La batalla de San Cugat (12 de octubre de 1808)

En nuestra entrada semanal trataremos de la batalla o acción de San Cugat, que se dirimió el 12 de octubre de 1808 en dicha localidad barcelonesa, entre las tropas de una columna imperial al mando del general de brigada Milossevitz y un contingente de tropas españolas al mando del conde de Caldagués, un emigré al servicio del Ejército Real. Esta acción militar fue una de varias que se dieron en la zona cercana a Barcelona, sobretodo a principio y final del conflicto, y que tuvo como notas significativas la acertada elección de la zona de despliegue español, el buen rendimiento de las tropas de línea y migueletes españolas, y la intervención por primera vez en el conflicto del regimiento español de caballería de los Húsares Españoles que, trasladado desde la isla de Mallorca, representaría un necesario contrapunto a las acciones de la caballería imperial enemiga.

INTRODUCCIÓN

Tras la entrada en Barcelona como aliadas de las tropas franco-italianas y napolitanas de la Armée d’observation des Pyrénées Orientales, al mando del general Guillaume Philibert Duhesme, el 13 de febrero de 1808, y su posterior ocupación alevosa de las dos principales fortalezas militares, el castillo de Montjuich y la fortaleza de la Ciudadela, el clima que reinaba en sus calles era de una falsa calma contenida. El 20 y 21 de febrero de 1808 se dieron los primeros desórdenes públicos, que siguieron in crescendo por los encontronazos de los soldados ocupantes con los paisanos y algunas de las tropas españolas que habían quedado entre las murallas de la Ciudad Condal.

El conde de Ezpeleta, el nuevo capitán general de Cataluña (que había sustituido al conde de Santa Clara), trató de conciliar posturas y apaciguar los ánimos pero era un papel harto complicado debido a la irregular situación de ocupación militar manifiesta y las demandas cada vez más apremiantes y taxativas de los mandos franceses. Por el contrario, cada día que pasaba, la situación se presentaba menos favorable para las tropas ocupantes: los acontecimientos que se dieron en la ciudad, la huida paulatina de la misma de paisanos y tropas españolas, así como lo sucedido en otros lugares de Cataluña, habían prendido la mecha de la insurrección armada que se extendió por el Principado. Las derrotas en las acciones acontecidas en el Bruch, el 6 y 14 de junio, habían demostrado que la ocupación y el tránsito de las tropas imperiales por el territorio no iba a ser un paseo militar. Se dieron diferentes acciones en forma de choques armados en las poblaciones cercanas a la Ciudad Condal y finalmente, el 13 de septiembre, se decretó por parte del general Duhesme el Estado de sitio de la ciudad y la supeditación de las autoridades españolas a las francesas, documento que Ezpeleta se negó a firmar por lo que fue depuesto y arrestado.

Mientras tanto, las tropas españolas aumentaban su número y habían situado su centro de acción en las conocidas como Líneas del Llobregat, al suroeste de Barcelona, siguiendo el curso del propio rio hacia el interior, amenazando con someter a un bloqueo cada vez más estrecho a las tropas franco-italianas y napolitanas que se encontraban en la ciudad o en su periferia. Duhesme se dio perfecta cuenta que no podía mantener una fuerte guarnición de murallas para adentro ya que los víveres comenzaban a escasear y sus líneas de suministro por el interior o por el mar se veían del todo comprometidas. El general francés procedió a poner en un estado aceptable a la guarnición de Barcelona y sus defensas y ordenó que el resto de tropas se desplazaran fuera de la urbe, para que pudieran subsistir de lo que diera el territorio e hiciesen acopios de los víveres y materiales que encontrasen en los pueblos cercanos.

Al mismo tiempo, organizó algunas expediciones militares a diferentes puntos para procurarse las necesarias provisiones y poder ahuyentar de esta manera a las tropas regulares y los somatenes que bordeaban sus posiciones y limitaban cada vez más su radio de acción. En una de estas expediciones pretendió desalojar a las tropas españolas que estaban situadas en las mismas Líneas del Llobregat, pero su intento, lejos de ser exitoso, le obligó a desandar otra ver el camino a su base de la capital catalana1. Duhesme decidió variar su estrategia, dirigiendo sus acciones sobre el norte y noroeste, hacia el río Besos y los territorios de la zona del Vallés. El 10 de octubre, una columna con fuertes efectivos atacó, saqueó e incendió el campamento de Milans del Bosch, que se hallaba en San Gerónimo de la Murtra, donde estaban acampados los tercios de Migueletes de Lérida, de Manresa, de Vich y de Granollers. Tras superar este primer obstáculo, el día 11 de octubre entraron en Granollers, y después de haberla saqueado, así como otros pueblos por el camino, se dirigieron el miércoles día 12 a San Cugat del Vallés.

1. El 10 de octubre, la columna francesa ataca por dos puntos el campamento de Milans en San Jerónimo y el ayudante-comandante Devaux persigue a los supervivientes hasta la Cartuja de Montealegre, cerca de Tiana; 2. La columna sigue el 11 de octubre hasta Granollers, punto neurálgico donde se avituallaban los miqueletes, encontrando la villa desierta; 3. El 12 de octubre Devaux se reúne en Moncada con Milossevitz, que con parte de la división Lechi servía como apoyo a su columna; 4. Milossevitz se dirige con unas pocas tropas hacia Sant Cugat, en tareas de reconocimiento, para volver después a Barcelona, pero encuentra a las tropas de Caldagués a las afueras de la población; 5. La columna de Devaux ya había vuelto a Barcelona cuando aún no se habían iniciado los combates, y las unidades de Milossevitz que aún quedaban después de la batalla se dirigieron caída la noche por una parte hacia Montcada y San Andrés y por otra hacia las alturas de S. Pedro Mártir.

LA ACCIÓN DE SAN GUGAT (12/10/1808)

El conde de Caldagués2, que estaba con sus tropas en la línea del Llobregat, recibió por la mañana de ese día una carta del baile (alcalde) de Caldas de Montbuy en que le avisaba de las intenciones y recorrido del enemigo y también recibió inteligencia de la columna enemiga del comandante del Tercio de Berga, Pablo Andreu, que se había dirigido hacia Gerona y había tenido que rodear a las tropas imperiales. Caldagués reunió a los comandantes de sus unidades y sopesando que la columna enemiga no parecía que tuviera como objetivo atacarles otra vez y que ellos sí que tendrían opciones de sorprenderlos en la zona del paso del Coll de Moncada, se decidió por atacar a la columna imperial y retornar luego a sus posiciones de partida, dejando el mínimo de efectivos posibles guardando el campamento. Por fortuna para Caldagués, el día anterior había llegado a las Líneas parte del regimiento de Húsares Españoles que habían desembarcado en Tarragona desde Mallorca, al mando de su sargento mayor, Casimiro Loy, y que tendría un papel importante en los combates posteriores. Toda la tropa que tenía fusiles se distribuyó en tres columnas.

La riera de Rubí hacia el norte, lugar de paso de las tropas españolas.

ODB TROPAS ESPAÑOLAS

Comandante: General Conde de Caldagués

Vanguardia:Sargento mayor D. Casimiro Loy
Migueletes de Berga80
Húsares Españoles140220
1ª Columna:Teniente coronel D. Carlos Montero
Reales Guardias Valonas150
Zapadores30
Regimiento Soria600
Tercio de Tortosa6001.380
Piezas de Artillería2
2ª Columna:Coronel D. Juan O’Donovan
Zapadores10
Granaderos de Granada60
Granaderos de Borbón110
Compañías de Migueletes400580
Piezas de Artillería2
3ª Columna:Coronel D. Gaspar Gómez de la Serna
Zapadores10
Regimiento de Granada600
Segundo Tercio de Tarragona5001.110
Piezas de Artillería2
RetaguardiaCapitán D. Ramón Armenta
Cazadores de Cataluña80
Infantería3.150
Caballería220
Artillería (6)70
Total3.440
Fuente: «Historia de las operaciones del Exército de Cataluña en la guerra de la Usurpación. Campaña Primera» (Cabanes).

ODB TROPAS IMPERIALES FRANCO-ITALIANAS

Comandante: General de brigada Milossevitz

2º Regimiento Italiano de Línea600
Vélites Reales Italianos3500
Regimiento Napolitano de Línea620
Regimiento de Cazadores a Caballo del Príncipe Real80
Total1.800
Fuente: «Mémoires sur les campagnes de Catalogne de 1808 à 1814» (Laffaille). Laffaille nos da una cifra aproximada de 1.800 efectivos, siendo las cifras parciales aproximativas tomando como referencia su relato, el relato oficial publicado y los OdB de Nafziger (808FSAA) .

A las 12 del mediodía se emprendió la marcha por el puente de Molins de Rey hacia la riera de Rubí, y entre las 3 y 4 de la tarde, la avanzada de la columna divisó San Cugat y las tropas enemigas que se encontraban en ella, que se estimaron por entonces del orden de 2.500 a 3.000 hombres con una partida de caballería. Las tropas imperiales estaban al mando del general de brigada Milossevitz, un militar originario de Dalmacia y que había prestado servicio en el ejército austriaco.

La capilla datada entre los siglos XVII y XVIII.
La capilla hacia 1945 – Colección particular.
En la imagen se aprecia el desnivel de la pendiente hacia la ermita de Santo Domingo, cerca del lugar donde se encontraba una cruz de término.
En este tipo de acciones que involucraban un número limitado de tropas, suelen faltarnos mapas o gráficos fiables que nos permitan entender el terreno y las disposiciones de las tropas. En nuestro caso hemos partido de un parcelario de la zona de 1856 y dos planos, uno planimétrico y otro topográfico,ambos de 1914. Para situar las tropas nos basamos en las descripciones de Cabanes por parte española y de Laffaille por parte francesa. La artillería española se grafía a la izquierda de la ermita en el grabado de 1822 de Antonio Rodríguez y Giovanni Folo, aunque en las fuentes consultadas no se describe ningún lado en particular, tan solo que se colocó «en la pequeña altura de la hermita» [1]. El terreno más deprimido próximo a la ermita estaba formado por campos de viñedos, según Cabanes (ver Fuentes). Es posible que el cementerio estuviera más alineado con el recinto del monasterio, pero a falta de fuentes más fiables es como lo hemos grafiado.

El movimiento de las tropas de la columna de vanguardia española fue avistada desde San Cugat ya que marchaban por un camino muy hondo y estrecho. El general Milossevitz se dispuso a destacar el batallón napolitano a su derecha y el batallón italiano a su izquierda para proteger la villa por ambos flancos y marchar él con el centro. A pesar de la superioridad numérica enemiga, la falta de artillería y la desventaja de la posición, atacó inmediatamente. Caldagués se preparó para recibir la acometida de las tropas de Milossevitz, colocando a la artillería en las alturas cercanas a la ermita de San Domingo4, apenas a un kilómetro del monasterio de San Cugat, y colocando en diferentes partidas a sus tropas. La posición elegida por Caldagués en una cota más elevada resultó apropiada tanto para esperar y resistir al enemigo como para, llegado el momento, tener opciones de poder ejercer algún contraataque. El oficial de ingenieros francés Gabriel Laffaille, participante en los combates, nos la describe:

«Dès qu’elle vit la tête de notre avant-garde, elle s’arrêta de l’autre côté de Saint-Cugat, sur un plateau formant une belle position, dont un ravin profond rendait le flanc gauche inabordable, et dont le flanc droit était aussi défendu par divers escarpements«. [4]

Una columna imperial amenazó en primer momento la izquierda española, pero la artillería y el resto de tropas de la 1ª columna que iban llegando contrarrestó el ataque. En la villa, una unidad de granaderos se parapetó en el cementerio, los Vélites se desplegaron a las afueras con un destacamento de 80 caballos a su derecha.

A la derecha la iglesia del monasterio de San Cugat (s. XIV), un ejemplo de la transición del románico al gótico. Desde el año 1833 acoge la parroquia local de San Pedro Octaviano.

Otra columna atacó la derecha española, y Caldagués mandó a dos compañías de Guardias Valonas y dos del regimiento de Soria que atacaran a los granaderos enemigos en el cementerio, mientras que la segunda columna española de O’Donovan que se había incorporado a la línea del frente atacase a la columna enemiga de la derecha, formada por el 2º regimiento italiano de línea.

El batallón de Vélites atravesó San Cugat y marchó contra los cañones españoles de la ermita apoyados por los cazadores a caballo del Príncipe Real que los apoyaban. Pero Caldagués, que había situado a los Húsares Españoles en un ribazo cercano, ocultos de los imperiales, hizo que cargaran inmediatamente sobre la caballería imperial, con tal ímpetu que la pusieron en desbandada y capturaron a su jefe de escuadrón, Lorenzi, y a continuación cargaron contra el batallón de Vélites que, a pesar de la embestida, retrocedió con orden y tomó posiciones detrás de San Cugat.

Una representación aproximada de la disposición de las tropas en la acción de San Cugat. Milossevitz empezó su ataque por la izquierda española y siguió por el centro para poder tomar los cañones (de 2 a 4) situados en la ermita. La carga de los Húsares Españoles frenó en seco el avance de los imperiales y su caballería, así como la derrota de la columna que marchaba contra la derecha española que provocó que la iniciativa ya quedará del lado español hasta la conclusión.

Las Guardias Valonas y los del regimiento de Soria desalojaron a las tropas del cementerio, mientras que O’Donovan derrotó a la columna enemiga a la que se enfrentaba, haciéndola retroceder en desorden hacia S. Pedro Mártir. Caldagués rehizo la primera columna y marchó contra el pueblo haciendo prisioneros o matando a los soldados enemigos que se encontraban en las casas, mientras el resto de tropas francesas se retiraban hacia Moncada y San Andrés. Las tropas que componían la tercera columna y la retaguardia no tuvieron tiempo de entrar en acción, pues cuando llegaron a las inmediaciones de San Cugat el resultado de los combates ya estaba decidido a favor de las armas españolas. Caldagués se estableció con las tropas en San Cugat, donde pudo conseguir las raciones de pan, queso y vino requisadas por los franceses, y tras un paréntesis para descansar a las tropas, emprendió el regreso a las posiciones de partida en el Llobregat.

Parte de la muralla perimetral del monasterio.
Parroquia de San Pedro Octaviano (s. XIV).
La plaza de Octaviano, mirando hacia la dirección donde se encontraba la línea española.

El Portal Mayor y el palacio abacial (c. 1950) – Col. Part.
El monasterio de San Cugat (c. 1940) – Arxiu Municipal de Sant Cugat del Vallès

RELACIONES OFICIALES DE LA ACCIÓN DE SAN CUGAT

Las siguientes son las relaciones oficiales de esta accion, publicadas por los franceses y españoles [2]:

RELACIÓN FRANCESA (Diario de Barcelona del lunes 12 de Octubre de 1808.)

Continuacion del Boletin del exército de 11 del corriente, y los de 12 y 13 siguientes.

«El Ayudante comandante Devaux despues de haber perseguido el enemigo hasta cerca de Mataró, vino á reunir su columna á las inmediaciones de Moncada, y marchó sobre Granollers, á donde era la intencion del General en gefe, que él impidiese de replegarse á los Migueletes: debia atacar á todos los que encontrase en el camino, y hacer fuertes demostraciones en los dos de Vique y Gerona, miéntras que una columna a las órdenes del General Millossewitz, se dirigió hasta Mollét para servirle de reserva, y sostenerle en caso necesario.

El Ayudante comandante Devaux correspondió perfectamente á las intenciones del General en gefe: un peloton de Migueletes, que se hallaron antes de Monmaló fué acuchillado por la caballería de la vanguardia: los que quisieron hacer alguna resistencia dentro de Granollers, fueron atacados por nuestras tropas, sin que pudiese escaparse ni uno tan solamente. Se tomó en seguida posicion delante de la villa en el punto de separacion de las dos carreteras de Gerona y Vique, y se adelantaron los reconocimientos en estas dos direcciones.

Granollers era uno de los principales depósitos de los Migueletes, el lugar en que se reunia una de las Juntas insurreccionales de Cataluña, que habia mostrado la mayor animosidad contra los franceses: se encontráron allí los archivos de esta Junta, que dieron grandes luces sobre las operaciones y proyectos de los insurgentes: se tomáron tambien dentro de la villa dos piezas de artillería, muchos almacenes de armas y pertrechos, y una grande cantidad de pan y carnes destinadas para los Migueletes; á mas de esto, su cuerpo habla sido puesto la víspera en tal desórden, que no se supo a donde se habian retirado las reliquias, no volvieron a Granollers sino de 300 á 400.

El 12 el ayudante comandante Devaux vino con su columna á juntarse con la del general Millossewitz apostado en frente de Mollét, este general tomó el mando, y dexando en observacion cerca de Moncada el ayudante comandante Devaux con su columna, dirigió él mismo hacia la parte de San Culgát un reconocimiento: los puestos de Migueletes, que se hallaban en las montañas fueron sorprehendidos y degollados.

Llegado delante de San Culgát el general Millossevitz encontró el enemigo ocupando una posicion ventajosa, defendida por seis piezas de artillería, tres á quatro mil hombres, la mayor parte tropas de linea, y cerca de quatrocientos caballos venidos de la parte del Llobregat: con todo esto no dexo de atacar á San Culgát, que fué tomado, y las tropas que lo defendian pasadas á cuchillo: los Velites cargáron con la mayor impetuosidad la línea enemiga detras de la villa, y rechazáron dos ataques de la caballería: la nuestra acometió tambien con valor, pero habiendo sido muerto el gefe de esquadron Lorenzi5 no pudo sin él auxiliar con bastante eficacia la carga de los Velites, que se hallaban próximos á apoderarse de los cañones del enemigo.

Como la noche se acercaba, y que el General en gefe tenia ordenado que al anochecer del mismo dia volviesen las tropas á sus acantonamientos, el general Millossevitz hizo recoger las tropas: los Velites han hecho los movimientos y evoluciones baxo el fuego del enemigo, lo mismo que en una parada, y sobre todo han causado macho daño á la caballería enemiga, cuyo gefe ha quedado tambien muerto en el campo de batalla.

No se pueden elogiar como se merecen las acertadas disposiciones del brio del general Millossewitz: el gefe de batallon de los Velites Cotti se ha mostrado digno de mandar este cuerpo de valientes: el coronel del 2º italiano Foresti, y el capitan de ingenieros Lefaye merecen tambien que se haga particular mencion de ellos.

El 13 las tropas habian entrado en sus acantonamientos acostumbrados. En esta expedicion de tres dias hemos tomado ú muerto al enemigo mas de 1800 hombres, y dispersado enteramente su division de Besós. Seis piezas de cañon, muchos almacenes, y una cantidad inmensa de municiones han caido en nuestras manos.»

RELACION ESPAÑOLA (Gazeta extraordinaria del Principado de Cataluña de 18 de Octubre de 1808)

Relacion oficial de la accion del dia 12 de Octubre en San Culgát del Vallés.

«No habian pasado todavia veinte y quatro horas del arribo de doscientos hombres húsares españoles á la línea de Llobregat, quando ya se experimentaron sus felices efectos, en demostracion de la falta que hacia la caballería para obrar eficazmente contra el enemigo. Asi sé vió en la accion del 12 de este mes sobre San Culgát.

Se dirigiéron dicho dia 12 los enemigos en número como de tres mil hombres á robar, saquear é incendiar el Vallés, baxo titulo (como acostumbran en tales operaciones) de expedicion ú ataque, por mas que es pais abierto, indefenso é inerme. Noticioso el general Caldagués, oportunamente salió á medio del mismo dia de su línea de Llobregat con solos dos mil quinientos hombres de todas armas y seis piezas de artillería en tres columnas. La 1.ª mandada por Don Carlos Montero, Teniente Coronel del regimiento infantería de Soria; la 2.ª por Don Gaspar Gomez de la Serna, Coronel del de Granada, y la 3.ª por el coronel Don Juan O-Donovan, Comandante del tercer batallon del de Ultonia; llevaban la vanguardia los Húsares, al mando de su Sargento mayor Don Casimiro Loy, y cubrian la retaguardia cien hombres del esquadron ligero de Cataluña, al mando de su capitan Don Ramon Armenta.

Asegurado el general Caldagués de hallarse los enemigos en San Culgát, corrió hacia ellos, y llegando á la hermita de Santo Domingo los vió que recien llegados á el pueblo habian apostado una abanzada fuerte de doscientos hombres. Esta fué desordenada y puesta en fuga precipitada, por el bien dirigido fuego de un cañon violento, y un obus al mando de Don Gil Saenz de Texada, Capitan de artillería, y comandante de la de la vanguardia; y del de fasilería de los zapadores reales, mandados por su capitan Don Melchor Silvestre.

Al instante se presentó á la salida del pueblo una fuerte columna enemiga que fué valerosamente atacada per solas las dos compañías de Reales Guardias Walonas, mandadas por el teniente coronel Don Manuel Dumont, acudiendo despues a sostenerles doscientos hombres de Soria. El enemigo intrepido se obstinó en apoderarse de las dos citadas piezas, pero sus dos descargas á metralla, y la carga de los bizarros Húsares concluyeron la accion en su principio. Los franceses que no quedaron tendidos, huyéron unos hácia el pueblo, y otros por la izquierda para salvar la vida.

Mientras que el general Caldagués se ocupó de este primer choque, su mayor general Don Josef Aloy, Sargento mayor del Real cuerpo de Ingenieros, dispuso tan oportunamente el abance de la tercera columna por la derecha de la primera, que el enemigo abandonó el pueblo, temiendo ser rodeado, pero adelantando por el mismo costado una columna, que se dispersó así que víó la nuestra. Toda la columna tercera, y parte de la primera persiguió con tal denuedo al enemigo, que lo fué desalojando sucesivamente de varias alturas, á donde se hizo fuerte, ahuyentandolo de puesto en puesto hasta las alturas de San Pedro Martir. La noche, y la vergüenza encubrieron á los franceses de la colera de nuestras tropas.

La 2.ª columna que marchó por la izquierda de la primera á cortar otra enemiga, no pudo conseguirlo, porque cerró la noche, asi que no entró en accion.

Viendose el general sin enemigos tocó llamada, y se retiró tranquilo, y en el mejor órden á recobrar sus puestos en la línea del Llobregat, de donde solo faltó once horas dexando al pueblo de San Culgat los cadaveres por señal de lo ocurrido quando amaneciese.

Segun las noticias mas moderadas no baxa la perdida del enemigo entre muertos y prisioneros de seiscientos hombres, entre los últimos se halla el gefe de esquadron Lorenzi, un oficial de coraceros y otro de cazadores. En las tres clases hay crecida porcion de Velites Reales. Ademas de los caballos que quedaron muertos, se han recogido algunos vivos, fusiles, carabinas, pistolas, sables, arneses y otros despojos militares.

De nuestra parte tuvimos ocho muertos, treinta y seis heridos, y doce extraviados, segun el estado que sigue.

Estado que manifiesta los muertos, heridos y extraviados que ha tenido dicho éxército en la accion del 12 del corriente sobre San Culgát de Vallés.

Encarece por igual el General Caldagués el valor y entusiasmo de toda la oficialidad y tropa de infantería, caballería, artillería, ingenieros y migueletes que ha concurrido; y señala en particular al comandante de la tercera columna Don Juan O-Donovan, que con las compañias de granaderos, primera de Granada, segunda de Borbon, y parte de fusileros de Soria persiguió al enemigo; y á Don Casimiro Loy, Sargento mayor de Húsares, á quien no detuvieron tres heridas recibidas de bayoneta, para volver al ataque con bizarra insistencia, manteniendose á caballo hasta que el enemigo se hubo perdido de vista.

Esta accion aumenta el número de las derrotas, que aparecen luego escritas como triunfos en los papeles franceses, y sin duda correrá igual suerte.«

– – – – – – o – – – – – –

1«Le temps des expéditions lontaines était passé pour nous. Chaque jour avait vu s’accroître le nombre et la force de nos ennemis. Ce n’etait plus à des masses sans ordre et sans discipline qui se dispersaient après chaque defaite, c’était à de vielles troupes et à des corps régulièrement organisés que nous allions avoir affaire«. [4]

2El conde de Caldagués fue uno de los muchos émigrés, que se vieron forzados a exiliarse de Francia con el triunfo de la Revolución, prestando sus servicios en el ejército español. Tras la batalla de Molins de Rey, el 21 de diciembre de 1808, fue hecho prisionero al día siguiente en Vendrell. Fue internado en Francia, en donde permaneció hasta la conclusión de la guerra en 1814. Vuelto a España, sirvió durante los Cien Días a las órdenes de Castaños en el Ejército de Observación de la Derecha. Fue ascendido por Fernando VII a teniente general el 14 de octubre de 1816.

3Por decreto del 20 de junio de 1805, Napoleón I creó el cuerpo de Vélites Reales, destinado en particular a convertirse en un caldo de cultivo para los futuros oficiales del ejército, reclutados entre las familias más ricas de Italia.

4Capilla construida por Domingo Matas, de la masía de Can Matas, a caballo de los siglos XVII y XVIII. Se levanta al lado del cruce de caminos a Rubí, Tarrasa – Camino de los monjes – y Papiol, sobre la divisoria de aguas de las cuencas del Llobregat y el Besós, donde había una cruz de término. Estaba dedicada a Nuestra Señora de la Piedad o de los Dolores, pero a finales del siglo XVIII la figura de Santo Domingo adquiere protagonismo como protector contra las fiebres palúdicas. Con la restauración efectuada en el año 2007, se reconstruyó el porche de la entrada principal. [9]

5El jefe de escuadrón Lorenzi no fué muerto, pero si hecho prisionero por el capitan de húsares graduado de coronel Don Manuel Maria Negrete.


Fuentes:

1 – «Apuntes históricos de las campañas del Ejército de la Derecha en Cataluña de junio de 1808 a mayo de 1809» – Archivo Histórico Nacional, DIVERSOS-COLECCIONES,78,N.36

2 – «Historia de las operaciones del Exército de Cataluña en la guerra de la Usurpación. Campaña Primera» – Francisco X. Cabanes, Imprenta de Brusi, Tarragona, 1809 / Barcelona, 1815

3 – «Estados de la organización y fuerza de los ejércitos españoles beligerantes en la Península, durante la guerra de España contra Bonaparte,…» – Sección de Historia Militar (1821), Imprenta de la Viuda e hijos de Antonio Brusí, 1822

4 – «Mémoires sur les campagnes de Catalogne de 1808 à 1814» – Gabriel Laffaille, Amazon Italia Logistica, S.r.l., Piemonte, Italia, Agosto 2022

5 – «El conde de Ezpeleta en Cataluña: su política ante la ocupación francesa» – Francisco de Borja Medina Rojas, Real Maestranza de Caballería de Sevilla, Sevilla, 2021

6 – Gazeta de Mexico del miércoles 8 de febrero de 1809, Núm. 18, Tomo XVI, pp. 117-118

7 – www.napoleon.org/magazine/revues-de-presse/la-garde-royale-italienne-les-velites-1805-1814-1/

8 – Panel informativo Capella de Sant Domènec

9 – Panel informativo Monestir de Sant Cugat

10 – http://www.totsantcugat.cat/actualitat/cultura/antic-cementiri_2209400102.html

11 – http://www.historia-hispanica.rah.es/biografias/9011-raimundo-caldagues-remond

Imágenes:

a – Fotos del autor

b – «Acción gloriosa en San Cugat del Valles en 1808» – Dibujo de Antonio Rodríguez y grabado de Giovanni Folo (1822) – Biblioteca Nacional de España

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