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Patrick Rambaud (a) |
Esta edición en concreto incorpora juntos los tres volúmenes originales que se publicaron en su momento titulados \»La Bataille\», junto con unas notas históricas y una separata adicional, \»De Essling a Waterloo\». A lo largo de siete capítulos, Richaud y Gil nos permiten adentrarnos y visualizar los prolegómenos y el devenir de la batalla de Aspern-Essling, a través del hilo conductor principal del personaje del coronel Lejeune (http://byroncillo.blogspot.com.es/2015/07/luis-francois-lejeune-general-y-baron.html), edecán del Emperador, el coracero Fayolle, el voltigeur Paradis, el señor Beyle, amigo de Lejeune (el futuro escritor Stendhal), la señorita Krauss, Friedrich Staps, y el resto de famosos generales y mariscales franceses de la época, entre otros.
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Portada de \»La batalla\» (b) |
La batalla de Aspern-Essling (las dos localidades cerca del Danubio escenario de los combates) significó una clara derrota para las hasta entonces invencibles tropas de Napoleón (con él como comandante al mando), la pérdida de uno de sus mejores mariscales, Jean Lannes, y para los austríacos, la constatación de que su capacidad militar había mejorado ostensiblemente desde las humillantes derrotas de las campañas de Italia y de 1805.
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Campo de batalla el 22 de mayo de 1809 al mediodía, en versión de Osprey (c) |
RESUMEN DE LA HISTORIA
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Cuartel de Massena, mayo de 1809. |
En los alrededores de Viena, el 16 de mayo de 1809, el coronel Lejeune busca al Mariscal Masséna para transmitirle la orden del Emperador de que construya un puente flotante sobre el Danubio para poder atacar a las tropas del Archiduque Carlos, posicionadas en la otra orilla del río. Masséna tan buen general como famoso \»requisador\» de pertenencias ajenas, le ordena que vaya a ver al Intendente Daru, en Viena, para que requise todo el material necesario para tender un paso de 80 metros sobre el gran río. Daru le plantea a Lejeune los problemas de encontrar un número tan elevado de embarcaciones estando en territorio enemigo, pero se prepara para tan importante pedido.
En las dependencias dedicadas a la Intendencia Lejeune encuentra un viejo conocido: Henry Beyle (el futuro escritor Stendhal) tras de una mesa llena de papeles. Luego los dos se trasladan a la casa donde se hospeda Lejeune en la capital austriaca. Al llegar a la misma unos coraceros se encuentran rapiñando en su interior: Lejeune se enfrenta a ellos y acaba golpeando con su pistola a uno de los coraceros. Éstos acaban abandonando la casa amenazando al coronel. Rápidamente sube las escaleras junto a Beyle y encuentra a su Périgord, otro edecán, que ha impedido que los asaltantes irrumpieran en sus dependencias, donde también se encuentra una bella austriaca, la señorita Anna Krauss. Lejeune invita a Beyle a que comparta con ellos sus dependencias.
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Lejeune reunido con el mariscal Masséna. |
Mientras tanto Napoleón planea el paso del Danubio y el sábado 20 de mayo a primera hora de la tarde las tropas empiezan a cruzar ordenadamente por el puente. Lejeune se desplaza para ver las evoluciones de las tropas y casualmente topa con el soldado Paradis. Al ver que éste tiene buen ojo para el terreno y que le puede ser útil lo coge como su explorador.
Los coraceros de Espagne pasan a la otra orilla y destacan unos pocos jinetes** para que inspeccionen Esling. Entre ellos se encuentra Fayolle, que recibió en su rostro el golpe de Lejeune. Entran en una casa y sólo encuentran una mujer escondida a la que amordazan y quieren violentar cuando, al presentarse de repente el general en el pueblo, se ven obligados a dejarla precipitadamente en el lugar.
Mientras en Viena, Beyle se encuentra con Friedrich Staps*** y tras una corta conversación se da cuenta de que \»este alemán esta loco…\». En Essling las cosas empiezan a torcerse para los franceses: los austriacos envían balsas flotantes llenas de grandes piedras que impactan en el puente y provocan sus primeros cortes. Al mismo tiempo en la retaguardia de Aspern las columnas austriacas empiezan su ataque al pueblo y las columnas de humo se empiezan a ver en Viena por una multitud que parece que asista a un gran espectáculo teatral desde las alturas de la ciudad. El soldado Paradis, reintegrado en su unidad, toma parte en los combates contra los húsares austriacos y pronto la lucha se convierte en una sórdida matanza.
Molitor se reúne con el Duque para plantear la resistencia. Los austriacos no cesan en sus ataques y Aspern es tomado y retomado varias veces. Se lucha por las calles y con la mayoría de las casas destartaladas y en ruinas. La munición empieza a escasear para los hombres de Masséna, y este se compromete a resistir aunque hayan de luchar con palos. Napoleón recibe un impacto de un proyectil que lo tira del caballo. Sus oficiales le ruegan que se retire de la primera línea pero éste les rechaza y finalmente se dirige a la isla de Lobau en la retaguardia para plantear la táctica a seguir.
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La carga de los coraceros. |
Para aliviar la presión sobre Masséna y Lannes, Napoleón envía la caballería pesada (ver plano de la batalla) en el centro de la línea austríaca. La caballería tiene éxito inicialmente, pero los austriacos tapan el agujero en su frente con más unidades de infantería y el general Espagne que encabezaba la carga muere en los combates.

Masséna recibe finalmente refuerzos al día siguiente con tropas de Carra Saint Cyr y se prepara para retomar la villa, que es conquistada finalmente tras una encarnizada resistencia. Los franceses se preparan para la ofensiva en Essling con ayuda de la caballería, pero los austriacos logran finalmente destrozar el puente de una manera tal que impida su reconstrucción. Napoleón y sus tropas vuelven a estar aislados, y lo que es peor, los refuerzos de Davout para proseguir con la ofensiva quedan del otro lado del rio.
Napoleón acude atónito a ver los restos del puente. Se da cuenta que no quedan opciones de ganar la batalla ese día, por lo que ordena la resistencia en los dos pueblos en manos francesas y el repliegue general por la noche a la isla de Lobau. Mientras el soldado Paradis ayuda a los enfermeros a recoger a los heridos y muertos, sean soldados o generales, como el conde Saint-Hilaire, que es llevado con rapidez hasta el doctor Percy que ya nada puede hacer por él.
La agotada caballería de Bessières, ubicada detrás de Essling ataca para frenar el avance de los soldados austriacos. Los coraceros, cansados por por las cargas efectuadas murmuran disgustados: \»Si nuestros caballos supieran disparar, seguro que se matarían a la primera de cambio.\» También Dorsenne es enviado con unidades de la Guardia para apoyar la retirada.
En el transcurso de la batalla, una bala rebotada de cañón impacta brutalmente en las piernas del mariscal Lannes, entre el horror de los presentes. A Jean Lannes, el Roldán de la Grande Armée, uno de los pocos que cuentan con la amistad del Emperador, se le amputará su pierna y a pesar de los cuidados del cirujano Larrey, le sobrevendrá la muerte horas después. La noticia cae como un mazazo para Napoleón y para el ejército, que no se recuperarán nunca de la pérdida de tan hábil general.
Durante la segunda noche Napoleón se entrevista con Masséna y comentan la jugada. Con la esperanza del refuerzo del ejército de Italia y el contingente que se halla en el Tirol, planean la retirada de las unidades y el corso se retira a Schönbrunn, para coordinar las accciones futuras. El coracero Fayolle, que ha sido recogido en el campo de batalla, marcha pensativo hacia la casa que habían saqueado el día anterior y se pega un tiro. Al mismo tiempo en la capital austriaca, los gendarmes irrumpen en el piso de Lejeune buscando a Anna Krauss, por colaboradora con los austriacos. Beyle que ha sido sorprendido en la misma estancia es salvado por Schulmeister, el jefe de la policía. Krauss resulta ser una de las amantes de uno de los oficiales del general austriaco Hohenzollern.
Las tropas en retirada acaban de cruzar el puente de pontones y los ingenieros comienzan a desmontarlo. En Schönbrunn, Napoleón se prepara para pasar revista a las tropas, cuando un enloquecido Staps se cuela entre la multitud para intentar asesinar a Napoleón. Es detenido y el propio Napoleón le interroga.
Por la noche en el teatro de Viena, después de la función, Lejeune y su amigo Henry se distraen cenando con una de las actrices. A la mañana siguiente, Perigord va a buscar a Lejeune para acudir a la isla de Lobau otra vez, requeridos por el Emperador. Se llevan a cabo los preparativos para un nuevo cruce de las tropas y Napoleón está reunido con todo su estado mayor. Desde donde están pueden ver el campamento del Archiduque Carlos y más allá, la llanura de Wagram se extiende entre ellos.
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Fuentes:
(7) – http://www.bd-best.com/critiques.php?page=100&limit=10&categorie=all&ordre=ajout&editeur=all&serie=all&genre=1 (8) – http://www.udllibros.com/libro-la_batalla._integral-Y680040063
(8) – https://en.wikipedia.org/wiki/Friedrich_Staps
(9) – http://ivangilsketchbook.blogspot.com.es/2011/11/proceso-de-elaboracion-de-pagina.html
Imágenes:
(a) – http://elpais.com/diario/1997/11/11/cultura/879202803_850215.html
(b) – http://www.udllibros.com/html/utilidades/muestraFoto.php?foto=ZWRpdG9yZXNfbGlicm9zIzE5MjkzIyNwb3J0YWRh
(c) – \»Aspern & Wagram 1809\» – Ian Castle, Osprey Campaign Series núm. 33, 1994
(i) – \»La Batalla\» – Gil, Rambaud, Richaud – Ed. Ponent Mon