Despedimos este mes de septiembre con un artículo sobre la transmisión de información mediante la telegrafía óptica en Portugal durante la Guerra de Independencia, en una exposición permanente que se encuentra en el Museu Militar de Elvas, en Portugal. La transmisión de mensajes entre dos puntos distantes siempre ha sido una cuestión de importancia para un ejército de un país, buscando siempre la transmisión a más distancia y con la mayor información posible, desde los primeros correos o mensajeros a pie (recordemos al griego Filípides en tiempos de la Gracia clásica) o a caballo, individualmente o más modernamente en el tiempo, por relevos de postas.
Pero el envío de información por estos medios se vio superado en el tiempo por la transmisión de señales desde puntos altos sobre el terreno, desde colinas naturales del mismo o sobre construcciones artificiales hechas por el hombre (atalayas, torres de vigía, almenaras, etc.). Estas señales se transmitieron en sus inicios mediante el empleo del fuego o utilizando banderas de señales (como en la marina de guerra), o ya desde finales del s.XVIII con el uso de artilugios mecanizados con los que poder elaborar un código de señales, que pudiera transmitir mensajes más elaborados y a más distancia. El francés Claude Chappe (1763-1805) fue uno de los pioneros en este tipo de transmisiones, elaborando un sistema de transmisiones mediante el empleo de unos mástiles unidos entre sí y manejados con poleas cuya variación de orientación formaba una combinación de un código previamente escrito. En España tuvimos precursores de dicha tecnología como Josep Fornell, Agustín de Betancourt o el teniente coronel de ingenieros Francisco Hurtado.
Posteriormente, en el frente oeste de la Península, habiéndose retirado Wellington a las recién construidas Líneas de Torres Vedras durante la 3ª invasión de Portugal, el poder transmitir la información entre los diferentes reductos o fortines de las líneas de defensa se convirtió en una acuciante necesidad, por lo que se implantaron sistemas de comunicaciones con instrumentales ópticos, primero de procedencia inglesa con sus sistemas de bolas, que se solaparían posteriormente con artilugios de construcción portuguesa nacional, en dos prototipos obra del matemático y astrónomo Francisco Antonio Ciera, que desarrolló todo un sistema de señales y un completo vocabulario de transmisiones, que facilitaba el envío y recepción de información a través de la distancia.
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Maqueta de telégrafo de bolas ingles. Museo de Elvas (Portugal). |
LOS COMIENZOS DE LAS COMUNICACIONES
En franco contraste con estas grandes transformaciones que se comprobaban en el país, las comunicaciones, durante este período de casi setecientos años, no tuvieron una evolución significativa, a semejanza de lo que ocurría en todo el mundo. Durante este largo período no hubo ninguna innovación en las comunicaciones terrestres. En efecto, solo se utilizaron medios sonoros, medios visuales (humo, fuego, banderas), y mensajeros que podían desplazarse a pie o a caballo.
Montados a caballo, podemos considerar que los mensajeros constituyeron siempre un medio de transporte de información a través de todas las épocas. En la actualidad se utiliza no solo en pequeñas distancias, pero también en grandes distancias, en particular en el transporte de información de la más alta clasificación de seguridad (TOP SECRET).
TORRES DE VIGÍA
Las torres de vigía eran pequeñas construcciones localizadas en puntos estratégicos del terreno (normalmente elevaciones o lugares de control en los cursos de agua), que permitían la observación a distancia de la aproximación de grupos o fuerzas enemigas.
ALMENARAS
Las almenaras eran estructuras en forma de torre y localizadas en puntos altos del terreno, en las que en su parte superior se encendían hogueras para utilizar el humo durante el día o durante la noche utilizar la luz, con la finalidad de transmitir información de una manera simple sobre la presencia de fuerzas enemigas.
A finales del siglo XVIII se inició en Francia un sistema de telegrafía visual terrestre que utilizando señales ópticas transmitidas entre varias estaciones -colocadas a lo largo de un determinado recorrido e interpretado en una lista de códigos previamente elaborada- permitió transmitir mensajes a grandes distancias.
De todos los iniciativas emprendidas para crear un sistema rápido y eficiente de telegrafía visual, fue la del francés Claude Chappe la que obtuvo mayor éxito y llevó a la creación del telégrafo con su nombre, que adquirió gran proyección y dio lugar a la aparición, pocos años después, de otras versiones de telégrafos en otros países entre los que destacan las del sueco Edelcrantz y el inglés Murray.
A la izquierda grabado mostrando un telégrafo francés de Chappe que tiene el nombre de su inventor. Fue el primer telégrafo óptico (1795), a partir del cual se inició la transmisión a distancia de mensajes.
LA GUERRA PENINSULAR
A partir de su llegada al poder en Francia, Napoleón Bonaparte inicia la conquista imperial de Europa, y en su plan estratégico de ocupación progresiva, la conquista de la Península Ibérica estaba, naturalmente, incluida.
A pesar de una actividad política y diplomática frenética con el fin de mantener la neutralidad, el Estado portugués acabó por aliarse del lado de Inglaterra, ya con el rey Joao VI refugiado con su corte en Brasil, comenzando el periodo llamado Guerra Peninsular.
Las tropas francesas, comandadas por el general Junot, entraron en la frontera de Portugal, en noviembre de 1807, dando comienzo a la primera de las tres invasiones francesas. El ejército anglo-luso combatió al invasor con la masiva participación de la guerrilla popular, acabando por alcanzar la derrota definitiva de los franceses en 1814.
EL TELÉGRAFO DE BOLAS
Conocido también por el telégrafo inglés, ya que era el modelo que los británicos llevaron a Portugal con el fin de apoyar a ciertos dispositivos operativos diseñados para combatir las invasiones francesas. Se utilizaron principalmente en las Líneas de Torres Vedras, durante la 3ª invasión francesa.
Su funcionamiento es también por códigos que se corresponden con diferentes combinaciones que se pueden formar con las posiciones de las bolas.
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Esquema de explicación de los códigos del telégrafo de bolas inglés. |
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Maqueta del telégrafo de bolas utilizado en las líneas de Torres Vedras (1810) |
TELÉGRAFO CIERA DE PUNTERO
Fue el primer telégrafo visual terrestre portugués, inventado, desarrollado y construido por Francisco Antonio Ciera* Con base en este aparato, se establecieron diversas redes telegráficas por todo el país. Generalmente su funcionamiento se basa en 8 posiciones del puntero (2 en el eje vertical, 2 en el eje horizontal y 2 en cada una de las dos bisectrices a 45º), correspondiendo a cada uno un código, que se descodifica en tablas previamente preparadas.
En cuanto a su funcionamiento, Francisco Ciera escribe:
\»A primera vista parece imposible satisfacer todo solamente con 8 señales; conseguí esto por medio de un diccionario que compuse y que contiene más de 60.000 palabras y frases, cada una de las cuales tiene por expresión telegráfica, una combinación de los números 1,2,3,4, 5 y 6, tomados, a dos, a cuatro, a cinco, a seis.\»
Frente a su ventaja desde el punto de vista de la instalación y de la maniobrabilidad, sobre todo en campaña, el punto débil del telégrafo de puntero era su alcance o visibilidad: mientras que éste, según su propio autor, no debía llegar a superar las 2,5 leguas (siempre en función de las dimensiones de la flecha), el telégrafo de persianas permitía alcanzar entre las 3 y las 6 leguas (1 legua UK= 4830.91 m).
MANIQUÍ VESTIDO DE ÉPOCA JUNTO A LOS TELÉGRAFOS
En las diferentes estaciones de la red telegráfica, cada telégrafo tenía un operador, que con la mano izquierda giraba el puntero a la posición deseada; con el ojo izquierdo acechaba por el monóculo hacia la estación que enviaba la señal, y con la mano derecha escribía sobre una pizarra colocada en una posición adecuada sobre el mástil.
Descripción escrita por el propio Francisco Antonio Ciera:
\»El sistema portugués (que se propuso después de considerar los otros muchos presentados) tiene una sola manivela, con la cual se da a su único puntero las inclinaciones de 45º en 45º con respecto al mástil vertical; de suerte que un solo hombre observa, hace las señales y escribe, todo a un tiempo; porque tiene la vista aplicada a una luneta fija al mástil, mueve la manivela con la mano izquierda, quedando la derecha libre para poder escribir en una pizarra convenientemente aplicada al mástil para ese fin\».
TELÉGRAFO CIERA DE PERSIANAS
Las 8 posiciones del puntero del telégrafo de puntero se replican en una combinación de apertura y cierre de las 3 persianas. Las tablas de decodificación son las mismas. Tiene la ventaja de permitir una construcción de mayor volumen y, por lo tanto, permitir mayores alcances.
Las persianas tienen las siguientes posiciones:
– Persianas bordes abiertos
– Persianas bordes cerrados
– Una persiana abierta
– Dos persianas abiertas
El cuadro inferior permite observar cómo se hacía la combinación de la apertura y cierre de las persianas para poder transmitir números de 0 a 6. Las tablas se construyeron sobre la base de estos números.
LA TELEGRAFÍA ÓPTICA Y EL CUERPO TELEGRÁFICO
Durante la Guerra de la Independencia, las comunicaciones juegan un papel importante en las líneas de Torres Vedras para permitir, mediante la telegrafía óptica, el contacto entre los principales fortines de la posición defensiva portuguesa. Se utilizaron inicialmente telégrafos ópticos de bolas, utilizados por la marina inglesa. Estas conexiones fueron progresivamente establecidas, solapadamente, con telégrafos de concepción portuguesa nacional, para así garantizar la existencia de medios alternativos. Es importante señalar, en este momento, que los telégrafos de concepción nacional tuvieron su origen en la siguiente circunstancia:
En Portugal, en los primeros años del siglo XIX, la marina portuguesa tenía ya en funcionamiento una línea de telégrafos visuales llamada Línea de Barra, entre el Cabo da Roca y el Castillo de San Jorge, con varias estaciones intermedias que permitían el control militar y aduanero del puerto de Lisboa y la comunicación entre los buques y tierra. Los telégrafos utilizados eran llamados semáforos y estaban constituidos por un mástil (como sucedía en los barcos) con banderas y balones, que combinados entre sí formaban señales, que eran interpretadas utilizando listas de códigos. Fue el estudio de estos sistemas telegráficos visuales terrestres que permitió a Francisco Antonio Ciera crear, desarrollar e implementar el telégrafo visual terrestre portugués, que cambiaría por completo el panorama de las comunicaciones en Portugal durante varios decenios.
Fue este telégrafo el que en las Líneas de Torres Vedras constituyó la alternativa al telégrafo de bolas traído por los ingleses. En 1810 se creó el Cuerpo Telegráfico**, que constituyó la primera unidad de Transmisiones Permanentes, siendo su primer comandante Francisco Ciera, un civil, perteneciente a la Universidad de Coimbra e inventor del telégrafo óptico portugués. Con este telégrafo, se establecieron en el país varias redes militares de telegrafía, que sirvieron para apoyar a la administración del reino. En esta red no fue prevista la posibilidad de su utilización futura por el público en general.
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Imagen del telégrafo en la Torre de Belén. |
Este telégrafo, visible en la parte superior de la Torre de Belén, era parte de la red de telégrafos visuales de la tierra, sirviendo a la ciudad de Lisboa en el primer cuarto del siglo XIX.
Portada de un libro de Tablas telegráficas, impreso en Lisboa en 1810.
Cabe señalar que las tablas eran manuscritas y que sólo esta edición de 1810 llegó a imprimirse, a cargo de la Imprenta Real. La estructura de las tablas impresas (90 páginas, 108 entradas –letras, palabras o frases- en la mayoría de las páginas, es decir 9720 entradas, en números redondos) y la expresión de los términos (mediante la conjunción de las cifras correspondientes en cada una de las 36 líneas y de las tres, o cuatro, columnas por página).(2)
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Tablas Telegráficas del Marqués de Niza (Archivo Central Marinha) |
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(*) – En 1803, la responsabilidad de la dirección de las comunicaciones Telegráficas (hasta entonces la transmisión de señales era competencia de la Marina) recayó en un civil, de ascendencia italo-portuguesa, el científico Francisco Antonio Ciera (1763-1814), matemático, astrónomo, profesor de la Real Academia de Marina, quién acababa de concluir, en ese mismo año, un primer esbozo de los trabajos de triangulación geodésica de Portugal, emprendidos bajo su tutela en 1800, e interrumpidos en 1804. Aparentemente, la incorporación de Ciera obedecía más a su reputación científica y al interés del Regente (el futuro rey D. João VI), atraído personalmente por la telegrafía óptica, que a sus conocimientos específicos en la materia.
(2)
(**) – El \»Corpo dos Telégrafos\» según su reglamento constituyente constaba provisoriamente de las siguientes plazas(3) :
1 Director General.
6 Oficiales 1ºs, Ayudantes del anterior
3 Oficiales 2ºs Ayudantes
17 Cabos Primeros
28 Cabos Segundos
64 Soldados
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Fuentes:
1) – Paneles explicativos de la exposición en el Museo de Elvas (Portugal).
2) – \»Sobrevuelo de la Telegrafía Óptica en Lusitania\» – Gilles Mutigner (UCM), Revista Internacional de Historia de la Comunicación, nº 3, Vol.1, año 2014, pp. 140-170
3) – \»Bicentenario do Corpo Telegráfico 1810-2010\», VV.AA., Lisboa, 2010
4) – https://es.wikipedia.org/wiki/Tel%C3%A9grafo_%C3%B3ptico#La_telegraf%C3%ADa_%C3%B3ptica_en_Espa%C3%B1a
Imágenes:
a) – Fotografías del autor.
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