de su inherente función defensiva, los barceloneses veían con recelo la existencia de la fortaleza, y ya en el año 1794 el Consistorio pidió al rey oficialmente su derribo, que obviamente no fue admitido.

Tras la Guerra de Independencia, el crecimiento demográfico de Barcelona era un hecho (a principios de siglo ya contaba con cerca de 185.000 habitantes), lo que implicaba un crecimiento urbanístico para el cual la fortaleza era un freno manifiesto, por lo cual se decidió derribar las murallas, aunque las sucesivas peticiones de los regidores a la autoridad real en 18403, 1845 y 1862 fueron desestimadas. Con la Revolución de Septiembre de 1868, el nuevo responsable del gobierno español el reusense Juan Prim y Prats decretó la cesión de la fortaleza a la ciudad, con el compromiso de edificar un parque público, que los gastos de la demolición corrieran a cargo del Ayuntamiento y la construcción de casamatas alternativas para el alojamiento de los soldados. A partir del año 1869 el Ayuntamiento de Barcelona encargó todo los proyectos y gestiones del derribo de la Ciudadela y de la construcción del Parque a una comisión de regidores, que estuvo presidida durante un tiempo por Francesc de Paula Rius i Taulet.

La Ciudadela durante su demolición, con el puente sobre el foso, la puerta principal, la iglesia, el palacio del gobernador y al fondo el arsenal. (d)

Transcurrieron más de diez años desde el inicio del derribo de las murallas (1869) en varias etapas hasta la cesión del solar de la Ciudadela y hasta la decisión de su uso. Se erigió un monumento ecuestre al general Prim entre 1882 y 1887 (que aún puede observarse en el parque de la Ciudadela, aunque fuese derribado puntualmente en 1936 y vuelto a erigir en 1948). Del complejo de la fortaleza quedaron sólo los principales edificios internos: la capilla, el palacio del Gobernador (actualmente, un instituto de enseñanza secundaria) y el arsenal, que en 1888 fue convertido en Palacio Real y en 1931 y, nuevamente, en 1979 en sede del Parlamento de Catalunya.

La ciudadela de Barcelona en el s. XIX.

LA CIUDADELA DURANTE EL PERIODO 1808-1814

En los dos dias que precedieron á la entrada de las tropas francesas en Barcelona, el recién incorporado capitán general conde de Ezpeleta intentó seguir el proceder de su antecesor en el mando el conde de Santa Clara, a pesar de que las instrucciones desde la Corte no fueran todo lo precisas que se hubieran necesitado en aquellos momentos más allá del de proporcionar a los soldados franceses lo que necesitaran para su alojamiento y avituallamiento y que hasta fueran mejor tratadas que las españolas. El Ayuntamiento, por otra parte, se resistía enérgicamente a la entrada de soldados extranjeros cuya fuerza excedia en mucho a la de los soldados españoles que guarnecían la Plaza. Finalmente tras acalorados debates se accedió a la admisión de los franceses dentro de la Plaza, pero sin concederles otros cuarteles que los de la ciudad, y sin ser admitidos en la Ciudadela, Monjuich y Atarazanas.

Ocupación de la Ciudadela de Barcelona y castillo de Montjuich
por los franceses el 29 de febrero de 1808.

Finalmente las tropas franco-italianas entraron la tarde del 13 de febrero de 1808 en la ciudad de Barcelona. Tras algunos desfiles y actos protocolarios, el 29 de febrero a las 11:30 h., tras una revista de tropas en la esplanada cercana a la fortaleza, el general italiano Lechi se dirigió directamente a caballo con sus edecanes a la misma, y detrás el resto de tropas que se hallaban en formación. A las 13:00 horas salió apresuradamente el gobernador de la Ciudadela, Juan Viard de Santilly4, para comunicarle a Ezpeleta que los franceses se habían apoderado de la fortaleza, quedando presa la guarnición española que la custodiaba.

La torre de San Juan, que se constituyó en el presidio de la ciudad. (f)

El 1 de marzo, se sacaron los enseres y muebles de la guarnición española, al hasta entonces gobernador se le mandó ocupar otros aposentos más reducidos en el mismo lugar y a las 4 de la tarde, salieron de la Ciudadela las tropas españolas, siendo casi toda de Guardias Españolas y Valonas5, que tuvieron que pasar la noche anterior al raso en la plaza de la Ciudadela. Los oficiales y la tropa, que iba con sus fusiles, se dirigieron al Baluarte de Medio-Dia, al Colegio Tridentino y al Convento de San Agustín. La fuerza francesa que se quedó en la Ciudadela, era de dos batallones del 2º de napolitanos, con unos 2.386 efectivos.

A partir de entonces, la Ciudadela, aparte de sus funciones defensivas y de alojamiento de soldados, se constituyó en almacén de víveres para la tropa y depósito de trigo de las poblaciones cercanas, depósito de armas (muchas de ellas españolas extraídas primeramente de las Atarazanas) y presidio para los contrarios a la ocupación, para rehenes de las autoridades francesas como personas de rango (el mismo conde de Ezpeleta), burgueses pudientes, religiosos y con el tiempo también para los prisioneros de guerra que eran conducidos a Barcelona. También la Ciudadela fue ocasionalmente objetivo del fuego de las fragatas británicas que bloquearon Barcelona por mar durante casi todo el conflicto.

Los reos del Complot de la Ascensión que se produjo en el año 1809, que ya tratamos en nuestro blog. El grabado recoge parte de la fachada de la Ciudadela, la torre de San Juan y la Iglesia interiores, así como su puente levadizo en el margen izquierdo.

Con el transcurso de los acontecimiento y a medida que avanzaba la guerra, en Barcelona se centralizaban los convoyes que regresaban a Francia, con los soldados y el fruto del expolio por parte varios de los oficiales. El propio Suchet acudió a la ciudad en dos ocasiones en 1813 y en 1814. Ya al finalizar la guerra y publicado el armisticio, con el último gobernador militar de Barcelona, Habert, aún exigiendo las contribuciones para todo el año 14 y sin tener relativa prisa para entregar la plaza. El 28 de mayo de 1814 quedó liberada la ciudad de Barcelona con la entrada del coronel José Manso al frente de su división, siendo elegido ese mismo día gobernador de la Ciudadela.

LA CIUDADELA EN LA ACTUALIDAD

La mayoría de los terrenos que ocupaba la Ciudadela están ocupados por un parque público con el mismo nombre, que durante muchos años fue el único que tuvo Barcelona. De la antigua fortaleza solo se conservan tres edificaciones: la Iglesia (Parroquia Castrense, s. XVIII), el antiguo Palacio del gobernador (actualmente el IES Verdaguer) y el arsenal (actual Parlamento de Cataluña).

LA IGLESIA

Perfil de la Iglesia de la Ciudadela (1724) . AGS. Secretaría de Guerra, Legajos (g)

LA CASA DEL GOBERNADOR

EL ARSENAL

Alzado frontal del arsenal de la Ciudadela de Barcelona (1717). AGS. Secretaría de Guerra, Legajos, 03303 (h)

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1«Esta tarea ocupó prioritariamente al ingeniero, tal como se hace patente a través de los numerosos planos y proyectos que hizo como planteamiento previo de la obra, así como por los que fue realizando en el transcurso de los trabajos de construcción para dar respuesta a los problemas que iban surgiendo. Evidencia de la concentración de esfuerzos de Verboom en la tarea, es el que en abril de 1715 escribía al ministro del Despacho de la Guerra, Miguel Fernández Durán, disculpándose por no poder atender a la constitución de la Academia para la formación de los ingenieros por estar muy ocupado en el proyecto de la ciudadela de Barcelona. Fue también él quien en 1715 diseñó la medalla conmemorativa de la ceremonia de colocación de la primera piedra de la ciudadela y se ocupó personalmente del desarrollo de las obras, lo que le llevó a solicitar el 1 de enero de 1718 el nombramiento de gobernador de la fortaleza, lo que le fue concedido el día 13 de mayo del mismo año». [7]

2La mayoría de sus habitantes no serían realojados hasta el año 1753, en el recién construido barrio de la Barceloneta.

3Ya en el año 1841 la nombrada Junta de Vigilancia de Barcelona inició el derribo de la muralla aunque, cuando fue suprimida el mismo año, el regente Espartero la hizo restaurar. [6]

4Juan Viard de Santilly (ó Santilli). Nació en Mâcon (Borgoña, Francia) el 8 de noviembre de 1754. Cadete de las Reales Guardias Valonas, participó en la Guerra contra la Convención Nacional francesa y en la campaña del Ejército español en el frente de Aragón (1793-1795). Fue coronel de infantería (25-12-1793). Fue herido en Lescun (4-9-1794). Fue capitán interino, segundo comandante de las tropas ligeras de Navarra (11-9-1794), capitán de fusileros del regimiento de las Reales Guardias valonas (3-8-1795), brigadier de infantería (4-9-1795) y gobernador de la Ciudadela de Barcelona (24-4-1798). Fue suspendido del cargo por las autoridades napoleónicas de empleo (29-2-1808) y desterrado a Francia (22-7-1810). Fue el último gobernador militar de la Ciudadela.

5Citando a Francisco X. de Cabanes, en junio de 1808, cifra las siguientes fuerzas regulares en Barcelona: Guardias Españolas (1.200) y Valonas (900), de otros cuerpos (600), Reg. de Borbón de caballería (100), 1er reg. de artillería (600) y de Marina, 1 bergantín y 6 faluchos. O sea 3.580 hombres y 120 caballos


Fuentes:

1 – “Poliorcètica Defensiva: La Ciutadella De Barcelona, Contextualització I Característiques Bàsiques” –  Miquel Gea y Laia Santinach, QUARHIS, Època Ii, Núm. 6 (2010), pp. 178-195

2 – “Gaudí en el Parque De La Ciudadela” – Laura Muñoz Hornillos,  Proyecto Final de Carrera. Expresión Gráfica Arquitectónica II – Arquitectura Técnica 2006-2007

3 – “Un parque para Barcelona. La evolución histórico-formal del Parque de la Ciudadela” – Ester Benatar Zamora. Aula 7, 2020

4 – https://ca.wikipedia.org/wiki/Fortalesa_de_la_Ciutadella

5 – https://serhistorico.net/2020/11/02/fuerte-pio-150-anos-de-historia-de-barcelona-antonio-gascon-ricao/

6 – https://www.llibertat.cat/2007/03/1841-primer-intent-d-enderrocament-de-la-ciutadella-de-barcelona-889

7 – https://dbe.rah.es/biografias/15570/jorge-prospero-verboom

8 – «Els governadors de la Ciutadella de Barcelona durant el segle XVIII» – Rafael Cerro Nargánez, Revista de Dret Històric Català [Societat Catalana d’Estudis Jurídics], vol. 18 (2019), p. 145-177 ISSN (ed. impresa): 1578-5300 / ISSN (ed. digital): 2014-0010

9 – «Barcelona cautiva 1808-1814» – Raymundo Ferrer, 1815 – Ed. Antonio Moliner Prada

Imágenes:

a – https://cloud10.todocoleccion.online/fotografia-antigua-fotomecanica/tc/2019/10/31/16/181740367_tcimg_C26123EA.webp

b – https://ajuntament.barcelona.cat/arxiumunicipal/arxiufotografic/sites/default/files/styles/_header__

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c – By José Luis Filpo Cabana – Own work, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=70040844

d – https://catalegarxiumunicipal.bcn.cat/ms-opac/image-file/byte?f=/opt/baratz/mediasearch/cache/extralarge/1/000004a3/1187085/1198566111111.jpg

e – https://cloud10.todocoleccion.online/fotografia-antigua-fotomecanica/tc/2019/10/31/16/181740367_tcimg_C26123EA.webp

f – https://catalegarxiumunicipal.bcn.cat/ms-opac/doc?q=ciudadela+de+barcelona&start=57&rows=1&sort=msstored_typology%20asc&fq=norm&fv=*&fo=and&fq=media&fv=true&fo=and

g y h – Ministerio de Cultura y Archivos Estatales de España.