"La Batalla", por Gil, Rambaud y Richaud (2012-14).

Patrick Rambaud (a)
En la entrada de hoy nos remontamos a una de las entradas del mes de mayo de 2015 (http://byroncillo.blogspot.com.es/2015/05/la-batalla-de-patrick-rambaud.html) que dedicamos a una de las mejores novelas históricas que se han escrito sobre el período napoleónico. En concreto nos referimos a \»La Batalla\», de Patrick Rambaud (Paris, 21/4/1946) , que le valió a su autor el ser galardonado en 1997 con el Prix Goncourt y el Premio a la novela de la Académie française. \»La Batalla\» era la primera parte de una trilogía que seguía con \»Il neigeait\» (2000) y finalizaba con \»L’Absent\» (2003), esta última inédita en España.

Hoy no trataremos de la novela, sinó de la adaptación al cómic de la misma, realizada por Frédéric Richaud y dibujada por el madrileño Iván Gil. Aunque no soy un consumidor de dicho género desde ya hace años, el cómic ya hace tiempo que tiene un amplio mercado entre el público adulto, y los que hemos crecido y disfrutado con el Flash Gordon, de Alex Raymond y Dan Barry, los comics de superhéroes de la Marvel, o los dibujos del Corto Maltés entre otros, creo que bien podemos deleitarnos con una adaptación de la época napoleónica como la que nos ofrece traducida al castellano la editorial tarraconense Ponent Mon.

Esta edición en concreto incorpora juntos los tres volúmenes originales que se publicaron en su momento titulados \»La Bataille\», junto con unas notas históricas y una separata adicional, \»De Essling a Waterloo\». A lo largo de siete capítulos, Richaud y Gil nos permiten adentrarnos y visualizar los prolegómenos y el devenir de la batalla de Aspern-Essling, a través del hilo conductor principal del personaje del coronel Lejeune (http://byroncillo.blogspot.com.es/2015/07/luis-francois-lejeune-general-y-baron.html), edecán del Emperador, el coracero Fayolle, el voltigeur Paradis, el señor Beyle, amigo de Lejeune (el futuro escritor Stendhal), la señorita Krauss, Friedrich Staps, y el resto de famosos generales y mariscales franceses de la época, entre otros.

Portada de \»La batalla\» (b)
A pesar de algún que otro error de manera general en la traducción, como la traducción literal de \»saltadores\» en vez del más correcto \»escaramuzadores\», del francés \»voltigeurs\» o que el soldado Paradis aparece con un tocado de shako del tipo \»rouleau\», que se utilizó solo a partir de 1812, personalmente el trazo de algunas expresiones me recuerda al género del \»manga\» tan en boga estos años (lo siento, me quedé anclado en Alex Raymond), y que la figura de Napoleón tenía episodios de malhumor* es bien sabido, pero no tanto como para que cada vez que le traían una mala noticia se pusiera a despotricar verbalmente contra todo el que tenía a su alrededor (esto si no recuerdo mal aún se exagera más en la siguiente novela de Rambaud)… con todo creo que el binomio Gil-Richaud ha salido bastante airoso del envite: no es un período fácil de dibujar, por la abundancia de uniformes (variados hasta la saciedad), y en algunos casos bastante recargados; la documentación es otro punto a tener en cuenta, se nota que ha habido una buena labor en ese sentido, tanto en los personajes, como las indumentarias y el armamento de la época; se utilizan diferentes ángulos de vista en las escenas, panorámicos y cenitales en las escenas de batallas o los pasos del Danubio, a ras de suelo para apreciar en profundidad el desplazamiento de las unidades o primeros (primerísimos) planos como el de la expresión de Napoleón al ver el puente destrozado sobre el Danubio por los brulotes austriacos y darse cuenta que está irremediablemente atrapado con sus tropas; tampoco se hacen concesiones en el dibujo en cuanto a reflejar los estragos, la crueldad y las atrocidades en los combates. Junto a una correcta impresión y maquetación, son algunos de los aspectos que contribuyen a que la obra adquiera una dimensión visual que nos aproxima con desenvoltura al espíritu del relato original.

La batalla de Aspern-Essling (las dos localidades cerca del Danubio escenario de los combates) significó una clara derrota para las hasta entonces invencibles tropas de Napoleón (con él como comandante al mando), la pérdida de uno de sus mejores mariscales, Jean Lannes,  y  para los austríacos, la constatación de que su capacidad militar había mejorado ostensiblemente desde las humillantes derrotas de las campañas de Italia y de 1805.

En resumen, una puesta en escena en viñetas, a ratos cuasi cinematográfica, para una más que respetable adaptación de una excelente novela. Con un lenguaje sencillo y una ágil narración logra, al igual que la novela, el objetivo de que \»una vez cerrado el libro, [uno] debiera haberlo visto todo intuitivamente y acordarse de la batalla como si la hubiese presenciado\».         
Campo de batalla el 22 de mayo de 1809 al mediodía, en versión de Osprey (c)

RESUMEN DE LA HISTORIA

Cuartel de Massena, mayo de 1809.

En los alrededores de Viena, el 16 de mayo de 1809, el coronel Lejeune busca al Mariscal Masséna para transmitirle la orden del Emperador de que construya un puente flotante sobre el Danubio para poder atacar a las tropas del Archiduque Carlos, posicionadas en la otra orilla del río. Masséna tan buen general como famoso \»requisador\» de pertenencias ajenas, le ordena que vaya a ver al Intendente Daru, en Viena, para que  requise todo el material necesario para tender un paso de 80 metros sobre el gran río. Daru le plantea a Lejeune los problemas de encontrar un número tan elevado de embarcaciones estando en territorio enemigo, pero se prepara para tan importante pedido.

En las dependencias dedicadas a la Intendencia Lejeune encuentra un viejo conocido: Henry Beyle (el futuro escritor Stendhal) tras de una mesa llena de papeles. Luego los dos se trasladan a la casa donde se hospeda Lejeune en la capital austriaca. Al llegar a la misma unos coraceros se encuentran rapiñando en su interior: Lejeune se enfrenta a ellos y acaba golpeando con su pistola a uno de los coraceros. Éstos acaban abandonando la casa amenazando al coronel. Rápidamente sube las escaleras junto a Beyle y encuentra a su Périgord, otro edecán, que ha impedido que los asaltantes irrumpieran en sus dependencias, donde también se encuentra  una bella austriaca, la señorita Anna Krauss. Lejeune invita a Beyle a que comparta con ellos sus dependencias.

Lejeune reunido con el mariscal Masséna.

Mientras tanto Napoleón planea el paso del Danubio y el sábado 20 de mayo a primera hora de la tarde las tropas empiezan a cruzar ordenadamente por el puente. Lejeune se desplaza para ver las evoluciones de las tropas y casualmente topa con el soldado Paradis. Al ver que éste tiene buen ojo para el terreno y que le puede ser útil lo coge como su explorador.

Los coraceros de Espagne pasan a la otra orilla y destacan unos pocos jinetes** para que inspeccionen Esling. Entre ellos se encuentra Fayolle, que recibió en su rostro el golpe de Lejeune. Entran en una casa y sólo encuentran una mujer escondida a la que amordazan y quieren violentar cuando, al presentarse de repente el general en el pueblo, se ven obligados a dejarla precipitadamente en el lugar. 

Es de noche cuando los coraceros vuelven y se encuentran con que la mujer está muerta. Mientras tanto Berthier busca alojamiento y entra en una casa que ya había requisado previamente Lannes. En medio de la conversación aparece Napoleón, que es rápidamente aclamado por las tropas. A la mañana siguiente, comienzan los preparativos de defensa para asegurar las dos poblaciones y el terreno entre ellas.

Mientras en Viena, Beyle se encuentra con Friedrich Staps*** y tras una corta conversación se da cuenta de que \»este alemán esta loco…\». En Essling las cosas empiezan a torcerse para los franceses: los austriacos envían balsas flotantes llenas de grandes piedras que impactan en el puente y provocan sus primeros cortes. Al mismo tiempo en la retaguardia de Aspern las columnas austriacas empiezan su ataque al pueblo y las columnas de humo se empiezan a ver en Viena por una multitud que parece que asista a un gran espectáculo teatral desde las alturas de la ciudad. El soldado Paradis, reintegrado en su unidad, toma parte en los combates contra los húsares austriacos y pronto la lucha se convierte en una sórdida matanza.

Molitor se reúne con el Duque para plantear la resistencia. Los austriacos no cesan en sus ataques y Aspern es tomado y retomado varias veces. Se lucha por las calles y con la mayoría de las casas destartaladas y en ruinas. La munición empieza a escasear para los hombres de Masséna, y este se compromete a resistir aunque hayan de luchar con palos. Napoleón recibe un impacto de un proyectil que lo tira del caballo. Sus oficiales le ruegan que se retire de la primera línea pero éste les rechaza y finalmente se dirige a la isla de Lobau en la retaguardia para plantear la táctica a seguir.

La carga de los coraceros.

Para aliviar la presión sobre Masséna y Lannes, Napoleón envía la caballería pesada (ver plano de la batalla) en el centro de la línea austríaca. La caballería tiene éxito inicialmente, pero los austriacos tapan el agujero en su frente con más unidades de infantería y el general Espagne que encabezaba la carga muere en los combates.

En Aspern cae la noche entre las casas en llamas. Paradis y su compañero Rondelet retroceden lentamente al divisar el avance de los austriacos por el pueblo. De repente un proyectil destroza a Rondelet y sus restos impactan en Paradís, que queda en estado de shock. Mientras, en Viena, la policia sigue el rastro de Staps.
Finalmente durante la noche el puente es reparado y se restablece la comunicación con el ejército. En la retaguardia el doctor Percy y sus ayudantes intentan salvar a los heridos que se amontonan entre las tiendas. Paradis es puesto sobre la mesa e inspeccionado por el médico, que se da cuenta que los trozos de carne y sangre no son suyos, y dictamina \»Este chaval no está para cargar un fusil, pero se le ve lozano. Dele un uniforme y una tarea\».          
En seguida visitan a Luisón el encargado de Intendencia para que vista a Paradis con los restos de los uniformes de los muertos. \»Tiene una pinta ridícula\», dice un enfermero frente a un Paradis que no se ha recuperado aún de su shock. \»Ni caso\», espeta Morillón, el ayudante de Percy: \»Más vale estar vivo con pinta ridícula que muerto con uniforme de gala\».

Masséna recibe finalmente refuerzos al día siguiente con tropas de Carra Saint Cyr y se prepara para retomar la villa, que es conquistada finalmente tras una encarnizada resistencia. Los franceses se preparan para la ofensiva en Essling con ayuda de la caballería, pero los austriacos logran finalmente destrozar el puente de una manera tal que impida su reconstrucción. Napoleón y sus tropas vuelven a estar aislados, y lo que es peor, los refuerzos de Davout para proseguir con la ofensiva quedan del otro lado del rio.       

Napoleón acude atónito a ver los restos del puente. Se da cuenta que no quedan opciones de ganar la batalla ese día, por lo que ordena la resistencia en los dos pueblos en manos francesas y el repliegue general por la noche a la isla de Lobau. Mientras el soldado Paradis ayuda a los enfermeros a recoger a los heridos y muertos, sean soldados o generales, como el conde Saint-Hilaire, que es llevado con rapidez hasta el doctor Percy que ya nada puede hacer por él.

La agotada caballería de Bessières, ubicada detrás de Essling ataca para frenar el avance de los soldados austriacos. Los coraceros, cansados por por las cargas efectuadas murmuran disgustados: \»Si nuestros caballos supieran disparar, seguro que se matarían a la primera de cambio.\» También Dorsenne es enviado  con unidades de la Guardia para apoyar la retirada.
 

En el transcurso de la batalla, una bala rebotada de cañón impacta brutalmente en las piernas del mariscal Lannes, entre el horror de los presentes.  A Jean Lannes, el Roldán de la Grande Armée, uno de los pocos que cuentan con la amistad del Emperador, se le amputará su pierna y a pesar de los cuidados del cirujano Larrey, le sobrevendrá la muerte horas después. La noticia cae como un mazazo para Napoleón y para el ejército, que no se recuperarán nunca de la pérdida de tan hábil general.

Durante la segunda noche Napoleón se entrevista con Masséna y comentan la jugada. Con la esperanza del refuerzo del ejército de Italia y el contingente que se halla en el Tirol, planean la retirada de las unidades y el corso se retira a Schönbrunn, para coordinar las accciones futuras. El coracero Fayolle, que ha sido recogido en el campo de batalla, marcha pensativo hacia la casa que habían saqueado el día anterior y se pega un tiro. Al mismo tiempo en la capital austriaca, los gendarmes irrumpen en el piso de Lejeune buscando a Anna Krauss, por colaboradora con los austriacos. Beyle que ha sido sorprendido en la misma estancia es salvado por Schulmeister, el jefe de la policía. Krauss resulta ser una de las amantes de uno de los oficiales del general austriaco Hohenzollern.

Las tropas en retirada acaban de cruzar el puente de pontones y los ingenieros comienzan a desmontarlo. En Schönbrunn, Napoleón se prepara para pasar revista a las tropas, cuando un enloquecido Staps se cuela entre la multitud para intentar asesinar a Napoleón. Es detenido y el propio Napoleón le interroga.

Por la noche en el teatro de Viena, después de la función, Lejeune y su amigo Henry se distraen cenando con una de las actrices. A la mañana siguiente, Perigord va a buscar a Lejeune para acudir a la isla de Lobau otra vez, requeridos por el Emperador. Se llevan a cabo los preparativos para un nuevo cruce de las tropas y Napoleón está reunido con todo su estado mayor. Desde donde están pueden ver el campamento del Archiduque Carlos y más allá, la llanura de Wagram se extiende entre ellos.

Proceso de elaboración de una página de \»La Batalla\» que podéis encontrar en el blog personal de Iván Gil****: Tras los esbozos iniciales se concretan las formas y se procede al entintado antes de aplicarle el colorido final.
– – – – o – – – –

* Creo que después de haber leído unas cuantas biografías del corso (Cronin, Gallo, Duquesa de Abrantes, Ludwig, Maurois, Stendhal, Chardigny, Breton, Andrew Roberts y alguna que otra más) no llego a entender algunas descripciones que enmarcan al personaje con arrebatos de cólera e insultos continuos en medio de una batalla, cuando muy al contrario, sus contemporáneos remarcaban la calma con la que las afrontaba (no en vano él era el que más calma tenía que tener), y las descripciones son variadas: Eylau, Borodino, etc. Aunque evidentemente que a uno le dejen aislado de espaldas a un rio no vadeable con un contingente no muy numeroso frente a 90.000 austriacos con ganas, a cualquiera le hace lanzar un exabrupto. Donde Bonaparte exhibía a gusto su ira (fingida muchas veces) era a la hora de negociar con sus adversarios: entonces salía todo el repertorio de lanzamiento de sombreros y rotura de tazas o teteras que tuviera más a mano. En Campo Formio en 1797 le funcionó el recurso bastante bien y no dejó de utilizarlo con mayor o menor frecuencia en los años venideros. En 1813 con Metternich y media Europa contra él, la comedia ya no funcionó.  
** No era tarea de la caballería pesada, en este caso coraceros, las labores de patrulla para inspeccionar los lugares o las tropas enemigas, que eran propias de la caballería ligera. No sé si es una licencia del autor o si históricamente en dicho momento fue así (ya se sabe que una cosa es la teoría y otra la realidad de los hechos). Más tarde los franceses destinaron unidades de lanceros para escoltar y patrullar -siendo la avanzadilla- y evolucionando junto a las unidades pesadas de coraceros.

*** Friedrich Staps era hijo de un pastor y se convirtió en comerciante, trabajando en Erfurt y Leipzig. Joven y estrictamente religioso, vio la ocupación de Napoleón como la única razón de la miseria del pueblo alemán, y por lo tanto se convirtió en su oponente. Se dedicó a intentar asesinar a Napoleón, yendo primero a Viena y desde allí, el 13 de octubre, a Schönbrunn, donde Napoleón se encontraba para supervisar un desfile militar. Uno de los ayudantes de Napoleón, el general Rapp, encontró sospechoso al joven que se quería acercar al Emperador a pesar de haberle sido rechazada previamente una audiencia, y fue arrestado. Se le encontró un cuchillo entre las ropas y entonces Staps confesó sus planes para matar al emperador. Napoleón interrogó al joven y le preguntó si le agradecería el ser perdonado, a lo que Staps respondió: \»Lo volvería a intentar\». Fue ejecutado por un pelotón de fusilamiento el 17 de octubre 1809.(8)

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Fuentes:

(7) – http://www.bd-best.com/critiques.php?page=100&limit=10&categorie=all&ordre=ajout&editeur=all&serie=all&genre=1 (8) – http://www.udllibros.com/libro-la_batalla._integral-Y680040063
(8) – https://en.wikipedia.org/wiki/Friedrich_Staps
(9) – http://ivangilsketchbook.blogspot.com.es/2011/11/proceso-de-elaboracion-de-pagina.html

Imágenes:
(a) – http://elpais.com/diario/1997/11/11/cultura/879202803_850215.html
(b) – http://www.udllibros.com/html/utilidades/muestraFoto.php?foto=ZWRpdG9yZXNfbGlicm9zIzE5MjkzIyNwb3J0YWRh
(c) – \»Aspern & Wagram 1809\» – Ian Castle, Osprey Campaign Series núm. 33, 1994

(i) – \»La Batalla\» – Gil, Rambaud, Richaud – Ed. Ponent Mon

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