Tal como os comentamos en su momento, con esta entrada iniciamos una serie dedicada principalmente a pintores -presentes y pasados- que hayan reflejado en sus obras de una u otra manera el período napoleónico, sus personajes y sus momentos estelares. Esta primera entrada la dedicamos a un pintor español y catalán, José Cusachs y Cusachs, que ya gozó en vida de un merecido prestigio y al que Clarín le dedicó las siguientes líneas: «No es un pintor genial, ya que éstos no brotan cada día. Pero es un excelente pintor, y éstos no salen tampoco cada día» (2).

EL APUNTE

José Cusachs y Cusachs nació en Montpellier en 1851. Pasó su infancia entre Barcelona y Mataró, hasta que ingresó en el Colegio de Artillería de Segovia, en 1865. En el año 1871 fue destinado a Barcelona con el empleo de teniente. Tomaría parte en la 3ª guerra carlista, luchando en los principales frentes y siendo condecorado. Acabada la guerra decide solicitar una excedencia para viajar a París y perfeccionar su técnica.
Después de su paso por varias unidades de artillería en Barcelona, Valencia y Menorca, se le concede a petición propia el retiro del ejército. Regresa a París donde tiene por maestros a Detaille y a Neuville. De vuelta a Barcelona comienza a exponer en la Sala Parés y en años sucesivos fue cosechando éxitos en los certámenes donde participó y obteniendo el reconocimiento tanto a nivel local, nacional e internacional.
A principios del siglo XX viaja a América y realiza algunos encargos para el presidente de Méjico, Porfirio Díaz. Tras su vuelta a España los encargos se multiplican y retrata al entonces rey de España, Alfonso XIII. En 1907 viaja a Nueva York para asistir a una exposición dedicada a su obra en un momento cúspide de su carrera. Sin embargo, una grave afección cardíaca trunca su carrera y fallece en Barcelona en 19081.
Durante una retrospectiva que se realizó en el Palacio de la Capitanía General en Barcelona, creo que en el año 2011, bajo el título «Ferrer-Dalmau y el legado de Cusachs. Dos pintores catalanes para un ejército«, se exhibieron una serie de obras tanto de Cusachs como de Ferrer-Dalmau. No soy ningún entendido en pintura ni tan solo aficionado, aunque me gusta contemplarlas sobretodo cuando la temática es realista (como es el caso) con el añadido de reflejar episodios de la vida militar. En el caso de Cusachs, sus típicos fondos desdibujados, melancólicos según los críticos, dan una pretendida claridad y preponderancia a las figuras centrales, militares o civiles; en el caso de los temas dedicados a soldados de caballería (mis preferidos, dicho sea de paso), tanto sus series sobre maniobras de las distintas armas como los jinetes tratados singularmente y la perfección con la que plasma a estos y sobretodo sus monturas, le confieren un sello único y rozando la altura de los «monstruos sagrados» como Detaille o Meissonier.
OBRA ESCOGIDA









– Ilustraciones: © Ed. M.C. Ballester
Fuentes:
1) – «Ferrer-Dalmau y el legado de Cusachs. Dos pintores catalanes para un ejército» – Ed. Galland Books, 2011
2) -«Josep Cusachs i Cusachs» – Maestros del Arte de los siglos XIX y XX – Diccionario «Ràfols» – Ed. M.C.Ballester, Barcelona, 1988