Nick Lipscombe, ecos británicos en los campos de la Guerra de Independencia

Haciendo un aparte en nuestra recta final de la serie de entradas que dedicamos a nuestro recorrido por el tour de \»Wellington in Spain. A Classic Peninsular War Tour\», aprovechamos para concertar una breve entrevista con Nick Lipscombe, a la que amablemente accedió y que creemos de sumo interés, tanto por su conocimiento de nuestro pais, en el cual también ha vivido varios años, y por su dedicación a la historia de los campos de batalla de nuestra Guerra de Independencia -ó las Peninsular Wars como las llaman los historiadores de habla inglesa.

Para los que no lo hayais seguido a través de nuestro blog, Nick Lipscombe, es un ex-militar británico con más de 30 años de servicio activo, comparte sus tareas como docente en la Universidad de Oxford con su faceta como historiador especializado en las Guerras Napoleónicas (en particular en nuestra Guerra de Independencia) y sus labores como guía especializado en diferentes campos de batalla napoleónicos, tanto fuera como dentro de nuestro pais. Ha escrito numerosos libros y artículos sobre temáticas relacionadas con las guerras napoleónicas y su primer libro, \»An Atlas and Concise Military History of the Peninsular War\», publicado en el año 2010 fue seleccionado en la sección de Historia del periódico Daily Telegraph como Libro del Año. Está reconocido como una autoridad en los campos de batalla de la Península Ibérica y el sur de Francia. Actualmente imparte varios cursos universitarios, entre otros, sobre la Gran Bretaña de 1793-1815, la figura de Wellington y sobre la batalla de Waterloo. 
Por último, también recomendaros las entradas que le dedicamos en su momento a su interesante conferencia sobre los artilleros de Wellington, cuya premisa partía de las difíciles relaciones entre el Duque y sus comandantes de artillería durante la guerra (Wellington y sus artilleros).
Lipscombe en una visita guiada al Castillo de Sagunto en el año 2013. (Fot. F. Blanco) (a)

ENTREVISTA 

\»La batalla\», de A. Barbero (b).

(El Rincón de Byron): Parece que durante estos últimos años -quizás con las conmemoraciones de los respectivos bicentenarios- ha habido una reactivación en el estudio de las Guerras Napoleónicas que se ha traducido en la aparición de decenas de títulos en el mercado anglosajón, con autores como tú mismo, Charles Esdaile, Kevin F. Kiley, Carole Divall, Andrew Roberts, Bernard Cornwell, Robert Burnham, Philip Haythornthwaite, y un largo etcétera. ¿Crees que los historiadores anglosajones actuales hacen una mejor lectura de los acontecimientos y figuras del período napoleónico o aún se arrastran en algunos casos algunos clichés del pasado? ¿En el caso de la batalla de Waterloo, piensas como Alessandro Barbero que “siempre se escribirán libros sobre Waterloo porque Napoleón tuvo sus opciones para ganar la batalla”?

(Nick Lipscombe): Es cierto que el bicentenario de las guerras napoleónicas ha visto la publicación de una serie de nuevas obras sobre las guerras y personalidades de la era en varios países de habla inglesa. Hay un número de razones para esto. La primera es, por supuesto, que coincidieron con las conmemoraciones de los 200 años. En segundo lugar, la era sigue fascinando; fue la última de las guerras honorables, que precedió al material fotográfico, que permite tanto al autor como al lector separarse de las duras realidades de la guerra. Finalmente, hay mucho material nuevo, que recientemente ha estado disponible y en todo el mundo y la red mundial ha hecho que este material hasta ahora oculto, sea ampliamente accesible. Sin embargo, tu comentario sobre Barbero es apropiado, ya que las naciones de habla inglesa ciertamente no tienen un monopolio sobre los buenos libros. Realicé un curso sobre Waterloo en la Universidad de Oxford el año pasado y recomendé el libro de Alessandro como la mejor evaluación de la campaña y la batalla. Así que tuvimos que esperar a que un italiano escribiera el mejor libro sobre esta batalla entre británicos, franceses, holandeses, belgas, prusianos y alemanes. Me recordó la cita de George Bernard Shaw, \»Un ejército inglés dirigido por un general irlandés; qué encuentro para un ejército francés liderado por un general italiano\».

(El Rincón de Byron): It seems that during these last years -perhaps with the commemorations of the respective bicentennials- there has been a reactivation in the study of the Napoleonic Wars that has resulted in the appearance of dozens of titles in the Anglo-Saxon market, with authors like yourself, Charles Esdaile, Kevin F. Kiley, Carole Divall, Andrew Roberts, Bernard Cornwell, Robert Burnham, Philip Haythornthwaite, and many others. Do you think that today\’s Anglo-Saxon historians make a better interpretation of the events and figures of the Napoleonic period or in some cases still drag some clichés of the past? In the case of the Battle of Waterloo, do you think as Alessandro Barbero that \»books will always be written about Waterloo because Napoleon had his options to win the battle\»?

(Nick Lipscombe): It is true that the bicentenary of the Napoleonic Wars has seen the publication of a number of new works on the wars and personalities of the era in a number of English-speaking countries. There are a number of reasons for this. The first is, of course, that they coincided with the 200-year commemorations. Secondly, the era continues to fascinate; it was the last of the honourable wars, predating photographic material, which enables the author and reader to detach himself/herself from the harsh realities of war. Finally, there is much new material, which has recently become available and the world.wide.web has made this hitherto obscure material widely accessible. Your point about Barbero is apposite, however, as the English-speaking nations certainly do not have a monopoly on good books. I ran a course on Waterloo at the University of Oxford last year and I recommended Alessandro’s book as the best, all-round, assessment of the Campaign and Battle. So we had to wait for an Italian to write the best book about this battle between the British, French, Dutch, Belgians, Prussians and Germans. It reminded me of George Bernard shaw’s quote, ‘An English army led by an Irish General; that might be a match for a French Army led by an Italian General’.

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\»El frente este de Wellington\» (c)

(El Rincón de Byron): La figura de Lord Wellington, personaje presente en tus obras por obvios motivos, siempre me ha producido sentimientos encontrados: un hombre con un verdadero talento militar, pero con un trato a nivel personal digamos “complicado” con todos aquellos que no entraban en su escala de valores. Pero Wellington también llegó a ser Primer Ministro de Gran Bretaña en 1828, con el partido Tory. ¿Cómo valoras la figura de Wellington como primer ministro? ¿Piensas que su mandato fue significativo para el ejército británico en general y el arma de artillería en particular?

(Nick Lipscombe): Mientras me preparo para dirigir un curso sobre el Duque de Wellington para la Escuela de Verano de la Universidad de Oxford, esta es una pregunta oportuna. El curso se titula \»Wellington, Soldado,  Estadista y Snob\». Este título resume tu punto de que él era un hombre complicado. Despreció los consejos gratuitos y eligió a su personal de estado mayor en consecuencia. Sin duda, fue un gran general. No me gusta hacer comparaciones con Napoleón, porque no creo que sean del todo apropiadas. Uno era un funcionario público y el otro era un autócrata. Aunque era un gran general, con un buen sentido de la guerra de coalición y una maravillosa comprensión de la situación estratégica, no era muy innovador a nivel táctico. Sin embargo, tampoco era un hombre de mentalidad técnica y luchaba por entender las ventajas de los proyectiles Shrapnel, por ejemplo. Pero creo que era un político mejor de lo que la gente le da crédito. En efecto, estaba tratando con tres Brexits simultáneamente: la emancipación católica, la reforma parlamentaria y las Leyes del maíz.
(El Rincón de Byron): The figure of Lord Wellington, a character always present in your works for obvious reasons, has always produced me mixed feelings: a man with a real military talent, but could we say, \»complicated\», with all those who were not within their scale of values. But Wellington also became Prime Minister of Great Britain in 1828, with the Tory party. How do you consider the figure of Wellington as Prime Minister? How was his mandate for the British Army in general and the ordnance branch in particular?
 
(Nick Lipscombe): As I prepare to run a course on the Duke of Wellington for the University of Oxford Summer School this is an apposite question. The course is entitled Wellington, Soldier, Statesman and Snob. This title sums up your point that he was a complicated man. He despised gratuitous advice and chose his close personal staff accordingly. He was undoubtedly a great general – I don’t like making comparisons with Napoleon as I do not believe they are entirely appropriate. One was a public servant and the other was an autocrat. Although he was a great general, with a good feel for coalition warfare and a marvellous understanding of the strategic situation, he was not very innovative at the tactical level. However, he was also not a technically minded man and struggled to understand the advantages of shrapnel shells for example. But I believe he was a better politician that people give him credit for. He was, in effect, dealing with three Brexit’s simultaneously: Catholic Emancipation, Parliamentary Reform and the Corn Laws.
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En el ejército británico tenemos el dicho de que no hay soldados buenos o malos, sólo oficiales buenos o malos.
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El mariscal Gabriel Suchet (d)

(El Rincón de Byron): La figura de Louis Gabriel Suchet es bien conocida por los estudiosos y amantes tanto de las Guerras Napoleónicas como de la Guerra Peninsular. Es conocida también la supuesta frase de Napoleón: “Si j’avais en deux Suchet de plus, j’aurais pu conquérir le pays”. ¿Crees que Suchet hubiera sido una mejor opción de mando para contrarrestar a Wellington en el frente oeste de España? ¿No crees que también podría haber sido utilizado más efectivamente durante la campaña de los 100 días, en lugar de ocupar un teatro “menor” con el ejército de los Alpes?

(Nick Lipscombe): Tengo mucho respeto por Gabriel Suchet y considero que ha sido uno de los mejores mariscales de Napoleón. Sus acciones en la costa este de España eran mesuradas, es decir, usó la fuerza cuando lo necesitaba, como en Tarragona, pero tenía bastante claro la importancia de los corazones y las mentes, como en Valencia. Su decisión de no trasladarse a los Pirineos Occidentales y apoyar a Soult a fines de 1813, a principios de 1814, fue difícil. Si se hubiera movido hacia el oeste, es inconcebible que Wellington pudiera haber invadido Francia. Por el contrario, si se hubiera movido hacia el oeste, habría abierto la puerta para que el ejército de Cataluña en los Pirineos Orientales atacara a Francia. Mientras estaba en Santa Elena, Napoleón mismo dijo que desearía haberse llevado a Suchet con él para la Campaña de los 100 Días. Si lo hubiera hecho, y se le hubiera asignado el ala derecha del ejército, estoy seguro de que no habría permitido que los prusianos rompieran la batalla después de las batalla de Ligny y que se habría situado tras ellos mientras se movían hacia el oeste en apoyo de lass fuerzas angloholandesas de Wellington. El resultado de Waterloo podría haber sido diferente. Napoleón todavía habría sido derrotado algún tiempo después, ya que los ejércitos austriacos y rusos estaban en ruta hacia el área.

(El Rincón de Byron): The figure of Louis Gabriel Suchet is well known by scholars and enthusiasts of both the Napoleonic Wars and the Peninsular War. The supposed quote by Napoleon is also known: \»If j\’avais en deux Suchet de plus, j\’aurais pu conquérir le pays\». Do you think Suchet would have been a better command option to counteract Wellington on the western front of Spain? Do you think that it could also have been used more effectively during the 100 days campaign, instead of occupying a \»minor\» theater with the Army of the Alps? 
(Nick Lipscombe): I have a lot of respect for Gabrielle Suchet and consider him to have been one of Napoleon’s finest marshals. His actions on the east coast of Spain were measured, that is to say that he used force when he needed, such as at Tarragona, but was quite clear of the importance of hearts and minds, such as at Valencia. His decision not to move to the western Pyrenees and support Soult in late 1813, early 1814, was a difficult one. Had he have moved west it is inconceivable that Wellington could have invaded France. Conversely, if he had moved west, it would have opened the door for the Army of Catalonia in the eastern Pyrenees to attack France. While on St. Helena Napoleon himself said that he wished he had taken Suchet with him for the Campaign of 100 Days. Had he have done so, and been allocated the right wing of the army, I am sure he would have not allowed the Prussians to break clean after the Battle of Ligny and he would have been hot on their heels as they moved west in support of Wellington’s Anglo-Dutch forces. The outcome of Waterloo might have been different. Napoleon would still have been defeated somewhile later as the Austrian and Russian armies were on route to the area.
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(El Rincón de Byron): Esta es una pregunta que nos gusta hacer a todos nuestros entrevistados y de la que quisiéramos saber también tu opinión. El papel de los generales españoles de los ejércitos de la época napoleónica salvo honrosas excepciones, no dejó de ser bastante discreto, cuando no claramente deficiente. ¿Crees que la historia ha sido justa con ellos? ¿Podrían haber hecho más de lo que hicieron con el material humano y bélico de que disponían?
(Nick Lipscombe): Creo que tanto la historia británica como la española de la guerra han sido poco amables con muchos generales españoles. Hay que entender que la primera historia británica de la guerra fue escrita por Robert Southey, el poeta laureado, un gran admirador de España. Su trabajo fue, sin embargo, considerado demasiado hispánico en su enfoque y eso fue su caída. Básicamente, el público británico quería historias de victorias y heroicidades británicas y William Napier proporcionó este enfoque bastante xenófobo en su obra de seis volúmenes. Por desgracia, no sólo elevó los logros británicos, sino que lo hizo a expensas de los españoles y, un poco menos, de los portugueses. Afirmaba que había algunos ejemplos horribles del generalato dentro del ejército español. En el ejército británico tenemos el dicho de que no hay soldados buenos o malos, sólo oficiales buenos o malos. Esto es totalmente cierto con los soldados y oficiales españoles durante la guerra. Cuando los soldados fueron bien dirigidos, lo hicieron notablemente bien. Tengo que añadir, que la inversión en el ejército español (menos en la marina) en los últimos 25 años del siglo XVIII no ayudó mucho en ello.

(El Rincón de Byron): This is a question that we like to ask all of our interviewees and we would know also your opinion. The role of the Spanish generals of the armies of the Napoleonic period, with honourable exceptions, did not cease to be quite discreet, if not clearly deficient. Do you think History has been fair to them? Could they have done more than they did with the military personnel and war material at their disposal?
 
(Nick Lipscombe): I think both the British and Spanish histories of the war have been unkind to many Spanish generals. It has to be understood that the first British history of the war was being written by Robert Southey, the Poet Laureate, a great admirer of Spain. His work was, however, considered too Hispanic in its leaning and that was its downfall. Basically, the British public wanted tales of British victories and heroics and William Napier provided this rather xenophobic slant in his six-volume work. Unfortunately, he not only elevated the British achievements but he did so at the expense of the Spanish and, slightly less so, the Portuguese. That stated there were some examples of awful generalship within the Spanish army. We have an expression in the British army that there are no good or bad soldiers only good or bad officers. This is entirely true with the Spanish soldiers and officers during the war. When the soldiers were well led, they did remarkably well. I have to add, that the investment in the Spanish army (less so the navy) in the last 25 years of the 18th Century did not help matters.

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(El Rincón de Byron): Durante las Guerras Napoleónicas, entre los años 1812-1815 tuvo lugar la guerra entre EE.UU y Gran Bretaña, una guerra muy alejada del teatro de operaciones europeo y que obligó a Gran Bretaña a enviar cuantiosos efectivos militares, entre ellos algunas baterías de artillería e incluso una unidad de cohetes. ¿Cómo resultó dicha singladura para los artilleros británicos? ¿Las batallas en suelo norteamericano permitían los duelos artilleros tradicionales como en las batallas en suelo europeo o hubo que adaptar las tácticas a este escenario bélico? 

(Nick Lipscombe): La guerra de 1812 contra los Estados Unidos fue una gran distracción para Gran Bretaña en un momento crucial de la guerra peninsular y las guerras napoleónicas en general. Casi no hubo batallas importantes tradicionales del estilo de las que habían/estaban teniendo lugar en Europa. Nueva Orleans en 1814-15 fue una excepción. Esto afectó naturalmente al uso de la artillería. Las batallas en la frontera canadiense tendieron a ser pequeñas y en zonas remotas, lo que complicó el movimiento y el uso de artillería más pesada. Dicho esto, al final de la Guerra de 1812, había 19 compañías (baterías) de artillería en el teatro norteamericano. Se intentó retornar estos cañones a Europa a tiempo para luchar contra Napoleón.

(El Rincón de Byron): During the Napoleonic Wars, between 1812-1815 the war between the United States and Great Britain took place, a war far from the European theatre of operations and which forced Britain to send large numbers of military personnel. including some artillery batteries and even a unit of rockets. How resulted for the British gunners? Did the battles on American soil allow traditional artillery duels as in pitched battles on European soil or did tactics have to be adapted to this war scenario?

(Nick Lipscombe): The War of 1812 against the United States was a major distraction for Britain at a crucial time in the Peninsular War and Napoleonic Wars generally. There were almost no major set-piece battles in the style that had/were taking place in Europe. New Orleans 1814-15 was an exception. This naturally affected the use of artillery. The battles on the Canadian border tended to be small and in remote areas, which complicated the movement and use of heavier artillery. That stated, there were, at the end of the War of 1812, 19 companies (batteries) of artillery in the North American theatre. Attempts were made to get these guns back to Europe in time to fight Napoleon.

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Tengo mucho respeto por Gabriel Suchet y considero que ha sido uno de los mejores mariscales de Napoleón.
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Sir William Congreve (e).

(El Rincón de Byron):  Francia tuvo a Florent-Jean de Vallière y más tarde Jean-Baptiste Vaquette de Gribeauval, los austriacos a Joseph Wenzel, los rusos a Petr Ivanovich Melissino, etc, personajes que en un momento determinado contribuyeron a que el arma de artillería de sus países viviera un momento de florecimiento. ¿Pasó lo mismo en Gran Bretaña, podemos encontrar también en aquella época a un innovador como lo fue Gribeauval para Francia o simplemente se siguieron las corrientes que venían de Europa? 

(Nick Lipscombe): Gran Bretaña tenía muchos ingenieros innovadores, inventores, científicos y artilleros que contribuyeron al diseño de armas, morteros y obuses y proyectiles a finales del siglo XVIII. Aunque es justo afirmar que Gran Bretaña no tenía un Gribeauval per se, es decir, un hombre responsable de la reorganización coordinada de toda la artillería. El resultado fue que las armas navales y militares de Gran Bretaña y sus vehículos de apoyo eran un asunto bastante ad hoc. No obstante, el Coronel Sir William Congreve padre, fue el responsable de mejorar la producción de municiones, cañones y la producción de pólvora; la pólvora británica era la mejor de Europa en ese momento. También inventó el bloque de cureña para los cañones, que redujo en gran medida el radio de giro de los cañones que entraban en acción. Mientras que su hijo, confusamente el coronel Sir William Congreve, fue el inventor del famoso cohete Congreve. Tal vez el mayor invento que dio a la artillería británica una ventaja de multiplicación de la fuerza fue el proyectil del capitán Henry Shrapnel. Esto fue simplemente un descubrimiento. Una muestra de la excelencia británica es que los franceses capturaron un proyectil en Maida en 1806 y, a pesar de la determinación de Napoleón y la experiencia francesa, no pudieron replicar su mecha.



(El Rincón de Byron): France had Florent-Jean de Vallière and later Jean-Baptiste Vaquette of Gribeauval, the Austrians had Joseph Wenzel, the Russians had Petr Ivanovich Melissino, etc, characters who at one point contributed to the artillery branch of their countries live a moment of splendor. Did the same thing happen in Britain, at that time can we also find an innovator like Gribeauval was for France, or they simply followed the currents that came from Europe?
 
(Nick Lipscombe): Britain had many innovative engineers, inventors, scientists and artillerists who contributed to the design of guns, mortars and howitzers and to projectiles at the end of the 18th-Century. Although it is fair to state that Britain did not have a Gribeauval per se, in other words a man responsible for the coordinated reorganisation of the entire artillery. The nest result was that Britain’s naval and army guns and their support vehicles was a rather ad hoc affair. Nevertheless, Colonel Sir William Congreve senior was responsible for improving munitions and gun production and the production of gunpowder – British gunpowder was the finest in Europe at this time. He also invented the block trail for guns which greatly reduced the turning circle of guns coming into action. While his son, rather confusingly Colonel Sir William Congreve junior, was the inventor of the famous Congreve Rocket. Perhaps the greatest invention that gave the British artillery a force multiplication advantage was Captain Henry Shrapnel’s shell. This was simply groundbreaking. A measure of the British excellence is that the French captured a round in Maida in 1806 and, despite Napoleon’s determination and the French expertise, they were unable to replicate the fuse. 

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(El Rincón de Byron):  Me viene a la memoria la película “Espías desde el cielo” (2015), que protagonizaron Helen Mirren y Alan Rickman, que trataba sobre los conflictos éticos de la guerra con drones o proyectiles guiados. Como militar retirado, ¿piensas que la tecnología militar hace que nuestra ética humana sea más relativa o por el contrario la ética humana aún cobra más importancia cuando una decisión para atacar un posible objetivo militar se toma a miles de kilómetros?

(Nick Lipscombe): Pienso muy intensamente sobre el uso de los drones y sobre las perspectivas de ese tipo de armamento. Tengo experiencia personal con ello desde mi destino en Irak. Para mí, esto cruza una línea roja. La moralidad de tales armas y métodos es profundamente cuestionable. Por supuesto, se están utilizando en respuesta a la naturaleza asimétrica del campo de batalla. Si los terroristas y los insurgentes no van a jugar con las \»reglas de la guerra\», por qué deberían contrarrestar a los terroristas y a los insurgentes. He mencionado antes que las guerras napoleónicas son la última de las guerras honorables. Es por eso que estoy contento escribiendo sobre esta era y realizando giras por los campos de batalla. Yo no podría hacer lo mismo con las guerras del siglo XX ya que fueron testigos de la muerte a escala industrial, tendieron a ser indiscriminadas, se dirigían contra la población civil y a menudo eran llevadas a cabo por fuerzas desequilibradas en tamaño y capacidad. Por supuesto, la lucha guerrillera presentada durante la Guerra de la Península tiene connotaciones de algunas de estas características, aunque su escala e impacto ha sido muy exagerado –en gran parte para restar importancia al papel de las fuerzas regulares- pero incluso aquí tengo dificultades con las atrocidades cometidas por ambas partes, que se salieron de control y afectaron a la población civil.

(El Rincón de Byron): I recall the film \»Eye in the Sky\» (2015), starring Helen Mirren and Alan Rickman, which dealt with the ethical conflicts of war with drones or guided missiles. As a retired military officer, do you think that military technology makes our human ethics more relative, or does human ethics become even more important when a decision to attack a possible military objective that is thousands of miles away?

(Nick Lipscombe): I feel very strongly about the use of drones and over the horizon released weaponry. I have personal experience of this from my time in Iraq. For me, this crosses a red line. The morality of such weapons and methods is deeply questionable. Of course, they are being used in response to the asymmetric nature of the battlefield. If terrorists and insurgents are not going to play by the ‘rules of war’ they why should counter terrorists and counter insurgents. I mentioned earlier about the Napoleonic Wars being the last of the honourable wars. This is why I am happy to write about this era and conduct tours of the battlefields. I could not do the same for 20th-Century wars as they witnessed death on an industrial scale, tended to be indiscriminate, targeted the civilian population and were often conducted by unbalanced forces in size and capability. Of course, the guerrilla struggle featured during the Peninsula War has overtones of some of these characteristics, although its scale and impact has been greatly exaggerated – largely to play down the role of regular forces, mainly the Spanish army – but even here I have difficulty with the atrocities that were committed by both sides and which spiralled out of control affecting the civil population.

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Batalla de Naseby (1645) (f)

(El Rincón de Byron): Con varios libros en tu faceta de escritor, desde el enciclopédico y afamado “Atlas de la Guerra Peninsular” (revisado en 2ª edición), pasando por “Bayona y Toulouse 1813-14. Wellington invade Francia”, “Los cañones de Wellington”, El frente este de Wellington”, Waterloo – La victoria decisiva” y decenas de colaboraciones… ahora cambias de registro con una, esperamos, próxima publicación sobre la Guerra Civil inglesa, ¿Qué importancia tiene para ti dicho conflicto y por qué crees que es importante que el público conozca más en detalle este capítulo de la historia inglesa?  

(Nick Lipscombe): Mi decisión de estudiar la Guerra Civil inglesa se basó en mi traslado a Oxford, cuando dejé España en 2014. Me mudé a un pequeño pueblo en el norte de Oxford, y en el pueblo había una casa llamada Casa de Cromwell. De hecho, debería haberse llamado la Casa de Fairfax, ya que vivía allí, mientras que Cromwell no lo hizo. Fue la casa en la que los monárquicos y parlamentarios discutieron la paz de Oxford. La ciudad había sido la capital de Carlos I, cuando partió de Londres. En el curso de mis estudios descubrí que no había atlases de las muchas batallas, asedios y escaramuzas que tuvieron lugar en Inglaterra/Gales, Escocia e Irlanda. Con las divisiones que existen en el país como resultado del Brexit, las comparaciones entre hoy y las divisiones originadas a mitad del s. XVII son extrañas. Las Guerras Civiles crearon la primera república de la nación, 10 años después la monarquía fue restaurada, pero fueron los acontecimientos de 1688 en la llamada Revolución Gloriosa que aseguró que la nación tuviera una monarquía constitucional en la que el Parlamento tuviera la mayoría del poder. Es por esta razón que un siglo después se produjo una revolución con consecuencias devastadoras en Francia y no en Gran Bretaña. Lo que nos lleva de vuelta a las Guerras Francesas –yo podría haber hecho alguna incursión en el siglo XVII- pero mi pasión sigue siendo el período 1793-1815.

(El Rincón de Byron):  With several books in your facet as a writer, from the encyclopaedic and famous \»The Peninsular War Atlas\» (revised in 2nd edition), followed by \»Bayonne and Toulouse 1813-14. Wellington invades France\», \»Wellington’s Guns\», Wellington’s Eastern Front\», Waterloo – The Decisive Victory\», and dozens of collaborations… now you change your subject with one, hopefully, forthcoming publication about the English Civil War. What importance does this conflict have for you and why do you think it is important for the public to know this chapter of English history in more detail?

(Nick Lipscombe): My decision to study the English Civil War was based on my move to Oxford, when I left Spain in 2014. I moved to a small village in north Oxford, and in the village was a house called Cromwell’s House. In fact, it should have been called Fairfax’s House as he lived there while Cromwell did not. It was the house that the Royalists and Parliamentarians discussed the peace of Oxford. The city had been Charles I’s capital, when he departed London. In the process of my studies I discovered that there was no atlas of the many battles, sieges and skirmishes that took place in England/Wales, Scotland and Ireland. With the divisions that exist in the country as a result of Brexit, the comparisons between today and the divisions brought in the mid-17th Century are uncanny. The Civil Wars created the nation’s first republic but within 10 years the monarchy was restored but it was the events of 1688 in the so-called Glorious Revolution that ensured that the nation had a constitutional monarchy in which Parliament had the majority of the power. It is for this reason that a century later that revolution occurred with devasting consequences in France and not Britain. Which leads us back to the French Wars – I might have dabbled with the 17th- Century but my passion remains the 1793-1815 period.

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Sin duda, (Wellington) fue un gran general. No me gusta hacer comparaciones con Napoleón, porque no creo que sean del todo apropiadas. Uno era un funcionario público y el otro era un autócrata.
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(El Rincón de Byron): Compatibilizas tu labor como docente en el ámbito universitario con tus labores como guía en los campos de batalla, tanto de grupos de militares como de civiles, ¿Interactúas de la misma manera con tus alumnos en la universidad. en Inglaterra que, por ejemplo, con un grupo de militares en el campo de batalla de Sagunto en Valencia (España)? ¿Crees que las modernas tecnologías como las aplicaciones para tablets o teléfonos móviles acabarán siendo el medio definitivo para la enseñanza de los conflictos del pasado? 

(Nick Lipscombe): Es una buena pregunta. En primer lugar, dar una conferencia, conducir una gira de campo de batalla y enseñar a un grupo de estudiantes son tres cosas muy diferentes que requieren diferentes técnicas. Los dos primeros tienden a hablar con un público/grupo, mientras que el segundo requiere mayores habilidades de interacción con sus estudiantes para obtener lo mejor de ellos. Mi trabajo en la Universidad de Oxford me hizo darme cuenta de esta diferencia clave y tuve que aprender las habilidades de la enseñanza muy rápidamente. Sin embargo, evito usar demasiada tecnología ya sea en un aula o en un campo de batalla. La tecnología puede ayudar, pero debería ser un pasamanos, no unas esposas. He visto demasiados guías turísticos y profesores maniatados con la tecnología –especialmente cuando no funciona. Esto es algo que el profesor Charles Esdaile y yo hemos estado examinando en los últimos años. Charles ha producido una aplicación para móviles que trata del asedio de Burgos y una (más recientemente) para la batalla de Waterloo. Al final, elegí no colaborar con él ya que siento que estas aplicaciones son de uso limitado. Además, si son utilizadas por la gente en lugar de que vengan a una de mis giras, entonces me estoy situando efectivamente fuera del negocio. ¡No es una buena idea, estoy seguro que estarás de acuerdo!

(El Rincón de Byron): Do you combine your work as a university teacher with your work as a battlefield guide for both military and civilian groups. Do you interact in the same way with your students at the university in England as, for example, with a group of military on the battlefield of Sagunto in Valencia (Spain)? Do you think that modern technologies like applications for tablets or mobile phones will end up being the ultimate means for teaching the conflicts of the past?

(Nick Lipscombe): This is a good question. Firstly, delivering a lecture, conducting a battlefield tour and teaching a group of students are three very different things that require different techniques. The first two you tend to talk to an audience/group, while the latter requires greater skills of interaction with your students to get the best out of them. My work at the University of Oxford made me realise this key difference and I had to learn the skills of teaching very quickly indeed. However, I avoid using too much technology whether I am in a classroom or on a battlefield. Technology can help but it should be a handrail not handcuffs. I have seen too many tour guides and lecturers getting tied up with technology – particularly when it goes wrong. This is something Professor Charles Esdaile and I have been examining over the last few years. Charles has produced a phone ‘app’ for the Siege of Burgos and one (more recently) for the Battle of Waterloo. I chose not to help him in the end as I feel these ‘apps’ are of limited use. Also, if they are used by people instead of coming on one of my tours, then I am effectively putting myself out of business. Not a good idea, I am sure you will agree!

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(El Rincón de Byron): Para acabar nuestra entrevista, siempre he sentido curiosidad acerca de los colores con los que se pintaban las gualderas (laterales) de los cañones de las guerras napoleónicas, amarillo-imperial en los austriacos, verde-oliva en los franceses, azul-medio en los prusianos, gris-azul en los británicos, verde-manzana en los rusos… ¿había alguna explicación para dichos colores en concreto o no tenía ningún significado especial y podían haber sido cualesquiera otros?

(Nick Lipscombe): La simple respuesta a tu pregunta es que los colores utilizados por cada nación eran el resultado de una evolución. También sería erróneo concluir que todos los carruajes de los cañones británicos eran grises y todos los carruajes de los cañones franceses eran verde oliva. Hay muchos ejemplos de otros colores que se utilizaron. En resumen, los carruajes fueron pintados para protegerlos de los elementos y esto a veces significaba que fueran pintados con cualquier color que tuvieran a mano. Por supuesto, un enfoque multicolor no quedaría bien en el desfile así que los colores oficiales fueron adoptados en aras de la uniformidad. La mayoría de los artistas se adhieren a los colores uniformes en aras de la simplicidad, pero la realidad era a menudo bastante diferente.


(El Rincón de Byron):  To finish our interview, I have always been curious about the colors of the carriages of the guns of the Napoleonic wars, yellow-imperial in the Austrians, green-olive in the French, blue-medium in the Prussians, gray-blue in the British, green-apple in the Russians… Any explanation for those particular colors or did it not have any special meaning and could it have been any others?

(Nick Lipscombe): The simple answer to your question is that the colours used by each nation just sort of evolved. It would also be wrong to conclude that all British gun carriages were grey and all French gun carriages were Artillery Green. There are many examples of other colours being used. In short, the carriages were painted to protect them from the elements and this sometimes meant that they were painted with whatever colour came to hand. Of course, a multi-coloured approach would not go down well on parade so official colours were adopted for the sake of uniformity. Most artists stick to the uniform colours for the sake of simplicity but the reality was often quite different.

 

Un libro indispensable para los aficionados a la Guerra de Independencia (g)
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Agradecer muy especialmente a Nick Lipscombe que nos haya atendido una vez más para la confección de esta entrada y que nos haya guiado a través de estas semanas  que hemos dedicado a \»Wellington in Spain. A Classic Peninsular War Tour\» en \»El Rincón de Byron\» y sin cuyo concurso no hubiera alcanzado la profundidad y el rigor que sin duda alguna merecen.  

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Fuentes: 

1) – http://www.nick-lipscombe.net/

Imágenes:

a) – Cedida amablemente por Nick Lipscombe, y también en:

https://www.nato.int/fcmd/news/130417a.htm (a)
b) – https://images-na.ssl-images-amazon.com/images/I/91O4hpoiNgL.jpg

c) – http://www.nick-lipscombe.net/images/Cover.jpg
d) – By After Jean-Baptiste Paulin Guérin – photo.rmn.fr, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=15418961
e) –  By James Lonsdale – one or more third parties have made copyright claims against Wikimedia Commons in relation to the work from which this is sourced or a purely mechanical reproduction thereof. This may be due to recognition of the \»sweat of the brow\» doctrine, allowing works to be eligible for protection through skill and labour, and not purely by originality as is the case in the United States (where this website is hosted). These claims may or may not be valid in all jurisdictions.As such, use of this image in the jurisdiction of the claimant or other countries may be regarded as copyright infringement. Please see Commons:When to use the PD-Art tag for more information., Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=6365161
f) – By Unknown – Encyclopædia Britannica online, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=8631860



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