La retirada a La Coruña de la expedición de sir John Moore (1) – La marcha de la muerte, según Christopher Summerville

Las entradas de esta semana y la próxima las dedicaremos a la malograda expedición británica en suelo español (desde octubre de 1808 a enero de 1809), al mando del Teniente General sir John Moore.

Hoy trataremos la singladura del ejército de Moore narrada desde el punto de vista británico en el libro del escritor Christopher Summerville \»La marcha de la muerte. La retirada a La Coruña de sir John Moore. 1808-1809\», que trata sobre la expedición y el trágico final del mismo Moore. La semana que viene trataremos el recorrido completo de la expedicion de Moore, desde su desembarco en Lisboa hasta su reembarque en La Coruña, de los entresijos de la campaña en si, y lo compararemos con el tratamiento que han dado otros autores como el Conde de Toreno o Charles Esdaile.

Summerville* nos obsequia con un más que ameno recorrido por las vicisitudes del ejército británico que comandó Sir John Moore a finales de 1808 y principios de 1809 durante la Guerra de Independencia. La pluma del autor recorre, una tras otra, las memorias de los participantes británicos -independientemente de su empleo y posición- y nos sumerge en la desenfrenada carrera por la supervivencia de un ejército expedicionario que se encontró de inmediato luchando casi a diario acciones de retaguardia contra los perseguidores franceses capitaneados inicialmente por el propio Emperador, contra las inclemencias del gélido invierno norteño, las múltiples privaciones y finalmente el hambre y las enfermedades.

La misión de Moore se convirtió enseguida un reto muy exigente y complicado. Colaborar con unos ejércitos españoles continuamente derrotados que apenas tenían para ayudarse ellos mismos, le obligó a un súbito cambio en la estrategia que implicó una retirada hacia el noroeste de España para tratar de salvar a su ejército -uno de los más numerosos contingentes británicos** fuera de las Islas- claramente en desventaja numérica frente a las tropas imperiales francesas. Summerville no oculta las críticas que recibe Moore de sus soldados -y subordinados- que no entienden el papel de perseguidos sin presentar batalla cuando habían salido de Inglaterra para luchar contra los franceses. El papel de los españoles no queda tampoco bien parado (a excepción de la etapa final en La Coruña), lo que daria pié sin duda a otro debate así como la figura del general De La Romana, que es tildado de buen hombre pero un general incapaz. Dejo este último punto a la consideración que le quiera otorgar cada uno***.
 

Teniente General Sir John Moore

Otro punto que no se oculta son los continuos episodios de indisciplina de una tropa que de la vanguardia a la retaguardia se dedica a la embriaguez más desenfrenada, al pillaje y robo en la población local, lo que provocó la clara aversión de ésta y que muchos soldados británicos cayeran prisioneros de sus perseguidores o fueran directamente masacrados por la vanguardia de la caballería francesa de la Guardia. 

Con todo, Soult, el encargado de la persecución por Napoleon, no consigue (o no pretende) alcanzar y acabar decididamente con Moore. Tras una persecución que pone al límite a sus propias tropas y provoca retardos de algunas de sus  divisiones, tantea al ejército de Moore en Lugo y sólo cuando alcance la Coruña dará batalla a un ejército que se encuentra ya embarcando en los buques a su artillería y caballería. 

La muerte de Moore en plena batalla, le ahorró de seguro las cruentas críticas a su persona que se dieron a la llegada de la expedición a tierras inglesas, le procuró un lugar en la historia y con el tiempo vió reivindicada su figura como un comandante de amplias virtudes militares, con carisma y humanidad para con sus soldados, innovador en el uso de la infantería ligera y alejado del snobismo clasista de otros comandantes británicos al estilo de Wellington.                 

Os dejamos con unos cuantos fragmentos del libro a modo de ejemplo de cómo vivieron sus participantes los diferentes acontecimientos.

FRAGMENTOS DEL RELATO:

Moore llegó a Salamanca desde Lisboa, donde le esperaba la noticia que el propio Napoleón se había puesto al mando de las tropas francesas y que sólo se encontraba a unos pocos 100 km de su posición, en Valladolid. Al conocer asimismo la derrota de Blake en Espinosa de los Monteros, la incredulidad e inquietud de Moore no dejó de crecer por el signo de los acontecimientos:

\»La estulticia del Gobierno español va más allá de lo imaginable … No tengo comunicación con nadie del Ejército español, como tampoco me han informado de las intenciones del Gobierno español o de sus generales … Al mismo tiempo, los franceses se hallan a cuatro jornadas de marcha de mí, mientras mi ejército recién comienza a reunirse: no tengo forma de saber cuál es su número … Si las cosas continúan de esta guisa, la ruina de la causa española y la derrota de sus ejércitos es inevitable, y será entonces mi deber preocuparme solamente de la seguridad del Ejército británico, tomando las medidas necesarias para llevar a cabo una retirada ante una situación en la que, sin posibilidades de llevar a cabo una buena actuación, estamos expuestos a una derrota cierta\».

Sir John Moore en carta al embajador Frere.

A pesar de lo presuntamente adverso de la situación, y por unos correos franceses interceptados que daban por hecho su retirada hacia Portugal, Moore siguió hacia el este, hacia Sahagún, buscando cortar las líneas de comunicación francesas y al mismo tiempo facilitar la iniciativa española en el sur del país, al atraer a los franceses hacia él.
Carga del 15º de húsares en las primeras horas del 21 de diciembre de 1808. La caballería británica al mando de Henry Paget dió un más que notable rendimiento durante toda la campaña, primero en misión de pantalla del contingente propio y luego manteniendo sistemáticamente a raya a las tropas imperiales de caballería, en especial a los cazadores de la Guardia. 

 

El cuerpo de Soult esparcido entre Saldaña y Carrión era el objetivo, pero antes de entrar en combate La Romana, que se encontraba en Mansilla, envía un mensajero a Moore advirtiéndole que agentes españoles informaban que Napoleón cruzaba la Sierra de Guadarrama con el objetivo de atacarle por su retaguardia. La ofensiva se convierte en retirada precipitada, lo que provoca las primeras voces discordantes que iniciaron los sentimiento de disgusto y desmoralización entre la tropa y los oficiales por igual:

\»Desde el comienzo de la retirada, el desorden y la falta de disciplina y obediencia, comenzaron a hacerse presentes. Esto se debió, en primer lugar, a las marchas forzadas, en segundo lugar, a las deficiencias en el avituallamiento, el mal tiempo y los pésimos caminos, y finalmente al abatimiento y la sensación de ignominia causada por una continua retirada y por la imposibilidad de medirse con el enemigo. Al mismo tiempo, todo ello se veía agravado por el más absoluto secretismo y el silencio sobre los planes de retirada mantenido durante todo este proceso por el general Moore. A él se debe la mayor culpa en todo esto, puesto que no era el momento adecuado para actuar con secretismo y debió haber familiarizado anticipadamente a todos los oficiales y hombres sobre la necesidad de la retirada. Incluso los propios oficiales se tornaron descuidados ya que nadie sabía las razones y la finalidad de todo lo que ocurría. La única creencia compartida por todos era que ya estaba todo perdido\». 
August Schaumann, adjunto al Jefe de Intendencia. 

Sargento y soldados de infantería británicos (1808-1809)

Con una tropa desmoralizada, fuera de su país y falta de provisiones y material (paulatinamente destruido para evitar que cayera en manos enemigas), junto con la desidia de algunos oficiales, provocaron que los episodios de pillaje, robo, violencia y embriaguez desmedida no tardaron en aparecer, lo que llevaba a espectáculos como el que describe William Surtees:

\»Los… barriles fueron puestos en orden para ser cuarteados y dejar que el contenido se derramase por las calles, antes que verlo caer en manos enemigas. De esta manera, el mismo ron que tanto trabajo costase traer desde La Coruña ahora se perdía para siempre, provocando el encogimiento en los corazones de los numerosos soldados que miraban en esos momentos y que tanto adoraban el licor. Empero, como no se resignaban a perderlo todo, una vez abiertos los barriles y cuando su contenido corría en grandes regueros hacia los desagües, algunos de estos brutos sirviéndose del grasiento chacó que los tocaba, se pusieron a recoger la mezcla de ron y lodo, y comenzaron a beber -o más bien, a masticar- esta infame mixtura\».  
William Surtees
Tras una accidentada marcha de casi 300 km desde Astorga en 11 días, por malos caminos de montaña y agravada por las rigurosas temperaturas invernales del norte de España, los británicos perseguidos por las tropas de Soult junto con tropas de Ney, llegaron a La Coruña para ser reembarcados por los buques de transporte de la Royal Navy. Pero Soult llegó frente a la Coruña el 12 de enero y tras unos días de indecisión el 16 de enero comenzó la batalla de La Coruña llamada también de Elviña.

Batalla de Elviña. Highlanders contra tropas francesas.
Los ingleses mantuvieron a raya los ataques franceses, pero Moore al desplazarse a primera línea,  después de arengar a un grupo de sus tropas en retirada recibió el impacto de una bala de artillería que lo derribó del caballo. Murió hacia las 20:00 horas en La Coruña.
\»Alrededor de las 4 en punto, entre los numerosos hombres heridos que desfilaban ante nosotros de camino al centro de la ciudad, apareció una partida formada por varios ayudantes de cmapo y oficiales, marchando a paso lento y apesadumbrado, detrás de seis soldados que transportaban a un hombre en una manta manchada de sangre desplegada entre dos largos palos. A cada lado de esta camilla, iba un doctor lanzando constantes miradas de preocupación al herido: era el general Moore.\»
August Schaumann, adjunto al Jefe de Intendencia.

Grabado de la muerte de sir John Moore en la batalla.
En resumen, las tropas pudieron embarcar finalmente el 17 de enero y el 18 al amanecer embarcaban las últimas unidades de retaguardia al mando de Beresford. A finales de enero, tras una accidentada travesía, la expedición llegó a Inglaterra.

CONCLUSIONES:

🙂 : Interesante y bien escrito ensayo para todos aquellos que quieran conocer más en detalle este episodio de nuestra Guerra de Independencia desde la óptica británica, que dejó sinsabores por igual a ingleses y españoles, ambos sintiéndose traicionados por sus aliados e inmersos todos en una empresa que tenía pocas posibilidades de verse coronada por el éxito.

 

😦 : Por ponerle un pequeño gran pero, a tenor de lo leído, repasando la bibliografía en que se basa el autor y si no voy errado, no veo ningún título de autor español, ni pasado ni presente, por lo que las fuentes consultadas son todas británicas y alguna francesa. El año de la salida del libro es el 2003, con lo que entiendo que algún título español actual o pasado podría haber sido consultado y cotejado, más que nada para explicar más objetivamente la tan manida falta de cooperación española o la supuesta incapacidad de sus mandos, en concreto La Romana.  


– – – – – – o – – – – – –
* Christopher Summerville, vive en York (Inglaterra), es un editor freelance, escritor e historiador especializado en historia militar. Ha publicado y escrito varios libros, en especial de temática napoleónica, entre ellos: \»Napoleon\’s Polish Gamble: Eylau and Friedland 1807\», \»Who was Who at Waterloo. A Biography of the Battle\», y editado asimismo las memorias del Barón de Marbot y las memorias de Segur de la campaña de 1812 de Rusia.

** Según Carlos Cáceres, el 1 de junio de 1808 unos 151.000 efectivos británicos se encontraban fuera de la metrópoli (61% del total).

*** Las acusaciones o reproches citados en el libro en contra de La Romana vendrán concretamente por no haber impedido el paso por Mansilla de los franceses, el haber confluido en Astorga cuando también acudieron a ella después los británicos y estos habrían querido que en su lugar se hubiera dirigido a Asturias o no haberse hecho fuerte en la ciudad de León. Teniendo en cuenta el pésimo estado de las malnutridas y enfermas tropas españolas en el libro (citado en las memorias de los soldados ingleses) es improbable pensar que hubieran podido representar una eficaz opción de defensa frente a los franceses y más viendo como sus teóricos aliados también estaban en franca retirada de territorio español. Según el relato del Conde de Toreno:


\»Algunos historiadores de aquella nacion le han motejado, así como á otros generales nuestros y autoridades, de haber insistido en pedir una cooperacion activa, y de desfigurar los hechos con exageracion, y falsas noticias. En cuanto á lo primero, natural era que, oprimidos por continuadas desgracias, deseasen todos ofrecer al enemigo un obstáculo, que dando respiro, permitiese á la nacion volver en sí y recobrar parte de las perdidas fuerzas; y respecto de lo segundo, las mismas autoridades españolas y los generales eran engañados con los avisos que recibian. Hubo provincias en que más de un mes iba corrido ántes que se hubiese averiguado con certeza la rendicion de Madrid. Los pueblos oian con tal sospecha á los que daban tristes nuevas, que los pocos trajineros y viajantes que circulaban en tan aciagos dias, en vez de descubrir la verdad, la ocultaban, estando así seguros de ser bien tratados y recibidos. Si ademas los generales españoles y su gobierno ponderaban á veces los medios y fuerza que les quedaban, no poco contribuia á ello el desaliento que advertian en el general Moore, el cual era tan grande, que causaba, segun los mismos ingleses, disgusto y murmuraciones en su ejército. Por lo que, sin intentar disculpar los errores y faltas que se cometieron por nuestra parte, y que somos los primeros á publicar, justo es que tampoco se achaquen á nuestros militares y gobernantes los que eran hijos de tiempos tan revueltos, ni se olviden las flaquezas de que otros adolecieron, igualmente reprensibles, aunque por otro extremo.\»

Curiosamente, Philip J. Haythornthwaite en su extensa obra (ver fuentes)  califica a La Romana como \»probably the best of the Spanish commanders during the Napoleonic Wars\». Hoy en dia algunos historiadores ingleses dan esa condición a Francisco Ballesteros (la misma opinión tenía al parecer el propio Wellington). Curiosamente Ballesteros fue \»reenviado\» a Ceuta por negarse a ponerse bajo las ordenes de Wellington como comandante en jefe del ejército español.
**** \»Los reproches entre los aliados fueron subiendo de tono. La Romana se quejaba amargamente de que los depósitos asaltados por los ingleses [en Astorga] eran suyos y de que Moore no quería defender Astorga, y los británicos acusaban a los españoles de abandonarlos y de no servir para nada. Una parte del ejército británico parecía haber decidido tomar todo aquello que le viniera en gana por la fuerza y, otra parte, aprovechar además para cometer todo tipo de tropelías y rapiñas. Ante tales aliados no es de extrañar que en los pueblos estuviesen deseando la llegada de sus enemigos franceses. En cualquier caso, lo cierto era que Moore había tomado la decisión firme de irse y abandonar a los españoles a su suerte. No confiaba en nuestros compatriotas quienes, por otra parte, no habían dado muestras de capacidad para colaborar, pero nada de eso sirve para justificar las salvajes acciones que los británicos en retirada estaban cometiendo con la indefensa población civil.\» (5).

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Fuentes:

(1) – \»La marcha de la muerte\», Christopher Summerville, books4pocket, Inèdita Ed., 2008, con una buena traducción de Pedro Donoso.
(2) – \»Nuestros aliados los ingleses\» – Carlos Cáceres Espejo – Cuadernos del Bicentenario, núm. 10, FEHME, Diciembre 2010,
(3) – \»Historia del levantamiento, guerra y revolución de España\», Conde de Toreno (1786- 1843), Madrid, Imprenta de D. Tomás Jordán, 1835, citado en: https://sites.google.com/site/entre18091810/campanas/la-intervencion-de-napoleon-y-la-primera-campana-inglesa/retirada-del-general-moore#TOC-Moore-titubea
(4) – \»The Napoleonic Source Book\», Philip J. Haythornthwaite, Arms and Armour, 1995, pp. 342.
(5) – \»Breve historia de la Guerra de Independencia española\», Carlos Canales Torres, Ed.Nowtilus, 2010

Imágenes

http://www.hislibris.com/la-marcha-de-la-muerte-christopher-summerville/
http://www.turismocoruna.com/media/documentos/FolletoSirJohnMoore.pdf
– Carga del 15º de húsares – http://www.xvld.org/images/15thltdragoonssahagunlarge.jpg
– Soldados británicos – \»Uniforms of the Peninsular Wars. 1807-1814\», Philip Haythornthwaite y Michael Chappel, Arms & Armour, 1996 
– La muerte de Sir John Moore. – By http://wellcomeimages.org/indexplus/obf_images/88/b0/70cf5541fdbdba971f53d100f264.jpgGallery: http://wellcomeimages.org/index

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– Mapa batalla Coruña – De No machine-readable author provided. E Mosqueira assumed (based on copyright claims). – No machine-readable source provided. Own work assumed (based on copyright claims)., CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=756432
– De Henry A.Payne (1868-1940) – http://www.britishbattles.com/peninsula/peninsula-coruna.htm, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=20666032

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