En uno de los extremos del entramado urbano que discurre paralelo al puerto de La Coruña se localiza el Jardín de San Carlos, un antiguo castillo defensivo en desuso del siglo XIV que en el siglo XVIII fue recuperado como jardín para la ciudad. El valor histórico del enclave se ve engrandecido por albergar los restos del general británico de origen escocés Sir John Moore, que resultó herido mortalmente por un proyectil en la batalla de Elviña (o de La Coruña), el 16 de enero de 1809.
A lo largo de su carrera militar, Moore demostró sus habilidades como soldado y como comandante en múltiples frentes, tanto en Europa y África como en las colonias de ultramar. Respetuoso con sus soldados y crítico -aunque privadamente- con sus superiores (lo que le acarrearía algún desencuentro), era un gran estudioso de la estrategia y los temas militares, y él mismo escribió algunas Instrucciones sobre la infantería. John Moore estaba convencido que el ejército británico no requería nuevos ejercicios derivados de la escuela prusiana, sino una nueva mentalidad en el cambio de siglo. Adquirió con el tiempo reputación como adiestrador de soldados -sobre todo en los campos ingleses de Shorncliffe en 1802- en los que quiso variar sus pautas de conducta y entrenamiento, el trato de los oficiales hacia los soldados (rígido y clasista hasta entonces) y conseguir en definitiva una autonomía operativa del infante en el campo de batalla. Algunos autores consideran a Moore como el padre de la infantería ligera británica y el inspirador de alguna manera del moderno soldado de infantería, en la época capaz de combinar las capacidades de la infantería de principios del s. XIX, desde el granadero al simple tirador.
Desafortunadamente para Moore, España, que había visitado (y también combatido) en varias ocasiones, resultó ser un amargo punto final en su carrera, tras una campaña que se desarrolló en circunstancias difíciles, que desembocó en una frenética carrera de supervivencia para su ejército y que le costaría su propia vida. Tras el fracaso de la expedición y su muerte en batalla, se desató una gran controversia en Inglaterra entre sus partidarios (Napier entre ellos) y sus detractores, que lo veían como un \»general Whig\», un incompetente que habría logrado ascender por la influencia del partido (liberal), polémica que duraría varios decenios y que influenciaría a los historiadores posteriores.
1772 – Su padre es encargado de la custodia del joven Douglas, el 8º duque de Hamilton, de 16 años de edad, para realizar un viaje por Europa, y John, con 11 años viajó con ellos, desarrollándose una gran amistad entre los dos jóvenes. Después de una corta estancia en París (hasta el 14 de mayo), se dirigieron hacia Ginebra y se alojaron en la casa de un clérigo. El joven John iba a la escuela en la ciudad, y su padre percibía los rápidos avances del joven en su educación y carácter1.
1773 – En el mes de junio se hospedaron en una casa amueblada en Châtelaine, cerca de Ginebra y en noviembre iniciaron un recorrido por el sur de Francia.
1774/1775 – El 28 de septiembre dejaron Ginebra, y pasando por Basilea en otoño comenzaron un viaje por Alemania, viajando por Estrasburgo, Hanover y Berlín (siendo recibidos por Federico II), etapa en la que el joven Moore estudió asiduamente la lengua alemana. En agosto de 1775 llegaron a Viena y obtuvieron permisos para visitar la Corte Imperial. De Viena pasaron a Italia, a Venecia y de allí a Roma, donde llegaron en noviembre. Seguidamente se dirigieron hacia Nápoles.
1776 – Cuando llegaron a Nápoles llegó la noticia que el duque de Argyle había obtenido un puesto de alférez en el 51º regimiento (por entonces acantonado en Menorca) para el joven John. Como solo tenía 15 años de edad, obtuvo un permiso para seguir algunos meses con su padre y conocer la lengua italiana. El grupo pasó por los Alpes, llegó a Génova y desde allí llegaron a Paris. Ya como joven alférez dejó a su padre y volvió rapidamente a Glasgow. A finales de año parte hacia Marsella para incorporarse a su regimiento.
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Menorca, primer destino militar de Moore. (c) |
1777 – El joven alférez Moore llega a Menorca a primeros de año. En Port Mahon, guarnición al mando del veterano general Murray, aprendió los rudimentos de la disciplina militar. Como no parecía que Menorca fuera a ser atacada y la guerra en las colonias de América estaba en su auge, Moore miraba con nostalgia ese conflicto, y escribió sus deseos a su padre. De una manera inesperada, el destino se hizo eco de ello2. John Moore pudo partir hacia América como teniente en el regimiento Hamilton, al mando del general de brigada MacLean. La tropa llegó a Halifax y se integró en la guarnición del lugar.
1779 – El comandante en jefe de las fuerzas británicas, Sir Henry Clinton, ordenó que el brigadier Mac Lean tomara una posición en la Bahía de Penobscot y construyera un fuerte para bloquear el tráfico marítimo con Boston. La fuerza británica, con seis compañías del regimiento Hamilton llegó al lugar y comenzó a construir el fuerte. Pronto los americanos juntaron en Boston una fuerza de 3.000 hombres y una flota de transportes con los requisitos para un asedio. A finales del julio, un piquete de hombres al mando de Moore estaban de guardia para impedir el desembarco, cuando este se produjo en gran número, lo que obligó a los británicos a retroceder hacia el inacabado fuerte y los americanos se quedaron en la orilla, desembarcando la artillería y pertrechos. Se sucedieron las escaramuzas, pero después de un asedio de tres semanas, un grupo de barcos de guerra británicos pudo ahuyentar a los sitiadores, que huyeron hacia Boston. Una vez acabado el fuerte y defendido por una guarnición, las tropas volvieron a Halifax. Moore fue ascendido a capitán y fue mandado a Nueva York, al cuartel general del ejército.
1783 – Con la firma de la paz entre Francia, Holanda, España y los Estados Unidos, el regimiento Hamilton fue disuelto y Moore solo recibía medias pagas. Viviendo con su familia, siguió con sus estudios militares y de fortificaciones. Usualmente en otoño pasaba un par de meses con el duque de Hamilton, en Escocia. Los malos resultados británicos en América provocaron la formación de un nuevo gobierno y con la influencia de Hamilton, el capitán Moore fue elegido representante de cuatro distritos escoceses.
1787 – Fue nombrado mayor de uno de los dos nuevos batallones agregados al 60° regimiento. Desde Londres se desplazó a Chatham donde los reclutas se estaban reuniendo. Sus ánimos, que por falta de empleo se habían vuelto lánguidos, ahora se agitaban con el tambor y el pífano; y el ejercicio se convirtió en su labor matutina.
1788 – Fue nombrado mayor en el 51º regimiento, en el que había obtenido su primera comisión. Estaba acuartelado en Cork, en Irlanda, pero su superior, teniente-coronel, no compartía sus preocupaciones para mejorar la calidad del regimiento. Por entonces, a causa de una disputa mercantil con España en Sudamérica, se preparó una fuerza expedicionaria de varios regimientos, incluido el 51º regimiento de Moore. Su superior renunció al empleo para no tener que acudir a la guerra, y Moore compró su comisión, adquiriendo el empleo de teniente-coronel. El regimiento estaba en un estado de orden muy precario, que Moore se esforzó en mejorar, tomando medidas como la prohibición del alcohol, práctica habitual por entonces en el ejército, incluso entre los oficiales.
1792 – Se ordenó al 51º regimiento embarcar hacia Gibraltar, dejando Cork el 14 de marzo, y llegando al Peñón el 25 de marzo. Aparte de realizar las tareas propias de guarnición, Moore obtuvo permiso para visitar Cádiz, Jerez y Sevilla.
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La precipitada retirada de fuerzas británicas de Tolón, en diciembre de 1793. (d) |
1793 – En diciembre, el 51º regimiento fue embarcado en Gibraltar para reforzar la guarnición de Tolón, asediada por los republicanos, pero tras una fallida salida la guarnición embarcó a bordo de los barcos al igual que los realistas que pudieron, y zarparon hacia la bahía de Hieres. La expedición de camino a Tolón se enteró de la noticia y los barcos se juntaron con el resto de la flota en la bahía de Hieres el último día de diciembre. Ante la imposibilidad de seguir la lucha en Tolón, se buscaron otros objetivos cercanos como Córcega, en donde los corsos, por entonces en rebelión contra los ocupantes franceses, y su líder, Pasquale Paoli, había pedido ayuda a los ingleses.
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La expedición a Córcega (e) |
1794 – El 14 de enero una fragata zarpó hacia Córcega, con Moore, Gilbert Elliot, comisionado por la Corona en el Mediterráneo y Koehler, un oficial de artillería, para comprobar la posibilidad de un ataque en la isla e intentar contactar con Paoli. El encuentro con Paoli fue amigable, y el grupo pronto reconoció varios lugares de la isla, junto con 40 guerrilleros y Pozzo de Borgo, amigo de Paoli y rival de los Bonaparte. Moore permaneció algunos días examinando la costa, y se reunió con la flota inglesa, dando su reporte para planear la invasión que, pensaba, habría de iniciarse en la bahía de Martello.
La expedición partió hacia Porto Ferrara para preparar la invasión, y tras los preparativos, llegó al punto de Martello el 7 de febrero. Por la tarde, Moore desembarcó en la isla con 650 soldados, 150 marineros y dos cañones ligeros, pero pronto se dio cuenta que en tres semanas los franceses habían fortificado varias sus posiciones, y que la expedición de iniciar la lucha estaría condenada al fracaso. Por su parte, la flota estaba al alcance de la torre defensiva de Martello y se decidió atacarla y ocuparla, aunque a un gran coste3. Seguidamente, los británicos se dirigieron hacia el Fuerte de la Convención, fuertemente defendido, que fue ocupado tras una cruenta lucha. Viendo esta pérdida, los franceses se retiraron de la ciudad de San Fiorenzo hacia Bastia, hacia donde se encaminó la expedición asaltante. Pero Bastia era una fortificación protegida con poderosos reductos y la misión de conquistarla parecía del todo improbable.
El General Dundas, al mando de las fuerzas del ejército, juzgó imprudente atacarla creyendo más conveniente un bloqueo de la ciudadela, pero el almirante Hood se obstinaba en conquistarla a cualquier precio. Finalmente, tras algunas tensiones entre los altos mandos y alguna dimisión, el 2 de abril la mitad de las tropas de tierra más un cuerpo de tropas de marinería al mando del capitán Nelson4 , desembarcaron en el lado norte de la ciudad, tomaron posición de una colina que artillaron, pero con escaso éxito por la distancia a los reductos. Finalmente, el 23 de mayo, la numerosa guarnición francesa de 6.000 hombres, capituló frente a los británicos, debido a la falta de provisiones5.
Por entonces, a los franceses solo les quedaba la ciudad de Calvi como posesión en la isla. Llegaron refuerzos a Bastia y se formó un cuerpo de tropas ligeras al mando del teniente coronel Moore. El 29 de junio el resto del contingente, unos 2.000 hombres, se dirigió en transportes por mar hacia Calvi. Se inició el asedio y el fuego de las baterías en los reductos. Tras unos días, el 18 de julio parecía que se había abierto una brecha practicable y un grupo de asalto al mando de Moore pudo entrar en la fortificación. Moore fue herido en la cabeza por una esquirla de metralla, pero la ciudad fue rendida y el 2 de agosto se firmó la capitulación. El representante Gilbert Elliot fue nombrado virrey, lo que no satisfizo a los corsos, por su trato hacia Paoli, y aparte de dichas intrigas y la constitución de un parlamento en Corte, Moore se entretuvo recorriendo gran parte de la isla. Pero la relación con el virrey Elliott se fue deteriorando y Moore fue obligado a dejar la isla por desobediencia, paradójicamente al igual que el líder corso Paoli. Creció la insurrección frente a los dictados del virrey y un escaso año después de la salida de Paoli, los franceses volvieron y pudieron reconquistar la isla.
1795 – Moore dejó Bastia el 9 de octubre, llegó a Livorno el día 10 y se dirigió a Florencia donde llegó el 12 de octubre. Se dirigió hacia el norte, viajando por las montañas del Tirol, y embarcando el 20 de noviembre en Cuxhaven hacia Inglaterra, llegando a Londres cinco días después. Moore se entrevistó con el primer ministro Pitt, y pese a las amistades de Gilbert Elliott, se le confirió un nuevo mando como brigadier general en las Indias Occidentales. La brigada a su mando, compuesta mayoritariamente de franceses realistas, se estaba concentrando en la isla de Wight y él se unió a la misma cuatro semanas después.
1796 – El 28 de febrero una flota de guerra y transportes zarpó de Spithead y el 15 de abril parte de la flota con Moore llegó a las Barbados6. Tras algunas incursiones en otras islas, el 22 de abril se decidió desembarcar en Santa Lucía (colonia francesa) una fuerza de 900 hombres al mando del general Campbell, y la unidad al mando de Moore fue la primera en desembarcar. Pero el resto de tropas no pudo seguir y el desembarco no se completó hasta la noche, y Moore condujo a las tropas de noche hacia el interior. Después de algunas escaramuzas, consiguió ganar las alturas de Morne Chabot y la fuerza británica fue ganando progresivamente otros enclaves defensivos, hasta asediar y conquistar la posición de Morne de Chasseau el 24 de mayo, que obligó a los franceses a rendirse. Sir Ralph Abercrombie7, jefe de la expedición, nombró a Moore gobernador de Santa Lucía. A pesar de haber conquistado los puntos de Morne Fortuné y el puerto, los prisioneros franceses escapados, junto con esclavos armados y mulatos (conocidos como brigands), se diseminaban por el resto de la isla, y eran aprovisionados por el comandante francés de la isla de Guadalupe. Moore realizó varias incursiones para atacarlos y destruir sus depósitos de municiones, durante las cuales contrajo la fiebre amarilla, estando convaleciente durante tres semanas.
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La isla de Santa Lucía, con junglas y pantanos infestadas de malaria (f) |
1797 – El 10 de enero embarcó en el buque de Sir Ralph Abercrombie, que decidió que lo relevaría del puesto y le daría otro destino. Durante su ausencia, se produjeron disturbios en la isla y la pérdida de algunos enclaves, que fueron recobrados a la vuelta de Moore. Considerando el declive de su estado de salud, se ordenó su regreso a Inglaterra, desembarcando en Falmouth y llegando en julio a la casa paterna en Londres.
Mientras en Irlanda, los irlandeses entablaron contacto con el gobierno del Directorio para contar con su ayuda armada para una insurrección. Tras algunos intentos de ayuda frustrados (desembarco en la bahía de Bantry a finales del año anterior, o una expedición holandesa en octubre), se decidió que un ejército al mando de Abercrombie, con Moore como general de brigada, acudiera para proteger el territorio. El 2 de diciembre ambos llegaron a Dublín.
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La rebelión irlandesa de 1798 (g) |
1798 – Abercrombie renunció al cargo por desavenencias políticas, y Moore se quedó, fijando sus cuarteles en Bandon. Como en varias partes del país los tumultos y asesinatos de funcionarios públicos aumentaron y el gobierno, en el mes de abril, proclamó que había estallado la rebelión. Se enviaron órdenes a Moore para desarmar a los habitantes cerca de la costa. Se promulgó un bando para que los habitantes entregaran sus armas. Moore exhortó a los habitantes a entregar sus armas, de lo contrario se vería obligado a permitir que las tropas vivieran a su conveniencia en las parroquias. Estas medidas provocaron un gran terror. Pero las tropas fueron retiradas inmediatamente de aquellas parroquias que obedecieron. Así cumplió sus órdenes con tan poca violencia como fue posible, y juntó más de trescientas armas de fuego y alrededor de ochocientas picas.
Pero la agitación no dejaba de crecer y se produjeron levantamientos en varias ciudades en Kildare. La rebelión irlandesa crecía y varios puestos armados ingleses fueron atacados. Moore, a marchas forzadas, llegó a New Ross para ayudar al general Johnstone en su ataque a los rebeldes. Tras varios combates, Moore entró en Wexford, e impidió que la ciudad sucumbiera a un incendio8. Tras las victorias británicas, y el escarmiento de varios de los cabecillas, el conde de (Lord) Cornwallis fue enviado por el ministro británico para pacificar el territorio. Moore fue ascendido a mayor general y el número de tropas a su mando aumentó. De acuerdo con Cornwallis, Moore se preparó para reducir los últimos reductos de resistentes en las montañas de Wicklow, que finalmente logró reducir9, aunque la dureza de la campaña le obligó a guardar reposo durante una semana por la fiebre.
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Batalla de Vinegar Hill, punto culminante de la campaña (h) |
Habían llegado noticias de un desembarco francés en la costa, en Castlebar, se enviaron varios regimientos de milicia escoceses e ingleses en tres brigadas y Moore mandaba la reserva con 3.000 hombres. Tras los rumores más variados, los franceses finalmente sólo habían desembarcado unos 1.100 hombres, y que eran apoyados solo por unos 500 irlandeses. Cornwallis esperó que todos los regimientos se concentraran y se ordenó a Moore asaltar Castlebar con la reserva. Pero los franceses se habían dirigido hacia el norte, hacia Sligo, alcanzaron Coloony y derrotaron a la milicia de Limerick. Finalmente el contingente franco-irlandés fue derrotado, y a pesar de otro intento de desembarco, la rebelión fue sofocada y el líder irlandés Wolfe Tone, capturado.
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Acciones en el norte de Holanda (i) |
1799 – Moore volvió a Inglaterra, donde pudo visitar a su familia y se le otorgó el mando de una brigada de tropas acampada en la costa de Hampshire. Para entrenar a sus bisoñas tropas, las llevó a recorrer la costa, acampando al raso cada noche, en vez de acuartelarse en ciudades. Su nuevo destino serían los Países Bajos: el 21 de agosto la flota británica zarpó de Ramsgate y el 27, las tropas al mando de Sir Ralph Abercrombie desembarcaron en Texel, cerca del puerto donde se encontraba la flota holandesa, a la que se conminó a rendirse. Moore desembarcó con 300 hombres de varios regimientos, rechazó a los piquetes enemigos y cuando desembarcó el resto de la brigada, llegó a los reductos defensivos de Helder. La ciudad se rindió y la flota holandesa, que había zarpado apresuradamente, fue alcanzada por la flota británica y obligada a rendirse.
Mientras, las tropas franco-holandesas en Alkmaar se estimaban del orden de 13.000 hombres. El 9 de septiembre, un ataque de las tropas defensoras fue rechazado. Al comienzo de esta acción, un disparo rozó, la mano del general Moore, y golpeó su catalejo; la montura de latón hizo girar la bala, que de otro modo habría atravesado su cuerpo. Esa noche el joven duque de York desembarcó en Helder para asumir el mando, en lugar de Abercrombie; y en los dos días siguientes, los refuerzos rusos y británicos desembarcaron, aumentando el ejército a 34.000 hombres. Resuelto a un ataque general, el duque ordenó que Abercrombie marchara hacia la ciudad de Hoorn10, mientras que los piquetes de Moore se encontraban cerca de los del enemigo, estando su brigada flanqueada por la lengua de mar de Zuyder Zee. Pero el flanco ruso fue derrotado, y se ordenó al resto de tropas acudir en su ayuda. El frente se estabilizó, pero se asignó que en adelante la columna de Abercrombie realizara el principal ataque.
Hasta el 2 de octubre no se formalizó el nuevo ataque, con los rusos esta vez en el centro. Moore avanzó combatiendo hasta la villa de Egmont op Zee, cuando los defensores le atacaron en gran número y con sus tropas cansadas por los innumerables combates. Vio a sus hombres caer rápidamente a su alrededor y a punto de ceder, cuando fue alcanzado por una bala, que entró en la mejilla, y salió por detrás de la oreja. Sus hombres le recogieron del suelo, cuando tropas de los Gordon Highlanders acudían en su ayuda. El ataque fue rechazado y las tropas ruso-británicas entraron en Berghen y Alkmaar. Moore fue enviado a la retaguardia, a 10 millas de distancia. Cuando estuvo recuperado, fue enviado a Helder y embarcó hacia Inglaterra. Como recompensa por sus servicios en Holanda, el rey le nombró coronel del 52º regimiento, acuartelado en Chelmsford.
1800 – Los franceses estaban acorralados en el este de Italia y los ingleses queriendo favorecer este frente, quisieron enviar tropas11 a este escenario. En consecuencia, Sir Ralph Abercrombie embarcó 4.000 hombres en Malta y Menorca, y navegó hacia Génova. Pero antes de que pudiera llegar a su destino, el ejército austríaco fue derrotado en Marengo. Al enterarse Sir Ralph cambió su rumbo hacia Livorno, donde se había reunido la flota británica. Sin llegar a ningún compromiso entre los generales ingleses, Moore volvió con las tropas a Menorca, donde se ocupó en entrenar los sucesivos regimientos que llegaban de reemplazo.
Finalmente se acordó atacar la flota española en Cádiz -por entonces asolada por una plaga- y destruir sus arsenales. El 6 de octubre, Moore con 3.000 hombres se encontraban embarcados para efectuar el primer ataque. Pero éste finalmente no se produjo, por una mala coordinación en las operaciones de desembarco y el fuerte viento reinante, que ponían el desembarco y a la propia flota en peligro. Finalmente la flota se retiró de las costas españolas: una parte del contingente (6 batallones) fue enviado a Lisboa y el resto zarpó hacia Gibraltar y posteriormente fue enviado a Egipto, donde aún estaba ocupado por tropas francesas. A finales de otoño, el mayor general Moore llegó a Menorca con la primera división de tropas y tras una corta estancia, el contingente zarpó hacia Malta.
FIN 1ª PARTE
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1“You may enjoy all the pleasure that a mother ought to feel in the certitude of having a most promising son. Jack is really a pretty youth; his face is of a manly beauty, his person is strong, and his figure very elegant. He dances, fences, and rides with uncommon address. His mind begins to expand, and he shows a great deal of vivacity, tempered with good sense and benevolence. He is of a daring and intrepid temper, and of an obliging disposition. He draws tolerably; he speaks, reads, and writes French admirably well. He has a very good notion of geography, arithmetic and the easier parts of practical geometry. He is often operating in the fields, and in forms me how he would attack Geneva, and shows me the weak part of the fortification. The duke and every body are fond of him; and he is distractedly fond of his mother and sister, and never tires talking of his brothers.” (Carta del Dr. Moore a su esposa en septiembre de 1774).
2Su viejo amigo, el duque de Hamilton, levantó un regimiento y buscó la oportunidad de que su joven amigo alcanzara el empleo de teniente y también fuera nombrado pagador. El mando del regimiento de Hamilton fue entregado al general de brigada MacLean, que durante algunos años había tenido un alto empleo en el ejército portugués. Tan pronto como se pudieron levantar seis compañías y ser entrenadas, fueron embarcadas para Halifax, en Nueva Escocia, pero el duque de Hamilton no los acompañó, ya que se casó y renunció a la comisión.
3El almirante Lord Hood, concibiendo que pronto podría ser silenciada, ordenó que un buque de guerra y una fragata la atacaran. Estos barcos anclaron cerca y cañonearon a quemarropa la torre; pero las paredes de piedra siendo circulares y de gran espesor, desviaron las balas; mientras que los dos cañones de la torre barrían las cubiertas de los barcos de guerra y causaron terribles estragos. El último disparo con munición candentes prendió fuego al buque de guerra, y los dos barcos huyeron para escapar a la posible explosión. Como no se podía hacer nada contra esta torre por mar, se instaló una batería terrestre, pero siendo los cañones de seis libras, dispararon sin efecto. Entonces se desplazó un cañón de dieciocho libras del Victoria, que golpeara las murallas, y la infantería disparase continuamente contra las troneras. La guarnición, que constaba sólo de un guardiamarina y 36 hombres, finalmente se rindió, habiendo resistido una semana, lo que contribuyó posteriormente a que este modelo de torre defensiva fuera adoptado luego en Inglaterra, para defender la costa en una hipotética invasión francesa de las Islas.
4Futuro Lord Nelson.
5Unos días después de esto, Moore conoció al general Gentile, comandante de la plaza, a quien le preguntó el porqué, con su numerosa guarnición, nunca había hecho una sola salida. Éste respondió: \»Porque ninguna salida podría traernos pan\».
6Habían estallado varias revueltas de esclavos y caribeños en la parte francesa de Santo Domingo, Santa Lucía, y los esclavos de las otras colonias se alzaron en armas. El movimiento se extendió a las islas británicas, como Jamaica, San Vicente y Granada.
7Moore escribía: “Sir Ralph is very short-sighted; without a glass he sees nothing, but with one he observes ground quick and well. He has the real eagemess of youth, and for his age has much activity of body and mind.”
8“This conduct of General Moore was duly appreciated by the Commander-in-chief, who stated in his despatches,“That General Moore, with his usual enterprise and activity, pushed on to this town (Wexford), and entered it so opportunely, as to prevent it from being laid in ashes, and the massacre of the remaining prisoners, which the rebels declared their resolution of carrying into effect the next day”-London Gazette Extraordinary, June 26, 1798.
9Para ocupar un territorio más amplio, Moore dividió sus tropas en cuatro partidas: los comandantes de cada una recibieron órdenes de mantener a medida que avanzaban, una comunicación regular unos con otros, para preservar una estricta disciplina, y para evitar que los soldados lastimasen a los habitantes desarmados, que debían ser tratados pacíficamente. Luego avanzó contra los rebeldes, que estaban activos y vigilantes. Estos raramente intentaban una resistencia abierta, disparaban a cubierto y se evadían de colina en colina, de fortaleza en fortaleza, y escapando a través de los pantanos por senderos estrechos, conocido sólo por ellos. La persecución fue convertida en un gran acoso por las continuas lluvias; y Moore, así como los soldados, durmieron el suelo sin siquiera una tienda. No dio tregua a los rebeldes; ocupó los pueblos y cañadas donde podían conseguir comida, los acosó dondequiera que se reunieran, los cazó en sus reductos ocultos, y los mantuvo continuamente en alerta. Este incesante ritmo se volvió insoportable, algunos arrojaron sus armas y se dispersaron; pero el mayor número se sometió y en tres semanas el país se pacificó y los habitantes volvieron a su trabajo.
10Los rusos conformaban el ala derecha y realizarían el ataque principal. Las columnas centrales eran dirigidas por el general Dundas, y el ala izquierda por Sir James Pulteney.
11A principios de la primavera, Sir Charles Stuart había ideado un plan -aprobado por el Ministro de Guerra- para cooperar con los austríacos que casi habían expulsado a los franceses de Italia. 15.000 hombres iban a embarcar desde Inglaterra; 5.000 más iban a ser sacados de las guarniciones en el Mediterráneo, y enviados para ocupar los Alpes marítimos. Se pretendía cerrar la comunicación entre Francia e Italia, y formar una poderosa diversión a favor de Austria; y también se esperaba que los realistas del sur de Francia sería alentados por esta fuerza para levantarse en rebelión contra Bonaparte.
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Fuentes:
1) – \»The life of Lieutenant-General Sir John Moore, K.B\» (2 vols.) – James Carrick Moore – London, 1834
2) – \»The diary of Sir John Moore (2 vols.)\» – MG Sir J.F. Maurice, K.C.B.- London, 1904
3) – \»Sir John Moore and the Universal Soldier\» (Vol. 1) – Stephen Summerfield y Susan Law, Ken Trotman Publishing, 2016
4) – \»Moore of Corunna\» – Roger Parkinson, Hart-Davis MacGibbon, 1976
5) – https://es.wikipedia.org/wiki/Jard%C3%ADn_de_San_Carlos_(La_Coru%C3%B1a)
Imágenes:
a) – https://www.npg.org.uk/collections/search/portrait/mw66117/Sir-John-Moore