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William Siborne |
EL PERSONAJE
EL ENCARGO Y SU REALIZACIÓN
Siborne llevó a cabo la comisión con presteza y en el entendimiento que el Ministerio de Defensa pondría un montante económico para poder financiar el proyecto. Muy a su pesar, dicho entendimiento no se le dio por escrito. Sin embargo, puso su corazón y alma en la empresa, y dinero de su propio bolsillo. Abandonó el Ejército y llevó a cabo un levantamiento del campo de batalla durante el transcurso de ocho meses, acampando muchas veces en el mismo y esto mucho antes de que existiera el Servicio de Cartografía del Ejército (Ordnance Survey), asi que la creación del mapa de la batalla fue innovadora en sí misma. A continuación, envió una carta a los oficiales británicos supervivientes que habían servido en Waterloo. Les preguntó donde habían estado sus unidades \»hacia las 19:00 horas\», qué unidades enemigas tenían enfrente, qué clase de cultivos había a sus alrededores, y los invitaba a intercalar comentarios sobre los papeles desempeñados por sus regimientos.
Se recibieron alrededor de 700 respuestas y éstas formaron la base para el trabajo de Siborne.Se pasó los siguientes ocho años investigando las disposiciones de las fuerzas, comparando testimonios de despachos oficiales (incluidos los propios de Wellington), de las memorias impresas, y la abundante correspondencia que realizó con los veteranos supervivientes, ingleses, franceses y prusianos*. Al final del trabajo se consiguió un modelo magnífico, y junto con el archivo de las cartas a Siborne que era su producto, forman una evidencia histórica única de la batalla.
EL MODELO
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Mike Johnson (LP Arqueología) haciendo unas fotografías a una sección de la maqueta con la granja de Hougoumont para reconstruir un modelo digital de la misma. |
LA EXHIBICIÓN
LA POLÉMICA
No he podido por menos que traduciros el relato que hace John Adamson de la polémica suscitada en su momento1 por su exposición clara y concisa de los hechos :
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Plano de Waterloo según Siborne (11:15 h)
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El punto clave en cuestión era el papel de los prusianos. Después de cotejar los registros del Estado Mayor prusiano con los de los propios oficiales de Wellington, Siborne había descubierto inconsistencias graves en el propio relato de Wellington de la batalla, el célebre Despacho de Waterloo.
Donde el duque siempre había insistido en que los prusianos habían llegado relativamente tarde en el día, cuando la batalla estaba ganada, Siborne pudo probar que, efectivamente, se habían involucrado en la batalla varias horas antes de lo que Wellington afirmó, y por lo tanto habían jugado un papel mucho mayor en la victoria de lo que se les atribuye en el Despacho. Wellington respondió insistiendo en que Siborne estaba \»equivocado\» y exigiendo que la mayor parte de las tropas prusianas que aparecían en el modelo debían ser eliminadas**.
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Plano de Waterloo según Siborne (19:45 h)
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Inalterable, Siborne aumentó su \»ofensa\» seis años más tarde con la publicación de -en dos volúmenes con un volumen adjunto de mapas- su Historia de la guerra en Francia y Bélgica en 1815, en la que presentó pruebas detalladas de la pronta (y extensa) contribución de los prusianos. Su Historia fue posteriormente publicada en EE.UU en 1845 y en una edición alemana en 1846.
Al insistir en la exactitud histórica, Peter Hofschröer argumenta que, Siborne estaba \»en efecto llamando a Wellington mentiroso\» – y en el proceso no sólo socava uno de los pilares de la élite británica, sino que subvierte un elemento central de la mitología nacional: la convicción de que sólo Gran Bretaña – y el genio del duque de Hierro – salvó a Europa de la tiranía de Napoleón.
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Ejemplar del libro de Siborne |
Puede ser. Pero la versión de Wellington de lo que sucedió en Waterloo fue construida para satisfacer las amantes más exigentes de la Musa inocente de la historia. En 1815, las relaciones de Gran Bretaña con Prusia estaban sumamente tensas por la sospecha de que su aliado nominal tenía la firme intención del expansionismo territorial. Como concede incluso Hofschröer, \»si el Duque hubiera dado a los prusianos el reconocimiento por su papel en la batalla, probablemente les habría conducido a hacer demandas aún más fuertes para una mayor expansión territorial, alterando el equilibrio de poder tan laboriosamente establecido en el Congreso de Viena\» en 1814. El interés nacional y la vanidad personal de Wellington convergieron.
El duque tenía poca más \»alternativa\» que el descrédito de Siborne en los años 1830 y 1840, si la inmediata diplomacia post-Waterloo de Gran Bretaña -y su propia reputación después de la guerra- fueran revelados como fundados, si no del todo en una mentira, entonces en una medio conveniente verdad.\»
EL DESENLACE
Cinco años después de la primera aparición pública del diorama (el año en que fue nombrado ayudante del Royal Military Asylum), Siborne eliminó las figuras que representaban a los 40.000 soldados prusianos del modelo. Fue un gesto para apaciguar y aplacar a Wellington, en la esperanza de que el Ministerio de Defensa liberaría los fondos para pagar sus deudas: el silencio oficial saludó el gesto de Siborne.
La reputación de Siborne no acabó con su muerte, pues fue cuestionado una y otra vez por legiones de historiadores militares. Aun así, tuvo sus partidarios que, aunque no tan fuertes e influyentes como los que le arruinaron, le brindaron algún tipo de protección: es más algunos ocupaban posiciones de influencia. Consiguió su puesto de Adjunto en el Royal Military Asylum en 1843 -previamente había comprado su capitanía en 1840- cuando reemplazó a su antecesor en el cargo, el capitán J. Ludgard que había estado en el Asilo desde que abrió sus puertas en 1803.
Según Richard Gilbert, \»Por lo tanto, no es del todo cierto afirmar que Siborne murió en la pobreza. Por el contrario , durante los cinco años que formó parte del personal del Royal Military Asylum, él y su familia disfrutaron del un sueldo anual de £ 120 (equivalente a unas £ 10.000 actuales)\».
El mismo Gilbert asevera que: \»Captain Siborne, one-time Adjutant of the RMA, has been vindicated and history must condemn Wellington for his monstrous ego and his failure to share his victory with his Prussian allies, but more roundly for exercising his immense influence to demean a gallant and scholarly junior officer, hounding him to an early grave.\»
(trad.) \»El Capitán Siborne, una vez Adjunto del RMA, ha sido reivindicado y la historia debe condenar Wellington por su ego monstruoso y su fallo en no compartir su victoria con sus aliados de Prusia, pero más rotundamente por ejercer su inmensa influencia para degradar a un galánte y académico oficial subalterno, acosándolo hasta una tumba prematura\».
EL MODELO EN LA ACTUALIDAD
Pero fue la versión de Wellington de la historia la que ha prevalecido hasta ahora: de los ofendidos 40.000 prusianos que Siborne colocó cuidadosamente una vez en su modelo, todos menos un puñado han sido eliminados1.
(*) Por contra, curiosamente en la propia página web del National Army Museum, al hablar del modelo cita \»No parece haber intentado tener en cuenta los testimonios franceses y prusianos y las cartas de los oficiales alemanes en el ejército de Wellington fueron ignoradas. Gran parte de la zona ocupada por los prusianos avanzando se excluyó del modelo en un intento claro para ser visto sólo desde la perspectiva británica.\» (¿?).
(**) En \»Las letras de la victoria impresa\», Julio Martín Alarcón escribe: \»Los impuestos sobre el papel, la restrictiva legislación contra el libelo y el control del servicio postal, el cuerpo más poderoso a la hora de transmitir información, facilitaban la labor para tener una prensa dócil. Los británicos leían lo que Wellington y sus superiores querían. El \’duque de hierro\’ no era un simple funcionario del ejército, sabía cuando escribió su versión de la histórica jornada que acabó con el último aliento del emperador que había doblegado Europa que aquellas líneas eran poder. Años después, cuando comenzaron a publicarse algunas cartas y memorias de los combatientes siguiendo con la fiebre post Waterloo que incluso generó una industria turística ya en el siglo XIX, en el campo de la leyenda, solía decir que \»cualquier idiota puede escribir lo que cree que pasó o que vio combatiendo, pero sólo yo tengo la visión de conjunto necesaria y la posición para poder contar cómo ocurrió\».
Fuentes:
– http://www.richardgilbert.ca/achart/public_html/articles/york/siborne.html
5- http://www.elmundo.es/la-aventura-de-la-historia/2015/06/17/557ecf9e46163f88038b4583.html
Imágenes:
– https://www.youtube.com/watch?v=DwXSQUwBPGk
– http://www.nam.ac.uk/online-collection/images/960/102000-102999/102348.jpg
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– http://www.nam.ac.uk/online-collection/images/960/102000-102999/102349.jpg
– http://cudl.lib.cam.ac.uk/view/PR-ATLAS-00002-00084-00020/6