Viena 1815: El Congreso que nunca funcionó, por Adam Zamoyski.

Hoy os traemos una transcripción extraída del portal de Youtube de una más que interesante conferencia del historiador británico de ascendencia polaca Adam Zamoyski, en la serie \»Conferencias de Historia de Munich\», que impartió en la capital bávara el 26 de octubre de 2015, bajo el título \»Viena 1815: El Congreso que nunca funcionó\». El título no deja lugar a dudas y Adam Zamoyski desgrana párrafo a párrafo las razones por las cuales el famoso Congreso de Viena no funcionó en ningún momento para el fin para el que teóricamente fue creado y quizás no fuese posible que funcionara porque los intereses en juego eran demasiado grandes en la carrera por la supremacía en Europa entre las potencias y que implicaba cuestiones basadas en los intereses territoriales, la ideología, la legitimidad o simplemente el interés en el bienestar de sus habitantes.  

Os recomendamos su lectura (o su visionado si tenéis conocimientos de inglés) de esta interpretación de Zamoyski del Congreso de Viena de 1815, con un lenguaje mesurado y claro, adornado con  ejemplos y anécdota varias, y que en sus conclusiones finales da unas claves sobre los movimientos liberales y nacionalistas europeos tuvieron influencia en los conflictos del siglo XX pasado y que no dejan de tener cierta vigencia aún hoy, incluso en nuestro territorio.
Fragmento del cuadro de Isabey sobre todos los asistentes al Congreso de Viena, 
encargado por Talleyrand (en segundo término, con su brazo apoyado en la mesa). (a)

CONFERENCIA:

Este título está tomado, probablemente todos lo sepan, del chismoso más grande que era el Príncipe de Ligne, y este hombre de mundo de su época escribió a un amigo de Viena: “Le Congrès il ne marche pas, il danse!\», o sea el Congreso no funciona, es un baile, un juego de palabras. En realidad, en cierto modo bailaban mucho, y no siempre funcionó en el sentido convencional. De hecho, uno podría argumentar que nunca hubo tal cosa como el Congreso de Viena: nunca hubo una reunión, nunca hubo una sesión, nunca hubo una sesión donde todos se sentaran alrededor de la mesa, hay una pintura con todos permaneciendo alrededor de una mesa, pero nunca lo hicieron, no había ningún protocolo, en efecto, y el único momento en que todos los delegados se encontraron en la misma sala fue que cuando llegaron para firmar el tratado final, nueve días antes de Waterloo e incluso entonces, los cuatro delegados principales no estaban allí y el tratado no se completó porque, mientras, las cosas se dejaron para más tarde, y sin embargo, duró meses y meses y meses y meses…

Una imagen satírica de principios de 1815 del Congreso de Viena, \»Le Congrès\». (b)
Esta extraordinaria incapacidad para sentarse y concentrarse es de lo más sorprendente cuanto que este no era sólo un congreso normal, convocado para resolver qué sucedía después de la guerra. Al igual que en 1945, 1815 vio la derrota, no sólo de un país, no sólo de un solo hombre, sino de todo un sistema y de una ideología. Las almas que vieron: ¡Oh!, las buenas personas en Europa, los aliados más ricos, Suecia, Rusia, Prusia, Austria, Gran Bretaña, España, Portugal, Cerdeña y luego gradualmente todos los Estados en Alemania, excepto Sajonia. Todos se unieron para derrotar a Napoleón y acabar con el Mal, la Revolución Francesa. Y no solo significaba lo que ocurrió desde antes de la toma de la Bastilla, en 1789. Ellos lo vieron de alguna manera como una terrible doctrina, la cual se quiso decir que algunas personas lo orquestaron con el mítico Templo, otros dijeron que todo comenzó con Youngs y Cooke, otros vieron su origen en Lutero, otros simplemente lo vieron como el producto del Iluminismo del siglo XVIII, o desde dentro del Congreso incluso se pensó que era una conspiración de los masones. Cualquiera que fuera su nombre, todos lo llamaron Jacobinismo, y todos los variados poderes interesados de Europa sintieron esta fuerza maligna que causó la Revolución Francesa, que dio luz a este hombre terrible, Napoleón, finalmente derrotado y aplastado.
Adam Zamoyski, en un momento de la conferencia. (c)
Entonces, ¿qué debían hacer? ¿Volver a 1789? Claramente ibamos a ver que las cosas simplemente no iban a funcionar, no podían volver a 1789, poque habían sucedido demasiadas cosas desde entonces. Las guerras que comenzaron en 1792 en contra de la Revolución Francesa habían durado la mejor parte de un cuarto de un siglo. Ahora, fueron seis veces más largas que lo que duró la Primera Guerra Mundial, y cuatro veces más que la Segunda. Estas guerras que derrotaron y explotaron al conjunto de Europa, desde Lisboa hasta Moscú, desde Irlanda hasta Alejandría y El Cairo, y Siria. Tocaron a las colonias del Caribe en el oeste y las de Java en el Este, incluyeron a personas de todos los lugares y debido a que las alianzas eran tan complicadas, muchos jóvenes fueron secuestrados en Portugal y se encontraron luchando contra Moscú, mientras hombres polacos estaban luchando en Portugal y en España. La gente marchaba por toda Europa. Las guerras fueron muy duras y pusieron este acento ideológico.
Comenzaron con los franceses, el desafío de la Revolución Francesa y en todas partes que fueron, que iban los ejércitos franceses, donde fuera, las instituciones eran derrocadas, la Iglesia, la Iglesia establecida era asimismo muy a menudo derrocada, los monarcas en los tronos eran derrocados y profundamente derrotados y marginados, también los señores cambiaron, las desigualdades eran aliviadas, personas que habían sido consolidadas en la mayor parte de Europa central , ya fuera por razones religiosas o por razones regionales, o por razones de ocupación eran repentinamente liberadas: los judios, sin olvidarnos de los jóvenes artesanos, hombres que ya no pertenecían a un gremio, el gremio se desvaneció, ya que no podían convocar a nadie. De repente todos habían sido parte, y este acento ideológico tuvo el enorme elemento de la intensidad, de la intensidad de la guerra, como no se había sido testigo [en Europa] desde las guerras religiosas del siglo XVII.
Por lo tanto, todas aquellas personas que habían sido de alguna manera liberadas y embrutecidas por las guerras no iban a volver a ser lo que eran, en bloque. También la Revolución Francesa giraba en torno a un nuevo concepto, la nación, ahora en la segunda mitad del siglo XVIII, la gente comenzó a pensar en términos de nación, comunidad, como un ser espiritual y poco a poco la nación comenzó a sustituir no sólo a la soberanía, sino incluso a la deidad. La Patrie se convirtió en una especie de diosa. En la Revolución Francesa, se reemplazó abiertamente la soberanía del monarca con la soberanía de la nación. El pueblo se convirtió en soberano y esto se reafirmaba cuando los ejércitos franceses penetraron en Bélgica que pertenecía a los Habsburgo en Viena. Incluso cuando entraron en tierras del Rín, que eran gobernadas por todo tipo de pequeños príncipes y estamos ya con los primeros alemanes, del Romanticismo alemán también surgió el mismo concepto sobre la nación. En Italia, en Polonia, en todas partes, entonces la nación siendo un mecanismo en si misma.
Por lo tanto, nada iba a volver a ser lo mismo. Así que muchas personas pensaron, bien, ya que no podemos volver a la misma situación actual que, aparentemente, en 1789, tal vez esta sea una gran oportunidad para un nuevo maravilloso comienzo, ya como mucha gente pensó después de 1945. Muchas personas habían estado escribiendo acerca de un acuerdo ideal para Europa. No necesito recordarles al emperador Otón III del Sacro Imperio, del camino al sistema permanente de la paz en Europa, como hizo Dante Alighieri, como lo hizo Georg de Podiebrad, como lo hizo Enrique IV de Francia, como docenas de otros hombres. En los cien años anteriores al Congreso de Viena, Thomas Hobbes, William Penn, quien inventó el concepto de Parlamento Europeo, Abbey de Saint Pierre, que inventó la Europa de los 19 Estados e incluso menos de 20 años antes del Congreso de Viena, Emmanuel Kant escribió sobre la sobre paz perpetua, su propia gente soñando con eso, paz perpetua. También aquí habían también otras personas que habían estado pensando durante todo el siglo XVIII acerca de una forma más racional de reorganizar el mundo, después de todo, la Ilustración produjo docenas de textos utópicos sobre cómo organizar la sociedad mejor, y luego, por supuesto, fueron los inicios del movimiento romántico, y también el despertar religioso en lugares como aquí en Alemania, con los artistas alemanes, en Rusia con Nikolay Novikov, en América, en Inglaterra, el despertar del feminismo, la gente comenzó a pensar en el regreso a un mejor tipo espiritual de orden europeo, por lo que todas estas ideas estaban girando alrededor de la gente y esta tenía grandes esperanzas. Al final de la guerra, cuando la gente sufre, la gente siempre piensa que la paz será algo realmente maravilloso, un orden completamente nuevo. Y cuando la guerra local continúa y cuanto mayor es el sufrimiento, más piensan que algo debe venir, algo bueno debe venir.
Lo pensaron posteriormente a la Primera Guerra Muncial, lo pensaron después de la Segunda, y nada vino, ni paz. El problema era que mucha gente convergió en Viena en 1814 esperando algo: un justo y derecho acuardo. Y las esperanzas eran inmensas basadas en el hecho de que los gobernantes, las personas que iban a reorganizar Europa, eran figuras tan heroicas: el zar Alejandro de Rusia, que era visto como el Agamenón de la Alianza, era conocido por ser caballeroso, liberal, ferviente cristiano, todo el mundo pensó, bien, este hombre iba a regenerar Europa, estaba Francisco de Austria como el epítome de persona buena y respetable, el ideal del buen monarca, que sabía que había un favorecido Guillermo de Prusia, un poco de capa caída, pero un buen hombre, honesto, y así con todo, todo el mundo pensó seguramente que algo iba a suceder, por lo que la gente venía con sus esperanzas y muy rápidamente empezaron a darse cuenta de que no eran correctas.

Europa en 1812 (d)
Porque estas personas eran, de hecho, todos tendentes a lo que había ocurrido en los últimos veinticinco años, porque todos ellos habían estado totalmente involucrados. Dejando aparte Gran Bretaña que, conveniente y simplemente, pasaba todo el día hablando sobre las colonias de todo el mundo e intentar conseguir que otras personas retrocedieran en la parte continental de sus fronteras. cada uno del resto de los aliados habían luchado con Napoleón contra los demás en algún momento. Los prusianos se unieron con Napoleón y, como resultado, obtuvieron el premio de los campos británicos de Hanover, Rusia se unió a Napoleón y, como resultado, obtuvo un pedazo de Prusia como parte en 1807, en 1809 el mismo paralelismo de Austria. Austria, que hizo la guerra a Rusia, con Prusia con Napoleón, España que había invadido felizmente Portugal con Napoleón, tomando un tercio de Portugal, y también se había dado un reino en Italia a la família real española, todos habían sido parte, también Rusia que se le permitió invadir Suecia y tomar Finlandia como premio por apoyar a Napoleón, por lo que todas estas personas también se habían comprometido en sus principios y desde luego no iban a retornar ninguna de los territorios conquistados, en ningún momento.

No, en Alemania nadie iba hacia marcha atrás, renunciar a sus títulos reales, los reyes de Baviera no iban nunca a convertirse nuevamente en Electores, habian llegado a reyes y todos se beneficiaron enormemente, toda los Estados alemanes se habían canibalizado, todos. Por lo tanto, de repente personas como el orgulloso príncipe de Piombino que había sido privado de su isla de Elba por Napoleón, quien vio: ¡Oh! que Napoleón ha sido derrotado y podría conseguir de nuevo hacerse con la isla. Ni por asomo. Alejandro dio la isla a Napoleón y el Príncipe de Piombino se quedó de piedra. Y los representantes de la República de Lucca, en Italia, la cual había sido abolida por los franceses, llegaron junto a pedir el apoyo del emperador Francisco para conseguir ser restaurados, y sin embargo, el emperador Francisco les dijo, como una tarea aburrida, como saben decir las personas en la Toscana, en italiano, les dijo: Tutti hanno fame anche io voglio mangiare, é meglio qui io qui mangi que si fossi un’altro. Que venía a decir, todo el mundo está hambriento pero yo también necesito comer, y yo antes que nadie, y ese fue el mensaje real. Y, en efecto, uno de los aliados, el príncipe coronado de Suecia, Bernadotte, había sido un mariscal napoleónico, y él se definía a sí mismo: “Je suis Republicain dans les entrailles, a determiné Jacobin, a la vie et a la mort. Un jacobino en la vida y en la muerte. Y, sin embargo, allí estaba con el resto de los aliados… El ministro prusiano Aremberg que lo cita: “Un bastardo cuyas circunstancias tienen lealtades para legitimar. Y ese era el problema: las circunstancias habían obligado a todos estos aliados de nuevo a sentarse para enjuiciar el futuro de Europa, habiendo unido sus banderas al mismo Napoleón, como el ministro francés Talleyrand, todo un maestro en este tipo de cosas.

En efecto, incluso aquellos que trataron de volver atrás en el tiempo. El príncipe Víctor Manuel I de Cerdeña, que tuvo que refugiarse en esa isla, el reino de Cerdeña, que tomaron también  los franceses. Volvió y retiró todo lo que recordara a los franceses, expulsó a todo francés que se encontrase, destrozó incluso la totalidad de los jardines botánicos que habían establecido los franceses, cortó las plantas y quemó las contagiosas semillas, pero siguió conservando el sistema de elección de impuestos que había sido implantado por los franceses, mantuvo la Gendarmerie que pasó a denominar Carabinieri y tampoco hizo ascos a hacerse cargo de la República de Génova, que los franceses habían liberado también. Incluso el Papa que regresó y se sentó en el trono, depuesto por los franceses, reintrodujo la Inquisición y los jesuitas, e incluso prohibió el fascinante sistema de iluminación puesto por los franceses y estas intenciones, ideológicas, pero incluso mantuvo el sistema de elección de impuestos francés. Por lo tanto, todos en algún lugar estaban afectados por el nuevo orden. De hecho, la nobleza también tenía la intención de traer un nuevo sistema maravilloso. Mucha gente que contaba con los cuatro grandes: Gran Bretaña, Rusia, Austria, Prusia. Y todos estos cuatro decidieron articular lo que querían ver. Ya se había firmado el Tratado de Chaumont, en marzo de 1814, que había establecido un conjunto de líneas paralelas contra el enemigo, contra Francia que veían imbuida del jacobinismo, pero por el poder militar, vieron como la única manera de mantener Europa segura por una vez era tener una cobertura, un sistema militar, que iba a impedir que Francia volviera a perturbar la paz de Europa. Así que lo decidieron, y se supone que se reunieron, un mes antes de que todo el mundo llegara a Viena y se encontraron para conocer todos los detalles, así que imaginen, sus palabras serían: “Negociemos antes que ratificar”.
El Congreso de Viena, por Jean Baptiste Isabey.

Una acuarela que muestra a los delegados en el Congreso de Viena. El Congreso se reunió después de la abdicación de Napoleón. Asistido por todas las grandes potencias europeas, incluida Francia, el Congreso declaró a Napoleón fuera de la ley y trabajó para renegociar las fronteras nacionales que habían sido desarregladas por las campañas militares del Emperador. Este retrato grupal de los delegados muestra el momento (el 3 de febrero de 1815) cuando el duque de Wellington (extremo izquierdo, de perfil) llegó para tomar el mando de la delegación británica de Castlereagh (sentado en el centro, mirando a la izquierda). Pero cuando el Congreso concluyó en junio de 1815, Napoleón había escapado de Elba y regresaba a París. Las esquinas del borde presentan los símbolos de Verdad, Prudencia, Sabiduría y Justicia. El borde superior incluye a los gobernantes del Reino Unido, Austria, España, Francia, Portugal, Prusia, Rusia y Suecia. El borde inferior contiene los escudos de estos gobernantes. La acuarela fue encargada por el delegado francés en el Congreso, Charles Maurice de Talleyrand, pero permaneció en posesión del artista hasta que George IV la compró en 1820. (e)

Por desgracia, no iba a funcionar con tanta facilidad. El problema era que, había demasiados dedos sobre ello: aquí estaba Rusia al este, estaba Prusia hacia el Norte, y Austria al Sur, y en el medio como esta gran masa de tierras alemanas y polacas. Una gran, gran barbacoa en el corazón de Europa. El problema era: ¿quién iba a dominar esto realmente? Debido a que quien lo dominase, dominaría Europa. Y antes de eso, sabíendo que no podían conseguirlo porque tendrían que devolver todos los territorios, y los reyes de Baviera y Wurttemberg y los Grandes Duques tenían que devolver todos estos territorios, y dar muchísimos títulos. Entonces, la idea era que, de alguna manera, se tenía que crear un sistema de control para controlar este corazón. ¿Pero cómo? Y el gran problema era la inseguridad, todos estaban preocupados por quién iba a ser el que dominase.
Y la nueva verdad europea, era que cuanto más grande el poder se convirtiera, más inseguro se volvía. Gran Bretaña, que se había vuelto increíblemente poderosa al entrar en las Guerras Napoleónicas, había requerido un sistema de colonias que iba a garantizar un dominio global y, sin embargo, estaba obsesionada en el Congreso de Viena por una cosa: el estuario del río Scheldt y Amberes. Así, Bélgica, los Países Bajos, no debían pertenecer a Francia: debían pertenecer una potencia proteccionista aliada de Inglaterra, y también con una gran presencia de Prusia en el Rin para detener Francia e impedir que retomase Amberes. Debido a que un centenar de años antes una flota holandesa había partido de Amberes y había llegado hasta el Támesis. Y esto ya no era factible, la Royal Navy era por entonces desequilibrante por lo que tal invasión jamás podría tener lugar pero no importaba: la idea fija estaba allí, Gran Bretaña, obsesionada, realmente se preocupaban mucho, demasiado, de lo que sucedería.
Rusia, que había logrado penetrar en el oeste, el más poderoso ejército que Europa había visto en su historia, que era tan insegura para trasladar la frontera y permitió tener quinientos kilómetros al oeste su frontera en Polonia. Austria no quería que Rusia estuviera allí y también estaba obsesionada con poder ser atacada por Francia o Italia, por lo que quería dominar el corazón de Italia. Prusia era la más insegura de todas porque Prusia seguía siendo muy pequeña todavía en el siglo XVIII, que luego se convirtió en enorme, con las particiones de Polonia y luego fue despedazada en 1807, en el Tratado de Tilsit casi reducida a la nada y quería llegar a ser algo, era uno de los cuatro pero era una nebulosa, por lo que quería tener un gran territorio en Alemania. Entonces, la idea era que Prusia iba a obtener Sajonia porque el rey de Sajonia también seguía siendo viejo, para empezar… Pero Austria no quería que Sajonia estuviera en manos de Prusia porque era su puerta de entrada. A Gran Bretaña tampoco le gustó la idea. Y se llegó a un punto muerto con esto. Las cuatro potencias principales, por muy poco, casi llegaron a las manos y de hecho casi se convierte en una guerra por este callejón sin salida, y ellos no lo hicieron porque los problemas iban a ser como tierra quemada y convenía llegar a un final. Prusia, que quería tener 13.000.000 de habitantes como población para convertirse en un país poderoso, dijo al cabo: “No me importan de hecho los 13.000.000 personas, ya están bien dónde estén, no es para llevármelos”, por lo que se preparó a renunciar a una parte de Sajonia, no tener una Sajonia más ambiciosa, y se podría compensar con 3.411.715 almas. Por lo tanto, la comisión creó a su vez comisiones geográficas, las cuales fueron diseñando pequeños círculos en Alemania contando la población y luego se dijo: ¡Aahh! Podemos dar esta pequeña parte de una larga orilla del Rin a Prusia , y con ello nos dará, y así los círculos se compusieron
Pero, ¿que pasaría una vez en Congreso? Existía una fricción interminable, porque en su inseguridad nadie estaba preparado para hacer una sesión. Todos estaban interrelacionados. Entonces, Austria después de ser derrotada por Francia en 1809, porque cuando Napoleón estaba ocupado en España, Austria decidió invadir al aliado de Francia en Alemania, que era Baviera. Entonces, los austriacos invadieron Baviera, fueron derrotados por Napoleón en Wagram y tuvieron que hacer las paces. Y tienen que darles Baviera como premio: el Tirol, Salzburgo, Innsbruck y otros lugares. Ahora, en 1813, Bavaria dijo: “Okay, os devolveríamos todo el mapa a causa de estos jardineros austriacos… pero a cambio queremos el Palatinado, Hesse-Darmstadt, Wurzburg, Maguncia…” y así sucesivamente. Todo está muy bien, pero ¿quién está asentado en Maguncia? Las tropas prusianas. Por lo tanto, el camino es difícil para Austria, permanecer contra Prusia que quería Sajonia porque quería obtener de vuelta el Tirol, porque los bávaros están en la parte trasera o Maguncia, obtenerla de los prusianos, con algo en Sajonia o en algún otro sitio…

Alemania en 1812 (f)

Y el asunto era firme porque todo el mundo estaba relacionado en Alemania, pero no relacionados entre ellos, sino relacionados con algunos de los grandes: relacionados con los Hollenzollerns, o con los Habsburgo o una u otra dinastías, quiero decir, el Gran Duque de Baden que habían hecho la guerra y enviado tropas a Rusia bajo Napoleón, estaba casado con Estefanía de Beauharnais, la sobrina del emperador francés pero era también el cuñado del zar de Rusia. Por lo tanto, tenía una enorme influencia, por lo que cada vez que alguien quería un poco de algo, todos los lazos de unión eran invocados en el asunto. Y debido a que otros intereses fueron negociados en la Santa Alianza, no en el Congreso porque dije que nunca se reunieron, pero la gente acudía a las fiestas, y llegando, alguien decía: “Mire, quiero recuperar mi Estado, soy Frei Herr de algún lado y tengo una muy buen Estado en Cassel; no hago nada con él, quiero un territorio grande, algo” y diciendole “Acuda a los Habsburgo”, a lo mejor no siendo la mejor conexión pero en algún lugar de la línea estaban conectados con el Emperador, o el Rey de Prusia o el Zar Alejandro o quienquiera que fuese y por lo tanto se encuentran a sí mismos en la negociación, entre los bailes y fiestas y diciendo: “tengo a este aburrido de Cassel, que quiere esto, puede usted por favor apoyarse en su amigo o la voluntad del Gran duque o algo así, déjele algo… o no, solo una condecoración, hágale un caballero de su orden o algo similar, cualquier cosa…” y fue la cuestión en Alemania, en lugares como Suiza, ya que los austriacos querían dominar Suiza y apoyar la vuelta de los conservadores. Los franceses querían mantener su influencia con algunos porque ya estaban en sus fronteras, apoyaban a los liberales y los británicos donde pudieran establecer su influencia, tener una influencia allí, y de nuevo el interés de alguien en un lugar estaba esperando el interés de alguien en otro lugar.

Entonces, el asunto fue increíblemente complicado. Al final, fue bastante simple como en los actuales negocios: “Ok, toma este número de almas, toma esto allí… Tu haces esto, tú haces lo otro”. Y esta solución, que fue vestida con alabanzas y documentos a través de Alejandro de Rusia, las influencias probablemente, más bien, ya saben, el bien común de Europa y, por lo tanto, el famoso Talleyrand dijo algo como: “Algo que sería escrito con un silencio, sentado en una cabaña de masones”. En realidad era percibido como un despilfarro incluso por algunas de las personas desde dentro. El Secretario del Congreso, Friedrich von Gentz, estaba completamente disgustado por este despilfarro, y escribió lo siguiente: “Las grandes frases sobre la reconstrucción del orden social, la regeneración del sistema político en Europa, una paz duradera fundada en una justa distribución de la fuerza y así sucesivamente, y sucesivamente, fueron pronunciadas para tranquilizar a la gente, y dar un aire de dignidad y grandeza a esta solemne asamblea; pero el proposito real del Congreso era dividir entre los vencedores los despojos tomados de los vencidos” y estos los sentimientos fueron ampliamente compartidos incluso entre la institución. El hermano del emperador de Austria, el Archiduque Johan, comentó: “Este es un congreso miserable, esta negociación de tierras y personas, maldecimos a Napoleón y su sistema de justicia, Señor, la creencia en la humanidad, pero ahora los mismos príncipes que luchaban en contra del Terror caminan sobre sus pasos”.

Y la enseñanza recibida, al menos en que a las fuentes históricas anglosajonas se refiere es que guió a un siglo de paz y estabilidad. Así que es más sorprendente en los historiadores anglosajones que lo toman de esta manera, porque allí no hubieron muchas guerras entre 1815 y 1945. Tuvimos guerras en 1820, hubieron guerras en 1830, guerras en 1840, guerras en 1850, en 1860, ahora, guerras en Italia, en Grecia, en Hungría, hubo guerras entre Austria y Prusia, entre Prusia y Dinamarca, entre Francia y Prusia, entre Francia, Cerdeña y Austria, algunas de ellos terminaron, pero algunas de ellas provocaron la fundación de la Cruz Roja, pero ninguna de estas guerras involucró a Gran Bretaña ni a su amplia influencia. Y como resultado, pasaron desapercibidos en la conciencia británica. Estabilidad, oh sí, había estabilidad, pero era una estabilidad fundada en la agresión, en el endurecimiento. Rusia practicó la autocracia en un modo basado en la esclavitud de 1861, los prusianos funcionaron de una manera muy parecida a un Estado militar, Austria estaba tan reprimida en diversas formas que fue nombrada correctamente como \»la formación\» de Europa, y Henry Kissinger, se erigió como uno de los grandes defensores del Congreso de Viena, Viena, el acuerdo, afirmó que Metternich y Castlereagh habían creado un nuevo legitimismo, un sistema de equilibrio basado en una nueva legítimidad, pero no era volver a la legitimidad tradicional basada en el Derecho Divino, rechazaron el concepto, una nueva legitimidad en la gente y según Kissinger crearon una nueva legitimidad basada en una apreciación sensata del equilibrio de poder y nos llevaron a la base de una política .

Europa después de 1815. (g)

Es difícil, es difícil aceptarlo, porque desde el principio, desde el momento en que se convirtió en un poder otra vez, la gente en Europa, de todas las clases, comenzaron a rechazarlo, obviamente, los revolucionarios de izquierda eran pocos o muy pocos los que lograron la Revolución francesa, que Napoleón había tenido tanto éxito convirtiéndola en al menos una legislación sensata y con un marco estatal, pero gran parte de ello fue desechado. Los liberales que habían evolucionado tal vez inspirados constitucionalmente con un modelo inglés que podría ser introducido, estaban decepcionados; porque aunque se suponía que todos los Estados alemanes debían traer la Constitución, muy pocos lo hicieron y aquellos que lo hicieron casi todos la revocaron bastante después. Incluso los aristócratas no se contentaban por lo que se había hecho en la medida en que les correspondía, incluso ilegitimimamente, no fueron devueltas sus tierras, se les dio la espalda, por lo que vemos lo que había pasado en un reino invadido por la Revolución francesa, cualquier Estado en Alemania o en otro lugar, que había habido por lo general un monarca, un gobernante, había una tierra y unos Estados, siempre había alguna forma de representación , aunque el entorno fuera muy inútil, siempre hubo representación de las personas, en este caso la nobleza, y que fue desechada por los gobernantes franceses pero cuando los legítimos monarcas volvieron y reintrodujeron la regla del absolutismo pero no para respaldar cualquiera de las prerrogativas o derechos de la nobleza local, por lo que incluso la nobleza en la mayor parte de Europa no estaba contenta. En cuanto a la mentalidad, la intelligentzia, a través de la Europa central, fue totalmente alienada por el sistema que reafirmaba el Estado y recuerden que esto fue el nacimiento del movimiento romántico. Esto significaba que el individuo volvería a contar y, sin embargo, lo que sucedió fue que, después de 1815, el Estado se involucró cada vez más y el individuo fue realmente encorsetado en Francia, en Rusia con la religión, esta idea de la educación: el hombre educado que no tiene un lugar concreto en el mundo: sólo puede ser un ciego sirviente del Estado o unirse al ejército, sometido, al Estado.
Y, por supuesto, el acuerdo enajenó lo más importante del nacionalismo de personas como italianos, belgas, polacos y, sobre todo, alemanes. Así que muchas personas en 1830 en este país habían estado reclamando, por fin un adecuado Estado unificado alemán, un acento apropiado que será alemán y, no sólo unos reinos, y estaban decepcionados. Curiosamente, en este punto de la legitimidad es que el célebre Karl von Clausewitz, el escritor de temas militares, que comenzó su gran tratado “De la Guerra” en 1816, un año después del Congreso que se percató de una cosa: es decir, antes de 1789, la mayoría de personas en Europa, la mayoría de los campesinos, no sabían quien era su gobernante. Ellos veían una moneda y cuando se fijaban en el círculo central, que realmente no sabían o les traía sin cuidado, qué cabeza estaba en ella, pero en 1.815 lo sabían, y que prestaban atención, de una manera politica en algún momento, en su propia parte y en el valor de su propia identidad. Y Klausewitz señaló que fue un efecto tremendo porque todo el movimiento contra Napoleón en alguna etapa, los Habsburgo que movilizaron a los tiroleses, recuerden a Hoffer o que, en 1813, Schill, con todas esas personas y Lutzöw movilizaran a las personas para pelear una guerra nacional, los rusos se movilizaron basados en la figura soberana, la monarquía española y, sin embargo, de alguna manera algo no funcionaba y los Habsburgo señalaron que la batalla, en el campo de batalla ya no era decisiva, porque si un monarca venía a conquistar un territorio , una provincia, si no podía encontrar una solución política que fuese aceptada por el pueblo de la provincia, tenía que someterlo por la fuerza y subyugarlo y estar destinado a luchar contra la insurgencia y el terrorismo. Y los austriacos iban a descubrirlo a través de Italia, de la que tantas ganas tenían de apropiarse en el Congreso de Viena, los prusianos lo encontrarían en Polonia, así como los rusos también en Polonia de la que siempre estaban dispuestos a apropiarse.
Por lo tanto, esta cuestión de la legitimidad era fundamental en mi mente, pero no administrada por sí misma. Esto era importante, ya que la opinión pública se había convertido realmente en un factor importante y reprimida se convirtió en iracunda, amargada y más radical. Los liberales se convirtieron en radicales, revolucionarios y terroristas. Los nacionalistas que comenzaron con este amor a su país comenzaron a odiar a otros países. Y nadie se vió más afectado por cuestión en ambos territorios en Alemania. Durante los años veinte, treinta y cuarenta, cientos de jóvenes alemanes educados que se sentían ignorados por el Estado, emigraron a Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos y el nacionalismo en Alemania, que había comenzado como un movimiento generoso y poético, al ser reprimido sin fin se volvió mucho más amargo y agresivo y esta senda fue replicada en cierta medida, en muchos, muchos países de Europa y que, señoras y caballeros, yo pienso que muchos de estos hechos jugaron un gran papel, no en la guerra en 1945, pero si en la configuración de las agresiones entre Estados y también lo que sucedió en 1917 o 1918 que, como saben, se prestó aún, sin embargo, a los desastres de las decadas de 1930 y 1940. (Aplausos)

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Fuentes:

1) – https://www.youtube.com/watch?v=6Mp5GqgyYiU
2) – \»Life of Prince Metternich\» – Col. G. B. Malleson, Pickle Partners Publishing, 2016

Imágenes:

a) – https://www.rct.uk/collection/451893/the-congress-of-vienna
b) – https://research.britishmuseum.org/collectionimages/AN00098/AN00098681_001_l.jpg
The image is released to you under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 4.0 International (CC BY-NC-SA 4.0) license.
c) – https://www.youtube.com/watch?v=6Mp5GqgyYiU
d) – \»La Tierra y sus límites\». Tomo 1 – VV.AA., Salvat S.A. de Ediciones, Pamplona, 1967
e) – https://www.rct.uk/collection/451893/the-congress-of-vienna
f) – \»La Tierra y sus límites\». Tomo 1 – VV.AA., Salvat S.A. de Ediciones, Pamplona, 1967  
g) – \»La Tierra y sus límites\». Tomo 1 – VV.AA., Salvat S.A. de Ediciones, Pamplona, 1967  

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