De entre los miembros del mariscalato de Napoleón, tanto Davout como MacDonald fueron quizás dos ejemplos de los generales menos \»considerados\» por el favor del Emperador, aún siendo los que probablemente más fidelidad le profesaron.
En 1809 McDonald mandó la célebre columna en Wagram que rompió el centro austriaco y ganó el día para Napoleón. MacDonald fue el único mariscal que recibió su bastón y sus títulos en el campo de batalla.
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MacDonald, a partir de una litografía de Delpech. |
CRONOLOGÍA
1765 – Nace el 17 de noviembre en Sedan, descendiente de padres escoceses. Su padre fue educado en el Colegio Escocés en Paris, y gracias a su conocimiento del francés fue encargado con la misión de ayudar a Flora MacDonald para arreglar la huida del Príncipe Carlos (el famoso Carlos Eduardo Estuardo, o \»Bonnie Prince Charlie\»).
1784 – Entra a formar parte del regimiento del Conde de Maillebois para luchar en Holanda, pero a los pocos meses el regimiento es disuelto. Como joven cadete entra en el regimiento irlandés de Dillon, al servicio del rey de Francia, llegando a subteniente en dicha unidad hasta el estallido la Revolución. Debido a la emigración y a la guerra no tarda en promocionarse en el estado mayor de su amigo, el General Beurnonville, hasta que es trasladado al estado mayor de Dumouriez, entonces el comandante en jefe. Como recompensa a sus servicios en Jemmappes y en otros lugares es nombrado teniente coronel.
1791 – Se casa con Marie-Constance Soral de Montloisir y tiene dos hijas.
1793 – Su amigo Beurnonville, ya convertido en Ministro de la Guerra, le dio el empleo de coronel y el mando del regimiento de Picardía, uno de las cuatro unidades más veteranas de la infantería francesa. El fracaso de Dumouriez en Neerwinden y su posterior deserción a los aliados lanzó una nube de sospechas sobre su protegido en un momento en que ser sospechoso equivalía a ser condenado. Por suerte, algunos de los miembros de la Comisión de la Convención reconocieron sus méritos, pero MacDonald pasó meses de ansiedad en medio de denuncias y acusaciones entre los que cuestionaban su mando. Para su gran sorpresa es nombrado general de brigada por los Comisionados, cargo que intenta rechazar arguyendo su juventud e inexperiencia, aunque se le dio de inmediato la elección de aceptar o convertirse en un \»sospechoso\» y de ser arrestado. A salvo por el momento, McDonald se dedica en cuerpo y alma a sus nuevas funciones pero se siguen lanzando denuncias y acusaciones en su contra. Nuevos Comisionados llegaron de la Asamblea y sólo su afortunado reclamo desde Paris le salva del arresto. En 1793 y 1794 se redactaron varios decretos que anulaban o limitaban en gran manera a los miembros de la antigua nobleza, los llamados \»cidevants\»* que, entre otras exclusiones sociales, tenían prohibido ostentar ningún cargo público (Decreto de 16/04/1794). Temiendo que, al hilo de estos decretos tarde o temprano sería acusado de traición, pidió confirmación por escrito a los Comisionados de su empleo. Estos se negaron, como también a su renuncia, con la tajante respuesta, \»Si deja el ejército le arrestaremos y será llevado a juicio\». En medio este dilema encontró un amigo en el representante Isore, que confiando en su capacidad, tomó partido por su causa, y desde ese momento MacDonald ya no tuvo que temer nada del tribunal revolucionario.
1794 – Es asignado como general de división al ejército de Pichegru y tomó parte en la campaña de invierno de Holanda. Cruza el río Vaal estando helado y sorprende a una fuerza anglo-hannoveriana en Nimega. Unos días más tarde captura la ciudad fortificada de Naarden.
1796 – Sirve en el frente del Rin.
1798 – Transferido al Ejército de Italia, es enviado a Roma para remplazar a Gouvion St-Cyr. En la guerra contra Nápoles, forma parte del Ejército de Nápoles al mando de Championnet. Éste sobrevaloró la calidad de las tropas napolitanas y encargó a McDonald la evacuación de Roma así como cubrir la retirada del contingente. La tozudez de escocés había, sin embargo, medido con sutileza la moral del ejército napolitano y a pesar de que no tenía más que cinco mil soldados contra cuarenta mil napolitanos, bajo la dirección del célebre general Mack, se enfrentó al enemigo en Cività Castellana, lo derrotó y persiguió obligándole a evacuar Roma hasta la frontera, y prácticamente aniquilando la fuerza enemiga. Sin embargo a pesar de la hazaña, el haber redactado el parte de las operaciones en un jocoso tono humorístico no sentó nada bien a Championnet que lo entendió como una ofensa por su retirada y provocó que MacDonald renunciara al mando.
1799 – En Febrero de 1799, Championnet cayó en desgracia ante el Directorio y fue substituido por MacDonald, que llegó a Nápoles para hacerse cargo del mando. Pero el soldado clarividente lee los signos de los tiempos. La élite del ejército francés estaba atrapada en Egipto. Austria y Rusia se empeñaban en acabar con el gobierno de Francia y sus ideas revolucionarias. En consecuencia, el general concentró al momento a sus tropas para enfrentarse con una más que probable invasión del norte de Italia por parte de los aliados. Con su visión militar planeó evacuar toda la Italia meridional, conservando solamente las fortalezas que pudieran ser bien aprovisionadas. La noticia de la derrota de Scherer en Magnano por el impetuoso Suvorov provocó que el Ejército de Nápoles estuviera listo para dirigirse hacia el norte, y partió para tratar de establecer comunicación con el general Moreau, que estaba reformando el Ejército de Italia en Génova. El plan previsto era un movimiento de los ejércitos concentrados contra los aliados que debía hacerse a través de los Apeninos. Lamentablemente existía una amarga rivalidad entre el Ejército de Italia y el Ejército de Nápoles. En consecuencia, el 17 de junio MacDonald se encontró con veinticinco mil hombres cerca de Piacenza, en presencia del enemigo, sin apoyo alguno salvo de dos divisiones del ejército de Italia, que habían llegado de Bolonia, y cuyos comandantes estaban recelosos de sus órdenes. Luchó durante tres días en la batalla de Trebbia, perdiendo un tercio de sus efectivos y a casi todos sus oficiales. En la mañana del 20 de junio se produjo la retirada en buen orden. Cuando regresó a Paris encontró que la opinión militar estaba de su parte y que el mismo Napoleón aprobó su conducta. Posteriomente apoyó a éste durante el golpe de Estado del 18 de Brumario (9/XI/1799) y comandó las compañías presentes en Versalles.
1800 – Nombrado el 21 de enero Inspector General de la infantería. El siguiente empleo de MacDonald fue en el Ejército de los Grisones, cuya misión era cubrir la retaguardia derecha de Moreau en su avance por el Danubio y mantener la comunicación con el Ejército de Italia en el valle del Po. Fue en esta ocasión cuando el Ejército de los Grisones cruzó el paso de Splügen en invierno a pesar de los glaciares y las avalanchas, una hazaña inconmensurablemente superior a la que efectuó el propio Bonaparte cruzando más fácilmente el Gran San Bernardo después que las nieves se hubieran derretido.
1801 – Enviado como embajador en Copenhague, a continuación, sus enemigos trataron de enviarlo a Rusia con el mismo empleo, pero se negó a ir. Como la mayoría de los generales, MacDonald estaba relativamente bien pagado, por el Gobierno francés, ya que al conquistar un país había permitido como regla a sus generales tomar las obras de arte que eligieran, después que los Comisionados hubieran seleccionado las mejores piezas para la colección nacional en el Louvre. El empleo del general como comandante en jefe de Nápoles había sido valorado por los expertos en treinta y cuatro mil libras. Desafortunadamente sin embargo, este botín y muchas obras maestras que había comprado para sí mismo se perdieron todas en el norte en la apresurada marcha que terminó en la batalla de Trebbia.
1802 – Se casa con Felicite-Francoise de Montholon, la viuda del General Joubert, y tiene otra hija.
1805 – Desafortunadamente para MacDonald, Bonaparte le creyó partidario de la facción de Moreau. Después de la batalla de Hohenlinden, Bonaparte temió que la gloria de Moreau podría eclipsar a la suya propia, por lo que puso a todos los amigos del general en el libro negro. Además, debido a su franqueza, Talleyrand concibió un nada disimulado odio hacia el héroe de Splügen. En consecuencia, se encontró permanentemente en desgracia, relevado de sus deberes militares y para los próximos años vivió una tranquila vida de caballero rural en su finca de Courcelles le Roi.
1809 – Como consecuencia de la declaración de guerra de los austriacos, es reclamado de su retiro y enviado al Ejército de Italia, al mando del hijastro de Napoleón, el Príncipe Eugenio de Beauharnais, que no estando acostumbrado a un mando independiente había puesto en peligro el frente de Italia con su derrota en Sacile. La llegada de MacDonald restableció el orden y la disciplina entre las tropas en la línea del Adigio, al tiempo que observó que era innecesario retirarse hasta Mantua como estaba previsto ya que el Archiduque Juan, al mando de las tropas austriacas, no se atrevería a penetrar profundamente en Italia hasta que no hubieran progresado los principales ejércitos en el Danubio. Los éxitos franceses en Eckmühl y Ratisbona provocaron la retirada de los austriacos del norte de Italia. Por tanto Eugenio persiguió a los austriacos y dejó a MacDonald con un numeroso cuerpo de Ejército para que tomara Trieste y se juntara con el Ejército de Dalmacia de Marmont que había sido llamado como refuerzo. Trieste y Görz fueron tomados y las fuerzas combinadas se dirigieron hacia Viena. Un gran campo atrincherado en Laybach bloqueaba el camino. El contingente no tenía artillería pesada consigo para poder capturarlo. Por tanto, MacDonald decidió hacer una gran demostración de fuerza por el día y burlar el bloqueo por la noche. Pero a las diez de la noche, llegó una bandera de tregua que ofreció la capitulación. \»Usted ha obrado con prudencia\», dijo imperturbable el escocés; \»Estaba a punto de ordenar el ataque.\»
En Gratz alcanzó el ejército del príncipe Eugenio en el momento que llegó la mala noticia del resultado de la batalla de Aspern-Essling. Seguidamente llegó la orden para apresurarse en ayuda del Emperador. Después de marchar sesenta leguas en tres días el Ejército de Italia llegó a las nueve de la noche del 4 de julio al cuartel imperial en Ebersdorf. Durante esa noche cruzó el Danubio, al amparo de la terrible tormenta que ocultaba el avance francés a los austriacos. En la tarde del 5 de julio le correspondió a MacDonald tratar de apoderarse de la meseta que formaba el centro austriaco. Como bien sabía el general, el Emperador se había equivocado pensando que el enemigo estaba evacuando a su posición; aún así, teniendo que obedecer las órdenes, combatió y sólo la noche salvo a sus cruelmente castigados batallones.
Al día siguiente se libró la terrible batalla de Wagram. En el momento crítico de la lucha, cuando el emperador se enteró de que Masséna, en su ala izquierda, estaba siendo expulsado de la cabeza de puente, en medio de la confusión y la desbandada, ordenó a MacDonald intentar un audaz contraataque para romper el centro del enemigo. Los austriacos estaban avanzando en masas, sin nadie que se les opusiera, y el puente, la única línea de retirada, estaba amenazado. Para hacer frente a esta situación MacDonald desplegó cuatro batallones en línea, en doble fila; detrás de ellos formó el resto de su cuerpo en dos columnas sólidas, y cerró la parte trasera de este inmenso rectángulo por las tropas de caballería de Nansouty.
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El cuadro de MacDonald en Wagram, según Nafziger. (8) |
Cubierto por el fuego de una masiva batería de cien cañones lanzó este enorme cuerpo de treinta mil soldados contra los austriacos y, a pesar de las grandes pérdidas por la artillería del enemigo, por el simple peso de los seres humanos revertió por completo el avance austriaco y rompió su centro. Siguiendo sin apoyo alguno, la columna continuó su carrera victoriosa, cogiendo seis mil prisioneros y diez cañones, los únicos trofeos del día. A la mañana siguiente el héroe de Wagram, cojo por la patada de su caballo, fue convocado ante el Emperador.
Napoleón lo abrazó con las palabras: \»Seamos amigos\». \»Hasta la muerte\», respondió su aguerrido lugarteniente. Luego llegó su recompensa. \»Te has comportado valientemente\», continuó el Emperador, \»y me has prestado los mayores servicios, como, de hecho, a lo largo de toda la campaña. En el campo de batalla de tu gloria, a la que yo debo en gran parte el éxito de ayer, te nombro Mariscal de Francia**. Lo has merecido desde hace tiempo.\». A continuación es convertido en Duque de Tarento, premiado con sesenta mil francos y condecorado con el Gran Cordón de la Legión de Honor. Seguidamente es destinado a Gratz como gobernador.
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Escudo de armas de MacDonald (7) |
1810 – De su empleo como comandante del Ejército de Italia es enviado a España para remplazar a Augereau en el 7º Cuerpo. Incendia Manresa tras ser recibido con fuego de mosquetes.
1811 – Sin ayuda de artillería de sitio que había demandado previamente al Emperador, sitia y captura la fortaleza de Figueras.
1812 – Aquejado de un ataque de gota, es enviado a Tilsit para comandar el 10º Cuerpo compuesto por tropas prusianas que iba a unirse al Gran Ejército en su avance hacia Rusia. Como gráficamente puntualizó: \»Me había dejado mi sillón en la fortaleza de Figueras, dejé una muleta en París y otra en Berlín.\» La misión del Duque de Tarento era proteger la cabeza del puente en Dunaberg, cerca de la desembocadura del Dvina y también defendió la ciudad de Riga; como consecuencia, se libró de una gran parte de los horrores de la terrible retirada. Aún así, tuvo sus propios problemas ya que los prusianos lo abandonaron, desertando y pasándose al enemigo (Convención de Tauroggen). Tan confiado estaba en la lealtad de sus subordinados que esta deserción le tomó por sorpresa y, a pesar de las advertencias, esperó a las divisiones para reunirse con él, declarando que, \»Mi vida, mi carrera, nunca será mancillada con el oprobio de haber cometido la cobarde acción de abandonar tropas confiadas a mi cuidado.\» Afortunadamente, unas cartas interceptadas le abrieron a la realidad y con un puñado de soldados logró escapar a Dantzig. A su regreso a París MacDonald fue recibido con una fría recepción por el emperador, que pensaba que la deserción de los prusianos era debida a su negligencia.
1813 – En la campaña de 1813 comandando al 11º Cuerpo recibe la misión de vigilar al ejército prusiano al mando de Blücher en Silesia, mientras que el Emperador operaba contra los austriacos en los alrededores de Dresde. El 29 de abril derrota al General Yorck en Merseburg, estuvo presente en Lützen (2 de mayo) y en Bautzen (20-21 de mayo). Fue derrotado el 26 de agosto en Katzbach cuando pretendía desalojar a Blücher de su posición elevada en Jauer. La falta de cohesión de las bisoñas tropas a su cargo, una torrencial lluvia y el consiguiente barro eliminaron sus opciones de atacar con éxito y sólo una apresurada retirada salvó al ejército de la aniquilación.
En el tercer día de la batalla de Leipzig, en medio de la acción, las tropas hessianas a su mando desertan y al mismo tiempo las tropas del Mariscal Augereau que se suponía que iban a cubrir su flanco derecho se retiran del combate. En consecuencia, se retiró con los restos de sus tropas al Elster, sólo para encontrar el puente destruido. Arrastrado por la multitud de fugitivos, está determinado a no caer vivo en manos del enemigo , ya sea por ahogarse o por pegarse un tiro. Más afortunado sin embargo que el príncipe Poniatowski, logra cruzar el río en su caballo. El duque de Tarento fue fundamental para salvar los restos del ejército que habían conseguido cruzar el Elster. Es enviado a Colonia para reconstruir un cuerpo de ejército.
1814 – MacDonald luchó ferozmente para expulsar al enemigo de Francia. Lucha contra el General Blücher y se distingue en Nangis el 27 de febrero de 1814. Su cuerpo fue uno de los que el emperador convocó en la batalla de Arcis-sur-Aube. Cuando Napoleón llegó a Fontainebleau se encontró con que todas sus opciones se habían esfumado. En consecuencia, cuando MacDonald y los otros mariscales y generales fueron informados que los aliados ya no tratarían con Napoleón, decidieron hacerle abdicar. El Emperador, al convocar a su Consejo, encontró que ya no le tenían miedo, y se negaron a escuchar sus argumentos. Con la esperanza de salvar el trono para su hijo, despachó a Caulaincourt, Ney, Marmont, y MacDonald para ofrecer la abdicación al Zar. Las mejores condiciones que los Comisionados pudieron obtener del Zar eran que Napoleón debía renunciar a toda esperanza de ver a su hijo sucederle en el trono, pero que podía conservar su título imperial y se le permitiría que gobernara la isla de Elba. El Zar magnánimamente añadió: \»Si él no aceptará esta soberanía, y si él no puede encontrar refugio en otro lugar, decidle, yo digo, puede venir a mis dominios. Allí será recibido como un soberano: puede confiar en la palabra de Alejandro\».
El Emperador desolado miró a los dos fieles Comisarios (Caulaincourt y MacDonald; los otros dos Comisionados, Ney y Marmont no regresaron), con su rostro demacrado, la tez amarilla y enfermiza, pero por una vez al menos sentía gratitud. \»He cargado con favores\»,dijo, \»a muchos otros que ahora han desertado y me han abandonado. Tú, que no me debes nada, te has mantenido fiel. Te agradezco tu lealtad demasiado tarde y yo, sinceramente, lamento ahora estar en una posición en la que sólo puedo demostrar mi gratitud con las palabras\». En agradecimiento regaló a MacDonald el sable egipcio decorado que había pertenecido a Murad Bey, que había sido capturado en 1798 y que Napoleón llevó en la batalla del Monte Tabor en 1799. MacDonald aceptó el regalo como un signo de amistad y los dos se estrecharon en un abrazo. Después que Napoleón zarpó para la isla de Elba no se volvieron a ver nunca más.
1815 – Prestó juramento a Luis XVIII como la mayoría de los mariscales que habían servido con Napoleón. MacDonald observó sus regimientos unirse a las fuerzas de Napoleón mientras se acercaban a Lyon. Mientras trataba de escapar, un brigadier borracho intentó capturar a MacDonald. Apenas las palabras de rendición salieron de la boca del brigadier cuando MacDonald lo derribó con un solo golpe. Se disfrazó y se escapó con el general Digeon, cuyas tropas también había desertado para unirse a Napoleón. Este último una vez en Paris, desde su sorpresivo desembarco en las costas del sur, provocó que MacDonald escoltara al monarca desde Lille donde se encontraba hasta la frontera belga donde lo puso al cuidado de las tropas belgas. Volvió a Paris donde permaneció en su casa, ajeno al contacto con Napoleón o sus ministros. En tres meses llegaron las noticias de la derrota de Waterloo. Uniéndose a Fouché, que había creado un gobierno provisional, se encargó al retorno del Rey de disolver los restos del ejército imperial en octubre de 1815, al tiempo que dejó que los proscritos del nuevo régimen escaparan en su inmensa mayoría. Nombrado archicanciller de la Legión de Honor y Mayor General de la Guardia Real.
1823 – Se casa por tercera vez con Mademoiselle de Bourgony.
1825 – Deja Francia para realizar un viaje por Escocia, para visitar principalmente el lugar de nacimiento de su padre en South Uist y conocer a su numerosa familia, aunque raramente permanecía más de un día en un lugar. También visitó brevemente Irlanda e Inglaterra.
1830 – Debido a las molestias de su gota, renunció al cargo y se retiró a sus posesiones de Courcelles, donde vivió retirado.
1840 – Muere el 25 de septiembre a la edad de 74 años.
El deber y la verdad fueron sus consignas. Fue esta expresión valiente de la verdad más que cualquier relación con Moreau, la causa de sus largos años de ostracismo; fue esta valentía, es extraño el decirlo, la que al final, conquistó al Emperador, y que tanto encantó al Rey Luis que le apodó \»Su Franqueza.\»4
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(*) Antiguos nobles que habían perdido su condición aristocrática y su titulo con la Revolución
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(**) En esto Napoleón tuvo un momentáneo lápsus, ya que el empleo o denominación en verdad era la de Mariscal del Imperio, no de Francia.
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Fuentes:
1 – \»Bonapartism and Revolutionary Tradition in France: The Fédérés of 1815\» – R. S. Alexander – Cambridge University Press, 1991
2 – https://es.wikipedia.org/wiki/Ci-devant
3 – http://www.napoleon-series.org/research/biographies/marshals/c_macdonald.html, por Artea
4 – \»Napoleon\’s Marshals\», por R.P. DUNN-PATTISON, M.A., Methuen&CO, London, 1909
5 – https://sonofskye.wordpress.com/2014/05/10/marshal-etienne-jacques-macdonald-of-france-1765-
1814
6 – http://www.undiscoveredscotland.co.uk/usbiography/mac/etiennemacdonald.html
7 – By Jimmy44. Image created for the Blazon Project of the French Wikipedia [CC BY-SA 3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)%5D, via Wikimedia Commons
8 – \»Imperial Bayonets\» – George Nafziger, Greenhill Books, 1996
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