Entrevistas

En alguna ocasión he comentado (supongo que en varias) que las entrevistas que podemos hacer en el blog son una de nuestras secciones más queridas, ya que nos permiten ampliar nuestros conocimientos y puntos de vista a través del contacto con el saber y la experiencia de nuestros semejantes.

También hemos sido afortunados, en la práctica mayoría de los casos, porque las entrevistas que hemos realizado hasta ahora, gracias básicamente a la generosidad de nuestros entrevistados, han mejorado ostensiblemente las preguntas y la calidad de la entrevista en su conjunto, por lo que os recomiendo encarecidamente su lectura.

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ÍNDICE

Francesc Murillo Galimany, un cronista para la batalla de Valls

«… no es cierto que las tropas españolas fueran incapaces de dar un buen rendimiento en el campo de batalla. Son conocidos los casos de las victorias españolas en las batallas campales de Bailen, Alcañiz, Tamames y San Marcial, a las que se añaden las obtenidas en un buen número de combates menores, …»

Francisco Vela Santiago, ilustraciones con historia en la Guerra de la Independencia

«Hay que diferenciar claramente sobre los historiadores contemporáneos, aquellos que vivieron o conocieron los hechos contados en memorias e historias, con los más actuales, que se basan en aquellos. De los primeros es necesario incidir en el hecho de que cuentan su verdad, la vivida o contada por ellos o por gente cercana a ellos, de forma que apenas se presta atención, o mejor dicho, apenas se estudia a fondo la parte contraria.» 

Nick Lipscombe, ecos británicos en los campos de la Guerra de Independencia

«En el ejército británico tenemos el dicho de que no hay soldados buenos o malos, sólo oficiales buenos o malos. Esto es totalmente cierto con los soldados y oficiales españoles durante la guerra».

Adam Gerard Quigley, o los testimonios británicos del asedio de Tarragona de 1811

«El capitán Codrington amaba a los españoles y defendió su causa, que apasionadamente hizo suya. Sus cartas privadas están llenas de elogios por el espíritu de lucha colectiva y sus descripciones de luchadores individuales, a quienes conocía con frecuencia en persona, pueden describirse como ilustraciones casi románticas. La opinión pública en Gran Bretaña se guio por descripciones románticas que hablaban de un pueblo sacrificado y heroico en una lucha épica contra un enemigo cruel y despiadado.» 

Antonio Grajal de Blas, datos para nuestra Historia

«Los ejércitos españoles no eran estimados por los franceses por su calidad en combate. Eso no quiere decir que no los respetaran y alabaran su escrupulosidad en el respeto a las reglas de la guerra (salvo algunos episodios de represalias). Hay una frase de Gabriel Laffaille que me gusta mucho y me enorgullece: “Les meurtres et les cruautés commis sur nos blessés et sur nos prisonniers ne le furent jamais par les troupes de ligne espagnoles.»  

Dominique Timmermans, una visión del Imperio por sus monumentos

«De hecho, se debe saber que en 1815 había tantos belgas en el lado de la coalición como en el lado francés. Sin embargo, la gran diferencia radica en que, por el lado de la coalición, había unidades integradas íntegramente por belgas, mientras que por el lado francés, los soldados nativos de nuestras provincias estaban distribuidos en todos los regimientos, como había sido el caso en 1795-1814. Por tanto, no había regimientos belgas en el lado francés. Por lo tanto, podemos decir, y a menudo lo olvidamos, que la campaña de 1815 fue para los belgas una guerra civil.» 

Luis Sorando Muzás, pasión aragonesa en la recreación napoleónica

«Palafox era militar, pero de la Guardia de Corps, es decir culto y experto en intrigas palaciegas pero carente de experiencia militar, y así en los primeros combates quien realmente dirigió a las tropas fue su hermano, el Marqués de Lazán, mientras que él adoptaba un papel más organizativo, convocando Cortes, redactando proclamas y animando al levantamiento en las regiones vecinas, y cuando tomó alguna medida militar se equivocó, tanto alistando a todos los hombres en compañías sueltas aunque estuviesen armados de simples lanzas, en vez de seleccionar y hacer un número menor de unidades pero más fuertes y organizadas, como en su empeño de concentrar todas sus fuerzas dentro de la ciudad, privándola así de poder llevar a cabo acciones de importancia en la retaguardia.»

Enrique F. Sicilia Cardona, desentrañando la historia militar

«La adhesión de España a las Guerras Revolucionarias en 1793 la veo como inevitable. Los lazos de sangre borbónicos eran históricos y la implosión del sistema estamental, tras la Revolución Francesa, demandó una política de contención monárquica que parara esa probable marea radical de ciudadanía. Por ese motivo, las tropas españolas llevaban tiempo acantonadas sobre la frontera pirenaica.»  

Jacinto J Marabel, la memoria del conflicto en tierras extremeñas

«A mi juicio, la llamada Guerra de la Independencia fue una segunda Guerra de Sucesión. Al igual que cien años antes, lo que en realidad estaba en juego era un cambio de dinastía en España, en este caso Bonapartes por Borbones. Por otro lado, siempre ha sido así: la llegada de un rey extranjero, Carlos V, provocó una guerra civil en Castilla; no digamos ya con el breve reinado de Amadeo de Saboya, cuya abdicación implicó un cambio de régimen y el advenimiento de la República.» 

Jose María Leclercq, evocando el asedio de San Sebastian de 1813

«¿Pero hubo realmente una colaboración con la defensa francesa por parte de civiles donostiarras? Es la pregunta del millón. Tras mis últimas investigaciones he de decir que sospecho cada vez con más firmeza que algo sí sucedió. Pero igualmente afirmo con total rotundidad que sería injusto acusar a una población entera de colaboracionismo con el enemigo por la actuación de un sector de la misma.»

 

Jonas De Neef, redescubriendo las memorias de las guerras napoleonicas

«Cada período tiene una gran riqueza de material publicado dependiendo de lo que quieras estudiar. Pero como se mencionó en su pregunta, las guerras napoleónicas, dada la escala del conflicto, produjeron una asombrosa cantidad de relatos de testigos oculares y cartas de todas las facciones involucradas.»  

Shannon Selin, imaginando los límites de la historia napoleonica

«Napoleón era ambicioso, inteligente, confiado, ingenioso, oportunista, impaciente, dominante y manipulador, a veces despiadado y a veces generoso. Era complejo al igual que su legado también lo es.» 

Maties Ramisa Verdaguer, una perspectiva del conflicto en la Cataluña de 1808-14

«Por ejemplo, en el tema de la Guerra de la Independencia o Guerra del Francés está claro que hay unos invasores y unos invadidos, pero una vez estás inmerso en ella te das cuenta que, como en todas partes y en todas las épocas, hay buenos y malos a nivel personal en cada bando. Ni todos los franceses son malvados, ni todos los guerrilleros patriotas son honrados y virtuosos.» 

Daniel Aquillué Domínguez, honra en la historiografia del siglo XIX español

«Zaragoza, como ciudad abierta, no tenía que resistir según las ideas militares, pero ofreció resistencia por la voluntad de su población civil, fundamentalmente. Gerona, que sí era plaza fuerte, resistió asimismo por una pluralidad de motivos, pero ahí tuvo más que ver el aspecto militar. Barcelona, que estaba también fortificada, no resistió porque nunca tuvo tal opción, al ser tempranamente ocupada por las tropas napoleónicas cuando eran todavía aliadas.» 

J. David Markham, historia y arte en la epopeya napoleónica

«La figura de Napoleón me parece fascinante y muy compleja. Dicho esto, tengo una opinión general positiva de Napoleón. En muchos sentidos, fue un puente entre el viejo orden y el mundo moderno, incluido el desarrollo de la moneda común y la Unión Europea. Fue, en gran medida, hijo y, de hecho, producto de la Revolución Francesa y, de hecho, creía y promovía muchos de sus mejores ideales.» 

Mark Schneider, le Feu Sacré de Napoléon

«He hecho amigos maravillosos durante décadas haciendo esto. Y no siempre tenemos la oportunidad de vernos. Entonces, cuando tenga esta oportunidad, quiero estar cerca de ellos. Quiero caminar a través del vivaque. Quiero recorrer los campos. Quiero reunirme con estos soldados. Quiero cenar con estos soldados. Quiero hablar con ellos y tomarme fotos con ellos. Porque para ellos, así como ellos son mis soldados este fin de semana, yo soy su emperador este fin de semana. Entonces quiero devolver lo que me están dando.»  

Leopoldo Stampa Piñeiro, diplomacia y letras en nuestra Historia

«Como vemos, existían dos enfoques distintos del conflicto. Londres trabajaba, lógicamente, por sus propios intereses y al margen de las exigencias o de los ruegos de los españoles y los españoles, lo que trataban evidentemente, aunque de modo infructuoso, era que los británicos se acoplasen a los planes de campaña de la Junta. Bueno, esto parece ser el huevo de Colón, pero cuando se estudia la guerra generalmente no se tienen en cuenta estas dobles perspectivas que justifican o, por lo menos, explican determinados comportamientos tanto de los aliados británicos como de los propios españoles. Si ello no se tiene en cuenta al escribir, el historiador o el lector se queda muchas veces perplejo al no entender muchas reacciones tanto de unos como de otros.»