El Castilllo de Santa Catalina ejerció un papel clave durante las contiendas entre musulmanes y cristianos, pero, además, el Castillo de Santa Catalina tuvo también especial protagonismo durante la Guerra de Independencia, al convertirse en un importante centro de operaciones para las tropas napoleónicas. Desde su privilegiado emplazamiento se pueden contemplar unas vistas únicas de gran parte de la provincia, de la ciudad de Jaén y, especialmente, de su catedral.
Tres fortificaciones llegaron a conformar la antigua fortaleza construida en la cumbre del Cerro de Santa Catalina: el Alcázar Viejo, levantado durante el reinado del rey Alhamar, el castillo Abrehui y el Alcázar Nuevo, ordenado construir por el rey Fernando III en el siglo XIII. De los tres, este es el que se conserva más o menos intacto, ya que los dos primeros fueron derruidos a mediados del siglo XX para construir el actual Parador Nacional de Turismo.
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Murallas del castillo, con la Torre de la Vela, la Cruz del Castillo y la ciudad de Jaén a sus pies. |
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Yayyan es como se llamaba Jaén en la época andalusí. A mediados del siglo IX, el emir Abd al Rahman II, establece la capital de la Cora o provincia en Yayyan, momento en que se estaba construyendo la mezquita aljama. Yayyan se convirtió en una ciudad muy próspera, protegida con unas fuertes murallas. Tenia abundantes manantiales de agua, al menos tres mezquitas, cinco baños y fértiles huertas.
En la ladera del cerro de Santa Catalina se edificó la alcazaba, donde se ubicaba la residencia del gobernador de la ciudad en las épocas emiral y califal (siglos IX-X), separada de la madinat o ciudad por una muralla. En la cima del cerro, el alcázar dominaba el extenso territorio.
La inestable situación política de Al-Andalus entre los siglos XI-XII, con múltiples luchas por el poder, hizo que la residencia del gobernador se trasladar a la cumbre del cerro dentro del Alcázar Viejo, donde estaba más protegida, construyéndose incluso otro recinto defensivo previo al Alcázar, el conocido como castillo de Abrehui.
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Yayyan, las murallas inexpugnables. |
Los alcázares no se utilizaron como vivienda habitual, siendo residencia temporal del Condestable D. Miguel Lucas de Iranzo y su familia cuando, por ejemplo, se propagaron los brotes en la ciudad en 1467 y 1469. Aquí murió la primogénita del matrimonio. En 1473, tras el asesinato del condestable, Doña Teresa volvió a refugiarse en el castillo con sus cuñados, para proteger su vida ente las revueltas que se sucedieron. Pero volvió a la ciudad una vez que pasaron estos sucesos. En 1475 Los Reyes Católicos confirmaron la tenencia de los alcázares a Dª Teresa de Torres y su hijo Luis de Torres.
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Maqueta del castillo, con la Torre de Homenaje en la parte inferior. |
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Maqueta del Castillo con la Torre de la Vela de sección pentagonal en primer término. |
Durante los siglos XVI al XVIII, la ciudad de Jaén crece trazándose nuevas calles y espacios públicos. Tras la conquista de Granada la muralla no tiene sentido (excepto como cerca fiscal) y se abren puertas y portillos que mejoran la comunicación intra-extramuros. El arquitecto Andrés de Vandelvira comienza las obras de la catedral renacentista partir de 1548. Es un periodo floreciente de la ciudad que va configurando urbanísticamente con nuevas construcciones civiles y religiosas. Jaén amplia sus arrabales y va colonizando nuevos espacios al amparo de las murallas, destacando la novedoa experiencia estética del jardín histórico de la Alameda. Los siglo XVII y XVIII suponen un periodo de regresión en que la ciudad se suma en un letargo social y económico.
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Perspectiva del complejo amurallado y la ciudad de Jaén en 1567. |
La transformación y mayor expansión de la ciudad se produce con la desamortización de los edificios religiosas y la apertura de nuevos espacios públicos, pero sobre todo con la demolición de las murallas que permitieron a la ciudad seguir creciendo.
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Vista oriental de la ciudad de Jaén. Atlante Español. Bernardo de Espinalt, 1787. (Aguafuerte 182×131 mm) |
Posteriormente, la primitiva fortificación islámica permanecería ocupada durante buena parte de la Edad Moderna sin que en ella se realizaran transformaciones importantes.
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Castillo de Santa Catalina en 1722. Se mantiene la estructura medieval. |
EL CASTILLO DE SANTA CATALINA Y SUS DEPENDENCIAS.
Torre del homenaje
Dependencias del Alcaide. Residencia temporal del Condestable D. Miguel Lucas de Iranzo y Dª Teresa de Torres en el siglo XV.
Esta sala con entrada independiente a la Torre del Homenaje fue uno de los almacenes del castillo. Está excavada en la roca y se comunicaba con la estancia superior mediante una trampilla en el techo.
En la Edad Media los muebles eran ligeros y plegables; debían ser fácilmente transportables de una residencia a otra a lomos de caballerías o en carros. Los muebles de madera tallada con herrajes solo estaban al alcance de los privilegiados.
Las estancias apenas tenían mobiliario, algunos bancos por asiento y estrados cubiertos por alfombras, tapices, cojines, junto a arcas, arcones que guardaban los ropajes y documentos.
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Panorámica de la ciudad de Jaen, desde las murallas del castillo, a unos 250 m de desnivel. |
Torre Albarrana. Capilla de Santa Catalina (a partir del s. XV)
El condestable fue quien edificó la capilla, adornada con yeserías mudéjares, sobre la azotea de esta torre albarrana. Las torres albarranas se construían delante de la fortificación y se comunicaban con ella por una pasarela. De esta forma se eliminaban ángulos muertos y se repelía al enemigo que se aproximaba a las puertas. Esta torre originariamente no tenía estancia, pues se levanta a mitad del s. XX.
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Perspectiva interior de la fortaleza. La Torre Albarrana, primera a la izquierda y la Torre de la Vela, la primera por la derecha. |
Torre de la Vela
La torre original de época árabe era de planta cuadrada. Con la construcción del Alcázar Nuevo se adhirió un parapeto que le dio esta forma pentagonal en proa. Bajo el suelo aún se conserva la estructura primitiva que pudo utilizarse como almacén.
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Panorámica del territorio desde la Torre de la Vela. El castillo se encuentra a unos 815 m. de altitud. |
La estrategia militar en la Edad Media daba gran importancia a las torres vigía, que servían como posiciones avanzadas que informaban de los movimientos del enemigo y sus posibles ataques. La comunicación entre las fortificaciones se realizaba de diferentes maneras. El atalayero o vigía, oteaba desde la torre el entorno del castillo y para comunicarse con otras atalayas usaba señales luminosas mediante espejos y humo de las hogueras. También había mensajeros que atravesaban a pie o a caballo los caminos y los escuchas o escusañas, que vigilaban escondidos estratégicamente en arbustos y rocas, y avisaban en caso de peligro mediante señales de humo. Las atalayas se extienden por el territorio como piezas de ajedrez en un inmenso tablero. Gracias a su presencia somos capaces de interpretar hoy en día los antiguos límites para el control del territorio, organizándose una verdadera red de vigilancia.(1)
Aljibes del Castillo
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Ubicación de los aljibes. |
El uso y el almacenaje del agua era de gran importancia en los castillos, sobre todo en periodos de asedio por parte del enemigo. El agua de los aljibes (cisternas o pozos en árabe hispano) procede del agua de lluvia. Era recogida en las cubiertas de los edificios y conducida a través de los atanores (conductos realizados en barro) hasta los pozos de decantación. Aquí era filtrada y transferida por los canales hasta el propio aljibe. La impermeabilización y el aislamiento de la luz solar permitía mantener el agua en buen estado.
En el castillo de Santa Catalina se han localizado tres aljibes:
– Uno, el más pequeño, situado junto a la puerta de acceso. Estuvo en uso desde la época islámica. Siglos más tarde, durante la Guerra de Independencia, fue utilizado como polvorín y explosionado tras su abandono.
– En este punto se encuentra el Aljibe Mayor, utilizado para abastecer el Palacio. En 1812, los franceses antes de abandonar el castillo lo inutilizan envenenando el agua almacenada.
– El tercer aljibe, también de origen musulmán, se encuentra bajo el hospital francés.
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Imagen del interior desde la Torre de la Vela. |
La prisión
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Ubicación de los calabozos. |
El castillo a lo largo de su historia ha tenido varias dependencias destinadas a calabozo. Durante la Baja Edad Media los conflictos entre la nobleza provincial se saldaron con prisioneros destacados encerrados en la fortaleza, como Juan Pareja, comendador de Pegajalar, acusado de traición contra el Condestable Iranzo. Hay que destacar que en aquella época, el sistema penitenciario se basaba en lña aplicación de penas corporales, económicas y destierros, por lo que no había una excesiva masificación de prisioneros.
Estas tres celdas fueron una gran sala donde dormía la tropa. No fue hasta los años 1810-1811, cuando el ejército francés acondiciona este lugar como prisión donde se hacinaban a los condenados debido a su gran número. Tras la marcha del ejército napoleónico, sirvió para recluir a los españoles que habían ayudado a las tropas enemigas
(2). A partir de 1815 se dejó de utilizar y se habilitó como cárcel el hospital construido por los franceses.
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El capitán de la guerrilla: Pedro del Alcalde
Natural de Los Villares (población cercana a Jaén), fue capitán de una partida de guerrilleros(3) que hostigó a las tropas francesas durante la Guerra de Independencia. Lo capturaron en Benamejí (Córdoba) tras el fallido intento de conquista de Alcaudete (Jaén). Recluido en estos calabozos(4)esperó su ajusticiamiento a cargo del Gobierno francés. Despertó gran simpatía entre el pueblo e incluso entre los militares polacos(5) del mismo ejército imperial, por su clemencia en el trato. Condenado, como no hubo verdugo para ahorcarlo, fue fusilado el 17 de junio de 1811 en el Arco de San Lorenzo y su cadáver se colocó en la horca del patíbulo de la Plaza de Santa María para que sirviera de escarmiento del pueblo.
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Plaza Fuerte
Entre 1810 a 1812, durante la Guerra de Independencia, las tropas francesas ocupan la fortaleza del cerro de Santa Catalina, que se convirtió en el cuartel general. El Alcázar Nuevo era la zona del alto mando. El patio de armas inferior albergaba la residencia del Estado Mayor y de los oficiales. En el patio de armas superior se dispuso un hospital, varios polvorines, las caballerizas y una mazmorra. Fueron obras polémicas porque se usaron materiales procedentes del desmantelamiento de conventos e iglesias y se sufragaron mediante la subida de impuestos a ciudadanos.
Estamos frente al patio de armas medieval, aunque delante mismo se encuentran los restos arquitectónicos de los pabellones del Gobernador y las oficinas de la guarnición de la época napoleónica.
El Hospital Francés
Si miras a la izquierda verás el umbral de una de las puertas del antiguo hospital, construido por los franceses entre 1810-1812, del que ahora solo quedan sus cimientos.
Tras la huida del ejército francés, en diciembre de 1812, los ingenieros españoles hicieron una descripción sobre el estado del edificio en la que se leía:
“Hospital de planta rectangular y gruesos muros de mampostería hecho a prueba de bombas. Constaba de dos plantas y tenía una capacidad de 50 camas, oficina de consulta y cocina. Intentaron quemarlo al retirarse, pero lo único afectado por el incendio fue la escalera. Le faltaban todas las puertas y ventanas. Las puertas exteriores eran 2 y las ventanas 10”
Fue demolido en las primeras reformas que se le hicieron a la fortaleza tras la Guerra Civil Española.
Después de la expulsión de los franceses, se propuso la adecuación del hospital como cárcel para la mejora de las condiciones de los reos. Se enrejaron todas las ventanas y puertas siendo su capacidad para 80 reclusos.
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Fotografía de época del antiguo hospital francés. |
EL CASTILLO DURANTE LA OCUPACIÓN FRANCESA (1810-12)
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Aspecto interior durante la ocupación francesa de 1810-12 |
Durante la Guerra de Independencia Española se libraron varias batallas en la provincia de Jaén. La victoria del ejército español en la batalla de Bailén, en 1809, fue una inyección de optimismo. La ciudad de Jaén se había preparado para la ofensiva francesa reparando las murallas de la ciudad y su fortaleza; construyendo puestos de guardia, parapetos, troneras para fusileros y plataformas para piezas de artillería.
Aun así, la ciudad fue entregada sin resistencia por los jiennenses al general francés Sebastiani, el 23 de enero de 1810. Dada la importancia del enclave, los franceses no tardaron en convertir la fortificación en un acuartelamiento. Desde el castillo se controlaba la ciudad y el paso de los territorios de Granada y Córdoba. La comunicación entre el castillo y la ciudad se vio alterada al tapiarse todas las calles colindantes hacia la fortaleza, excepto la que ascendía desde la Plaza de la Merced.
En el Alcázar Viejo se construyeron edificios de dos y tres plantas utilizados como caballerizas y la caserna de los cuarteles para la tropa. En el Alcázar Nuevo, adosado a la muralla, se situaban el horno de pan y la despensa, en el espacio situado entre la Torre de Homenaje y la alcazaba. Una rampa de tierra batida facilitaba el acceso al patio superior donde se situaban la plaza de armas, los calabozos y el patíbulo, así como un hospital de dos plantas con capacidad para atender a cincuenta enfermos. Para reforzar las defensas, las antiguas almenas son cubiertas y convertidas en troneras, y determinados puntos clave se convierten en plataformas para situar las piezas de artillería. En el patio inferior se situaban dos edificios en torno a dos patios de tierra batida: era la residencia del Gobernador y el Estado Mayor. La ocupación francesa determinó la transformación radical de los espacios internos en la antigua fortaleza, un simple refugio defensivo que pasaría a convertirse en la principal base militar napoleónica en la provincia.
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Imágenes del audiovisual con el renderizado del castillo durante la ocupacion francesa. |
La derrota del ejército francés en la batalla de los Arapiles (Salamanca) en julio de 1812 supuso la retirada francesa de Andalucía. Finalmente, las tropas napoleónicas abandonaron la ciudad el 17 de septiembre, no sin antes haber dinamitado la mayor parte de dependencias y cuarteles construidos en el interior del Castillo.
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Castillo de Santa Catalina en 1811. Reformas realizadas por el ejército francés en 1810. Service historique de l\’Armée de Terre. Département des archives et de la bibliothèque. Division de génie et de l\’artillerie. |
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Castillo de Santa Catalina en 1812 tras la retirada de las tropas francesas. Centro geográfico del ejército. Archivo cartográfico y de estudios geográficos. |
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El castillo en 1862; aún se divisaban las construcciones francesas (parte superior derecha).(b) |
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(1) – La provincia de Jaén es la que tiene mayor concentración de sistemas defensivos de España. Mas de 400 entre castillos, atalayas y torres.
(2) – De hecho esta prisión fue una de las primeras en mejorar las condiciones de los presos en España. Mediante la Real Cédula de la Real Chancillería de Granada en 1814 se prohibió el maltrato y la tortura.
(3) – Pedro del Alcalde ya se había distinguido contra los franceses el 1 y 2 de julio de 1808, en la Fuente de la Peña:
\»Uno de los que se ha distinguido entre estos tiradores ha sido Pedro del Alcalde, jornalero del campo, quien el día 3 de julio se apostó con dieciocho compañeros en el cerro de la Fuente de la Peña y habiendo hecho retroceder una avanzada del enemigo, los persiguió con su gente, entró en la ciudad en su alcance y con tres tiradores menos hábiles se situó en el tejado de una casa próxima al Ejido. Alcalde se ocupó solamente de tirar desde las nueve de la mañana a las siete de la tarde y sus compañeros le cargaban. Mató a un oficial que montaba a caballo y hasta treinta soldados. Viendo el enemigo el daño que se hacía desde aquel terrado, se dirigió a la casa en gran número y los nuestros hubieron de salir huyendo. La Junta informada de este hecho va a distinguir como merece en el nuevo alistamiento al valeroso tirador de Los Villares” [5]
(4) – Como curiosidad, un fragmento de un audiovisual sobre nuestro prisionero, en primera persona:
\»Nuestra vida es muy dura, pero no puede haber otra hasta que alcancemos la victoria. Atacamos a la velocidad del rayo y desaparecemos rápidamente lejos del alcance del ejército francés. Muchas veces logramos burlarles gracias a la ayuda generosa de nuestros paisanos. He causado grandes daños a los franceses, por eso organizaron una intensa persecución hasta que me capturaron. Cuando cogíamos prisioneros los tratábamos con humanidad. De hecho algunos oficiales del enemigo que mandan en el castillo cayeron antes prisioneros mios y hoy siguen vivos gracias a nuestra generosidad. Ahora, preso, encadenado solo espero que la Autoridad francesa decida sobre mi futuro\»
(5) – Con el IV cuerpo de Sebastiani, a principios de 1810, constaba la 3ª división de Werle, con tres regimientos de línea polacos, el 4º, el 7º y el 9º. (Nafziger 810ASAE)
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Fuentes:
1) – Paneles explicativos recinto Castillo de Santa Catalina.
4) – \»Nuevos datos sobre la captura del guerrillero giennense Pedro del Alcalde en 1811\» – Juan Barba Lagomazzini y José Carlos Gutiérrez Pérez, Elucidario nº 8 (Septiembre 2009), pp 243 a 249
Imágenes:
a) – Fotografías del autor y paneles explicativos.
b) – De Higinio Montalvo Sastre (ca. 1815 – fl. 1875) – Jaén en Blanco y Negro. Introducción para una historia de la fotografía en Jaén (1860 – 1975). José López Murillo (ed.), Isidoro Lara Martín-Portugués y Manuel López Pérez. Jaén, 1997, pág. 34. ISBN 84-922909-0-0, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=8006011
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