Dominique-Jean Larrey, el hombre más virtuoso que he conocido (y II)

Larrey en el campo de batalla (a)
Esta semana os traemos la segunda y última parte que dedicamos a nuestra pequeña cronología de la vida del barón Dominique Jean Larrey,  cirujano en jefe de Grande Armée de Napoleón. Para los que no estuvisteis con nosotros la semana pasada en la primera parte (y que también os recomendamos encarecidamente), donde revisamos su vida y carrera desde su nacimiento en Baudéan, en el Pirineo francés, hasta la campaña de 1807. Avanzamos en su vida y en las campañas militares en que se vio envuelto en casi todas las ocasiones haciendo un derroche de humanitarismo, entrega desinteresada y profesionalidad, tanto tratando heridos de su ejército como de los ejércitos enemigos.
Resumir sus logros en el campo de la medicina militar se hace harto complicado: muchos avances en el campo de la cirugía se le han atribuido: fue uno de los primeros en amputar en la articulación de la cadera; fue pionero en el uso de gusanos para prevenir infecciones en heridas; él dio la primera descripción de un pie de trinchera, y originó los primeros auxilios a los combatientes logrando que los portadores de la camilla tomaran a los hombres heridos inmediatamente del campo de batalla. Durante sus años de ejercicio de su profesión, inició el método moderno de cirugía del ejército, hospitales de campaña y el sistema de cuerpos de ambulancias del ejército. Larrey también aumentó la movilidad y mejoró la organización de los hospitales de campaña, creando efectivamente un precursor de las unidades modernas de MASH (Mobile Army Surgical Hospital).  
Ya sin más preámbulos os invitamos a compartir esta segunda parte de su vida, tanto o más apasionante que la primera, desde la campaña en España de 1808 hasta su muerte en Lyon en 1842, volviendo de un viaje de inspección de los hospitales militares en Argelia. 

CRONOLOGIA (cont.)

Lucha en las calles de Madrid (b)

1808 – En los primeros días de febrero recibe por parte de Napoleón el título de caballero de la Corona de Hierro. El 11 de febrero parte para España, en el ejército mandado por Murat. El día 17 llega a Toulouse, donde recibe el honorable título de profesor asociado. Llega a Bayona el 5 de marzo. Entran en España y pasan por Tolosa, Vitoria, Miranda de Ebro y Burgos. Larrey se quedó en Burgos unos días donde asistió a una corrida de toros y la vanguardia de Murat se dirigió a Madrid. Días después Larrey pasaba Somosierra y llegaba a Madrid, donde dirige e inspecciona el servicio de sanidad del ejército. La marcha continua de las tropas y el aumento gradual de los enfermos obligaron a multiplicar el número de hospitales. El 2 de mayo Larrey no dudó en entrar en la ciudad donde había dejado a su sobrino (Auguste Larrey) en el hotel del Marqués de Bélgida, y se proponía tomar medidas para el servicio de los hospitales. Tomó su caballo y pasó a través de las tropas francesas y los insurgentes y sin considerar los peligros que le rodeaban. Encontró a su sobrino y se dirigió al hospital, donde cerró las puertas y armó a los enfermos y doctores, que dispararon a la multitud a través de las ventanas. Ante la derrota de Dupont y la insurrección de varias provincias, se retiraron el 31 de julio hacia Burgos(I), llevando a los heridos de la Guardia Imperial del mismo Burgos hacia Vitoria, transportándolos con las ambulancias. El ejército francés con José I se retiró al margen derecho del Ebro. Larrey que se encontraba con el ejército de Bessières, y se tuvo que trasladar al cuartel Real situado en la localidad de Haro.

El 18 de septiembre nació su hijo Félix-Hippolyte Larrey, que también llegaría a ser cirujano militar y médico-inspector del ejército francés en 1858.   
Por aquellos días, Napoleón entra en España precedido por la Guardia, y llega a Vitoria. Larrey atiende al mariscal Lannes de una caída del caballo, y posteriormente el ejército francés se dirige a Burgos. Después de algunos combates, llegan a Somosierra y las tropas españolas parecen ser un obstáculo para las tropas francesas, pero los jinetes ligeros polacos de la Guardia despejan el camino hacia Madrid:

\»Quoi qu\’il en soit,–.au signal donné par l\’Empereur, et à la faveur d\’un brouillard épais qui s\’était élevé à propos, les chevau-légers de la garde s\’élancèrent sur les retranchements qui coupaient le chemin, et, au milieu des boulets, des balles et de la mitraille, ces intrépides Sarmates franchirent les fossés, pénétrèrent dans les redoutes, taillèrent en pièces ceux qui les défendaient mirent en fuite ceux qui échappèrent à leurs coups , et se rendirent maîtres du passage. La victoire fut, il est vrai, acheté par le sang de plusieurs des braves marchant au premier rang. Cette entreprise doit être regardée comme, un des plus beaux faits de la guerre. Tous les blessés de cette brillante journée furent pansés et opérés sur les bords du chemin escarpé de la montagne. Les voitures de notre ambulance les transportèrent ensuite à Buytrago, et de là à Santo Martino, près Madrid.\»

\»Bataille du col de SomoSierra en Castille\», por Lejeune (c)

Tras una breve resistencia, la capital se rinde al Emperador. Conociendo la presencia inglesa en Valladolid, el 22 de diciembre salieron de Madrid las tropas francesas que se dirigen hacia las montañas de Guadarrama para cortarles el paso. Pero las montañas están recubiertas de una gran cantidad de nieve, y a medida que se producía la ascensión el frío aumentaba significativamente y gradualmente hasta el punto de que hombres y animales perdieron el equilibrio, cayeron en el camino y varios fueron conducidos en su rápida pendiente por gruesos remolinos de aguanieve o nieve. Otros, perplejos por el frío permanecían en los bordes de la carretera sin poder levantarse. La artillería montada y la caballería se quedaron a medio camino por la imposibilidad de ascender el camino. Los pocos fuegos que se encendieron provocaron gangrena por congelación en los que se acercaron demasiado al fuego. Llegaron a Benavente y combatieron con la caballería inglesa que dejó un balance de 62 heridos, que fueron atendidos sobre el campo de batalla. La Guardia siguió por Astorga, volvió a Benavente y siguió hacia Valladolid pasando por Rioseco. Al llegar a Valladolid, Larrey estableció un hospital para tratar a los heridos franceses e ingleses, estos últimos los atendió personalmente.


\»Les fatigues, le froid et l\’humidité que ces prisonniers avaient soufferts en traversant les montagnes des Asturies, les privations qu\’ils avaient endurées, et la nostalgie dont ils étaient généralement affectés, firent développer chez eux la fièvre d\’hôpital (adynamico-ataxique), qui prenait déjà un caractère contagieux;\» 

  
Parte de regreso a Francia, pero llegado a Burgos debido a las penalidades de la campaña y el contacto con los enfermos contrae la fiebre nosocomial (fiebre que se desarrolla en los ambientes hospitalarios), y es cuidado por su primo y alumno, Alexis Larrey. Finalmente consigue llegar a Paris, donde permanece convaleciente. 

\»La muerte del mariscal Lannes\», por P. E. Boutigny (d)

1809 – El 22 de abril parte para unirse a la Guardia Imperial en Baviera, a la que alcanza antes de entrar en Viena. En Schoenbrunn, Napoleon le ordena preparar sus ambulancias para una segunda campaña. Acabada la batalla de Aspern-Essling, Larrey trata y opera a todos los heridos graves de la Guardia y el ejército en su ambulancia, que se encontraba en la orilla izquierda del río. Aquellos que solo recibieron lesiones menores, y aquellos que eran fáciles de transportar, fueron enviados a la isla de Lobau donde se establecieron otras ambulancias.

Cerca de allí fue mortalmente herido el mariscal Lannes, por una bala de cañón que le impactó en ambas piernas. Larrey operó (realizó la amputación de su pierna izquierda) a Lannes en menos de dos minutos sobre el campo de batalla y luego fue transportado a la isla de Lobau, donde se reunían todos los heridos.


\»S.E. le maréchal le duc de Montebello fut frappé mortellement : il était à pied, revenant du champ de bataille au quartier impérial. Un boulet de gros calibre, après avoir fait un premier ricochet dans le fort de sa course, rencontra le genou gauche du maréchal, le traversa dans son épaisseur, et, changeant de direction, sans perdre desa force, effleura la cuisse droite, dont il coupa les téguments une portion du muscle vaste interne, au lien le plus saillant, et très-près de l\’articulation du genou, laquelle, fort heureusement, n\’avait pas été entamée. Le duc fut renversé sur le coup, en éprouvant une violente commotion au cerveau, et un très-grand ébranlement dans tous les organes.\»

 

Plancha Nº XI (e)

Sólo al cuarto día los heridos pudieron ser transportados a hospitales en Ebersdorf y Viena. Larrey visitó a Lannes, que se encontraba moribundo en la casa de un cervecero en Ebersdorf y que moriría al noveno día de la amputación. Lannes fue transportado al castillo de Schoenbrunn para ser embalsamado. Larrey siguió sirviendo en el hospital de la Guardia, donde los heridos se complicaban debido al tétanos y la fiebre nosocomial.

Los heridos del hospital de la Guardia fueron enviados a Francia y se dio la orden de partir el 1 de julio para efectuar otra vez el paso del río Danubio. Era el preludio de la batalla de Wagram, donde Larrey atendería en su ambulancia a cerca de quinientos heridos antes del anochecer, la mayor parte por heridas producidas por bala de cañón.

[Ver la imagen de la derecha, la plancha No. XI, y la cabeza que es atravesada por la varita, que se encuentra depositada en el gabinete de anatomía de la Facultad de Medicina de París.]

El hecho de realizar las amputaciones sobre el propio campo de batalla reafirmaba lo correcto de la práctica de Larrey:

\»Hay ya bastantes valientes a quienes esta amputación, hecha de inmediato, salvó la vida. Informaré las observaciones de los sujetos operados por mí en las batallas de Esling y Wagram. Estas observaciones apoyan poderosamente mis principios sobre la necesidad de la amputación en el campo de batalla, y no después del cese de los primeros accidentes, es decir, cuando los heridos alcanzaban los hospitales\»
Los austriacos se retiraron a Znaïm, y tras algunos combates se suspendieron las hostilidades. Vuelto a Viena y Napoleón le ha conferido el título de barón(II).con una dotación anual de 5.000 francos:

« Par le même décret, S. M. conféra le même titre et la même dotation à mes collègues MM. Desgenettes, Percy et Heurteloup. » 

 
Después de asegurar el transporte de los enfermos y heridos, Larrey emprende el regreso a Francia y  entra en Paris durante el mes de diciembre.

1810 – El 1 de enero de 1810, el Barón Larrey retomó la dirección del hospital de la Guardia Imperial. El 11 de octubre se le informó por carta que debido a su título de barón le eran ofrecidas las tierras situadas en la Pomerania Sueca(III). Durante dos años permaneció en París en un estado similar al de inactividad. 
1811 – Por disposición de Larrey los apósitos se simplificaron y ordenó a sus subordinados la utilización exclusiva del agua, abandonando el uso de los medicamentos. Además, propuso centrarse en las amputaciones que evitaban que los heridos permanecieran en los  hospitales infectados. Se intentó mejorar y reglamentar la higiene en la sanidad, insistiendo en la lucha contra el escorbuto y se pronuncian en favor de las visitas preventivas: se obliga a la inspección de las tropas, incluso las que gozaran de buena salud, para evitar las epidemias. Pero las disposiciones vigentes no mejoraron el estatus de los médicos militares: en vez de constituirse como un cuerpo diferenciado, fueron subordinados directamente a los comisarios de guerra, por Decreto imperial de 30 de noviembre.

Esquema de bala incrustada en el hueso frontal (f)

1812 – El Decreto de 12 de febrero nombró a Larrey, Cirujano en Jefe de la Grande Armée, un puesto eminente. Antes de la partida se ocupó de la organización del servicio de sanidad del hospital de la Guardia y del personal de sus ambulancias, cuya dirección particular fue confiada a M.Paulet, asistente de cirujano en jefe. El 24 de febrero Larrey deja Paris, llega a Maguncia el 1 de marzo y vía Erfurt es enviado a Magdeburgo, y de allí a Berlín. En la capital imparte un curso de cirugía militar, donde también asisten los jóvenes oficiales de sanidad de la academia de Berlín. Antes de partir el 30 de abril, organizó seis divisiones de ambulancias volantes, cada una compuesta por ocho oficiales de sanidad. Cada cirujano Mayor ejerció diariamente su división, según sus instrucciones, en la práctica de operaciones y la aplicación de vendajes. El 10 de mayo llegan a Posen, ignorando aún el objetivo de la campaña. En dicha villa se dedicó a completar la organización de ambulancias volantes y ejercitar a sus colaboradores en la práctica de las operaciones. El 2 de junio por la mañana llegan a Thorn. Se celebraron diferentes reuniones y el jefe del ejército redactó una orden del día en la que se trazaban la marcha de las tropas y las precauciones que llevaran a cruzar con la mayor rapidez posible los parajes desiertos que se tenían que atravesar al entrar en Rusia. El 10 de junio llegan a Heilsberg y el 24 a Kowno. De Kowno a Vilna, el camino se hizo penoso, por las continuas lluvias, las malas carreteras y la falta de abrigo. Se produjron muertes por alcoholismo en la Joven Guardia, por el consumo indiscriminado de schnaps (bebida de aguardiente casero). Se libraron pequeños combates en la entrada en Wilna que ocasionaron 150 heridos. Se establecieron las medidas para poder tratar en Wilna a 6.000 enfermos. Reemprenden la marcha y el 26 de julio llegan a Vitebsk. Se estableció un hospital para los heridos de los combates del 27 a 29 de julio, cerca de unos 750 franceses. El 18 de agosto se rindió Smolensk, en un sangriento asalto de los franceses. Resultan 6.000 heridos y 1.200 muertos del lado francés. Faltaban medios para ayudar a tratar a los heridos y Larrey hubo de esforzarse para suplirlos. El general Gudin resulta herido grave y muere a los tres días de haber tomado la montaña de Volontina, defendida por los granaderos de la guardia imperial rusa. 
Las carreteras de Rusia, que eran de gran envergadura, no se pavimentaban ni se mantenían. Las llanuras que continuaban hasta Moscú y más allá, estaban cubiertas con abundantes cosechas en verano y con capas más o menos gruesas de nieve en invierno. Apenas cruzada la última ramificación del Dniéper en Dorogobouje, Larrey experimentó todos los síntomas del mareo, como náuseas frecuentes, mareos, vértigo y vómitos (curiosamente similares efectos a los que encontraron los soldados alemanes de Hitler, casi 130 años más tarde):

A peine avions – nous traversé la dernière branche du Niéper à Dorogobouje,que j\’éprouvai tout-àcoup tous les symptômes du mal de mer tel , que des nausées fréquentes, des pandiculations,des étourdissements ou vertiges, et des vomissements. Il me semblait, voir aux limites incommensurables de l\’horizon, un scintillement où un trémoussement particulier de la terre, lequel produisait dans mes sens le même effet que le tangage du vaisseau sur mer. Cette illusion ouces sensations me paraissaient plus fortes lorsque je marchais à pied, moins si j\’étais à cheval, etpresque nulles quand j\’étais couché: la position horizontale du corps m\’était la plus favorable. Cette indisposition m\’a tourmenté jusqu\’à mon retour à Smolensk.

La batalla del Moskowa, por Eugène Charpentier (g)
Las lluvias hacían los caminos impracticables para la artillería. La falta de comida y forraje, especialmente la falta de avena, había reducido a casi el estado de agotamiento a hombres y caballos. En vísperas de la batalla de Borodino (o del Moskowa), Larrey permaneció con su ambulancia en el lugar designado, en un área cuadrada de casi 1 km de circunferencia, en el centro de la línea, cerca de las tiendas del cuartel general. 
Esta sangrienta batalla duró desde las seis de la mañana hasta las nueve de la tarde. De lado francés, una cuarentena de generales heridos o muertos, de doce a trece mil oficiales y soldados fuera de combate. Los heridos ascendieron a nueve mil quinientos. Las pérdidas rusas se estimaron en más de veinte mil. Dos tercios de los heridos pasaron por la ambulancia general, tal como se había ordenado. Las heridas más graves se produjeron por fuego de artillería, que exigía la amputación de uno o dos miembros. Larrey practicó doscientas amputaciones las primeras 24 horas, pero la situación para los heridos era preocupante:

\»Le peu de pain et de farine que nous avions à l\’armée fut bientôt consommé. Nos blessés furent réduits à la viande dé cheval, aux pommes de terre et aux tronçons de choux, qui, avec la chair de cet animal, servirent pendant quelque temps à faire la soupe. Ce genre d\’aliments ne tarda même pas à s\’épuiser: la marche de nos convois était d\’autant plus difficile que les routes étaient infestées de Cosaques.\»

  
Después de pasar dos días en Mozaïsk y haber atendido a heridos franceses y rusos, el cuartel general, siguiendo al ejército, se dirigió hacia Moscú. A la entrada en la capital se encontraron con la mayoría de los edificios abandonados por sus habitantes. Larrey visita los hospitales civiles y militares para atender a los heridos. Apenas tomada posesión de la villa, se producen violentos incendios, y un gran fuego se propaga durante tres días y tres noches.
 

\»La garde, le quartier général et le chef de l\’armée quittèrent le Kremlin et la cité, et allèrent établir un camp à Pétrôski,château de Pierre-le-Grand, sur la route de Pétersbourg. Je restai, avec un très-petit nombre de mes camarades, dans une maison bâtie en pierre, isolée, et située au sommet du quartier franc, près du Kremlin.\»

Larrey pasando por los puentes del Berezina (h)

La falta de negociaciones y lo delicado de la situación con las líneas de comunicaciones en peligro de ser cortadas hace que el ejército parta de Moscú. Se produce el combate de Malajaroslaw, entre los rusos y el cuerpo del príncipe Eugenio. Debido al conocimiento de la llegada del cuerpo de ejército ruso de Tormasov y al gran número de heridos, Napoleón en vez de internarse en Ucrania decide volver por el camino de ida, lo que provoca gran consternación en el ejército, debido a lo incierto del regreso por una zona ya devastada.

Faltaban medios de transporte para los heridos y las raciones de galleta y harina escaseaban. Napoleón mandó utilizar sus coches y carretas para los heridos. La retaguardia mandada por el cuerpo del príncipe Eugenio es reemplazada por el cuerpo de Ney. Cruzan el Dnieper y llegan a Smolensk el 2 de noviembre. Los soldados se alimentan de los caballos muertos por el camino. El termómetro baja hasta -19 grados. El frío y el hambre hacen estragos entre la tropa. Llegan al rio Berezina y Larrey logra pasar no sin dificultades por los puentes tendidos, ya que había querido transportar varias cajas con instrumental quirúrgico y a la vuelta se vio sorprendido por toda la multitud que pasaba en aquellos momentos y el ser reconocido le salvó probablemente la vida.

\»Malgré des difficultés presque insurmontables, j\’avais repassé l\’un des ponts quelques heures avant sa rupture, dans l\’intention de faire transporter sur la rive droite plusieurs caisses d\’instruments de chirurgie dont on avait le plus grand besoin pour les blessés; ce court voyage faillit me coûter la vie. J\’étais près de périr dans la foule à mon tour, lorsqu\’heureusement je fus reconnu ; aussitôt chacun s\’empresse de favoriser mes efforts; transporté par les soldats de l\’un à l\’autre, je me trouvai, à ma grande surprise, en peu de moments sur le pont. Ce témoignage, qu\’ils me donnèrent de leur attachement dans cette circonstance, me fit bientôt oublier et les dangers que j\’avais courus et la perte que je venais de faire de mes équipages.\»

Un segundo combate se libraba con el cuerpo de Poniatowski y Larrey amputa una pierna al general polaco Zayonzek, uno de los más antiguos generales, veterano de las primeras guerras de Italia, con más de ochenta años de edad. Siguen el viaje llegando a Smogornie. El termómetro colgado de la botonera de su uniforme le indicaba a Larrey una temperatura de -28 grados. Llegan a Vilna, acosados por los cosacos. Prosiguen hasta Kowno. Pasada la frontera se dirigen hacia Koenigsberg para organizar los hospitales y dar las instrucciones a los cirujanos sobretodo en cuanto a las afecciones gangrenosas resultantes de la congelación. Larrey contrae una fiebre catarral de congelación, una especie de tifus. Convaleciente durante bastante tiempo, podrá incorporarse del lecho a primeros de 1813.

Intervención de sutura de la nariz y facial (i)
1813 – Restablecido de su enfermedad, el 2 de enero parte de Koenigsberg siguiendo al ejército. Después de pasar unos dias en Posen, llegan a Frankfurt. Debido a la presencia de los rusos que habían cruzado el Oder, se ven obligados a seguir hasta el Elba, partiendo de Frankfurt el 22 de febrero y llegando a Leipzig el 9 de marzo. El enemigo sigue la persecución y prosiguen hasta Magdeburgo. La llegada de Napoleón con refuerzos lleva a que Larrey reciba la orden de desplazarse con sus ambulancias ligeras hacia Lutzen en vísperas de la batalla.

\»Après avoir déterminé l\’emplacement des ambulances, et avoir tout disposé pour le pansement des blessés, je revins sur le terrain pour observer les premiers effets de la bataille, et placer les ambulances de la première ligne que je pris en grande partie dans celles de la garde. Les attaques de part et d\’autre furent extrêmement vives, et l\’on fut quelques instans dans l\’incertitude du succès.\»


Tras la victoria francesa, se reúnen los heridos franceses y prusianos en la villa de Lutzen, que estaba repleta de ambulancias. El ejército se desplaza hacia Colditz, sobre las colinas que bordean la ribera derecha del Elba. Larrey entra en Dresden, capital de Sajonia, donde había gran número de heridos rusos y prusianos. Los amputados ya por los médicos sajones, provocaban con su método la posterior aparición de gangrena, circunstancia que Larrey trata de remediar explicándoles el metodo francés, operando los heridos franceses más difíciles en presencia de los médicos y cirujanos sajones, y pese a las reticencias iniciales ya no dudaron en adoptar el método de Larrey. Tras construir dos puentes de pontones y reparar el puente de piedra de la ciudad, Napoleón siguió al ejército coaligado hasta Bautzen. Tras la batalla en dicha localidad, resultan unos 6.500 heridos del ejercito francés, tanto de línea como de la Guardia. Se desplaza para inspeccionar al mariscal Duroc, duque de Friouli, herido mortalmente el el bajo vientre, que expira a las pocas horas:


\»Il avait eu lès parois du bas-ventre enlevés par un boulet de gros calibre, les intestins déchirés dans plusieurs points et expulsés hors de l’enceinte abdominale. Je reconnus avec le plus vive douleur que tous les secours de notre art ne pourraient l’arracher à la mort prochaine et inevitable qui l’attendait.\»

Un posterior combate en Hainaut deja 360 heridos, que fueron trasladados a Dresde o establecidos en la propia villa. Llegados a Neumark, se declara un armisticio. Otra vez en Dresde, Larrey organiza el servicio de sanidad y el establecimiento de los heridos. Imparte un curso de cirugía práctica y clínica al que asisten médicos franceses y sajones. Napoleón, satisfecho con el servicio de las ambulancias de Larrey, propone estudiar un proyecto de Ley para que los cirujanos militares se establezcan en un cuerpo, que debía organizarse como el de los ingenieros. Debido al buen clima, y la temperatura de la noche era casi igual a la del día, no se dieron más incidencias por el tétanos, y los afecciones gangrenosas desaparecieron bastante rápidamente.

Debido a las sospechas que parte de los soldados se habían auto-mutilado voluntariamente, Napoleón ordena examinar a 2.600 militares. Interroga a Larrey sobre la capacidad de diferenciar una herida de fuego enemigo de otra provocada voluntariamente y éste le contestó que ningún médico podría establecer la menor diferencia entre los dos tipos. A pesar de la opinión de Larrey, el emperador le ordena que presida un tribunal creado al efecto y que finalmente declaró que no existían ciertos signos que diesen a conocer la diferencia que podía existir entre dos heridas de armas de fuego recibidas en un momento determinado, y producidas una por el efecto de la voluntad del individuo y la otra por un poder extraño a su voluntad. 

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Grabado de F-T. Ruhierre (j)

Las conclusiones del jurado de Dresde, instituido por el Conde Daru el 13 de junio de 1813, es una muestra más del celo que empleaba Larrey en su trabajo, fuera en la mesa de operaciones o en los casos de cirugía legal como el que se le presentaba:

Nuestra investigación nos lleva a creer que el defecto habitual en el manejo de las armas ha sido la principal causa de estas mutilaciones entre los conscriptos; que así, cuando disparaban en tres filas, la segunda y la tercera involuntariamente llevaron el cañón del rifle en las manos de los primeros; que incluso en el mismo funcionamiento del fusil se herían sin quererlo, como hemos visto muchas veces; finalmente, las cargas hechas por la infantería en las batallas de Bautzen y Wurchen, en la ladera de las colinas, y con los soldados siempre con sus manos levantadas sobre sus rifles cuando los dirigían hacia el enemigo que ocupaba la cima de estas colinas, provocaba que las balas de sus adversarios suelan impactar en sus manos, como las partes más prominentes.

Una causa similar también ha herido a muchos de los fusileros de la Guardia; que habían atacado innecesariamente al enemigo en las alturas de Heilsberg, en la primera campaña de Polonia. Estos valientes jóvenes, en la afirmación de los médicos mal informados, también habían sido acusados ​​de mutilarse voluntariamente. Estas circunstancias también se han presentado con frecuencia en España, en la guerra de las montañas.

Estos puntos fueron trasladados al ministro Conde Daru.
(Correspondencia particular de Larrey núm. 675)
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Batalla de Leipzig (k)

De los 22.000 heridos con que contaban los franceses a primeros de junio, solo 2.400 habían sucumbido por los graves efectos de sus heridas y de los cuales 972 habían sido amputados, producto de la rápida intervención en el campo de batalla y de los desvelos médicos.

El 13 de agosto, dos días antes de la fecha señalada para que concluyera el armisticio, los franceses se desplazan hacia Lovemberg, al pie de las montañas de Bohemia. Enterados de la presencia enemiga cerca de Dresde, la capital sajona, vuelven sobre sus pasos y se encaminan hacia ella. El 26 y 27 se libra la famosa batalla frente a los muros de Dresde que deja 6.500 heridos, que son atendidos en los hospitales de la ciudad a medida que van llegando. Los heridos enemigos reciben el mismo tratamiento y se reorganiza el servicio de ambulancias. Los reveses frente a Berlín y del general Vandamme en el sur, provocan que los franceses abandonen Dresde y se encaminen en retirada hacia Leipzig, donde nada más llegar Larrey, el 15 de octubre, se dedica a visitar los hospitales y prepara locales para recibir los heridos de la previsible batalla. Durante la noche se dedica a preparar el material para las primeras curas y en reconocer el terreno para la ubicación de las ambulancias, y establece su cuartel en Tomberg. El 16 de octubre comienza la lucha, y tras nueve horas de combate, la noche y el agotamiento de los soldados pararon los combates:  

\»Nous eûmes six mille cinq cents blessés, que nous pansâmes sur le terrain, à une très-courte distance du champ même de bataille, et souvent sous le canon de l\’ennemi. Le sixième environ était atteint de blessures d\’artillerie, qui exigèrent toutes quelques opérations majeures que nous fîmes à mesure qu\’elles se présentaient; Plusieurs de ceux qui avaient subi l\’amputation du bras à l\’article furent assez heureux pour pouvoir être évacués presque aussitôt sur France, et y arriver sans s\’arrêter nulle part. Quelques-uns d\’entre eux ont fait le trajet à pied.\»

Larrey amputando al coronel  Rebsomen en Hanau. (l)

El dia 17 y la noche siguiente ocupan a Larrey en el cuidado a los soldados y procurar su evacuación y el día 18 comienza otra vez la lucha. Las tropas bávaras y otros aliados franceses desertan y se pasan al enemigo. La lucha continua pero para evitar ser copados, se ordena la retirada en la noche del 18 al 19. Los heridos fueron trasladados a Leipzig. Larrey y los colaboradores de las ambulancias ligeras lograron salvarse al haber pasado antes de la fatal voladura del puente sobre el Elster, que provocó que gran parte de los soldados, muchas piezas de artillería y la totalidad del material de las ambulancias quedaran atrapados en la ciudad. La retirada de las tropas francesas pasa por Hanau donde el general bávaro Wrede intenta detener a Napoleón. La victoria sonríe a las armas del emperador y a pesar de no contar con ambulancias, se trata y opera a los heridos, con los instrumentos que Larrey había podido salvar en su caballo. El ejército sigue hasta Maguncia, donde entra en la noche del 1 al 2 de noviembre.

\»Depuis Mayence, où je fis un court séjour, jusqu\’à mon arrivée à Metz et à Paris, j\’eus à m\’occuper des moyens d\’améliorer là situation, des dépôts d\’ambulance, et d\’arrêter autant que possible les progrès d\’une épidémie qui faisait déjà de très-grands ravages sur la ligne d\’évacuation.\»

A continuación logra pasar un tiempo con su familia en París a la que no había visto desde febrero de 1812.

1814 – El 25 de enero se presenta en el cuartel general de Napoleon, en Châlons-sur-Marne. El día 30 por la mañana llega cerca de Brienne, donde habían 500 heridos. Larrey organiza una ambulancia sedentaria en el hospicio civil, dode manda instalar a los heridos más graves del combate del dia 29. El 3 de febrero llega a Troyes, donde se encuentra la Vieja guardia. Se suceden los combates de Champaubert, Montmirail, Chateau-Thierry y Montereau. La batalla de Craonne produce 1.200 heridos, una cuarta parte heridos graves. El mariscal Víctor, el general Grouchy, el general conde de La Férière y el general conde de Sparre resultan heridos de mayor o menor consideración. Fracasan en la toma de Laon, llegan a Soissons y de allí a Reims el 13 de marzo. Después de varios combates en Arcis-sur-Aube y Saint-Dizier, el ejercito se desplaza a marchas forzadas hacia Troyes, donde se conoce la entrada de los coaligados en París. Las vanguardias francesas entran en Fontainebleu, donde Larrey permanecerá hasta el 20 de abril. Ante la capitulación de la capital, los ejércitos franceses capitulan, Napoleón se ve forzado a abdicar, retirándose a la isla de Elba, destino que le habían reservado las naciones coaligadas y la familia real de los Borbones es devuelta al trono.

\»Cette armée ayant été licenciée, je me rendis à Paris avec les principaux membres du quartier général administratif, dont les fonctions avaient cessé. A mon arrivée je repris à l\’inspection du service de santé des armées, et à l\’hôpital militaire du Gros-Caillou, mes fonctions d\’inspecteur général et de chirurgien en chef.\»

1815 – El 25 de febrero Napoleón escapa de la isla de Elba y el 1 de marzo desembarca en suelo francés, llegando a París el día 20. El 7 de junio Larrey se unió al ejército en calidad de médico jefe. El día 14 el ejército francés había llegado a la frontera. Larrey estuvo presente en Fleurus y en la batalla de Waterloo. Tras la derrota final, llegó la noche y Larrey estaba muy lejos de sus compatriotas, excepto algunos médicos oficiales y también soldados franceses que yacían en el campo de Waterloo. Estaba deambulando con algunos cirujanos franceses cuando de repente fueron alcanzados por un escuadrón de lanceros prusianos. Larrey, que no esperaba que los prusianos le dieran cuartel, disparó las pistolas y se alejó al galope, esperando que la oscuridad de la noche le permitiera eludir la persecución. El enemigo descargó sus carabinas, hiriendo al caballo de Larrey, lo que hizo caer a Larrey. Éste yaciendo en el suelo, recibió dos cortes de sable, lo que lo provocó insensibilidad. Los prusianos, que lo creyeron muerto, lo abandonaron y salieron al galope tras nuevas víctimas. Tan pronto como Larrey recuperó los sentidos y percibió que el enemigo se había ido, se esforzó, aunque dolorido, por escapar hacia tierra francesa siguiendo las cruces de los caminos. Desafortunadamente, al llegar a las orillas del río Sambre, se encontró con otro destacamento de la caballería prusiana, y luego fue hecho prisionero. No solo lo privaron de sus armas, sino que le quitaron su reloj, su anillo y parte de sus ropas. Llevado ante un oficial superior, le condenó a ser fusilado. 

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Larrey escapa en el último momento al pelotón de ejecución

Un cirujano mayor, aproximadamente un cuarto de hora antes del momento en que la sentencia debía ser ejecutada contra el jefe médico de Napoleón, reconoció al conferenciante en Berlín en la persona de Larrey. Este médico prusiano había atendido con gran interés y ventaja las conferencias que Larrey había impartido en la capital prusiana unos seis años antes, y ahora logró obtener un indulto para el consumado oficial médico del ejército de Napoleón.

Larrey fue conducido ante que Bulow, general de los ejércitos aliados, y finalmente presentado al mariscal de campo Blücher. Esa presentación fue, de hecho, aún más afortunada, porque en la campaña de Austria, el hijo del mariscal prusiano había resultado gravemente herido y había caído en manos de los franceses, en cuya ocasión se había salvado gracias a los esfuerzos de Larrey. Blücher no solo canceló la sentencia de muerte contra Larrey, sino que le concedió una escolta hacia Bruselas. Aquí las heridas de Larrey fueron tratadas y,  mientras estaba convaleciente, este digno miembro de una profesión que, en su estoicismo y sensibilidad mezclados con su fortaleza y humanidad, no es inferior a ninguna otra, pasó gran parte de su tiempo en los hospitales, sugiriendo medidas para el alivio de la gran cantidad de heridos que había sido llevado a Bruselas desde el campo de Waterloo.

Larrey fue obligado por los aliados a abandonar Bruselas para ir a París, donde llegó el 15 de agosto de 1815.
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Tras encontrarse con sus familiares que le creían muerto, fuera del círculo de su casa todo parecía lúgubre. Los enemigos de su emperador estaban firmemente establecidos, aunque respetaron las grandes cualidades de Larrey, y le dieron muestras de su respeto ofreciéndole propuestas de empleo honorable y lucrativo, como el emperador Alejandro I, que le ofreció una elevada posición en el ejército ruso. Larrey rechazó todas las ofertas y prefirió quedarse en suelo francés incluso bajo un gobierno poco amistoso y desalentador como el de los Borbones.
1816 – Larrey pierde uno de sus empleos ya que el cargo de Inspector General de Hospitales se suprime el 15 de enero  y se reemplaza por un Consejo de Sanidad. Sufre asimismo la pérdida de la pensión de 3.000 francos que Napoleón le había otorgado en el campo de Lutzen. También se vio afligido en su vida privada por la muerte de su madre y su hermano.
1818 – La Restauración le devuelve sus títulos y su pensión que le había quitado anteriormente y se le nombra cirujano jefe de los Inválidos y del Hospital de Gros Caillou.
1820 – Se funda la Academia de Medicina y Larrey es miembro de la misma desde su inauguración.
1826 – El 18 de agosto Larrey inicia un viaje que le llevará por por Irlanda, Escocia e Inglaterra, en compañía de su hijo Hippolyte, que entonces tenía dieciocho años, con la intención de completar la instrucción recibida en la universidad y que deseaba transmitirle hacia la carrera médica, poniéndolo en contacto con los grandes médicos de las Islas Británicas.

Viaje de Larrey por Inglaterra, Irlanda y Escocia en 1826 con su hijo Hippolyte Larrey (m)
1829 – Se convierte en miembro de la Academia de Ciencias. Es elegido miembro de varias instituciones de países extranjeros.
1830 – En los días de la Revolución, en el mes de julio, atendió en el hospital de Gros Caillou a los heridos de la Guardia Real que fueron llevados allí, donde los defendió de una numerosa turba armada(IV).

1831 – Poco después fue enviado el 7 de octubre por el gobierno a Bélgica, donde  parecía inminente una guerra con Holanda y donde organizó las ambulancias del ejército belga. Visitó los hospitales e impartió una conferencia sobre los procedimientos operatorios y la cirugía de campo. Regresó después a París cargado con los halagos y justos testimonios de estima por parte del rey Leopoldo. Después de su regreso, empleó sus intervalos de ocio tanto como  le permitieron sus deberes administrativos y profesionales para reducir una gran cantidad de notas y documentos para ordenarlos con el fin de su publicación.

Estatua en Val-de-Grace (n)

1834 – El ministro de la Guerra le autorizó a viajar a Italia. Partió con su hijo el 2 de septiembre, visitando Beaudéan, Toulouse, donde había comenzado sus estudios, y llegando a Leghorn, donde embarcó hacia Civita Vecchia. Tan pronto como llegó a Roma visitó al cardenal Fesch, tío de Napoleón, y a su madre Madame Leticia, que contaba ochenta y ocho años y estaba aquejada de ceguera. Más tarde se dirigió a Florencia donde se hallaba el príncipe Luis Napoleón (ex-rey de Holanda) y su hermana Carolina, esposa de Murat. Tras estas visitas volvió a Francia.

1835 – Se declaró una epidemia de cólera en el sur de Francia y el ministro de la Guerra ordenó a Larrey que acudiera para tratarla. Éste dejó Paris el 21 de julio con uno de sus pupilos. Llegó a Marsella donde tranquilizó a la población y recomendó la manera de tratar la enfermedad en sus primeros estadios. Larrey fue después a Aix, Aviñón, Arles, Beaucaire, Nîmes, Montpellier, Beziers, Castelnaudary y Toulouse. A lo largo de esta gira profesional, Larrey visitó los hospitales y los cuarteles, dando a menudo tanto consejos como consuelo. Regresó a París el 1 de septiembre.

1840 – El 15 de diciembre los restos de Napoleón traídos de Santa Helena desfilaron desde Courbevoie hasta el Hotel de Los Inválidos. Larrey, con cerca de setenta años desfiló durante todo el recorrido con su uniforme de la Guardia Imperial, cerca del cortejo fúnebre en medio de la nieve que caía sin cesar.
1841 – Solicitó al Ministro de la Guerra la tarea penosa de inspeccionar los hospitales militares de Argelia.
1842 – Es encargado de inspeccionar los hospitales de Argelia y realiza el viaje con su hijo Hippolyte como secretario, que ostentaba el cargo de profesor del hospital de Val-de-Grâce. Dejando París el 15 de mayo llegó a Argelia el 23 del mismo mes. Inspecciona los hospitales de Argel, Orán, Philippeville y Constantine, primero los de la costa y luego los del interior. El intenso calor y el ritmo de la inspección hicieron mella en la salud de Larrey. El 5 de julio embarcó para Francia, desembarcó en Toulon con mala salud y dolor en el pecho, síntomas de una neumonía. Se le recomendó reposo y descanso pero las ganas de reportar su informe a París y sobretodo ver a su mujer que se encontraba gravemente enferma, le llevaron a ignorar el tratamiento. Siguiendo el viaje hasta la capital, su estado empeoró y murió en Lyon el 25 de julio a los 76 años.

Fue enterrado en el cementerio de Père Lachaise de París, separando su corazón y vísceras, que fueron guardadas en una cámara acorazada en la capilla del Hospital Militar de Val-de-Grâce, en París. Sin embargo, la voluntad de Larrey fue finalmente respetada el 15 de diciembre de 1992, cuando sus restos fueron trasladados al Hôtel des Invalides, gracias a la intercesión de la Sociedad Francesa de Historia de la Medicina.

Tumba de Larrey en Père-Lachaise (o)

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(I) – Larrey en su versión se coloca, como siempre, en primer término, él fue protagonista: “La falta de medios de transporte y la incertidumbre de encontrar recursos suficientes en el camino de Madrid a Burgos, nos forzaron a dejar una parte de los enfermos en el hospital de Madrid; aunque tuvimos cuidado de asegurarles todos los medios personales y materiales de que pudiesen tener necesidad. Todos los heridos de la Guardia Imperial fueron transportados a Burgos y, sucesivamente, a Vitoria, en los coches de nuestra ambulancia.” (9)
(II) – En 1809 es nombrado barón en un curioso incidente en el que, después de una derrota en la batalla de Aspern-Essling (Austria), 1.200 heridos quedan aislados tras un puente destruido en el río Danubio. En cuanto se restablece el puente, Napoleón da prioridad a la evacuación de los heridos, ya que éstos han pasado más de 48 horas a la intemperie. Para poder alimentarlos, Larrey utiliza corazas desechadas para cocinar y sacrifica caballos, algunos incluso de oficiales superiores, para hacer caldo. Napoleón recibió quejas de generales indignados y su respuesta fue nombrar a Larrey barón en el acto. Estos heridos fueron evacuados a Viena, donde se reclutó a todos los médicos civiles y se utilizaron todos los hospitales de la ciudad para atenderlos.\» (12)

(III) – \»Sa Majesté Impériale et Royale vous ayant, par son décret du 15 août 1809, fait donation des biens situés en Poméranie suédoise produisant un revenu de 5.356 francs 18 centimes, j’ai l’honneur de vous informer que ce décret a été adressé, avec l’état qui contient la désignation des biens, à S.A.S le prince archichancelier de l’Empire.(8)

(IV) – Larrey pronto se mostró a este cuerpo armado y gritó: \»¿Cuáles son sus intenciones? ¿Por qué se atreven a amenazar este lugar? ¿Saben que los enfermos y heridos aquí me pertenecen, que es mi deber defenderlos? ¿Y que también es su deber respetar al infortunado?.\» (5)


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Fuentes:

(1) – \»Mémoires de chirurgie militaire\». Tome I – D.J. Larrey, J.H. Stone, Paris, 1812
(2) – \»Mémoires de chirurgie militaire\». Tome II – D.J. Larrey, J.H. Stone, Paris, 1812
(3) – \»Mémoires de chirurgie militaire\». Tome III – D.J. Larrey, J.H. Stone, Paris, 1812
(4) – \»Mémoires de chirurgie militaire\». Tome IV – D.J. Larrey, J. Smith, Paris, 1817
(5) – «Memoir of Baron Larrey – Surgeon-in-chief of the Grande Armée» – D.J. Larrey, Lane Medical Library, London : Henry Renshaw, 356, Strand, 1861
(6) – \»Battlefield Medicine. A History of the Military Ambulance from the Napoleonic Wars through World War I\» – John S. Haller Jr., Southern Illinois University Press, 2011
(7) – « Le Baron D.Larrey et son fils H. Larrey. Leur voyage en Irlande, Ecosse, Angleterre et Belgique (En 1826 et 1831) » – Abbé Fr. Duffo, P. Lethielleux Ed., Paris VI, 1932
(8) – \»Le chirurgien Larrey en Russie, la vertu à l\’épreuve de la débâcle de 1812?- Anne-Claire Douzou, Mémoire de Mastère 2, Université Paris I – Panthéon-Sorbonne – Fondation Napoléon, 2012-2013
(9) – \»Dominique Larrey en España (1808-1809)\» – Anastasio Rojo, Revista Medicina&Historia, Núm 4, año 2008, Cuarta Época.
(10) – http://www.evolve360.co.uk/lmi/LibraryAndArchives/RecentExhibitions/BattleExhibition/
BattleExhibLarrey.aspx
(11) –  \»Forgotten great men of medicine: Baron Dominique Jean Larrey (1766-1842)\» – Gajić, Vladimir, Medicinski pregled. 64. pp. 97-100., 2011
(12) – \»Transporte sanitario y emergencias: Una mirada histórica: Dominique -Jean Larrey – José Ayoze Sánchez Silva, Zona TES • Número 1-2014
(13) – \»Clinique chirurgicale, exercée particulièrement dans les camps et les hôpitaux militaires, depuis 1792 jusqu\’en 1829 […]. Planches\» – Barón D.J. Larrey, J-B- Bailliere, Paris, 1830
(14) – https://es.wikipedia.org/wiki/Dominique-Jean_Larrey

Imágenes:

a) – http://aquestionofscale.blogspot.com.es/2016/06/book-review-larrey-surgeon-to-napoleon.html
b) – https://www.youtube.com/watch?v=pzjq7yGjOlI, publicado por José Blas Molina Soriano
c) – By Louis-François, Baron Lejeune – Originally from en.wikipedia; description page is/was here ; http://www.histoire-image.org Joconde database: entry 000PE011346, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=304359
d) – https://painthealth.wordpress.com/2016/03/29/la-muerte-del-mariscal-lannes/
e) – \»Mémoires de chirurgie militaire\». Tome III – D.J. Larrey, J.H. Stone, Paris, 1812
f) – \»Clinique chirurgicale, exercée particulièrement dans les camps et les hôpitaux militaires, depuis 1792 jusqu\’en 1829 […]. Planches\» – Barón D.J. Larrey, J-B- Bailliere, Paris, 1830
g) – https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Lejeune-Bataille_de_la_Moskowa.jpg#/media/File:Lejeune-Bataille_de_la_Moskowa.jpg
h) – \»Le chirurgien Larrey en Russie, la vertu à l\’épreuve de la débâcle de 1812?- Anne-Claire Douzou, Mémoire de Mastère 2, Université Paris I Panthéon-Sorbonne – Fondation Napoléon, 2012-2013
i) – \»Clinique chirurgicale, exercée particulièrement dans les camps et les hôpitaux militaires, depuis 1792 jusqu\’en 1829 […]. Planches\» – Barón D.J. Larrey, J-B- Bailliere, Paris, 1830
j) – Emperor Napoleon congratulating Baron Larrey in 1813. Engraving after Steuben. Iconographic Collections Keywords: Napoleon Bonaparte; Dominique-Jean Larrey; Charles Auguste Guillaume Henri François Louis Steuben .By http://wellcomeimages.org/indexplus/obf_images/7a/8f/2aee82180d45f8f664c5ea57dc9d.jpgGallery: http://wellcomeimages.org/indexplus/image/L0005412.htmlWellcome Collection gallery (2018-03-29): https://wellcomecollection.org/works/jkz4846v CC-BY-4.0, CC BY 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=35869008
k) – https://www.todocoleccion.net/arte-grabados/1815-grabado-militar-batalla-leipzig-19-octubre-1813-deutschland-alemania~x57419955
l ) – https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/a/a2/Larrey_amputation_06022.JPG/
600px-Larrey_amputation_06022.JPG
m) – Imagen propia con Google MyMaps.
n) – De Enguerrant – Photographie de l\’auteur, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/
index.php?curid=3503087

(o) – De Pierre-Yves Beaudouin / Wikimedia Commons, CC BY-SA 4.0, https://commons.
wikimedia.org/w/index.php?curid=64167036

2 comentarios en “Dominique-Jean Larrey, el hombre más virtuoso que he conocido (y II)

  1. Un gran médico, abnegado, del que no sabía nada. Y ahora conozco, por este informe tan destacado.Es de destacar la admiración de otros médicos, que salvaron su vida, en más de una ocasión.Felicitaciones.

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  2. Gracias, El Demiurgo de Hurlingham, conocer un personaje como Larrey es reconocer esos pequeños y exiguos espacios en las guerras donde la humanidad y la nobleza ganan la batalla a la barbarie. No en vano en cualquiera de sus varios viajes era invitado y reconocido por sus inmensas cualidades por sus colegas extranjeros, durante y después de las guerras napoleónicas.

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