La artillería francesa en Mont Saint-Jean
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Antoine Drouot |
Todos sabemos de la importancia de la artillería en las campañas napoleónicas; esta artillería que fue considerada como la mejor del mundo, había, desde 1809, alcanzado sus más altas cotas bajo el mando de un comandante como Antoine Drouot. Sin embargo, en junio de 1815 esta arma estaba en las antípodas de su reputación. En este artículo vamos a analizar las causas de este fracaso, que se mostró de manera evidente en la tarde del 18 de junio. También vamos a rebatir algunas afirmaciones fantasiosas de la época con el único propósito de excusar al principal responsable del desastre. Para ello, hemos tomado como base tres obras de referencia escritas por tres conocidos autores del panorama napoleónico, a saber:
– \»La guerra napoleónica – batallas\», Coronel Camon, Librería CHAPELOT and Co., 1910.
– \»1815-Waterloo\», H. Houssaye, Perrin et Cie, 1913.
Para completar nuestro análisis, también hemos consultado: \»Las memorias de Napoleón\», 2ª edición, Libros Bossange y Dufour, 1830 y el registro de órdenes y la correspondencia del General Soult.
La gran batería – El terreno
3) – Muchas balas francesas, tomando la trayectoria de la gran calzada de Bruselas, cayeron en el centro del ejército británico.
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Mapa de Craan del que ya comentamos en su momento3 |
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Zonas de las llanuras A y B. La versión que consultamos del mapa de Craan difiere en la numeración. |
La Gran Batería instalada en esta posición, fácilmente podría haber pulverizado las líneas defensivas de Wellington y haber reducido a escombros Mont-Saint-Jean. Sin la cobertura de dicho lugar, la posición avanzada británica de La Haye Sainte, y las defensas del camino de Ohain se hubieran vuelto rápidamente insostenibles.
¿Por qué?\»
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Representación de las posiciones francesas y La Haye Sainte en el centro en el film Waterloo (1970). La gran Batería estaba situada más a la derecha. |
El tiempo ahorrado pudo ser aprovechado para ocupar la meseta de La Haye Sainte con infantería y flanquearla con la caballería. Por lo tanto, el desplazamiento hacia adelante de una masa de artillería sólo se habría encontrado con la normal oposición de las baterías enemigas.
Napoleón tenía 266 piezas contra las 174 que tenía Wellington. Así que si 80 piezas no eran suficientes para la Gran Batería, no hubiera habido ningún problema para Napoleón en duplicar su número mientras mantenía una reserva. Una vez las 80 piezas hubieran estado a la altura de la Belle Alliance, las otras 80 podrían avanzar sobre la colina por encima de La Haye Sainte, a derecha e izquierda de la calzada, donde Napoleón hubiera podido aplastar al enemigo. Dependía de él iniciar la preparación de artillería desde las 10 horas. Napoleón dijo en Santa Elena que, el 18 de junio, después de su desayuno a las 8 horas, inmediatamente después, alrededor de las 9 de la mañana, \»los oficiales de artillería, que habían recorrido la llanura, anunciaron que la artillería podía maniobrar, aunque con algunas dificultades que, dentro de la una hora, habrían disminuido\».
Habiendo justificado Napoleón sus actos en St. Helena, podemos, sobre la base de este testimonio, poner en tela de juicio todas las legendarias afirmaciones concernientes al terreno; afirmaciones destinadas unicamente a disculpar las numerosas faltas producidas durante día. Sin embargo, continuemos con nuestro análisis.
Supongamos la entrada en acción de la artillería a las 10 horas. A las 13 horas, después de tres horas de fuego intenso, similar al producido en Friedland o Wagram y, mucho antes de que Bülow hubiera presentado un solo hombre hacia Chapelle-Saint-Lambert, el ejército británico habría sido desorganizado totalmente y, Erlon, Lobau y la Guardia, subiendo por las laderas de la meseta de Mont-Saint-Jean, lo habrían dislocado fácilmente con una carga. Por lo tanto, Napoleón descuidó tanto la acción del cañón como la maniobra, olvidando sus palabras de La Riboisière sobre el campo de batalla de Wagram \»En Eylau, vuestra artillería me sostuvo poderosamente, hoy ganará la batalla\». No es que su memoria se hubiera desvanecido, pero si que lo había hecho su orgullo.
Wellington es un mal general…
\»Wellington es un mal general y sus soldados, malos soldados …\» dijo Napoleón en Le Caillou después del almuerzo del 18 de junio por la mañana, cuando el Mariscal Ney y el general Reille le habían señalado que los ingleses eran inexpugnables cuando se trataba de mantener una posición. Entonces, ¿qué maniobras de artillería necesitaba cuando solo sus pensamiento, sus sueños y su ilusión eran suficientes para transformarlo todo. Aparte de su concepto personal, nada lo toca. Ciertamente, Wellington había albergado su infantería y las reservas detrás de las crestas del terreno. Es cierto que con el desplazamiento hacia delante de la artillería, descuidamos los serios obstáculos que el general inglés había acumulado en la parte frontal, principalmente Goumont [Hougoumont].
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Representación de las posiciones francesas y Goumont a la izquierda en el film Waterloo (1970). |
Admitamos que no hemos presentado más que un esquema de la maniobra de la artillería, y vayamos más adelante en nuestro pensamiento.
Tres llanuras estratégicas – Posiciones
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Llanura C, posición aproximada |
Disponiendo allí sus baterías y extendiéndolas hasta la bifurcación de la carretera de Nivelles a Mont-Saint-Jean, la artillería francesa podría tomar de enfilada una parte del camino de Ohain y los pliegues del terreno donde Wellington albergaba sus reservas. Las piezas de 12, con un alcance de 1.800 metros, podrían fulminarlas a la altura de la calzada de Bruselas.
La maniobra completa de la artillería se deriva de la posición de esta llanura, la que llamaremos \»la llanura del camino de Genappe\» o \»llanura C\». Si las condiciones climáticas no permitían maniobrar en el fondo del terreno, al menos tenía que usar las crestas; la artillería se podía dividir en tres masas:
– La primera, como ya se encontraba, a la altura de la Belle Alliance (A), con el objetivo de forzar a la artillería de Wellington a retirarse.
– La segunda, aprovechandose de esta retirada, desplazarse unos 500 metros sobre la segunda llanura, delante de la Haye-Sainte (B).
– La tercera, al mismo tiempo, para aplastar Goumont bajo fuego y silenciar la artillería del ala derecha inglesa (C).
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Las tres llanuras A, B y C en el mapa de Craan. |
Ambas baterías dominando Goumont y La Haye Sainte podrían tomar de enfilada todos los desniveles del terrenos y pulverizar al ejército de Wellington, en tres horas de fuego sostenido. Por lo tanto, una parte de la infantería francesa podría ser lanzada con los tiradores sobre las crestas de las llanuras; mientras que el resto, formado en columnas de asalto en el intervalo o en los flancos de las baterías podría proporcionar una protección eficaz contra cualquier ataque enemigo y pasar a la ofensiva en el momento adecuado. Los cuerpos de caballería podrían completar la defensa de las masas de artillería. Ante tal despliegue, qué decisión podría tomar Wellington, si no es la de una retirada en desorden y esto es, mucho antes de la llegada de los prusianos?
Con 174 piezas contra los 266 francesas, superiormente servidas, su derrota era segura. No admitiendo la derrota sin luchar, y para ganar al menos el tiempo y el espacio en una retirada, Wellington se vio obligado a intentar un ataque. Por ello, debía salir de sus líneas, descender hacia los pequeños valles y remontar las laderas al asalto del ejército francés. Era la batalla al revés y el final del plan ingles. Frente a una contraofensiva, la artillería francesa hubiera podido disparar la metralla.
En resumen, el aspecto de la batalla podría cambiar completamente sólo con la preparación adecuada de la artillería. En menos de cuatro horas, las anglo-holandeses hubieran sido destruidos, el golpe podía haber sido dado por las tropas de Erlon y de la Guardia. Pero entonces. para obtener tal resultado, hacía falta maniobrar, tomarse la molestia de estudiar el terreno y de poner en juego los elementos de la victoria; tantas cosas que Napoleón consideró innecesarias. Es en esta etapa de nuestro análisis, es esencial recordar las posiciones de 18 de junio 1815 y no tomar en consideración las leyendas.
Para ello, tomamos como referencia el coronel Camon, que nos dice que la Gran Batería estaba a unos 1.500 metros de la línea inglesa. Así que no puede haber ninguna duda de que estaba bien posicionada en la llanura de la Belle Alliance (A). Thiers, escribió que la Gran Batería, discurriendo por el pequeño valle entre los dos ejércitos, enviaba sus proyectiles sobre la parte posterior de la llanura y que cayeron en el centro del ejército británico. Obviamente Thiers nunca se molestó en visitar los campos de batalla. Napoleón, en sus \»Memorias\», habla de 10 divisiones de artillería emplazadas \»en la izquierda apoyada en la calzada de Charleroi, en los montículos más allá de la Belle-Alliance y enfrente de la división de la izquierda del I Cuerpo.\» Esta explicación encaja bien con las de Camon y Houssaye. La cresta dominante de la llanura de La Belle Alliance (A) está más allá de la granja y enfrente del camino de Papelotte donde estaban situadas las 4 divisiones del I Cuerpo.
¿Qué quiere decir Thiers con su \»pequeño valle entre los dos ejércitos\»? Vamos a tratar de explicar este embrollo.
Leyendo la historia de Thiers, que se imagina que las tropas francesas parten de la primera llanura (A) para hacer frente a las crestas del camino de Ohain, tenían que descender a un pequeño valle y remontar un pendiente. Al menos eso es lo que este tipo de narrativa legendaria, que el tiempo contribuye a hacer pasar por creíble e incrustado en la memoria popular, tiende a hacernos creer. Pero esto es un gran error. Entre la llanura de La Belle Alliance y el camino de Ohain, el terreno afecta la misma forma que en la llanura de Mont-Saint-Jean, a saber ondulaciones y desniveles sucesivos del terreno. Las tropas de Erlon, las divisiones de Foy y Bachelu y toda la caballería francesa estaban situadas en una hondonada antes de una meseta y se quedan en un nueva hondonada que se encuentra en las laderas al pie de la carretera de Ohain. Esta segunda llanura, orientada al igual que la primera, es la de la de Belle-Alliance. Esta se acentúa especialmente a la izquierda de la carretera Bruselas y se redondea en forma de semicírculo. A partir de ahí se extiende hacia Goumont, el semicírculo dominando claramente La Haye Sainte, que se encuentra a unos 1.000 metros de la Belle-Alliance.
La situación está pues muy clara, tanto a la derecha como a la izquierda de la carretera de Charleroi a Bruselas. A partir de la Belle-Aliance, las tropas francesas tenían que recorrer cerca de 500 metros para encontrarse sobre la cresta de la segunda llanura, 1.000 metros para alcanzar la Haye-Sainte, y 1.500 metros para abordar la cresta del camino de Ohain defendido por los ingleses. La situación es menos simple e ingenua que la que presenta Thiers, pero tiene el mérito de ser clara y de dar a entender la batalla. Porque, si ambas posiciones habían sido separadas sólo por el \»pequeño valle\» de Thiers, no se explica, que después del fuego de la Gran Batería, porque un solo soldado inglés haya permanecido en pié, desde el camino de Ohain hasta Mont-Saint-Jean.
Las maniobras de la artillería. Comentarios
Tres críticas pueden verterse en este punto:
1. La inmensa mayoría de los autores mencionan que los bombardeos transformaron el campo de batalla. En cuanto a la hondonada de Ohain, situado entre las calzadas de Charleroi y Nivelles, el hecho es cierto hasta cierto punto. La realización de la Butte du Lion exigió 32.000 metros cúbicos de tierra, pero estas tierras fueron tomadas del lado inglés, y si estos trabajos eliminaron los setos, la carretera y el sablonnière, no tomaron un terrón de tierra en el lado por donde discurrían las llanuras objeto de nuestro análisis, es decir, el conjunto B, a 400 ó 500 metros antes de la Haye Sainte y la llanura C a la izquierda de Goumont.
2. Podría decirse que el relieve de las llanuras B y C es menos acentuado que el de la llanura A donde se encontraba emplazada la Gran Batería. Como resultado, también estaban por debajo unos pocos metros en comparación con las baterías inglesas del camino de Ohain.
Lo admitimos. Pero si para atacar una posición siempre hay que disponer de las alturas para aplastar al enemigo y no arriesgar nada, cualquier ataque sería imposible. Sénarmont había arriesgado mucho en Friedland. La gran ventaja de las llanuras B y C, es que estaban más cercanas a las reservas británicas que las de la Belle-Alliance, en torno al medio kilómetro. Entonces, las baterías emplazadas en estos lugares no hubieran visto condenadas a un inútil \»fracaso\»: habrían aplastado al enemigo.
3. Para la instalación sobre la segunda llanura, puede argumentarse que no existía ningún camino, y que toda maniobra era imposible. Sin embargo, para llegar allí, los franceses tenían la gran calzada de Bruselas. Se trataba luego sólo de un esfuerzo de 200 ó 300 metros para la pieza más alejada de este camino, y sobre una llanura, no en una hondonada. Entonces, Wellington hizo maniobrar sus piezas sobre la llanura inglesa, Blücher hizo acercar sus canones en los baches del arroyo de Lasne. Abundando más, Houssaye habla de ambas baterías que acompañaban al I Cuerpo. Estas baterías habían sido sableadas por los jinetes ingleses que, después de haber cortado las cintas de los enganches, voltearon las piezas en los barrancos, pero no está probado de ninguna manera que hubieran sido atravesadas en el terreno.
Por otra parte, Houssaye dice que Ney había instalado una batería en una loma cerca de La Haye Sainte, y 2 piezas de 8 se adelantaron con los cuadros de la Vieja Guardia. Por lo tanto, un desplazamiento de 500 metros era posible para una masa de artillería. Sirviéndose de la carretera de Bruselas y del camino de Goumont, Napoleón pudo aprovechar la superioridad numérica de su artillería. Pero en este caso, como para la infantería y la caballería, era importante no despreciar la maniobra.
Aquí termina nuestro análisis.
Sabemos que con el \»si\» y las suposiciones es fácil de reescribir la historia. Lejos de nosotros la idea y menos aún las de incomodar a nadie. Nuestros comentarios se basan exclusivamente en elementos comparativos tales como Jena, Friedland o Wagram, muchas combates donde la artillería desempeñó un papel determinante en el resultado de la batalla, a pesar de las dificultades del terreno. La Campaña de Francia también podría citarse como un ejemplo en el uso \»rentable\» de la artillería.
El plan de la campaña de Napoleón en 1815 se presenta como uno de los mejores después de la de Austerlitz; pero, nos guste o no, nos vemos obligados a reconocer que la batalla de Mont-Saint-Jean es la más incoherente, la más deshilvanada y la más lamentable de todas las guerras del Imperio.
Pero entonces, Mont-Saint-Jean es el punto de partida de la leyenda napoleónica, y tan a menudo la memoria popular sólo conserva los gestos épicos, aunque hayan sido inútiles. Esta misma leyenda, servido por los historiadores, sobre todo, ansiosos por mantener el espíritu nacional durante las horas oscuras de la historia de Francia, finalmente distorsionó por completo la realidad de los hechos. Lo que es más difícil que conseguir es una idea objetiva a través de una literatura o, enteramente dedicado al emperador, o notablemente hostil al Imperio, o principalmente centrada en las suposiciones. La historia debe ser estudiada objetivamente. Y si descubrimos que no coincide con la imaginería de Epinal y con la que han descrito los cantores de la leyenda, no hay que olvidar que la historia la escriben los hombres de carne y hueso; hombres que tienen sus limitaciones, sus debilidades. Admitir esto no oculta todo lo que han hecho ellos, más bien al contrario, se mejora aún más su prestigio y aumenta toda la obra que nos han dejado.
El 18 de junio de 1815, como a lo largo de toda la campaña de Bélgica, el soldado, ya fuera infante, jinete o artillero, fue fiel a sí mismo e hizo honor a sus banderas, y esto no es ninguna leyenda.
¿Puede decirse lo mismo del alto mando? Este es otro debate …!
(3) http://byroncillo.blogspot.com.es/2015/04/el-mapa-de-waterloo-de-wb-craan-de-1816.html
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– © Mosfilm / Dino de Laurentiis Cinematografica – Waterloo film (1970)