Una ruta por los Sitios. Zaragoza 1808-1809 (y II)

Tiempo de lectura: 20 minutos

Esta semana os traemos la segunda y última parte del recorrido que nuestro perruno e incansable corresponsal Byron realizó por la Muy Noble y Muy Heroica ciudad de Zaragoza, la Zaragoza de los Sitios de 1808 y 1809 en marzo del año pasado, aprovechando asimismo la visita que hicimos a sus jornadas de Recreación histórica en marzo del año pasado y aprovechando también que esta semana se cumplen 214 años de la rendición de la ciudad ante las tropas imperiales francesas y aliadas, tras un cruentísimo y prolongado asedio.

En 1874, Benito Pérez Galdós ya reflejaba con su oficio habitual en «Zaragoza», uno de sus primeros Episodios Nacionales, el estertor de la moribunda ciudad:

«Ya las campanas no tocaban a alarma, porque no había campaneros: ya no se oían pregones, porque no se publicaban proclamas; ya no se decía misa, porque faltaban sacerdotes; ya no se cantaba la jota, y las voces iban expirando en las gargantas a medida que iba muriendo gente. De hora en hora el fúnebre silencio iba conquistando la ciudad. Sólo hablaba el cañón, y las avanzadas de las dos naciones no se entretenían diciéndose insultos. Más que de rabia, las almas empezaban a llenarse de tristeza, y la ciudad moribunda se batía en silencio para que ni un átomo de fuerza se le perdiera en voces importunas.

La necesidad de la rendición era una idea general; pero nadie la manifestaba, guardándola en el fondo de su conciencia, como se guarda la idea de la culpa que se va a cometer. ¡Rendirse! Esto parecía una imposibilidad, una obra difícil, y perecer era más fácil.»

«Siege de Saragosse du 25 Janvier j’usqu’au 19 Février 1809», grabado, dibujo de Johann Moritz Rugendas y grabado de Kopfer. (b)

UN RECORRIDO POR LA ZARAGOZA DE LOS SITIOS – SEGUNDA PARTE

CASA NATAL DE PALAFOX
En el siglo XVII compraron la casa los marqueses de Lazán para utilizarla como casa familiar. Allí nació José de Palafox en 1775, Con el tiempo, el caserón fue Capitanía General de Aragón. En 1890 era propiedad de los condes de Bureta, que cedieron el edificio a las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul.

EL GENERAL PALAFOX
(Zaragoza, 1775-Madrid, 1847). El pueblo zaragozano puso a prueba a las entonces invencibles tropas napoleónicas durante la Guerra de Independencia en los asedios que sufrió la ciudad en 1808 y 1809. Los hombres y mujeres que la defendieron entraron en el relato histórico para siempre. Uno de ellos fue José de Palafox y Melci. Nacido en Zaragoza en 1775, fue educado en las Escuelas Pías por el padre Basilio Boggiero. Sus paisanos lo pusieron al frente de la sublevación y fue proclamado capitán general el 27 de mayo de 1808, tomando a su mando la defensa de Aragón y de la ciudad durante los dos asedios.

Panel informativo Los Sitios de Zaragoza 1808 1809
Retrato del Excmo. Sr. D. José Rebolledo de Palafox y Melci (1776-1847) . Marcelino de Unceta y López, 1874

Es ya célebre su frase “Guerra y cuchillo”, negativa con la que respondió a los emisarios franceses que le instaban a la rendición. Después de dos meses de resistencia y encarnizadas batallas, con una población diezmada por la epidemia de tifus, del que Palafox también enfermó, cederá sus poderes a una Junta que, tras analizar la situación, capituló ante el ejército francés el 20 de febrero de 1809.

Prisionero en Francia hasta 1814, cuando regresó a España, después de ser de nuevo nombrado capitán general del Aragón, declinó al poco tiempo el cargo en su hermano el marqués de Lazán, se fue a Madrid para no regresar a Zaragoza hasta muchos años después de su muerte, ocurrida en 1847. Sus restos descansan en la cripta de la Basílica del Pilar.


PLAZA DE LA MAGDALENA
El barrio de la Magdalena se extiende en el extremo oriental de la calle Mayor, siguiendo la traza del decumano romano. La iglesia parroquial es conocida desde 1126 aunque sea de estilo mudéjar, sufrió importantes reformas en época barroca. A partir del s. XIII se establecieron en este entorno instituciones docentes, que dieron lugar a la creación, por privilegio real, de la Universidad de Zaragoza en 1583. Se instalaron casas de estudiantes, colegios y el propio edificio de la Universidad levantado por el patrocinio de Pedro Cerbuna y con el apoyo del Arzobispado y el Concejo municipal. Destruido parcialmente durante los Sitios de 1808, fue reformado, hasta su definitiva remodelación en 1913.

Iglesia de la Magdalena, en la plaza del mismo nombre.
El Excmo. S.D. José Rebolledo de Palafox y Melci. (José Pasqual de Quinto y de los Ríos. Los Sitios de zaragoza. 1808-1809)


PLAZA DE SAN MIGUEL

En la lucha que Zaragoza sostuvo contra las tropas francesas durante la Guerra de Independencia, el barrio de San Miguel desempeñó un papel destacado.

La parroquia de San Miguel se situaba en la época de los Sitios inmediata a una de las puertas de la ciudad, la llamada puerta Quemada. Por ella entraron los franceses durante el primer asedio, librándose encarnizadas luchas casa por casa. El barrio quedó prácticamente deshabitado, incluso la imagen de su popular Cristo se trasladó a la cercana iglesia de la Magdalena para protegerlo. Durante el segundo asedio se colocaron dentro de la iglesia dos cañones con dirección al puente de San José sobre el rio Huerva para defender esta entrada de la ciudad.

En la plaza de San Miguel se situó también la puerta del Duque de la Victoria. Era en realidad un arco triunfal para conmemorar la visita del general Espartero a la ciudad. Fue demolida en el año 1919 y hoy queda un mural pintado en un edificio cercano como recuerdo.

Iglesia de San Miguel y Puerta del Duque. Fototipia Castañeira y Álvarez. Madrid. Archivo Municipal de Zaragoza.
Vista del convento de Carmelitas Descalzos de San José en el año 1806, tomada desde la ribera izquierda del río Huerva en las proximidades del ábside de la parroquia de San Miguel de los Navarros (Dibujada por Luis Lejeune y grabada por Perdoux para el Viaje por España)

LA CAMPANA DE LOS PERDIDOS

La espléndida torre mudéjar de la iglesia de San Miguel albergó una campana llamada de los Perdidos, que desde el siglo XVI tocaba treinta y tres toques al anochecer con el fin de guiar a los que se encontraban en los campos extramuros, pues era frecuente que la gente no encontrara el camino de vuelta a la ciudad por las nieblas y la falta de iluminación. A principios del siglo XVI, el clero de San Miguel decidió colocar una gran lámpara en lo alto del campanario para que, ayudada por espejos, hiciera como un faro cuya luz sirviera de punto de referencia en el campo. Pero durante una tormenta, el cierzo atacó el faro en 1556.

Iglesia de San Miguel de los Navarros, con su torre mudéjar. Desde el s. XVI albergaba una campana llamada de los Perdidos, que tocaba treinta y tres toques al anochecer, con el fin de guiar a los que se encontraban en los campos extramuros, pues era frecuente que la gente no encontrara el camino de vuelta a la ciudad por las nieblas y la falta de iluminación.

CALLE DEL HEROISMO
Contigua a la plaza de San Miguel se encuentra la calle del Heroísmo donde se produjeron luchas cuerpo a cuerpo entre sitiadores y sitiados. Antes de los Sitios se llamaba calle Quemada por ser el lugar de reunión del gremio de carboneros, que ennegrecían con sus braseros encendidos las paredes vecinas.

Al final de la calle se situaba una de las puertas de la ciudad, la puerta Quemada. Esta calle cambió de nombre tras los asedios por Heroísmo, recordando la resistencia de los defensores zaragozanos.

Calle del Doctor Alejandro Palomar, con el Coso al fondo de la foto.
Calle del Heroísmo.
Placa en la casa llamada de Los sitios en la calle del Doctor Alejandro Palomar, núm.16.

EL REDUCTO DEL PILAR
Una vez concluido el primer Sitio, el coronel de Ingenieros Antonio Sangenís y Torres diseñó las nuevas obras defensivas. Como obras exteriores fortificadas se utilizaron el castillo de La Alfajería y el convento de San José, y se construyó una cabeza de puente en el río Huerva, cerca de Santa Engracia, denominado Reducto del Pilar, y otro en las Tenerías.

Superior: El coronel de Ingenieros Antonio Sangenís y Torres. Derecha: Proclama de 27 de mayo de 1808, estableciendo el estado militar en la ciudad y organizando compañías.

EL PASEO DE LAS DAMAS
Los franceses ajardinaron esta zona y se le dio el nombre de paseo de las Damas por frecuentarla las mujeres de los oficiales franceses. Un nombre que no ha cambiado en la actualidad.

Cien años después de los Sitios, en enero de 1909, se inauguró en esta glorieta un obelisco conmemorativo, obra de Ricardo Magdalena, en homenaje a los defensores del reducto del Pilar. Posteriormente sería sustituido por el actual grupo escultórico del arquitecto, escultor y pintor español Federico Amutio.

El monumento a los defensores del reducto del Pilar, en la confluencia del Paseo de las Damas y el Paseo de Sagasta. La escultura de bronce del escultor Federico Amutio, titulada «Por la Patria, 1808.»

POR LA PATRIA
El invencible ejército napoleónico había sido incapaz de ocupar Zaragoza durante el primer Sitio. La experiencia del asedio reveló que la zona de Santa Engracia, y sus proximidades, era una de las más débiles, por lo que se fortaleció la defensa de cara a un previsible segundo ataque.
Palafox encomendó al coronel de Ingenieros Antonio Sangenís y Torres que perfeccionase las defensas de Zaragoza, una ciudad llana y carente de fortificaciones naturales, consiguiendo significativas obras de campaña.

El perímetro defensivo de loa ciudad se cerró con una nueva línea de murallas; el Arrabal se fortificó, se patrullaba el Ebro con cañoneras y dos fortificaciones exteriores protegían los puentes sobre el río Huerva, el convento de San José y el reducto del Pilar.


¡ZARAGOZA RESISTE!
El reducto del Pilar era un fuerte construido en la actual Glorieta de Sasera, con la finalidad de cruzar fuego contra la infantería francesa, evitando que se aproximaran a la muralla de la ciudad por esta zona. Era una obra de campaña cerrada y protegida por un gran foso excavado , que terminaba por ambos lados en el río Huerva y estaba unido por trincheras con Santa Engracia.

Defendido por unos 400 hombres y 8 piezas de artillería, en su puerta rezaba un letrero: “Reducto de la Virgen del Pilar, inconquistable por tan sagrado nombre. ¡Zaragozanos, venced o morid por la Virgen del Pilar!”

Tras varias semanas de asedio, con la fortaleza totalmente destruida el coronel Domigo Larripa ordenó la retirada, dejando como obsequio una trampa explosiva y destruyendo la pasarela del Huerva.

La Basílica de Santa Engracia a la izquierda, entre los siglos XVI y XIX, con su portada renacentista. El monasterio fue volado por las tropas francesas la noche del 13 al 14 de agosto de 1808, durante la retirada del primer Sitio. La portada sufrió grandes daños y el resto del edificio fue reducido a ruinas.
En el centro de la plaza de Los Sitios se erige el monumento a los Sitios de Zaragoza realizado en 1908 por Agustín Querol.
Antigua escuela de Artes Aplicadas, en la Plaza de Los Sitios.
Plaza conmemorativa con los nombres de algunos de los defensores de la ciudad.


SEMINARIO DE SAN CARLOS
El conjunto del Real Seminario de San Carlos se empezó a levantar, por orden de la Compañía de Jesús, bajo el nombre de iglesia de la Inmaculada y el Padre Eterno, en el siglo XVI sobre los terrenos de la antigua sinagoga del barrio judío.

A mediados del siglo XVIII, tras la expulsión de los jesuitas, la iglesia adoptó su actual nombre en honor al rey Carlos III. Por aquí pasaron jesuitas tan ilustres como Baltasar Gracián, uno de los escritores más importantes del Barroco español, que dio clase en sus aulas y escribió aquí algunas de sus obras; o San José de Pignatelli, que fue uno de los principales artífices de la restauración de los jesuitas después de su desaparición.

Ruinas del seminario. «Vistas por la noche quando los patriotas que no podian asistir a la defensa de las puertas, a la luz de sus linternas y de los incendios, causados por las bombas, buscaban entre los escombros a los muertos para darles sepultura» (c)


A principios del siglo XVIII, se redecoró la iglesia con una estética barroca muy cercana al gusto del rococó. El 27 de junio de 1808, durante el primer asedio de los franceses a la ciudad de Zaragoza, se produjo una gran explosión en el polvorín general de la ciudad ubicado en este edificio, actual Seminario de San Carlos. Sorprendentemente, a pesar de la voladura del polvorín en junio de 1808, que se llevó por delante del edificio, la decoración se ha conservado íntegramente.


EL POLVORIN DE LA CIUDAD EN LOS SITIOS DE ZARAGOZA
Un carretero que abastecía de munición a sectores cercanos, dejó caer fortuitamente una chispa de su cigarro provocando la explosión.

La gran cantidad de pólvora que aquí se almacenaba tuvo consecuencias desastrosas materialmente, destruyendo el estallido parte del barrio de la Magdalena. El hundimiento del edificio y de las casas colindantes, el horror por el elevado número de víctimas y el asalto de los franceses aprovechando el caos producido, pusieron a la ciudad al borde del colapso.

Como consecuencia y medida protectora, en los preparativos para el segundo asedio de 1809, una de las primeras previsiones del mando fue la de diversificar la munición en pequeños almacenes repartidos en diferentes puntos de la ciudad.

“El día 27 de junio, a las tres de la tarde, temblaron todos los edificios y creyeron los habitantes que iban a ser sepultados en sus ruinas. Ni el trueno más estrepitoso, ni el ruido de cien cañones disparados a la par es comparable con el que se percibió. El estremecimiento fue universal, llenóse todo de un humo denso que oscureció la atmósfera; las gentes salieron de sus casas llenas de pavor y, sin poder romper el llanto, pálidos y confusos, no sabían a donde dirigirse” (Agustín Alcalde Ibieca, 1830).

Una de las fachadas de la iglesia de San Carlos, que muestra los
impactos de bala de la época de los Sitios.
Superior: Fachada posterior del Seminario de San Carlos. Derecha: «Defensa heroica de Zaragoza. Ilustración e Arturo Mélida, para la edición Episodio Nacional, Zaragoza, de Pérez Galdós, publicado en 1882.


LA PÓLVORA DE VILLAFELICHE
La localidad de Villafeliche, en la ribera baja del río Jiloca, a unos 90 kilómetros de Zaragoza, tuvo un importante papel en la defensa de la ciudad. La producción de pólvora de sus molinos permitió mantener el suministro a los defensores, incluso con la voladura del polvorín principal.

Molino de Villafeliche, donde se producía la pólvora.

Fuentes:

1 – «Le siège de Saragosse 1808 – 1809» – Colonel (h) Jean-Louis TRAVERS, 2017

2 – Paneles informativos Ruta los Sitios de Zaragoza 1808-1809

3 – https://www.youtube.com/watch?v=KZe5jm0RV1M&ab_channel=Mimuseoymibiblioteca-JUANCARLOSMENARAMIREZ

4 – https://es.wikipedia.org/wiki/Bas%C3%ADlica_de_Santa_Engracia_(Zaragoza)

5 – «Zaragoza» – Benito Pérez Galdós, Episodios Nacionales (Primera Serie), Marzo-Abril de 1874

Imágenes:

a – https://palauantiguitats.com/wp-content/uploads/2017/03/G00451.jpg / «Alarma en la Torre del Pino», Fernando Bambrila y Juan Gálvez, 1812

b – https://palauantiguitats.com/grabado/siege-de-saragosse-du-25-janvier-jusquau-19-fevrier-1809/

c – https://palauantiguitats.com/wp-content/uploads/2017/03/G00457.jpg

d – fotografías del autor.

e – Paneles informativos Ruta los Sitios de Zaragoza 1808-1809

Una ruta por los Sitios. Zaragoza 1808-1809 (I)

Tiempo de lectura: 20 minutos

Esta semana os damos cuenta del recorrido que nuestro perruno e incansable corresponsal Byron realizó por la Muy Noble y Muy Heroica ciudad de Zaragoza, la Zaragoza de los Sitios de 1808 y 1809 en marzo del año pasado, aprovechando asimismo la visita que hicimos a sus jornadas de Recreación histórica y aprovechando también que hoy mismo se cumplen 214 años de la rendición de la ciudad ante las tropas imperiales francesas y aliadas, tras un cruentísimo y prolongado asedio recogido por el Jefe de batallón de ingenieros francés, Jacques-Vital Belmas (1792-1864), en su magna obra «Journaux des Siéges faits ou soutenus par les français dans la péninsule, de 1807 a 1814«, publicada entre 1836 y 1837:

«Al día siguiente, 21 de febrero al mediodía, la guarnición salió por la puerta del Portillo. Por ella pasaron junto al mariscal Lannes y depusieron las armas al pie del castillo. Treinta y un mil hombres de que se componía al principio del sitio, no pasaba de ocho mil doscientos. Estos desafortunados eran dolorosos de ver. Todavía recogimos un número bastante grande de soldados, que se habían escondido en las casas; y, añadiéndolos a los que habían sido apresados ​​en el suburbio, el número de prisioneros ascendía a doce mil. El resto de la guarnición estaba en el hospitales o había perecido por el hierro y la enfermedad… Así cayó Zaragoza, tras el asedio de cincuenta y dos días de excavación de trincheras, de los cuales veintinueve se habían empleado en obtener el dominio del recinto, y veintitrés para andar de casa en casa.«

«Journaux des sièges faits et soutenus…» de J. Belmas, citado por el coronel (h) Jean-Louis Travers. [1]
«Les défenseurs de Saragosse» (1893), obra del pintor Maurice Henry Orange, causó una gran impresión en el Salón de Artistas de Paris de ese mismo año, presentando una imagen digna y orgullosa de los defensores de Zaragoza que desfilan ante sus vencedores formados presentando armas, una imagen innovadora por parte de un pintor francés lo que generó comentarios elogiosos y le valió a su autor una medalla de segunda clase en el prestigioso certamen.

UN RECORRIDO POR LA ZARAGOZA DE LOS SITIOS – PRIMERA PARTE

La Puerta del Carmen en una postal antigua datada en 1904 (a)

PUERTA DEL CARMEN
Es una de las históricas puertas de entrada de la ciudad de Zaragoza. Fue construida por el arquitecto Agustín Sanz en 1792. Su estructura, a modo de arco triunfal romano, sufrió una intensa actividad bélica durante los Sitios de Zaragoza, en la Guerra de la Independencia.

La batalla de las Eras, el 15 de junio de 1808, tuvo lugar en el explanada que ocupa la antigua estación de ferrocarril y anexos, desde el Portillo hasta el Paseo de Teruel. El resultado de la acción fue la pérdida por parte francesa de varios cientos de vidas. La Puerta del Carmen fue rebasada otras dos veces, obligándose a los defensores a recuperarla.

«La batalla de las Eras». Grabado de Fernando Brambila, a partir de un dibujo de Juan Gálvez (1812). «En la qual los Franceses intentando forzar el punto de Buena Vista y penetrar en Zaragoza, fueron rechazados gloriosamente por los Aragoneses y forzados á situarse fuera del tiro de cañón de la Ciudad_Este combate se dió en 15 de junio de 1808._» (b)
La Puerta del Carmen por su fachada principal por donde discurre la N-330.

EL SIMBOLO DE LOS SITIOS
Durante los preparativos del primer Sitio y ante la ausencia todavía de tropas en la ciudad se formaron compañías de voluntarios que, ante una simbólica bandera, juraron defender su patria ante la puerta del Carmen.

En el primer Sitio sufrirá varios ataques , pues en tres ocasiones el ejército francés intentó entrar en la ciudad por ese punto. El 15 de junio, en la llamada batalla de las Eras; el 2 de julio cuando los franceses penetraron por esta puerta hacia el Portillo; y el 4 de agosto, cuando los franceses eligieron de nuevo la puerta del Carmen para entrar en la ciudad, pero fueron detenidos, recuperando la puerta una vez más los defensores. En los muros de la puerta se pueden ver todavía los numerosos impactos de artillería que sufrió durante los enfrentamientos. Por un lado, algunos orificios de bala de fusil y numerosas señales de cañones franceses; por el otro, el que miraba al interior de la ciudad, solo señales de fusiles aragoneses.

La Puerta del Carmen por su fachada posterior, punto de partida (o final) de la Avenida de César Augusto.

MARÍA AGUSTÍN LINARES
(Zaragoza, 1786-1831). De la parroquia de San Pablo, hija de Antonio, natural de Bádenas, y de Catalina Linares, natural de Rueda de Jalón. Contrajo matrimonio con Pedro Roncal el 12 de mayo de 1805. Destacó en la defensa en los dos Sitios. Durante el primero, participó activamente abasteciendo de munición, comida y bebida a los defensores en los puestos de combate. Y será cumpliendo estas tareas cuando, al traspasar la puerta del Carmen hacia el actual paseo de María Agustín, que lleva su nombre como homenaje, recibió una herida en el cuello, que la dejó inútil del brazo izquierdo de por vida. Se le concedió una pensión vitalicia y un escudo de defensor de la patria. Murió el 22 de noviembre de 1831, completamente olvidada.

María Agustín Linares, grabado de época. (c)
Plaza de Miguel Salamero, en obras en el momento de la visita. Recibe su nombre de Miguel Salamero, defensor de la huerta y el Convento de Santa Fe en los Sitios de Zaragoza y vecino del barrio de San Pablo.
El Palacio de los Condes de Morata o de los Luna, Sede del Tribunal Superior de Justicia de Aragón, de estilo renacentista (s. XVI). En su fachada, una placa en recuerdo a Pedro Mª Ric y Montserrat, Regente de la Real Audiencia de Aragón y Presidente de la Junta Suprema en febrero de 1809.

SAN JUAN DE LOS PANETES
La inclinada torre de la iglesia de San Juan de los Panetes, del siglo XVI, sirvió durante el primer asedio, según los relatos de mosén Ramón Cadena, de atalaya espía para un vigía francés, que dirigía desde lo alto las baterías francesas de la zona hasta que fue descubierto.

San Juan de los Panetes tiene una torre octogonal hecha con ladrillo, con una ligera inclinación hacia la Plaza del Pilar. La torre fue edificada en el siglo XVI, siendo uno de los primeros elementos en construirse. Su influencia es principalmente mudéjar aragonés con un toque renacentista.

San Juan de los Panetes, con su torre octogonal confeccionada en ladrillo, con una ligera inclinación hacia la Plaza del Pilar. La torre fue edificada en el siglo XVI, siendo uno de los primeros elementos en construirse.

PINTURA DE LA HISTORIA
Entre las obras artísticas que ilustran los episodios de los asedios de Zaragoza por los franceses destaca ésta, de Federico Jiménez Nicanor, que narra el episodio en que los defensores, situados entre la iglesia de San Juan de los Panetes y el Pilar, ondean la bandera negra con el lema “El Pilar no se rinde” ante las invitaciones de los franceses para que abandonaran la lucha. El cuadro se guarda en El Prado y fue adquirido en 1887, En la Exposición Aragonesa de 1886 obtuvo medalla de segunda clase. Como ilustrador colaboró en varias publicaciones madrileñas, especialmente en el periódico Globo.

«Episodio de la defensa de Zaragoza frente a los franceses (El Pilar no se rinde)» (1885), óleo sobre tela, 243 x 320 cm (d)

DEPÓSITO DE PÓLVORA EN LOS SITIOS DE ZARAGOZA
En su sótano se albergó uno de los pequeños polvorines entre los que se diversificó la reserva de maestranza, para evitar otro desastre como el ocurrido el 27 de junio de 1808, al estallar el gran depósito almacenado en el Seminario de San Carlos debido a una chispa de cigarro, volando por los aires el edificio y sus alrededores, lo que supuso una verdadera tragedia para la ciudad.
El origen de esta iglesia se remonta a los siglos XI y XII, una iglesia medieval que se derribó para construir una nueva en 1725. Su nombre proviene que aquí se repartían panecillos para los pobres.

«Ruinas del Seminario, causadas por la explosión del 27 de junio de 1808» – Grabado de Fernando Brambila, a partir de un dibujo de Juan Gálvez. Perteneciente a la serie denominada Ruinas de Zaragoza, que consta de 36 estampas, divididas en tres series de doce estampas. La primera muestra los retratos de los más distinguidos defensores de la ciudad durante la Guerra de la Independencia; la segunda, vistas generales de las ruinas; y la última, acontecimientos bélicos. Fue editada en Cádiz el 1812. (e)

PUENTE DE PIEDRA
El puente de piedra de Zaragoza se construyó en el siglo XV, en el mismo lugar que ocupara el antiguo puente romano. El puente actual es de estilo gótico, y es el más antiguo que se conserva sobre el rio Ebro.

El puente más emblemático de la ciudad ha experimentado numerosos avatares a lo largo de su historia. Durante los asedios que sufrió Zaragoza por los ejércitos napoleónicos durante la Guerra de Independencia fue también escenario de múltiples combates y feroces sucesos.

El Puente de Piedra de Zaragoza, bañado por las aguas del Ebro, configurado con 7 pilares de sillería, y tiene aproximadamente unos 225 metros de longitud.

EL PUENTE EN LOS SITIOS
Durante el primer asedio de 1808, el teniente Luciano de Tornos logró frenar en el puente la estampida popular que huía hacia el Arrabal de la ciudad producida tras una dura ofensiva francesa el 4 de agosto. Tornos, amenazándolos con un cañón desde el convento de San Lázaro, logró que volvieran a la ciudad a combatir.
El puente era la única conexión entre la ciudad y el Rabal. Si este caía, el puente sería ocupado por el enemigo quedando la ciudad desprotegida. Y así sucedió durante el segundo Sitio, cuando el 18 de febrero de 1809 las baterías francesas arrasaban el convento de San Lázaro y batían el puente para impedir cualquier ayuda de la ciudad. Zaragoza capitularía tres días más tarde.
Muy cerca del puente de Piedra se encuentra la arboleda de Macanaz, un lugar de paseo y recreo para los zaragozanos desde hace siglos y donde, en 1809, tras los asedios, fueron enterrados en una fosa común los restos de miles de defensores.

CRUZ CONMEMORATIVA
Una estela coronada con una cruz de piedra colocada en la arcada del puente de Piedra, indica el lugar donde los sacerdotes y consejeros de Palafox, Basilio Boggiero y Santiago Sas, fueron asesinados y arrojados al Ebro por los franceses cuando la ciudad ya había capitulado, incumpliendo los acuerdos de dicha capitulación.
El monumento también recuerda al barón de Warsage, encargado de la defensa del Arrabal durante el segundo Sitio y herido de muerte por una bala de cañón francesa el 18 de febrero de 1809, cuando intentaba llegar al Arrabal para tomar el mando de su defensa

EL RIO EBRO EN LOS SITIOS
EL rio Ebro jugó también un papel destacado en la defensa de la ciudad. Además de destacar como vía de comunicación en el avance francés hacia la capital tuvo también una gran importancia estratégica. En el segundo Sitio, tropas procedentes de Murcia y Cartagena acudieron en ayuda de la defensa zaragozana que con sus cañoneras patrullaban el rio asegurando la defensa del Ebro y controlaban los movimientos enemigos.

Una panorámica del rio Ebro, con el Puente de Piedra a la izquierda y la Basílica de Nuestra
Señora del Pilar en el centro, desde el puente de Santiago.

CASA NATAL DE PALAFOX
La casa natal de Palafox cuando comenzaron los asedios fue convertida en sede de su Estado Mayor hasta ser trasladado a primera línea, al palacio episcopal. Junto a la gran puerta principal, la placa conmemorativa, colocada por la Junta del I Centenario, dice: A PALAFOX/Al gran Caudillo defensor de Zaragoza/en los Sitios de 1808 y 1809/LA PATRIA Y LA CIUDAD/por él/ gloriosamente defendidas/1er . Centenario de los Sitios.

La Basílica de Nuestra Señora del Pilar (concluida en 1754), una de los dos catedrales de Zaragoza junto con la Seo, por su fachada del Paseo de Echegaray, cercana al rio Ebro, en la que aún se pueden apreciar los impactos de los proyectiles franceses en sus muros.

LA SEO
Palafox, parroquiano de la Seo por nacimiento, fue bautizado en esta cercana Catedral de San Salvador. En su archivo parroquial se encuentra, cuidadosamente guardada, su partida de bautismo.

La Plaza de La Seo, en el centro la Catedral del Salvador con su torre y a la derecha el moderno Museo del Foro de Caesaraugusta. En la parte superior izquierda, un placa conmemorativa a Palafox, en el I Centenario de los Sitios, ubicada en la calle Palafox, que discurre perpendicular a la parte posterior de la catedral.

PALACIO EPISCOPAL
Durante los Sitios, el actual Palacio Episcopal fue el cuartel general de Palafox. Desde la parte alta del Edificio podía seguir con detalle la suerte de su destacamento dispuesto en el Arrabal, al otro lado del río. Sus archivos aún conservan documentos de la época destrozados por la metralla de los cañones y perforaciones de balas.

Nuestro recorrido con el Timeline de Google Maps, a la izquierda con un mapa de la Zaragoza actual y a la derecha superpuesto a un mapa de los sitios, unos 14 kilómetros en total, aunque tan solo una parte del recorrido total oficial. La primera parte de este recorrido comprende hasta la Catedral de la Seo. El cruce por dos veces del rio Ebro se debió a nuestra visita a los campamentos de los participantes en la excelente Recreación de Los Sitios de Zaragoza – 2022.


Fuentes:

1 – «Le siège de Saragosse 1808 – 1809» – Colonel (h) Jean-Louis TRAVERS, 2017

2 – Paneles informativos Ruta los Sitios de Zaragoza 1808-1809

3 – https://www.youtube.com/watch?v=KZe5jm0RV1M&ab_channel=Mimuseoymibiblioteca-JUANCARLOSMENARAMIREZ

4 – https://www.zaragoza.es/cont/paginas/noticias/planos_qr_01-1.pdf

Imágenes:

Portada – http://www.flg.es/agenda-de-actividades/exposiciones-temporales/exposicion-ruinas-zaragoza-dibujos-estampas-coleccion-lazaro#.Y_Ss0nbMKUk – Exposición Ruinas de Zaragoza. Dibujos y estampas de la Colección Lázaro

a – Paneles informativos Ruta de los Sitios 1808-1809

b – https://palauantiguitats.com/wp-content/uploads/2017/03/G00453.jpg

c – https://www.alcalasubastas.es/es/lote/92-1452-1452/852-126-fernando-brambilla-1763-1834-y-juan-galvez-1774-1847r

d – De Trabajo propio, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2436794

e – https://palauantiguitats.com/grabado/ruinas-del-seminario/

Recreación. Los Sitios de Zaragoza (11-13/03/2022)

Tiempo de lectura: 5 minutos

Nuestro corresponsal Byron acudió presto para cubrir la V edición de la Recreación de los Sitios de Zaragoza, que se desarrolló este fin de semana pasado en las calles de la Inmortal ciudad. Por problemas de agenda solo pudimos asistir a uno de los días, por lo que el reportaje fotográfico que acompañamos se limita al sábado por la mañana y mediodía, un día que – afortunadamente – Helios tuvo a bien bañar con sus calurosos rayos tras unos días de pronóstico climatológico incierto.

Desafortunadamente tampoco pudimos cubrir por la tarde como deseábamos la recreación del 1er sitio en la calle del Coso, porque el horario nos coincidía con el de nuestra vuelta a la estación de tren.

Tan solo aprovechar estas líneas para felicitar a la organización y a todos los participantes en la recreación por el nivel conseguido. Esta clase de actos siempre son arduos de organizar y requieren de una gran inversión en tiempo, conversaciones, incontables trámites y la indispensable ayuda de mucha gente detrás en labores que pocas veces son visibles. También queremos destacar la nutrida asistencia del público zaragozano para ver los desfiles, que siempre es un acicate indispensable para redondear actos como el que tuvimos la suerte de asistir y que nos dejó con ganas repetir la experiencia en un futuro.

CAMPAMENTOS PARQUE DEL TIO JORGE

DESFILE HACIA EL PUENTE DE PIEDRA

DESFILE POR LA CALLE JOSÉ PALAFOX


Imágenes:

a – Fotografías del autor.

b – Fotografías de X. Alcaraz