Leyenda e historia se entrecruzan en lo que fueron dos batallas menores en un terreno montañoso y escarpado en la que sus defensores -algunos, veteranos de la Guerra de la Convención- con la ayuda de tropas regulares, frenaron los avances franceses por dos veces y provocaron que Duhesme se replegara a mediados de agosto hacia Barcelona, donde permanecería bloqueado hasta finales de 1808.
El 2 de junio de 1808 se recibieron en el Ayuntamiento dos cargamentos del tradicional papel oficial sellado, que en esta ocasión contenía una particular rectificación al habitual Carlos IV rey de España: \»Valga por el Lugartheniente General del Reyno\», una clara referencia al mariscal francés Murat, comandante en jefe de las fuerzas de ocupación napoleónicas. Se trataba del impuesto que debía aplicarse a la población con el fin de financiar la campaña bélica y el propio Gobierno.
El 6 de junio de 1808 se produjo el primer enfrentamiento* con los defensores situados cerca de Can Maçana e integrados por gentes de los pueblos de los alrededores y tropas regulares. Consiguieron parar la acometida y provocaron la retirada del invasor francés.
Mucho se ha hablado del número de combatientes que se reunieron en Can Maçana. Recordemos que a la llamada del toque de somatén respondieron muchos hombres de las poblaciones de los alrededores, y hasta de puntos más alejados. Si añadimos a los manresanos e igualadinos**, y los cien hombres del regimiento de Wimpffen núm. 1 alojado en Igualada, al mando del teniente don Francisco Krutter, podemos calcular unos dos mil defensores, que tenían a su favor el conocimiento del terreno, la escarpada orografía del escenario y la absoluta necesidad de parar al enemigo.
Entre Esparreguera y Abrera se encuentra la riera de Magarola, sobre la cual, en aquellos tiempos, existía un puente de madera. Los franceses lo cruzaron en plena desbandada, perdiendo uno de sus cañones que cayó al lecho del rio. Es muy posible que la columna en huida aprovechara la noche del 6 al 7 para reagruparse, con la intención de sobrepasar Manresa de madrugada. Esto resultó fácil, ya que la población aparecía desierta.
Ya a la vista de Barcelona, la tropa francesa miró de hacer una entrada tan digna como fuera posible, a pesar de las 350 bajas que había sufrido. Hay evidencias que entraron muchos carros con heridos.
El somatén en El Bruc, obra de Martí i Alsina que se conserva en el MNAC (a)
14 de junio de 1808
La segunda batalla
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Victoria del Bruc. |
Ante la evidencia que los napoleónicos podían probar otra vez forzar el paso de Can Maçana, las autoridades locales acordaron fortificarlo.
Por parte francesa se decidió realizar un nuevo intento contra la Cataluña interior y asaltar los almacenes de pólvora manresanos. El comandante imperial dispuso que el día 13 de junio marchara, con el mismo destino que la anterior, una nueva columna, integrada esta vez por cerca de 5.000 hombres de todas las armas.
Habiendo salido de Barcelona a primera hora de la mañana, la tropa llegó a Martorell sobre las 2 de la tarde, con la intención de acampar en el llano sin entrar en la población.
La columna se puso en movimiento de nuevo la madrugada del día 14. En esta ocasión los franceses sabían que los somatenes los esperaban en el mismo lugar y, por tanto, el factor sorpresa no existía para ninguno de los dos bandos. De nuevo los somatenes se reunieron en el paso de Can Maçana, pero esta vez disponían de muchas tropas de refuerzo: a los soldados del regimiento Wimpffen que habían luchado el día 6 se añadían las Guardias Valonas, los soldados del regimiento de Extremadura y un nuevo contingente del Wimpffen que, proveniente de Lérida, llevaba con él diversas piezas de artillería.
El enfrentamiento armado se produjo el mediodía del dia 14, y el general Chabran, que era quien comandaba a los franceses en esta ocasión, se vio sorprendido por el fuego de cañón, que le hizo saber que se encontraba con una defensa mejor dotada. Por más que los invasores trataron de forzar el paso, las bajas se sucedían sin ningún logro, y al final se decidió una nueva retirada.
En esta ocasión, las tropas en retirada no encontraron dificultades ni en Esparreguera ni en Martorell, hecho que permitió que llegaran a Sant Feliu de Llobregat aquella misma tarde. La entrada en Barcelona se hizo por la tarde del día 15. Las pérdidas francesas alcanzaron los 500 hombres y algunas piezas de artillería.
No hubo una tercera tentativa de cruzar el paso de Can Maçana: el ejército francés se dirigiría a la Cataluña central por las tierras del Vallés.
La fisonomía del Bruc está marcada por las montañas de Montserrat (b)
EL MUSEO DE LA MONTAÑA DE MONTSERRAT – EL BRUC
El Museo de la Montaña de Montserrat se encuentra en la conocida buhardilla de Can Casas, en el municipio del Bruc, en la calle del Bruc del Mig, 55 (Anoia, Barcelona), un edificio modernista construido a finales del siglo XIX. El espacio útil del museo abarca más de 400 m2, divididos en tres secciones bien diferenciadas, una de las cuales, Las batallas del Bruc, que reúne artículos de las tropas francesas y de los somatenes, que lucharon dos veces en aquel territorio. Balas de cañón, metralla, granadas, bayonetas… La colección comprende también reproducciones de uniformes de la época, sables, pistolas, etc. (4)
Reproducción de casaca de oficial francés de artillería (c. 1800)
Reproducción de pistolas de avancarga, s.XIX
Hoz como la que llevaban los somatenes. Sable tipo \»Briquet\» y bayoneta franceses, junto a proclamas en papel.
Reproducción delantal de \»sapeur\».
Campo de batalla 6 y 14 de junio. Materiales encontrados relacionados con los enfrentamientos.
Izquierda: Suboficial de granaderos del Regimiento de Guadalajara de Infantería nº 10 (1805)
Derecha: Tambor de fusileros del Regimiento de Infantería de Línea del Rey nº 1 (1805)

Izquierda: Oficial del Regimiento de Guadix. Guarnición de Cádiz (1810)
Derecha: Sargento de minadores del Regimiento Real de Zapadores – Minadores (1806)

Izquierda: Trompeta de Dragones de Sagunto (1805)
Derecha: Artillero de a pié del Real Cuerpo de Artillería (1802)
Tres balas de cañón de varios calibres halladas en el campo de batalla.
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Maqueta de la instalación de una batería de cañones de 8 libras. |
Representación tropas francesas, caballería y artillería.
El Bruc – Fiesta del somaten de Cataluña – 6 de junio de 1892
Izquierda: Plano militar de Can Maçana y alrededores (arriba). Plano militar del año 1840 aprox. en el que están representados los accesos al Paso de Can Maçana.
Derecha: El pintor R. Caminos pintó este oleo que representa las batallas del Bruc. Lo tituló \»Escanas del combate del Bruc\» y se encuentra en la sede de la Sociedad Económica Barcelonesa de Amigos del Pais, de Barcelona.
Representación de las batallas del Bruc. Grabado 1er tercio s. XIX. (Biblioteca de Catalunya)
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(*) – Una de las formas de aprovechamiento hidráulico del suministro de agua a la ciudad de Manresa es la de los molinos de pólvora, una particularidad del municipio. Fueron una de las cinco reales fábricas que perduraron después del Decreto de Nueva Planta. Su renombre se debía a la gran capacidad explosiva de la pólvora que suministraban, conseguida con una mezcla de salitre, azufre y carbón. Estos componentes llegaban fácilmente a Manresa por su proximidad a las cuevas de salitre de Collbató, las minas de sal de Cardona, las de potasa de Súria, Sallent y Balsareny, así como las de carbón de Fígols y Saldes. Estos molinos explican la importancia estratégica de Manresa en los diferentes episodios bélicos y, en particular, en la Guerra del Francés.(3)
(**) – Aparte se pidió auxilio a un gran número de poblaciones limítrofes: \»Pidese auxilio à los pueblos del corregimiento, y á una voz, responden electrizados Sellent, San Pedor, Moya, Artes, San Feliu Seserra, Prats de Llusanés, Gastelltersol, Monistrol de Montserrat, Balsereny, Avinyó, Gaya, Horta, Estany, Ferrarons, Rafadell, Guardiola, y tantos otros como quieren rivalizar en entusiasmo y patriotismo, pidiendo armas y municiones a sus respectivas autoridades\».\»(6)
(***) – Siempre ha habido disparidad de criterios en asignarle mayor mérito en la refriega a los somatenes de los pueblos o al ejército regular que también estaba presente. \»Al contrario de lo que popularmente se piensa -y de lo que proclaman algunas leyendas-, no hubieron banderas milagrosas, ni ningún movimiento popular y espontáneo de campesinos inexpertos, ni tan sólo el famoso tamborilero de Santpedor que con el sonido de su timbal recrecido por el eco de las montañas espantó al enemigo. Los combates de 1808 fueron emboscadas estratégicas, calculadas y llevadas a término por soldados suizos, españoles y algunos somatenes, como Ramon Montanya, de Manresa, o Antoni Franc, de Igualada, que en algunas batallas organizaron ejércitos de unos 2.ooo combatientes, contra unos 3.8oo hombres de la columna napoleónica.\»(5)
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Fuentes:
(1) – Paneles informativos del Museu de la Muntanya de Montserrat-El Bruc
(3) -\»Guía de los escenarios de la Guerra del Francés en Cataluña. Conmemoración del bicentenario del comienzo de la guerra\» – Generalitat de Catalunya, Direcció General de Turisme, 2008
(5) – \»Catalunya poble a poble. Tots els pobles, viles i ciutats de Catalunya\». Número 4 – Edicions 62, La Vanguardia, Gas Natural, enero de 2006
(6) – \»Cataluña. Historia de la Guerra de Independencia en el antiguo Principado\» – Adolfo Blanch, Barcelona, Imprenta y librería politécnica de Tomás Gorchs, 1861
(7) – http://guerrafrances.tradinet.org/web/societat/batalles.php?idioma=es
(8) – \»Napoleón y la locura española\» – François Malye, EDAF, 2008.
Imágenes
(a) -\»Guía de los escenarios de la Guerra del Francés en Cataluña. Conmemoración del bicentenario del comienzo de la guerra\» – Generalitat de Catalunya, Direcció General de Turisme, 2008
(b) – \»Catalunya poble a poble. Tots els pobles, viles i ciutats de Catalunya\». Número 4 – Edicions 62, La Vanguardia, Gas Natural, enero de 2006
(c) – Fotografias del autor y Xavier Galiana Roca.
[…] había extendido rápidamente la noticia de la victoria en la batalla del Bruch del 6 de junio, por lo que al llegar a El Vendrell, las tropas de Chabran empezaron a toparse con la resistencia […]
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[…] En los primeros compases de la contienda el general Schwarz saldría de Martorell a primeras horas de la madrugada del 6 de junio de 1808 con sus tropas para apoderarse de Manresa, en lo que sería uno de los primeros descalabros franceses en Catalunya en las acciones que se trabaron en las alturas de El Bruch y Can Massana. […]
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[…] Derecha: Alegoría de la primera batalla del Bruch. La imagen de la montaña de Montserrat, el conjunto de las tropas reunidas a los pies de la montaña y las diferencias de color en la parte derecha de la escena indican la voluntad evidente de explicar alguna cosa: las tropas luchando bajo la protección de san Ignacio de Loyola, la Virgen y san Mauricio. [1]. También tratamos las acciones de El Bruch en el pasado en nuestro blog Las batallas del Bruc: 6 y 14 de junio de 1808. Museo temático. […]
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