Enlazando con nuestra última entrada dedicada a la Acción de Mengíbar, del 16 de julio de 1809, y siguiendo el hilo temporal de dichos acontecimiento, tratamos hoy con la acción siguiente, la célebre batalla de Bailén, disputada a las puertas de dicha villa y que se haría célebre en la Historia por su resultado y las consecuencias que se darían posteriormente.
Hemos obviado el describir meramente la batalla, harto conocida, tratada y discutida, para centrarnos en la visita a algunos de los lugares emblemáticos de la misma, a los diferentes puntos y monumentos conmemorativos, entre ellos la tumba del general Castaños, y finalmente algunas instantáneas de los siempre voluntariosos recreadores de la batalla, de la pasada edición del año 2019, \»pre-Covid-19\», por decirlo de alguna manera.
Hemos dividido la entrada en dos partes, por una parte por la importancia de la batalla y por otra para poder incluir todo el material gráfico que hemos podido y que no queríamos obviar, esperando que sea de vuestro agrado.
Mosaico en el monolito informativo en el Cerro de San Cristóbal.
RECORRIDO POR EL CAMPO DE BATALLA DE BAILÉN
Plano de Bailén y sus alrededores, elaborado por los ingenieros del Army Map Service, del Ejército norteamericano, datado en 1944, a partir de un mapa español de 1919, en el que hemos coloreado las curvas de nivel, para distinguir los lugares visitados y apreciar la orografía circundando a la ciudad de Bailén. Las zonas en verde serían zonas boscosas y la trama verde punteada serían campos de labranza, de mieses, bien diferentes de los millares de olivos que son el paisaje actual de los campos del lugar, como señala acertadamente Francisco Vela en su libro [1].
El puente sobre el río Rumblar (PR, en el plano), uno de los obstáculos naturales de la carretera hasta Andújar, y que cruzaría en las primeras horas del día 19 de julio de 1808 la vanguardia francesa en su camino hacia la Cruz Blanca.
Panorámica de la ciudad de Bailén desde un lugar próximo al Cerro de San Cristóbal (SC, en el plano), que nos da una idea de la importancia del control de estas alturas.
Tal como reza el texto informativo, el 19 de julio de 1808 se encontraba en este lugar la retaguardia del ejército del general Teodoro Reding, que combatió contra las fuerzas francesas del general Vedel, antes del cese definitivo de las hostilidades. Se hallaba en este lugar la actualmente desaparecida ermita de San Cristóbal, que dio nombre al cerro, mudo testigo de la batalla.
Desde el Cerro de San Cristóbal podemos distinguir el cerro del Ahorcado, que ocuparían tropas españolas con algunas piezas de artillería, como contrapunto a la presencia de las tropas de la División Vedel, que amenazaban la retaguardia de las tropas de Reding.
Monumento conmemorativo situado en el collado de la Cruz Blanca (CB, en el plano), en el lugar aproximado donde se encuentran la carretera de Bailén a Andújar y el camino de Espeluy a Bailén, y que sería uno de los puntos del despliegue de las tropas francesas de Dupont. El cañón, en realidad un obús de montaña modelo \»Schneider\» de 1919, fue una donación del Ministerio de Defensa al Ayuntamiento de Bailén, en el año 1981, según reza la placa instalada al pie del monumento en septiembre del año 2014.
Frente a los actuales jardines de la Huerta de San Lázaro (ó Huerta del Sordo), hacia el norte, hacia la izquierda se extendería el Zumacar Grande y hacia el centro, el Cerro de San Valentín.
La Huerta del Sordo (HS, en el plano), conservaba en su interior la vieja noria que hacía las funciones de línea divisoria entre el ejército francés y el español durante la Batalla.
A nuestro plano de Bailén le hemos añadido la situación de las tropas en el 4º y 5º periodos de la Batalla, que se dibujan en la lámina 4ª C, del Plano realizado por el Depósito de Guerra en 1850, en los fondos del Ministerio de Defensa, a escala 1:20.000. Se grafía la situación de las tropas y las llegadas tanto de la División Vedel, por la derecha, como la División de reserva de Peña, que irrumpía en el puente sobre el Rumblar.
Delimitado por varios cerros, el ejército español se defendía entre el Cerro Valentín, con una unidad de caballería en las cercanías del Zumacar Grande, y las inmediaciones de la Haza Walona (ó Valona), mientras que las tropas francesas estaban situadas en la Cruz Blanca, entre el Cerrajón, próximo a la Haza Walona y el Zumacar Chico.
Reproducción de la noria en hierro.
La Noria, en una fotografía de época en los paneles informativos.
Diversas placas conmemorativas en el parque urbano que limita la Huerta del Sordo.
Recorrido del Camino de la Contienda, 1808, plasmado en los típicos azulejos.
La Ermita de la Limpia y Pura (LP, en el plano). Este pequeño oratorio del siglo XV, por entonces en el límite de la población, fue testigo de las acciones del 19 de julio de 1808. Las tropas españolas desfilarían por su lado hasta alcanzar el lugar desde donde se defenderían de las ofensivas francesas. El general francés Dupré, sería herido de muerte en el momento que sus coraceros atacaban la línea del ejército español. Como reza la placa \»En esta ermita pobre y rústica y encalada en aquel momento, recibiría sagrada sepultura debido a su proximidad al campo de batalla\».
Placa conmemorativa a la memoria del general Claude-François Dupré (ó Duprès).
Lugar aproximado de la Haza Walona, que se encuentra actualmente
rodeado de una zona logística con varias naves industriales.
Desde el lugar anterior se perciben las elevaciones de los Zumacares y
San Valentín, situado entre el Zumacar Grande y San Cristóbal.
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Fuentes:
1) – \»La batalla de Bailén. El águila derrotada\» – Francisco Vela, Editorial Almena, Madrid, 2007
2) – Paneles informativos.
Imágenes:
a) – Fotografías del autor.
Hay cinco monolitos más como el del cerro San Cristóbal. Uno en el centro de la línea española, otro en el haza walona, otro en el flanco izquierdo español, otro en el zumacar chico y otro en la huerta de Arteaga, donde estuvo el puesto de mando del GENERAL Reding
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Muchas gracias por el apunte. La verdad es que íbamos bastante apurados de tiempo, por lo que visitamos lo que pudimos y ya éramos conscientes que nos dejábamos lugares por visitar. Un cordial saludo.
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