El Museo del Ejército de Toledo (y III)

Tiempo de lectura: 25 minutos

Esta semana finalizamos nuestra trilogía de artículos que hemos dedicado a una parte de las exposiciones del Museo del Ejército que se encuentran ubicadas en las dependencias del Alcázar de la imperial ciudad de Toledo.

Veremos a continuación la implicación de España en la Guerra contra la Convención francesa y la posterior Guerra de Independencia, junto con otros bloques temáticos como el de la irrupción de las ciencias en la fabricación de material militar y la aparición de los primeros artilugios para la transmisión de mensajes en los conflictos armados.

Habiendo tenido la suerte de visitar otros museos similares en otros países, cabe decir que en cuanto a contenidos y piezas expuestas, el Museo del Ejército de Toledo está a la altura de los mejores en la materia. En cuanto al tratamiento más específico de la Guerra de Independencia, mi impresión en estos momentos es que adolece de una mayor rigurosidad en los textos (agradecer a Luis Sorando algunas precisiones sobre los títulos) y en las traducciones de algunos de los textos al inglés. Hasta cierto punto es disculpable un fallo en una fecha o nombre, pero no que estos no se corrijan con el paso del tiempo o que el autor de una cita (el ruso Suvorov) no sea el que figure realmente y esta se atribuya erróneamente a otro militar ruso (Kutuzov).

Detalle del cuadro «Juramento de las banderas», obra del pintor Manuel Castellano

BREVE RECORRIDO COLECCIONES S. XVIII-XIX

VIVIR EN GUARNICIÓN

«La vida de los soldados, es andar por los lugares, dormir en cama prestada, morir en los hospitales»

Copla popular

En un proceso que culmina en la segunda mitad del siglo se produjo la sedentarización de las unidades militares que adoptan una base territorial fija y un acuartelamiento estable. En el cuartel, mientras que los oficiales se centraban en mantener la moral, salud y disciplina, mostrando su preocupación por el nivel de vida de la tropa, los soldados se enfrentaban a una jornada monótona. El evidente malgasto de recursos llevó a una reflexión teórica sobre cómo mejorar la utilidad pública de los soldados acuartelados.

2. Uniforme de oficial de la Real Guardia de Granaderos de Fernando VII. Reproducción siglo XX. Textil, cuero, piel, metal.
3. Uniforme de soldado del Regimiento Suizo. Reproducción, 1908. Textil, cuero, metal.
4. Uniforme de brigadier de la Guerra de Independencia. Reproducción, s. XX. Textil, cuero, metal.
5. Uniforme, armas, silla y equipo del caballo de soldado de Artillería a caballo de 1808
Caja con vendajes del Real Colegio de Artillería (c. 1816). Madera, metal y algodón. Vendajes con inscripción: “R.C.A.”
Perfil de cureña de plaza. Pedro Velarde, 1804. Papel y tinta.

ARMAMENTO PORTÁTIL

«La bala es una locura, solo la bayoneta sabe de qué se trata»

Alexander Suvorov

En la primera mitad del siglo XIX, el Ejército usaba armas de chispa, avancarga y ánima lisa que disparaban con pólvora negra y balas esféricas, contenidas en cartuchos de papel encerado. La escasa precisión de las armas de fuego obligaba a entrenar a los soldados en las operaciones de carga para lograr el mayor número de disparos por minuto. La eficacia de los fusiles aumentaba cuando, unidos a la bayoneta, se convertían en una lanza idónea para el combate cuerpo a cuerpo.

En los años inmediatamente posteriores a la Guerra de Independencia se produjeron los primeros intentos de sistematización de las armas blancas para la Caballería: sables curvos para la ligera y espadas rectas para la de Línea, ambos con influencia de los modelos franceses.

5. Espada para tropa de Caballería, modelo 1796.
Toledo, 1797. Acero, cobre, hierro.
4. Carabina española de Caballería Modelo 1789
C. 1789. Hierro, latón, madera.
6. Pistola española reglamentaria para Caballería, modelo 1801. (c. 1806) Hierro, latón, acero y madera.

CIENCIA Y TÉCNICA MILITAR

La ciencia militar en tiempo de revoluciones

Tres son los rasgos característicos de la política científica del último tercio del siglo XVIII: militarización, utilitarismo y servicio al desarrollo técnico. La aplicación sistemática de ciencia y tecnología a la mejora de los procesos productivos es prioritaria. Academias, Laboratorios y Fábricas son los establecimientos encargados de llevar a cabo esta política que alcanza sus mejores resultados en el desarrollo de la siderurgia vasca y en la investigación química y mineralógica aplicada a la industria artillera.

La crisis productiva causada por la Guerra de la Independencia, la pérdida de los territorios americanos y el enfrentamiento civil entre carlistas y cristinos, dieron al traste con la continuidad de estos logros.

1. Bombarderos de Cádiz. Reproducción.
2. Artilleros distinguidos de Cádiz. Reproducción.

LA ARTILLERÍA ALIGERADA.

Hasta mediados del siglo XIX la artillería lisa y de avancarga responde al sistema Gribeauval. Las principales novedades se producen en las piezas de artillería de sitio y de campaña. Éstas –necesitadas de una mayor capacidad de maniobra- abandonan paulatinamente los pesados montajes de época precedente. Las gualderas se acortan y rematan en un ángulo muy obtuso y ligeramente redondeado, denominado de cola de pato.

La adopción definitiva de nuevas cureñas más ligeras y manejables se produce finalizada la Guerra de Independencia con la llamada cureña de mástil o a la inglesa. Durante la Primera Guerra Carlista, las peculiaridades del escenario de guerra impulsan la creación de unidades de montaña dotadas de obuses de a 12 conducidos a lomos de mulas.

3. Grupos de Artilleros. C. 1900. Xilografía.
1. Proyectil. Cohete de granada 1800-1850. Hierro
2. Mortero cónico Vizcaya, 1ª mitad s. XIX. Bronce
Cañón corto Igne et Arte (“Por el fuego y el arte”)  y cureña. Miguel Ulloa, 1791. Hierro

LA IRRUPCIÓN DE LAS CIENCIAS EN LAS FÁBRICAS

El esfuerzo por renovar las fábricas militares se centró en superar dos retos: el abandono de la fundición en hueco de los cañones y la búsqueda de un nuevo combustible para alimentar los hornos. El empleo de la máquina de barrenar horizontal permitió la fundición en sólido mientras que la generalización del carbón mineral sustituyó al carbón vegetal.

La transferencia de tecnología empleó diversas estrategias, desde la importación de maquinaria y contratación de técnicos extranjeros hasta la organización y financiación de viajes a instalaciones fabriles europeas en auténticas comisiones de espionaje. El mapa industrial español quedó establecido en sus líneas esenciales a principios del siglo XIX.

3. Máquina extractora de espoletas. C. 1800. Metal.

TELÉGRAFOS ÓPTICOS: LOS PRIMEROS TRANSMISORES

La necesidad de transmitir información codificada a larga distancia se hace más urgente a medida que los ejércitos aumentan sus efectivos. En la telegrafía óptica, el medio de enlace es la luz y las señales que se basan en las diferentes posiciones adoptadas por tres brazos articulados y unidos mediante un sistema pivotante.

En España, el ingeniero militar Betancourt desarrolló un telégrafo óptico de un solo brazo móvil que permitía una transcripción-recepción más rápida y su uso nocturno, gracias a la incorporación de luces de aceite y espejos reflectores. Estas ventajas supusieron un notable adelanto en el sistema de comunicaciones de la época, pasando en pocos años del ámbito militar al civil.

GUERRA CONTRA LA CONVENCIÓN, 1793-1795

Tras la ejecución de Luis XVI y su familia, España se une a la coalición antirrevolucionaria formada por las principales monarquías europeas. La guerra contra los republicanos franceses contó con un enorme apoyo popular en forma de voluntarios y donaciones. En la Península, el escenario principal fue la frontera pirenaica, donde el general Ricardos llegó a ocupar el Rosellón. El enérgico contraataque francés obligó a Godoy a buscar la paz, firmada en Basilea en 1795.

La guerra contra la Convención reveló la falta de preparación de España para la guerra total: el Ejército no estaba equipado para combatir este tipo de guerra y a este enemigo. Era un Ejército del siglo XVIII contra una nación en armas, una causa dinástica contra una lucha revolucionaria.*

Capitán General Antonio Ricardos. S. XIX. Óleo sobre lienzo. Copia del original de Goya.
Capitán General Don José Urrutia de las Casas
S. XIX. Óleo sobre lienzo. Copia del original de Goya.
2. Fusil español de Cazadores modelo 1790. Marshal, C. 1790. Hierro, latón, madera.
3. Bayoneta de cubo para fusil de Cazadores modelo 1790. C. 1790. Acero.

EL PRECIO DE LA AMISTAD CON FRANCIA

El tratado de San Ildefonso de 1796 formalizó la alianza con Napoleón. Poniendo a disposición de Francia los recursos militares españoles y arrastrando a Carlos IV a la guerra contra Inglaterra. Esta ruinosa política exterior acarreó la pérdida de la flota tras las derrotas de San Vicente (1797) y Trafalgar (1805), el bloqueo británico a Cádiz y el ataque a las rutas comerciales entre España y América.**

En 1801, la sujeción a los intereses franceses empujó a la Corona a invadir Portugal  en la denominada Guerra de las Naranjas, Tras la rápida ocupación de varias poblaciones lusas, Portugal aceptó cerrar sus puertos a los barcos británicos y entregar a España la ciudad de Olivenza. A Godoy esta victoria le valió el título de Generalísimo.

LA DERROTA DE NELSON

La recuperación de la alianza francesa en 1796 tiene como primera consecuencia el enfrentamiento con Inglaterra. El ataque británico a Santa Cruz de Tenerife, dirigido por el entonces contralmirante Nelson se salda con un rotundo fracaso. El general Gutiérrez, que ya había derrotado a los ingleses en las Malvinas y en Menorca, organiza eficazmente la defensa de la isla. Consigue rechazar dos ataques de la Marina británica y cercar a los asaltantes en un punto próximo a la costa. Los ingleses sufren grandes pérdidas de material y un total de 349 bajas frente a las 72 españolas. Con Nelson herido por un impacto de la artillería los ingleses capitulan el 25 de julio de 1797.

«No puedo dejar esta isla sin devolver a V.E. mis mas sinceras gracias por su cariñosa atención para mí y su humanidad para aquellos de nuestros heridos que estuvieron en su poder o bajo su cuidado, así como su generosidad con todos los que fueron desembarcados, la que no olvidaré de hacer presente a mi Soberano y espero en alguna futura ocasión poder tener el honor de expresar personalmente a V.E., cuanto soy de V.E., obediente y humilde servidor.

Horacio Nelson

Ruego a V.E. me honre aceptando un barril de cerveza inglesa y un queso.

Don Antonio Gutiérrez, Comandante General de las Islas Canarias.»

Teseo-Tenerife 26 de Julio de 1796
Regimiento de Infantería Suiza Redding Joven nº 2 (1808)
1792-1808-1815. Textil.
Bandera del 2º batallón del Regimiento Real de Zapadores Minadores
1802-1844. Textil
1. Granada recogida en Bailén. C. 1808. Hierro
2. Balas o proyectiles de metralla para cañón. Batalla de Bailén. 1806-1808. Hierro.

LA BATALLA DE SAN MARCIAL

La batalla de San Marcial fue la primera en la que el Ejército Nacional derrotó al Ejército Imperial francés haciendo que este abandonara la Península***

La transcendencia  de la batalla da origen a la creación del Regimiento San Marcial nº 9 y a la popular marcha del mismo nombre.

El pintor plantea  un episodio significativo del combate. La acción se sitúa al pie del monte San Marcial, cuya ermita se vislumbra en la parte superior del cuadro, tras las nubes de pólvora ya orillas del Bidasoa.

El lienzo representa una carga a la bayoneta de los combatientes españoles de infantería pertenecientes a los regimientos 1º Cántabro y 1º de Asturias que fueron reforzados por los voluntarios de Guipúzcoa.

Batalla de San Marcial (1813)
Augusto Ferrer-Dalmau Nieto, 2013. Óleo sobre lienzo.

La bandera blanca con la cruz roja de San Andrés y escudo real en el remate de las aspas, ondea al frente de los combatientes. Es la representación de la “Patria”.

Dirigiéndolos marchan a caballo sus mandos. La presencia de los mismos en el combate refuerza la íntima relación y vicisitudes compartidas. Representa la ejemplaridad del “Mando”.

Ala derecha del cuadro se sitúa un cañón, una de las dos piezas de artillería que sirviendo de apoyo al ataque de las tropas que cruzaron el río.

Al pie del cañón yace un joven tambor, junto a él su “caja de guerra”, instrumento con el que transmitían las órdenes. Simbolizando su juventud el ofrecimiento de la ”Vida a la Patria”.

Cañón español corto llamado El Dragón.
Fábrica de Armas de Sevilla, 1790. Bronce y plata.

En este cañón singular (El Dragón) por la historia que acarrean sus inscripciones. Carlos IV lo disparó por vez primera como reflejan las inscripciones del tercer cuerpo. También se relata la historia del cañón, apresado por los franceses y posteriormente recuperado por los jóvenes vitorianos, apareciendo el escudo de armas de Vitoria en plata.   

Juramento de las banderas
Manuel Castellano, c. 1850
. Óleo sobre lienzo.

En 1807 el Marqués de La Romana parte a Dinamarca en apoyo a Napoleón obligado por el Tratado de San Ildefonso. Allí les llegan noticias de la ocupación de España. Al pedirles jurar lealtad a José I, el Marqués se resiste fraguando un plan de fuga.**** El cuadro recoge el momento en que juran fidelidad a España besando las banderas.

MAQUETA PLAZA DE GERONA. ASEDIO GUERRA INDEPENDENCIA, 1809

Madera, metal, pigmentos

El sitio de Gerona, ocurrido el 6 de mayo de 1809, conocido también como Tercer Sitio de Gerona, hace referencia a los siete meses de asedio a los que la Grande Armée.*****

Gerona se mantuvo en lucha bajo el mando del general Álvarez de Castro, hasta que la enfermedad y el hambre les obligaron a capitular, el 12 de diciembre.

El 6 de mayo, un ejército francés de 18.000 hombres capitaneados por el Mariscal Augereau ordenó el sitio de la ciudad.

El general Álvarez de Castro, encargado de organizar la defensa contaba tan sólo con 5.600 hombres bajo su mando.

Durante el sitio, el regimiento de Saboya realizó varios convoyes con suministros, pero debido a la disminución de los defensores de la ciudad, el 26 de junio se le ordenó ingresar a Gerona para ayudar a la defensa, debiendo penetrar las líneas francesas en un ataque a bayoneta calada.

Los franceses montaron 40 baterías que durante los siguientes siete meses dispararon 60.000 balas de cañón contra la ciudad.

En agosto, las tropas francesas capturaron el castillo de Montjuich, pieza clave en la defensa de la ciudad. Irreductible, Álvarez ordenó construir barricadas y trincheras dentro de la propia ciudad, prolongando la lucha durante otros cuatro meses hasta que, exhausto y enfermo, delegó el mando en el brigadier Julián Bolívar. Dos días después, el 10 de diciembre, la ciudad capituló.

– – – – – – o – – – – – –

(*) Cabría puntualizar que al principio de la contienda se hicieron varios progresos en territorio francés. Tras los exitos iniciales los mandos del ejército pidieron más medios al gobierno y estos, al parecer, no llegaron a concretarse, por lo que hubieron algunas dimisiones por tal hecho. El hecho de emprender una guerra sin un objetivo claro y la falta de medios, entre otros, influyeron en la suerte de la contienda, no tanto el que fuera la nación en armas (que lo era), ya que los franceses por entonces tenían varios frentes, de los cuales el pirenaico era uno más.

(**) – Hubo un ataque previo de la flota inglesa a una flota española que venía de las Américas, sin estar los dos países en guerra, lo cual era motivo claro de casus belli. Como ya comentamos en su momento en la entrada dedicada al tema Ejército vs. guerrilla en la Guerra de Independencia, basado en R. Fraser. el ejército español no estaba preparado para una defensa de sus fronteras contra Francia, por lo que era complicado sustraerse a la influencia de Napoleón y su poderío militar. Inglaterra había sido un enemigo tan solo unos decenios atrás, con la Guerra de Independencia americana, cuando el gobierno español colaboró con ingentes medios militares a la causa de los americanos contra la corona británica.

(***) – San Marcial fue una de tantas batallas en la frontera pirenaica entre el ejercito anglo-portugués y español contra las tropas francesas al mando del mariscal Soult, por lo que atribuirle a esta victoria el peso de la salida de los franceses de España se nos antoja del todo inexacto.

(****) – A la materialización de la fuga del contingente de la Romana contribuyeron en gran medida el gobierno y la flota ingleses, así como un espía católico irlandés a su servicio, el padre James Robertson, que se entrevistó con La Romana y ganándose su confianza garantizó el contacto entre la flota inglesa y el comandante español, para poder coordinar un plan de fuga. Para más información: La expedición a Dinamarca del Marqués de La Romana (1807-1808) (III). Fuga en Langeland y llegada a España.

(*****) – No era la Grande Armée propiamente dicha, sinó la Armée d’Espagne. En Cataluña entraría un primer contingente al mando del general Duhesme, y posteriomente entraría el 7º cuerpo de ejército del general Saint-Cyr (después al mando del mariscal Augereau), que se convirtió posteriomente en la Armée de Catalogne.


Fuentes:

1. Paneles informativos del Museo del Ejército de Toledo.

Imágenes:

a. Fotografías del autor.

El Museo del Ejército de Toledo (II)

Tiempo de lectura: 20 minutos

En esta segunda entrada de la serie nos dedicamos a continuar nuestra visita a las exposiciones del Museo del Ejército de Toledo dedicadas al final del siglo XVIII y la Guerra de Independencia. Veremos el cambio de rol de los militares en la sociedad aumentando su intervención en la política del país, las vicisitudes de la guerra contra los ejércitos franceses con las cabeza visible de la nación, el rey borbónico, exiliado en territorio francés y el sostenimiento de la organización de lucha por parte de las Cortes de Cádiz, en cuyo periodo también se vislumbró el cambio del significado del papel del ejército al pasar del tradicional ejército del soberano a un ejército de la nación -de clara inspiración francesa- y al tiempo que veremos algunos cambios significativos como el sistema de reclutamiento en la sociedad española de la época.

Panel informativo de la exposición.

BREVE RECORRIDO COLECCIONES S. XVIII-XIX

CIENCIA Y TÉCNICA MILITAR

El incipiente desarrollo industrial y la necesidad de modernizar las actividades fabriles, especialmente ligadas al equipamiento militar, fomentan la creación de manufacturas. Éstas, acogidas a la protección real mediante el sistema de asientos, viven en la segunda mitad del siglo XVIII un proceso de estatalización y militarización.

El intervencionismo del Estado incrementó la inversión pública, terminó con los privilegios monopolistas de algunos contratistas privados y estableció un mayor control sobre la producción. La dirección y gestión de las fábricas se encomendó a miembros de los cuerpos de Artillería e Ingenieros, que aplicaron a tareas empresariales los últimos adelantos en tecnología militar.

1. Romana. Real Maestranza de Sevilla, 1785. Bronce; 2. Plancha para el Tratado de Artillería de Morla: máquina para barrenar y tornear. Juan Moreno Tejada (grabador), 1792. Cobre; 3. Probeta española para pólvora negra con llave de patilla. Cataluña, c. 1713; 4. Plancha para el Tratado de Artillería de Morla: balas, granadas, bombas, pasabalas. Juan Moreno Tejada (grabador), 1792. Cobre
1. Plano de una parte de Gibraltar con sus ataques hasta el 15 de febrero de 1705. Reproducción; 2. Maqueta de batería flotante. 1ª mitad s. XIX. Madera y textil. Representa a la batería que se utilizó en el sitio de Gibraltar en 1782.
Bandera coronela del Regimiento de Infantería de Línea España (1762-1795) C. 1792. Tafetán de seda. Fue usada por Bernardo de Gálvez en la toma de Pensacola, 1781.

EJÉRCITO Y SOCIEDAD

A lo largo del siglo asistimos al ascenso de los militares dentro de los planteamientos administrativos y profesionales trazados por la Monarquía. Su experiencia en la dirección y manejo de recursos les sitúa en lo más alto de la vida política y cultural. Del carácter pionero de sus investigaciones se benefició, no sólo el propio ejército, sino también la sociedad civil en campos como la Ingeniería y el Urbanismo o la Medicina.

“Por España y por el rey. Gálvez en América”. Batalla de Pensacola.
Augusto Ferrer-Dalmau, 2015-16. Óleo sobre lienzo
El cuadro refleja el episodio de la Toma de Pensacola en 1781, con el retrato de Bernardo de Gálvez como protagonista de la composición. Esta batalla supuso la culminación del apoyo de España en la reconquista de las Floridas, territorios sometidos al dominio británico, en el contexto de la revolución americana. Tras este enfrentamiento, el rey de España, Carlos III, otorgó a Gálvez los títulos de vizconde de Galveston y conde de Gálvez.
Esta obra de Ferrer-Dalmau destaca por su carácter narrativo y la veracidad en la presentación de la escena de la batalla. El cuadro es un verdadero estudio de la uniformidad, equipos y armas que utilizaba el ejército español en tierras americanas en el siglo XVIII.

ESPAÑA Y SU HISTORIA MILITAR

La quiebra del Antiguo Régimen

EL ciclo revolucionario que abre la Edad Contemporánea en Occidente presenta en España una enorme complejidad. Mientras el país –despojado de sus reyes- lucha contra las tropas francesas, las Cortes, reunidas en Cádiz redactan la primera Constitución y la América española inicia su proceso independentista. El lento avance del Liberalismo y su defensa frente a los nostálgicos del Absolutismo protagonizará la primera mitad del siglo XIX.

Superior Izquierda: Retrato de Carlos IV

Superior derecha: Manuel Godoy, guardia de corps, por Francisco Folch de Cardona

Godoy viste uniforme de guardia de la Compañía Española de las Reales Guardias de Corps, primer cuerpo de caballería del ejército y escolta del rey, en el que había ingresado en 1784. Según lo estipulado en el reglamento de 1768, el atuendo incluye casaca y calzón azules, y chaleco o chupa rojo, prendas ornamentadas con alamares plateados y profusión de botones. Lleva además camisa de chorreras, corbatín y sombrero de candiles negro, adornado con galón y botón de plata, en el que destaca una escarapela o cucarda roja.

Sobre la indumentaria se dispone una bandolera blanca con cuadretes rojos, símbolo de la Compañía Española de Corps a la que pertenecía. Como complemento lleva el espadín plateado, de uso preceptivo en recepciones oficiales y actos religiosos, y una cadena de reloj, probablemente de acero, que asoma discretamente bajo el lado derecho de la chupa.

El lienzo se fecha hacia 1788, cuando el futuro Príncipe de la Paz sólo tiene veintiún años y todavía no había comenzado su vertiginosa ascensión al poder. Este retrato, el primero de los muchos encargados por Godoy a lo largo de su vida, formó parte su colección hasta 1808.2

Izquierda: Jetón Conmemorativo de la Paz de Amiens (c. 1802). Plomo; Derecha: Jetón Conmemorativo de la Ruptura de la Paz de Amiens (c. 1803). Plomo.
Napoleón Bonaparte. Louis Aristide (autor). Groupil et Cie (fundidor), 1841. Papel y tinta.
Constitución Política de la Monarquía española, promulgada en Cádiz el 19 de marzo de 1812. Reproducción.
Sobre y Carta autógrafa de Napoleón a Carlos IV. 1807. Papel manuscrito, tinta.

Superior izquierda: Placa de cartuchera de voltigeur de la Guardia Real. Bronce

El águila, repetida como insignia y símbolo hasta la saciedad durante el gobierno de Napoleón Bonaparte, representa el esplendor de un imperio que imita el patrón de la Roma clásica.

Superior derecha: Miniatura de José Bonaparte. Roxas, 1808-1814. Pintura al óleo.

Presenta un busto del rey José Bonaparte de frente, vistiendo el uniforme que se adoptó para los granaderos de su Guardia Real formada en España con oficiales franceses y soldados de ambas nacionalidades. En el pecho luce las siguientes condecoraciones: Toisón de oro, Legión de Honor, Orden de las Dos Sicilias, Placa de la Legión de Honor y una placa sin identificar. El interés de esta miniatura es muy importante, ya que cualquier objeto relativo al reinado de José Bonaparte tiene gran interés ya que hoy es prácticamente imposible encontrarlos y más, relacionados al ejército creado durante su convulso mandato (1808-1814). En este caso estamos ante la única representación conocida existente en España de José retratado ala manera impuesta por su hermano, es decir, con el uniforme militar de su Guardia (en este caso española) y luciendo algunas de las condecoraciones creadas durante su efímero reinado.

Cordones de chacó atribuidos a un músico del Regimiento José Napoleón, formado por españoles al servicio de Francia. 1813. Textil.
Estimación de las cantidades de telas, tejidos y botones necesarios para la confección de las diferentes partes de la indumentaria del Batallón de Pioneros Españoles.
Gola de oficial. (c. 1814). Latón, cobre, plata.
Espada y vaina para cadete de la Guardia Real de Fernando VII. 1815-1823. Acero, bronce, cobre.
Flauta. 1ª mitad s. XIX. Madera, hueso y metal.
Fernando VII. Vicente López Portaña, 1830. Óleo sobre lienzo
Alabarda del reinado de Fernando VII. Toledo, 1814. Acero.
1. Sable y vaina para Oficial de Caballería ligera basado en el modelo 1796 del Teniente General José María Torrijos. Inglaterra, 1800-1815. Acero, bronce, oro.
Espada de corte del General Díaz Porlier. 1800-1811. Acero, bronce y hueso.
Teniente General Ezpoz y Mina
José Piquer Duart, 1855. Hierro
Húsar de la Guardia de Godoy.
Bandera del Regimiento de Infantería de Valencia. 1815-1823. Seda, tafetán, bordado.

LA ORGANIZACIÓN MILITAR Y SUS HOMBRES

Durante el primer tercio del siglo XIX, el Ejército fue creado y disuelto en sucesivas reformas que cambiaron el viejo concepto de servicio al Rey por el incipiente de servicio a la nación*.

Las guerras dieron lugar a modelos organizativos diseñados ad hoc, mientras que, en los períodos de paz, nuevos esquemas se renovaron o reemplazaron los precedentes.

(*) Una clara influencia de las ideas y postulados que surgieron como resultado de la Revolución Francesa.

REFORMAS MILITARES

El ocaso del Ejército Real.

Aunque la Guerra contra la Convención francesa evidenció la ineficacia de la organización militar del Antiguo Régimen, el Ejército que combatió en la Guerra de Independencia -reclutado según la Ordenanza de 1800- mantuvo dicho esquema.  En Cádiz, las Cortes diseñaron un ejército basado en el concepto de nación en armas y en la Milicia Nacional integrada por ciudadanos voluntarios.

Finalizada la guerra, Fernando VII retomó la antigua organización mientras los liberales utilizaron el Ejército como instrumento de presión. Durante el Trienio liberal, la Ley Constitutiva recuperó temporalmente el Ejército constitucional integrado por milicias. Reinstaurado el Absolutismo, Fernando VII estableció un Ejército Real que, tras combatir contra las tropas carlistas, fue nuevamente disuelto.

Izquierda: Miniatura de subteniente de infantería. 1800-1814. Óleo sobre lienzo.; Derecha: Miniatura de brigadier. Manuel Miranda y Rendón, 1ª mitad s. XIX. Óleo sobre lienzo.
«Explicación de las láminas relativas al tratado de exercicios y maniobras de Infantería». 1808. Papel, tinta.
Miniatura de Comisario de guerra. 1800-1850, óleo sobre lienzo.
1. Sable de oficial de Infantería del Capitán General Blake. 1805-1810. Acero, bronce, latón.; 2. Estuche portaplanos del General Blake. (c. 1799). Cuero, metal.

Mapa de España del General Blake. 1799. Papel y tinta de impresión.

La cartografía durante el s. XVIII estuvo totalmente ligada al ámbito militar. La realización de los mapas se basaba en la triangulación y en determinaciones astronómicas que permitían aportar importante información territorial.

El mapa de Blake, utilizado durante la Guerra de Independencia, refleja la Península Ibérica, las Islas Baleares y la zona de Tetuán, y en él se marcan las divisiones administrativas con líneas de color. Está realizado en 1799 por el importante cartógrafo francés, Edme Mentelle junto a Pierre-Gilles Chanlaire. Se compone de nueve estampas independientes, que habitualmente se unían con una trasera reforzada que permitía plegarlo. La longitud de meridiano tomada es la de la isla de Hierro y de París. El relieve se ha representado mediante montes de perfil.

Casaca de Capitán General del General Blake
(c. 1815). Lana, seda y metal.
Detalle del lateral izquierdo de la casaca anterior.
Bandera del 1er Batallón del Regimiento de Zapadores-Minadores (1813-1815) y posteriormente bandera del 1er Batallón Real de Zapadores-Minadores-Pontoneros (1815-1832). 1813. Tafetán.
Uniforme de soldado de Ingenieros del Real Regimiento de Zapadores 1803. Taller de Alberto Ranz, c. 1908. Seda, cuero, metal.; Machete-sable para Zapadores modelo 1803. Toledo, Fábrica Nacional de Armas, 1803. Acero, madera.
1. Modelo de zapapico grande [definido por la RAE como instrumento para cavar] (c. 1800). Metal, madera; 2. Modelo de pico grande (c. 1800). Metal, madera.; 3. Modelo de pala plana (c. 1800). Metal, madera.; 4. Modelo de hacha grande (c. 1800). Metal, madera.; 5. Modelo de pisón de punta (c. 1800). Metal, madera.; 6. Modelo de carretilla común (c. 1800). Metal, madera.; 7. Modelo de cajón con ruedas (c. 1800). Metal, madera.; 8. Modelo de cesto (c. 1800). Mimbre, madera.

RECLUTAMIENTO Y VIDA MILITAR

El concepto de nación en armas creado por la Revolución Francesa pone fin al oficio de soldado y consagra la devaluación del voluntariado, la desaparición de la leva y la transformación de la quinta limitada y esporádica en masiva y periódica.

La llamada a filas establece el padrón municipal como base del sorteo, contempla exenciones por profesión y condición y exclusiones por talla y enfermedad. Las reformas solapadas de absolutistas y liberales trataron de frenar los abusos y la impopularidad del reemplazo. Finalmente la Ordenanza de 1837 fijó un sistema eficaz, aunque no logró erradicar las injusticias: exenciones selectivas, sustituciones y redenciones. De este modo el tributo de sangre caía sobre las clases desfavorecidas.

1. Banda de la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Fernando del General Blake, 1811-1815

2.3. Placa y Cruz de la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, 1814

4. Cruz laureada de 3ª clase de la Real y Militar Orden de San Fernando del General Blake, 1814

5. Cruz de oro de la Real y Militar Orden de San Fernando, para jefes y oficiales, del General de Brigada de Infantería José Berruezo y Berruezo, 1811-1815

6.7. Medalla de distinción de los prisioneros militares de oro para oficiales, del General Valdés y Arriola, y Medalla de distinción de prisioneros militares de plata para tropa, 1814

8,9. Cruz de distinción de San Lorenzo del Puntal para oficiales de Cecilio Navarro de Palencia y Cruz de distinción del Primer Ejército o de Cataluña, 1815

10. Cruz de distinción de San Marcial del Teniente General Sanz y Soto, 1814

11. Medalla de Arroyo Molinos del Duque de Ahumada, 1817

12,13. Cruz de la fuga de Portugal y Cruz de Distinción de Victoria del Teniente General Sanz y Soto, 1815

14. Medalla de distinción de las Víctimas del 2 de mayo, 1815

15,16. Medalla de distinción de Bailén y Medalla de la rendición de la Escuadra Francesa, 1808

17. Cruz del sitio de Gerona, 1810


Fuentes:

1. Paneles informativos del Museo del Ejército de Toledo.

2. https://www.academiacolecciones.com/pinturas/inventario.php?id=0695

Imágenes:

a. Fotografías del autor.

El Museo del Ejército de Toledo (I)

Tiempo de lectura: 12 minutos

Una lejana aspiración que teníamos era la de rendir visita al Museo del Ejército que se encuentra ubicado en el complejo del Alcázar de la imperial ciudad de Toledo. A través de sus 21 salas permanentes, podemos realizar un extenso recorrido por la historia militar española desde la formación de los primeros ejércitos en la Antigüedad hasta el ejército en nuestros días.

Lógicamente el recorrido que os presentamos en la primera de tres partes, se basa en las salas que tenían como objeto la época desde la segunda mitad del siglo XVIII hasta la Guerra de Independencia. Una visita muy enriquecedora, con muchas referencias conocidas, otras no tanto, y que en su conjunto colocan a este museo, sin duda, a la altura de los mejores museos de Europa en la materia.

La fachada de la puerta principal de acceso al Alcázar, denominada Puerta de Covarrubias, situada en la fachada norte. Esta puerta lleva el nombre de Alonso de Covarrubias, que fué el arquitecto que reformo el Alcázar de Toledo por orden de Carlos V en 1510.

BREVE RECORRIDO COLECCIONES S. XVIII-XIX

Plano del Puente de Alcántara
Este puente fue construido entre los años 105 y 106 por el arquitecto romano Cayo Iulio Lacer para salvar el rio Tajo en la vía que comunicaba Norba (actual Cáceres) con Conimbriga (hoy Condeixa-Velha).
Está compuesto por seis arcos con una longitud de 214 metros y tiene una altura de 48 m. en sus arcos centrales.
Uno de los arcos fue destruido en 1809, durante la Guerra de Independencia, para impedir el paso de las tropas francesas siendo reconstruido en 1860 durante el reinado de Isabel II.
Maqueta del puente de Alcántara
Madera, fibra vegetal, lienzo y pigmentos (c. 1900)
Escultura de la musa Clío
Aniceto Marinas, 1912. Escayola y pigmento
Esta escultura de la musa Clío, protectora de la Historia, aparece coronada de laurel y apoyando su brazo izquierdo sobre un libro. Es una obra que el escultor Aniceto Marinas realizó como ejercicio de pensionado en Roma y que se concibió para formar parte de un monumento mayor en memoria de Daoiz y Velarde. Se trata de un boceto en escayola bronceada que el propio autor donó al Museo de Infantería en 1913.

LA ARTILLERÍA

Las antiguas máquinas de tiro tenso dieron paso a las primeras piezas de artillería, cuyo uso en la Península Ibérica a está documentado desde el siglo XIV. Su importancia fue en aumento a medida que se perfeccionaron como armas de asedio y de campaña, llegando a adquirir un protagonismo decisivo en la Guerra de Granada (1482-1492).

Las primeras bombardas de hierro se emplearon tanto para la defensa de fortalezas como para demoler los muros de los castillos. Su peso podía llegar hasta 6 toneladas y su alcance máximo era de unos 1.300 metros. Sin embargo, la necesidad de que la artillería pudiese acompañar a los ejércitos posibilitó que apareciesen piezas de menor calibre y tamaño, como el falconete, la cerbatana y el ribadoquín.

A mediados del siglo XV comenzaron a emplearse piezas de tubo más corto y tiro curvo, para que el proyectil cayese en el interior de las fortalezas: las bombardas trabuqueras, morteros y pedreros.

Modelo de cañón corto “Deocleciano”, sobre cureña. España, s. XVIII

LLAVES Y PARTES DE ARMAS DE FUEGO

Europa s. XVI-XIX

El conjunto más numeroso de piezas está formado por una serie de llaves que recogen de una manera cronológica la evolución de los sistemas de ignición, salvo la mecha, comenzando por el sistema  de rueda, pasando  después a mostrar un conjunto más numeroso de llaves de pedernal de diferentes tipos destacando la de patilla o española de los siglos XVII y XVIII. También aparecen varios ejemplos de llaves de percusión. Así mismo aparecen instrumentos de arcabucería como dos instrumentos multiusos como martillo para afilar piedras, destornillador y limpiador de oídos.

1. Pistola de rueda (s. XVI); 2-5-8-11-14-19-22-23. Pistola transformada a percusión (s.XIX); 3. Pistola de pedernal de llave de patilla (s.XIX); 4-20-21-27-28. Pistola de pedernal de llave a la francesa (s.XIX); 6-7-16. Pistola de pedernal de llave de patilla (s.XIX); 9. Pistola de pedernal (s.XVIII); 10. Pistola de pedernal de llave a la francesa (s.XVIII); 12. Pistola de percusión de dos cañones (s.XIX); 13. Pistola de pedernal de llave a la francesa (s.XVIII); 15. Avispero de 6 cañones (s.XIX); 17-18-25-26. Pistola de percusión (s.XIX); 24. Pistola de mecha (s.XVIII).
Francisco Serrallac y Rivas.
Ingeniero militar, Mariscal de campo de ingenieros.
Subteniente del Ejército, en 1799 ingresó en el Cuerpo de Ingenieros. Fue ascendido a capitán de Ingenieros en mayo de 1804 tras haber participado en la Guerra de la Convención. Estando destinado en Galicia ascendió a sargento mayor de brigada y participó en la Guerra de la Independencia contra los franceses, dirigiendo el Colegio Militar de Santiago. Fue ascendido a coronel el 3 de febrero de 1813. Durante el Trienio Liberal fue diputado en Cortes por Cataluña. Desde 1835 fue director subinspector del Cuerpo de Ingenieros en Castilla la Nueva, Granada y Cataluña. El 4 de mayo de 1845 ascendió a mariscal de campo. Fue distinguido con la Gran Cruz de la Real orden de San Hermenegildo y de la Orden Americana de Isabel la Católica. Falleció en 1860 a los 83 años.
2
Botones de la milicia de Nueva España. 2ª mitad s. XVIII. Metal.
Muestras de los botones del uniforme de los Cuerpos de las Milicias Provinciales de nueva España.
El nombre de los regimientos está reflejado en cada botón.
1 y 2. Espuelas mejicanas. Metal y cuero
2. Carabina modelo 1753.
3. Mosquete español de borda. Cataluña (c. 1780)
4. Fusil de Infantería Modelo 1789 3ª versión.
5. Bayoneta de cubo, modelo 1789 (1789-1800)
1. Granada de mano. S. XVIII, Vidrio

RECLUTAMIENTO Y VIDA MILITAR

La estructura estamental de la sociedad dieciochesca condiciona el acceso a la milicia. Los oficiales procedían en su mayoría de la nobleza, obligada a acudir al llamamiento del Rey. La progresiva relajación de este deber instauró la figura del cadete, joven noble que ingresaba en un regimiento para acceder con posterioridad a la oficialidad.

Los soldados eran voluntarios por un periodo de 5 a 8 años, con un sueldo diario o prest, un sueldo extraordinario en tiempos de guerras y las pensiones. Ante la escasez de reclutas se realizaron levas y sorteos de forma esporádica. Finalmente se impusieron estos últimos, pasando a ser anuales con la Ordenanza de 1770. Al identificar voluntarios y mozos con vagos y desertores, este sistema, que primaba la cantidad sobre la calidad, devaluó la profesión militar.

«Tratado de artillería para el uso de la Academia de Caballeros Cadetes…»
Reproducción. Original escrito por Tomás de Morla y Pacheco.
1. Pistola de Caballería modelo 1753. España, 1756
4. Pistola de Caballería de Línea modelo 1789. Pere Tallandé. Barcelona, 1770-1799
3. Plancha del Tratado de Artillería de Morla: Art. VIII. Lam 3. Fernando Selma (grabador). 1792, cobre

2. Pistola de Caballería Ligera modelo 1789. Pere Tallandé. Barcelona, s. XVIII

CONSTRUCCIÓN Y FORTIFICACIÓN

«Fortificación o Architectura Militar es el Arte que enseña a cerrar y fortificar una Plaça para que pocos se puedan defender estando a cubierto de muchos.»     

Sebastián Fernández de Medrano, 1700 

El siglo XVIII asiste a la consolidación de la construcción abaluartada con los sistemas de fortificación Vauban. Basados en cálculos aritméticos y geométricos, estos sistemas tienen como objetivo evitar ángulos muertos y puntos ciegos mediante la planta poligonal y la edificación de baluartes.

Las construcciones alcanzan una enorme sofisticación al establecer sucesivas líneas de defensa escalonada, que disminuyen en altura a medida que se alejan del centro. La fortificación abaluartada no precisaba de un emplazamiento dominante en altura, ya que su propia estructura garantizaba el control del territorio y la defensa en profundidad.

Morteros (1 y 2) y diferentes elementos de uso en el asedio y defensa de fortificaciones
Cañón de campaña o batalla.
Mortero
Plancha del Tratado de Artillería de Morla: avantrén. Juan Moreno Tejada (grabador). 1792. Cobre
1. Cañón corto “El Calígula”. José Barnola (fundidor), Real Fundición de Bronces de Barcelona, 1771. Bronce.
2. Bolaño. 1762. Roca volcánica
3. Mortero “Eximio”. Real Fundición de Bronces, Sevilla, 1777. Bronce y madera.
Tomás de Morla y Pacheco
Fábrica de Trubia. 1848. Hierro.
Autor del Tratado de Artillería compendio de los conocimientos adquiridos en sus viajes por Europa y que tuvo ocasión de poner en práctica a partir de 1792 cuando dirigió la Fundición de Artillería de Barcelona.
Cañón largo de a 24 “El Prusiano”. Real Fundición de Bronces, Sevilla, 1785.
La indústria militar del s. XVIII, con la ubicación de fábricas y zonas productivas.
Modelo del cañón “Tigre” con cureña y avantrén. 1800. Metal y madera.
Modelo de artillería compuesto del cañón “Tigre”, con cureña, avantrén y plataforma, atacadores y proyectiles.

Fuentes:

1. Paneles informativos del Museo del Ejército de Toledo.

2. http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/autoridad/160413

Imágenes:

a. Fotografías del autor.

Exposiciones Musée de l’Empéri. Salon-de-Provence (Francia) (V)

Tiempo de lectura: 30 minutos

Seguimos una semana más con nuestra visita al excelente Musée de l’Emperi que se halla en la ubicado en la bonita población francesa de Salon-de-Provence, al sureste del pais. Constituida a principios del siglo XX por dos hermanos apasionados coleccionistas, Raoul y Jean Brunon, su colección toma definitivamente una nueva orientación a partir de la Primera Guerra Mundial, debido a la muerte de Raoul en el frente, para convertirse en una colección de referencia para todo buen aficionado y un museo público en 1967.

En esta quinta y penúltima parte una maqueta de un cañón y un avantrén del sistema Gribeauval, las consabidas reproducciones de uniformes de soldados, con la novedad de dos uniformes de soldados ingleses, cascos y corazas de coraceros franceses, la famosa caballería pesada de Napoleón y que curiosamente nunca formó parte de la Guardia Imperial, varias águilas cuya adopción de los ejércitos por Napoleón rememoraba a las legiones romanas, todo un guiño al gusto neoclásico imperante en la época, varios cuadros y finalmente unas muestras de la famosa condecoración francesa de la Legión de Honor, instaurada por el Primer Cónsul Napoleón en 1802, con la particularidad que no solo recompensaba a militares, sino también a los hombres de ciencia, de la cultura o las artes, y que nos ha llegado hasta nuestros días.

LAS COLECCIONES (Cont.)

El águila imperial

El material de artillería “Gribeauval”

El material de artillería desarrollado por el teniente-general de Gribeauval fue adoptado por Luis XV, en 1765. Su perfección era tal que sirvió en el ejército francés hasta el comienzo del reinado de Luis Felipe (1830), fecha en la cual fue reemplazado por el sistema del mariscal Valée. Se distinguió particularmente en el transcurso de las campañas de la Revolución y el Imperio.

La artillería de campaña Gribeauval comprende los cañones de 4, de 8 y de 12 libras (peso de la bala) y de los obuses de 6 y de 24 pulgadas (diámetro del obús). Con las modificaciones del año XI (1803), los cañones de 6 libras tomarán poco a poco el lugar de los 4 libras, más ligeros. La artillería de asedio y de plaza se reservaba para las piezas pesadas de 16 y de 24 libras.

Los cañones disparaban proyectiles redondos hechos de hierro fundido macizo, la bola o cargas de metralla compuestas de aproximadamente cien bolas de aproximadamente 20 mm de diámetro, los vizcaínos. Los obuses, cuyo tubo era mucho más corto, enviaban proyectiles huecos en hierro fundido, que contenían una carga que explotaba con una mecha. Todas las piezas se cargaban por la boca

Modelo reducido a 1/4 de un cañón de 8, sistema Gribeauval con avantrén, cajón y accesorios. 1791 

Bala de 8 libras.

Pieza de campaña de 8 libras (peso de la bala), sistema Gribeauval, Modelo a la escala de ¼, obra de F. Brezin, maestro de forja (1758-1828), datado en 1791, con su cajón expuesto en la segunda vitrina.

El cañón de 8 libras era servido por 13 hombres y era tirado por 4 o 6 caballos. La pieza pesaba 1.650 kg. Su alcance práctico era de 1.000 metros. Velocidad inicial del proyectil: 420 m/s. Cadencia de tiro: 2 a 3 disparos por minuto.

Cuadro del barón Dard, jefe de escuadrón de dragones hacia 1810.

Brevete de jefe de brigada del 8º regimiento de húsares de François Marola, llamado Marulaz (1769-1847). Niño de la tropa (enfant de troupe) en los Húsares de Esterhazy a la edad de 9 años, coronel del 8º de húsares a los 29 años en 1798, general de división en 1809, 19 heridas, 26 caballos muertos bajo él, Marulaz es con Lasalle, una de las figuras más extraordinarias de los grandes caballeros de la Revolución y el Imperio. Comandaba el escuadrón que participó en la toma de la flota holandesa bloqueada por los hielos en Texel en 1795.

Sable habiendo pertenecido al general Marulaz. Guarniciones y vaina de oro y bronce dorado. En uno de los motivos figura un combate de húsares. En Wagram, el 6 de julio de 1809, el general Marulaz encontrándose en el momento de cargar al frente del 8º de húsares, grita: «Húsares del 8º, os he mandado durante doce años, mi nombre os es conocido. He ahí el enemigo, espero que no faltareis a vuestra antigua reputación. ¡Carguemos, Marulaz os encabeza!». El coronel del regimiento de Laborde resulta muerto en esta carga mientras que Marulaz pierde a su caballo muerto y es herido en la pierna izquierda.

Cartuchera de oficial del 24º regimiento de cazadores a caballo. En marroquin, guarniciones en plata.

Portapliegos de general de división de caballería ligera.

Vitrina con maniquíes a pie y a caballo, y armaduras y cascos en el suelo.

Coronel de un Regimiento de coraceros (Superior izquierda)

Casco en plata del 3er regimiento con penacho blanco de coronel. Uniforme del 8º regimiento con charreteras de coronel. Corazas de fantasía con patas de león. Pantalón de piel. Sable con guardia de batalla. Dragona de oficial superior.

Coracero del 1er regimiento con uniforme de gala hacia 1810 (Superior derecha)

Casco y corazas de la última etapa del Imperio. Sable modelo An XIII (1805). Pantalón de piel. Silla a la húngara de caballería pesada. (silla reconstituida). Este regimiento tomó parte en todas las campañas del Imperio de Austerlitz a Waterloo.

Dragón del 14º regimiento (Superior e inferior izquierda)

1806-1812. Casco de cobre dorado con pel de leopardo. Charreteras metálicas recubiertas de piel. Fusil de dragón modelo año IX. Sable de dragón modelo año XII. Campañas de Austria, Prusia y Polonia de 1806 a 1807: Austerlitz, Jena, Eylau, Firedland. En España a partir de 1808 hasta 1813.

Uniforme hacia 1810. Tela de lana, algodonada, metal, cuero, forro, madera. El uniforme de los dragones no cambia entre 1791 y 1812: está compuesto de un uniforme de tela verde con los colores distintivos: rosa para el 14º. Por el juego de estas disposiciones de colores en el cuello o en los cierres de las bocamangas, cada regimiento es reconocible aunque cada regimiento lleva su número en los botones. Este dragón lleva un uniforme con vascos largos con charreteras acampanadas, para proteger los hombros de los golpes de sable.

Los dragones son reconocibles por un casco de latón coronado por una cimera llevando una melena de crin. Esta baza, tanto estética como defensiva, también sirve para impresionar al adversario. A caballo, los dragones llevan un pantalón de piel blanca con las botas altas “à l’écuyère”, protegiendo las pantorrillas del jinete del rozamiento de las estriberas pero también de los golpes de los infantes.

De un servicio a pie montado, los dragones se transforman en jinetes capaces de combatir a pie.

Oficial del 7º regimiento de cazadores a caballo (Superior e inferior derecha)
1808-1818. Shako, uniforme con los colores distintivos, chaleco de fantasía. Sable de oficial “à la chasseur”. Charreteras de jefe de escuadrón. Condecoraciones de la Legión de Honor y la Corona de Hierro. Campañas de Prusia, Polonia y Austria de 1806 a 1809: Jena, Eylau, Raab, Wagram. En España en 1810 y 1811

Cascos y corazas de coraceros. Provenientes del campo de batalla de Wagram

Napoleón I en vestido de la Coronación
Anne-Louis Girodet. 1812-1814. Óleo sobre lienzo

El emperador en vestido de gala de la Coronación 

Pintura de Girodet (1767-1824). Napoleón hace un juramento, su mano derecha, adornada con el anillo de coronación, se extiende sobre el Código, el globo y la mano de la justicia (de los reyes de Francia), la mano izquierda sostiene el cetro imperial coronado por el águila. Lleva el gran collar de la Legión de Honor. Este retrato fue encargado a Girodet en 1812.
(Donación del Sr. Charles Pasqua, Ministro del Interior, febrero 1988)

Napoleón I, Emperador de los franceses

El general Henri-Gratien Bertrand (1773-1844), Conde del Imperio (Superior izquierda)

Uno de sus uniformes de general de División (otro uniforme está expuesto en la sala de Santa Elena)

El general Bertrand participa en todas las campañas de la Revolución y el Imperio después de 1794. Un cantón de su escudo, sobre su divisa, lleva una palma por su participación en la campaña de Egipto. Oficial de ingenieros, edecán del Emperador, su gran título de gloria es la construcción de los puentes sobre el Danubio durante la campaña de 1809 en Austria.

En el transcurso de la campaña de Sajonia en 1813, manda el 4º cuerpo de la Grande Armée y se halla en Lutzen, Bautzen y Hanau. Gran Mariscal de Palacio el 18 de noviembre de 1813 reemplazando a Duroc, ayudante mayor general del ejército en 1814, se encuentra en las batallas de Brienne, Champaubert, Montmirail, Craonne. Sigue al Emperador a la isla de Elba y está presente en Waterloo.

Fiel compañero de Napoleón, le sigue al exilio en Santa Elena y le asiste en sus últimos momentos el 5 de mayo de 1821. Está enterrado en los Inválidos, junto a la tumba de Napoleón.

Bandera del 1er regimiento de Granaderos a pie de la Guardia Imperial, 
devuelta por el Emperador en la parada del 15 de agosto de 1811, en las Tullerías.

Del modelo 1804-1811, esta bandera es de tafetán de seda tricolor de un único espesor, adornos e inscripciones pintadas en oro con revestimiento al aceite. En el reverso: VALOR Y DISCIPLINA. 1er BATALLÓN. Su asta está coronada por la águila en bronce dorado hoy desaparecida.

Esta bandera ha tomado parte en la campaña de Rusia (1812) y en la de Sajonia (1813). Estuvo presente en la batalla del Moskowa (Borodino) y en la entrada en Moscú.

Águila modelo 1804

Para las banderas y estandartes del ejército. Estos emblemas fueron distribuidos en el transcurso de la célebre ceremonia del 5 de diciembre de 1804. En bronce dorado, las águilas son obra del escultor Chaudet y del broncista Thomire. El águila constituía la esencia del emblema, siendo la tela secundaria. Se decía “el águila” y no la bandera. Recorrieron Europa de 1805 a 1814.

Placas de shakos o de cartucheras de regimientos de la Guardia Imperial. (Superior izquierda)

Proyecto de Decreto (Superior izquierda)

Del Consejo de Estado para determinar la “forma y composición del sello del Imperio”. El consejo ha propuesto “un león en reposo de oro”. El Emperador, de su mano, ha tachado esta proposición para escribir en su lugar “un águila desplegada”. En el margen “Saint Cloud, el 21 Mesidor Año 12 (10 de julio de 1804) – Aprobado – Napoleón”. Facsímil. El original está en los archivos de Francia.

El águila. Emblema del Imperio. (Superior derecha)

Napoleón escogió el mismo el emblema del Imperio siguiendo los consejos de su director de Bellas Artes, Vivant Denon. Poco después de la proclamación del Imperio, el 18 de mayo de 1804, Napoleón encarga al consejo de Estado determinar el sello oficial. El Consejo propone “un león en reposo rodeado de abejas”. Invitado a dar su parecer, Denon escribió el 15 de junio al Emperador para disuadirlo de aceptar este proyecto que califica de “león en un avispero”. Algunos días más tarde, presentó a Napoleón un dibujo de su mano: era la águila romana. El Emperador cogió entonces el proyecto del consejo de Estado y de su pluma, tachó “un león en reposo” para escribir en su lugar “un águila desplegada”.

El dibujo de vivant Denon que decide a Napoleón el adoptar el águila como emblema del Imperio se grabó para las monedas y medallas de donde Denon era el director. Esta medalla, presentada aquí con una ampliación fotográfica, está firmada DENON Dt. JAIFY Ft. Esta elección de la águila romana estaba inspirada por el ambiente y la moda neo-clásica de esta época muy ligada al culto y a la grandeza de la antigua Roma. El águila, símbolo de la potencia y del coraje, tiene entre sus garras el “haz de Júpiter”, emisor de rayos.

Par de guantes habiendo pertenecido al general Bonaparte

Hacia 1799. Cuero marrón, charol negro, hilo blanco

En cuero marrón y antebrazos bordados. En su viaje precipitado hacia Paris en su vuelta de Egipto, Bonaparte dejó estos guantes en la casa de postas para caballos del pueblo de Roquemaure, cerca de Montélimar, el 19 Vendimiario Año VIII (11 octubre de 1799). Fueron conservados por el jefe de la casa de postas, M. Morin.

El Directorio confía en 1798 al general Bonaparte, la conquista de Egipto. Un año más tarde Bonaparte, comprendiendo que el Directorio se encuentra en una situación que podría permitirle llevar a cabo un golpe de Estado, decide regresar a Francia. Dejando el mando de las tropas a Jean-Baptiste Kléber, embarca en la fragata La Muiron, acompañado de algunos de sus generales cercanos, de científicos y de artistas.

Desembarca en Fréjus, el 9 de octubre de 1799. En el trayecto a Paris, después de una parada en Aviñón el 11 de octubre, se va al amanecer, cambia de vehículo y de caballos en la villa de Rochemaure. Y allí, en un cajón donde se guardaban las botellas, el olvida sus guantes de piel marrón prolongados por dos antebrazos de cuero negro adornados de un bordado en hilo blanco.

Los guantes y la berlina son guardados por el señor Morin, probablemente el posadero, que las cede más tarde al padre del donante.

Uniforme de edecán de Berthier con charreteras y cordones. (Superior izquierda)

Final del Primer Imperio. Tela de lana, terciopelo, metal, pasamanería

Uniforme de edecán del mariscal Berthier, príncipe de Neuchatel, bordados en oro. Charreteras de coronel bordadas en oro y plata. El mariscal había escogido el color tradicional de las tropas suizas, el rojo, a causa de su principado de Neuchâtel. El uniforme de gala era “a la húsar”. 

Por una orden del día 30 de marzo de 1807, los mariscales príncipes de Napoleón son autorizados a llevar sus colores por sus edecanes. Berthier, príncipe de Neuchâtel, adopta como colores el rojo, el blanco y el negro, colores presentes en las armas de la villa de Neuchâtel, de donde es Príncipe. La vestimenta completa comprende un uniforme de gala, un uniforme de campaña de invierno, uno de verano y uno de sociedad. Este uniforme de sociedad se caracteriza por el corte adoptado por el estado mayor de Berthier a partir de 1812. El papel de los edecanes es el de asegurar las transmisiones rápidas y correctas de las órdenes al general al cual van dirigidas, a pesar de los peligros.

 Uniforme de edecán del mariscal Bernadotte, príncipe de Pontecorvo. (Superior derecha)

Sombrero bicornio con la escarapela.
Placas de la Guardia Real italiana con la Corona de hierro de Italia sobre el pecho de la águila.
Bandera española de “miqueletes” de Vich (Cataluña) proveniente de Gerona.

Sello del principe Eugenio de Beauharnais, hijastro de Napoleón, virrey de Italia.

Libritos habiendo pertenecido al príncipe Eugenio de Beauharnais: Dos libritos como comandante del regimiento de cazadores a caballo de la guardia Imperial; otros dos como virrey de Italia dando el estado de los ejércitos italianos en 1813.

Carta del príncipe Eugenio de Beauharnais al general Grenier, comandando el 11º cuerpo en Prusia, campaña de Sajonia. “Leipzig, el 13 de marzo de 1813… No había el 10 en Sagan más que tres pulks de cosacos… El puente sobre el Oder […]

“Private” o soldado del “83º (Condado de Dublín) Regimiento a pie” (Superior izquierda)

1808-1814. Textil, metal, cuero, madera

Lleva el uniforme corto con nidos de golondrina (Granadero); Pantaón de tela con polainas; barril individual en madera pintada con el número de matrícula y letra de la compañía “Q”; Shako adornado con el monograma real : GR (Georges Rex). Fusil Tower llamado “Brown Bess” modelo 1793.

Si la gran mayoría de la Grande Armée está compuesta de conscriptos, el soldado inglés ante todo se ha alistado voluntario.

Este maniquí es uno de los raros casos en el museo representando un adversario. Este soldado lleva el chacó tipo 1812 caracterizado por un frontal de fieltro bordado con un galón negro y y adornado con una placa de latón grabada con el monograma real, Como todos los regimientos de infantería, este infante lleva el uniforme rojo. Es corto y se distingue por los colores distintivos en el cuello y en las bocamangas por la disposición de los botones, cosidos de a 2. Estando en campaña el pantalón sería de tela gris.

Este regimiento ha tomado parte en las campañas de la Península de 1809 a 1814: Busaco, Fuentes de Oñoro, Ciudad Rodrigo, Badajoz, Salamanca (Los Arapiles), Vitoria, La Nivelle, Orthez, Toulouse. Formaba parte de la 3ª división, general Picton.

Uniforme de oficial de infantería inglesa. (Superior derecha). Regimiento suizo de Roll al servicio de Inglaterra, con gola con el monograma del rey G.R. (George Rex)

Armadura de zapador de ingenieros (Superior izquierda). Esta protección muy pesada era utilizada por los zapadores en los trabajos de fortificación bajo el fuego del enemigo.

Tambor actual del regimiento “The Royal Irish Fusiliers”

Denominación tomada en 1827 por el 27º (Príncipe de Gales) regimiento a pie, segundo batallón, habiendo tomado parte en las campañas de la Península: Portugal 1808, Oporto, Talavera, Cadiz 1810, Barrosa 1811, Tarifa 1811, Vitoria 1813, Nivelle, Orthez, Toulouse 1814. La captura de un águila del 8º de infantería de línea en la batalla de Chiclana-Barrossa, el 5 de marzo de 1811, le confiere al regimiento el derecho de llevar un águila bordada sobre la divisa y sobre los tambores.

Gendarme (Superior izquierda)

Oficial superior del 22º regimiento de dragones (Superior derecha)

Veinticinco regimientos de dragones sobre treinta participaron en las campañas de la Península. En el ejército que entra con Napoleón en España en 1808, el cuerpo de dragones contaba con 14.000 caballos. Endurecidos por varios años de combates, fatigas, de privaciones de todos tipos, “estos soldados se habían convertido en hombres de élite y formaban la mejor caballería de Francia, sin temer a ninguna” (“Souvenirs” del coronel Beauval)

El autor, entonces edecán del mariscal Lannes, está representado, herido, a pie del monumento. El jefe de batallón de ingenieros Valazé, se inclina sobre él para para protegerlo, mientras que el general Lacoste, comandante de ingenieros en Zaragoza, conduce a sus zapadores y a los polacos del 1er regimiento del Vístula.

Carta de Napoleón al general Clarke, ministro de la Guerra, ordenando la entrada de tropas francesas en Cataluña. Con cinco correcciones autógrafas.

Paris, el 26 de enero de 1808: “Haga venir al general Duhesme (comandante de la división de los Pirineos Orientales) y dele la orden de partir en el día con las siguientes instrucciones: Llegará a Perpignan el 4 de febrero; partirá del 6 al 8 con su división. Entrará en España el 10 (9 tachado por Napoleón), y se dirigirá derecho sobre Barcelona.

Hará saber al Gobernador que tiene la orden de dirigirse hacia Cádiz y que esperará la decisión de la Corte de España al efecto en Barcelona (autograf.)… Él os informará de la situación de la plaza y el depósito que forman la guarnición del mismo, sin hacer nada que permita sospechar disposiciones desfavorables para los españoles. Escribirá todos los días desde que haya puesto sus pies en España para dar a conocer la disposición de los ánimos, las situaciones de las plazas fuertes y lo que hay ante él entre Barcelona y el Ebro. Escriba: al mariscal Moncey para llevar su cuartel general a Burgos… y de haber llegado el 10 de febrero. Se ocupará de extender una de sus divisiones con el pretexto de los víveres, hasta Aranda, y mantendrá en Vitoria su otra (corr. su 3ª) división…

El mariscal Soult. (Superior Izquierda). Letra de nombramiento llevando el encabezamiento de comandante en jefe en España. Nombramiento al empleo de capitán de Constantin Saint-Hilaire, teniente en el 96º regimiento de infantería de línea, en reemplazo de M. Maigrot, muerto en el campo de honor. Bayona, 19 de julio de 1813

Oficial del 1er regimiento de dragones. (Superior derecha). Ejército de España y de Portugal de 1807 a 1811. Uclés, Chiclana.

Infantería francesa

Un soldado de la infantería francesa.

Plancha extraída de una obra sobre la campaña de España y de Portugal por el reverendo William Bradford, publicada en Londres en 1809.

Caballeros. Primer Imperio
Anverso: perfil de Napoleón y «NAPOLEON EMP. DES FRANÇAIS». Reverso: el águila imperial y «HONOR Y PATRIA». Corona imperial coronando la cruz.

1er modelo (1804) : sin corona
2º modelo (1806): corona de 12 ramas soldada a la cruz
3er modelo (1806): corona de 12 ramas con ribete móvil
4º modelo (1807): corona de 8 ramas
5º modelo (1810): aparición de las bolas en las ramas de la cruz

 Caballeros. Restauración. 1814 – 1850
Anverso: perfil de Enrique IV y «ENRI IV ROI DE FRANCE ET DE NAVARRE». Reverso: armas de Francia y «HONOR Y PATRIA». Corona real flordelisada.

La Legión de Honor

La Legión de Honor fue creada por Napoleón Bonaparte, Primer Cónsul, el 19 de mayo de 1802, pudiendo en parte hacer que:

«Los militares que han rendido mayores servicios al Estado, los grandes servicios rendidos al Estado dentro de las Funciones Legislativas, la Administración, la Justicia o las Ciencias, serán así credenciales de admisión»

Las primeras insignias fueron distribuidas bajo el Imperio y llevan ya el perfil de Napoleón con «NAPOLEÓN EMPEREUR DES FRANÇAIS». La insignia es una cruz o estrella de 5 ramas y 10 puntas en esmalte blanco sobre una corona de hojas de roble y laurel en esmalte verde.


Fuentes:

1) – «Musée de L’Empéri. Art et Histoire Militaires. [Re]Découverte des Collections» – Musée de L’Empéri, Somogy. Editions d’Art, 2017
2) – Textos explicativos de los paneles de la exposición.

Imágenes:

a) – Fotografías de Amadeo S.G.
b) – Fotografías del autor

Exposiciones Musée de l’Empéri. Salon-de-Provence (Francia) (IV)

Tiempo de lectura: 32 minutos

Seguimos con nuestra visita al magnífico Musée de l’Empéri que se halla  en la población francesa de Salon-de-Provence. Constituida a principios del siglo XX por dos hermanos apasionados, Raoul y Jean Brunon, su colección toma definitivamente una nueva orientación a partir de la Primera Guerra Mundial, debido a la muerte de Raoul en el frente, para convertirse en una colección de referencia para todo buen aficionado y un museo público en 1967. En la actualidad la colección se halla vinculada al Musée de l’Armée, en Paris.

En esta cuarta parte que os traemos, diversos uniformes de soldados de infantería y caballería, una interesante muestra de banderas y estandartes austriacos capturados, diferentes efectos personales y documentos de diferentes épocas, varios cascos austriacos y franceses de infantería y una parte final, dedicada a las campañas de la República, desde 1792 a 1795, como etapa previa a la primera campaña de Italia de Napoleón.

LAS COLECCIONES (Cont.)

Dolmán y chaleco de capitán del 2º de húsares, inicio del Imperio. Participó en la Batalla de Austerlitz, División Kellermann, Coronel Barbier.

Bocado de brida de granadero a caballo de la Guardia Imperial.
Portapliegos del 8º de húsares.
Sable de oficial de coraceros o de dragones. Montura a guardia de batalla. Placa de chacó de artillería

Botas a la Souvaroff del general Ritay
Général Jean Marie Ritay. Final del Primer Imperio. Cuero y metal

Desde la segunda mitad del siglo XVII, la caballería ligera tiene botas especiales llamadas a la húsar o, en el siglo XIX, a la Souvaroff. Descritas por el decreto de 4 Brumario del año X, no cambian hasta la llegada del reglamento de 1822, excepto para perder las costuras en la puntera en 1815. Como en el calzado, las botas no tienen ni pie derecho ni pie izquierdo.

Estas botas están hechas de dos partes: una caña y un empeine. El talón, a veces biselado, permite sujetar mejor el pie al estribo. La parte superior de la caña se corta en forma de corazón. La caña alta de la bota protege la pantorrilla del jinete de la fricción del cuero del estribo. Los oficiales, que financian su ropa, pueden comprar modelos elegantes, no reglamentarios, como es el caso de estas botas.

Suboficial del 4to Regimiento de Guardias de Honor 1813-1814 (Derecha)
Los cuatro regimientos de la Guardia de Honor estaban adscritos a la Guardia Imperial.

Regimiento de los Cazadores a caballo de la Guardia Imperial. (Izquierda)

Cuentas del año XII (1804) firmadas por el príncipe Eugenio de Beauharnais. Correspondencia del general Dahlmann, comandando el regimiento con el príncipe Eugenio.

Dolmán del coronel Testot-Ferry del 1er regimiento de Exploradores (Éclaireurs) de la Guardia Imperial (Izquierda)
1813-1814
Tela de lana, metal, pasamanería

Después de la campaña rusa, la caballería ligera del Gran Ejército es diezmada. Impresionado por el uso de la lanza, acosando y en labores de exploración de los cosacos, Napoleón creó los Exploradores (Éclaireurs) de la Guardia, armados con lanzas. Sus misión era la de reconocer y perseguir al enemigo.

El 1er Regimiento de Exploradores (Éclaireurs) de la Guardia está comandado por el Coronel Testot-Ferry (1773-1856). El dolmán es una prenda superior con trenzas planas y cuadradas en forma de brandenburgo, característica del uniforme de húsar.

Este dolmán muestra la experiencia de los artesanos y sastres para oficiales de la Guardia a medida que se produce la invasión del país y las escaseces se comienzan a sentir.

Oficial del Regimiento de artillería a caballo de la Guardia Imperial. Uniforme

Zapador del 23º regimiento de infantería de línea. (Superior izquierda)

1807-1810

Gorro de piel de oso. Uniforme blanco (Ensayo de 1807 para ciertas unidades). Mandil de piel. Hacha del 36º de línea. Sable de zapador. Funda de hacha. Mosquetón de gendarmería An IX. Campañas de Dalmacia y de Austria de 1807 a 1809. Ragusa, Wagram.

Hachas de zapadores. (Superior derecha)
Primer Imperio

Hacha del 36º regimiento de línea.

Trofeos austriacos conquistados en el transcurso de las campañas de la Revolución y el Imperio.

Sobre las vigas:

– Bandera de infantería, campaña de Italia 1796-1797 (Asedio de Mantua)

Bandera austriaca del Deutsches Infanterie Régiment, IR 26, Wilhem Schröder, Modelo 1732. Esta bandera tomó parte en la campaña de Italia (1796-1797) y fue perdido por los austriacos en la capitulación de Mantua (2 de febrero de 1797). Pica dorada con las armas de Francisco II. Corbata de seda bordada de oro y plata con, según la costumbre, inscripción dedicada de la condesa Taum, mujer del coronel. Paño de seda pintada: águila bicéfala con las armas del Imperio y cifras de Francisco II. Iniciales «D.I.R.» («Deutsches Infanterie Regiment») y «26». El asta, rota en el centro por una bala y toscamente reparada. 

Sobre el fondo, de izquierda a derecha:

– Bandera de infantería, campaña de Italia de 1800 (Marengo, Montebello)
– Estandarte de caballería, campaña de 1805 (Ulm, Austerlitz)
– Bandera de infantería, campaña de 1805 (Ulm, Austerlitz)

Guión de caballería, campaña de 1805 (Ulm, Austerlitz)

Guión de un regimiento de coraceros austriacos.
Época de María Teresa, 1740-1780.

Pica dorada con el águila bicéfala adornada con la corona de Emperador de Alemania. Corbata de tela de Damasco enteramente bordada en oro y plata.

Numerosas banderas y estandartes austriacos de esta época estaban aún en servicio durante las guerras napoleónicas. Algunos trofeos de Ulm, Austerlitz llevaban la divisa de la Emperatriz María-Teresa.

Los emblemas austriacos que se muestran son del modelo 1792-1806 (Emperador Francisco II), bandera de batallón (Ordinärfahne) y estandarte de escuadrón (Ordinärstandarte).

Seda amarilla, borde pintado con los colores alternos del Sacro Imperio Romano-Germánico y Austria: negro y amarillo, blanco y rojo. Águila bicéfala con las alas desplegadas, pintada de negro, coronada por la corona imperial. Sus dos cabezas están rodeadas de aureolas doradas y sostienen el cetro, la espada y el globo. Blasón coronado de las coronas de Hungría y Bohemia y con el escudo de las armas del imperio: Hungría, Castilla. León, Aragón, Sicilia, Bohemia, Borgoña, Toscana, Transilvania, Milán, Mantua, Habsburgo, Flandes, Tirol. En general, Austria y Lorena. Collares del Toisón de Oro y San Esteban de Hungría y la Orden Militar de María Teresa. Monograma de Francisco II en las alas del águila. El reverso es idéntico.

Las banderas y estandartes «coroneles » (Leibfahne ou Leibstandarte) eran de seda blanca. El anverso llevaba la imagen de la Virgen coronada de estrellas pisando la serpiente, recordando el acto por el cual el emperador Fernando II colocó en 1620 sus brazos bajo la protección de la Madre de Dios. El reverso era similar a los emblemas de batallón o escuadrón.

El nombre del regimiento al que pertenecía el emblema estaba inscrito en las corbatas. Desafortunadamente, estas desaparecieron en los tres emblemas del Museo del Ejército. Solo la bandera en la viga ha mantenido la suya, esto ha permitido identificar la descripción.

Infantería de línea fusilero del 8º regimiento (Superior)
1807-1811

Chacó con placa particular del 8º. Casaca larga adornada en als vueltas con un 8 dentro de un cuadro. Fusil modelo del Año IX. Campañas de Austria, Prusia y Polonia, de 1805 a 1808. Austerlitz, Lubeck, Dantzig, Friedland. En España a partir de 1808.

Infantería ligera. Sargento del 8º regimiento.

Compañía de carabineros. 1806-1810. Gorro de piel de oso. Pantalón estilo «charivari». Fusil de infantería modelo An IX. Sable con penacho atado a lo largo de la vaina. Cantimplora austriaca. Campañas de Italia y Austria de 1805 a 1809: batallas de Raab y de Wagram.

La campaña de Prusia en 1806 Jena-Auerstadt

Después de la campaña de Austerlitz, Austria queda reducida a la impotencia, pero Rusia y Prusia siguen siendo amenazadoras. Entonces el Emperador acampa el ejército en el valle del Danubio. A pesar de su deseo de pacificación, se vio obligado a romper las conversaciones con Inglaterra, cuya influencia alentó a Rusia a aliarse con Prusia, que declaró la guerra. Con una fuerza de 200,000 hombres, halo de las glorias de Gran Federico, el ejército prusiano se cree invencible. «¡Demasiado buenas las espadas, serán suficientes las porras!«, proclama la reina Luisa de Prusia, esposa de Federico Guillermo III. El Gran Ejército pone a 166.000 hombres en línea.

Napoleón montó una maniobra amplia y rápida que envolvió el frente y que debía aislar al enemigo de sus bases. Después de algunos combates de vanguardia en Scheitz y Saafeld, los ejércitos prusianos del Príncipe de Hohenlohe y el Duque de Brunswick fueron aplastados el 14 de octubre en Jena por Lannes, Soult, Ney y Augereau, y en Auerstadt por Davout. Sus restos huyen hacia las fortalezas en una derrota indescriptible.

El Emperador establece un plan que combina la búsqueda directa y la intercepción desde la distancia: «No dejes que nadie escape», ordena a Murat, mientras que Napoleón hace su entrada triunfal en Berlín el 27 de octubre frente a un pueblo admirador y casi entusiasta. Los últimos elementos del ejército prusiano son rastreados por Soult, Bernadotte, Murat, Ney y Lannes, después de lo cual Erfurt, Spandau, Küstrin, Prenzlow, Stettin, Lübeck, Magdeburg caen. El 8 de noviembre, después de 39 días de campaña, el conflicto con Prusia terminó con la destrucción total de su ejército: «Se ejecutaron las órdenes de Su Majestad, la lucha terminó por falta de combatientes«, escribe Murat a Napoleón. El balance es increíble: 140,000 prisioneros, 250 banderas. «Este gran y hermoso ejército prusiano ha desaparecido como una niebla de otoño al amanecer. Nada queda«, escribe el Emperador en el Boletín del Gran Ejército.

Pero Federico Guillermo III y la reina Luisa se negaron a capitular y se refugiaron en Königsberg con unos pocos miles de hombres para continuar la lucha junto a los rusos. La guerra continúa.

Dragona de oficial austriaco

Gola de oficial
del 39º regimiento de infantería de línea (Coronel Maucune). Prusia, 1806: Jena, Polonia 1807: Eylau, Friedland, Austria 1809: Essling, Wagram.

Dolmán de cazador a caballo
del 5º regimiento, mitad del Imperio. Ver el estandarte de este regimiento encima de la vitrina.

Placa de Shako
del 56º regimiento de línea. Este regimiento estuvo presente en los combates de Caldiero (1805), Stettin, Stralsund (1807), Eckmühl, Essling, Wagram (1809)

MacDonald nombrado mariscal. (Izquierda)

Letra autógrafa a un general: “Gratz, el 17 de agosto de 1809. No puedo estar más conmovido por la participación que ha tomado en la gloriosa y brillante recompensa que S.M. se dignó otorgar en el campo de batalla de Wagram.” Marmont y Oudinot fueron nombrados al mismo tiempo.

Oficial de infantería en uniforme de casaca, inicio del Imperio. Miniatura. (Derecha)

La campaña de Polonia de 1807 Eylau –Friedland

Después de la destrucción de Prusia, Napoleón deben enfrentarse a los rusos, llegados demasiado tarde para socorrer a sus aliados. El ejército del zar se presenta en dos contingentes mandados por Bennigsen (60.000 hombres) y Buxhowden (40.000 hombres). Prusia reagrupa cerca de 15.000 hombres al mando del general Lestocq, escapados del desastre. La Grande Armée cuenta con más de 150.000 combatientes extenuados de fatiga por la campaña que acaban de terminar. Pero el Emperador quiere ir rápido: prefiere pedirles a sus hombres un último esfuerzo y va a Varsovia, donde llega el 18 de diciembre de 1806. Desde el 26, se producen violentos choques en la nieve en Golymin y Pultusk. Los rusos deben retirarse rápidamente sobre Ostrolenka y escapan a la persecución gracias a un deshielo que transforma el país en un mar de barro, paralizando al ejército francés.

Sin embargo, Bennigsen, nombrado comandante en jefe, retoma la ofensiva desde el 18 de enero de 1807. Napoleón precipita todas sus fuerzas a su encuentro. El choque tiene lugar en Eylau, el 8 de febrero: sangrienta batalla librada en una tempestad de nieve. Aunque superiores en número, los rusos abandonan el terreno: es pues una victoria para Francia , pero costosamente lograda. Cada ejército ha perdido un tercio de sus fectivos. La Grande Armée se retira a sus cuarteles de invierno, mientras que Lefèvre asedia Dantzig que capitulará el 16 de mayo de 1807.

Al final de la primavera, rusos y prusianos reabren las hostilidades. El 10 de junio, Murat y Lannes se apoderan de la plaza fuerte de Heilsberg. El 14, se produce la decisiva batalla de Friedland en el transcurso de la cual bate a 70.000 rusos contando con 54.000 soldados franceses y aliados. Königsberg, último reducto prusiano, cae el 16 de junio en manos de Murat.

Este éxito es la coronación de maniobras precisas, ordenadas con lógica y seguridad por el Emperador. “Friedland costará Austerlitz, Jena y Marengo”, dijo poniendo el pie en tierra.

Habiendo cruzado el Niemen, los rusos piden la paz. El 25 de junio de 1807, Napoleón y Alejandro se encuentran en Tilsit, sobre una almadía construida sobre el Niemen. “El reparto del mundo está en marcha”. La paz se firma el 9 de julio de 1807 en Tilsit: de ahora en adelante, Napoleón extiende su poder de Napoles al Vístula.

Bala, vizcaínas, trozo de obús y bala de fusil provenientes del campo de batalla de Essling y Wagram. 

Reloj de pulsera que llevaba el mariscal Lannes, duque de Montebello, en la batalla de Essling, el 22 de mayo de 1809, en la que fue mortalmente herido por una bala de cañón que le golpeó en las piernas. Murió el 30 de mayo. 

Placa de cinturón de oficial del 7º de coraceros (División Espagne, coronel Offenstein). Polonia 1807: Heilsberg, Austria 1809: Essling y Wagram. 

Medallas grabadas para la conmemoración de las batallas de Essling y Wagram. 

Charreteras de capitán de coraceros. Bordadas en plata, con su caja.

– – – – – – o – – – – – –

El Emperador en la batalla

(En Friedland) “Yo lo vi en los más duros combates recorrer las posiciones más expuestas: yo, como los compañeros, temblábamos por él, viendo con terror las bolas que pasaban cerca de él, o que caían a sus pies” (Capitan François)

– – – – – – o – – – – – –

Espada ofrecida al general Gambin por los oficiales del 84º regimiento de infantería de línea. Sobre la placa: “General conde Gambin, Uno Contra Diez”. El 25 de junio de 1809, el 84º de línea, mandado por el coronel Gambin, sostuvo en Gratz un brillante combate de resultas del cual el Emperador le permitió inscribir la divisa “Uno contra Diez” bajo el casetón del águila.

Mayor (teniente coronel) de infantería de línea, llevando el uniforme blanco del ensayo de 1807. Miniatura.

Gorro de oso de granadero austriaco (Superior izquierda)

Los sombreros austriacos estaban adornados de una rama de hojas de follaje

Casco de infantería modelo 1791 (Superior derecha). 1791-1795.

Cuero, metal, textil, forro

El 1º de abril de 1791, una instrucción provisional reintroduce el uso de un casco que se había abandonado en 1775 por ser demasiado costoso de producir. Si el casco aparecido entre 1767 y 1775 estaba influenciado por el modelo otorgado a los dragones, el casco adoptado en 1791 lo es por la reciente guerra de independencia americana.

Este casco 1791 tiene el defecto de no estar descrito reglamentariamente. Por esta imprecisión, multitud de cascos fabricados no lo son conforme a la instrucción. Desde 1794 el Comité de Salud Pública demanda su reemplazo y en 1795 su fabricación se interrumpe. A pesar de la idea de proteger la cabeza de los combatientes, la tropa recibe mal este casco porque además de la fabricación burda que desfigura el aspecto del soldado, este último lo culpa por su peso y el mal olor que desprende el cuero.

Uniforme de oficial del 8º regimiento de infantería de línea

Hacia 1791. Prenda de lana, algodonada, metal, latón, madera, pasamanería.

Con la reestructuración del ejército en junio de 1791, se diferencia entre el ejército de línea, equipado con uniforme blanco y los guardias nacionales voluntarios, equipados con uniforme azul. El 21 de febrero de 1793, la Convención transforma por amalgama el ejército francés. Ahora las medio-brigadas, compuestas de un batallón de un regimiento de línea y de dos batallones de voluntarios, reemplazan los regimientos.

Este uniforme es un uniforme de capitán del 8º regimiento de infantería, llamado Austrasia, siguiendo la instrucción de 1791. El color de fondo es el blanco de la Monarquía. La distinción del regimiento se hace por el juego de colores, aquí el negro, en lugares escogidos (cuello, reversos y bocamangas). Se trata de un uniforme de capitán, reconocible por sus charreteras. A medida que los azules entren en las filas y del reemplazo de los efectos usados, el blanco desaparecerá.

Las campañas de la República 1792-1795

1792 – A pesar que el ejército esté en plena desorganización, la Asamblea Legislativa declara la guerra a Austria el 20 de abril. Sus alianzas llevan a Prusia al conflicto, Las operaciones toman rápidamente un giro alarmante y solo la lentitud de los austriacos salva a Francia de una catástrofe. Los prusianos se apoderan de Longwy, después de Verdún y el duque de Brunswick marcha sobre Paris. El 20 de septiembre, Dumoriez y Kellermann frenan al ejército prusiano en Valmy y el asedio a Lille se levanta el 7 de octubre. El 6 de noviembre Dumoriez bate de nuevo a los austro-prusianos de Coburgo en Jemappes y el ejército del Norte penetra en Bélgica. El ejército del Rin de Custine ocupa Spira, Worms y Maguncia. El ejército de los Alpes se apodera de Niza y la Saboya.

Las guerras defensivas de la Revolución se convierten en guerras de conquistas que provocan la Primera Coalición contra Francia: Austria, Prusia, Inglaterra, Rusia, Holanda, España, el Piamonte, los principados italianos y alemanes.

1793 – Batido en Neerwinden, Dumoriez evacua al ejército, y antes de comparecer ante la Convención, se pasa al enemigo y debe abandonar la orilla izquierda del Rin. Maguncia asediada capitula y la Alsacia es invadida. Los españoles ocupan Ceret y fortifican el Boulou. La Vendée se subleva. Los ingleses ocupan Toulon. En el transcurso del verano de 1793, los ejércitos de la República se retiran en todos los frentes. Gracias a la “Requisition” de todos los ciudadanos y a la energía de Lazare Carnot, Francia dispone de repente de un inmenso ejército. El 18 de septiembre Houchard bate a los anglo-holandeses en Hondschoote. El 16 de octubre Jourdan bate a los austriacos en Wattignies, Dugommier y Bonaparte cazan a los ingleses en Toulon. El territorio es liberado y la conquista se va a reemprender.

1794 – El 18 de mayo, Pichegru se apodera de Tourcoing y después ocupa Bélgica occidental. El 25 de junio, Jourdan sale victorioso en Fleurus y penetra en Bélgica oriental. Dugommier repele a los españoles más allá de los Pirineos.

1795 – Pichegru ocupa Holanda y Perignon, Cataluña. Ahora la República se encuentra con fuerza para imponer las condiciones: Los tratados de Bâle y de La Haya reconocen a Francia las fronteras del Rin. La coalición es desmantelada, solo permanecen Austria e Inglaterra. Contra Austria, Carnot dirige tres ejércitos: Jourdan por el valle del Meno, Moreau por el Danubio y Bonaparte por el norte de Italia. Será la primera campaña de Italia de la que hablaremos más adelante.

Decreto de la Convención de 5 de febrero de 1794, nombrando al general Pichegru comandante del ejército del Norte. En el curso del año, Pichegru conquista Holanda, toma la flota holandesa bloqueada en los hielos de Texel y entra en Amsterdam el 19 de enero de 1795.

Pasquin impreso el 24 de octubre de 1792 anunciando la toma de Maguncia por el general Custine, que manda el ejército de los Vosgos y acaba de capturar Worms y Maguncia.

Oficial del 2º Regimiento de húsares, llamado Chamborant.

Ejército de los Pirineos Orientales. 14 Ventoso Año II (4 de marzo de 1794). Orden de los Representantes del Pueblo sobre el requisito de todos los zapatos del Departamento: «Los que tienen solo un par de zapatos deben volver a depositarlos y se llevarán zuecos»

El balance de las guerras de la República 1793-1795 

A principio del año 1795, cuatro ejércitos franceses victoriosos bordean el Rin, de Suiza al Mar del Norte. Los ejércitos de los Alpes y de Italia tienen las cimas de las montañas del Mont-Blanc al Mediterráneo. “Campañas sin ejemplo en los anales del mundo”, declara el ministro inglés Fox. El 23 Ventoso Año IV (13 de marzo de 1795) , el comité de Salud Pública cesa las hostilidades. Lazare Carnot hace balance de las campañas del 8 de septiembre de 1793 al 3 de febrero de 1795: 27 victorias de 8 en batallas campales, 120 combates menos importantes. 80.000 enemigos muertos o heridos. […]

General Kellermann (1735-1820). Futuro mariscal del Imperio. Vencedor en Valmy con Dumoriez. 

Pieza impresa dirigida “a sus conciudadanos”. Acusado de haber sido partidario del sistema liberticida de los federalistas del Midi, había sido arrestado por orden de la Convención el 12 de octubre de 1794. Juzgado por el Tribunal Revolucionario y reintegrado en su empleo. Esta pieza está fechada el 18 de brumario Año III (8 de noviembre de 1794). De la Imprenta del Tribunal Revolucionario, recinto del Temple. 

Carabina de caza alemana del asedio de Maguncia. Después de un asedio célebre por el ejército austriaco, la guarnición francesa tuvo que capitular el 23 de julio de 1793. Los 15.000 “Mayençais” tuvieron honores de guerra y entraron en Francia con sus armas, a condición de no hacerlas servir contra los aliados durante un año. Fueron enviados contra los vendeanos.

La presentación de las nuevas banderas del modelo 1794. Composición de Edouard Detaille.

Placa de cinturón y gola de oficial de infantería adornadas con el mismo motivo.

En cobre rojo, adornos en plata representan una estatua de la República rodeada de trofeos. Sobre la banderola “República Francesa”. Sobre el zócalo: “Libertad o muerte”. Los oficiales, incluso en lo más crudo de la miseria de las campañas de la República, llevaron la gola, vestigio del antiguo esplendor.

Artillería ligera en acción

Grabado de la época. La conducta brillante de las baterías ligeras permitió al general Kilmaine decir: “que una batería a caballo equivalía a dos regimientos de caballería”. “Los artilleros son mediocres jinetes pero tienen el diablo en el cuerpo…

Parte superior de un cartel de reclutamiento, 1792. El grabado en madera representa a un cazador a caballo.

Sable de caballería. (Superior izquierda)
Montura de fantasía, inspirada en los modelos 1767 y 1784. Fabricación rudimentaria con grabados de atributos revolucionarios.

Dolmán de husar
(Superior derecha)

Adoptadas por el Comité Militar en 1791.

Húsar del 7º regimiento

Hacia 1800. Tela de lana, terciopelo, cartón, cuero.

Los primeros húsares franceses aparecen bajo el reinado de Luis XIV. Originalmente eran jinetes de la Europa del este (Hungría) que combatían al ejército otomano. Arma de la caballería ligera a partir de 1776, sus misiones son el reconocimiento y asegurar la marcha del ejército.

Este maniquí lleva un dolmán de paño verde oscuro con cuello y puños de manga escarlatas, trenzas y galones junquillo (amarillo pálido). El chaleco y el pantalón son rojo escarlata. La distribución de los colores permite datar el uniforme en el 1800. El maniquí lleva las trenzas a la moda a lo largo de la Revolución. Este detalle fisonómico marca el cuidado por los Brunon en la puesta en escena de las colecciones. Conocemos al soldado al que pertenecía, y el transcurso del uniforme en talleres de pintores, muy amantes de los detalles para la realización de las escenas de batallas de moda en el siglo XIX.

Este uniforme perteneció al húsar Jean-Fredéric Traut, nacido en Colmar en 1780, llegado al cuerpo el 20 de agosto de 1800. Ejemplo de los coloridos uniformes como reacción del período consular a los uniformes irregulares de los ejércitos republicanos.

Sombrero con llama y visera móvil (la llama también se enrolla alrededor de la gorra), dolmán, chaleco, cinturón oriental, pantalones, botas de húsar (reconstituidas): cinturón y espada de húsar de estilo alemán. Elegante portapliegos bordado con sedas de colores. Formado en 1794 con los colores del antiguo regimiento de Húsares-sajones. Rápidamente se convertirá en un regimiento de élite que se distinguirá en los ejércitos del Norte del Mosela, el Rin, Suiza y el Danubio desde 1793 hasta 1800.

Cirujano del 10º de húsares. (Superior) Vestido con un abrigo y un sombrero. El distintivo de los cirujanos distintivos era el terciopelo carmesí.

Silla de húsar húngaro. Finales del siglo XVIII. El conjunto estaba cubierto con una gran piel de oveja. En el centro del escaparate redes para el suministros de paja y heno en campaña. Llevado en la parte posterior y en ambos lados de la silla de montar

Inspecteur aux revues.


Fuentes:

1) – «Musée de L’Empéri. Art et Histoire Militaires. [Re]Découverte des Collections» – Musée de L’Empéri, Somogy. Editions d’Art, 2017
2) – Textos explicativos de los paneles de la exposición.

Imágenes:

a) – Fotografías de Amadeo S.G.
b) – «Musée de L’Empéri. Art et Histoire Militaires. [Re]Découverte des Collections» – Musée de L’Empéri, Somogy. Editions d’Art, 2017
c) – Fotografías del autor

El Museu Militar de Lisboa.

Tiempo de lectura: 10 minutos

En 1807 Francia y España firmaron el tratado de Fontainebleau en el cual se decidió la partición de Portugal en tres zonas. Para cumplir con el tratado, Napoleón ordenó invadir Portugal iniciando la de hecho la guerra. Bajo el mando de Andoche «La tormenta» Junot, las tropas francesas entraron en territorio español y posteriormente se les unieron tropas españolas que también participaron en la invasión. Las tropas de Junot llegaron a Lisboa provocando el exilio de la familia real hacia Brasil transportada en barcos británicos. Al año siguiente tropas inglesas desembarcaron en Portugal y comenzaron su labor de hostigamiento a los franceses. Los soldados portugueses fueron puestos generalmente al mando de oficiales británicos, consiguiendo un adiestramiento similar en muchos casos al de sus propias tropas, en especial las combativas unidades de Caçadores. Tras una serie de batallas en Roliça y Vimeiro, se forzó a los franceses a abandonar suelo portugués (repatriados por buques británicos) tras la Convención de Sintra. La convención benefició a ambas partes, ya que los ejércitos de Junot que no podían comunicarse con Francia, fueron autorizados para abandonar el país, y los británicos y portugueses recuperaron el control sobre Lisboa. Parte de la clase política inglesa vió la convención como una grave negligencia, al haber dejado marchar al contingente francés prácticamente indemne, lo que provocó un proceso contra los mandos británicos del contingente, Arthur Wellesley (futuro Duque de Wellington) incluido.

Fachada principal del Museu Militar de Lisboa. Map Data ©2019 Google

En 1809, las tropas francesas bajo el mando del general Nicolás Soult invadieron Portugal por segunda vez. Al entrar en el país desde Galicia, ocuparon Chaves y marcharon en Oporto. El ejército combinado luso-británico, comandado por Sir Arthur Wellesley, obligó a Soult a retroceder a Galicia y derrotó a otro ejército francés en Talavera de la Reina, en España, tras lo cual Wellesley fue nombrado duque de Wellington.

La tercera invasión fue la última campaña militar de la Guerra Peninsular en suelo portugués. En 1810, comandados por el mariscal Masséna («el querido» o «podrido», según las versiones, «hijo de la victoria»), los ejércitos franceses penetraron en el norte de Portugal conquistando Almeida. En seguida iniciaron la marcha hacia Lisboa. Se enfrentaron a las tropas portuguesas y británicas en la Batalla de Buçaco perdiéndola pero reagrupándose rápidamente, tras lo que reiniciaron la marcha hacia la capital. Los ejércitos aliados volvieron a la capital y ocuparon puestos en las denominadas Líneas de Torres Vedras, un brillante sistema de defensas y fortificaciones construido por los británicos con la ayuda de la población local varios meses atrás. Los franceses llegaron a las Líneas el 14 de octubre pero fueron incapaces de romper sus formidables defensas. Debido a que se acercaba el invierno y la falta de suministros -gracias a la táctica de tierra quemada que habían implantado los defensores- hacía impensable proseguir el bloqueo, los franceses se vieron obligados a regresar a España.

La entrada de hoy ha sido posible gracias a la amable autorización del compañero Amadeo, que realizó todo el reportaje fotográfico de la parte dedicado a las campañas napoleónicas que os mostramos a continuación.

Uniforme (réplica) del Regimiento de Infantería 16. Modelo 1806
Uniforme (réplica) del Regimiento de Artillería 1. Modelo 1806
Uniforme (réplica) del Regimiento de Caballería 10. Modelo 1806
Uniforme (réplica) Caçadores núm. 6. Modelo 1809
Carabina reglamentaria francesa. Modelo año IX (1800). Calibre: 17mm

Para tropas de caballería, tiene el cañón de hierro y guarniciones de hierro y bronce. En la parte lateral izquierda tiene una barra de bloqueo (travinca) con dos argollas que servían cuando se iba a caballo para sujetarla de la correa, cruzada por el pecho, por medio de un mosquetón.

Sable mameluco, Francia, Inicio de siglo XIX

Puño de madreperla forrado encerrado para la adaptación del garante. Guardia de cruz, en plata dorada, decorada con motivos florales. Hoja curva, tipo cimitarra, de doble filo en el último tercio. Vaina en plata con abrazaderas y punta cincelada. Conserva el estuche original .

Cuando el 21 de julio 1798 los franceses encabezados por Napoleón en su intento por conquistar Egipto derrotaron a la famosa caballería de los mamelucos, comprobaron la excelencia de sus sables por lo que adoptaron esta arma, que resultó en una moda que creó magníficas piezas.

Mosquete de pedernal «Brown Bess». Origen: Inglaterra. Modelo India, 1794 (India Pattern). Calibre 19 mm (Diámetro del alma a la boca).
Detalle de la llave del mosquete de pedernal «Brown Bess» de la foto superior.

Cañón de alma lisa , con las marcas de punzón de Gun Maker’s Company cerca de 1830, fijada a la corona con cuatro pernos en el eje y el tornillo en la culata. Grabado con la cifra del rey Jorge III -GR- coronada por la corona real británica y el texto «Tower» (Torre de Londres), adscrito a la culata de nogal con el eje siguiendo el barril a casi la boca del cañón.

Las guarniciones de bronce : boquilla , tres varillas, las cerraduras de la placa posterior , guardia y placa. Varilla de hierro .

Cañón de campaña de 9 libras, sistema Gribeauval, con armón, siglo XVIII/XIX.
Obús de campaña de 6 pulgadas, sistema Gribeauval, 2ª mitad siglo XVIII. Francia.
Cañón de campaña de 8 libras, con armón, siglo XVIII/XIX.
Cañón de campaña de 6 libras, sistema Gribeauval, siglo XIX
Pieza de campaña de 6 libras, con armón, siglo XIX.
Cañón de campaña de 12 libras, con armón. Reinado de Pedro V. Portugal.
Pieza de campaña de bronce, 1797, Comp. total: 75 cm, Peso 88 Kg.  Montada en ruedas reparadas.

La batalla de Vitoria, disputada el 21 de junio de 1813, recordada por la brillante victoria de los aliados y por haber acontecido junto ala ciudad de Vitoria, marcó un cambio en la guerra de la península a favor de los aliados. En la parte aliada había 151 cañones, 415 carros de municiones y cerca de 14.000 cartuchos.

Esta batalla, en la que que participaron dos brigadas de artillería portuguesa al mando del Teniente Coronel Dickson, los restos pertenecientes al Ejército Portugués que incluían 50 cañones, todos de bronce, entraron en el Arsenal del Ejército el 6 de junio de 1814, viajando por mar desde Santander. Después que los españoles tomaron algunos cañones de botín, se enviaron al Museo Militar de Lisboa 4 cañones: una pieza de campaña de 4 calibres, 2 obuses de 6 pulgadas y un obús de 5,6 pulgadas.

CAÑONES DE VITORIA

Las dos piezas tomadas a los franceses en la batalla de Vitoria el 21 de junio de 1813.
Obús* de 24 libras del sistema del año XI. Tomado a los franceses en la batalla de Vitoria el 21 de junio de 1813. La descripción del letrero lo describe erróneamente como un obus de 6 del sistema Griveaubal.
Pieza de campaña de 4 libras. 1793. Francia. 

Una pieza de campaña de 4 calibres (8 cm), actualmente con el número S.26 del Museo Militar de Lisboa, fue considerada «glorioso e importante trofeo de guerra» haber sido expuesta junto con el elogio citado por el mariscal Beresford a «soldados de Portugal… después de la Batalla de Vitoria.» Esta pieza tiene unas transformaciones realizadas en 1859, con la introducción de 6 ranuras trapezoidales que han sido objeto de varias críticas por los artilleros más vinculados a la historia, habiendo sido referenciada por René Chartrand en su obra «Napoleon’s Guns», de Ediciones Osprey, (pp 13 y 35*). 

NOTA: Los textos de las fotografías son traducción de las notas explicativas de cada pieza.

– – – – – o – – – – –

(*) Efectivamente en la obra de Chartrand referencia al obús en su pág. 35 como «Year XI system 5 inch 6 lines brass howitzer with its field carriage, c. 1809-13«. Fue fundido en Estrasburgo en 1805.


Fuentes:

1) Museu Militar de Lisboa
2) https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_Portugal_%281777-1834%29
3) http://enciclopedia.us.es/index.php/Ocupaci%C3%B3n_francesa_de_Portugal

Imágenes:

– Fotografías efectuadas por Amadeo S.G.

El Museo Napoleónico de Roma

Tiempo de lectura: 3 minutos.

Pateando por las calles de Roma hace unos cinco años, y no muy lejos del Castillo de Sant’Angelo, a orillas del Tiber, nos dimos de bruces con un edificio de corte neoclásico que resultó ser un pequeño museo dedicado a los Bonaparte y algunos de sus descendientes.

El Museo Napoleónico de Roma se encuentra en las dependencias de la planta baja del palacio Primoli, cuya construcción se remonta al siglo XVI, y situado en la Piazza di Ponte Umberto I, 1.

Fachada de la entrada principal

El museo ofrece la visión de cuadros -sobretodo retratos- de Napoleón y varios miembros de la familia Bonaparte, así como objetos personales, mobiliario de la época, esculturas y otros objetos vinculados al Emperador o a descendientes de su familia, como el Emperador Napoleón III

Napoleón en el campo de Wagram, de Joseph Chabord.
Busto de Napoleón Bonaparte.
Busto de Napoleón Bonaparte.
Sabretache.
Acuarela de Horace Vernet.

El museo tal como reza su guía, no deja de ser un recordatorio de la singular relación entre Roma, Napoleón y los Bonaparte, a través de sus variadas colecciones que se reparten a través de sus múltiples salas temáticas:

– Salas I y II – El Primer Imperio
– Sala III – El Segundo Imperio
– Sala IV – Rey de Roma
– Sala V – La República Romana
– Sala VI – Paolina Bonaparte
– Sala VII – El Reino de Nápoles
– Sala VIII – Mito y sátira
– Sala IX – Zenaide y Carlotta
– Sala X – Luciano Bonaparte
– Sala XI – Carlo Luciano y Zenaide Bonaparte
– Sala XII – Giuseppe Primoli e Matilde Bonaparte

La página web del museo es:

y la de su tour virtual:


Fuentes:

– Museo Napoleonico. Guida. – Comune di Roma, 2008
https://www.youtube.com/watch?v=VmX_o_3YwIk
https://www.youtube.com/watch?v=tEut6QsXb3o

Imágenes:

a. Fotografías del Autor